Revista de investigación a través de la práctica artística
E-ISSN: 2215-6461 / Vol.1, N. 2. Julio-diciembre, 2022
https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/acs
DOI: https://doi.org/10.15359/acs.1-2.2
Licencia BY NC SA

ACS

Karina Palacios Guevara

FLACSO, Ecuador

kgisspal@gmail.com

Es mediodía, exactamente, del 15 de enero de 20201, en Quito. Se supone que esta es la época lluviosa, no obstante, los primeros días del año que transcurre llegan cálidos y luminosos. Antonio Romoleroux se encuentra en una acogedora salita -que usa como oficina cuando no está en su taller- que exhibe la obligada estantería para los libros y algunas macetas de violetas bellamente florecidas, que se distribuyen también a lo largo del ventanal francés.

Antonio se acomoda en su sillón favorito, de frente a la ventana, yo junto a él, con mi teléfono celular convertido en grabador, para iniciar la conversación. Se nos juntan dos acompañantes caninos que, de vez en cuando, nos interrumpen con sus ladridos.

Hablamos sobre la serie de desnudos “El mensaje de las modelos a la humanidad”, cuyas implicaciones, la primera vez que pude admirarla, me llevaron a un viaje profundo y crítico por mi feminidad, y a preguntar al artista si se percataba del efecto que las imágenes, particularmente aquella de la mujer menstruando, podían causar en su público. Con humildad y honestidad, en esa ocasión respondió: “el artista simplemente pinta o dibuja lo que capta; no está totalmente consciente de los alcances de su obra… eso lo establece el público.”

Hoy, al cabo de seis meses de ese primer diálogo, tenemos oportunidad de ahondar en el tema, y de recoger sus percepciones acerca del camino recorrido por la obra, sí, pero también de la expansión del propio Antonio durante ese trayecto.

¿Por qué afirmas que la serie “El mensaje de las modelos a la humanidad” es la voz de los seres silenciados?

Es importante profundizar en el concepto de la serie porque, aparentemente, el público no alcanza a distinguir la dimensión de la propuesta, ya que el nombre confunde un poco y, estéticamente también, porque mucha gente no alcanza a leer los mensajes de las modelos. La serie no solamente es el mensaje de las modelos, sino que habla sobre los derechos humanos y el derecho de tener un espacio para tener voz y hablar sobre otros derechos de otros seres, de otras personas. Quiénes son: son los seres que han sido violentados y no han podido expresar su trauma. Son, por ejemplo, las niñas, las mujeres, los hombres abusados sexualmente, y aquellos que tienen que trabajar sin derechos verdaderos, como buenos salarios, vacaciones, seguros médicos y de vida, que sean realmente accesibles y de buena calidad. Se habla también de temas político-ambientales, sobre los derechos de la naturaleza; la naturaleza también está siendo silenciada, con fuego, por ejemplo. La irresponsabilidad y corrupción de las autoridades, en el caso de la minería, y en el caso de la tala de árboles en la amazonia, para dar paso a terrenos para la siembra del monocultivo de soya que servirá de alimento al ganado de la industria cárnica (su voz es firme, honda, empática).

¿Hay otros seres silenciados?

Sí. Los seres silenciados también son las personas con diagnóstico de depresión. Estadísticamente, son más mujeres que hombres. En algunos casos, tienen diagnóstico y tratamiento, pero en la mayoría de los casos, no. Son silenciados por el tabú hacia esta condición, a pesar de que las estadísticas dicen que es la segunda causa de muerte en el Ecuador, y también una de las principales en muchos países del mundo occidental. También porque la atención, el tratamiento y la medicina son costosos, y no todas las personas tienen seguro o acceso a los servicios de salud. Las personas con depresión son silenciadas, además, de otros modos: la propia incapacidad de hablar de su condición, porque existe también un tabú sobre este tema y porque no se comprenden

De las imágenes de El mensaje de las modelos a la humanidad que ya existen, ¿cómo podría el público llegar a estas reflexiones solamente con mirarlas, con contemplarlas?

Es difícil encontrar estos mensajes y llegar a estas conclusiones con la sola expresión corporal y facial, porque no son obras panfletarias. Pero sí hay algunas obras explícitas, en las cuales el público podría avizorar y entender un sentimiento y un pensamiento. Por ejemplo, la obra de desnudo completo, en la que la mujer está con el puño levantado en señal de triunfo y el otro puño hacia abajo, pero con fuerza, son signos dentro de la obra que podrían, de alguna manera, sugerir al público un triunfo femenino, humano, sobre algo. Además, la expresión es de serenidad y seguridad en el rostro. El cuerpo está completamente de frente, sin ocultar nada –como en todas-, entonces confronta directamente al público; esto puede molestar a algunas personas. Por eso, esta obra está pensada para una comunidad sensible y consciente que no se escandaliza con el desnudo.

Si confronta, está dirigida a quienes van a comprender la confrontación. No es mucha la gente en ese nivel de comprensión.

Sí, efectivamente es así. Son pocas las personas que, primero, están interesadas en este tipo de manifestaciones contemporáneas que rompen con lo establecido, porque la mayoría de desnudos no confrontan, lo que hacen es ocultar, con figuras semi – vestidas, semi – desnudas, con lo que satisfacen el morbo de un determinado público.

¿La censura?

Bueno, sí, la censura juega un papel, pero el concepto de esas obras semi desnudas, está hecho así, porque eso se vende, eso es comercial: no solo se venden las obras, sino en los medios, la fama del artista.

En la serie que estoy presentando, no. Las obras son directas, no esconden nada: arrugas, exceso de peso, falta de peso, poco tamaño, mucho tamaño, la edad… no hay ningún tipo de censura en las modelos. Pero sí es necesario, para comprender el mensaje completo, leer el texto escrito en las obras, que es el testimonio de las modelos. Porque, si no, no estaría completa la obra, no sería el mensaje de las modelos, sino el mensaje físico y del retrato, pero no estaría explícito el pensamiento y el sentimiento de las modelos, que hablan sobre estos derechos que acabamos de decir (enfatiza con fuerza esta última frase).

Los mensajes tienen relación con temas que van desde la autorrealización hasta la profunda vinculación y responsabilidad con el planeta. La serie cubre todo ese espectro… Resulta que la serie es un llamado a despertar la consciencia de la gente frente a todos esos temas que están en lo profundo de estas mujeres particulares que están en las obras. ¿Qué aspiras que este llamado provoque en la colectividad en general?

Hay que leer a las modelos. Hay que leer la obra en su conjunto, el contexto, el concepto. Porque, insisto, no son únicamente palabras de una mujer que se quita la ropa. No es así. Es importante leer lo que dice la persona y leer lo que dice la obra en su conjunto. Y es importante saber y aceptar que es una obra irreverente, no es una obra decorativa. Está hecha para acompañar en el proceso de concienciación de los seres humanos. Inclusive, está desarrollada para que las personas de menores recursos económicos tengan acceso a la obra mediante impresiones digitales de muy alta calidad, que son fieles al original y que tienen edición, es decir, varias copias.

Esta es una serie que es compleja de hacer por el concepto en sí mismo, porque se necesita la colaboración de la modelo para que escriba su mensaje, se necesita, además, un público consciente que acepte, reciba y valore la obra. Entonces, no es fácil, demora. Cada obra, aunque es de formato mediano, puede tomar tres o cuatro meses, por la complejidad. Al inicio, sí contacté a la primera modelo profesional de arte que conocía, que yo contrataba para dar clases de anatomía; pero, con el desarrollo de la obra, poco a poco fui buscando lo que quiero decir con cada obra. No es una obra en la que llega cualquier modelo, posa y ya está. Son modelos que, a la vez, son modelos de vida: están haciendo cosas distintas, tienen una forma de pensar, de sentir y de vivir distinta al capitalismo, a la sociedad de consumo, que están proponiendo eso, modelos de vida distintos. Hay una modelo argentina, una española, una colombiana, que han pasado por aquí, alguna tal vez vivió un tiempo en Ecuador, que precisamente tienen esta forma distinta de vivir, y distinta también porque aplican los conocimientos que nos están diciendo en sus mensajes. Porque crear solamente algo bonito para el público, compartir esperanza, fortaleza y fe, está bien, pero lo importante es que vivan de acuerdo con su sentimiento y pensamiento. No son solo caritas bonitas, no son únicamente cuerpos bonitos: son modelos de vida, que, además, nos están representando a todos los seres humanos. Están hablando sobre el equilibrio de la naturaleza, de alguna manera están hablando de todos nosotros.

Si están hablando de encontrar los mecanismos para tener paz en la vida y vivir una vida pacífica… no están hablando solo por ellas, no es un mensaje para ellas mismas, ni para su grupo de amigos… están hablando para el resto de la humanidad. Por eso hay tantas reacciones positivas, especialmente de mujeres, y también de hombres, de seres conscientes y sensibles que se identifican con la obra hasta el punto de inspirarse en él.

Hay incluso quienes han tratado de replicar el concepto, y eso es bueno, porque quiere decir que esta obra -que en parte se ha exhibido y que ya está inclusive publicada en mi último libro- sí llega profundamente, sí inspira.

Probablemente, la serie debería tener otro nombre, para que sea más clara, más evidente para el público. A lo mejor “la voz de los resilientes” sea más específico para que otro público se acerque más al concepto en general. Por eso veo la necesidad de aclarar este tema, para que el público tenga conocimiento del alcance y de la profundidad de la obra.

¿Cómo invitarías a una feminista, o a un ambientalista, a que visite esta obra?

Les invitaría como a todas las personas. No creo que haya una diferencia en los seres humanos, pienso que somos iguales en lo que se refiere a humanidad. Luego, en cuanto al pensamiento, sentimiento y a la forma de vida, cada quien tiene su nivel de consciencia. En primera instancia, les invitaría a visitar la obra como a cualquier otro ser humano, que ese es mi mayor homenaje: iguales a todos, sea feminista o no. Si es machista, igual. Porque serían justamente los que más necesitarían esta obra, más necesitarían tener un espacio de expresión para ir transformando su concepto de vida, su forma de vida tan fuertemente arraigada. Más bien, invitaría como a cualquier otro ser humano, muy cordialmente, y en segunda instancia, invitaría a hacer parte de la comunidad creadora alrededor de esta obra, con su crítica, con su pensamiento crítico, con su reacción a la obra, porque de eso se alimenta la obra y todos. Nos alimentamos de lo que siente otra persona respecto de una obra de arte. Incluso, ese ha sido el proceso de la obra, de la creación: básicamente, ha sido el buscar alguien que sea ambientalista y modelo, por ejemplo, y encontré a la modelo ambientalista que, además es vegana.

Me gustaría, en algún momento, invitar a alguna persona, modelo de mujer machista, o a una modelo machista. Sería prácticamente imposible encontrarla… pero siempre habrá alguien, estaríamos hablando de una persona que esté involucrada activamente en el sistema, que accediera a participar en una obra que tiene como esencia todo lo contrario. Todos los seres humanos tienen derecho a tener voz, y sería interesante saber qué voz tienen, precisamente para generar criticidad en el público y en uno mismo. Pero no es eso lo que más me interesa, en este momento; mi interés está en evidenciar procesos de solución, antes que simplemente denunciar o desvelar a personas y circunstancias sociales… “defectuosas”, digamos (ríe) o que estén haciendo daño. Desde hace mucho…desde hace treinta años, mi obra dejó de ser una obra de denuncia, para pasar a evidenciar procesos de superación, de sanación, de recuperación, procesos de una forma de vida distinta, políticamente hablando, incluso. Entonces, creo que ese es un paso adelante, a diferencia de la mayoría de obra contemporánea, porque la obra contemporánea sigue limitándose a la denuncia. Por más conceptual, por más instalaciones, por más “rara” que sea la obra contemporánea, sigue siendo una obra denunciadora, denunciante. Porque los artistas… (Antonio se detiene, repiensa, rectifica) ellos tienen todo el derecho, son artistas… así es el arte, ellos son artistas y no tengo derecho de decir lo que se tiene o no se tiene que hacer. En todo caso, sí tengo el derecho de decir lo que yo hago; por eso explico también que esta es la primera vez en la historia del arte que se hace una obra así: se le está dando voz a la protagonista de la obra, ya no solamente a la modelo, sino a los protagonistas, porque seríamos todos. De alguna manera, estamos dándole voz también al público, porque la idea de la obra es que llegue al público, y que se sensibilice y diga “ah, sí, a mí me pasó esto… –no sé, por ejemplo, abandono familiar – y puedo salir de esto, y sufrir menos o dejar de sufrir, y que, por mi experiencia, haya más seres que puedan dejar de sufrir lo mismo que yo”, este sería un éxito espiritual de la obra (declara, enfático).

Es la primera vez en la historia del arte, se está dando voz a las modelos y al público, a los protagonistas de la obra –a lo mejor haya alguien que diga “mira, aquí hay un registro de un artista que le preguntó a la modelo, que ella habló y dijo algo… en los años mil novecientos sesenta, o en los mil setecientos, o en mil quinientos…”, y, si fuera así, sería interesantísimo ver (ríe) esas coincidencias, y sobre todo, interesantísimo ver: el artista, cómo vivió, qué le sucedió, cuántos años vivió, cómo le trató la sociedad, pero, hasta ahora, yo no he encontrado ni uno solo, ni un vestigio; hay en el año 2019 e inclusive en el 2020, personas que hicieron obras parecidas, que tienen una influencia formal de la obra que ya publiqué, pero no hay vestigios ni registros de que antes alguien haya hecho esto. Anteriormente, la obra de arte convencional ha sido concebida, plasmada y publicada para que el público la consuma y, mientras más alto sea el precio, mejor.

Siempre había y ha sido un bien de consumo, pero nunca se incluyó de esta manera al público, ya que el público tiene el derecho o la oportunidad de hablar, también, de interactuar con la obra y ser parte de ella.

Esto ya lo hice en la serie “El Yo consciente”2. Este es un producto madurado de una obra anterior. La diferencia es que, en esa ocasión, la trabajé con fotografía y video (pide hacer una pausa, para beber un poco de agua… nos hidratamos con frecuencia, por el calor que trae el sol de la tarde).

La idea es que, si leemos con atención estos mensajes, podemos comprender un poco más su contenido, obviamente; pero también entender un poco más sobre la esencia femenina mediante este desnudo limpio, transparente, que no lleva morbo, que no es pornográfico, absolutamente naturalista, en el cual las modelos son símbolo de la mujer. Esta esencia femenina no quiere decir que comprendamos solamente a las mujeres, sino que, además, es importante que cada uno de nosotros comprenda su propia parte femenina, intrínseca de su Ser. ¿Qué es esa parte femenina? Esto es bastante difícil de entender para algunas personas, para algunos hombres, porque dicen “yo no tengo ninguna parte femenina, yo soy un hombre”. No estoy hablando de hormonas, sino de feminidad. Por ejemplo, en el sentido de que todos tuvimos una madre, porque, si estamos vivos, nacimos de una mujer. Esa madre está interiormente en nuestro espíritu, en nuestro ser, en algunos casos de buena manera, con cariño y atención, respeto y apoyo; en otros casos, con violencia, descuido o ausencia, e inclusive con sobreprotección, a los hombres, sobre todo. Es importante comprender lo que nos pasa interiormente, a nosotros los hombres -y también a las mujeres-, comprender la influencia que tiene la madre dentro de nuestra psique y dentro de nuestra espiritualidad. Si es que hemos tenido una mala experiencia: si no conocemos a nuestra madre, o si nos abandonó, o nos golpeó, o nos trató o trata mal, podemos comenzar a liberarnos de este fantasma y de este pasado que muchas veces sigue siendo una causa de resentimiento y de dolor, que nos afecta como seres humanos y como sociedad. Esa mala experiencia hace que no podamos tolerar ciertos aspectos negativos de parte de la feminidad en general, tanto de hombres como de mujeres, y reaccionamos de la misma manera, con las mismas palabras, si es que fuimos maltratados verbalmente, por ejemplo. Lo mismo pudo haber sucedido con otras mujeres en la familia, que nos maltrataron o a quienes nosotros tratamos mal.

Ahora, la obra no tiene el propósito de llegar al nivel de entender la psique de las mujeres que nos trataron mal o bien, sino comprendernos a nosotros mismos, de conocernos y aceptarnos y luego aceptar en qué nivel hemos sido afectados positiva o negativamente. Y perdonar, comprender u olvidar el efecto negativo. Así como también inspirarnos, sanarnos, concientizar y vivir en paz gracias a la sabiduría de las mujeres, en general. El objetivo es comprender lo femenino en nosotros.

Se trata, entonces, de comprender y reconocer esa parte femenina, a través de qué mecanismos se ha desarrollado, los efectos de la figura femenina en cada persona, cómo se imprimió esa figura en nuestra psique…

Sí, en una etapa de la vida; exactamente: reconocer, comprender y aceptar. Tomar consciencia, en resumen.

Están también las compañeras, las parejas: comprender la feminidad de las parejas es vital para tener una relación saludable, para mantener relaciones saludables tanto de parte de los hombres, en primera instancia, como de las mujeres ya que ellas también pueden tener actitudes destructivas y negativas consigo mismas, producto de un trauma, o de una incomprensión o desconocimiento de la influencia negativa de ciertos hechos en su infancia.

Es importante que las mujeres también tomen consciencia de sí mismas y se conozcan a sí mismas. El mensaje de las modelos está destinado a hombres y también a mujeres. Es más: en la experiencia que tengo hasta aquí de las reacciones del público, han sido más las mujeres quienes han reaccionado. Se han identificado y han dicho “gracias, ya era hora de tener un espacio para expresarnos” o “lo que ha dicho esta mujer a mí me ha ayudado para aclararme, para tener la confianza suficiente y la posibilidad de entenderme a mí, a mi clan y a mi propia feminidad”.

Por otro lado, está la naturaleza, que está considerada femenina: la Pacha Mama es más que el universo, es considerada la Madre. Si no consideramos que la naturaleza tiene derechos, nos estamos suicidando lentamente, nos estamos destruyendo, haciéndonos daño permanentemente. También de esto hablan mucho las modelos: de la naturaleza, su cuidado, de los emprendimientos de conservación, del veganismo, de nosotros como parte de esa naturaleza. Por eso, el mensaje va mucho más allá de lo que dice un grupo de personas, en este caso, las modelos de arte. Es un grupo de personas, hombres y mujeres, que queremos sanar heridas del pasado, que queremos vivir un presente pleno, satisfactorio, lleno de paz, de salud, de amor.

Principalmente, la idea es comprender la psique, al pensamiento y al sentimiento de las mujeres, para comprender qué pasa dentro de nosotros, apelar a los seres honestos, conscientes consigo mismos, que es a quienes puede acompañar en su proceso. Si hay personas que consideran que no les pasa nada, que no reconocen haber sido violentadas, ni ser hijas de la violencia familiar del pasado, es más difícil que esta obra aporte a su concientización.

¿Tu obra apela a reconciliar algo, o a alguien?

Lógicamente. El momento en que uno comienza a comprender, ya ni siquiera tiene que perdonar. Entiende las razones por las que sucedieron las cosas en el pasado y los motivos por los que suceden de cierta manera, en el presente. Esto quiere decir que puedo reconciliarme interiormente con el pasado sin dejar de ser consciente de lo que sucede en el presente colectivo. En este presente, sigue habiendo muchas violaciones a los derechos humanos, a los derechos de la niñez, de la naturaleza, y muchas violaciones de los derechos de las mujeres. Es más: en nuestro país, Ecuador, en la actualidad, hay más facilidades para que esto suceda, al haber sido retirados los fondos para financiar las políticas de protección a las mujeres violentadas , agredidas, golpeadas…. Sobre todo, violadas.

También se habla de las violaciones a las mujeres y a las niñas, y de la ley para que puedan abortar el producto de esa violación. Porque estamos hablando de los verdaderos derechos humanos. Debe formar parte de ellos el derecho al aborto por violación a una niña y, también, a una mujer. A la mujer adulta, la ley no le ampara para interrumpir un embarazo en caso de violación3. Pero, a una niña es mucho más grave, porque se interrumpe toda su vida; de algún modo, una mujer adulta, física y mentalmente, ya está algo más madura… aunque no lo sé (reconoce y reconsidera).

Eso lo tienen que manifestar precisamente ellas mismas: una modelo, una mujer. Yo no soy modelo, no soy mujer, no soy niña y no he sido violado. Yo no puedo hablar por ellas. Por eso, es necesario que exista el testimonio escrito de las personas que tengan conocimiento del caso, que sepan sobre eso.

Eso manifiesta de tu parte un nivel profundo de respeto, hacia estas personas que pueden haber sido víctimas, o que simplemente son actoras de alguna experiencia y protagonistas de esa historia. La serie plantea que, cada una de las modelos ha protagonizado alguna historia, y es de ella de lo que habla, desde su propia vinculación desde esa experiencia, historia o pensamiento. No eres tú el que quiere decir su pensamiento de tal o cual tema, sino que, desde ese respeto y consideración a quien lo experimenta, conoce o piensa, tú solamente retratas a la mujer y plasmas la palabra de esa persona.

Efectivamente, existe el respeto, la consideración y la admiración, también, en muchos casos. Y es mi deseo el poder brindar un espacio para que pueda hablarse de estos temas tabú dentro del arte contemporáneo y que el efecto de esta obra sea positivo en todos: en la humanidad, en la naturaleza, en los animales. Este es mi objetivo, y mi sustento conceptual de esta obra.

Me gustaría mencionar que muchos de los seres humanos que estamos hoy con vida hemos sido producto de violaciones. En mi caso personal, no tengo constancia de que haya sido así.

Pero socialmente, con las historias de vida que tenemos en generaciones anteriores, por lo menos dos generaciones, hubo siempre violencias contra las mujeres. Muchas de las personas que hoy están con vida son producto de violencia sexual hacia la madre –no necesariamente, violación, no tengo datos específicos– pero esta es una carga para el hijo o la hija. Simplemente, son seres silenciados, tanto la madre como sus hijos e hijas. Son víctimas de esa realidad, de esa legalidad, de esa normalidad, del pasado, y que sigue existiendo en el presente. Sigue habiendo violaciones, a mujeres, a niñas, a niños… a hombres adultos, en mucho menor porcentaje –en centros de reclusión, por ejemplo (explica Antonio, con seriedad)–, pero sucede que niños violados se convierten en violadores en altos porcentajes. Niños violentados se vuelven violentos, niñas violadas se vuelven violentas consigo mismas y con sus hijos. Es un deterioro que la sociedad misma provoca, es lo que busca; esta sociedad quiere personas enfermas para que no puedan cuestionarla, para que sigan obedeciendo, para que no tengan la suficiente sensibilidad para evitar la tala de un solo árbol, es mi sentir. Para talar bosques enteros, para quemar la Amazonía, Australia, el planeta entero, se necesita gente prácticamente psicópata. Eso es lo que está formando la sociedad.

Por eso, esta serie trata de sensibilizar al público sobre estos temas, no solamente sobre la vida de un grupo de gente que se quita la ropa para trabajar. Desde el punto de vista estético, no se puede llegar a esta profundidad si es que quien mira la obra no es muy sensible o consciente.

Si a la gente le produce mucha consternación ver cómo se quema la Madre Tierra, hay que ver por qué se quema. Incluso, eso lo dice una modelo de la serie: se quema para dar paso a terreno para sembrar soya, para alimentar la industria cárnica en EEUU y Europa (su voz expresa indignación y dolor). Por lo tanto, mientras haya demanda de productos cárnicos, se necesitará más espacio para soya que alimente el ganado, habrá más oferta, y para que haya oferta, se necesitará quemar más terrenos. En esto, coincido con ese mensaje de esa modelo. Muchos dirán “yo estoy en contra”, “yo sí como carne”, “yo no quiero que me quiten mi estilo de vida”. En este caso, no quiero quitarle el estilo de vida a nadie; simplemente, trabajar con quienes ya tienen un estilo de vida diferente, que tienen la sensibilidad y la consciencia. Y, en algunas personas sensibles, proponerles que reduzcan el consumo de productos cárnicos.

¿Eres comunista?

Soy vegano, esa es mi propuesta política; tomando en cuenta las partes beneficiosas del comunismo, del socialismo, del anarquismo y del capitalismo. Pienso en una industria de huertos urbanos distinta desde su concepto, como un cambio de fondo, no de forma. No descarto que la empresa, la organización social, sea necesaria e indispensable en un nuevo estilo de vida, que políticamente reúna lo mejor de todos estos modelos. Porque, además, no podemos prescindir de ciertos aspectos, como la tecnología.

Como digo, mi propuesta junta lo mejor de todos los ismos, pero, sobre todo, junta los saberes ancestrales de las culturas que no eran ni socialistas ni capitalistas, ni ningún otro ismo. Pero son saberes importantes: en la cultura Valdivia, la Spondylus, por ejemplo, es el principio básico del trueque, en el que yo te doy algo, tú me das algo, y todos ganamos. Donde los niños y los adultos eran iguales, donde las mujeres y los hombres eran iguales, donde las decisiones se tomaban en conjunto, niños, mujeres, hombres y ancianos, también (Antonio refleja en el rostro y en la entonación, esperanza, ensoñación y paz).

Hay que tomar en cuenta que nuestra sociedad actual es súper discriminatoria, silenciadora, adictiva. Sanciona, discrimina: así como lo hace con quienes no tienen título académico, también lo hace con las mujeres que no tienen un determinado tipo de belleza -en la serie “El mensaje de las modelos a la humanidad”, la obra no escoge modelos “Barbie” sino mujeres absolutamente reales y naturales. La sociedad discrimina a las personas que ya tienen cierta edad (a partir de los 40, por ejemplo), a quienes tienen una identidad sexual que no es heterosexual. Y la discriminación más fuerte, más bien planificada, es hacia las personas de menores recursos económicos, esa es la discriminación más cruel y masificada: una persona pobre está completamente discriminada, completamente silenciada, ni siquiera le dan audiencia en cualquier sitio para que pueda decir “yo quiero trabajar aquí”, “yo puedo trabajar aquí”, o “yo quiero vivir aquí”, o “quiero estudiar aquí”; le toca vivir una vida con esos escasos recursos. En algunos casos, ese sufrimiento, ese dolor, le da la oportunidad de ahondar en su espiritualidad, que es su verdadera riqueza, y hacer lo que realmente ama hacer y realizarse desde allí. Esa es una riqueza mucho más grande, sin descuidar que todos nos merecemos una adecuada distribución de la riqueza material, en la sociedad en la que vivimos, aquí y ahora.

En la sociedad propuesta, es menor el impacto o la necesidad de dinero, porque, como digo, existe el intercambio de bienes y servicios, el intercambio de saberes. Esa es la verdadera riqueza, la verdadera abundancia: la consciencia, la sensibilidad, los saberes. Debemos estar conscientes de que muchos tenemos esa abundancia, vivimos esa abundancia y de que podemos compartirla. De esto habla la serie (sonríe y matiza su voz con profundidad y certeza).

La tecnología avanza con o sin capitalismo. Existe tecnología, pero es en el capitalismo en el que se ha desarrollado con mayor velocidad.

Si la tecnología fuera hecha para que dure más tiempo, la industria ya no sería únicamente un negocio capitalista, sería una empresa mucho más consciente y amable con el medio ambiente y también con la economía de la gente y la forma de vida de todos. Por eso relaciono mucho a la tecnología con el capitalismo. En una sociedad no capitalista, no es necesaria tanta tecnología desechable que se convierte fácilmente en basura.

La tecnología proviene de la aplicación del desarrollo del saber, y del conocimiento científico. Y está demostrado que el conocimiento científico no se encuentra en los polos de desarrollo capitalista; al contrario, está disperso por el mundo, y los países de mayor desarrollo económico industrial capitalista, en realidad adquieren ese conocimiento, e inclusive, adquieren los cerebros.

Estoy completamente de acuerdo. ¿Por qué en países que no tienen fuerte desarrollo capitalista o industrial, hay personas que destacan en sus ámbitos? Porque, en esa fase, no están absorbidos en este consumismo; por eso, pueden desarrollar sus talentos, desarrollar su alma, lo que más les gusta. Ahora, una vez desarrollada la persona con su producto, es absorbida por el capital, en su mayoría. Esa es una forma de ser neutralizada y silenciada. Si sucede lo contrario, es una forma más agresiva de ser silenciado: es decir, si la persona no logra cumplir los requisitos obligatorios establecidos por el sistema consumista, es completamente silenciada, porque no puede acceder a un empleo decente; por más virtuoso, estudioso, desarrollado que sea, tiene que someterse a esas normas. Mucha gente que no tiene título universitario o formación superior ha sido neutralizada, damnificada por el sistema, y es gente brillante.

Estas personas también tienen derecho de hablar, de expresarse, y decir “a mí me pasó esto, yo he resuelto esta situación de tal manera, pero aspiraría a tal cosa”. Es lo que pasa precisamente con las modelos de la serie. Ocurre que el sistema capacita personas para que sean parte del engranaje, en el que se convierten en una especie de hámster que siguen dando vueltas y vueltas y vueltas en su ruedita, a cambio de comida, a cambio de vivienda y a cambio de ciertos placeres o satisfacciones que, en su mayoría, son sueños que no son propios. Son seres silenciados, aunque crean que son exitosos para el sistema consumista.

Tú describes muy críticamente este momento de nuestra realidad desde tu ubicación de artista. Entonces, ¿tu arte, y el arte contemporáneo, es transgresor?

Sí, el arte transgrede, porque esa es su naturaleza. En toda la historia del arte, ha sido transgresor porque denuncia, esa ha sido la historia y la transgresión del arte, formal y conceptualmente.

Pero, actualmente, eso es ya, prácticamente, crónica roja, o prensa amarilla; entonces, ya no es transgresión. Por más que sea súper conceptual y lo que se haga sea un video y se presente una persona que se esté automutilando (su voz suena reflexiva y asertiva, a la vez). Esa es una transgresión visual, pero no transgrede a la sociedad en su contenido más profundo, solamente transgrede la forma, lo exterior, la cáscara. Que, de alguna manera, si profundizamos, eso no es transgresión; es, más bien, hacer lo que el sistema pide que se haga. El sistema está pidiendo que haga cosas que enfermen… ver televisión, ver todos los noticieros y ver cuántas personas se han muerto y cómo se han muerto, no es saludable… ¡no es saludable, desde ningún punto de vista! (exclama la última frase con mucha vehemencia) Lo mismo pasa con el arte que, entre comillas es “transgresor”, es exactamente lo mismo: incluso hay violencias, y escenas de violencia. En esta época, por el contrario, el hacer una obra desde la salud es lo transgresor.

Ahora, sí hay obras contemporáneas que no son así, evidentemente. Vi una exposición que se llamaba “¡Qué vulvaridad!” y me pareció interesante, que retrataba las vulvas de las mujeres. Entonces, eso parecería que fuera pornografía, pero, realmente, la intención de la artista era que las mujeres se vieran a sí mismas, se conocieran a sí mismas. En muchos casos, las mujeres nunca se habían visto su propia anatomía, ¡imagínate! Y, de paso, nos enseña mucho a los hombres: que cada mujer es diferente, y que no es igual al prototipo de perfección que se propone en la pornografía: para comenzar, que no tiene que ser menor de edad, que no tiene que ser virgen, o sumisa, al servicio del placer masculino. Entonces… así reaccionan las personas conscientes y sensibles; otras personas irán a morbosear, pero eso no lo podemos censurar. Los artistas, lo que podemos hacer, es presentar una obra, transgredir la normalidad, pero con consciencia.

Yo no soy un pintor, no soy quien hace esta serie, no soy el padre de los hijos, no soy la persona, el niño, que fue agredido por los padres… No soy solamente el nadador que disfruta del mar. No soy el vegano… ese es mi contexto exterior, la cáscara. Todas esas partes conforman mi Yo; pero mi Ser, para mí, es una energía de paz y de abundancia. Solo ese concepto ya es transgresor. O sea, yo transgredo porque propongo salud, porque propongo un nuevo modo de vida, que ya se está practicando y, además transgredo, porque estoy proponiendo la construcción de una nueva forma de vida, una comunidad, que reflexione sobre un nuevo estilo de vida. Eso es transgresión. Si no, hacer un producto que la sociedad apruebe, no es transgresión, es todo lo contrario, por más que, aparentemente, lo sea. Evidentemente, este es un concepto bastante elaborado, no forzado, pero sí elaborado. Se necesita personas que entiendan, que quieran entender. Por otro lado, personas que se identifiquen con los derechos sociales, humanos, los derechos de la naturaleza, de las mujeres, de los niños, de los artistas, incluso… porque toda obra es autobiográfica.

Ahí, también se está hablando de los derechos del artista, como tal. Cuando hablo de esto, hablo del derecho de tener voz, yo también, de mi propio derecho, y mi propio espacio de tener voz. Porque, claro, dicen que debía haber sido una mujer la que debía haber hecho esto. Esa fue una reacción del público, de una persona feminista. Pero, simplemente, fue un hombre quien lo hizo, y, yo, sinceramente, creo que debía ser así. Si fue un hombre, es porque era yo quien necesitaba, quien tenía la necesidad de expresar y de crear esta obra, porque yo soy precisamente el que está sanando sus propias heridas espirituales, y estoy tratando de manejar mejor a la sociedad en la parte exterior de mi Ser. Por eso, toda obra es autobiográfica. Eso también es importante decirlo, y eso, también, es transgresor.

La mayoría de personas se quedan calladas. La mayoría de artistas no hablan, realmente, su verdad: lo que han sufrido, lo que les pasó, lo que les está pasando interiormente, porque el arte, cuando se lo trabaja como cualquier otro trabajo automático, cuando estás absorto y sin reflexión, no se puede hablar sobre lo que se siente. Simplemente, es una forma de estar silenciado. El trabajo metódico que tiene como único objetivo producir dinero, producir obra para recaudar dinero, es una forma de silenciar, una forma de separar a la persona de su esencia, de sus sentimientos, de lo que vivió en el pasado, de lo que vive en el presente, de lo que está sintiendo. El arte no es la excepción, pero esta obra sí lo es. Porque yo trabajo esta obra desde mi meditación, desde mi camino espiritual, desde mi trabajo interior, que ya tiene algunos años, y también desde mi necesidad de sanar… sobre todo, para dejar un legado. Yo ya estoy pensando… Tengo cincuenta y un años4, y he comenzado a pensar en dejar un legado consciente, porque, en arte, la ventaja es que la obra que uno va haciendo va quedando como legado. Pero, en el mejor de los casos, los artistas conscientes, lo que hacemos es cambiar, no quedarnos en lo mismo desde el principio. Si tú ves, mi obra ha tenido una metamorfosis marcada, entonces, sí está pensada para ser un legado a la humanidad, a mis hijos, a los seres que yo amo, que yo quiero, y no desde el ego sino desde el Ser.

Ego y Ser… ¿cuál es la diferencia?

En el campo artístico, el ego está relacionado con la fama, el prestigio y la fortuna, o sea, el dinero. Cuando el artista trabaja desde ahí y para eso, trabaja de diferente manera. El arte comercial es producto del ego: que sea fácil de vender, que sea fácil de comprar, que sea fácil de hacer, que se puedan hacer dos o tres o cuatro, o cinco obras diarias, que se tenga muchos ayudantes, varios talleres, con mano de obra barata, que se produzca obra en gran cantidad... Y, claro, hay pocos, pero hay artistas aquí en Ecuador que han logrado consolidar industrias artísticas, con decenas de empleados, que trabajan produciendo y comercializando la obra.

Esa industria cultural, que obviamente necesita del apoyo externo: de los gobiernos, de instituciones privadas y no privadas, que le avalen y le den un empujón, una mano. Todos los artistas que han hecho del arte una industria han tenido eso.

Si tú ves una biografía, o varias, o haces un estudio de lo que decían estos personajes, Picasso decía “voy a ser el mejor pintor del mundo”, y lo fue. Warhol dijo “voy a ser el mejor pintor de EE. UU.”, y lo fue. Los dos lo fueron, para el mercado. Si tú ves, esa declaración es bastante egótica. Está hablando de “yo soy el mejor” y los demás son peores que yo. Yo soy el que manda, los demás obedecen. Ese es el modelo que se mantiene actualmente, modelo sociopolítico que se viene dando en occidente, desde hace siglos. Eso es hacer arte desde el ego.

Hacer arte desde el Ser es que no me interese tanto que yo aparezca, o que mi nombre aparezca, sino que mi obra inspire a otros… es más, mi obra no la produce un Yo, sino un Ser consciente, o que se está concientizando. El ser consciente que produce una obra, cuyo objetivo no es ser el mejor del mundo ni ser el más millonario, tiene el objetivo de incentivar a las demás personas para que encuentren una vía de reflexión sobre las posibilidades de superar adversidades, de mejorar la calidad de vida, de tener una nueva forma de vida, de comprenderse a sí mismos, ese es el objetivo. El objetivo de la obra no es que la gente diga “¡ah, es que él es el primero y el único que ha cambiado la historia del arte!”. Probablemente, sí sea un cambio en la historia del arte, porque ese alcance tiene, yo sí lo visualizo, pero no es el objetivo principal (sonríe, mientras mueve sus manos, entrecruza los dedos y luego los suelta, en ademán de entrega. Aprovecha para beber algo más de agua, lo mismo que yo).

Por el hecho de que la obra ya existe, ese objetivo ya está alcanzado…

Sí, la obra ya existe, y sí, ya está hecho. Pero no por eso yo me siento el mejor pintor de

Latinoamérica, el mejor pintor del Ecuador, el mejor artista… no. Me siento un ser humano que tiene las mismas necesidades que el público, que tiene las mismas realidades que el público, que está viviendo en la misma situación. Me siento un igual. Lo soy.

Esta obra está hecha por una persona que siente la misma frustración que otros miles al ver los desastres de la naturaleza, al ver los desastres de la justicia, al ver la situación económica difícil, producto de una matrix bien estructurada que, por más brillante que seas, no se traduce en estabilidad económica. Esa obra está realizada por una persona que está sanando heridas del pasado, heridas profundas de las cuales se habla en esta serie; en lo pintado o dibujado, hablo yo, que está transgrediendo la sociedad porque, por ejemplo, las modelos están haciendo ejercicios de yoga, o de meditación, o en la obra de la menstruación, está valorando la menstruación con todo el universo que eso conlleva, que, si nos ponemos a hablar de eso, solo esa obra es todo un capítulo aparte. Sí, cada una… pero esa, en especial, porque es un tabú brutal, así como el aborto de las niñas, también lo es. Entonces, obviamente no está hecha desde el ego, desde el “yo quiero ser el más importante, el mejor pintor”, no, no… está hecha desde el Ser que quiere concretar una obra que pueda estimular, incentivar, que pueda inspirar a las demás personas, y generar un sentido crítico, también, o sea, generar consciencia.

¿Cómo fuiste silenciado tú?

Yo fui silenciado de niño desde la violencia familiar, desde el abandono. Primero, la violencia física y abandono de parte de padre, y luego, por responsabilidad del padre, la separación de la madre. Ese es un silencio porque yo no tenía hogar por un lapso de dos años: perdí todo lo que tenía, porque no fui huérfano de nacimiento. De pronto, si uno es huérfano de nacimiento, no sé, aprende a vivir así. A lo mejor, es acogido en algún hogar para huérfanos, yo no. No tuve ni hogar para huérfanos, ni hogar para nada. Me tocó vivir recogido en ciertas casas, temporalmente, y mucho tiempo, en la calle. Eso marca una forma de ser que, en mi caso, hace que se cierre y no quiera hablar con nadie. Primero, es una pesadilla que uno no quiere vivir, uno quiere que cambie, que cree que en algún momento va a terminar; y, segundo, se siente rechazado y maltratado por todo el resto de seres humanos. Se cierra como un cangrejo ermitaño, se silencia uno mismo, y vive dentro de sus pensamientos. No vive una vida normal de un niño que está jugando, y tiene amigos, tiene familia, tiene juguetes y todo eso. Realmente, en ese momento, uno vive como un cangrejo ermitaño, dentro de su concha. Y juega solo, y se inventa juegos, y, entonces, eso… de alguna manera me benefició, porque comencé a jugar con plastilina y con lápices. Jugaba a dibujar, a modelar, sobre todo, a pintar. Yo mismo me estaba auto educando para mi profesión desde los siete años… edad en la que muchos artistas exitosos han empezado su carrera, sus estudios. Y, claro, fue eso lo que me tocó vivir, fue esa época. Ahora, sigue habiendo niños abandonados. Hay estadísticas de niños muertos, niños suicidados, niños abandonados… en otros países, y seguramente aquí, también. No ha cambiado y ¿qué ha hecho el arte transgresor para que eso cambie, en su tiempo? ¿Quién dibujó un niño suicidado, en el pasado? No hay un solo pintor en la historia del arte que haya pintado un niño suicida, yo sí. Pinté a varios niños suicidas, claro, cuando yo ya pude hablar, hablé. No me iban a pagar una fortuna por ese cuadro, ni siquiera me iban a aceptar ese cuadro, porque era tan transgresor que fue censurado.

Lo mismo ahora, con las modelos. Causa gracia, porque el desnudo ya no tendría por qué ser censurado…

No tendría por qué, siempre y cuando fuera presentado de una manera egótica y comercial. Es egótica cuando cumple con ciertos requisitos estéticos, incluso étnicos, ¿sí? Y ciertos requisitos estéticos formales que escondan las partes íntimas, que escondan senos, vulvas, que escondan todo lo que puedan esconder, y dejen entrever, a manera de pornografía y de morbo, ciertas partecitas, y que jamás te estén mirando directo a los ojos, eso sí: muy sumisas, mirando a otro lado. En algunos casos, ya no sumisas, sino más bien… orgullosas de su belleza, superiores a las demás. Por eso es que esta serie te confronta, porque todas las modelos miran directamente a los ojos del espectador… porque yo me ocupo de que eso esté bien hecho: que miren directamente a los ojos. Si tú ves una modelo, en esta obra, y te mueves a cualquier lado en ciento ochenta grados, los ojos de la modelo te siguen, te tienen que seguir, si no, está mal hecho. Y yo no descanso, no doy por terminada la obra hasta que eso suceda. Te tienen que seguir, a todo lado: si te bajas, si te subes, si te vas a la izquierda, te vas a la derecha, te siguen, te confrontan. Y el desnudo es directo: puede ser que tenga unos senos chiquitos, que tenga tatuado todo el cuerpo, o que tenga gorditos en el estómago, o que tenga unos senos grandes y que sea gorda, o que sea súper flaquita y que no tenga los pechos grandes, y ¡obviamente no tiene, porque esa es su constitución, su biotipo!, ¡como son, como somos, los seres humanos! (abre ampliamente los ojos, sonríe, ladea la cabeza, explicando esta simple verdad) Entonces, a algunos les parece horroroso que una mujer no tenga senos –grandes-, que sí los tiene, porque es una mujer adulta, pero que no los tenga grandes les parece horrible porque les parece hombre, parece homosexual… Pero así es, ¿ves? Así también se va deconstruyendo una sociedad. Más bien, nosotros, los que co-creamos esta obra, vamos viendo lo deteriorado de la sociedad. No solo denunciamos: vemos cómo está deteriorada la sociedad, y nos retroalimentamos para reafirmar los conceptos de la necesidad de un cambio social urgente, pero de fondo, no de forma. Eso es muy importante.

Trabajo mucho con modelos que están tatuadas, tienen otro estilo, otra forma, otro concepto de vida, que han sido silenciadas por ese mismo estilo de vida. Yo también he sido silenciado, porque prefiero hacer esta obra, aunque no me represente grandes ganancias económicas en la actualidad –quizás en el futuro, sí– pero el que no sea mi objetivo principal el ganar mucho dinero, me mantiene libre. Doy clases para sustentar los gastos necesarios para vivir. Porque, anteriormente, yo sí he tenido éxito comercial con mi obra, sin que haya sido ese el objetivo. No era saber en cuánto le iba a vender a la obra, sino que, simplemente, estaba creando un universo nuevo, una obra nueva. Estaba siendo yo, siendo mi ser, creando libremente. Precisamente, cuando un ser humano hace eso, está creando abundancia. Casi toda mi obra anterior es una obra más bien sumamente abstracta, sumamente depurado el concepto, por lo cual es apreciada y valorada. Pero, ya ves, para un artista que no se repite –podría haberlo hecho, como lo hicieron otros como por ejemplo Picasso… obvio, para la sociedad de consumo, si ya encontraste una receta, una mina de oro, explótale y llega a precios exorbitantes y llega, si es posible, a EE. UU. y Europa, y conságrate. “Eso es inteligente. Con eso vas a comprar, qué se yo, casas, propiedades, a tus hijos les vas a educar en Europa o en Estados Unidos” –mi necesidad espiritual, mi necesidad interior, es otra. Es otra la fuente de abundancia, y es recuperar o estar consciente de esa otra fuente, que muy probablemente es mucho más importante, más valiosa, que la económica. Por eso, cuando te cuento esto, estoy dejando de ser silenciado, porque te estoy contando una forma de salir del silencio, de la discriminación económica producto de la sociedad de consumo. Ahora, ya te cuento, ahora ya tengo voz, yo mismo me he dado voz: a través de mi meditación, de mi camino espiritual, de mi forma de vida, he logrado tener este conocimiento, esta “sabiduría” (pone la palabra entre comillas con su voz) que me mantiene bastante bien equilibrado y protegido de las enfermedades sociales que la mayoría de los seres tenemos. Además, me proyecta hacia un equilibrio exterior, en una sociedad colaborativa, no competitiva, en la que no somos competencia sino inspiración. Es importante que sepas cómo de niño fui silenciado, cómo, en el momento en que empecé a hacer arte, dejé de ser silenciado (nuevamente pausa, para hidratarse). Es un constructo social complejo.

Finalmente, entonces, ¿a quién diriges el mensaje de las modelos?

Ahí entra la invitación a la comunidad consciente y sensible para que apoye esta obra. Cada una de las respuestas del público a mí me ayuda. Por ejemplo, si hay una reacción negativa, que ignore la invitación, yo ya sé que el nivel de censura, como tú decías, al desnudo y a los derechos humanos, está mucho más extendido de lo que yo creía. Eso, de alguna manera, me incentiva más a trabajar en esta profundidad, que es lo que estamos haciendo, en explicar mucho más profundamente a la gente que sí reacciona positivamente, y a mí mismo, y a todos. Dejar más clara, potenciar más a las obras. O sea, las próximas obras van a ser más irreverentes, más transgresoras. Porque yo ya sé que, con estas personas, ya no cuento. No les debo nada, ninguna explicación. Mientras más transgresora sea, más se van a molestar, y eso es, de alguna manera, una liberación para mí. Porque yo… hay un eslogan que dice que “el artista se debe a su público”, algo así, pero eso no es verdad. Yo no estoy atado con nadie, estoy completamente libre; no estoy atado ni conmigo mismo. Yo hago esto porque yo quiero, porque yo necesito, porque siento que la sociedad necesita. No porque necesite pagar una deuda de cientos de miles de dólares, y tengo que hacer algo para pagar. Yo no tengo ninguna deuda, y eso es lo que me da la libertad de sentir que nadie tiene tampoco una deuda conmigo.

Por lo menos, en mi mundo personal, en mi mundo interior, yo soy libre. Tal vez, afuera, en el mundo exterior, fui un ser silenciado. Pero, en mi mundo interior, yo soy libre.

Dar por terminada la entrevista no es fácil, pues Antonio se entrega al pensamiento y la palabra con generosa profundidad… Ya pasan de las dos de la tarde, el tiempo ha sido imperceptible. Me despido con gratitud: siento que he visto un rostro del artista que muy pocas ocasiones ha mostrado. Y Antonio expresa su satisfacción por este momento compartido en el que ha vertido tanto de sí y de su trabajo, junto con las claves para que su público, consciente y transgresor, descifre lo profundo de la vertiente espiritual que se decanta a través de su obra.


1 La entrevista íntegra tuvo lugar en la fecha indicada, por lo que se ha actualizado la frase que alude al aborto legal por violación que, hasta 2020, no había sido aprobado por la Asamblea Nacional del Ecuador.

2 “El Yo consciente es una serie de retratos y testimonios de personas resilientes, expuesta en Alemania y en Ecuador en los años 2014 y 2015, y que aparece en un libro de idéntico título, publicado en 2015.

3 La reforma al Código Orgánico Integral Penal que permite a la mujer el aborto en caso de violación recién fue aprobada y puesta en vigencia en el año 2021, posterior a esta entrevista.

4 La fecha de nacimiento de Antonio Romoleroux es el 12 de abril de 1968.

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