Revista Latinoamericana de Derechos Humanos
URL: http://www.revistas.una.ac.cr/derechoshumanos
Volumen 31 (1), I Semestre 2020
ISSN: 1659-4304 • EISSN: 2215-4221
Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rldh.31-1.7
Recibido: 13-12-2019 • Aceptado: 19-3-2020


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REVISTA ESCENA: EXILIO CHILENO Y LA CULTURA ACADÉMICA

Escena magazine: Chilean exile and the academic culture

Revista Escena: exílio chileno e cultura acadêmica

Marcelo Valverde Morales1

Resumen:

El presente trabajo ha sido realizado como parte del proyecto académico Voces y rostros del exilio chileno en Costa Rica del Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA). Comprende un análisis sobre el exilio chileno en Costa Rica y su papel en la constitución de la revista Escena, publicación realizada desde 1979. La investigación ha desarrollado un recuento del exilio de sus fundadores, las redes intelectuales que aportaron en ella, las personas exiliadas chilenas que escribieron y el contexto histórico cultural de su constitución. Los resultados del trabajo, obtenidos a partir de entrevistas y revisión bibliográfica, demuestran el aporte a la cultura costarricense de una iniciativa editorial de vigencia permanente, la cual cumplió en el 2019 sus 40 años.

Palabras clave: exilio, revistas culturales, revista Escena, historia intelectual.

Abstract:

The present work has been undertaken as part of the academic project Voces y rostros del exilio chileno en Costa Rica (translated as Voices and faces of Chilean exile in Costa Rica) of the Institute of Latin American Studies (IDELA). It comprises an analysis of the Chilean exile in Costa Rica and its role in the creation of the magazine Escena, published since 1979. The investigation has developed an account of the exile of its founders, the intellectual networks that contributed to the magazine, the exile Chilean authors and the cultural-historical context of the magazine’s constitution. The results of the work obtained from interviews and bibliographic review, demonstrate the contribution to Costa Rican culture of a publishing initiative of permanent validity, which in 2019 entered 40 years of existence.

Keywords: Exile; Cultural magazines); Escena magazine; Intellectual history.

Resumo

Este trabalho foi realizado como parte do projeto acadêmico Voces y rostros del exilio chileno en Costa Rica (traduzido como Vozes e faces do exílio chileno na Costa Rica), do Instituto de Estudos da América Latina (IDELA). Inclui uma análise do exílio chileno na Costa Rica e seu papel na criação da revista Escena, publicação realizada desde 1979. A pesquisa desenvolveu um relato do exílio de seus fundadores, das redes intelectuais que contribuíram para ela, os exilados chilenos, que escreveram e o contexto histórico-cultural da constituição da revista. Os resultados do trabalho obtidos a partir de entrevistas e de uma revisão bibliográfica, demonstram a contribuição para a cultura costarriquenha de uma iniciativa editorial de validade permanente, que em 2019 completou 40 anos.

Palavras-chave: Exílio; Revistas culturais; Revista Escena; História intelectual.

Enfoque investigativo

Como parte del aporte social, artístico, cultural y académico de las personas chilenas llegadas a Costa Rica durante la década de los años setenta, resulta sobresaliente la contribución al arte escénico costarricense de dramaturgos, actores y gestores que impulsaron el crecimiento y la calidad del teatro.

Su aporte al arte en Costa Rica no se limitó a su quehacer en los escenarios. En este sentido se encuentra como un baluarte la revista Escena, la cual es abordada en el presente trabajo como resultado del proyecto: “Voces y rostros del exilio chileno en Costa Rica” del Instituto de estudios latinoamericanos (IDELA), de la Universidad Nacional.

La investigación se sitúa en el nivel teórico en tres vertientes académicas de importante tradición dentro del IDELA, las cuales son los estudios sobre revistas culturales, los referidos a historia intelectual y al exilio en América Latina. En este sentido se destacan los trabajos de Mario Oliva: “Historia de Repertorio Americano (Oliva, 2008), “Liberación: revista centroamericana de vanguardia” (Oliva, 2018) y “La revista Renovación: de la política a la literatura” (Oliva, 2018). Los cuales han servido de guía para la presente investigación.

Dentro de este abordaje desde los estudios sobre revistas culturales, y a partir de los trabajos mencionados, se emplearon elementos metodológicos referidos a detalles de fondo, tales como las redes intelectuales que aportaron en la constitución de los ejemplares, así como las redes de circulación y consumo de Escena.

Sobre esta línea de análisis, también se trabajaron las reflexiones históricas llevadas a cabo en las ediciones de aniversario, pues como mencionan las académicas Alexandra Pita y María del Carmen Grillo: “…las revistas permiten visualizar las principales tensiones del campo cultural de un periodo, ubicándose en la intersección de los proyectos individuales y grupales que muestran las preocupaciones estéticas, políticas y de identidad de la modernidad”. (Pita y Grillo, 2012, p. 178)

Como parte de los aportes de la revista Escena, se encuentra una reflexión pionera en el carácter académico del teatro, así como de otras manifestaciones artísticas en Costa Rica. En la presente investigación se muestra como en su quehacer por más de tres décadas, en Escena confluyeron personajes e ideas de gran trascendencia en la cultura del país.

Esto enmarca el presente trabajo dentro de la línea de historia intelectual y permite una reivindicación de la memoria nacional en ese sentido, según lo que menciona Carlos Altamirano: “La reactivación de la historia intelectual como de la historia política puede ayudar a fertilizar esa zona abandonada hasta ahora que es la de una historia social y política de nuestras élites culturales” (Altamirano, 2005, p: 18).

Precisamente, el trabajo de Escena ha permitido ampliar en la memoria tanto de las elites culturales costarricenses, como también de las elites culturales del exilio chileno en Costa Rica. En este sentido justamente como parte de los resultados de la investigación del IDELA, se encuentra el elemento de que en muchos sentidos ambas elites se vieron mezcladas a partir de la llegada de la diáspora en 1973.

Exilio

Escena: Revista de las Artes, es una publicación realizada desde 1979, respaldada institucionalmente en su inicio por el Teatro Universitario y la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR), su origen y su permanencia en el tiempo son gracias al esfuerzo de chilenos o bien personas con influencia chilena, quienes con un serio compromiso por el arte y la academia se propusieron emprender la iniciativa. Los responsables del comienzo de la revista Escena son los chilenos Juan Katevas (de origen griego), Gastón Gaínza (de origen español) y el belga “Chilenoide” Víctor Valembois. Todos ellos llegados a Costa Rica tras el golpe militar de Chile en 1973 en diferentes momentos.

En su vida en Chile, Juan Katevas se desempeñaba en el medio teatral, había participado activamente en el teatro experimental de la Universidad de Chile (Morúa, 2014). Fue parte además del elenco de puestas escénicas de renombre como La Remolienda; a partir de estas redes con las cuales se vinculó, puede suponerse que se relacionó con figuras trascendentales del medio político y cultural, como lo fue por ejemplo Víctor Jara, quién era cercano a Bélgica Castro y Alejandro Sieveking, compañeros de teatro de Katevas.

Su filiación política al partido comunista le hizo tener que huir a Costa Rica (Morúa, 2014). En la siguiente fotografía puede verse de izquierda a derecha a Juan Katevas, Bélgica Castro, Lucho Barahona y Mario Lorca en una fotografía del año 1965, para una obra dirigida por Alejandro Sieveking, la mayoría de ellos exiliados en Costa Rica en los años 70.

La remolienda, montada en el Teatro Antonio Varas, de la Universidad de Chile, en 1965

Juan Katevas en la puesta escénica La Remolienda (1965),
Biblioteca Nacional de Chile.

Más adelante Gaínza da pistas sobre la llegada de Katevas a Costa Rica:

“Otros compañeros fueron llegando y empezaron a encontrar trabajo, por ejemplo, Juan Katevas, otro amigo mío, quien encuentra trabajo en el colegio Castella, que era un lugar que le interesaba a la gente de arte. En el caso mío no, porque yo soy filólogo” (Morúa 2014, p. 99). Este relato demuestra el determinado interés de Katevas por vincularse y contribuir al teatro aún en el exilio, determinación de gran valor para la futura revista.

Gastón Gaínza, por su parte, antes de llegar a Costa Rica se desempeñaba como académico y como decano en la Universidad Austral, era miembro de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), donde lideraba la realización del Atlas Lingüístico del Sur de Chile (Sandoval, 2015). Su huida se dio por el hostigamiento y la persecución que recibió al ser parte del Partido Socialista, en el cual era encargado del Comité Regional en Valdivia (Morúa, 2014). En una entrevista realizada por el académico Carlos Sandoval, Gastón Gaínza menciona sobre su posterior salida:

En diciembre de 1973, cuando yo aún estaba prisionero, dos colegas de la Universidad Austral que pudieron salir de Chile, me solicitaron el currículum para llevarlo hacia su destino. Ellos eran Agustín Cullel Teixidó y Víctor Valembois. Ambos viajaron a San José Costa Rica, porque Agustín tenía familia aquí. Tiempo después, me contaron que, a comienzos de enero de 1974, habían entregado mi currículum y el de otros compañeros a autoridades de la Universidad de Costa Rica. Una de esas personas, con las que se entrevistaron, fue don Isaac Felipe Azofeifa. (Sandoval, 2015, p. 138)

Debe destacarse que Isaac Felipe Azofeifa, poeta, político y académico de renombre, había sido parte del proyecto de Misión Pedagógica Chilena del año 1935, el cual pretendía iniciar el proceso para la constitución de la Universidad de Costa Rica, por lo que contaba con una afinidad cultural para con este país. Además, en su estancia como estudiante tuvo cercanía al Partido Socialista (Cuevas, 1995). Estos precedentes, junto a los importantes atestados de Gaínza, favorecieron la llegada de este y muchos otros académicos chilenos.

Una vez que consigue llegar a Costa Rica, es recibido entre otras personas por Víctor Valembois y Raúl Becerra. El mismo día de su llegada en marzo de 1974, Gaínza comienza sus funciones como profesor en la Facultad de Estudios Generales (Sandoval, 2015). Como se observa, el arribo al país por parte de los editores de la revista contiene las características de la gran mayoría de los chilenos llegados, tales como la búsqueda de oportunidades laborales, el apoyo de redes de amigos que ya se encontraban con anterioridad, y el acercamiento a grupos de solidaridad que permitieron en alguna medida un establecimiento más óptimo en el país.

Tras el recibimiento y ayuda que les dio Isaac Felipe Azofeifa, Gastón Gaínza y Víctor Valembois se incorporaron al trabajo docente de la Universidad de Costa Rica. Juan Katevas quien llegó posteriormente, se vinculó al Colegio Castella. Hechos que les permitieron una mayor estabilidad y un relacionamiento directo con los ambientes teatral y universitario. Posteriormente, según relata Gaínza, como una iniciativa de María Eugenia Bozzoli, quien era la vicerrectora de acción social de la Universidad de Costa Rica, para comienzos del año 1977, Katevas es nombrado director del recién constituido Teatro Universitario (Morúa, 2014).

El contexto de surgimiento de Escena

Para comprender de manera integral el surgimiento de la revista Escena, debe considerarse el contexto nacional e institucional en el cual se desarrolla. Como se observó anteriormente, durante la década del 70 se dio un auge importante de la llegada de personas exiliadas de Chile a Costa Rica, en esta oleada llegaron sus fundadores, pero el origen de la publicación respondió también a la situación del teatro y la cultura en el país.

Con la llegada de teatreros chilenos coincide lo que diferentes autores han denominado “Los años dorados de la cultura y el teatro” en Costa Rica (Cuevas, 1995). Esta afirmación se sustenta en el hecho de que para este periodo se da la fundación del Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, la Compañía Nacional de Teatro y la realización de políticas públicas enfocadas a la extensión, como lo fueron los proyectos Teatro al Aire Libre y el Festival Estudiantil de Teatro, por ejemplo. Sobre esto Óscar Castillo menciona:

De pronto en Costa Rica todo el mundo hablaba de teatro, veía teatro y hacia teatro. Las temporadas de teatro de verano eran momentos en que había 15 espectáculos… los muchachos venían en buses a ver teatro, los alojábamos en las oficinas de la compañía… (Castillo en Cuevas, 1995, p. 162.)

Este importante incremento de la actividad teatral alcanza su punto más alto en 1979, justamente, el año en que se funda la revista Escena e importantes compañías de teatro de exiliados chilenos llevan ya un buen tiempo de presentarse en el país (Cuevas, 1995). Este dato evidencia la acertada lectura de los editores para emprender el proyecto en el momento justo de la coyuntura cultural.

La Universidad de Costa Rica durante la década del 70, también reflejó una intensa actividad artística. Si bien ya la institución contaba con el Teatro Universitario y el Teatro de Cámara entre otras iniciativas, fue con el establecimiento de la Escuela de Artes Dramáticas y sus consecuentes generaciones de graduados con que dio inicio una definitiva profesionalización del medio (Fumero, 2017). Estos hechos permiten comprender la importancia de los aportes académicos en los artículos de la revista Escena. Este periodo temporal, también confluye con el surgimiento de la Compañía Nacional de Danza, la Cámara de Danza Universitaria de la UCR y la Escuela de Arte Escénico en la Universidad Nacional.

Al asumir Juan Katevas la dirección del Teatro Universitario inicia al mismo tiempo lo que Patricia Fumero denominó: “El proceso del Esplendor a la Crisis”, pues la Vicerrectoría de Acción Social en conjunto con la universidad empieza a encontrar serias dificultades económicas. En esta línea la autora menciona: “El problema presupuestario del TU se agravó: en 1979 el TU recibió un presupuesto menor al del año anterior, lo que supuso un retraso en la puesta en escena.” (Fumero. 2017, p. 169)

A las dificultades económicas en ese momento de llegada de los chilenos al Teatro Universitario, se suma la falta de participación de estudiantes, ante el crecimiento de iniciativas teatrales privadas y la constante irregularidad en los salarios para los actores, especialmente, en cuanto a los ensayos (Fumero, 2017). Considerando lo anterior, resulta significativo el esfuerzo de los editores chilenos para emprender la revista Escena como proyecto cultural e intelectual, en un contexto de dificultades económicas y operativas.

En sus declaraciones, Gaínza demuestra el entusiasmo con el cual pretendían generar aportes culturales en esta coyuntura. Así, como el gran empeño con el que deseaban ayudar en el trabajo de Katevas como director del Teatro Universitario en ese momento, lo que refleja una solidaridad propia del exilio compartido (IDELA, 2017).

1978: El boletín y las primeras redes intelectuales

Al asumir su labor en el Teatro Universitario, surge en Katevas la iniciativa de la creación de un boletín informativo con el apoyo de Gaínza y de Valembois. En una entrevista realizada por el IDELA, el editor menciona:

…la primera impresión fue de un boletín de teatro cuando a Katevas lo nombraron director del teatro universitario, a Katevas lo nombran en la Vicerrectoría de Acción Social porque el teatro universitario no dependía como ahora de la Escuela de Artes Dramáticas, sino que de la vicerrectoría, entonces Katevas nos pide a Valembois y a mí si le podemos ayudar a sacar un boletín, y claro, tanto el belga como yo no arremangamos y empezamos a escribir a máquina. (IDELA, 2017)

De manera que, en sus inicios, antes de constituirse en revista, Escena en el año 1978, fue un boletín teatral el cual comunicó sobre las presentaciones y la labor del Teatro Universitario. Esta iniciativa pretendía en primera instancia informar sobre las puestas escénicas que se preparaban para este espacio en específico.

En este sentido como se ha mencionado, destacan la solidaridad y el ánimo entre Gaínza, Katevas y Valembois, quienes sin reparos impulsan este proyecto de manera voluntaria y personal, a partir de sus propias posibilidades económicas y temporales. Estas características denotan entusiasmo, compañerismo y pasión para con la universidad y el teatro, además de la diligencia para el trabajo que caracteriza a los chilenos llegados a Costa Rica en este periodo. Sobre esta primera etapa como boletín, Gaínza relata las condiciones en que se trabajó el producto, de la siguiente manera:

En 1978 creamos un boletín del teatro universitario, que lo hacíamos con las uñas, como se dice, escribíamos esténciles y había que pasarlo por el polígrafo y sacábamos eso tratando de darlo una vez al mes cuando había un estreno en el teatro universitario. (Morúa. 2014. p. 101)

Como se observa en lo expresado por el editor, la etapa en la cual Escena se desarrolló como boletín informativo fue durante el año de 1978, pero la idea de establecerlo se dio primeramente en 1977, justo con la llegada de Katevas a la dirección del Teatro Universitario. Durante su distribución como boletín se publicaba con una frecuencia mensual.

Imagen 1: Primer boletín del teatro universitario, inicios de la revista Escena.

Tomado de: Montes, M. (2001). Teatro Universitario 1977 – 1986. Escena Vol. 47, Núm. 1-2 (2001)

Para finales de 1978, se presentó una edición especial del boletín que contenía mayor información sobre el trabajo del teatro, el cual según sus editores iba muy acorde artísticamente al teatro costarricense en esos años (Morúa, 2014). Si bien esta etapa de la publicación no contaba con el respaldo institucional de la Universidad de Costa Rica en primera instancia, debe destacarse que su calidad fue desde el inicio muy alta, pues se contó con aportes de artistas e intelectuales importantes a nivel nacional.

Esto caracteriza en primera instancia las redes intelectuales en las cuales se distribuyó el boletín. Entre los destacados personajes que aportaron se encuentran el poeta y académico Isaac Felipe Azofeifa, el escritor Joaquín Gutiérrez, Juan Fernando Cerdas, José Enrique Acuña, el teatrero exiliado argentino Alfredo Catania, la actriz exiliada chilena Bélgica Castro, el filósofo Rafael Ángel Herra, Daniel Gallegos e incluso el escritor y político Alberto Cañas entre otros (Morúa, 2014). Para esta primera fase estos intelectuales eran entrevistados por los editores, para brindar sus opiniones sobre los estrenos en el teatro, también publicaban sus trabajos y artículos.

En una de las entrevistas desarrolladas por el IDELA a Gastón Gaínza, al ser consultado sobre el aporte de las personas exiliadas chilenas, él se refiere con particularidad a las redes intelectuales de costarricenses. El editor menciona: “Aunque participaron desde un comienzo (exiliados chilenos), hay que destacar que los principales aportes provinieron siempre de los trabajadores del arte costarricenses. Tanto de las artes verbales como de las no verbales y mixtas” (IDELA, 2019).

Los aportes de esta red de intelectuales principalmente chilenos y costarricenses, se extendieron durante varios años en las diferentes ediciones. Para comienzos de 1979, y tras 10 meses de publicar el boletín de manera consecutiva por iniciativa propia, los editores consiguen el respaldo institucional por parte de la Vicerrectoría de Acción Social. A través de la misma vicerrectora María Eugenia Bozzoli se obtiene el rango de revista, así se convierte de manera definitiva en Escena (IDELA, 2017).

Si bien el nombre Escena ha acompañado a la revista desde su origen, los calificativos complementarios han sido variables, entre ellos se encuentran: Escena: revista de teatro, Escena: revista de artes, Escena: revista de artes no visuales, Escena: revista de artes no verbales y de nuevo Escena: revista de las artes (IDELA, 2017). El cambio de dichos nombres se dio a lo largo de los ya más de 30 años que tiene la publicación.

Escena: un espacio necesario

En esta que podría catalogarse como su segunda etapa, la revista Escena toma forma definitiva como un instrumento que habilita la comunicación, la sistematización y el estudio del arte desarrollado en Costa Rica, principalmente, el escénico. La primera persona en asumir la edición de la revista fue Gastón Gaínza, quien la dejó en el año 2012.

La idea inicial de la Vicerrectoría de Acción Social y sus fundadores chilenos fue establecer a Escena como un elemento para incentivar el accionar del teatro costarricense en beneficio de la sociedad, además de constituir un espacio para dramaturgos, actores y profesionales del teatro. Para lo cual, sus editores recibieron apoyo con insumos y material de publicación entre los que se encontraban entrevistas, artículos y crítica artística entre otros (IDELA, 2017).

De hecho, en su primer ejemplar ya como revista, Gaínza menciona en la editorial que la idea de constituir Escena se origina en establecer un proyecto cohesionador en el trabajo teatral a nivel nacional, además de posibilitar una herramienta de comunicación entre la actividad escénica y el resto de la sociedad, así como facilitar elementos didácticos referentes al espectáculo que resultaran de utilidad para estudiantes en formación (Revista Escena, 1979).

Otro elemento que destaca de la editorial de este primer número es la propuesta por parte de la revista para los diferentes actores sociales relacionados con el medio artístico, de manera que pudieran constituirse políticas culturales para la promoción de las artes. Respecto al teatro específicamente, por ejemplo, Escena propone: “...una sana política de integración entre las agrupaciones teatrales del país...” (Escena, 1979, p. Editorial)

Respecto a la periodicidad, con excepción de su primer año siendo boletín, en el cual como se mencionó fue mensual, la revista desde su inicio ha sido semestral, lo que según los editores repercutía en su propio quehacer y contenido. En este sentido Gaínza menciona:

… como era una revista semestral no podía tener el carácter de crónica de actualización. Nosotros no podíamos hablar de los estrenos porque ya habían pasado, entonces era más bien una revista para la reflexión del quehacer teatral. Cuando escribo el editorial del número uno digo “este es un órgano de los trabajadores del teatro costarricense” y me corrijo “y del espectáculo costarricense”, no solo del teatro, porque esta va a ser una revista de la estética del espectáculo, y el espectáculo nos abría a la danza, nos habría hasta el circo. (Morua. 2014, p. 112)

Como se mencionó anteriormente, el contexto de la escena teatral en Costa Rica estaba en auge para 1979, de manera que se observa en las palabras de Gaínza el entusiasmo ante lo que era una nueva oportunidad para visibilizar el arte. Pero, además, para considerarlo de una manera más reflexiva y así contribuir a la profesionalización de este.

Si bien la revista fue un baluarte para la proyección y el análisis del teatro, según comenta Gaínza su labor no pretendía en primera instancia generar una modificación importante del pensamiento social en el arte escénico. Pues suponía que sus posibilidades aún eran considerablemente limitadas dentro de la misma institucionalidad que regulaba la producción de la revista. No obstante, los editores si visualizaron una oportunidad interesante en utilizar a Escena como un producto que posibilitara el mantener viva y latente la memoria histórica del arte en Costa Rica. Respecto a este elemento Gaínza menciona:

…tal vez el único mérito que la revista tiene –y tendrá para el futuro– es que testimonia algo que ocurrió, pero nunca pudo anticiparse por su propia condición de periodicidad editorial de un semestre. Esta condición de periodicidad condena ese órgano publicitario a mirar el pasado y no proyectar el futuro, salvo perspectivas o atisbos que podrían ser señalados. (Morua. 2014, p. 113)

Dentro de esta misma caracterización del perfil de Escena, Gastón Gaínza comenta que las revistas referentes al arte suelen tener una imagen exótica en el mundo, pero al mismo tiempo se constituyen en una vitrina de la creatividad artística de la sociedad y de la cultura. El editor destaca el esfuerzo que significó mantener la revista activa, esto demostró el amplio y valioso ámbito artístico que ofrece Costa Rica a nivel regional, especialmente, durante los años setentas y ochentas, cuando el resto de Centroamérica atravesaba un conflicto armado (IDELA, 2017).

En sus años de realización, si bien Escena ha contado con el respaldo institucional de la UCR, sus editores mencionan que en la publicación de la revista se dieron momentos de dificultades económicas que respondían a la variable situación del presupuesto nacional para las universidades públicas. Sin embargo, se destaca el respaldo administrativo de la universidad para continuar la iniciativa en diversas circunstancias.

Circulación

La circulación de Escena contó con características muy particulares, las cuales respondieron a las variables circunstancias de la coyuntura universitaria, una vez que la Vicerrectoría de Acción Social asumió la revista, la encargada de su distribución fue la Sección de Extensión Cultural, es decir se trató de una circulación mediada por lo institucional.

Lo anterior significó en reiteradas circunstancias una limitación en cuanto a sus alcances, puesto que los procesos burocráticos establecían pautas en ese sentido, esto se debió a que la revista era un aporte institucional y como tal debía ser normado, sobre esto Gaínza menciona:

…nuestro alcance era muy limitado. Y en los ochentas eso se comprobó cuando se nos empezaron a acumular los ejemplares en las bodegas. Se hacía muy difícil la circulación de la revista y los órganos de control, tanto de la Universidad como de la contraloría, no permitían libre distribución de las revistas a las librerías. Además, las librerías, salvo excepciones, alguna o dos, no se interesaban en venderla. (Morúa. 2014, p. 112)

A las dificultadas que la variable coyuntura institucional representaba para una circulación más dinámica, deben sumarse los problemas económicos que en ocasiones afrontaba, y que repercutían directamente en el quehacer de su publicación. En esta misma línea, debe destacarse que durante una amplia etapa de su publicación, la revista se vendía, sobre esto su editor menciona: “La revista nunca ha sido cara, mantiene un precio ridículo, pero sabíamos que nuestro alcance se circunscribía, fundamentalmente a este pequeño mundo de la gente interesada en el espectáculo.” (Morúa. 2014, p. 112). Si bien el costo era bajo, debe recordarse que el contexto económico de los años ochenta llegó a ser crítico, y esto pudo afectar en la demanda de compra de Escena.

Ante este panorama de dificultades operativas, una de las soluciones más utilizada fue el patrocinio de otras instituciones, sobre esto Gaínza recuerda con especial atención la alianza que en su momento de desarrolló con el Instituto Costarricense de Turismo, quien colaboró económicamente, justificándose en el aporte cultural de la revista para con el turismo del país (IDELA, 2017).

En cuanto a los países a los que llegó la revista, estos fueron siempre los que tanto la venta particular como el canje institucional posibilitaron, sobre esto Gaínza menciona: “…la revista llegaba, hacia un canje bastante importante con Centroamérica, con el resto de Latinoamérica, con Cuba incluso, eh, y con España, o sea, tenía un cierto rango la revista dentro de lo que era su campo de reconocimiento internacional y yo creo que lo sigue teniendo” (IDELA, 2017).

Considerando que para los años ochenta solo se podía contar con el formato físico de la revista, su circulación fue alta, ahora en digital cuenta con un movimiento a escala global. Al ser consultado sobre quiénes eran los principales lectores de esta en sus primeras décadas, el editor menciona que se trataba de personas trabajadoras del teatro (dramaturgos, directores, actores, productores), aunque destaca que con el pasar de los años la revista fue cautivando a un público más cercano al ámbito académico (IDELA, 2019).

Ediciones de aniversario - X Aniversario

Resulta de utilidad para comprender el quehacer y el impacto de la revista, visualizar las ediciones de aniversario, en las cuales el comité editorial se permitía un espacio para la reflexión sobre la publicación, a continuación, se muestra una reseña de estos números. En el editorial del ejemplar Vol. 20-21, Núm. 1 de 1989, puede hallarse un recuento de los primeros diez años de la revista. En él los editores abordan el boletín que la constituyó previamente y del cual se ha hecho referencia en el presente trabajo, así como de su posterior transformación, tras la acogida de la iniciativa por parte de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica.

Resulta destacable la referencia al fallido ligamen que pretendió dar la vicerrectoría, para establecer como corresponsable a la Compañía Nacional de Teatro, cuestión que sucedió solamente, según los editores en el ejemplar número 4 correspondiente al año 1980. En este sentido, se comenta además sobre la relación compartida con el Teatro Nacional, iniciada en 1981, la cual para esta edición de décimo aniversario ya había concluido. La editorial finaliza mostrando lo que parece ser un “nuevo plan de acción”, el cual toma como camino el respaldo al Festival Internacional de Teatro de San José 1989.

XV Aniversario

Correspondiente al XV aniversario, publicación Vol. 31, Núm. 1 de 1993, se hace especial referencia en su editorial al compromiso de la Universidad de Costa Rica con la publicación de la revista, atribuyéndole un carácter especial, según el cual la institución cumple su compromiso con: “…la existencia de órganos comunicativos destinados a servir de alta tribuna al intercambio de opiniones críticas, juicios valorativos y criterios analíticos referidos a los productos de la estética del espectáculo.” (Escena, 1993, p. Editorial)

En esta misma línea valorativa, se destaca el trabajo de la Vicerrectoría de Acción Social, pues permite mediante la revista la constitución de un espacio para la “reflexión razonada” y el “examen objetivo de productos culturales”. Esto demuestra la manera en la cual los editores comprendían el fin de la publicación. El ejemplar finaliza con un tono similar al de su aniversario X, sumándose a los esfuerzos culturales de las realizaciones más importantes del país, en este caso referentes al segundo Festival Internacional de las Artes.

En esta edición de la revista, puede encontrarse como aporte un artículo denominado: Quince años de existencia, del editor de la revista Gastón Gaínza. En él se menciona un elemento importante no registrado en entrevistas o en editoriales de ejemplares previos, el cual es la influencia del III Congreso Universitario. Según el autor esta actividad animaba a establecer herramientas comunicativas: “…en el ámbito de la estética del espectáculo, ese espacio social que permite la interacción entre los trabajadores de las distintas especialidades escénicas y los espectadores.” (Gaínza, 1993, p. 24).

El artículo hace nuevamente una mención crítica al fallido intento de establecer a Escena como un proyecto conjunto con la Compañía Nacional de Teatro y el Teatro Nacional. No obstante, se resalta que, a pesar de estas dificultades, la revista durante los quince años, logró mantener de forma comprometida su fin, el cual fue posibilitar un espacio de discusión para todo lo referente a la producción artística y el espectáculo como elemento enmarcado en la matriz “ver / ser visto”. El autor indica al respecto:

Si hubiese que especificar mediante un solo rasgo el carácter de ESCENA, asignándole por supuesto, una relevancia compatible con otros que, igualmente, pueden caracterizar su proyecto editorial, me atrevería a afirmar que ha sido el de proponer una perspectiva estética de integración para la comprensión del fenómeno teatral. Esto significa que se lo reconoce como una, entre otras, de las manifestaciones de los procesos artísticos regidos por la matriz de comportamientos sociales producidos por la tensión dialéctica entre “ver” y “ser visto”. (Gaínza, 1993, p. 24)

Esta apreciación resulta trascendental para comprender la concepción que sus fundadores le atribuían a la publicación. Denota, además, la claridad que tenían del alcance simbólico, social y transformador del teatro y del espectáculo. En este sentido, el artículo concluye referenciando precisamente, el carácter facilitador de la revista como proyecto para comunicar y registrar el quehacer artístico costarricense.

XX Aniversario

Referente a su XX aniversario se presenta un nuevo editorial especial en la tirada Vol. 41-42, Núm. 1-2 del año 1999. Este inicia con un agradecimiento a las personas que aportaron desde sus trabajos intelectuales y prácticos a constituir el contenido de las páginas de Escena. Esta edición concluye con un saludo hermanado a Danza Universitaria, quien coincide en su fundación con el boletín de la primera etapa de la revista, es decir, que para 1998 llegó a su veinte aniversario. En este ejemplar puede encontrarse un artículo de Gaínza referente a la celebración. Bajo el nombre “Veinte años después…” este trabajo aborda elementos teóricos y conceptuales sobre el quehacer de la revista.

La primera característica que evidencia el autor es la destacada “paradoja” entre el posicionamiento de Escena como una revista de las artes no verbales y el predominio del lenguaje verbal como herramienta de comunicación. A partir de esto, y de la diferencia semiótica entre las expresiones verbales y no verbales, se introduce lo que será su análisis, diferenciando lo teatral y lo dramatúrgico.

A modo de preámbulo, el autor evidencia en Escena un valioso espacio sostenido en el tiempo a partir del cual, se han expuesto muchas de las obras dramatúrgicas costarricenses. No obstante, considera oportuno el demarcar que existen justificadas diferencias en la escritura de teatro, dramaturgia y guiones, aunque estos en gran medida comparten características semióticas en su fundamento verbal. Sobre las similitudes que definen a cada elemento se menciona:

El texto dramatúrgico manifiesta su potencial artístico en sí mismo, sea o no llevado a la escena; mientras que el valor artístico del guion solo puede ser reconocido cuando se produce el texto del que forma parte y que es el resultado de la articulación del lenguaje verbal con otros lenguajes de carácter no verbal. (Gaínza, 1999, p. 13)

Además, menciona:

Ahora bien, el teatro es la puesta en escena de un texto dramatúrgico que, por la transformación a que lo somete el proceso escénico, accede a la condición de espectáculo. Esto no significa que desaparezcan de él las estructuras y combinaciones propias de su literaturidad. (Gaínza, 1999, p. 13)

Lo anterior resulta elemental para el autor, pues si bien reconoce que lo verbal suele sobreponerse en determinadas puestas teatrales, examina también que la estética de lo teatral exige a las adaptaciones dramatúrgicas una mayor versatilidad de lo que se comunica de manera no verbal. Para finalizar con este análisis, Gaínza apunta a que un trabajo dramatúrgico si bien puede resultar débil, logra a su vez fortalecerse de lo que la estética escenográfica presente o de lo que el lenguaje no verbal permita. En conclusión, el artículo contextualiza la situación del teatro, la dramaturgia y el espectáculo a la luz de los avances modernos y el desarrollo de nuevas tendencias, tecnologías e industrias, de manera que permite comprender en mejores dimensiones, incluso el propio lugar de la revista.

XXX Aniversario

Durante el año 2008, en los ejemplares Vol. 62, Núm. 1 y Vol. 63, Núm. 2, se pueden encontrar aportes importantes, tanto para la memoria histórica de la revista como en lo referente a su cercano 30 aniversario. Primeramente, en la edición Vol. 62, Núm. 1, en su editorial, se hacen notar algunos elementos importantes, entre ellos, el ajuste de la numeración de la revista considerando según su editor: “…a que Escena ha tenido una vida condicionada por las vicisitudes de la existencia de nuestra Universidad, cuyas partidas presupuestarias no siempre fueron favorables para producciones editoriales del área de la acción social y la extensión cultural.” (Escena, 2008, p. 5).

Se celebra además en esta misma editorial, la incorporación a la base de datos LATINDEX, la obtención de Escena como marca registrada durante el año 2007, y la disposición a partir de esta edición mencionada de una nueva nomenclatura para los temas abordados en su contenido, en este sentido la editorial menciona:

En lo sucesivo; las áreas serán, de acuerdo con el orden alfabético: Arquitectura y urbanismo; Artes escénicas; Artes musicales; Artes visuales; Producción audiovisual; Semiótica, y Teatro. Las últimas dos denominaciones: Semiótica y Teatro, exigen una observación aclaratoria. Por Semiótica, entendemos un campo temático de trabajos que remiten al análisis de la producción artística en el contexto de la cultura en que se genera. Por Teatro, a su vez, el de colaboraciones dramatúrgicas y también de análisis y crítica de textos dramáticos. (Escena, 2008, p. 5)

Posteriormente, para la edición del segundo semestre 2008, Vol. 63, Núm. 2, en una impresión que cuenta en su diseño con la ilustración de la evolución de ejemplares anteriores, pueden encontrarse cuatro artículos que sistematizan desde diversos enfoques los aportes que se encuentran históricamente en la revista y que resultan valiosos para la presente investigación, estos son: “Revista Escena, un aporte a la danza nacional” de Isabel Gallardo, “Las artes visuales en la revista Escena”, de Marjorie Avila, “La tinta en la Escena” de María Lourdes Cortés y “Escena en el desarrollo del teatro en Costa Rica”, de Magdalena Vásquez.

Aportes y solidaridad de los chilenos en la revista Escena

Estudiar los aportes y las redes intelectuales de Escena, conduce definitivamente, a la visibilización del exilio chileno en Costa Rica. Como se verá más adelante los artículos de estos intelectuales son decenas en sus primeros treinta años de publicación. No obstante, la revista también se presentó como un espacio de solidaridad entre exiliados.

Sobre esto en específico quizá uno de los ejemplos más ilustrativos se encuentre en la edición número 19 del año 1988, concretamente en el artículo de Gastón Gaínza denominado: “La producción artística y el discurso de los críticos”. En este trabajo, el editor de la revista expresa mediante sólidos argumentos académicos e intelectuales su disconformidad ante la crítica generada por Álvaro Zamora en un ejemplar del periódico La Nación de 1987.

La columna de Zamora iba dirigida a la exposición que presentó el pintor chileno Julio Escámez, quien llegó a Costa Rica en 1974, precedido de una formación artística ampliamente destacada, y cuyo proceso de expulsión y exilio se ha estudiado en la obra: “Julio Escámez Carrasco: El largo exilio de un pintor americano y universal” (Oliva, 2018).

La propuesta de Gaínza en este artículo de Escena resulta magistral, justifica cada elemento de su análisis con fuertes argumentos intelectuales, diferencia los textos como objetos semióticos, las obras de Escámez como objetos de un discurso artístico pictórico y la columna de Zamora como un discurso crítico de producción artística, de modo que recalca que las palabras de Zamora son un discurso sobre otro.

Ante la introducción de argumentos académicos, Gaínza toma posición de manera objetiva al mencionar:

El texto de Álvaro Zamora está muy lejos de proponer una interpretación del macrotexto artístico-pictórico de Escámez. No tendría nada de particular que fuese así, toda vez que una aproximación como la que dicho crítico efectúa es la usual en nuestro medio, de no ser por el hecho de que fue la única crítica “oficial” de la exposición del pintor Escámez y que, por lo mismo, el errático comentario en que se sustenta, históricamente queda como la “voz” pública y colectiva de un juicio valorativo. Esta circunstancia me ha parecido injusta respecto de las virtudes de la obra de un artista de la calidad de Julio Escámez, y me ha movido a proponer mis puntos de vista sobre la índole del discurso crítico y su función social (Gaínza, 1988, p. 81)

En estas palabras, el editor no solamente muestra su profunda indignación y su solidaridad con Escámez, si no que además se manifiesta insatisfecho con la columna de Zamora, posicionándose como un intelectual que valora la grandeza del trabajo del pintor. De manera que mostrando argumentos de alto calibre desnuda las flaquezas de una crítica poco justificada.

Veintinueve años más tarde, Gaínza relata al IDELA la historia ya como un recuerdo lejano, pero con la misma convicción con la cual la escribió en 1988, en la entrevista menciona:

Yo incluso escribí un artículo en defensa de Julio Escámez en su momento, porque un crítico de La Nación lo trato injustamente en mi opinión y yo lo acuso de tomar el rábano por las hojas (risas) al periodista porque no ve la obra de Julio Escámez, si no que ve lo que él quiere ver que es el garabato de un exiliado, eso fue muy contado en pequeños niveles, en pequeños círculos porque Julio nunca se olvidó de eso, de que yo lo había defendido, porque Julio tenía un ego grande (risas) lógicamente entonces le dolió mucho el artículo de La Nación, pero Escena salió como un Quijote (IDELA, 2017)

En las palabras del editor puede observarse el carácter solidario con el cual sucedieron los hechos, y como estos repercutieron en los círculos culturales costarricenses, no obstante, el aporte de Gaínza resultó contundente, especialmente en su conclusión, donde trae a colación la apreciación de Pablo Neruda sobre el trabajo del pintor: “Escámez unió el esplendor imaginativo y la virtud esencial que nos hace ver las cosas con creciente belleza.” (Neruda en Gaínza, 1988, pp. 84)

Artículos de exiliados chilenos en la revista Escena

A partir de una revisión de los trabajos publicados en Escena desde su fundación en 1979 hasta el año 2005, se comparten para la presente investigación los aportes de personas que salieron de Chile exiliadas hacia Costa Rica. Las cuales mediante sus artículos permitieron no solamente fortalecer el contenido de la revista, sino además favorecer la reflexión intelectual sobre las artes en el país. A continuación, se presentan estos aportes:

Astica, Sara. Aportes 1

1991 “Una nueva sala La Comedia”. Escena. Año 13 (27): 39-45, julio. (Teatro)

Bustos, Miriam. Aportes 1

1982 “Regocijantes ánimas chilenas”. Escena. Año 4 (7): 5-7, I semestre. (Teatro)

Castro, Bélgica. Aportes 1

1979 “El eterno problema: ¿Cómo diablos se hace un repertorio?”. Escena. Año 1 (2): 24-25, octubre. (Teatro)

Céspedes, Mario. Aportes 1

1979 “Lope de Vega: Historia y Sociedad”. Escena. 1:9 y 12-13, julio.

Cortínez Torres, Eloy. Aportes 1

1989 “La locura del “Serenísimo” príncipe don Carlos”. Escena. Año 11 (22-23): 61-63, noviembre.

Durán Bunster, Rodrigo. Aportes 4

1986 “Aspectos dramáticos en la serie de T.V.” Escena. Año 8 (15): 18-23, I Semestre. (Teatro)

1989 “De la narración al drama: Experiencias para el análisis”. Escena. Año 1 (20-21): 17-20. (Teatro)

1989 “La sinopsis como instrumento dramatúrgico”. Escena. Año 11 (22-23): 42-44, noviembre. (Teatro)

1989 “División del conocimiento y música en el drama”. Escena. Año 12 (24-25): 64-68. (Teatro)

Escámez, Julio. Aportes 6

1989 “Apuntes sobre la integración de las artes”. Escena. Año 11 (22-23): 99 -105, noviembre. (Teoría del Arte)

1989 “Aproximación a la teoría del arte como forma de conocimiento”. Escena. Año 12 (24-25): 100-105. (Teoría del Arte)

1990 “Comentarios acerca de la danza-drama del Carnaval de Oruro”. Escena. Año 12 (26): 3-7. (Cultura)

1991-1992 “Reflexiones acerca de los lenguajes artísticos y sus sistemas de expresión”. Escena. Año 13-14 (28-29): 12-16. (Teoría del Arte)

1993 “Elogio al dibujo”. Escena. Año 15 (31): 127-132. (Artes Plásticas)

1994-1995 “Reflexiones acerca de la pintura de Jorge Salas Ampuero”. Escena. Año 17-18 (34-35): 45-49 (Artes Plásticas)

Gaínza Álvarez, Gastón. Aportes 18

1979 “Apuntes sobre el signo teatral”. Escena. Año 1 (2): 28-32, octubre. (Teatro)

1980 “El ámbito social del espectáculo”. Escena. Año 2 (4): 26-29, II Semestre. (Teoría del Arte)

1981 “Apuntes para el estudio del contenido de Magdalena”. Escena. Año 3 (5): 40-45, I Semestre.

1981 “De la realidad al símbolo: La historia del hombre elefante”. Escena. Año 3 (6): 36 – 40, II semestre.

1982 “El condicionamiento sociohistórico del valor semiótico de los sistemas no verbales”. Escena. Año 4 (8): 22-25, II semestre. (Teoría del Arte)

1985 “Cinésica y lingüística: un diccionario de gestos”. Escena. Año 6 (13): 19-20, I Semestre. (Teoría del Arte)

1985 “Percepción y semiosis teatral”. Escena. Año 7 (14): 27-28, II Semestre. (Teatro)

1986 “Coreografía de Patricio Primus De amor y de guerra”. Escena. Año 8 (15): 28, I Semestre. (Danza)

1987 “Las artes del espectáculo y el patrimonio cultural”. Escena. Año 9 (17): 6-10, I Semestre (Cultura)

1987 “El saldo favorable de los festivales de teatro”. Escena. Año 9 (18): 7-10, II Semestre. (Teatro)

1988 “La producción artística y el discurso de los críticos”. Escena. Año 10 (19-20): 77-85. (Teoría del Arte)

1989 “Enunciación lírica y representación poemática”. Escena. Año 11 (20-21): 62-70.

1989 “El consenso en entredicho”. Escena. Año 11 (22-23): 106, noviembre.

1989 “La indagación en el proceso de la creación artística”. Escena. Año 12 (24-25): 111-117. (Teoría del Arte)

1990 “El texto: magnitud semiótica mínima”. Escena. Año 12 (26): 101-102. (Teoría del Arte)

1992 “La ambigüedad y el sentido de los textos”. Escena. Año 14 (30): 3-14. (Teoría del Arte)

1993 “Quince años de existencia”. Escena. Año 15 (31): 23-25. (Teatro)

1994-1995 “Arte y ciencias: carencias, trabajo, productos”. Escena. Año 17-18 (34-35): 41-44. (Teoría del Arte)

Gallardo Martínez, Helio. Aportes 4

1980 “Códigos, cultura, teatro”. Escena. 2 (3): 33 -36, I Semestre. (Teatro)

1980 “Sarte: Literatura dramática, ideología y representación”. Escena. Año 2 (4): 21-26, II Semestre. (Teoría del Arte)

1981 “El universo ideológico de Pedro y El Capitán”. Escena. Año 3 (5): 34-39, I Semestre.

1991 “De la imagen que nos proyecta Batman”. Escena. Año 13 (27): 73-82, julio. (Cine)

Katevas L, Juan. Aportes 5

1979 “Presente y futuro del teatro universitario”. Escena. Año 1 (2): 3-5, octubre. (Teatro)

1985 “Los concursos dramáticos en Grecia I”. Escena. Año 6 (13): 26-29, I Semestre. (Teatro)

1985 “Los concursos dramáticos en Grecia II”. Escena. Año 7 (14): 22-26, II Semestre. (Teatro)

1991 “La manipulación de los dioses y el teatro griego”. Escena. Año 13 (27): 90-94, julio. (Teatro)

1991-1992 “La sátira en los trágicos: la búsqueda del humor”. Escena. Año 13-14 (28-29): 91-96. (Teoría del Arte)

Lobo, Tatiana. Aportes 3

1989 “1000 Folios esperan autor”. Escena. Año 11 (22-23): 31-32, noviembre.

1989 “El caballero del V centenario”. Escena. Año 12 (24-25: 118-140.

1990 “Teatro de sangre y escaramuzas”. Escena. Año 12 (26): 22-23. (Teatro)

Sieveking, Alejandro. Aportes 1

1980 “Próximos estrenos del Teatro del Ángel”. Escena. Año 2 (3): 30-31, I Semestre. (Teatro)

Valembois, Víctor. (Chilenoide). Aportes 16

1979 “No puedes permanecer neutral (presentación circunstancial de Bertolt Brecht)”. Escena. 1:15, julio. (otros)

1979 “Cuando al moralista lo vence el artista”. Escena. Año 1 (2): 8-9, octubre. (Teoría del Arte)

1980 “Bertolt Brecht. Para serte fiel tengo que traicionarte”. Escena. 2 (3): 23-24, I Semestre. (Otros)

1981 “Valle Inclán y las disyuntivas del teatro contemporáneo”. Escena. Año 3 (5): 28-32, I Semestre. (Teatro)

1981 “Federico García Lorca: “Obrero de ilusión”. Escena. Año 3 (6): 27 – 29, II Semestre. (Otros)

1983 “¿En busca del tiempo perdido?”. Escena. Año 5 (9): 16 – 17, I Semestre. (Otros)

1984 “Tres textos dramáticos”. Escena. Año 5 (11): 2, I Semestre. (Teatro)

1986 “Teatro simple-simplemente teatro”. Escena. Año 9 (16): 7-8, II Semestre. (Teatro)

1987 “Hasta la vista, Kike”. Escena. Año 9 (17): 25, I Semestre. (Otros)

1987 “Teatro y política (al margen del otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al presidente Arias)” Escena. Año 9 (18): 14-15, II Semestre. (Teatro)

1989 “Arte con mayúscula (El moderno teatro de muñecos, de Costa Rica, en España)”. Escena. Año 11 (20-21): 11-13. (Teatro)

1989 “Noticia de una investigación sobre sociedad y teatro en Costa Rica entre 1968 y 1977”. Escena. Año 11 (22-23): 18-24, noviembre. (Coautores: Guillermo Barzuna, Ligia Bolaños y Nelly García). (Teatro)

1989 “Dos muestras belgas en busca de nuevos lenguajes artísticos”. Escena. Año 11 (22-23): 64-67, noviembre. (Teatro)

1989 “La crítica teatral en Costa Rica: aportes de la última década”. Escena. Año 12 (24-25): 31-39. (Teatro)

1995-1996 “Entre la identidad y la transculturación (El caso Van Huffel)”. Escena. Año 18-19 (36-37): 95-101. (Cultura)

Zúñiga Rosita. Aporte 1

1995-1996 “Festival Internacional de las Artes”. Escena. Año 18-19 (36-37): 70-72. (Cultura)

Dentro de los artículos encontrados pueden hallarse principalmente las siguientes categorías temáticas: Teoría del Arte, 14 aportes; Teatro, 25 aportes; Cine, 1 aporte; Artes Plásticas, 2 aportes; Cultura, 4 aportes; otros temas, 14 aportes.

Tabla de Autores

Nombre

Aportes

Año

Temas

Sara Astica

1

1991

Teatro

Miriam Bustos

1

1982

Otros temas

Bélgica Castro

1

1979

Teatro

Mario Céspedes

1

1979

Otros temas

Eloy Torres Cortínez

1

1989

Otros temas

Rodrigo Durán Bunster

4

1986 – 1989- 1989 – 1989

Teatro

Julio Escámez

6

1989 – 1989 – 1990 – 1991– 92 – 1993 – 1994-95

Teoría del Arte

Cultura

Artes Plásticas

Gastón Gaínza Álvarez

18

1979 – 1980 – 1981 – 1982 – 1985 – 1986 – 1987 – 1988 – 1989 – 1990 – 1992 – 1993 – 1994– 95

Teatro – Teoría del Arte – Cultura –

Helio Gallardo Martínez

4

1980 – 1981 – 1991

Teatro – Teoría del Arte – Cine

Juan Katevas L

5

1979 – 1985 – 1991 – 1992

Teatro – Teoría del Arte

Tatiana Lobo

3

1989 – 1990

Teatro

Alejandro Sieveking

1

1980

Teatro

Víctor Valembois

16

1979 – 1980 – 1981 – 1983 – 1984 – 1986 – 1987 – 1989 – 1995 – 1996

Teatro – Cultura – Otros

Rosita Zúñiga

1

1995– 96

Cultura

Fuente: elaboración IDELA, Información de “Índices Escena: Revista de las Artes”.

Como se observa, se trata de aproximadamente 63 aportes sobre diversos temas relativos al interés de la revista, la gran mayoría de ellos cuenta con un gran valor reflexivo intelectual, propio de las contribuciones integrales que las personas exiliadas chilenas brindaron a Costa Rica.

Esta amplia variedad de artículos responde solamente, a los temas de interés de la revista Escena en específico. Esto permite dimensionar lo que el proyecto: “Voces y rostros del exilio chileno en Costa Rica” del IDELA, ha demostrado, referente a la abrumadora cantidad de aportes académicos e intelectuales en diversos campos, que decenas de exiliados chilenos ofrecieron a al país.

Conclusiones

El presente trabajo aporta a demostrar, la magnitud del compromiso y la labor de las diferentes personas exiliadas de Chile que escribieron en la revista Escena. Así como el sacrificio de los fundadores y editores, para sacar adelante este trabajo, aún en condiciones institucionales y nacionales adversas, en un país ajeno a su origen. La constancia en la producción y en la calidad reflexiva de sus aportes demuestra que Escena ha sido un baluarte permanente, a la cultura académica y al arte en general.

Si bien la humildad de su editor marcó a la revista de una personalidad también sencilla, no cabe duda de que el valor histórico, cultural y epistemológico de los aportes que la componen marcan un precedente casi exclusivo en el arte del país. Finalmente, se considera meritorio concluir este acercamiento a Escena con las palabras de Gastón Gaínza en una de las entrevistas del IDELA, quien se refería de este modo a la revista considerando el exilio de sus fundadores:

Sin pretender invadir el pensamiento de mis otros dos colegas fundadores, podría señalar que, en el proceso chileno que vivimos (e hizo posible el gobierno del Dr. Salvador Allende), la producción artística (en especial, de las artes no verbales o mixtas, como el teatro y la canción popular), desempeñaron un papel fundamental. El arte popular chileno fue determinante en la búsqueda de justicia e igualdad sociales, y los académicos, como nosotros tres, pudimos vivir esa experiencia liberadora. En suma. Pudimos comprobar cómo la socialización del conocimiento y el arte conducen hacia la conquista del reino de la libertad. (IDELA, 2019)

Referencias

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Escena Revista de las Artes. (2004). Índice. San José. Escena Revista de las Artes. 54 (1), Índice.

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1 Internacionalista, Máster en Estudios Latinoamericanos, académico del IDELA de la Universidad Nacional, Costa Rica, forma parte del equipo investigador del proyecto Voces y rostros del exilio chileno en Costa Rica del IDELA, Universidad Nacional, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9231-4370


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