Revista Universidad en Diálogo • Vol. 8, N.°1, Enero-Junio, 2018, pp. 85-97

ISSN 2215-2849 • EISSN: 2215-4752

DOI: http://dx.doi.org/10.15359/udre.8-1.6

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La formación profesional universitaria en extensión: una experiencia vivida

The University Extension Professional Training: A Lived Experience

Jennifer Eunice Vanegas Araya

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

jenyvanegas@gmail.com

Recibido 7/2/2018 Aceptado 25/04/2018

Resumen. Este escrito pretende participar en el aporte que la extensión universitaria ofrece a la formación profesional, desde la experiencia vivida por parte de un grupo de estudiantes de distintas carreras de la Universidad Nacional ligados a un proyecto de extensión, todo en el aprender siendo, haciendo y sintiendo, junto a tres comunidades en condición de vulnerabilidad de Los Chiles de Alajuela. Analiza el aporte que emerge de la participación estudiantil en un proyecto de extensión para la resignificación de la formación profesional en la acción social inclusiva. La formación universitaria requiere una verdadera integralidad de saberes, promoviendo al estudiantado a la experiencia en el campo, espacio en el cual se pueden desarrollar competencias necesarias para la formación profesional desde acciones sociales. Se hace un llamado para que se evidencie en la extensión universitaria, la incorporación de la población estudiantil universitaria, haciendo un llamado a una formación más experimental, significativa y transformadora.

Palabras clave: formación universitaria, participación estudiantil, vinculación estudiantil en extensión

Abstract. The students were involved in an extension project, whose learning process is carried out through being, doing and feeling, together with three vulnerable communities in Los Chiles, Alajuela, Costa Rica. The paper also analyzes the contribution of the student participation in the extension project for the resignification of professional training in inclusive social actions. The university education requires the true completeness of knowledge, promoting the student experience in the field, a space in which skills necessary for professional training can be developed from social actions. A call is made to show the advantage, for the university extension, of incorporating university students, calling for a more experimental, meaningful, and transformative formation.

Keywords: university education, student participation, student incorporation in extension.

Introducción

La educación superior desde su modelo pedagógico evidencia el papel fundamental que juega la extensión para la formación profesional. Se torna “necesaria para la profundización del perfil social del profesional, ya que facilita la percepción del entorno y las verdaderas formas de intervenir en diferentes dimensiones del territorio” (Caraballo, Eisenack y Valle, 2011, p. 106). Genera vínculos universidad-sociedad siempre y cuando los procesos docencia-investigación-extensión estén interrelacionados.

El presente escrito, elaborado dentro del contexto de participación en el III Congreso de Extensión de la Universidad Nacional (UNA), toma como base uno de los ejes del mismo, siendo este la integralidad de la extensión universitaria: mecanismos para la integración con la docencia y la investigación, encaminando este escrito y poniendo en evidencia la vinculación y contribución estudiantil en extensión universitaria, por parte de un equipo de estudiantes de distintas carreras, tales como: Educación Especial, Pedagogía con Énfasis en I y II Ciclos, Orientación, Relaciones Internacionales, Danza, entre otras. Siendo integrantes del equipo Compartiendo Sonrisas, un proyecto de extensión universitaria orientado hacia la acción social.

Compartiendo Sonrisas colabora junto con el proyecto de extensión Pedagogía social: UNA construcción para el aprendizaje de la organización de redes comunales socioeducativas. Un estudio cruzado entre las comunidades de Santa Rita y Los Chiles de la provincia de Alajuela. Dicho proyecto pertenece a la División de Educación Básica (DEB) del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE), de la Universidad Nacional. Desde este proyecto, las y los estudiantes participantes de forma voluntaria pretendemos lograr el paso de la exclusión a la inclusión social de las y los habitantes de tres comunidades de la frontera norte por medio de propuestas orientadas a la atención integral de necesidades, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes: una alimentación adecuada, una educación de calidad, una vestimenta pertinente al contexto, una vivienda digna y segura, obtención de afecto, atención y comprensión.

Ante esto, el equipo trabaja en la realización de talleres educativos con los niños y las niñas, con un enfoque en el valor de la educación, el liderazgo, el trabajo en equipo, entre otros temas necesarios. Por otro lado, también se brinda apoyo al trabajo del grupo de profesores y profesoras del proyecto de extensión, trabajando en conjunto con juntas de las comunidades y con el personal docente de las escuelas en la creación de redes para brindar apoyo a la comunidad, además de trabajar con las familias de los niños y las niñas que asisten a las escuelas sobre temas de autoestima, el apoyo necesario para con sus hijos e hijas en su proceso de educación primaria, entre otros temas.

Con ello, desde la construcción conjunta entre el proyecto Pedagogía Social, la comunidad y la población estudiantil universitaria, se proyecta mejorar la calidad de vida de las comunidades, pero además aporta a la acción extensionista del cuerpo docente y a la formación profesional y personal del estudiantado.

El CIDE, dentro de sus objetivos estratégicos, lleva al estudiantado a investigar y generar transformación para el desarrollo de la cultura de la sociedad. Por tanto, en la DEB se espera que desde las distintas carreras se formen “profesionales de calidad y con alto compromiso con las poblaciones menos favorecidas” (Universidad Nacional, s.f., párr. 2).

Desde este marco, en el año 2013 el curso Modelos Pedagógicos del I ciclo del I nivel de la carrera de Educación Especial con Énfasis en Integración y de Pedagogía con Énfasis en I y II ciclos de la Educación General Básica desarrolla una movilización pedagógica a Los Chiles de Alajuela, con el propósito de “conocer, indagar y vincular la teoría con las prácticas sociopedagógicas así como estas con las teorías, para comprender las realidades socioeducativas y culturales actuales, se trata de saborear la vida, ser en la vida, aprender en la vida” (Jiménez y Segura, 2013, p. 7).

Con base en la experiencia y la reflexión de dicha movilización pedagógica, un grupo de aproximadamente quince estudiantes de las carreras antes mencionadas se comprometen con tres comunidades de Los Chiles ante las necesidades básicas que se observan y, desde esa experiencia, tienen la iniciativa de volver y dar apoyo a la problemática observada. Este grupo de estudiantes, en conjunto con el proyecto Pedagogía Social, conformado por los y las docentes extensionistas que también integran el curso Modelos Pedagógicos, se unen para que esa iniciativa estudiantil se lleve a cabo.

Ante esto la afirmación antes mencionada de formar profesionales con compromiso con las poblaciones menos favorecidas se visualiza desde la iniciativa de las movilizaciones pedagógicas, que luego pasó a formar un grupo como Compartiendo Sonrisas.

Además, sobre el aspecto de las movilizaciones pedagógicas como fortaleza del currículo universitario, se puede mencionar el caso de una docente de la DEB y sus estudiantes, quienes vivencian las expediciones pedagógicas como un “recurso pedagógico para el desarrollo de actitudes y aptitudes con estudiantes de varias carreras de educación” (Vásquez, 2014, p. 57). Donde desde la experiencia las y los estudiantes concretan su plan de estudios de una manera más significativa ante el contacto con la realidad, además humanizando y generando nuevas personas y por ende profesionales.

Según Suárez, citado por Vásquez, “estamos aquí, a las puertas del espacio, para el encuentro, para el intercambio de experiencias, para un diálogo de saberes; se trata de aprender haciendo, de hacer preguntando, de preguntar sonriendo, de sonreír entendiendo, de entender escuchando, de escuchar haciendo” (2014, p. 68).

En relación con la filosofía de la educación, se debe brindar al estudiantado universitario experiencias fuera del aula, en una búsqueda de mejorar y aprender sobre la vida, y que esta no sea solo percibida en libros de texto o relatos docentes en las teorías de la educación.

Es importante además conocer otras experiencias de extensión universitaria que han sido promovidas, tal es el caso de la Escuela de Planificación y Promoción Social (PPS), en donde el estudiantado experimenta acciones sociales como parte de su currículo. En este caso destacaré una experiencia por parte de un grupo de estudiantes que rescatan que:

Sirve de partida para fundamentar la relevancia del quehacer de la extensión universitaria y de la participación estudiantil. Se muestra, desde este abordaje, las implicaciones de un plan de estudios que integra la extensión a la formación académica y que genera una participación activa estudiantil, donde se fortalece el proceso pedagógico con una visión o riqueza pedagógica y humanista (Gamboa, Mena, Gutiérrez y Barquero, 2016, p. 146).

Además, PPS en su metodología de trabajo asume la participación del personal docente como facilitador para conducir el proceso de la mano con la población estudiantil y los y las líderes de las comunidades. Entre las acciones que las y los estudiantes deben asumir para el cumplimiento de los objetivos propuestos son el “plantear los problemas, priorizarlos, diseñar alternativas de solución; definir objetivos, y plantear estrategias de acción, de control y de seguimiento” (Gamboa et al., 2016, p. 148). Aspectos de suma importancia en el trabajo de campo que las y los estudiantes partícipes de la extensión debemos asumir para un proceso más ordenado y viable.

Ante esto, se pretende analizar el aporte que emerge de la participación estudiantil en el proyecto de extensión Pedagogía Social, para la resignificación de la formación profesional en la acción social inclusiva, siendo este la construcción de aprendizajes significativos y reales a partir de las experiencias en el campo, sumando conocimientos para el desarrollo personal y profesional, además de fungir como apoyo en la planificación, reflexión y mejoras para el proyecto de extensión, y brindar acompañamiento a las comunidades en el proceso de mejora de la calidad de vida al crear redes de trabajo con las mismas, todo desde el avance de investigación que desde el trabajo final de graduación estoy realizando, por lo que a continuación se detalla la metodología.

Metodología

La investigación se desarrolla bajo un enfoque cualitativo, ya que se rescata el valor social del ser humano, trata de comprender las relaciones y estructuras de las vivencias humanas. En este sentido Montero, citado por Vargas (2015), señala que este enfoque de investigación “consiste en descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas, interacciones y comportamientos que son observables, incorpora lo que los participantes dicen, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos y reflexiones” (p. 3). Por lo que el investigador o la investigadora intenta comprender las acciones de las personas en función de la praxis.

Por lo cual, para el cumplimiento del objetivo planteado, se desarrolla una sistematización de experiencias como método de investigación, reflexionando a partir de acontecimientos vivenciados, para que nos lleven a una transformación en nuestro actuar de forma positiva. En este sentido, se coloca como participante directo de mi investigación al grupo de estudiantes del equipo Compartiendo Sonrisas, el cual trabaja en conjunto con el proyecto de extensión Pedagogía Social, conformado por cuatro docentes de las carreras de Pedagogía con Énfasis en I y II Ciclos, Enseñanza del Inglés y Educación Especial.

Yo formo parte también de dicho equipo de estudiantes, y para efectos de esta investigación he trabajado solo con una parte del grupo, ya que actualmente lo conformamos 43 estudiantes, muchos de primer ingreso universitario, y la línea de investigación requiere trabajar con los y las estudiantes que tienen ya varios años en la participación social activa que gestiona el equipo Compartiendo Sonrisas, para lograr reseñar el origen del equipo y conocer los efectos generados a lo largo de su carrera profesional, a través de su participación activa en acciones sociales inclusivas.

Por ello a continuación describo las características de las y los estudiantes con quienes se ha construido esta investigación: participantes activas y activos (asisten a reuniones, aportan en la planificación de estrategias, trabajan activamente en las diferentes actividades), con al menos dos años de ser integrantes del equipo, conocen las tres comunidades de Los Chiles con las que trabaja el equipo. Lo anterior reconocido durante las distintas experiencias por medio de la observación constante en los procesos de acción social que realiza el equipo Compartiendo Sonrisas.

Por otro lado, como participante indirecto está el cuerpo docente del proyecto de extensión Pedagogía Social, con el cual trabaja el equipo Compartiendo Sonrisas para reconocer la visión de las personas docentes encargadas del mismo con respecto a la participación estudiantil en sus proyectos de extensión. También se ha trabajado con líderes de las tres comunidades de la frontera norte, donde por cada comunidad participan una o dos personas, y sus familias han sido beneficiarias de las acciones que el equipo de estudiantes ha generado para fortalecer los procesos educativos de sus hijos e hijas, para valorar la opinión sobre las acciones que se generan y se construyen junto con ellos y ellas al entrar al campo.

Ante esto, el espacio de investigación se posiciona dentro del campus universitario y en las comunidades de San Gerardo, Punta Cortés y El Cachito de Los Chiles de Alajuela, caracterizadas en condición de vulnerabilidad por su estado de pobreza y falta de recursos para una vida plena ante la falta de buenos servicios de salud, educación, acceso, empleo y demás. A continuación, se presentan las estrategias metodológicas que se han realizado en el proceso de investigación hasta el momento.

I fase: memoria histórica

La presente etapa en una primera parte reseña el origen del equipo Compartiendo Sonrisas como parte de un proyecto de extensión universitaria desde las experiencias del grupo de estudiantes participantes del mismo. Esta fase es un momento inicial para contextualizar y justificar, desde sus experiencias, los aportes que consideran que se dan en su formación profesional y personal, quiénes son partícipes activos en acciones sociales inclusivas, además de las contribuciones y opiniones de las comunidades y docentes extensionistas.

La técnica para la construcción reflexiva de las experiencias desarrolladas por parte del equipo Compartiendo Sonrisas han sido las conformaciones de grupos focales, mismos reconocidos según Martínez, citado por Gurdián (2007), como “una modalidad de los grupos de discusión que se caracteriza por centralizar –focalizar– su atención e interés en un tema específico de la investigación” (p. 14), es decir, es una conversación o diálogo en el que, desde las distintas opiniones o puntos de vista de las y los participantes de la investigación, se logra retomar un tema central de estudio, poniendo “la voz en movimiento para tejer significados y sentidos” (Clocier, 2014, p. 7). En estos discursos Ghiso, citado por Clocier (2014), rescata tres elementos relacionados con la memoria histórica que orientarán el análisis y la reflexión de las experiencias: la intencionalidad del hacer, los procedimientos: cómo hago; los momentos: cuándo se hizo cada cosa; y qué pasaba en el entorno.

Ante ello, en esta fase se recopilan, además, tanto los aprendizajes reconocidos por una parte del equipo Compartiendo Sonrisas como las opiniones de líderes de comunidades en la frontera norte y la visión acerca de las acciones sociales inclusivas de la población estudiantil universitaria en los proyectos de extensión, por parte de las académicas y los académicos extensionistas de la DEB.

Para el reconocimiento de los aprendizajes de la población estudiantil universitaria se usa también la técnica de observación participante, que, según Gurdián (2007), en el contexto universitario se observa desde una perspectiva del investigador. La misma se utiliza para “elaborar descripciones sobre los acontecimientos, las personas y las interacciones que se observan, así como a partir de la vivencia, la experiencia y la sensación de la persona que observa” (p. 191). Esto provee una base de información y cuestionamientos acerca del tema en investigación, aportando preguntas para ser trabajadas por parte de las y los participantes del equipo Compartiendo Sonrisas.

Además, para rescatar dichos aprendizajes, así como la opinión de líderes de la comunidad y las visiones del cuerpo docente extensionista, se realizan también entrevistas a profundidad, desde una relación sujeto-sujeto, dentro de un ambiente cómodo y seguro, evitando presión por parte de la gente que podría estar rodeando el lugar, lo que facilita las conversaciones y se obtienen los datos necesarios para efectos de esta investigación, todo bajo la autorización correspondiente de cada participante.

II fase: análisis crítico de la experiencia

En esta fase se espera generar una reflexión y análisis crítico de toda la información recopilada, la cual se ha ido construyendo y nutriendo durante el proceso de investigación de la fase I, integrando los datos, reflexiones, pensares y análisis de la información.

Si bien mi trabajo final de graduación lleva una gran parte desarrollada, queda pendiente una tercera fase, la cual corresponderá a la creación de una propuesta pedagógica de formación profesional en la acción social inclusiva ante el repertorio de análisis y resultados hallados. A continuación, los resultados generados hasta el momento.

Resultados

La participación estudiantil universitaria en extensión fortalece habilidades sociales pertinentes desde un trabajo en equipo, entre ellas: iniciativa, comunicación, empatía, asertividad y escucha activa. Aquí la participación estudiantil universitaria fortalece la formación profesional, y esta requiere del “diálogo crítico con lo diverso y la recursividad generadora y fundada en actitudes humanas esenciales como: indignación, autonomía, apropiación, y esperanza” (Ghiso, 2003, p. 12), viendo la actitud de indignación como la que “caracteriza a los sujetos como actores sociales reflexivos, constructores de preguntas y propuestas, llevando a la transformación de las vivencias” (p. 18); se pasa de un aprendizaje tradicional a uno más sociocrítico, donde el aprender se da siendo, haciendo y sintiendo.

Se plantea una educación desde el marco de un modelo social, donde no se trata solo de transferir conocimientos, sino de formar y transformar realidades que ponen barreras en la construcción de conocimientos y de habilidades para la vida.

Estos conocimientos aplicados en el campo, es decir, en la extensión universitaria, conllevarán a un alto grado de capacidades, de criticidad y reflexión necesarias para una buena formación profesional, incidiendo entonces en la transformación de la sociedad, en las comunidades que más lo necesitan desde acciones sociales inclusivas. Partiendo de esto, se puede mencionar que, en la extensión, las acciones sociales influyen de manera directa en el crecimiento tanto de las personas investigadoras (docentes y estudiantes universitarios y universitarias) como de la población en la cual se trabaja y se construye, esto de una manera conjunta y contextualizada en el favorecimiento de un cambio positivo según las necesidades que se encuentren en la misma.

La extensión universitaria desarrollada en conjunto con docentes, estudiantes y comunidades implica una construcción conjunta, partiendo de experiencias, saberes, reflexiones y acciones transformadoras. Siendo tres los actores directos en el proceso de extensión: la persona docente universitaria, el o la estudiante o profesional en formación y la comunidad en la cual se acciona.

Aquí el papel de la persona docente universitaria es ser una guía y participante activa en la construcción de conocimientos de los y las profesionales en formación que tiene a cargo. Genera y propone un sentido a lo que se construye, proporciona autonomía, expresión, comunicación, da un sentido a la vida, saber para qué y reconocer el porqué de las cosas, todo esto debe ser el sentido de la formación.

En cuanto al papel del estudiantado universitario, este tiene la necesidad de formarse en una investigación acción y reflexión, lo que conllevará a la transformación, al volver a la acción con una mirada de mejora de la misma. Que el estudiantado sea autónomo, empoderado, con motivación, autocontrol, capaz de expresarse y de razonar, fortaleciendo su sentido crítico sobre la realidad en la que influirá desde su formación, que busque ámbitos donde su desarrollo profesional y personal sea favorecido y enriquecido.

Por otro lado, la comunidad juega un papel muy importante, ya que se trata de una corresponsabilidad, donde, en el caso de esta investigación, “la superación de la situación de vulnerabilidad es una acción que conjuga la responsabilidad de los individuos, la comunidad, la sociedad, el estado” (Ministerio de Educación Nacional, 2005, p. 11). Sin embargo, en este punto es importante resaltar que no solo en comunidades con esta característica de vulnerabilidad, sino en cualquier otra con la que se construya en conjunto para el cumplimiento de metas u objetivos que, entre estas, proyectos de extensión y estudiantes universitarios y universitarias, se propongan alcanzar.

Ante esto, se reconocen las ventajas que desde la acción social se generan, donde la universidad tiene un compromiso importante en la formación de profesionales capaces de comprender y valorar la realidad social, pero más que eso, incidir en la misma, en una construcción conjunta con las comunidades que así lo requieren.

La educación superior entonces requiere una visión más integral y oportuna, que, según Ibarra, citado por Echeverri y López (s.f.), implica renovar las prácticas, los contenidos, los métodos y los medios con el fin de favorecer los aprendizajes de las y los estudiantes, estableciendo nuevos vínculos con la comunidad y con amplios sectores de la sociedad.

Discusión y conclusiones

La universidad debe promover espacios en los que “desde giras o experiencias con proyectos extensionistas” las y los estudiantes en formación participen para un mejor desarrollo profesional, donde desde las prácticas sociales, la escucha, la observación activa, el diálogo, la planificación, la autoevaluación y la mejora de las acciones en el campo se permitirán oportunidades de aprendizajes significativos tanto para la parte profesional como la personal.

Esta investigación, por medio de la sistematización de experiencias, posibilita reconocer que las oportunidades de acción social vivenciadas desde la construcción del conocimiento puesto en práctica, tanto de manera individual como colectiva, amplían lo teórico, viéndolo en espacios físicos y sociales desconocidos por la población estudiantil universitaria, llevando al empoderamiento, autonomía y trabajo en equipo. Las construcciones que desde el equipo Compartiendo Sonrisas se proponen y se llevan a cabo con las comunidades de Los Chiles dejan evidencia de lo anterior.

Los aportes a la formación personal y profesional se generan ante las acciones realizadas a lo largo de los años de estar conformado el equipo de estudiantes y gracias al apoyo del proyecto Pedagogía Social, tales como: la promoción de talleres con temáticas necesarias para el fomento del liderazgo, de la autonomía y del valor de la educación con la población infantil escolar, además del acompañamiento junto con el cuerpo docente extensionista, las juntas de las comunidades y las y los docentes de las instituciones educativas en la generación de redes para el apoyo colectivo y necesario para sus pobladores y pobladoras, y por supuesto en el trabajo con las familias de los niños y las niñas en el fortalecimiento de la autoestima y de la importancia del apoyo y seguimiento que deben brindar a sus hijos e hijas.

Ante esto y por la indagación sobre los aprendizajes por parte del equipo Compartiendo Sonrisas para la implicación de un trabajo constructivo desde la pedagogía social, enfocado en un grupo de personas que actúan dentro de una comunidad, se direcciona a “fomentar la participación, facilitar la autorrealización de los miembros, estimular las relaciones e impulsar la cooperación mientras se buscan soluciones colectivas desde técnicas cualitativas de intervención educativas” (Sáenz y García, 2006, p. 221).

Según Becerra et al., citados por Veliz, Becerra, Fleitas y Robaina (2016), las universidades deben evidenciar y generar tres procesos fundamentales o claves: la formación del o de la profesional, la investigación y la extensión universitaria.

La extensión universitaria implica un proceso en conjunto entre personas académicas y estudiantes, para que los procesos de formación se vean enriquecidos desde un currículo integral de su formación profesional. Aquí las bases teóricas proporcionarán entonces fundamentos para la acción, sin embargo, como se ha mencionado, la formación con una mirada solo en la teoría no tendrá mayores beneficios, porque no se ponen en práctica los conocimientos para generar nuevos aprendizajes en una acción-reflexión constante. La participación estudiantil en proyectos de extensión entonces se torna impulsadora para construcciones con sentido en la formación profesional.

Para finalizar, es importante tomar en cuenta que el currículo universitario debe resignificarse, ya que en la medida en que este asegure que las y los profesionales que egresen sean seres humanistas, capaces de reconocer la realidad y tener experiencia y compromiso social brindarán aportes a las comunidades que más lo requieran. Esto potenciará tanto de manera personal como profesional, desarrollando en los y las estudiantes una profundización en los conocimientos históricos desde la ética y un sentimiento de identidad. Es fundamental que “se apropien de la cultura de su profesión, adquieran conocimientos de cultura general, y a la vez sean promotores culturales en las distintas etapas de estudio en que se vinculan con la práctica social” (Vega, 2002, p. 32).

Referencias

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