Revista Universidad en Diálogo • Vol. 12, N.° 2, Julio-Diciembre, 2022, 11-29 • ISSN 2215-2849 • EISSN: 2215-4752

Url: http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/dialogo/index

Correo electrónico: universidadendialogo@una.cr

DOI: http://dx.doi.org/10.15359/udre.12-2.1

Aportes a la extensión universitaria desde la docencia. Caso: Práctica de Formulación, Evaluación y Administración de Proyectos, desarrollada en la Escuela de Planificación y Promoción Social de la Universidad Nacional

Contributions From Teaching to University Extension. Case: Practice of Formulation, Evaluation and Management of Projects, Developed at the School of Planning and Social Promotion of the National University

Randy Chavarría Briceño

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

randy.chavarria.briceno@una.cr

https://orcid.org/0000-0001-8510-4260

Jazmín Pereira Ortega

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

jazmin.pereira.ortega@una.cr

https://orcid.org/0000-0001-6840-2549

Ángel Ortega-Ortega

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

angel.ortega.ortega@una.cr

https://orcid.org/0000-0003-3278-1959

Recibido:15/06/2021 • Aceptado: 20/01/2022

Resumen. Este artículo pretende mostrar una experiencia respecto a la vinculación entre la docencia y la extensión universitarias desde el curso denominado Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos, propuesto en el plan de estudios de la carrera de Planificación Económica y Social de la Universidad Nacional, Costa Rica. Se busca evidenciar resultados mediante la aplicación de entrevistas a estudiantes y al profesorado, así como identificar las ventajas de desarrollar procesos de docencia que permitan el acercamiento de la universidad a las comunidades, mediante acciones que generen espacios de participación y diálogo de saberes, resaltando no solo la contribución a grupos u organizaciones en sectores vulnerabilizados, sino los logros y aprendizajes para el estudiantado en su formación académica, lo cual a la vez realimenta la docencia.

Palabras clave: docencia, extensión universitaria, participación estudiantil, proyecto de desarrollo

Abstract. This article aims to show an experience concerning the link between teaching and university extension from the course “Practice of Formulation, Management, and Evaluation of Projects” proposed in the Economic and Social Planning career program of the National University of Costa Rica. It seeks to show results from interviews with students and teachers. It also aims to identify the advantages of developing teaching processes that allow the university to approach communities through actions generating spaces for participation and dialogue of different types of knowledge, highlighting not only the contribution to groups or organizations in vulnerable sectors but also the achievements and learning for the students in their academic training, which at the same time provides feedback for teaching.

Keywords: development projects, student participation, teaching, university extension

Introducción

Desde sus orígenes las universidades han tenido como papel principal la transmisión de conocimiento, sin embargo, han existido importantes movimientos en pro de hacer de la misma un espacio que integre, incluya y que logre interacciones con las diferentes comunidades que están en su entorno. Una de las reformas que marca la historia y el quehacer de la universidad es la Reforma Universitaria de Córdoba, llevada a cabo en el año 1918.

Dicha reforma se constituyó como un cuestionamiento a la universidad, ya que esta por décadas se había adaptado a la sociedad, respondiendo a los intereses de las clases dominantes que tenían poder sobre el sistema político, económico y de la misma universidad (Tünnermann, 1998).

La reforma marcó el inicio de la universidad en busca de ser un ente crítico en el análisis de la realidad, promoviendo desde el pueblo propuestas de transformación de esta. Entre uno de sus principales postulados se encuentra: “Vincular la Universidad con el pueblo y la vida de la nación de donde la publicidad de los actos universitarios, la extensión cultural, las universidades populares y la colaboración obrero-estudiantil” (Tünnermann, 1998, p.119).

Ante este escenario, la Universidad Nacional desde sus orígenes ha incorporado como una de las áreas sustantivas la extensión universitaria. En el caso de la Escuela de Planificación y Promoción Social, se propuso iniciar acciones de extensión universitaria, en conjunto con diferentes comunidades, organizaciones de base, instituciones y grupos sociales, no solo por medio de programas, proyectos y actividades académicas, sino desde el plan de estudios, el cual tiene como fin promover la vinculación de los equipos docentes y del estudiantado con las diferentes comunidades.

Uno de los cursos que tiene este fin es la Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos, mediante la cual se reflexiona sobre el modelo académico universitario y sus proyectos educativos, así como la forma en la cual pueden ser vinculados con la realidad social. Se promueve el acercamiento del estudiantado a las comunidades, con el fin de generar proyectos que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones, desarrollándose como un proceso de características formativas, ya que procura un beneficio en doble vía, por una parte, la contribución a la transformación social y, por otra, el aporte a la universidad, y por ende al grupo docente y al estudiantado.

Este artículo abarca un primer punto sobre la historia y los principios de la Universidad Nacional, así como las áreas sustantivas del quehacer de esta y la vinculación entre las mismas.

Por otra parte, expone la experiencia de la Escuela de Planificación y Promoción Social, específicamente del curso Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos y su contribución a los procesos de extensión universitaria, para lo cual se muestra la percepción del estudiantado participante en esta práctica. Finalmente, se plantean algunas reflexiones desde los actores involucrados.

Historia y principios de la UNA

La creación de la Universidad Nacional (UNA) es uno de esos proyectos sobre los que se ha logrado el consenso en la Asamblea Legislativa, debido al interés de crear instituciones que contribuyeran con la formación profesional de los y las habitantes del país; de ahí que el trámite de aprobación se diera en forma expedita. Es así como el 7 de febrero de 1973, y por unanimidad, mediante la ley N. ° ٥١٨٢, se dio origen a la UNA, institución representativa de la educación superior costarricense.

El 15 de febrero de 1973, el presidente de la República, José Figueres Ferrer, y el ministro de Educación, Uladislao Gámez Solano, sancionaban la ley; y fue el 14 de marzo cuando la UNA dio inicio al primer curso lectivo, teniendo como rector al señor Benjamín Núñez (Universidad Nacional, 2019).

Así surge la UNA, conocida también como la Universidad Necesaria, la cual tiene como uno de sus objetivos principales generar conciencia crítica y constructiva, incluyendo en su quehacer la búsqueda de una posible solución a los problemas nacionales, asumiendo un compromiso efectivo con su realidad, en pro de una sociedad aún más humana y solidaria con los diferentes sectores (incluyendo los populares y rurales) establecidos en la nación (Núñez, 1974). Hoy sigue vigente la idea de brindar educación superior de calidad a todos los sectores y, especialmente, mayores oportunidades a los grupos más vulnerables de la población costarricense.

La UNA no solo ha logrado consolidar su imagen de universidad necesaria, con la que fue concebida y por la que siguen apostando sus dirigentes, sino que reafirma dicho compromiso al expandir sus fronteras a diferentes regiones del país, donde se hace necesaria su presencia (UNA, 2019).

Y es que dentro de una institución educativa pública la calidad académica consiste en “cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda su vida” (Unesco, 2009, p. 4); y la misma radica en la formación integral de la persona estudiante, para que desarrolle los conocimientos apropiados y sus competencias y que reciba formación en valores y actitudes sociales para la convivencia.

Los principales pilares de la Universidad Nacional, según Salom (2015), son los siguientes:

1. La generación social de conocimiento y la difusión democrática de información pertinente y oportuna

2. El diálogo y enriquecimiento recíproco universidad-sociedad para la transformación social

A partir del planteamiento de estos pilares, la UNA desarrolla cuatro áreas sustantivas: docencia, investigación, extensión y producción académica. En el caso de este artículo, se desarrollan los conceptos de docencia, investigación y extensión universitaria como prioridad.

Las áreas sustantivas del quehacer de la Universidad Nacional

Cada una de las áreas mencionadas tiene su razón de ser y el éxito depende de la vinculación entre ellas. A continuación, un breve análisis del quehacer en cada área.

Docencia

Se define la docencia como la actividad de enseñar; el precepto universitario posee características que la definen como el proceso formativo de educación superior, el cual tiene lugar en una institución que actúa en la búsqueda, adquisición y construcción del saber científico, así como un constante proceso intelectual crítico de esos conocimientos (Ramírez, 2017).

Hoy la docencia universitaria ha empezado a efectuar cambios significativos, como pasar de un enfoque normativo basado en las actuaciones docentes a un enfoque centrado en el aprendizaje, considerando en los planteamientos que el principal actor del proceso es el estudiantado y no la persona docente, por lo cual los objetivos propuestos deben ser desde los aprendizajes, reflejando lo que el o la estudiante es capaz de desarrollar, proceso en el cual el personal docente guía dicho aprendizaje para el logro de competencias (Jerez, 2015).

Es precisamente ese enfoque centrado en el aprendizaje el que se está promoviendo desde la docencia en la UNA, más que enseñar los conceptos de una ciencia, busca enseñar a pensar una determinada ciencia y a explicar científicamente sus conocimientos, y en la medida en que estos son comprendidos por el estudiantado es que se logra el objetivo final: “Enseñar a pensar y aplicar conocimiento”.

Investigación

La sociedad tiende cada vez más a fundarse en el conocimiento, razón por la que la educación superior y la investigación forman parte fundamental del desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de las personas, las comunidades y las naciones. Por consiguiente, dado que tiene que hacer frente a imponentes desafíos, la propia educación superior ha de emprender la transformación y la renovación más radicales que jamás ha tenido por delante (Unesco, 1998).

De esta manera, la investigación en la UNA se considera

Un proceso de generación de conocimiento relevante, pertinente, sistemático e innovador del quehacer universitario, que se complementa con las diferentes áreas de acción sustantiva institucional, con la participación de equipos disciplinarios y multidisciplinarios, y la construcción de la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. Responde a las necesidades de desarrollo y transformación de la sociedad, especialmente, de las poblaciones vulnerables, así como a los principios, los valores y los fines estatutarios. (Gaceta 1, 2018, p. 1)

Es así como la investigación se convierte en la disciplina del saber pedagógico, que fundamenta el quehacer docente desde un conocimiento teórico hacia la formación científica de saberes, anclados con el mundo positivista y la dinámica del contexto social. Es un conocimiento estratégico que aporta desde una reflexión acerca de la práctica pedagógica, que promueve la constitución de modelos educativos coherentes con la realidad sociocultural del individuo; y desde un recurso práctico facilitador de conocimiento, la generación de nuevos espacios tecnológicos, fortaleciendo así las capacidades creativas e innovadoras de la sociedad.

Extensión

En el caso de la extensión, tiene entre sus propósitos la proyección de la universidad en la sociedad, lo que permite la interacción universidad-sociedad, elaborando un proceso educativo que vincula la docencia y la investigación con el conocimiento de las necesidades sociales, económicas, técnicas y culturales.

Por ello, entre los objetivos de la extensión se encuentran la promoción del desarrollo cultural, la transferencia de conocimiento, la promoción de la cultura entre los distintos sectores sociales de la comunidad y la consolidación del vínculo entre la Universidad y la comunidad. Además, como parte del ejercicio universitario, la extensión juega un papel importante en el desarrollo integral de la persona estudiante.

Desde su quehacer, la extensión universitaria busca el acercamiento y la interrelación con las comunidades, de forma que dicha interacción permita no solo conocer las necesidades y demandas de las personas y colectivos, sino desarrollar procesos conjuntos en busca de alternativas de solución, dentro de los cuales se logre vincular el saber científico con el saber popular.

Es así como se puede encontrar a la Universidad en acciones y proyectos referidos a la formulación y gestión de iniciativas productivas, el fortalecimiento organizacional, la incursión en buenas prácticas productivas y otras de diversa índole, donde en todos los casos su finalidad es garantizar la apropiación de las comunidades en sus procesos de desarrollo.

Según la política de la Vicerrectoría de Extensión (1989), desde los inicios de la UNA, a la extensión se le asignan algunas funciones, entre las que se pueden mencionar las siguientes:

Permite materializar el vínculo universidad-sociedad.

Busca una formación integral, tanto del área docente-estudiantil como de la investigación.

Promueve la participación de equipos interdisciplinarios que contribuyen con el desarrollo de los sectores vulnerables.

Sin embargo, a pesar de estas concepciones institucionalmente establecidas, queda abierta la posibilidad de que en la praxis existan diferencias. Es así como surge el extensionista clásico, definido como “…aquel que se deriva, relaciona y posee connotaciones similares a las estrategias de intervención…” (Tommasino y De Hegedűs, 2017, p. 121), o bien, el extensionista alternativo o crítico, que se define como aquel que “…amplía la gama de prácticas desarrolladas en el medio rural que tiene su origen en una visión crítica de la estructura social…” (Tommasino y De Hegedűs, 2017, p. 121).

Si la extensión se entiende como el área sustantiva de la universidad que contribuye a los procesos de formación, en la medida en que propicia enseñanzas y aprendizajes en múltiples direcciones, es evidente que requiere espacios y prácticas que habiliten dicha función.

Relación docencia-extensión-investigación

Como se evidenció en el apartado anterior, las actividades de docencia deben atender a la formación, las de investigación al descubrimiento y las de extensión deben generar el vínculo entre la universidad y la comunidad, de modo que fusionen la esencia de la generación del conocimiento. Si en la docencia los planes de estudio no se enriquecen con los aportes del campo de la investigación y la extensión, la actividad educativa se transformaría en respuestas repetidas y carentes de sentido frente a la realidad.

Por lo tanto, las actividades de docencia, investigación y extensión deben complementarse para cumplir adecuadamente su misión y responder a las necesidades identificadas en la relación universidad-sociedad.

Relación entre la práctica de la Escuela de Planificación y Promoción Social y la extensión universitaria

La Escuela de Planificación y Promoción Social (EPPS) fue fundada en 1974. Desde sus inicios ha desarrollado propuestas en pro de la vida social del país, a través de programas, proyectos y metodologías que promueven la gestión de un desarrollo integral y sostenible.

Busca formar un profesional capaz de interpretar, intervenir y liderar procesos participativos en la realidad social, a través de la investigación, gestión, programación, ejecución, evaluación, asesoría y capacitación en los diferentes organismos a nivel local, regional, nacional e internacional.

La EPPS ha concedido a la extensión un lugar de gran importancia, promoviendo la participación y el trabajo directo con organizaciones, empresas e instituciones e incorporando diferentes programas y proyectos de extensión en el plan de estudios de la carrera. Situación que se ha tratado de mantener a lo largo de los últimos años, con las adecuaciones que la realidad actual impone (EPPS, 2019a).

La extensión universitaria “extiende” o “lleva” sus conocimientos y técnicas generales en el centro de estudio hacia afuera, es decir, a la realidad. Además, ha sido un mecanismo de retroalimentación para la Escuela, ya que se realiza un análisis de los acontecimientos encontrados y las incidencias en diversos aspectos de la realidad, lo cual ofrece las bases que sustentan las necesidades de reorientar las actividades académicas (Arroyo, 1985).

Por ello, las prácticas estudiantiles con organizaciones de base e instituciones constituyen el núcleo principal en la formación académica y el trabajo del estudiantado con estas, a partir de la gestión de la EPPS en lo relacionado a la búsqueda y negociación con diferentes entes para la concertación de un beneficio y aprendizaje mutuos.

¿Cómo se incluye en el plan de estudios de la EPPS la extensión universitaria?

El hecho de que no existieran otras experiencias de formación de planificadores y planificadoras impulsó la priorización de la extensión, ya que era la forma en que la EPPS validaba sus planes de estudio. Fue así como se propusieron las prácticas con la intención de tener un acercamiento con la realidad, buscando la relación con la docencia y la investigación en un proceso que permitirá la reflexión científica y la rectificación o modificación de los programas de estudio (Arroyo, 1985).

Contribución de la práctica a los procesos de extensión universitaria

Una de las prácticas estudiantiles de la EPPS es la Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos, la cual está orientada a la formulación de un estudio de factibilidad de carácter productivo, social o de infraestructura, para lo cual se ubican opciones de proyectos en instituciones públicas, organizaciones sociales, empresa privada u opciones de emprendedurismo bien fundamentadas (Escuela de Planificación y Promoción Social, 2019b).

Dentro de los objetivos de esta práctica, en un marco institucional, se desea que las personas estudiantes logren:

Aplicar a un proyecto en particular la teoría, los métodos y las técnicas relacionadas con la detección, organización, administración y operación de proyectos de inversión y de carácter social

Incentivar a los y las estudiantes para que logren mantener la relación con la organización contraparte del proyecto, tanto durante como después del período de realización del estudio (diagnóstico, estudio de mercado, técnico, administrativo, financiero y ambiental).

Valorar los riesgos que afectan la puesta en marcha del proyecto.

Criterios de selección de las instituciones y organizaciones

Las opciones de proyecto que se desarrollan en el marco de cada práctica deben cumplir con los requisitos necesarios que permitan la aplicación de todos los conceptos relacionados a los estudios que se desarrollan a lo largo del curso, pero también implica que se establezca una vinculación institucional, lo cual permite que cada proyecto tenga su propia prioridad.

De parte de la EPPS, con el fin de garantizar un proceso homogéneo, tanto para las personas estudiantes como para la organización o institución contraparte, los profesores y las profesoras a cargo de la práctica conforman un equipo interdisciplinario que analiza y acompaña cada uno de los proyectos durante su progreso (Escuela de Planificación y Promoción Social, 2019b).

Considerando los aspectos claves que conlleva esta práctica universitaria en relación con la extensión universitaria, se puede determinar lo siguiente:

La visión estudiantil y de la persona docente sobre los aportes de la práctica

Bajo el entendido de que las personas estudiantes son una parte fundamental de esta práctica y quizá la que puede obtener el mayor provecho de ese relacionamiento con las organizaciones e instituciones, a continuación, se recopilan algunas de las nuevas relaciones y los nuevos conocimientos obtenidos por estas a partir de una consulta aleatoria y voluntaria a personas estudiantes que cursaron la práctica.

Sobre la experiencia desarrollada

A continuación, se muestran los resultados de una encuesta aplicada al estudiantado que ha participado en el proceso del curso Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos y al equipo de docentes. Es importante mencionar que completaron la encuesta quince estudiantes y cinco docentes. Entre los principales resultados se mencionan los siguientes:

Desde la experiencia académica, se evidencia que el estudiantado logra obtener las bases de su formación al poner en práctica los métodos y las herramientas necesarias para determinar la viabilidad de un proyecto; el mejor aprendizaje se obtiene de la ejecución en campo de los conocimientos adquiridos a lo largo de su carrera universitaria y del encuentro con los saberes populares. Participar en procesos de extensión le ofrece al estudiantado una mirada de la realidad local y la búsqueda de la contribución al mejoramiento de las condiciones de las comunidades involucradas.

El contacto gradual, secuencial y en profundidad que el o la estudiante ha tenido en las comunidades con la práctica ha permitido incorporar cada vez más elementos, no solo para el diseño y la aplicación, sino para la evaluación, el análisis y la reflexión de aspectos que contribuyen a la docencia. Con lo cual se ha podido valorar los resultados obtenidos, la pertinencia de las propuestas, así como los aspectos que requieren fortalecerse.

Con base en las propuestas desarrolladas en el curso Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos, se pueden observar diversas ideas que persiguen el bienestar y crecimiento de sectores vulnerabilizados. En la gama de proyectos propuestos a lo largo del tiempo se pueden observar trabajos relacionados con turismo local, bienestar de la persona adulta mayor, gestión de residuos sólidos, construcciones, comercialización de jaleas, lácteos, huevos y diferentes productos agrícolas, entre otros; es importante mencionar que estos proyectos se seleccionan de acuerdo a las necesidades principales de la población, lo cual permite obtener una noción de las actividades que pueden ser fortalecidas y/o desarrolladas por las comunidades.

Con el fin de llevar a la práctica lo aprendido, dentro de las alternativas que se presentan al estudiantado se puede optar por realizar estudios de viabilidad financiera o social. En el siguiente gráfico se evidencia la selección del enfoque.

Con base en los resultados evidenciados en el gráfico anterior, se establece que:

En la realización de un estudio social, el 46,7 % de los y las estudiantes apreciaron el valor social de la inversión, los insumos y la mano de obra utilizada en el posible proyecto, para determinar los beneficios sociales generados por servicios y bienes en la ejecución y los costos que significa financiar el proyecto por parte de las instituciones involucradas.

Mientras que el 53,3 % de los y las estudiantes que decidieron ejecutar un estudio financiero logró analizar un nuevo emprendimiento, una organización en marcha, o bien una nueva inversión para una empresa, como puede ser la creación de un área de negocios, la compra de otra empresa o una inversión en una planta de producción.

Es importante mencionar que, en ambos enfoques, ya sea el social o el financiero, el estudiantado no solo realiza el estudio, sino que se aproxima, conoce y analiza la realidad social de las poblaciones con las cuales se encuentra en la búsqueda de mejoramiento de su calidad de vida.

Con el fin de que el estudiantado no desarrolle el proceso lejos de la realidad social, desde el inicio de la práctica se pretende que tenga una contraparte, ya sea organizaciones de base, instituciones o empresas.

La incursión de las contrapartes dentro del esquema del curso Práctica de Formulación de Proyectos conlleva la integración de las organizaciones interesadas en llevar iniciativas, y representa los intereses de la población local, que es la que lleva a cabo efectivamente el proyecto. Por llamativo que resulte a primera vista, a través del trabajo en cooperación la ejecución de los proyectos por parte de una organización local aumenta exponencialmente las posibilidades de éxito:

El 46,7 % involucra a instituciones del Estado, tales como el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) y las Municipalidades, que brindan apoyo no solo en lo referente a datos e información para el desarrollo del trabajo, sino con transporte para los y las estudiantes en comunidad, espacios en la institución para realizar talleres, así como apoyo logístico para el desarrollo del proceso.

Un 46,7 % corresponde a la contraparte de organizaciones de base, conformadas por asociaciones de desarrollo, grupos organizativos y comunidad, entre ellas se pueden mencionar: Asociaciones de Desarrollo Integral, grupos de mujeres, familias pescadoras, familias en condiciones de vulnerabilidad, grupos de turismo rural comunitario y grupos preocupados por el bien común de poblaciones vulnerabilizadas, como personas adultas mayores y personas con discapacidad, entre otras organizaciones que conforman el tejido social de las diferentes comunidades involucradas.

El 6,6 % está relacionado con empresas privadas, entre ellas se pueden mencionar las cooperativas y los emprendimientos individuales.

Como se evidencia en el gráfico anterior, los porcentajes mayores de las contrapartes están referidos a instituciones y organizaciones comunitarias, por lo que la razón de ser de la Escuela de Planificación y Promoción Social es promover la cooperación y coordinación con los entes que puedan contribuir con los sectores vulnerabilizados y que su desarrollo integral se logre.

En lo referente a la ubicación de los proyectos, en la mayoría de los casos el estudio se realiza en zonas rurales, que son poblaciones que tienen índices de desarrollo social bajos, y que por tanto requieren apoyo de las instituciones para potenciar el crecimiento económico vinculado a la producción alimentaria en los países en desarrollo. En el entorno económico rural nos podemos encontrar con dos tipos de empresas, aquellas enfocadas en el sostén de la vida diaria de las poblaciones, con un bajo potencial de crecimiento y generación de empleo; y, por otro lado, empresas con un alto potencial de crecimiento, generación de empleo y riqueza local. Ambas empresas son diferentes, pero al mismo tiempo necesarias en el ámbito rural, por lo que se realizan estudios que alienten y contribuyan a la aparición y el crecimiento de ambas.

Los aportes académicos y personales en el estudiantado

En el sentir del estudiantado, desde la perspectiva académica y en el marco de su formación profesional, existe coincidencia en que este proceso representa una oportunidad de interrelacionar teoría y práctica al lograr desarrollar ideas de proyectos y estrategias adecuadas al contexto, a la vez que ajustan dichas propuestas a los recursos con los que se cuenta, a fin de trazar objetivos alcanzables que generen beneficios a la organización.

Esto les permite acercarse a la realidad y compartir desde cerca la experiencia de las personas involucradas en el proceso, comprendiendo tanto sus potencialidades como las distintas limitantes organizativas y comunales que viven en las localidades, especialmente en zonas rurales. Además, se relacionan con diferentes grupos poblacionales y organizacionales, tales como personas adultas mayores, personas jóvenes, personas agricultoras, grupos de mujeres, personas en indigencia, asociaciones, cooperativas y otras.

Con las instituciones contraparte, estas deben realizar las gestiones pertinentes para el trabajo conjunto y articulado en pro de un objetivo común, por lo que deben ser negociadores, asertivos e involucrarse en trabajos de equipo interdisciplinarios. Al ser proyectos con una temática específica, también asumen el reto de conocer y adentrarse —casi al punto de la expertise— en áreas disciplinares diferentes a su carrera.

Entre los aportes destacados, con sus palabras, encontramos reflexiones como:

Así mismo, el estudiantado se ve frente a las realidades de intereses políticos y económicos, las cuales permean las verdaderas necesidades de la organización, haciendo que el logro de objetivos se vuelva complicado, dado que los recursos son limitados y las necesidades ilimitadas.

Tomando en consideración los planteamientos de Paulo Freire sobre la extensión universitaria: “... en el proceso de aprendizaje, sólo aprende verdaderamente, aquel que se apropia de lo aprendido, transformándolo en aprehendido, con lo que puede, por eso mismo, reinventarlo; aquel que es capaz de aplicar lo aprendido-aprehendido, a las situaciones existenciales concretas” (1973, p. 11). Se encuentra que, concretamente, el estudiantado logra plantear propuestas desde la planificación, en segundo lugar, logra visualizar problemáticas reales con una perspectiva integral y, tercero, constituye un espacio para validar y/o reconstruir teorías de diferentes disciplinas, según el objeto de estudio abordado.

Considerando esta misma premisa de Freire, de generar un conocimiento académico de aprender y desaprender, el cual trasciende al ámbito personal del estudiantado, entre sus aprendizajes se pueden encontrar:

“Aprovechamiento de cada acercamiento con la agrupación para generar conocimientos mutuos”

“Trabajar con un factor sorpresa y generar propuestas a pesar de las dificultades”

“Ser más empática”

“La práctica es el puente para comenzar a interactuar con actores que poseen diferentes intereses, liderazgos, ideología, etc., que le permite al estudiante conocer la realidad desde una óptica más exacta y concreta y con ello poder desarrollar escenarios próximos realistas, un poco lejanos a la pura teoría.”

“Aprender a negociar con actores comunitarios y gubernamentales.”

“Tener mejor comunicación entre los compañeros, tener paciencia y tolerancia ante las ideas de otros”

“Aprendí a coordinar estos procesos de forma más profesional y también me ayudó a comprender muchos otros procesos que tal vez no quedaron tan claros en las clases anteriores.”

“Adaptación al cambio y toma decisiones”

“Siempre se debe indagar sobre el tema tratado, aunque sea ajeno a la carrera, para lograr tomar decisiones coherentes y acertadas.”

Desde la percepción de este mismo estudiantado, se logra observar que las organizaciones y/o instituciones contraparte forman parte de un proceso constructivo donde los resultados están puestos a su servicio, se desarrollan y promueven estrategias de transformación y existe un fuerte componente relacionado con la generación de nuevos conocimientos a partir de la interacción entre el estudiantado y actores locales.

A partir de lo anterior, se evidencia que la práctica de proyectos logra claros beneficios, tanto para la formación académica y la transformación personal como para las organizaciones contraparte con las cuales se articula y trabaja. Esto sin duda promueve la integración social, con el fin de transformar la realidad en pro del desarrollo local a partir de los recursos disponibles o gestionables.

Esto es posible gracias al trabajo interdisciplinario y participativo, que profundiza el sentido de las acciones sociales de manera integral y contribuye además al mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

Reflexiones finales

La Universidad Nacional, como institución de educación superior que trabaja en la integralidad de sus acciones sustantivas, coloca a la extensión como aquel catalizador que permite articular y propiciar la generación de conocimiento, en la medida en que habilita a personas docentes y al estudiantado como sujetos activos de sus procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto formal como no formal.

La Práctica de Formulación, Administración y Evaluación de Proyectos contribuye a la formación de profesionales en planificación y consolida las relaciones universidad-comunidad para su trabajo conjunto, debido a que promueve la interrelación y coordinación de acciones, fortaleciendo el trabajo en equipo, enriqueciéndose por la diversidad de disciplinas y enfoques, con el objetivo de construir conocimientos personales y académicos.

En este artículo se ha dado valor a las prácticas históricas que han caracterizado la gestión como práctica que requiere la constante mirada autocrítica, por lo que resulta fundamental atender a las recomendaciones dadas por el estudiantado en relación con el modelo actual:

“Para fines de mejoras en futuras prácticas, sugiero la incorporación de otros procesos no solamente proyectos, también programas, por ejemplo.”

“Debería existir un acompañamiento más profundo del o de la docente y mantener comunicación con las organizaciones contraparte, para que el estudio considere las demandas reales de todos los actores.”

“Generar un documento que sea más práctico para la organización y que no sea tan académico.”

“Mayor seguimiento al trabajo realizado, en cuanto a su revisión por parte de la institución contraparte.”

“Contar con un registro del seguimiento de la ejecución de los proyectos desde la EPPS a fin de dar mayor orientación a los estudiantes a la hora de elegir su proyecto de práctica”

“Dar mejor seguimiento a los proyectos una vez se finalice el proceso de realización del estudio de factibilidad. Realmente dar un buen producto a la comunidad u organización.”

“Tener un abordaje más de experiencias previas (tipo conferencias) en diversas sistematizaciones de procesos de extensión universitaria relacionadas con alternativas visualizadas y que pueden ser correlacionadas con la planificación; ya que muchas veces los estudiantes no conocen experiencias previas y solo buscan realizar proyectos básicos o que ya se han trabajado muchas veces en las comunidades. Al no poder encontrar referencias sobre procesos de intervención académica con anterioridad.”

Ante esta serie de recomendaciones se plantea la necesidad de trabajar en busca de que la práctica sea más integral, tanto a nivel disciplinar como en los procesos de mediación para la enseñanza. Con esta primera experiencia de reflexión, no cabe duda de que las acciones de extensión encuadradas como prácticas de proyectos promueven aprendizajes significativos, que constituyen experiencias de interrelación y vínculo universidad-comunidad.

Referencias

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