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DIGITALIZACIÓN: SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO DE LA GERENCIA EMPRESARIAL

DIGITIZATION: ITS CONTRIBUTION TO BUSINESS MANAGEMENT DEVELOPMENT

 

Mario González Arencibia 1
Dagmaris Martínez Cardero
2


Resumen: En este trabajo se hace una presentación de las principales tendencias y discusiones vinculadas al tema del mundo de unos y ceros, en el entendido de que muchos de los puntos que se abordan podrían ser objeto de un tratamiento detallado. Atendiendo a esto se persigue, como objetivo, promover la reflexión crítica acerca de las posibilidades que ofrece la digitalización para el desarrollo de la gerencia empresarial. Los resultados obtenidos señalan que la digitalización, al estar imbricando novedosas prácticas culturales, ha pasado a ser un factor estratégico clave de competitividad para la gerencia empresarial. Ello está determinado por su trascendencia sobre los procesos de producción o los nuevos productos, sobre la estructura de la competencia, sobre posiciones competitivas de las empresas, así como, sobre la propia estructura organizativa de esta, de sus recursos humanos y de la comunicación.

Palabras clave: Digitalización, gerencia empresarial, mundo de unos y ceros, tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

Abstract: This paper presents the main trends and discussions regarding the world of ones and zeros, with the understanding that many of the points addressed could be subject to a detailed analysis. Based on the above, the objective of this paper is to promote critical reflection on the possibilities offered by digitization for business management development. Results obtained indicate that digitization, being a basis for innovative cultural practices, has become a key strategic factor for business management competitiveness. This is determined due to its relevance in the production processes or new products, the competitor’s structure, the company’s competitive positions, as well as its organizational structure, human resources, and communications methods.

Keywords: Digitization, business management, world of ones and zeros, Information and Communications Technology (ICT).


El contexto globalizador en el que se desarrolla actualmente la gerencia empresarial es altamente competitivo. Existen varios factores que inciden en él significativamente: la globalización de la economía la cual, además de endurecer la competencia internacional, provoca y refuerza las interdependencias y dependencias entre países en todos los campos, incrementando el grado de incertidumbre para la actividad empresarial; la importancia de la innovación como factor de crecimiento; la reducción del ciclo de vida de los productos; el cambio de estructura del consumo; el desarrollo del transporte y de las comunicaciones; la alianza de empresas; los cambios sociales y demográficos; el desarrollo tecnológico que va por delante de la capacidad de asimilación, tanto en el ámbito del conocimiento como a nivel organizacional y cultural de la mayoría de las empresas, y el rol de una creciente cultura digital ligada al desempeño de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

De acuerdo con lo hasta aquí expuesto, resulta un imperativo de carácter estratégico para afrontar la competitividad actual y futura, revisar la concepción de los procesos gerenciales en la empresa e intentar optimizarlos de manera que cada función específica maximice su contribución al resultado global, asegurando el mayor valor añadido a los clientes, máxime si se considera que la única variable constante en este ámbito globalizador es el cambio.

Por estos motivos, son necesarios profundos cambios, en particular en el reajuste de las organizaciones y la manera en cómo se promueven los procesos gerenciales en el mundo de unos y ceros (Shannon, 1948). Ello cobra particular importancia si observamos el carácter revolucionario de este nuevo entorno cultural, al punto que ya se enuncian leyes que modifican los comportamientos económicos y organizacionales, en lo que es notable la ley del desplazamiento: la que nos dice que “en el entorno digital, los materiales son sustituidos por información, las masas por bitios y las dinámicas de la antigua economía por los comportamientos propios de las redes” (Kelly, 1997, p. 12 y 14).

Si se contempla el concepto de cultura en el más amplio sentido de la palabra como el acervo de conocimientos y los medios que utiliza un pueblo o conglomerado para adquirirlos, se podría estar planteando la interrogante siguiente: ¿Con la cultura digital ha nacido una nueva forma de entender, aprehender y transformar el mundo empresarial?; si es así, interesaría indagar, de igual manera, si esta nueva “cultura” crea o cambia valores; crea o redefine conceptos; altera las formas de conocimiento, mediante reformulaciones semióticas, esto es, si el signo y el lenguaje poseen nuevos alcances como instrumentos de los actos cognoscitivos del ser humano.

Siguiendo la interrogante y los supuestos señalados, este texto tiene la intención de realizar un breve recorrido que dé cuenta de la importancia que ha ido adquiriendo el tratamiento de las potencialidades que poseen las aplicaciones provenientes de la digitalización o mundo de unos y ceros para el desarrollo de la gerencia empresarial.

La idea central que se desarrolla a lo largo del artículo consiste en que la digitalización, al estar imbricando novedosas prácticas culturales, ha pasado a ser un factor estratégico clave de competitividad para la gerencia empresarial por su trascendencia sobre los procesos de producción, o nuevos productos, sobre la estructura de la competencia y sobre posiciones competitivas de las empresas, así como sobre la propia estructura organizativa de esta, de sus recursos humanos y de la comunicación.

Gerencia empresarial

Conceptualizamos la gerencia empresarial como un proceso de actuación que relaciona la realidad organizativa con su entorno y que involucra la coordinación de todos los recursos (humanos, técnicos y financieros) disponibles en la organización en una o varias unidades técnicas y físico-espaciales. Estos están ordenados según determinada estructura de organización y encaminados con base en cierta relación de propiedad y control para que, a través de los procesos de planificación, organización, dirección y control, se logren objetivos previamente establecidos.

Existen varios aspectos claves al definir la gerencia empresarial como proceso. En primer lugar, la gestión y coordinación de recursos de la organización; segundo la realización de funciones gerenciales como medio para lograr los planes de la organización, tercero, el establecimiento de la meta del proceso gerencial, es decir, a dónde queremos llegar o qué es lo que deseamos lograr y; cuarto, una dinámica cuestionadora tanto de la actividad actual como de la estructura y comportamientos.

Antes de seguir adelante es necesario saber por qué y cuándo es necesaria la gerencia empresarial, qué hace y cómo lo hace.

Es conveniente dejar planteado de antemano, también, el concepto de competitividad que se asume en este artículo. Se refiere a la capacidad de una organización de preservar sistemáticamente ventajas comparativas dinámicas que contribuyan a obtener, sostener y perfeccionar una posición significativa en el entorno socio-económico. Esto tiene influencia en la forma de plantear y desplegar cualquier decisión de gerencia de procesos, lo que provoca, indiscutiblemente, una evolución en el modelo de empresa y empresario.

La competitividad se crea y se alcanza mediante un largo y dinámico proceso de aprendizaje y negociación por grupos colectivos representativos que configuran el comportamiento organizativo. La función de dicho proceso es regular, sintetizar y coordinar todos los esfuerzos de los dispositivos que integran la organización orientados a obtener la eficiencia. El hecho es que una organización, –cualquiera sea la misión que cumple–, si desea maximizar un nivel adecuado de competitividad a largo plazo, debe utilizar procedimientos de análisis y decisiones, encuadrados en el marco del proceso de “planificación estratégica” de manera operativa y basada en programas y métodos que contribuyan a la eficiencia.

Para explicar mejor dicha eficiencia, es importante valorar los rangos de competitividad interna y externa. La primera se refiere a la capacidad de organización para lograr el rendimiento óptimo de los recursos disponibles, como personal, materiales, ideas, etc., y los procesos de transformación; es decir, que la empresa ha de competir consigo misma, con un esfuerzo de superación constante. La competitividad externa se dirige a la elaboración de los logros de la organización en el contexto en que se desenvuelve, considerando variables exógenas, como el grado de innovación y la estabilidad socio-económica, para estimar su competitividad a largo plazo.

Una vez situados dos de los conceptos básicos de este texto, se quiere dejar planteado que, en rigor, las ideas que aquí se desarrollan solo pretenden ser una modesta contribución a la divulgación y al debate de un tema, que por su resonancia para la toma de decisiones en la práctica de la gerencia empresarial de cualquier país, necesita un estudio constante. A lo más que se aspira es a haber esbozado los contornos generales del denominado mundo de unos y ceros, y sus potencialidades para la gerencia empresarial. Por tanto, su objetivo se circunscribe a presentar un mapa tentativo cuya función sea la de alentar análisis posteriores y estimular su exploración más a fondo.

Mundo de unos y ceros

El mundo de unos y ceros está referido a un nivel de desarrollo social donde la informática juega un rol paradigmático y definidor, a través de procedimientos reglamentados a partir de la lógica binaria (secuencias de uno y de cero), generalizándose a todos los horizontes de la sociedad. En este marco, la acción física sobre el mundo pasa a ser sustituida por las posibilidades que admite el mando a distancia; por consiguiente, permite desplegar un poder sobre los objetos tecnológicos y organizativos con solo oprimir un botón en un contexto de interrelación de las TIC y la digitalización.

La digitalización consiste en transformar la información codificada analógicamente, en códigos numéricos que hacen más fácilmente accesible la manipulación y la distribución de datos, mediante la infraestructura de las TIC. Este proceso contribuye a la transformación de imágenes, voz e información escrita, en información digital (bits), lo cual admite una comunicación vertiginosa, barata, amplia y eficiente.

El desarrollo de la idea de los bits permitió a autores como Negroponte acuñar el término mundo digital (1995, p. 49), para caracterizar un ambiente en el cual la transformación tecnológica se expande exponencialmente en función de su capacidad de crear una interfaz entre campos tecnológicos diversos, mediante el empleo de un lenguaje digital común, facilitando la manera en como la información es generada, almacenada, recuperada, procesada y transmitida.

Según Negroponte:

El mundo se manifiesta en dos formas: bits y átomos. Los átomos tienen color, forma, tamaño y masa, los bits no. Paralelo al mundo de los átomos, los bits son el elemento indivisible de la información, la forma básica de representar un dato: sí o no, blanco o negro. Al combinar las cadenas de bits en la información, podemos describir todo lo que existe en el universo de los bits, el mundo digital. (1995, p. 49)

Esto está determinado por el hecho de que la computadora maneja un sistema binario, (Gates, 1995) el cual es un sistema de numeración que está formado por solo dos algoritmos: 0 (cero) o 1 (uno). O sea, únicamente admite dos posibilidades, siempre antagónicas: todo/nada, on/off, conectado/desligado, presencia/ ausencia, derecho/izquierdo, alto/bajo. Todo lo que es procesado en un ordenador se resume a una sucesión de ceros y unos, el llamado lenguaje binario. Hasta hoy, los ordenadores solo consiguen entender que por determinado circuito está pasando electricidad o no.

Como impulso eléctrico, el microprocesador solo puede detectar cuando un bit tiene carga eléctrica (su valor sería, en este caso, 1--) o cuando no la tienen (su valor sería 0 --). El cero es la ausencia de electricidad, el uno es la presencia de la señal eléctrica. Podemos entender el código binario comparando los bits a interruptores eléctricos, en que 0 indica “desligado” y 1, “conectado”. Ello tiene su razón de ser por la presencia de los microprocesadores, los cuales son circuitos electrónicos plasmados en un material llamado silicio (algo similar al vidrio), que procesan diminutos impulsos eléctricos, el más pequeño de los cuales es conocido por el nombre de bit.3

Ahora bien, la eficacia de las computadoras no se basa en la complejidad de su fundamento lógico, que como se explica se reduce a manejar dos posibles valores, sino en la velocidad con la que se aplica dicha lógica: los microprocesadores actuales pueden procesar varios millones de bits en un segundo. De esta manera, lo unos y ceros se ponen en movimiento colocándose en función de las diversas fases del desarrollo social.

La importancia del lenguaje binario dentro del entorno tecnológico actual es enorme, pues, si dicho lenguaje constituye la herramienta de “reflexión y razonamiento interno” de los computadores (el único lenguaje que puede ejecutar e interpretar), se podría deducir sin dificultad que toda la información que la persona ingrese a la máquina será reducida a este particular lenguaje. Ello, unido a la cada vez más creciente necesidad del
ser humano para almacenar y transportar información, ha conducido a que, hoy, todo pueda codificarse en lenguaje binario o digital: los textos, los sonidos y las imágenes.

De esta forma, la imagen numérica parte de una inflexión en el desarrollo de las tecnologías, al poner en contacto los ordenadores con medios de presentación visuales, auditivos y táctiles capaces de crear entornos comunicativos aplicables a las distintas fases del desarrollo humano. En la historia de los medios de representación, la imagen calculada que atraviesa el mundo de unos y ceros introduce una ruptura que trasciende la aparición de la imprenta e incluso de la fotografía.

Así, la imagen numérica inaugura una nueva epistemología produciendo impactos significativos en el campo de la visualización y en la manera de hacer las cosas. Estructuras, procesos que antes solo se podían concebir a partir de un proceso manual interminable, se reconstruyen como evidencia sensible, gracias a las imágenes numéricas. Las tecnologías que producen la imagen numérica inducen nuevas maneras de mirar; a diferencia de las imágenes tradicionales, la imagen numérica es esencialmente dinámica, en cuyo universo el espectador/operador, mediante órdenes, puede provocar transformaciones significativas.

En suma, las realidades sintéticas que se producen en el mundo de unos y ceros, y que circulan mediante redes interactivas se transforman en mundos compartidos creando modos inéditos de interacción por telepresencia. En este ámbito, los participantes están representados simbólicamente en cualquier momento y en cualquier lugar. Su ubicuidad fomenta la producción, distribución, intercambio, y circulación de información, ideas y conocimientos. Por otra parte, su asequibilidad permite la aprehensión sensible de modelos conceptuales trayendo consigo un enorme avance en el modo de abordar la gestión del conocimiento y su aplicación.

Cultura digital: El nuevo reto

Esto ha venido a configurar lo que se puede denominar una cultura digital, cuya importancia se circunscribe a dos ámbitos: 1) Permite la homogeneización de la información para su almacenamiento, tratamiento y transporte (entendemos como homogeneización el acto de reducir todo a una misma naturaleza, es decir, unos y ceros). 2) El uso del lenguaje binario ha contribuido a la transición del entorno analógico al digital, posibilitando el nacimiento de una nueva categoría: La desmaterialización.4 Esta ha estado trayendo consigo especiales impactos en todos los ámbitos de la vida social y redefiniendo nuevos alcances en un mundo que tiende a globalizarse en muchas áreas, por el hecho de que los bits no reconocen fronteras, traspasan docenas de países en microsegundos. Su tiempo de entrega es instantáneo y al tiempo que un usuario compra bits lo pueden estar haciendo millones simultáneamente.

Su cimiento son las redes informáticas que conectadas, incrementan su funcionalidad en varios órdenes de magnitud técnica y social. Así el elemento más simple del mundo digital dio origen a una inesperada complejidad y consecuencias a toda la escala humana. Sin embargo, formando redes los computadores no solo sirven para procesar información almacenada en soportes físicos en cualquier formato digital, sino también como herramientas para acceder a información, recursos y servicios prestados por computadores remotos, como sistemas de publicación y difusión de la información y como medio de comunicación entre los seres humanos. El ejemplo por excelencia de las redes informáticas es internet: una red de redes que interconecta a millones de personas, instituciones, empresas, centros educativos e investigación de todo el mundo.

Efectos de la digitalización

Con la digitalización, la sociedad transfiere la información y el conocimiento en una dimensión digital, que es la que manejan las computadoras y los equipos de telecomunicación. La digitalización permite buscar datos específicos en volúmenes muy grandes de información; también permite procesar la información de una base de datos para ofrecer productos acordes a los intereses particulares de los procesos y actores que la ejecutan; gracias a las telecomunicaciones se accede a ella de manera casi instantánea.
En relación con los medios de comunicación, la digitalización resulta importante porque permite la convergencia (multimedia) de varios medios tradicionalmente desarrollados por separado (radio, televisión, prensa escrita), así como el surgimiento de nuevas vías de comunicación (internet).

Requisitos de la actividad digital

Por consiguiente, el primer requisito para la “actividad digital” es la infraestructura física, es decir, la red. Pertenecen a este primer estrato las redes computacionales, televisión digital, teléfonos celulares digitales, líneas telefónicas, redes de fibra óptica, redes inalámbricas y cualquier otro tipo de hardware, telecomunicaciones y servicios de protocolo de internet (IP).

El segundo requisito para la “actividad digital” lo componen las aplicaciones de servicios genéricos que hacen posible, desde el punto de vista tecnológico, el uso de esta infraestructura física para generar valor agregado. Se incluyen en esta categoría todas las aplicaciones de software, los servicios de almacenamiento remoto en web, los navegadores y los programas multimedia, así como cualquier otro producto basado en bits y bytes. La infraestructura y los servicios genéricos constituyen los fundamentos del proceso de digitalización.

Estas son las bases sobre las que se construye el ciberespacio (Gibson, 1984)5 integrado por servidores, discos duros, cables, centrales telefónicas y una gran variedad de accesorios de alta tecnología destinados a dirigir y hacer eficiente la búsqueda y transmisión de datos. Las herramientas para construirlo son las aplicaciones de software con las que se desarrollan las páginas de internet; lo que permite moverse en ese espacio son los navegadores (Kapor, 1993).

Es importante aclarar que, en este marco, es imposible ignorar que se están produciendo nuevas estructuras sociales y una serie de transformaciones radicales en el comportamiento de los distintos entes de la sociedad, lo que está llevando a emplear incluso el concepto de sociedad digital.

¿Qué es lo nuevo?

Sin embargo, lo nuevo no es la digitalización en sí, sino la formación de modelos globales y la generalización de las infraestructuras que permiten una participación cada vez mayor de procesos sociales, lo que atrae más recursos y provoca un movimiento global autosustentable con un fuerte potencial de crecimiento. Por consiguiente, la digitalización es un proceso central dentro del avance de las TIC, que no tendría el mismo efecto sino fuera por la existencia de las redes.

Las TIC son algo más que informática y computadoras, puesto que no funcionan como sistemas aislados, sino en conexión con otras mediante una red. También son algo más que tecnologías de emisión y difusión (como televisión y radio), puesto que no solo dan cuenta de la divulgación de la información, sino que además permiten una comunicación interactiva. El actual proceso de “convergencia de TIC” (es decir, la fusión de las tecnologías de información y divulgación, las tecnologías de la comunicación y las soluciones informáticas) tiende a la coexistencia de tres caminos tecnológicos separados en un único sistema que, de forma simplificada, se denomina TIC (o la “red de redes”).

TIC: Síntesis de múltiples determinaciones

Como el mundo de unos y ceros no puede ser explicado de manera independiente de las TIC, (ya que estas conllevan necesariamente al proceso de digitalización) resulta prudente observar este concepto como lo concreto, es decir, atendiendo sus múltiples determinaciones, las que van desde su concepción más genérica hasta sus características y tipos, con lo cual se pueden observar las profundas potencialidades que encierra en sí su empleo.

En la bibliografía es frecuente encontrar el concepto de nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones; existe la tendencia de refutar esta denominación. Sin embargo, si consideramos algunos supuestos, estaríamos apreciando la posibilidad de admitir el término “nuevas” el cual es posible reconocer si se considera nuevas, cuando la modificación introducida en una tecnología supera determinados límites, incidiendo en la aparición de un sistema diferente, lo cual surge como consecuencia de la modificación de estructuras o de la “interdisciplinariedad” entre tecnologías, en lo que son relevantes las redes de cómputo.

El sentido de nuevas tecnologías es por el hecho de que tienen como antecedente a otras, que se han modificado a tal extremo y se han nutrido de otras tecnologías que dan como resultado una nueva concepción, una nueva aplicación y la creación de nuevas máquinas, siempre con la intención de irse modificando, esto es, ser más eficientes, entendiendo que esta eficacia se mide por el principio de adecuación de medios a fines.

Por principios de racionalidad práctica, nuevas tecnologías son aquellas que han sido el efecto de investigaciones científicas, y han tenido otras tecnologías como antecedentes, y su modificación ha sido trascendente, al punto que han creado una nueva calidad. De la información, porque su finalidad ha sido proporcionar servicios de información, esto es, permitir que con esas tecnologías el tiempo y la distancia no sean obstáculo para que las personas que requieran información puedan accederla sin importar la hora y el lugar en donde se encuentren.

Se denominan TIC, al conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes y canales de comunicación relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información, que permiten la adquisición, producción, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética (Duncombe, Richard-Heeks, Richard, 1999; p. 2). Incluyen la electrónica como tecnología base que soporta el desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual.

En su dimensión social, las TIC son tecnologías de gestión e innovación que se basan en sistemas o productos capaces de captar información multidimensional, de almacenarla, de elaborarla, de tomar decisiones, de transmitirlas, difundirla y de hacerlas inteligibles, accesibles y aplicables en correspondencia con el fenómeno a transformar.

Su singularidad es la constante innovación que posibilitan y la cada vez mayor capacidad de tratamiento de la información. Abarcan una gran variedad de herramientas de tratamiento de datos, y de símbolos que representan información para sus usuarios, por lo que sus sistemas y productos guardan relación, y afectan el pensamiento, la comunicación y la práctica cotidiana convirtiéndose en un eminente proceso cultural.

TIC: Una novedosa manifestación cultural

Esto es tan evidente, que las TIC pasaron a ocupar un lugar central en la cultura del fin de siglo XX, con una importancia creciente a inicios del siglo XXI. Este concepto tiene sus orígenes en las llamadas tecnologías de la información (Information Technologies o IT), que aparece a finales de los años 70, el cual alcanza su apogeo en la década de los 80 y adelanta el proceso de convergencia tecnológica de los tres ámbitos: la electrónica, la informática y las telecomunicaciones, en las TIC que se producen en la década de los noventa.

Esta novedosa manifestación cultural surgida como convergencia tecnológica de la electrónica, el software y las infraestructuras de telecomunicaciones, originó lo que hoy se denomina: revolución digital. La electrónica ha aportado el desarrollo de equipamiento del proceso de la información a un ritmo muy acelerado. Luego, el desarrollo de soporte lógico para esas maquinas ha crecido en complejidad a medida que el soporte constituido por las maquinas ha evolucionado.

Ese soporte lógico o software se ha diseñado para mejorar su interactividad con el usuario, desde la concepción de más simplicidad para un usuario que, eventualmente, no evoluciona en sus conocimientos a la misma velocidad que lo hace el resto del sistema. Así se permite una masificación en el uso de los ordenadores. Ha tenido un papel importante la perspectiva de los fabricantes de software al hacerlo en forma atractiva para el usuario y permitir el juego intuitivo de ese usuario en el desarrollo del funcionamiento y de la utilidad de las aplicaciones mencionadas.

Por otra parte, los avances incorporados a la compresión de datos hacen que el usuario consiga un mejor rendimiento de sus equipos, lo cual contribuye a minimizar las limitaciones físicas del hardware. A eso se suma el desarrollo del software de comunicaciones, que ha viabilizado el uso de las redes desde los grandes laboratorios universitarios y de los complejos militares a empresas y hogares de cada usuario conectado con la red. Las telecomunicaciones han dado a lo anterior la capacidad de interconexión y, en sí mismas, ofrecen un ejemplo claro de la convergencia que se viene de mencionar y del desarrollo técnico en ese sentido. Se ha permitido la coexistencia y utilización de cables de fibra de cobre, el coaxial, la fibra óptica, las transmisiones a través del satélite y las emisiones de radio de onda corta.

Este proceso de coexistencia es posible, porque las bases sobre las que se asientan los sectores involucrados en el proceso de convergencia tecnológica utilizan tecnologías digitales, emplean un soporte físico común, como es la microelectrónica, a lo que se añade el alto componente de software incorporado a sus productos, y por el uso intensivo de infraestructuras de comunicaciones que posibilitan la deslocalización de los diferentes elementos del proceso de la información en contextos geográficos diferentes.

La sumatoria de la asociación de estas tecnologías da lugar a una nueva concepción del proceso de la información, en el que las comunicaciones abren nuevos horizontes y paradigmas, lo que hace, a la revolución digital, beneficiable e inevitable. Este procesamiento se realizaba casi exclusivamente en entornos locales, por lo que la comunicación era una función poco valorada. Por otra parte, la estrategia centralista de las corporaciones hacía compatible la existencia de un departamento de sistemas de información centralizado en una única máquina.

Esta limitación se soluciona a partir de que, con el desarrollo de las fuerzas productivas, las nuevas formas de trabajo y la globalización de la economía imponen la necesidad del acceso instantáneo a la información y, por tanto, de interconectar las distintas redes que se han ido creando, diseñándose nuevas arquitecturas de sistemas, en las que la función de comunicación es de igual importancia o superior por lo estratégico de la disponibilidad instantánea de la información. A esto se añade, la existencia de unas infraestructuras de comunicación muy extendidas y fiables, y un abaratamiento de los costes de comunicación, lo que estimuló la aparición de nuevos servicios adecuados a las estrategias de las corporaciones.

El resultado de las profundas transformaciones planteadas ha contribuido al desarrollo de lo que en la bibliografía se denomina “autopistas de la información”, cuyo concepto está referido a: redes digitales de alta velocidad que amplían las posibilidades de comunicar cualquier tipo y cantidad de información (textos, gráficos, voz, imágenes fijas y videos) o combinación de informaciones personalizadas, entre dos o más personas o sistemas de información con independencia del lugar físico en que se encuentren ubicados. Es decir, es una red factible de incorporar inteligencia y manejar información múltiple con una capacidad de transmisión instantánea.

Esta revolución tecnológica repercute en todos los ámbitos de la sociedad, desde los modos de actuar hasta la forma de pensar. La posibilidad de conectar a la sociedad como una gran red se entreteje con estos desarrollos técnicos, a partir de los cuales la comunicación a gran escala, mediada por computadoras, puede integrar el texto, la voz, la imagen y la aparición de un sujeto emisor y receptor de dicha información.

Esto, a su vez, favorece la aparición de sujetos activos, en calidad de actores o agentes sociales, con cierta disposición para actuar en el medio, modificándolo a partir de su participación. Al mismo tiempo favorece las relaciones en diferentes colectivos sociales u organizaciones (y entre estos), optimizando tiempos y recursos técnicos, humanos y económicos.

Así, la comunicación instantánea se abre espacio ampliando sus potencialidades para el desarrollo de la competitividad de una empresa, en un mundo en donde la información se convierte en un input más del sistema de producción, lo cual es viable gracias a la digitalización de la información, ya se refiera ella a una imagen fija, en movimiento, a sonidos o a datos.

Potencialidades de las TIC

La razón básica para que las TIC se conviertan en un factor de competitividad, es decir, de mejora constante, de innovación y de fuente de productividad para los distintos entes de la sociedad, en particular para la gerencia empresarial, está relacionada con sus potencialidades: inmaterialidad, interactividad, instantaneidad, innovación, elevados parámetros de calidad de imagen y sonido, digitalización, influencia sobre los procesos más que sobre los productos, interconexión, flexibilidad y diversidad.

La inmaterialidad, se puede concebir desde una doble configuración: su materia prima es la información y la facilidad que algunas de ellas tienen para construir mensajes sin referentes externos. Ello amplia los márgenes de generar y procesar información, como es el caso de la utilización de la informática; posibilitar el acceso a grandes volúmenes de información y en períodos de tiempo cortos; presentar al usuario la misma información con códigos lingüísticos diferentes, y transmitir información a destinos lejanos, con costos cada vez menores y en tiempo real.

Otra rasgo significativo es la interactividad, ya que las TIC permiten al usuario no solo elaborar mensajes (actividad también realizable con otras tecnologías más tradicionales), sino además: decidir la secuencia de información por seguir; establecer el ritmo, cantidad y profundización de la información que desea, y elegir el tipo de código con el que quiere establecer relaciones con la información. Todo ello, dentro de rangos que pueden ir desde la libertad absoluta, hasta límites prefijados por el diseñador del programa.

Una de las demandas de la sociedad, en particular de la gerencia empresarial, es recibir la información en las mejores condiciones técnicas posibles y en el menor tiempo permitido, preferentemente en tiempo real. Estas demandas pueden alcanzarse con las TIC, pues permiten la instantaneidad de la información, rompiendo las barreras temporales y espaciales de naciones y culturas, como lo hace la comunicación por satélite. Esta, al mismo tiempo, es una característica y un factor acelerador de la relación local-global ya que el usuario puede acceder a bases y bancos de datos situados a lo largo y ancho de todo el mundo.

El efecto es que el concepto de conectividad tiene un sentido muy amplio, bastante superior a poner en relación a dos o más personas entre sí. Con ello, la red ha creado un nuevo espacio universal de información compartida, con un factor completamente nuevo: la capacidad para hallar información y para agrupar a personas con intereses comunes. El resultado ha sido que, desde fines de la década del 90 del siglo XX, se viene planteando la idea en el plano de las relaciones económicas, de la existencia de la ley de la conectividad para designar el hecho de que “la economía en red se alimenta del doble “big bang” entre un universo de conexiones telemáticas y un universo de microprocesadores electrónicos miniaturizados. Se acabó la era de los ordenadores. La que se inicia ahora es la de las comunicaciones” (Kelly, 1997, p. 12 y 14).

Sin embargo, no es nada nuevo señalar que estas tecnologías están asociadas a la innovación; en principio, cualquier nueva tecnología tiene como objetivo el mejoramiento, cambio y superación cualitativa y cuantitativa de la tecnología anterior y, por ende, de las funciones que esta realizaba. Esto no debe de entenderse como que las TIC vienen a superar a sus predecesoras, sino más bien las complementan y, en algunos casos, las potencian y revitalizan.


Son trascendentes en las TIC, también, los parámetros que poseen en calidad técnica de imágenes y sonidos. No se trata solo de manejar información de manera más rápida y transportarla a lugares alejados, sino también de que la calidad y confiabilidad de la información sea elevada. Otra dimensión de las TIC se relaciona con una mayor preocupación por los procesos más que por los productos. Esto se refiere no solo a los resultados que se podrían alcanzar sino, fundamentalmente, a los procesos que podemos seguir para llegar a ellos. Procesos que no determinarán únicamente calidades diferentes en los productos, sino también productos diferenciados, cuya consecuencia resulte en el desarrollo de habilidades específicas en los sujetos.

La última característica que es destacable es la diversidad, esta debe entenderse desde una posición dual: primeramente, en lugar de encontrarnos con tecnologías unitarias, tenemos tecnologías que giran en torno de algunas de las características citadas; y en segundo lugar, existe una diversidad de funciones que las tecnologías pueden desempeñar, desde las que transmiten información exclusivamente hasta aquellas que permiten la interacción entre los usuarios, esto hace que estas gocen de flexibilidad.

Tercer entorno (E3)

Como sumatoria de lo planteado, se podría señalar que las TIC han creado la posibilidad del nacimiento de lo que se denomina tercer entorno (E3), el cual no solo es internet, ni mucho menos la World Wide Web. Las TIC que han creado las bases para la construcción de E3 son el teléfono, la radiotelevisión, el dinero electrónico, las redes telemáticas (descentralizadas y abiertas como internet, pero también centralizadas y cerradas), las tecnologías multimedia (CD-Rom, DVD, etc.), los videojuegos y las tecnologías de realidad virtual.

Para ilustrar sencillamente lo que es el E3, cabe decir que, así como un ordenador tiene unos periféricos, el tercer entorno, en términos de infraestructura, está formado por todos los ordenadores conectados a redes telemáticas más sus diversos periféricos, incluyendo teléfonos, televisores, tarjetas de crédito, sistemas de memorización, almacenamiento y procesamiento, grabadoras, impresoras, micrófonos, videocámaras, etc.6

Desde el punto de vista cultural, E3 es un nuevo espacio en fase de emergencia, construcción y expansión, tanto material como social y mental. Este no solo implica un cambio tecnológico, sino también una transformación social, cultural y mental. E3 no solo es un nuevo medio de información y comunicación, sino un nuevo espacio para la acción y la interrelación entre las personas físicas y jurídicas a través de las TIC. Además de transformar la información y las comunicaciones, E3 supone un nuevo espacio para la acción humana.

E3 es una red de redes humanas mediadas por computadoras que posibilita la apropiación social de las TIC en función de los procesos de diversa índole, transformándose, de hecho, en un fenómeno de apropiación cultural que amplía el rango de generar en sus usuarios prácticas cotidianas diversas, con lo que se están creando las condiciones para el desarrollo de un nuevo paradigma social y cultural.

Naturaleza revolucionaria de la digitalización

Las TIC ligadas a la digitalización no deben considerarse solamente instrumentos que puedan ayudar a dar respuesta a determinados problemas, sino como sistemas de información y comunicación que también generan nuevas preguntas. Con esta perspectiva, se analiza a continuación su impacto en las relaciones sociales de producción. En aras de reflexionar alrededor de los retos de la gerencia empresarial, podríamos preguntarnos: ¿qué es lo que hace revolucionario el proceso de empleo de la digitalización ligado a las TIC en el desarrollo de la gerencia empresarial?

La respuesta a esta interrogante está asociada con el hecho de que la lógica binaria combinada con el empleo de la TIC están redefiniendo parte de los patrones que regulan la interacción social, donde para múltiples propósitos, el tiempo y el espacio han dejado de ser dimensiones restrictivas en el accionar de las personas, las empresas y los gobiernos, y ello se expresa de manera singular en que las TIC:

Según Berra (1996, p.12), en términos de gestión y desarrollo de estrategias las TIC hacen posible:

A la luz de los acontecimientos planteados, el sector TIC continuará haciendo posible la introducción de nuevo y más capital productivo en la economía y específicamente en la gerencia empresarial, a un coste más reducido.7 Cualquiera que sea la magnitud del impacto de las TIC en los resultados macro-económicos, organizativos y comerciales las transformaciones en este plano son muy significativas:

 

Naturaleza revolucionaria de la digitalización

Como comentario parcial se puede expresar que el significado del proceso de digitalización para el desarrollo de la gerencia empresarial debe contemplar otros aspectos de su naturaleza revolucionaria que resumen lo hasta aquí esbozado, basados en múltiples aspectos: Primero, la digitalización permite la duplicación con un alto grado de precisión y a costos extremadamente bajos, lo cual contribuye a reducir el empleo de recursos físicos de instituciones. La idea es que mientras mayor sea el trabajo realizado con unos y ceros en el mundo digital, menor será la cantidad de recursos físicos que se consumirán. Una fuente para proveer bits es ilimitada y el costo por bit es igual para uno que para un trillón; Segundo, posibilita la transmisión de copias sin pérdida de contenido, sin la necesidad de destruir el original. Con ello reta uno de los principios básicos con que opera la economía: asignación de recursos escasos. Tercero, desde los lugares más recónditos de la tierra las copias pueden ser enviadas de manera instantánea de forma efectiva, eliminando muchas de las barreras que la distancia ha impuesto tradicionalmente al comercio e incluso a las relaciones personales. Cuarto, contribuye a acortar los ciclos de todo, debido a que las potencialidades del software y el hardware aumentan creando un círculo de utilidad creciente. Quinto, el costo de participar en los beneficios de la revolución digital es decreciente, ampliando las posibilidades de que un mayor número de personas ganen con la digitalización. En efecto, cada unos de estos cinco procesos refuerza los otros, alejándose de procesos no digitales, lo que estimula con más fuerza la futura evolución de métodos digitales (Weidenfeld, 2000).

 

Sistema nervioso digital de Bill Gates

Autores como Gates (1995) al hacerse la pregunta sobre cómo la tecnología digital puede ayudar a dirigir mejor las empresas, parte de supuestos que son coherentes con la dinámica de la era digital, el primero es que la conectividad cobra un significado trascendente al crear un nuevo espacio de información compartida. Sobre esta base propone que se cree un sistema nervioso digital, al que define como:

La equivalencia digital y corporativa del sistema nervioso humano, capaz de aportar un flujo de información bien integrado al lugar oportuno de la organización en el momento oportuno. Está constituido por los procesos digitales mediante los cuales la compañía capta lo que hay en el entorno, reacciona en consecuencia, detecta los retos de sus competidores y las necesidades de sus clientes, y organiza inmediatamente sus reacciones. El sistema nervioso digital demanda una combinación de equipo físico y equipo lógico, y se distingue del simple grupo de ordenadores conectados en red por la precisión, la instantaneidad, por la riqueza de la información que lleva a los trabajadores de calificación superior y por las revelaciones y la colaboración que la información hace posibles. (Gates, 1999, 23-28)

La idea de Gates (1999) es que el funcionamiento de ese sistema nervioso digital puede transformar las empresas y mejorar la capacidad de reacción de las entidades públicas, al potenciar los tres elementos principales de cualquier actividad: el personal, los procesos y las relaciones con clientes y proveedores. El núcleo central del concepto se basa en el flujo de información dentro y fuera de la empresa. El efecto es que la empresa alcanzada por la revolución digital se ve obligada a introducir modificaciones en varios campos claves: en la gestión de la información interna y externa, en sus perfiles operativos, en la gestión del conocimiento, en la operatividad de la empresa y en su gestión comercial, donde se destacan aspectos que son fundamentales:

Para la gestión del conocimiento

Para la operatividad empresarial

Para la gestión comercial

La segunda aproximación conceptual que realiza Gates (1999; pp. 17 y 18) se concreta en que “el sistema nervioso comprende los procesos digitales que encadenan estrechamente todos los aspectos del pensamiento y acción de la empresa. En esta dirección Gates plantea que las operaciones básicas como la contabilidad y la producción, así como, la información de retorno de los clientes, son accesibles en forma electrónica para los trabajadores superiormente calificados, quienes utilizan los instrumentos electrónicos para adaptarse y reaccionar con prontitud”. Así llega a una conclusión que es significativa a los efectos de avanzar en el ámbito de gerencia empresarial y es lo referido a que la disponibilidad inmediata de informaciones exactas introduce un cambio en la reflexión estratégica que pasa de ser un aspecto aislado a convertirse en un proceso continuo e integrado con las actividades normales de la empresa.

A esos procesos de cambios necesarios al interior de la empresa es importante adicionar las modificaciones que ocurren en el mercado, impulsadas por la variación del comportamiento de los consumidores. Estos cambian no solo por el auge de internet, sino también por la generalización del uso de tecnologías que permiten la masificación de productos y de servicios, como los financieros.

En el contexto planteado, la velocidad es considerada como el elemento que deberá desencadenar un profundo proceso de cambio al interior de las empresas y de la forma en que estas hacen las cosas y se interrelacionan en el mercado, en el ámbito nacional y en el contexto global.

La experiencia empresarial, en el plano internacional, indica que uno de los aspectos clave se encuentra en el flujo de la información digital, contrario al hecho de que la mayor parte de la información que se mueve actualmente entre empresas y dentro de ellas se encuentra en soporte papel. El hecho es que la tecnología se encuentra disponible, pero parece experimentarse dificultades en su ejecución, en la medida en que estarían involucrando un cambio radical en la estructura de la empresa.

Aplicaciones digitales

El resultado de todos los aspectos hasta aquí planteados es que las aplicaciones digitales ensanchan las potencialidades para la gerencia empresarial, exaltan la presencia en los mercados, proporcionan el acceso a los clientes, y reducen los costos de transacción y de publicidad; además, proporcionan instrumentos de inestimable valor para las actividades económicas tradicionales y las exportaciones.

Es posible reflexionar; sin embargo, en el hecho de que obtener una tecnología es una cosa, y ponerla al servicio de la gerencia empresarial y de la sociedad en general es otra muy distinta. La idea central en toda esta gama de caminos que abren las aplicaciones digitales es beneficiar a la sociedad.

Aunque todavía en un marco de utopía, tal es el hilo conductor con que se están redimensionando las posibilidades generadas por las tecnologías digitales en cumbres de carácter mundial, esta apreciación se refiere al tratamiento dado al problema en su estado actual y futuro en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información Ginebra 2003-Túnez 2005) y la realización de los objetivos de desarrollo para el milenio, fijados por las Naciones Unidas para 2015.

Empresas de países subdesarrollados se han incorporado ya a la economía digital, incluso algunas son hoy importantes exportadores de productos y servicios para las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), desde semiconductores hasta programas informáticos, y también de servicios basados en estas tecnologías, como los de apoyo a las empresas (back-office). Brasil y la India son ejemplos destacados en estos campos, cuyas posibilidades están lejos de agotarse.

No obstante del éxito de determinadas empresas en el ámbito de la economía digital, es latente la preocupación sobre la capacidad para integrar las TIC en sus procesos de gerencia: el debate está exigiendo argumentos indiscutibles a favor de las tecnologías digitales antes de hacer las inversiones necesarias.

¿Por qué invertir en recursos digitales?

Según Badrinath (2003), a efectos de elevar la competitividad es relevante esta inversión por múltiples razones:

En primer lugar, las TIC pueden mejorar sus métodos de producción, promoción, compra y venta de bienes y de servicios. El caso es que la gerencia empresarial podría utilizar las subastas o los intercambios en línea para comprar o vender diversas partes de una cadena de valores.

En segundo lugar, las TIC pueden contribuir a “nivelar” las reglas del juego entre países subdesarrollados y países industrializados. Por ejemplo, dado que la internet es un sistema mundial, la ubicación geográfica de las empresas es un factor cada vez menos importante. Invirtiendo poco dinero en aplicaciones corrientes de internet, los vendedores pueden lograr mercados en lugares antes inalcanzables, e intercambiar informaciones valiosas sin preocuparse de fronteras o de husos horarios.

En tercer lugar, el comercio electrónico – minorista y entre empresas – está experimentando un crecimiento considerable, a pesar del fracaso reciente de las empresas punto.com.

En cuarto lugar, por el papel que pueden desempeñar en el proceso de diseminación del conocimiento, factor de particular importancia para el desarrollo de la competitividad de naciones enteras.

Quinto, por el poder omnipresente de estas tecnologías al ofrecer el acceso a todo tipo de información; todo tipo de proceso de datos, y de manera rápida y fiable; canales de comunicación inmediata, sincrónica y asincrónica, para difundir información y contactar cualquier persona o institución del mundo.

Sexto, las tecnologías digitales aportan posibilidades de automatización de tareas e interactividad, almacenamiento de grandes cantidades de información en pequeños soportes de fácil transporte (discos, tarjetas, redes), homogeneización de los códigos empleados para el registro de la información (digitalización de todo tipo de información textual y audiovisual), aspectos aplicables a toda la actividad humana.

Séptimo, las grandes funcionalidades de las TIC como fuente de información (acceso a todo tipo de bases de datos, información puntual de los eventos científicos de todo el mundo), canal de comunicación e instrumento para el proceso de datos, facilitan enormemente muchas labores investigadoras y abren nuevas posibilidades de colaboración “a distancia” con especialistas de todo el mundo.

Octavo, la veloz dinámica de lo que se denomina sociedad de la información le confiere una gran avidez por la investigación, de la que necesita datos para tomar decisiones acertadas y seguir progresando. Esta circunstancia favorable al crecimiento de la investigación en general, conjuntamente con el hecho de que, mediante los servicios telemáticos, las universidades y las empresas pueden conocer bien lo que hacen, lo que investigan, lo que necesitan, y también pueden comunicarse con facilidad, explica el aumento de colaboración entre ellas.

Noveno, las TIC (con unos sistemas organizativos adecuados) pueden automatizar y descentralizar la gestión de las empresas de una manera coordinada, aunque también mal utilizadas pueden potenciar una centralización y burocratización extrema.

Las aportaciones que pueden hacer las TIC en materia de gestión son: mejor coordinación entre los diversos servicios; proporcionar completa información sobre todos los aspectos relacionados con la empresa, sus servicios y titulaciones, a través de un buen espacio web institucional; realización de múltiples trámites administrativos desde internet (control de partidas presupuestarias y otras actividades; comunicación ágil de la administración con los trabajadores a través de los oportunos canales telemáticos); progresiva sustitución de las comunicaciones en papel; sistemas para aumentar la participación de los miembros de la comunidad empresarial sin necesidad de abusar de las reuniones, utilizando canales virtuales alternativos.

La comunicación es consustancial a la empresa e imprescindible para su buen funcionamiento, por lo que se hace preciso aprender el metabolismo informacional, es decir, cómo la empresa se nutre de la información y cómo se vale de las TIC para establecer su plan de comunicación interna. Su incorporación precisa modificaciones estructurales, organizativas y comportamentales que exigen políticas realistas de inversión, de formación y de competitividad a corto, medio y largo plazo.

No invertir en recursos que desarrollen la digitalización podría conducir al peligro de quedar rezagados, ya que la proporción del comercio mundial realizada por internet es cada vez mayor. El comercio electrónico no se reduce a las transacciones en línea, sino que abarca otras funciones. En Hungría, Kenya, Nepal, Filipinas, Sudáfrica y la Cuenca del Mekong, por ejemplo, los exportadores están aprovechando los recursos digitales para gestionar aspectos de distribución, relaciones con los clientes, servicios auxiliares y comercialización. También están exportando servicios relacionados con las TIC.

En este proceso, no invierten necesariamente en las soluciones más caras, sino en las más adecuadas. Muchas empresas están aprovechando también la presencia de un número importante de contacto en el extranjero para abrir mercados y obtener recursos y contactos.

El debate (Domeisen, 2003; p. 5) sobre la capacidad digital (la que se inscribe en el marco de una brecha tecnológica cada vez más profunda), plantea que si bien es cierto que, para aprovechar los recursos digitales, las empresas no necesitan imperiosamente conexiones de alta velocidad, terminales en cada puesto de trabajo o un marco jurídico acabado, la existencia de condiciones favorables puede determinar el triunfo o el fracaso en este marco. La idea es que los planificadores de las exportaciones nacionales que ignoran el comercio-e pierden una oportunidad fundamental.

Elementos para pensar una estrategia de inversión

Una estrategia adecuada de inversión en recursos digitales puede ayudar a que la gerencia empresarial amplíe sus posibilidades de conquistar nuevos mercados y a superar o evitar muchas de las dificultades propias de la competencia y la competitividad internacional. En el desarrollo de esta estrategia, el Estado debe desempeñar un papel relevante, creando y ampliando las bases de colaboración con las empresas.

Por lo que, toda estrategia nacional sobre el uso de medios digitales para promover el comercio debería originarse “en la base”. Después de identificar las necesidades y preocupaciones de las empresas, los diseñadores de la política económica deben crear condiciones favorables (legislación necesaria, servicios públicos informatizados, oferta de financiación, acceso a la Internet, formación práctica, etc.).

Habría que estar al tanto de dirigir las inversiones en los sectores mejor preparados para utilizar recursos digitales, como los sectores de exportación más evolutivos y con mayor capacidad para emplear las TIC en sus operaciones. Esto debe tener como finalidad protegerse de los riesgos que también traen consigo el empleo de las TIC, como es el caso de que también favorecen amplios márgenes de especulación sobre todo en el plano financiero.
La experiencia internacional indica que los servicios financieros, la educación, el turismo, los programas informáticos, los medios de comunicación y el entretenimiento son modelos de sectores que se adecuan a la introducción de recursos digitales. La transacción comercial, la promoción a la entrega del producto o la prestación de servicio pueden ganar en eficacia a partir de las aplicaciones y empleo de redes digitales.

Aquí la pregunta podría ser: ¿pueden digitalizarse todas las actividades de las empresas?, sobre esto la reflexión y la práctica indica que la digitalización varía en función de la actividad o sector. Para las empresas con un uso intensivo de la información o cuyos productos/servicios sean ‘digitalizables’ (música, imágenes, textos...) conlleva una total reconversión de la empresa, puesto que pueden dejar de vender bienes físicos para comercializar bits. Esto supone grandes economías de escala tanto en la producción como en la distribución, así como nuevas vías de personalización, empaquetado y entrega de los productos.

En cuanto a las operaciones digitales en los mercados de productos físicos el despacho de las mercancías sigue haciéndose por las vías habituales, pero las TIC pueden mejorar la eficacia en ámbitos como la producción, la investigación y la gestión de pedidos. La mayor incidencia de la digitalización en las industrias de bienes físicos se desarrolla en actividades vinculadas con la administración, contabilidad, finanzas y recursos humanos. Para los fabricantes y los productores agrícolas se trata de usar aplicaciones que les permitan reducir costos y mejorar rendimientos en el nuevo escenario.

El efecto de todo lo anteriormente esbozado, es que el grado de digitalización de la empresa determinará el beneficio que esta podrá conseguir de aplicaciones de gestión de clientes, planificación empresarial, gestión de la cadena de suministro e investigación de la información de negocio (Business Intelligence). Exclusivamente las empresas digitales podrán extraer el máximo valor de los vínculos con clientes, socios y proveedores, inherentes a la empresa extendida.

En otra dirección, se podría pensar que la construcción de cadenas flexibles de digitalización es un punto fundamental para la adaptación al nuevo escenario, ya que el consumidor es, en muchos casos, quien señala las normas de producción, en la medida en que el fabricante tiene un contacto directo con el cliente. En ello, la personalización del producto empleando la digitalización podría estar haciendo más eficiente el servicio, al poder ser entallado a la medida del consumidor. En un escenario de esa naturaleza, los fabricantes deberán preguntarse hasta qué punto poseen condiciones para comunicarse con el consumidor final atendiendo a sus exigencias.

Otro elemento para pensar una estrategia de inversión en recursos digitales, es que el acceso a las TIC tiene que ser real, por ello la estrategia nacional y en particular la gerencia empresarial deben ir dirigidas al desarrollo del mundo de unos y ceros para cuya construcción se deben contemplar varios puntos:

¿Qué debería seguir la gerencia empresarial en relación a las TIC?

Cualquier estrategia por seguir en el ámbito de la gerencia empresarial debería pensar primero que las TIC, de hecho, no son un camino directo para el éxito de la gerencia empresarial, ello hay que construirlo de manera coordinada. Estas abren posibilidades de innovación y eficacia, a condición de contar con la competitividad necesaria. Por ello es relevante organizar las bases para avanzar por la “ruta de la senda digital”, para lo cual, a los efectos del desarrollo de la gerencia empresarial, sería interesante observar las cuestiones siguientes:

La sociedad digital que se construye es igual a postmodernismo

Resulta conveniente a los efectos de contextualizar el presente tema realizar una crítica a la manera en que se está construyendo la sociedad digital. Se reconoce que las teorías en torno a la sociedad digital se han ido construyendo más mediante constataciones empíricas que por la aplicación de criterios o principios predeterminados. No han podido escapar a la influencia de las concepciones de moda. Ello se evidencia en sus postulados básicos, los cuales responden al postmodernismo, lo que se comprende mejor si se considera que la postmodernidad se define a sí misma como reflexión que expresa el estado de la cultura de la civilización mediante el estudio de las sociedades más desarrolladas.

Por ello, sus representantes consideran que la sociedad actual se encuentra en una nueva época, concebida como postindustrial o informatizada, que se caracteriza por el amplio desarrollo y predominio de los medios de comunicación, los que facilitan la transmisión

generalizada de saberes, creencias, normas, gustos, valores, etc.; no a escala fragmentada, sino a todo el universo.

Lo anterior, según el criterio de los postulados del postmodernismo, hace a los sujetos iguales, inaugurando -a su juicio- una nueva era, con una nueva cultura y modo de vida, en la cual se tienden a disolver las clases sociales, las ideologías y los proyectos emancipatorios (Drucker, 1997; p. 76); de modo que lo que queda es la multiplicidad de sujetos individuales, diferentes, interconectados entre sí por la comunicación generalizada; pero cuyas experiencias, actitudes y valores tienen sentido y significado para cada uno y, por ende, igual validez y derecho que cualquier otro.

Incongruencias de las sociedad digital con el desarrollo del Tercer Mundo

De acuerdo con González y Martínez (2012; pp. 3-12), el efecto es, según la lógica postmodernista “un mundo fragmentado y con pluralidad de visiones, en el cual el pasado no debe tener continuidad por su carácter totalitario y de dominación, y el futuro carece de perspectivas”. Como se puede apreciar, en este razonamiento, que se presenta muy sucintamente, existen diversas omisiones importantes que conducen a una visión deformada de la realidad social actual:

Quizás no haya llegado todavía la hora de las respuestas, y estemos solo en la de la formulación de las cuestiones, pero de cuán acertados nos mostremos al plantear estas, depende, en gran medida, nuestra capacidad de entendimiento del fenómeno. Y aun no sabiendo mucho, sí se podría decir que existe ya un elenco de definiciones o de precisiones
que perfilan las características de la sociedad digital y que permiten suponer el carácter netamente “turbulento” de estas.

Apología a las tecnologías de la información y las comunicaciones: Brecha digital

A partir de los supuestos antes abordados, se puede plantear que en los estudios sobre la sociedad digital que se realizan desde el posmodernismo se puede encontrar una gran dosis de apología a las TIC, conjuntamente con una fuerte carga de utopía, ello se expresa en planteamientos que se sustentan en lo siguiente: “El acceso a la cultura, el conocimiento y la información nunca estuvo tan al alcance de la humanidad como ahora” (Declaración final del 1er Congreso ONLINE del OCS, s.f., párr. 1).

Lo anterior es una muestra de que no se reconocen los crecientes problemas y desigualdades que se abren ante los pueblos como consecuencia de la brecha digital ocasionada por la gran polarización de la riqueza y la pobreza, que ha generado el desarrollo desigual del capitalismo a nivel mundial y al interior de los propios países; cuestión reconocida incluso por especialistas norteamericanos como el profesor emérito de la Universidad de California, Herbert I. Schiller (1996; p. 123) quien, en uno de sus textos Desigualdad informativa: la profundización de la crisis social en Estados Unidos, presenta la otra cara de la moneda. Confirma el impresionante impacto tecnológico, abriendo serias interrogantes surgidas de aspectos menos estudiados como: 8

TIC: un juego de gigantes

La realidad mundial actual indica que, en el campo de las TIC, estamos ante un juego de gigantes, cuyo poder y magnitud de operaciones desafía todos los cálculos, por lo que sus resultados pueden afectar la soberanía e independencia de muchas naciones al suplantar la capacidad de decisión y autonomía del Estado. ¿De qué ciberciudadanía se podría hablar en este entorno privatizador, dominante y homogenizador?; la ciudadanía, lo mismo que las identidades personales o colectivas, son el resultado de una compleja imbricación expresada en una combinación de derechos y deberes, sujetos que los titulan a instancias e instituciones que los protegen. En la construcción de la ciudadanía  aparecen dos elementos de singular relevancia:

1. La necesidad de una distribución equitativa del poder, que incluya la posibilidad real de participación y elección.
2. El cuidado de los procedimientos y la necesidad de convenir procesos adecuados al carácter de las decisiones que sea preciso tomar.

Estas notas permiten hacer avanzar en la idea de que el entorno futurista que se construye a partir de la influencia de las TIC está al margen de la compleja situación social mundial; promete, para dentro de muy poco, acceso irrestricto a interlocutores y fuentes de información en cualquier parte del mundo, con solo apretar un botón en computadoras conectadas a un sistema integrado universal, y esto como la solución maravillosa a todos los problemas sociales.

La primera trampa de estos heraldos del futuro es que ocultan su naturaleza dual y las numerosas limitaciones que impiden la plena disponibilidad de la infraestructura de las TIC. Su intención es “válida”, pero la carga de utopía que tienen sus propuestas es grande, pues entre imaginación y práctica median dificultades aún no conocidas y de inseguro diagnóstico.

En ninguna de las partes aparece un reconocimiento de la particular realidad de los países subdesarrollados y de las causas que la condicionan, el cual permita adelantar cómo responder a la difícil situación que atraviesan estos. Es en este marco donde pueden darse falsas expectativas, ya que estos procesos, en consonancia con la naturaleza capitalista, han de generar simultáneamente áreas de privilegio y marginación, de abundancia y carestía, de accesibilidad e incomunicación, según la procedencia, el carácter y afluencia de los usuarios.

En efecto, el capitalismo, al intentar reducir al ser humano a la esfera digital y hacerlo prisionero de la lógica implacable de la relación trabajo-capital, se cuida de evitar que

los ojos miren de frente a la realidad. Este ámbito la exacerbación de lo imaginario está pasando cada vez más a asegurar la alienación y, por tanto, la propia continuidad del sistema.

En otras palabras, para “poder privatizar los bienes materiales, el capitalismo ‘socializa’ los bienes simbólicos”, a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones que no distinguen las particularidades de las sociedades subdesarrolladas (Betto, 2003, p. 317). La mayoría de estas propuestas obvian la raíz socio-clasista de la cuestión, la que determina, en última instancia, en interés de quién se produce, se disemina y se emplea la información mediante el uso de la TIC.

Comentario final

Lo cierto es que los instrumentos digitales pueden fomentar las ventajas competitivas de la gerencia empresarial, en tanto acrecientan la eficacia de las interrelaciones creativas entre los creadores del producto, los proveedores y los clientes finales.

En el mundo de los átomos los productos se trasladan físicamente y no pueden estar en un momento en dos lugares distintos; en el digital todo difiere. Los bits son muy fáciles de trasladar, se mueven a través de una red a velocidades cercanas a la luz y carecen de masa, mientras que los átomos se transportan lenta y costosamente gastando, en comparación, una infinidad de energía.

La digitalización está transformando percepciones y cambiando las expectativas de todos los que actúan virtualmente, por lo que los unos y los ceros de redes de computadoras están pasando a ser valiosos medios para el desenvolvimiento de la naturaleza humana y, en particular, para la gerencia empresarial.

La valoración sobre el significado de lo digital debe pasar por reflexionar en el hecho de que el cambio estructural exigido por los avances tecnológicos han exigido a las empresas, va más allá de la mera adquisición de hardware y software. Involucra el desarrollo de la capacidad de adaptación de los individuos y de las organizaciones a la nueva forma de hacer las cosas, que en muchos casos ha significado el renunciar a tradiciones que durante siglos han distinguido a la sociedad.

Algunos posibles peligros se presentarán a medida que avance la revolución digital, debido a que es cada vez más fácil realizar copias falsas de los productos, por lo que la protección de la propiedad intelectual será un problema cada vez más serio, en especial en los países donde las leyes continúan siendo inadecuadas.

Al parecer, este solo es el principio, sin embargo, se podría hacer un análisis de cómo cambiará el concepto que tenemos de realidad y con él el de tiempo y espacio, en un ambiente en que se impone el mundo de unos y ceros. Lo que indican los aspectos planteados a lo largo de este texto, es que las empresas deben modificar su forma de trabajar

y las políticas acertadas han de tomar notas de esos cambios. Por tanto, habría que estar evaluando tanto los efectos positivos como negativos de los retos que impone la era digital.

Ante esta situación, se abren una serie de interrogantes que incluyen variadas preocupaciones: ¿Hasta qué punto la introducción de las TIC pueden constituir un arma de doble filo para el Tercer Mundo? ¿Cuáles son las bondades y cuáles los peligros que representa plegarse incondicionalmente al uso de los avanzados sistemas de información? ¿La adaptación a esos cambios como solución informativa y soporte educacional supondrá el sometimiento a los centros de poder transnacional?

 

Referencias

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Fecha de recepción: 18-07-13. Fechas de reenvíos: 15-10-13 / 30-10-13 / 22-11-13 / 23-11-13 / 11-12-13/17-03-14 / 22-03-14 / 01-04-14 / 02-04-14 / 19-04-14 / 31-05-14 / 14-06-14. Fecha aceptación: 16-06-14 Fecha de publicación: 26-06-14

http://dx.doi.org/10.15359/eys.19-45.2

1. Doctor en Ciencias Económicas, Universidad de las Ciencias Informáticas, Cuba. Correo electrónico: mgarencibia@uci.cu

2. Licenciada, Universidad de las Ciencias Informáticas, Cuba. Correo electrónico: dagmarism@uci.cu

3. Bit unidad mínima de información que sólo puede contener dos valores (0, 1). Es decir unidad mínima de información digital, aplicable a cualquiera que sea la forma de datos. Es una síntesis de dos términos en inglés: Binary digit, que en español significan dígito binario, o lo que es lo mismo, número (dígito) con dos posibles valores (binario). El término surge de usar las dos primeras letras de Binary con la última de digit.: bit. (Fomín, 1975 ; pp. 23-37)

4. Palabra que sirve para designar el resultado del pasaje de bienes y servicios del soporte físico al soporte lógico. Es reducir algo a su forma digital, negociando con objetos físicos lo menos posible.

5. La palabra ciberespacio se deriva de la cibernética, la ciencia de la computación y control, la cual nació cuando se notó la semejanza entre los seres humanos y las máquinas por su dependencia en la información para el control de sus sistemas respectivos. Por consiguiente, el ciberespacio describe la esfera de actividad en que los seres humanos extienden las funciones de sus mentes y de sus capacidades comunicativas al dominio de las máquinas. La expresión ‘ciberespacio’ pertenece a William Gibson, acuñada en una de las novelas más premiadas de la historia de la ciencia ficción: Neuromante, 1984.

6. El tercer entorno se superpone a los otros dos, el campo y la ciudad (physis y polis), y genera profundas transformaciones en la vida humana y social, debido a que tiene una estructura matemática, física, etc., muy distinta a la de los entornos naturales y urbanos. La emergencia del tercer entorno modifica casi todas las acciones humanas (Echeverría, 1999 ; p. 37 y 2014).

7. Consúltese a García (2001) Comunicación al Consejo del Parlamento Europeo (2001) y Aguilló (1999).

8. El propio Schiller, en su obra menciona a George Brown expresidente del Comité de de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, quien planteó: “Nuestros más serios problemas son de carácter social, para los cuales la era de la información digital no tiene soluciones” (Schiller, 1996; p. 123).

 


Mario González Arencibia , Dagmaris Martínez Cardero

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