N.º 82 • Julio - Diciembre 2020
ISSN: 1012-9790 • e-ISSN: 2215-4744
DOI: http://dx.doi.org/10.15359/rh.82.7
Fecha de recepción: 31/01/2020

Reseña y comentario del libro: Apuntamientos geográficos, estadísticos e históricos, compilados y arreglados por Joaquín Bernardo Calvo Mora

Book Review: Notes of Geography, Statistic and History, Compiled and Corrected by Joaquín Bernardo Calvo Mora

Gertrud Peters Solórzano*

Eduardo Bedoya Benítez**

Resumen: Se reseña aquí la reimpresión de un texto clásico a nivel nacional en los campos de la geografía y los estudios sociales. Este texto, publicado en 1887, parte de las ideas de la reforma educativa de 1886 que ocurrió en Costa Rica a cargo del secretario de instrucción pública Mauro Fernández Acuña. Apuntamientos Geográficos fue utilizado como libro de texto en los centros educativos del país al menos durante veinte años, y fue altamente elogiada y recomendada durante su época. Sin embargo, este libro también fue parte de una serie de textos que contribuyó como propaganda al imaginario del siglo XIX de una Costa Rica blanca y de descendencia europea.

Palabras claves: reseña bibliográfica; Costa Rica; geografía; historia; estadísticas; identidad nacional; biodiversidad.

Abstract: The reprint of a classic text at the national level on the fields of geography and social studies is reviewed here. This text, published in 1887, starts off the ideas from the educational reform of 1886 which occurred in Costa Rica in charge of the secretary of public instruction Mauro Fernández Acuña. Apuntamientos geográficos was used as a textbook in the learning centers of the country for at least twenty years and was highly praised and recommended during its time. Nevertheless, this book was also part of a series of texts that contributed as propaganda to the imaginary of the nineteenth century of a white Costa Rica of European ancestry.

Keywords: book reviews; Costa Rica; Geography; History; statistics; national identity; biodiversity.

El 30 de julio de 2019 en el Museo Nacional de Costa Rica se presentó la reimpresión de esta obra con la presencia de la Editorial de la Universidad a Distancia y la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica. La publicación de esta obra ha sido necesaria para la interpretación de la historia nacional y, en estos momentos, cuando nos encontramos por celebrar el bicentenario de la independencia de Costa Rica. Don Joaquín Bernardo Calvo, político e historiador, dedicó más de doce meses a compilar y preparar el contenido de su libro Apuntamientos geográficos, estadísticos e históricos, publicado en 1887.1 Este documento es solo una parte de sus publicaciones y de su activa vida en la educación, en la administración pública y en el servicio exterior de Costa Rica.

Don Joaquín Bernardo Calvo dividió su obra en dos partes: la primera, que se relaciona con una descripción de la República de Costa Rica en la geografía, la flora, la fauna, la geomorfología y, la caracterización de la población y las principales ciudades en el país. La segunda, el descubrimiento y conquista de Costa Rica. Época primera, la dominación de España y la época segunda, las causas de la independencia y cómo esta fue declarada.

Al final, tiene un apéndice con las biografías de exjefes de Estado y presidentes: Juan Mora Fernández, José Rafael de Gallegos, Manuel Aguilar, Braulio Carrillo, Francisco Morazán, José María Alfaro, Francisco María Oreamuno, José María Castro, Juan Rafael Mora, José María Montealegre, Jesús Jiménez, Tomás Guardia, Próspero Fernández y Bernardo Soto.

La obra como texto escolar

Este estudio está contextualizado en la Reforma Educativa de 1886, o la Reforma Escolar de don Mauro Fernández en sus funciones como ministro de Instrucción Pública y como secretario de Hacienda en la Administración de Bernardo Soto Alfaro (1885-1889). La reforma educativa liderada por don Mauro surtió efecto positivo porque confluyeron, en él, por lo menos tres aspectos:

Conocimiento de la problemática educativa.

Poder para la asignación de recursos estatales.

Concebir que el proceso de aprendizaje tenía que enfatizarse en la ciencia como eje transversal.

La Administración Soto Alfaro plasmó los anteriores componentes en hechos y realizaciones concretas, tales como:

La ley general de educación, que estableció como laica la enseñanza primaria, y esta, gratuita y obligatoria.

Fundó: el Liceo de Costa Rica, el Colegio Superior de Señoritas, el Instituto de Alajuela y la Escuela Normal.

Por otra parte, creó también: el Museo Nacional, la Biblioteca Nacional y el Instituto Físico-Geográfico.

Esto, sumado a mucha obra pública, lo cual hizo que esta Administración marcara, y sin ninguna duda, una nueva etapa de la vida institucional en Costa Rica.

Dejaremos para otra ocasión la ampliación de la Reforma Educativa de 1885, en aspectos como la centralización de la educación, planes de estudio, organización en grados, docentes, dirección y administración de los centros, etc., y para esto, preferiría referirlos a textos como: Textos históricos, educativos y biográficos de Luis Felipe González Flores, Tomo II, Elías Zeledón Cartín, compilador, EUNA, 2015, y La educación en Costa Rica, de la época colonial al presente, de Iván Molina Jiménez, Editoriales Universitarias Pública Costarricenses, 2016.

El texto que reseñamos fue fundamental en el material didáctico difundido por esta administración gubernamental, así como lo fue «El Maestro» como publicación a manera de boletín oficial con fines de divulgar la nueva política en materia educativa y como medio para instruir y actualizar al cuerpo docente. Por otra parte, fueron muy comunes textos en formato libro para distintas materias y grados.

De tal manera que, el libro Apuntamientos geográficos, estadísticos e históricos, compilado y arreglado por Joaquín Bernardo Calvo, obedece a una parte complementaria de todo un esfuerzo estratégico de una nueva política educativa, con incidencia en la formación ciudadana y, a manera de documento básico, para uso de personas extranjeras, viajeras, diplomáticas, inversionistas y como perfil de idea de Nación que atesoraban los costarricenses.

Estamos ante una obra de 131 años de existencia; su importancia radica en haber sido calificada por su público receptor contemporáneo como excelente, así acogida oficialmente como texto para la enseñanza. En la presentación de esta edición, don Armando Vargas Araya pormenoriza en estos elogios y en otros aspectos que contextualizan la obra, que fue calificada como: «Hermosa y elegante edición», «… es uno de los mejores libros que se han escrito en el país» y «… verdadero monumento nacional».2

Para más abundancia, leamos en la página XV parte de lo que fue el dictamen que recomendó el libro, de los señores Miguel Oregón Lizano, Rafael Machado Jáuregui y Francisco Ma. Iglesias Llorente.

Tiempo era de que una obra de esta naturaleza fuese escrita por un hijo de Costa Rica… La obra del señor Calvo reemplazará con mil ventajas a la del señor Molina y mayormente en el extranjero será inapreciable… Trabajos de esta clase estimulan al estudio y a la investigación de los mismos hechos y dan origen a obras más extensas y completas, preparando así el terreno para que algún día pueda escribirse sobre tan útil, interesante y extenso asunto una obra clásica, verdaderamente nacional.3

Su vigencia de dos décadas como texto de enseñanza se encuentra entre dos colosales textos, el de Felipe Molina Bedoya, Bosquejo de la República de Costa Rica, 1851, y el de Ricardo Fernández Guardia, Cartilla histórica de Costa Rica, 1909; ambos con horizontes temporales en su vida útil en educación, contabilizados también en décadas. Sumamos a la importancia inicial de aceptación como documento bien logrado, el beneficio en la práctica de formación educativa en las ciencias sociales y naturales, ya que para su época esta obra es abarcadora del conocimiento vigente, cabe afirmar, así, que es una obra descriptiva y enciclopédica. No es propiamente investigación, más sí, compilación.

Ese conocimiento vigente y abundante tiene explicación, en mucho, por la apertura de Costa Rica a los beneficios investigativos de muchas naciones, con la producción de publicación de viajeros en las más diversas especialidades e intereses, tierra nueva, trópico, condición ístmica y canalera, fuente de comercio, industria, etc.

Por otra parte, apunta con toda intensión al imaginario costarricense en dos aspectos que nos interesan citar: uno a la unidad territorial y el otro, a la biodiversidad, como parte del proyecto formativo de Estado-Nación, Costa Rica.

La unidad territorial y los límites internacionales

La conformación del Estado-Nación tiene como necesarísimo el soporte espacial, y este es una preocupación que se enuncia en la primera parte, titulada República de Costa Rica. Así se apunta sobre su posición, extensión y límites que componen el espacio costarricense y de una república libre. Pero es tan solo una pretensión, pues a la fecha de la publicación de Apuntamientos, prácticamente no hay mucho que sea real y concreto —1887—.

La descripción de los límites es detallada, aunque no se tuvieran resueltos con los países vecinos. Se hace uso de texto en las páginas 1, 9, 14 y 141, para ejemplificar esa idea de un país en formación, pues sí, un territorio de 59.570 kilómetros cuadrados limitante con Colombia —Reino de Santa Fe de Bogotá—, que promueve los tratados limítrofes con mucha esperanza y muy buena fe por parte del entendimiento con los pueblos vecinos. El tiempo nos ha dicho que esto de límites no es tan fácil, la realidad es que se han generado conflictos hasta el presente.

Retomamos rápidamente lo de la extensión del territorio en aquel entonces de 59 570 Km2, que resultaría de 51 100 Km2, claro para tierra firme oficialmente. Pero 95 años después, en términos globales, la extensión de Costa Rica resultó ser 11,54 veces más, 640 000 Km2, por las bondades de unas disposiciones muy particulares de nuestras costas y la isla del Coco, así como de la Convención del Derecho del Mar —Montego Bay, Jamaica, 1982—. Los datos siguen sin ser incólumes.

En la evolución de la cartografía del S. XIX es apreciable la conformación de la imagen territorial. Nos llama poderosamente la atención el hecho de que sea un libro de texto para la enseñanza y no contenga ilustraciones de ninguna especie. Podríamos justificar por la oficialización de un mapa en particular para estos fines ilustrativos, la reciente creación de un organismo estatal para el fin de graficar el espacio nacional, institucionalizando la cartografía con el Instituto Físico-Geográfico y, por último, los convencionalismos no terminaban de dar luz para un ordenamiento global:

1)Mapa de la República de Costa Rica, 1889, París. Faustino Montes de Oca —mapa oficial—.

2)Creación del Instituto Físico-Geográfico, 1889. Su primera obra completa es el Mapa de Costa Rica, 1903.

3)Incertidumbre en la definición del meridano 0° y la hora universal. Conferencia Geodésica Internacional, Roma 1883, y 1884 en Washington, y es hasta 1910 que terminan por normalizarse estos temas.

La biodiversidad

En el imaginario, como muy obvio, pero con absoluto acierto, la obra trata sobre la biodiversidad. El texto es en extremo abundante en transcripciones de investigaciones sobre este particular, así como en el aporte de profusos listados de especies según los reinos naturales que va tratando, ni se diga de la producción en virtud de los tipos de climas, altitudes, suelos, costas de dos océanos; de tal manera que tan solo ejemplificamos con algunas pocas citas:

En la página 35 se lee: «Pocos países sobre la tierra encierran en sí el número de dones con que la naturaleza ha favorecido a Costa Rica…».4

En la página 36, bajo el título de Reino Vegetal: «Ha dicho el doctor Polakowsky, en sus estudios sobre la flora de Costa Rica, que en ninguna parte de América, y tal vez en ningún país del mundo entero…».5

Refiriéndose al Reino Animal, vale esta cita, donde Calvo nos dice:

La diversidad de climas o temperaturas que se suceden, desde el calor abrazador y tropical de las orillas del mar, hasta el clima de los montes donde el agua se congela, […] Con dificultas —dice A.v Frantzius— se hallará otro país que, en un espacio tan reducido, tenga igual número de especies diferentes…6

Infaltable lo de destacar la cantidad de aves, así: «Según el último catálogo publicado en Proceedings del Museo Nacional de Washington en 1885, el número de aves llegaba entonces a 692…».7 Ya para el año 2018, después de 27 actualizaciones del listado, suman 922 especies.

Se coincide en este aspecto con la colega geógrafa Silvia Meléndez Dobles, quien apuntó:

La exaltación de los rasgos biogeográficos es uno de los elementos más fuertes del imaginario nacional, puesto que ha perdurado hasta nuestros días por varios motivos: por un lado, hay una gran dosis de verdad debido a las modificaciones climáticas impuestas por el relieve montañoso y por la diversidad de zonas de vida, lo que resalta principalmente en los ojos de los extranjeros, no acostumbrados a cambios ecológicos tan repentinos en distancias tan cortas.8

El paraíso centroamericano

La obra en nuestros tiempos se ha ejemplificado como fuente propagandística y ha aportado, en tanto se valore efectiva en ese aspecto, al imaginario costarricense, al «etnotipo» costarricense y en la génesis de la historiografía costarricense. Se consideró su importancia por las repercusiones positivas en la educación costarricense y en el beneficio económico y cultural, al alentar una inmigración selectiva y la inversión extranjera en suelo costarricense.

Uno de los mejores estudiosos de este libro y de la figura de José Bernardo Calvo es el académico Ronald Soto; en su artículo sobre el «Etnotipo del costarricense» escribe que, en aquella Costa Rica liberal, esta obra fue considerada como un «verdadero monumento de bien a su país» y para «el pueblo costarricense una prenda de inestimable valor». Se consideraba que en los apuntamientos está estereotipada la República, con las calidades de su suelo, sus producciones, sus habitantes, su comercio, su modo de ser político y civil, su clima y cuánto puede interesar al investigador más curioso».9

El señor Calvo y otros escritos antes de su obra, tuvieron el propósito de promover aquella Costa Rica pacífica, democrática, progresista e igualitaria, incluso denominada la Suiza Centroamericana. En especial, la publicación de Felipe Molina,10 obra de consulta para docentes de escuela, donde se hablaba del término de «hermanicos», que después se transformará en «hermaniticos», aludiendo a la ausencia de castas y clases sociales, la homogeneidad de habitantes, quienes tenían algún bien pero todos trabajaban, no había proletarios ni tampoco grandes capitalistas.11 El discurso era resaltar la «blanquitud» de su población, las libertades políticas, de religión y, destacaban los valores republicanos que mantenían la mayoría de su ciudadanía. ¿Cuál era la finalidad de esta calificación hacia Costa Rica? Promover una imagen idílica para que el Estado costarricense pudiera conseguir tratados diplomáticos y comerciales, inversión extranjera y una inmigración blanca del Viejo Continente y de los Estados Unidos. En segundo lugar, como ya se mencionó, este libro se escribió como texto escolar para que el pueblo costarricense tuviera la misma percepción positiva y realizara una difusión de estos valores tan costarricenses en los diferentes sectores del país, que también incluía a personas extranjeras.

Costa Rica se promovía desde las premisas de una sociedad educada, pacífica, desmilitarizada y, por ello, era excepcional entre los países centroamericanos. Como ahora sería la «marca país» que incluía los datos e informaciones que necesitaban conocer los posibles inmigrantes e inversionistas para asentarse en esta tierra de oportunidades.

Las siguientes afirmaciones eran necesarias para la difusión de este «paraíso centroamericano» del siglo XIX. Costa Rica poseía:

Inmejorables condiciones geográficas y una ubicación importante para la geopolítica: con dos puertos en ambos océanos y a la par del Canal de Panamá y de un posible canal del río San Juan.

Características positivas de la población: Era un pueblo honrado, respetuoso de las autoridades, cumplía en sus deberes, laborioso y pacífico. La población civilizada era homogénea, blanca, culta, sana y robusta, con gran espíritu de orden y trabajo, su número era de 200.280 habitantes. La población indígena o primitiva estaba separada de la civilizada y era exigua, con solo 3 500 pobladores. No se mencionan tampoco otras etnias y la combinación entre estas.

Las profesiones de sus habitantes estaban relacionadas con las actividades productivas del país, la agricultura, el porcentaje de estudiantes era alto; y, dichosamente, el porcentaje de militares en servicio era muy bajo.

Existencia de normas sobre la migración: se instaba a la formación de colonias o de inmigración individual diferenciadas por etnia o medidas sanitarias.

La economía nacional era creciente, las finanzas del Estado estaban saludables y existían instituciones bancarias, en especial para la buena dirección del comercio internacional.

Los recursos naturales eran abundantes, al igual que las oportunidades que brindaban el suelo, el clima, la mano de obra, y la escolaridad de su población.

El clima político muy estable, una democracia republicana y constitucional, con división de los poderes del Estado y una política de paz.

La institucionalidad del país era muy importante para el diario vivir, se habían creado entidades nacionales en: medicina y salud, educación y en el ejército. El Registro Público y Civil para la representación en casas extranjeras, la formación de sociedades, los aspectos legales, licencias, patentes y otros más. Varios códigos regían los negocios y la vida común en Costa Rica.

Facilidades en la construcción de obras públicas y de transporte y comunicación que unían los dos océanos, y las positivas inversiones en comunicación.

Costa Rica mantenía incentivos fiscales o de otro tipo que beneficiaban la inversión extranjera.

Las relaciones internacionales eran inmejorables: las diplomáticas, los tratados comerciales y papel de los consulados en Europa y los Estados Unidos en difundir información a los posibles inversionistas e inmigrantes. Ya tenían ellos los datos de empresas comerciales en sus países de residencia.

Las relaciones con países extranjeros se han manejado con tino: «Esta república ha mantenido su tradicional política de no intervención en los asuntos de sus vecinas, llevando hasta donde lo ha permitido su dignidad, la prudencia y la cordura tan necesarias a la paz: y puede gloriarse de haber ejercido en diferentes ocasiones, un influjo benéfico en favor de la tranquilidad de sus hermanas en Centroamérica».12

Pero no solamente este texto tuvo marcada influencia en la percepción de un país rico, exuberante y de población educada, blanca y pacífica. Muchos viajeros, hombres de negocio, científicos y políticos extranjeros tuvieron ideas muy positivas sobre nuestro país en comparación con la de nuestros vecinos en el siglo XIX, e incluso, durante el siglo XX. Este discurso fue creado y difundido por las élites costarricenses para estar a la misma altura de otras sociedades de Europa y los Estados Unidos. Pero al mismo tiempo, se fue desarrollando en toda la sociedad costarricense una autoimagen de una raza caucásica con valores y virtudes innatas. Esta idea de la singularidad costarricense, especialmente con respecto a la población blanca y homogénea que vivía en el Valle Central, alimentó a las futuras interpretaciones de nacionales, de extranjeros visitantes o también residentes fuera de Costa Rica.

Pero lo más curioso fue haber oído de un presidente costarricense en el discurso en la II Cumbre Iberoamericana en España, en 1992, resaltar la predominancia de la población homogénea y blanca y, la insignificancia de las comunidades indígenas que tenía el país. Al decir que, en Costa Rica durante la conquista y la colonización no hubo derramamiento de sangre, porque, curiosamente, no había población aborigen. Este país se había formado de inmigrantes, en especial de humildes campesinos españoles que vinieron a trabajar y a construir una nación pacífica.

Bibliografía

Calvo, Joaquín Bernardo. Apuntamientos geográficos, estadísticos e históricos. San José, Costa Rica: EUNED, 2018.

Meléndez, Silvia. «Aportes Geográficos al imaginario costarricense en el Siglo XIX». Reflexiones, 83, n.o 1 (2004): 1021-1209, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/11385.

Molina, Felipe. Bosquejo de la República de Costa Rica, seguido de apuntamientos para su historia, con varios mapas, vistas y retratos (New York, EE. UU.: 1851).

Soto, Ronald. «La difusión del etnotipo costarricense: Los apuntamientos de J.B. Calvo, del texto educativo a la propaganda internacional». Boletín de la AFEHC, n.o 54 (2012): 10, http://www.afehc-historia-centroamericana.org/index_action_bul_aff.html.


* Costarricense. Licenciada en Historia por la Universidad de Costa Rica (UCR), Costa Rica y Maestría en Administración de Negocios en National University, San Diego, California, sede de Costa Rica. Jubilada de la Universidad Nacional (UNA), Costa Rica. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica. Correo electrónico: petersgertrud.cr@gmail.com..

** Costarricense. Licenciado en Geografía y egresado de la Maestría en Geografía, ambos en la Universidad de Costa Rica (UCR), Costa Rica. Fue director del Instituto Geográfico Nacional y en la actualidad está jubilado de la UCR. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica. Correo electrónico: jebb1956@gmail.com..

1 Joaquín Bernardo Calvo, Apuntamientos geográficos, estadísticos e históricos (San José, Costa Rica: EUNED, 2018).

2 Ibíd.

3 Ibíd.

4 Ibíd., 35.

5 Ibíd., 36.

6 Ibíd., 54.

7 Ibíd., 62.

8 Silvia Meléndez, «Aportes Geográficos al imaginario costarricense en el Siglo XIX», Reflexiones, 83, n.o 1 (2004): 70, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/11385.

9 “La difusión del etnotipo costarricense: Los apuntamientos de J.B. Calvo, del texto educativo a la propaganda internacional”, Publicado en el Boletín de la AFEHC, n.o 54 (2012): 6, http://www.afehc-historia-centroamericana.org/index-php/_action_bul_aff_id_54.html. Agradezco a don Ronald Soto por el envío de este de forma digital.

10 Felipe Molina, Bosquejo de la República de Costa Rica, seguido de apuntamientos para su historia, con varios mapas, vistas y retratos (New York, EE. UU.: 1851).

11 Ronald Soto, «La difusión del etnotipo costarricense: Los apuntamientos de J.B. Calvo, del texto educativo a la propaganda internacional», Boletín de la AFEHC, n.o 54 (2012): 10, http://www.afehc-historia-centroamericana.org/index_action_bul_aff.html.

12 Bernardo Calvo, Apuntamientos geográficos…, 189.


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