N.º 86 • Julio - Diciembre 2022
ISSN: 1012-9790 • e-ISSN: 2215-4744
DOI: https://dx.doi.org/10.15359/rh.86.6
Licencia: CC BY NC SA 4.0

sección ENTREVISTA

Prensa y disputas políticas. La fundación del periódico La República en Costa Rica. Entrevista a Alberto Cañas Escalante

Press and Political disputes. The Foundation of the Newspaper La República in Costa Rica. Interview with Alberto Cañas Escalante

Imprensa e disputas políticas. A fundação do jornal La República na Costa Rica. Entrevista com Alberto Cañas Escalante

Wainer Ignacio Coto Cedeño*

Diana Rojas Mejías**

Resumen: Esta entrevista recoge el testimonio del Licenciado Alberto Cañas Escalante en torno al proceso de fundación de periódico La República en Costa Rica durante la segunda mitad del siglo XX. Concretamente, Cañas Escalante narra especialmente el vínculo que existió entre la fundación de dicho periódico y el Partido Liberación Nacional (PLN). De igual manera, relata las disputas ideológicas que surgieron con otros medios de comunicación de la época como el diario La Nación.

Palabras claves: historia política; prensa escrita; entrevista; Alberto Cañas Escalante; Costa Rica.

Abstract: This interview collects the testimony of Alberto Cañas Escalante about the foundation process of newspaper La República, during the second half century XX. Specifically, Cañas Escalante describes the connect between that newspaper and the Partido Liberación Nacional (PLN). Also, he narrates the ideologics conflicts with anothers media, for example, the newspaper La Nación.

Keywords: political history; newspapers, interview; Alberto Cañas Escalante; Costa Rica.

Resumo: Esta entrevista reúne o testemunho do senhor Alberto Cañas Escalante sobre o processo de fundação do jornal La República na Costa Rica durante a segunda metade do século XX. Especificamente, Cañas Escalante narra especialmente o vínculo que existia entre a fundação do referido jornal e o Partido da Libertação Nacional (PLN). Da mesma forma, relata as disputas ideológicas que surgiram com outros meios de comunicação da época, como o jornal La Nación.

Palavras chaves: história política; imprensa escrita; entrevista; Alberto Cañas Escalante; Costa Rica.

Presentación

En esta publicación se presenta una entrevista inédita al Licenciado Alberto Cañas Escalante, realizada el 3 de mayo del 2010 con la finalidad de recuperar su testimonio como primer director del periódico La República. Cañas, además de desempeñarse en este campo, tuvo una significativa participación en acontecimientos históricos de Costa Rica como la Junta Fundadora de la Segunda República (1949), la fundación del Partido Liberación Nacional (PLN, 1951) y la creación del Partido Acción Ciudadana (PAC, 2000). Como parte de su adscripción al PLN, ejerció puestos políticos en las décadas de 1950-1970 decisivos en la diplomacia, el poder legislativo y la cultura como embajador en la Organización de Naciones Unidas (1948-1949), vicepresidente de Relaciones Exteriores (1955-1956), diputado por San José (1962 y 1966), presidente de la Editorial Costa Rica, Ministro de Cultura, Juventud y Deportes (1970-1974) y fundador de la Compañía Nacional de Teatro (1971), entre muchos más. Asimismo, desarrolló una faceta como escritor de novelas, teatro y cuentos que lo galardonó en reiteradas ocasiones con los premios nacionales en literatura con el Aquileo J. Echeverría (1962, 1965, 1977 y 1980), en periodismo cultural con el Joaquín García Monge (1964) y en cultura con el Magón (1976).1

Con respecto al periodismo, fue profesor universitario, redactor de artículos y miembro fundador de La Nación, La República y Excélsior. Sobre La República, objeto de la presente entrevista, Cañas narra que surgió con la intención de difundir los proyectos de la Junta de Gobierno (1948-1949) cuando precisamente este gobierno provisional se encontraba aislado por las secuelas del conflicto armado de 1948. En esta fase inicial (1950, fundación -1966, venta), por tanto, el medio cumplió el papel político-ideológico de apoyar al figuerismo o al PLN y enfrentar la crítica de la prensa o de grupos opositores a las propuestas del nuevo gabinete.

La entrevista contiene un significativo potencial de fuente primaria para investigaciones en el área de la historia y del periodismo. Este relato nos permite acercarnos a temas como: los contactos de la intelectualidad nacional —Isaac Felipe Azofeifa Bolaños, Rafael Obregón Loría, Carlos Monge Alfaro y Roberto Brenes Mesén—, el interés por el estudio a las realidades costarricenses —Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales—, las influencias teóricas —Partido Laborista inglés, Franklin Delano Roosvelt y Víctor Raúl Haya de la Torre—, la posición de la prensa post conflicto de 1948 —La Prensa Libre, La Nación, Diario de Costa Rica y La Hora—, la organización de un periódico —La República—, las características de su periodismo y la formación empírica de periodistas. Lo que la convierte en un recurso valioso para el estudio de la década de 1950 y la apertura de un nuevo periódico en una época de división ideológica a nivel nacional e internacional y sin una profesionalización del periodismo en la educación superior.

Entrevista a Alberto Cañas Escalante: primer director del periódico La República

DRM-WCC: Buenos días don Alberto, el objetivo de la entrevista es conversar sobre la historia fundacional del periódico La República en Costa Rica. Nos interesa, fundamentalmente, comprender la dinámica institucional del periódico, su estructura, organización y el tipo de información que publicaba. Sin embargo, antes de iniciar con el tema que nos reúne, quisiéramos hacerle unas preguntas de carácter personal, esto con el propósito de conocer su trayectoria política y periodística. En tal sentido nos gustaría comenzar preguntándole: ¿cuáles fueron las motivaciones que le inclinaron a usted a estudiar derecho y periodismo?

ACE: Yo nunca estudié periodismo. Solamente estudié derecho. Cuando me gradué de bachiller, aquí no había nada más que tres carreras: derecho, farmacia y agricultura. Me incliné por derecho porque, bueno, yo no tenía espíritu agrícola, ni espíritu científico, soy una persona de letras y el derecho es una carrera de letras, iba más acorde con mi personalidad. Tampoco me visualizaba detrás de un mostrador de una farmacia haciendo recetas; como les dije, no tengo espíritu de agricultor, ni he sido amigo de vivir en el campo, soy muy urbano, muy de ciudad, y derecho era una carrera que me atraía.

DRM-WCC: Don Alberto, ¿dentro de su grupo familiar existía alguna tradición política que los caracterizara?

ACE: En mi familia paterna mi bisabuelo, el General Cañas,2 fue ministro, y anduvo en política hasta que lo fusilaron. Pero no, no ha habido ninguna tradición política, salvo que mi padre, siendo copropietario de una imprenta, en la época de Tinoco, se imprimían ahí los bonos de la revolución, él hacía eso a pesar de que su propio padre estaba metido en el gobierno, era vicepresidente de Tinoco, o no sé qué, pero solamente eso hubo de participación política del lado de mi familia paterna. En mi familia materna si hay. En la familia Escalante sí ha habido mucha más participación política. Por ejemplo, mi bisabuelo materno, don Gregorio Escalante Nava,3 fue diplomático del tiempo de Mora, y fue el diplomático que envió Mora a Perú y a Chile a buscar dinero para sostener la guerra. Fue una figura diplomática, después se retiró. Su hijo, mi abuelo, era muy, muy, muy cercano a don Ricardo Jiménez. Fue el tesorero de las campañas de don Ricardo Jiménez y, en una oportunidad, en el segundo gobierno de don Cleto González Víquez, en 1930, ocupó el Ministerio de Obras Públicas por unos meses. No recuerdo más participaciones políticas. Ahora, Tata Pinto, que era el abuelo de mi bisabuela, fusiló a Morazán, él era como tatarabuelo mío, no sé, pero bueno, nunca fueron políticos. La participación de mi abuelo Escalante en el gobierno de don Cleto fue muy corta porque se enojó y renunció.

DRM-WCC: ¿recuerda usted cuáles profesores y amigos influyeron en su formación política-ideológica?

ACE: Durante mi época de estudiante en el Liceo de Costa Rica influyeron mucho don Isaac Felipe Azofeifa4, don Rafael Obregón5 y don Carlos Monge;6 de Monge fui amigo pero nunca fui alumno de él. Pero los profesores que más influyeron en mi formación política fueron Isaac Felipe y Rafael Obregón. Yo era muy cercano a ellos, me distinguían mucho, de don Rafael Obregón incluso era un poco vecino, lo conocía de antes. Y don Isaac Felipe fue mi profesor en el quinto año de bachillerato, él era el profesor de literatura y siempre impulsó a los estudiantes que se interesaban en su curso. Por ejemplo, a los que estábamos interesados en el curso, creo que éramos cinco o seis, nos reunía y nos invitaba a su casa y nos fue formando, nos fue influyendo. Ahora, desde que ingresé a la Escuela de Derecho me encontré con un grupo de discusión política que, curiosamente, estaba capitaneado por Rodrigo Facio,7 pero que era frecuentado por personajes importantes como don Isaac Felipe y Carlos Monge; Carlos Monge había formado a Rodrigo Facio. Don Isaac Felipe también llegaba con frecuencia a ese grupo de discusión. Recuerdo que eran reuniones semanales para hacer debates y discutir u oír conferencias, pero, es decir, nos preocupaba la situación del país, no veíamos al país bien, sentíamos que la democracia liberal se estaba falseando, pero, en realidad, lo decisivo para nosotros fue el regreso de Brenes Mesén8 a Costa Rica. Yo lo he contado varias veces, pero en mi libro no lo narré con tanto detalle; cuando llegó Brenes Mesén y cogió nuestro grupo y lo mareó, como quien dice, verdad. Realmente nos puso en una tesitura de trabajo por el país. Nos dijo dos cosas: el país está mal y va a caer en manos de ustedes. Don Brenes Mesén dijo eso en la Escuela de Derecho y diez años después nuestro grupo estaba gobernando, indudablemente fue profeta. Es decir, lo que Costa Rica estaba viviendo en 1939 puede explicarse a partir de varias razones. En primer lugar, la guerra civil española y la llegada de Franco al poder, exaltó de algún modo la propaganda pro fascista en Costa Rica, de la cual se quejaron los españoles; los alemanes estaban calladitos; ayudaban los italianos y los españoles; y se creó un contexto «profacistoide» que Brenes Mesén y nosotros detectamos con mucha velocidad. Todo eso nos fue criando, pues formó parte de la coyuntura política que estudiábamos y leíamos, porque éramos muy lectores. Y eso fue formando una ideología, sobre todo cuando Brenes Mesén nos dijo: «no dejen de leer, porque no crean ustedes que en los libros están las soluciones de las cosas. Los libros los van a cultivar, pero no les van a dar ninguna idea sobre lo que pasa en Costa Rica, porque ninguno de esos libros ha estado Costa Rica», y eso fue lo que nos apartó mucho de los marxistas, los marxistas creían que en la biblia marxista ahí estaban todas las recetas, pero después fracasaron en todas partes del mundo por creer que lo que había que hacer era aplicar el evangelio de Marx en vez de buscar soluciones propias para cada país, y fracasaron. Fue el fracaso más grande del siglo XX. A nosotros, por el contrario, Brenes Mesén nos puso a buscar el contacto con la gente, con el pueblo, para ver qué era lo que estaban pensando en los campos y qué era lo que estaban pensando en las cabeceras de cantón, y de qué se hablaba en los mercados los domingos. Y fuimos, entonces, estableciendo contacto con la población para darnos cuenta, primero, que Costa Rica no era San José, era muy importante para el estudiante, porque todos los estudiantes, incluso los que se encapuchan, creen que el mundo es San José. A nosotros, Brenes Mesén nos trasladó por todo el país, pues no por todo el país, porque no había mucho medio de transporte, ir a Limón costaba, había que pagar tiquete de tren y cosas así. Pero por lo menos dentro de los valles centrales, yo digo que, entre San Ramón y Turrialba, nos movimos dentro de lo que pudimos y conversamos con la gente e interesamos a gente de esos lugares para que hicieran lo mismo, y así fuimos haciendo el Centro Para Estudios de los Problemas Nacionales.9

DRM-WCC: Y don Alberto, ¿qué tipo de literatura, ahora que usted comenta sobre el tema, acostumbraban a leer, que resultara determinante?

ACE: Nuestras lecturas estuvieron básicamente basadas en los textos de los fabianos ingleses, los fundadores del Partido Laborista. Leímos mucho, por supuesto, todos los discursos del presidente Franklin Roosvelt, seguíamos de cerca lo que estaba pasando en México con el presidente Lázaro Cárdenas nacionalizando el petróleo. También nos interesaban mucho los textos teóricos como los del peruano Haya de la Torre, a quien leímos muchísimo, posteriormente hicimos contacto personal con él. Además, nos interesamos mucho en el pensamiento del peruano Manuel González Prada, pero eso era más polémica, polémica periodística en Perú, que pensamiento real. Lo que más nos influyó, a nosotros, de Haya de la Torre, fue lo que lo llevó a él a romper con los marxistas, su teoría del espacio-tiempo-histórico, que sostiene Haya de la Torre, que es imposible creer, y absurdo creer que el mundo vive en una época determinada, vivimos en el siglo XX sí, en el siglo XX viven los países desarrollados, pero en África hay países que están en el siglo XII simultáneamente, y Costa Rica, nos decía, Costa Rica está en el siglo XIX, España está en el XVIII, no es siglo XX para todos, y esto nos hizo, también, diferir, nuevamente, del pensamiento marxista, un pensamiento muy cerrado, no admite fisuras, nosotros decimos ¡claro! cómo es posible que los rusos estén aplicando ideas que Marx diseñó para Alemania, que es un país muy desarrollado, mientras Rusia todavía estaba en estado silvestre, entonces, han tenido, los leninistas, que establecer, para el retrasado y casi analfabetizado pueblo ruso, no una dictadura, sino una tiranía que el resto de Europa no habría aceptado, el disparate de ellos fue imponerle, luego, esa tiranía a Checoslovaquia, a Polonia, un fracaso espantoso. Con el muro de Berlín, llegamos a pensar que se estaba realizando, lo que nosotros habíamos pensado de jóvenes, lo que Haya de la Torre nos había puesto a pensar, que cada país vive en su momento y en su época, que lo del siglo XX es una cifra, pero no es una realidad; cómo puede uno creer que en el centro de África están viviendo en el siglo XX, o en el siglo XXI. América Latina llegó a un momento en el que nosotros dispusimos que Costa Rica sí está viviendo en siglo XX, pero que Nicaragua está en el siglo XVIII; cuáles países de América Latina están viviendo en el siglo XX: Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, para nosotros; México todavía estaba tratando de salir del XIX. Entonces, nosotros sentíamos que íbamos adelante y, efectivamente íbamos adelante, pero esto, digamos, todas estas cosas que son producto, primero, de nuestras enseñanzas de Brenes Mesén y luego de nuestro contacto, en libro y personal con Haya de la Torre, nos dio una estructura ideológica muy curiosa. Fíjense un detalle, la socialdemocracia que nosotros hablamos, no tiene una biblia, los marxistas leen El Capital y los neoliberales leen a Adam Smith, ahí está todo, la farmacopea total. La socialdemocracia no es una ideología, la socialdemocracia es una actitud, basada en esto: la actividad productiva, agrícola, comercial o industrial, como usted quiera llamarla, tiene que estar en manos privadas porque el Estado no la puede manejar, El estado debe velar porque el producto de esto se reparta bien entre todos; no es justo que el producto de una empresa, se lo lleve todo el gerente en dividendos y ¿los trabajadores? Entonces, hay que buscar la manera de que el producto nacional se distribuya mejor por medio de impuestos, puede ser; hay distintas maneras de velar por eso, fijando salarios mínimos, empleando sistemas de pensiones, quién lo paga, lo pagan las empresas, lo pagan del producto de las empresas, las ganancias de una empresa no son producto de las veinticuatro horas de labor del gerente, eso es mucha gente; entonces, la socialdemocracia piensa eso, no tiene una biblia, es un pensamiento, que es, por ejemplo, lo que, después de la guerra, instaló Inglaterra con el Partido Laborista y que lo viven actualmente los países escandinavos, que son los países que están más desarrollados en el mundo, aquí, deliberadamente ocultan, ¡ah no, ya ese modelo fracasó ¿fracasó adónde? ¿En qué país ha fracasado ese modelo?, ¿en Inglaterra, en Dinamarca, en Noruega, en Suecia, en Islandia, en Finlandia? ¿Ha fracasado ahí? Entonces, ¿por qué tienen que proclamar que fracasó en Costa Rica? ¿Fracasó en Costa Rica? ¿O lo hicieron fracasar a empujones?

DRM-WCC: Ahora bien, don Alberto, conversemos un poco sobre su incorporación al periódico La República ¿cómo surgió la inquietud de crear el periódico?

ACE: La Junta de Gobierno10 se encontraba aislada, toda la prensa del país, exceptuando La Prensa Libre, estaba abiertamente en contra de la Junta. Don Otilio Ulate11, a pesar de que había firmado un convenio, se dedicó en el Diario de Costa Rica a atacar a la Junta. En su momento, el director y el gerente de La Nación12 y otros tres personajes fuertes de Costa Rica, capitalistas, llegaron a proponerle a Figueres su apoyo, siempre y cuando se derogara el Código de Trabajo. Yo lo oí, a mí no me van a contar ninguna historia, y lo he contado por escrito muchas veces, dando los nombres y apellidos de los que llegaron, sin que nadie me haya dicho que estoy mintiendo porque, además de mí, hay otro testigo que todavía vive, que es Rodrigo Güell que estaba ahí. Figueres les dijo: «miren señores, ahí está la puerta, no tengo que oír los disparates que ustedes están proponiendo, la Junta de Gobierno va a gobernar para el pueblo no para ustedes», al día siguiente estaba La Nación combatiendo la Junta de Gobierno, pero a muerte y a Figueres también. La Nación era una sociedad muy interesante, una sociedad anónima, con quinientas acciones, de las cuales nadie podía tener más de una y en poder de simpatizantes de Figueres había unas sesenta o setenta acciones, entonces, algunos simpatizantes de la Junta de Gobierno empezaron a comprar acciones de La Nación, dado que sólo una persona podía tener una, la compraban pero no inscribía el traspaso en La Nación, eso llegó a tener importancia... hasta que alguien de los que había vendido su acción lo contó y los administradores se dieron cuenta de que los figueristas estábamos adquiriendo acciones y que arriesgaban a perder el control de la empresa; entonces convocaron a una reunión, en representación nuestra fue don Chico Orlich,13 para este momento ya había terminado la Junta de Gobierno y estaba Ulate en el poder. En esa reunión, nos propusieron comprar las acciones que habíamos adquirido, las compramos en cinco mil colones y se las vendimos a diez mil cada una. Así fue como La Nación reformó su estructura, para que ya no fuera una acción per cápita, así se hizo el gran bloque de acciones en poder de la familia Jiménez de la Guardia, de la familia Mendiola, y la Familia Solera, las tres familias que controlan La Nación. porque se hicieron de ese bloque. El dinero de la venta de las acciones lo cedimos al movimiento, pero nos preguntamos: «¿Qué hacemos con esa plata? Pues, montemos un periódico con esa plata». Y, efectivamente, había una buena suma y, entonces, fue así como se empezó a organizar el periódico. Pero un periódico porque necesitamos defensa, necesitábamos darnos a conocer. Miré, nos pasaba lo que le pasa actualmente al PAC, que no hay periódico que cuente lo que hace el PAC. ¿Usted sabe cuántos proyectos de ley presentaron los diputados del PAC en la Asamblea pasada? ¿Saben de alguno? Silencio, verdad; bueno, el figuerismo sufrió ese silencio en los años 48, 49 y 50. Y ya don Mario Echandi14 estaba publicando un periodiquito para su candidatura, entonces, construimos nuestra parte y fundamos el periódico.

DRM-WCC: ¿Y por qué deciden nombrarlo como La República?

ACE: Fue una idea de don Aquiles Bonilla,15 un viejo cafetalero, rico, que fue un constituyente que peleó contra la Junta de Gobierno hasta que, en una crisis, de esas que hubo en el 49, don Pepe lo llamó y le dijo: «coja usted el Ministerio de Seguridad [después del cardonazo] usted que está diciendo tantas cosas en contra nosotros, coja usted el de Seguridad y lo administra», y el viejo aceptó. Y, desde adentro, cambió de ideas y se convirtió en un figuerista más. Era un hombre rico y, además, no tenía nada que perder, no tenía familia, solo tenía sobrinos y cuando murió le dejó todo a ellos. Don Aquiles puso plata encima para fundar el periódico, entonces, dijo: «cuando yo era jovencito, Aquileo Echeverría,16 tenía, aquí, un periódico que se llamaba La República,17 por qué no le ponemos ese nombre al periódico», y bueno a todo mundo le pareció buena idea. 

DRM-WCC: Don Alberto, ¿se cumplieron los objetivos propuestos al momento de la fundación del periódico? 

ACE: Miren, es que, en qué momento se cumplen los objetivos. ¡Cumplir! ¡No, no, no! No, porque no pudimos derrotar a La Nación. Pero logramos que la gente se enterara de lo que estaba pasando; logramos que se diera la importancia de la legislación que alentaba la Junta de Gobierno; es decir, provocamos una discusión seria sobre las propuestas del gobierno de Ulate, que se habían originado en la Junta, como la creación del Banco Central y la Ley de Servicio Civil, que fue un desastre, pero, en fin, estábamos en ese momento conectando. La Nación estaba combatiendo las propuestas de Ulate, cosas que no se avenían con el capitalismo de ellos. Todo eso le permitió a La República ser un periódico que informaba lo que estaba pasando. Por supuesto, los grandes anunciantes se habían convertido en grandes accionistas de La Nación y empezaron a boicotear a todos los periódicos y dar anuncios solo a La Nación. La Prensa Libre, el Diario de Costa Rica, todos esos empezaron a sufrir porque los capitalistas de Costa Rica se dedicaron a anunciarse sólo en La Nación, y esa es una cuestión que todavía persiste, llevamos más de cincuenta años de esta situación. Yo me acuerdo que una vez, en Estados Unidos, al dueño de la tienda Macy’s [sic], le preguntaron que por qué publicaba sus anuncios en el periódico del Partido Comunista y contesta: porque los comunistas también compran ropa. Los comerciantes de Costa Rica dispusieron que los figueristas no comprábamos ropa; no había porqué anunciarse en el periódico que leíamos los figueristas, verdad.

DRM-WCC: Don Alberto, ¿recuerda usted cuáles secciones integraban el periódico en sus primeros años?

ACE: Primero fuimos creando columnillas y cosas así, era un periódico común y corriente, con sus noticias, su sección deportiva, su sección de sucesos y una página editorial donde se publicaban artículos. Era un periódico dentro de la pobreza de medios en que nos movíamos, verdad. Siempre se publicaron las colaboraciones que llamaban. No logramos crear una página de comentarios como las que existen hoy, en primer lugar, porque esas páginas que existen hoy son pagadas, es decir, a los columnistas se les paga. No teníamos con qué pagar colaboraciones y la gente que estaba cerca del periódico, estaba cerca de Figueres, entonces en vez de escribir artículos prefería, dentro de la vieja técnica de 1920, dar declaraciones en primera plana. Costó mucho que la gente se acostumbrara a escribir y firmar, preferían conversar con un redactor y que el redactor les escribiera las declaraciones. Quisimos innovar, queríamos poner a la gente a escribir y crear colaboradores y columnistas, pero para eso se necesitaba plata y nosotros no la teníamos.

DRM-WCC: Y, en su opinión, ¿qué tipo de periodismo caracterizaba a La República?

ACE: Era un periodismo informativo, moderno y serio, tal vez muy influido por el periodismo norteamericano. Yo había estado bastante tiempo trabajando en Nueva York en la Oficina de las Naciones Unidas, y traté de incorporar aquí ciertos trucos y ciertas actitudes e indicios del periodismo norteamericano, que luego se fueron extendiendo en Costa Rica por todos los demás periódicos. Es decir, intenté darles más importancia a los hechos que a las personas en los titulares. Por ejemplo: fulano de tal se robó algo, ¡no! ¡Se robaron plata! Hay que leerla para enterarse quién fue, es un truco. En un asesinato suele anotarse el nombre en el titular, asesinado fulano de tal, pero en el curso de la información se dice, y no de primera entrada, porque eso es lo que la gente va a preguntar. Es un truco periodístico.

DRM-WCC: Don Alberto, para usted, ¿cómo se manifestaba en el periódico la adhesión política de los funcionarios? Y ¿con cuáles figuras del medio político llegó a vincularse siendo director en aquella época?

ACE: El Partido Liberación Nacional se fundó en octubre del 51, cuando ya La República tenía casi un año de estar circulando. Simplemente teníamos una política editorial de defensa de la obra de la Junta y defensa de la nacionalización bancaria, de defensa de la creación del ICE, de defensa de los salarios crecientes, todas esas políticas que en la Junta defendíamos, por supuesto. Para ese momento, ya estaba vinculado con personajes importantes de la política nacional. No tuve que vincularme con nadie más. Yo tenía amistad con don Pepe desde el 44, un poco menos con don Chico Orlich, pero había unidad, a Fernando Valverde18 lo conocía de toda la vida. Es decir, la gente que manejaba el grupo figuerista, esa gente que ya conocía. En ese San José, que no había llegado al millón de habitantes, todos nos conocíamos, es que ahora es muy complicado, ahora yo no conozco al gabinete que va a entrar. Es más, podría haber paraguayos ahí sin que uno no se da cuenta.

DRM-WCC: ¿Cómo recuerda usted el ritmo de trabajo del periódico?

ACE: Miren, todavía era un trabajo mucho más pesado que ahora. En primer lugar, porque no teníamos imprenta, al principio el periódico se imprimía en La Prensa Libre, y había que ir, a medianoche, a revisar, a ver cómo lo estaban haciendo, verdad, no fuera a meter uno las patas; de tal manera que uno llegaba casi a medianoche a la casa. Había que trabajar de noche. Todo eso, después, se fue arreglando, es decir, se fue progresando en la técnica periodista y las maquinarias ya cuando tuvimos el Excelsior yo estaba en la casa a las seis de la tarde, todo quedaba hecho en la tarde. En fin, por ese tiempo, todo era muy a mano. Y armamos un equipo de periodistas jóvenes, de muchachos jóvenes, había, tal vez, algún veterano por ahí, pero preferimos llamar a personas que recién iniciaban en el periodismo. Ahí nació Julio Suñol19 como periodista, ahí nació Cordero Croché, que ya se retiró, nació también como periodista ahí. Es decir, muchos, muchos periodistas actuales, y otros que ya han muerto, se formaron ahí con nosotros, en La República.

DRM-WCC: ¿Cómo llegó a ser la relación de La República con los otros periódicos del momento?

ACE: Exteriormente muy cordial, incluso llegó un momento en el que estábamos en el mismo barrio que La Nación y nos comunicábamos telefónicamente, a pesar de que La Nación estaba en una posición política espantosa, pero, había cierta cordialidad de periódico a periódico. Lo mismo con el Diario de Costa Rica y con La Prensa Libre. No había pleitos de periódico a periódico. Solamente con La Hora sí tuvimos un roce, porque don Otilio puso La Hora en manos de un tipejo que andaba por ahí, un llamado periodista que era un mal bicho y empezó a fustigar a La República hasta que un día se le fue la mano y nos plantamos y le dimos una trapeada que tuvo que salir don Otilio Ulate a defenderlo desde la presidencia.

DRM-WCC: Y don Alberto, ¿cree usted que, en algún momento, llegó a realizarse algún tipo de censura política en el periódico?

AEC: Lo que ustedes llaman censura, es decir, ocultar una noticia, no, nunca hicimos eso. Nunca, nunca ocultamos nada.

DRM-WCC: ¿Una vez consolidado el periódico cómo se organizaron para financiarlo?

ACE: Nunca logró financiarse, porque los anunciantes no nos daban anuncios, no ven que creían que nosotros en La República no comprábamos ropa ni nada. Para enterarnos de lo que vendían las tiendas teníamos que leer La Nación. Siempre tuvimos un capital, pero al final se nos agotó y el periódico pasó a ser, prácticamente, propiedad de don Chico Orlich. Él empezó a financiarlo y, simplemente se convirtió en un periódico de él. Él perdió mucha plata. Don Pepe no, porque don Pepe siempre andaba agarrándolas del rabo, don Pepe siempre estaba endeudado, nunca tenía plata, era un pésimo administrador. Pero don Chico sí, era un hombre muy serio y, obviamente, el periódico llegó a ser controlado por él. Él se hacía cargo de la planilla y todo eso; en aquel momento él era muy rico y pudo hacerse cargo de todo. Pues, nosotros no lo logramos porque no nos daban anuncios. Todo se iba para La Nación, el periódico con más dinero en Costa Rica. También las empresas contribuían con La Prensa Libre y el Diario de Costa Rica, que en aquel momento era el más fuerte. De hecho, las acciones que La Nación nos compró después se las regalaron a las anunciantes, es decir, las agencias de publicidad se convirtieron en accionistas de La Nación. Todo fue una cosa muy inmoral. A La República lo único que le quedó fue tratar de ser un buen periódico, ese era el único modo. Estábamos entrenando un equipo de periodistas jóvenes, muy bueno, que se metían por todas partes, pero claro, la lucha era cuesta arriba. Estábamos peleando lectores con los otros periódicos.

DRM-WCC: ¿A partir de qué momento considera usted que el periódico se empezó a consolidar y a cambiar con respecto a su fundación?

ACE: Cuando lo vendieron, cuando don Chico se lo vendió a Rodrigo Madrigal,20 porque ya don Rodrigo lo tomó como una empresa comercial, La República había sido hasta el momento una empresa política. La República era un periódico que nació para defender la justicia y a Liberación, la justicia primero y después a Liberación. Hasta que llegó un momento en que ya don Chico había dejado la presidencia, como en el año 68, entonces se aburrió y se lo vendió a Rodrigo Madrigal y ya cambió la cosa. Como era un proyecto comercial, luego don Rodrigo se lo vendió a los canadienses. A partir de ese momento ya no era lo mismo, la estructura del periódico cambió por completo. Ustedes pueden verlo, para La República es más importante el nombramiento del gerente de una pulpería que la elección de un presidente. Los gerentes son la primera plana de La República. Es un periódico nada más para inversionistas.

DRM-WCC: Don Alberto, hablemos un poco de su retiro de La República, ¿a qué se debió su salida de la dirección del periódico?

ACE: Porque me emberrinché con don Chico y con Daniel Oduber. Simplemente un día me hicieron algo que no me gustó y me fui, yo soy así. Diay, que yo era un berrinchudo. De muchas partes me he ido sin que me digan que me vaya. Conmigo se fue el subdirector. Un día se reunió la Junta Directiva del periódico decidieron darle una oportunidad a don Carlos Monge de escribir algunos editoriales. Entonces dije: «“¿es que no les gusta los que yo hago?»” ¡Pum! Me levanté y me fui. “¿Para dónde va? ¡Pa mi casa!». Dos años después me llamaron para que yo escribiera editoriales. Yo como director era el responsable legal de los editoriales. Así es que, los editores deben contar con mi visto bueno porque yo soy el responsable legal. Además, si ustedes no tienen confianza en lo que yo pienso, sí creen que yo soy un advenedizo, yo no entré la semana pasada a este movimiento. Yo estuve en el Centro de Estudios hasta el año 40 que se fundó. Y la Junta de Gobierno me dio una posición. Aún más, terminé siendo secretario de la Junta de Gobierno, después de que me mandaron a una posición diplomática, una posición política, que era defender en Nueva York la labor de la Junta de Gobierno, señal de que me tenían confianza; lo que están haciendo ustedes hoy es que ya la perdieron. ¡Buenas noches! ¡Qué dicha! ¡Hoy me voy a acostar temprano!

DRM-WCC: ¿Recuerda usted qué tipo de información privilegiaba La República al momento de publicar?

ACE: Depende. Si había una guerra en Europa, que nunca la hubo, pues eso tenía prioridad. Es que la prioridad de las noticias la da cada día, la noticia de cada día. La de hoy, la más importante de hoy es un asesinato, la más importante de mañana es una guerra, y la más importante de pasado mañana es una ley que dictaron. También, teníamos un suplemento cultural, literario, los domingos, incluso tuvimos un concurso de cuentos que fue un éxito. Era un periódico muy pequeño, no le cabían muchas cosas. Doce páginas diarias, ocho a tamaño grande. No había dónde meter mucha cosa. En ese suplemento cultural publicábamos lo que llegaba. buscábamos cuentos, poesía. No tenía ningún derrotero. Dimos a conocer a Fernando León Aranegui, dimos a conocer a José León Sánchez,21 dimos a conocer a Jorge Debravo.22 Es decir, toda la gente joven que estaba haciendo mérito en ese momento le dimos un espacio.

DRM-WCC: Don Alberto, desde su perspectiva ¿cuál ha sido la evolución de La República a lo largo de estos años?

ACE: La República ha sido un periódico según los dueños que haya tenido. Después de que me fui en el 52 hasta el 68, que fueron 16 años, el periódico ha de haber tenido veintidós directores. Ahí nadie duraba, todos se iban, y ponían a dirigir a gente que jamás había visto un periódico por dentro, como Fernando Volio, como Juan Carlos Solórzano, que nunca han sido periodistas ni habían visto un periódico por dentro. Su único contacto con los periódicos había sido leerlo. Pero es que ya nadie aguantaba la presión del partido político sobre periódico. Todo el mundo reventaba y todo el mundo se iba, creo que casi no hubo dirigente liberacionista en esa época que no fuera director de La República por un día. Una cosa casi ridícula. Y nunca, por eso nunca se logró superar el boicot de las agencias de publicidad y en segundo lugar por «el color».

DRM-WCC: ¿Dónde se formaban los periodistas en Costa Rica, porque fue hasta 1968 que se abre la carrera de Comunicación en la UCR? 

ACE: Aprendían por interés propio, ese fue el caso de Julio Suñol que se vino de Puntarenas y aquí se formó como periodista y empezó a trabajar con nosotros. La gente se metía a trabajar en eso y aprendía, y unos aprendían y otros no aprendían. Ningún periodista de Costa Rica, Otilio Ulate, José Marín Cañas, Rogelio Fernández Güell, Pío Víquez o Joaquín Vargas, pasó por alguna escuela, se hicieron como se hacían los abogados antes de que hubiera escuelas de derecho, sobre la marcha. Unos con más aptitudes que otros. Unos escribían mejor que otros. Otros husmeaban mejor otros, es decir, no había ninguna enseñanza formal. Se empezaron a tratar de formar periodistas, pero el problema es que ya se había llegado a una situación oligopólica del periodismo, es decir, ya en Costa Rica no se podía pensar en abrir un periódico nuevo porque no hay capital para lo que eso significaba. Entonces, teníamos y tenemos que conformarnos a vivir con lo que tenemos. Yo siempre espero que, algún día, La Prensa Libre vuelva a ser el periódico de la tarde, que era el periódico que la gente leía en el bus, cuando iba para la casa. Decidieron hacerlo un periódico de la mañana y lo mataron. Todavía sobrevive, pero no es el periódico que era cuando circulaba en la tarde. Estamos en manos de La Nación, La Extra, y otras cochinadillas que aparecen, pero que no valen la pena, la verdad.

DRM-WCC: Don Alberto, ya para finalizar, ¿cómo definiría usted la relación entre La República y el Partido Liberación Nacional (PLN)?

AEC: Era una relación de hecho. Es decir, los que estábamos ahí éramos del partido político, los dueños, los accionistas eran del partido político, la directiva era gente del partido político; ahí no entraban «izquierdistas». Pero no, no hubo una relación directa, así como que: manda a decir el partido que tal caso, no. La idea era que ahí había gente de confianza, en la que se podía confiar que no iban a meter la pata, y que no iban a decir tonteras, nunca hubo un incidente grande entre el periódico y el partido, por lo menos que yo recuerde. Después de que me fui, dos años después me llamaron para que escribiera editoriales y empecé a escribir, pero luego me fui de Costa Rica y cuando volví, allá por el año 60, estaba Fernando Volio como director de La República. Me llamaron para una cosa expresa; se reunió en Costa Rica una asamblea de la OEA para conocer sobre acusaciones contra el gobierno de Cuba por estar saboteando cosas y contra Fulgencio que había intentado asesinar al presidente de Venezuela, a Rómulo Betancourt. Yo tenía muy buena amistad con los venezolanos, entonces, el grupo de la embajada de Venezuela, me pidió que me convirtiera en una especie de agregado de prensa de la delegación venezolana en la conferencia, fui un intermediario entre la asamblea de la OEA y La República para coordinar las informaciones que se daban sobre lo que estaba ocurriendo ahí. Así empezamos una columnilla que la empecé a redactar con los periodistas que estaban oficialmente en esa rueda de prensa, así nació la columna que se llamó «Chisporroteos de la Conferencia»; trascendió la conferencia y se quedó la columna, y quedó en manos mías, ya para siempre. Esa columna tiene ya 50 años, entonces fue así como me convertí en un colaborador permanente de La República. Aún más, empecé a redactar los editoriales de La República, yo estuve haciéndole, a La República, los editoriales gratis, solo por divertirme. Siempre traté de defender las conquistas socialdemócratas. La defensa de esa política, existía desde Liberación como partido, y luego, a partir del 53, como gobierno, eso enfurecía a La Nación. La República era un apéndice del partido. En ese sentido, tratamos de aplicar toda la literatura que habíamos leído. En eso no hay fórmulas ni recetas. Una vez don Pepe dijo una cosa que, más o menos por ahí anduvo la línea editorial de La República. Don Pepe dijo: —desgraciadamente lo dijo verbalmente a un periodista nicaragüense, yo estaba presente; no se publicó aquí porque él lo habló, nunca lo escribió—, «si ustedes quieren saber dónde está mi política, les voy a decir que está en tres cosas que hicimos en el 48, entre 48 y 49, que son: multiplicar por cinco el salario mínimo, crear el ICE y nacionalizar los bancos con las cuentas corrientes». Esas tres cosas son la misma cosa. Sí. Vean, cuando multiplicamos por cinco el salario mínimo, que los cafeteros dijeron que los iba a arruinar, y yo les hago así, yo tengo un cafetal y no me arruino, les permitimos a los campesinos comprarles zapatos a los niños. Entonces, eso obligó a que en las cabeceras de cantón se abrieran zapaterías y, cómo hacía una persona en esa misión para abrir una zapatería, adónde conseguía plata para abrir una zapatería, en la banca nacional. La banca nacional abrió sucursales en todas partes, y ahí le prestaban plata al señor que necesitaba para poner una fábrica de zapatos. Y cómo funciona la fábrica de zapatos, con electricidad, para eso creamos el ICE, para que hubiera electricidad en todas partes. Entonces, quiere decir que a cada cabecera de cantón el ICE le daba fuerza a una fábrica de zapatos, financiada por la banca nacional, que les permitía a los campesinos comprarles zapatos a los chiquitos, ven. Todo es la misma cosa, decía don Pepe. Todo fue la misma cosa.

Bibliografía

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Fecha de recepción: 10/01/2021 - Fecha de aceptación: 29/12/2021

* Costarricense. Máster en Historia Aplicada por la Universidad Nacional (UNA), campus Omar Dengo, Heredia, Costa Rica. Docente e investigador en la Escuela de Historia de la Universidad Nacional (UNA), campus Omar Dengo, Heredia, Costa Rica.

Correo electrónico: wainer.coto.cedeno@una.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5060-3553

** Costarricense. Máster en Historia Aplicada por la Universidad Nacional (UNA), campus Omar Dengo, Heredia, Costa Rica. Docente e investigadora en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA), Universidad Nacional (UNA), campus Omar Dengo, Heredia, Costa Rica.

Correo: diana.rojas.mejias@una.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2321-3186

1 Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano, Alberto F. Canas: bibliografía (Costa Rica: MCJD, 2005), vii-viii, http://tribunal.colper.or.cr/app/cms/www/PDF/Descargas/Catedra/Biobibliografia_Canas.pdf; Dirección de Cultura, Alberto Cañas Escalante, https://www.dircultura.go.cr/premios-nacionales/cultura/1976/alberto-canas-escalante

2 Nació en Suchitoto, El Salvador, en el año de 1809 y murió en 1860. José María Cañas Escamilla, ingresó muy joven al ejército salvadoreño e integró el Partido Unionista Centroamericano de Francisco Morazán. En 1840, arribó al puerto de Puntarenas, Costa Rica, junto con una comitiva que fue expulsada de El Salvador luego de la victoria del ejército guatemalteco que derrocó a Morazán en 1838. A partir de ese momento, el General Cañas Escamilla permaneció en territorio costarricense. En 1855 Juan Rafael Mora Porras lo nombró Comandante del Departamento de Moracia y durante la Campaña Nacional de 1856-1857 tuvo una participación activa. Rafael Obregón Loría, «Mora y Cañas: su vida y destino», Revista Comunicación, vol. 19, Edición Especial, (2010): 5-16.

3 Encargado de Negocios del gobierno de Costa Rica, responsable del primer convenio bilateral entre Perú y Costa Rica en 1852. Diputado de Puntarenas en los años 1870-1870 y 1884-1886. Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 1999-2000, 92, https://www.rree.go.cr/; Samuel Stone, El legado de los conquistadores. Las clases dirigentes en la América Central desde la Conquista hasta los Sandinistas (San José, Costa Rica: EUNED, 2010), 323.

4 Nació en Santo Domingo de Heredia en el año de 1909. Estudió en Chile entre 1929 y 1934 en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Sus áreas de interés fueron la poesía, la educación y la política. Participó en la fundación del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales y fue Secretario General del ANDE. Fue embajador de Costa Rica en Chile y en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Desde 1943 fue profesor de literatura en la Universidad de Costa Rica (UCR). Su carrera como poeta fue reconocida en 1964, 1969, 1974 y 1984, años en los que se le otorgó el premio Aquileo Echeverría. Isaac Felipe Azofeifa murió el 03 de abril de 1997. Para una revisión detallada de la biografía de Isaac Felipe Azofeifa, consúltese: Carlos Monge, «Contribuciones al estudio de la poesía de Isaac Felipe Azofeifa. Una charla y una biografía selectiva», Revista de Letras, n.o 13-14 (1987): 217-243, https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/letras/article/view/4851; Aurelia Dobles, «La vigilia en pie de vida de don Isaac Felipe», Esta Semana, mayo de 1994, 8-9, http://repositorio.sibdi.ucr.ac.cr:8080/jspui/bitstream/123456789/4680/1/ABIF0053.pdf

5 Nació en 1911 en San José y murió en el 2000. En Costa Rica impartió clases en el Liceo de Costa Rica, Colegio Superior de Señoritas, Colegio Omar Dengo y Colegio Nuestra Señora de Sión en las áreas de cosmografía, matemáticas, geografía e historia; y de geografía e historia en la Universidad de Costa Rica. También se desempeñó como profesor en Canadá, Estados Unidos, Perú, Chile y Nicaragua. Tuvo una filiación masónica que lo llevó a ostentar la denominación de Gran Maestro de la Gran Logia Masónica. Sus principales campos de investigación fueron la historia costarricense del siglo XIX, la campaña nacional de 1856, la masonería y las genealogías de familias alajuelenses. Recibió los premios: Aquileo J. Echeverría (1971), Magón (1979), Fernández Ferraz (1985) del Instituto de Cultura Hispánica y el del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (1997). Rafael Méndez Alfaro y Silvia Molina Vargas (comp.), Rafael Obregón Loría. Serie ¿Quién fue y qué hizo? No.32 (Costa Rica: EUNED, 2010), 1, 3, 4, 12, 15, 20, 22 y 23.

6 Carlos Monge Alfaro nació en el año de 1909 y murió en 1979. Fue fundador y Rector de la Universidad de Costa Rica (UCR). Sus áreas de interés giraron en torno a la Historia, la Geografía y la pedagogía. Este último aspecto fue trascendental en su labor como funcionario de la UCR, ya que impulsó la creación del Centro de Estudios de Generales. Para Monge Alfaro, los Estudios Generales representaron: «estimular primero el desarrollo de la potencialidad de la juventud, segundo afinar sus sentimientos, tercero crear conciencia histórica y social; cuarto impulsar una aptitud de participación en forma gradual y progresiva en el enriquecimiento de una cultura», 28. Alexis Sandoval Vázquez, «Carlos Monge Alfaro. Universidad, Humanismo y Ciencia», Revista Reflexiones, vol. 92, n.o 1 (2013): 23-34, https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/8735/8234

7 Nació en 1917 y murió en 1961. Fue profesor en la Escuela de Derecho y en la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Costa Rica, Secretario General (1945), Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (1947-1952) y Rector (1952-1961) de esta misma universidad. Ejerció como Director de la Sección de Investigaciones Económicas del Banco Nacional de Costa Rica (1948) e integró las comisiones redactoras de la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica (1949) y de la Constitución Política (1948). También fue miembro de la Junta Directiva del Banco Central y diputado de la Asamblea Nacional Constituyente (1949). Realizó estudios sobre economía costarricense, legislación bancaria y monetaria, entre otros; escribió en las revistas Repertorio Americano y Surco. Eugenio Rodríguez Vega, Rodrigo Facio. Serie ¿Quién fue y qué hizo? No. 29 (Costa Rica: EUNED, 2006) 31, 33, 34, 37, 44 y 55.

8 Roberto Brenes Mesén nació en el año 1874 y murió en 1947. En 1897 obtuvo el Bachilleraro y el título de Maestro Normal en el Liceo de Costa Rica, certificación que le permitió impartir lecciones en instituciones como el Colegio San Luis Gonzaga, en la provincia de Cartago. Además, fue profesor en el Colegio de Señoritas, en el Liceo de Costa Rica y fue director de la Escuela Normal de Costa Rica. Entre 1919 y 1939 se desempeñó como profesor en las Universidades de Columbia y Syracuse en los Estados Unidos de Norteamérica. Fue director de La Prensa Libre y fundó la revista La Aurora. La principal preocupación intelectual de Brenes Mesén fue la educación, sus planteamientos al respecto significaron un punto de quiebre en el sistema educativo costarricense, ya que sostuvo el carácter humanista del educador y postuló, además, que la educación debe trascender la generación de conocimientos., Editorial Costa Rica, Roberto Brenes Mesén, https://www.editorialcostarica.com/escritores.cfm?detalle=1439 Véase, también: María Carvajal, «Roberto Brenes Mesén: visión de la cultura y educación en la Costa Rica de principios del siglo XX», Revista Herencia, vol. 22, n.o 2 (2009): 13-28.

9 Organización de jóvenes intelectuales (1940), socialdemócrata, anticomunista y opositoria a la oligarquía liberal, enfocada en el estudio de realidades costarricenses y con una activa participación en los debates de la época. Estuvo integrada por profesionales de la Universidad de Costa Rica como Roberto Brenes Mesén, Carlos Monge Alfaro, Isaac Felipe Azofeida y Rodrigo Facio, entre otros. Llegaría a ser una de las bases del Partido Social Demócrata (1945) y posteriormente del Partido Liberación Nacional (1951). Su principal medio de difusión fue la revista Surco. Guillermo Miranda Camacho, «La fundación del Partido Liberación Nacional y el origen del proyecto educativo socialdemócrata en Costa Rica. Una aproximación hermenéutica crítica», Revista de Ciencias Sociales, n.o 130 (2010): 186-188, https://www.redalyc.org/pdf/153/15321318012.pdf; Eugenio Rodríguez Vega, Rodrigo Facio. Serie ¿Quién fue y qué hizo? No. 29 (Costa Rica: EUNED, 2006) 31, 33, 34, 37, 44 y 51-52.

10 La Junta Fundadora de la Segunda República fue un gobierno transitorio que administró la política y economía de Costa Rica entre el 08 de mayo de 1948 y el 08 de noviembre de 1949. El equipo de gobierno estuvo liderado por el ingeniero Santos León Herrera, quien se encargó de organizar y convocar a nuevas elecciones populares, una vez cumplido el plazo de 18 meses acordado en el denominado Pacto Ulate-Figueres. Óscar Castro Vega, Fin de la Segunda República. Figueres y la Constituyente del 49 (San José, Costa Rica: EUNED, 2007).

11 Nació en 1891 y murió en 1973. Fue presidente de Costa Rica de 1949 a 1953, bajo la candidatura del Partido Unión Nacional y director del Diario de Costa Rica. Después del conflicto armando de 1948, firmó con José Figueres Ferrer el pacto Ulate-Figures, en el que una Junta gobernaría el país durante 18 meses y crearía una Asamblea Nacional Constituyente. Una vez transcurrido este tiempo, Ulate retomaría la presidencia. Eugenio Rodríguez Vega, Rodrigo Facio. Serie ¿Quién fue y qué hizo? No. 29 (Costa Rica: EUNED, 2006), 36.

12 Periódico de Costa Rica desde 1946.

13 Nació en 1907 en San Ramón y murió en 1969. Fue presidente de Costa Rica de 1962 a 1966, bajo la candidatura del Partido Liberación Nacional. Integró el ejército de Liberación Nacional durante el conflicto de 1948 y en el gobierno de Figueres se desempeñó como Ministro de Obras Públicas. Asamblea Legislativa, Francisco José Orlich Bolmarcich, http://www.asamblea.go.cr/ca/Expresindentes%20de%20Costa%20Rica/Forms/DispForm.aspx?ID=14

14 Nació en 1915 y murió en el año 2011. Fue Presidente de la República entre 1958 a 1962. Fue el fundador de entidades como el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO), la Ley de Desarrollo y Fomento Industrial, el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SNAA) e inició con la construcción del Banco Central de Costa Rica. Asamblea Legislativa, Mario Echandi Jiménez, http://www.asamblea.go.cr/ca/Expresindentes%20de%20Costa%20Rica/Forms/DispForm.aspx?ID=30

15 Integrante de las sesiones preparatorias de la Asamblea Nacional Constituyente de 1949 y miembro del Partido Unión Nacional. Ministro de Seguridad Pública durante la administración de Otilio Ulate Blanco. Asamblea Legislativa de Costa Rica. Actas de la Asamblea Constituyente de 1949. Tomo I. (Costa Rica: EUNED, 2008), 1 y 7, http://www.asamblea.go.cr/sd/Otras_publicaciones/Actas%20Asamblea%20Nacional%20Constituyente%201949%20Tomo%20I.pdf

16 Nació en 1866 y murió en 1909. Trabajó en distintas revistas y periódicos nacionales como La República, Costa Rica Ilustrada y El Comercio, entre otros. En 1889 colaboró con Rubén Darío en el periódico La Unión de El Salvador. Editorial Costa Rica, Echeverría Aquileo J., https://www.editorialcostarica.com/escritores.cfm?detalle=1012

17 Puede referirse al matutino La República (1886), a cargo de Juan Vicente Quirós. Biblioteca Nacional, La República, http://www.sinabi.go.cr/biblioteca%20digital/periodicos/La%20Republica.aspx#.X9kShdhKiM8

18 Diputado de Costa Rica en el período 1962-1966 por el Partido Unión Nacional. Asamblea Legislativa, Fernando Valverde, http://www.asamblea.go.cr/sd/Diputados_desde_1949/Forms/DispForm.aspx?ID=162 

19 Nació en Puntarenas en 1932 y murió en el 2011. Periodista, abogado y diplomático costarricense. En el campo del periodismo, se desempeñó como director de periódicos —El Diario de Costa Rica, La Hora, La Palabra de Costa Rica y La República), jefe de redacción —La República, La Prensa Libre, La Prensa de New York—, jefe de la Sección Editorial, de Información y columnista —La Nación—, corresponsal —International New Service y Associated Press—, profesor —Universidad de Costa Rica y Universidad Autónoma de Centroamérica—, co-fundador del Colegio de Periodistas, presidente de la Asociación de Periodistas de Costa Rica y miembro de la Junta de Asesores de la Universidad Internacional de Florida. Fue galardonado con el premio nacional de periodismo Pío Víquez (1995). Editorial Costa Rica, Julio Suñol, https://www.editorialcostarica.com/escritores.cfm?detalle=1072; Julio Suñol, La Rosa de los vientos: relatos, crónicas de viajes, libros y autores (Costa Rica: ECR, 1998), contraportada.

20 Político y abogado costarricense. En el campo del periodismo, fue director del Diario de Costa Rica, de La República y miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa. Asamblea Legislativa, Rodrigo Madrigal Nieto, http://www.asamblea.go.cr/ca/Presidentes%20de%20la%20Asamblea%20Legislativa/Forms/DispForm.aspx?ID=138

21 Nació en 1929 en Grecia. Es un escritor costarricense, con una amplia publicación en cuento, novela y teatro. Galardonado con el Premio Nacional de Literatura Aquileo Echeverría, el Premio Nacional de Cultura Magón, los Juegos Florales, entre muchos otros. Dirección de Cultura, José León Sánchez, https://www.dircultura.go.cr/premios-nacionales/cultura/2017/jose-leon-sanchez

22 Nació en 1938 y murió en el año 1967. Es considerado, hasta la fecha, como el poeta costarricense más importante. Sus primeros poemas fueron publicados en el periódico El Turrialbeño. Editorial Costa Rica, Jorge Debravo, https://www.editorialcostarica.com/escritores.cfm?detalle=993

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