N.º 87 • Enero - Junio 2023
ISSN: 1012-9790 • e-ISSN: 2215-4744
DOI: https://dx.doi.org/10.15359/rh.87.8
Licencia: CC BY NC SA 4.0

sección costa rica

El ideario político-social de los trabajadores en la Hoja Obrera, 1909-1912

The Political-Social Ideology of the Workers in the Hoja Obrera, 1909-1912

O ideário político-social dos trabalhadores na Hoja Obrera, 1909-1912

Sonia Angulo Brenes*

Resumen: El artículo propuesto reconstruye el ideario político-social de trabajadores, hombres y mujeres, a partir de una de las publicaciones obreras más importantes para el período en estudio: Hoja Obrera. Desde este periódico, se identifican y analizan las ideas de los obreros y obreras sobre la desigualdad social, la organización y la unión obrera, la política, la patria y el patriotismo, la formación de un partido obrero y la definición de sí mismos. A través de una metodología basada en el estudio de los distintos números de Hoja Obrera, en el período entre 1909 y 1912, se concluye la diversidad de ideas sobre estos temas y el sincretismo de sus influencias políticas, entre ellas el liberalismo, el socialismo y el anarquismo, así como su mirada crítica ante concepciones como la patria y el patriotismo.

Palabras claves: trabajadores; pensamiento; desigualdad social; política; historia; partido político.

Abstract: The article rebuilds the socio-political ideology of workers, men and women, from one of the most important worker publications for the period studied: the Hoja Obrera Journal. Workers’ ideas from this period are identified and analyzed; they are related to social inequality, the worker organization and union, politics, homeland and patriotism, the establishment of a work party, and its definition of workers. Through a methodology based on the study of the Hoja Obrera publications between 1909 and 1912, it concludes the diversity of ideas about these topics and the syncretism of their political influences, among them liberalism, socialism, and anarchism, just as its critical look before conceptions like the homeland and patriotism.

Keywords: workers; thinking; social inequality; politics; history; political party.

Resumo: O artigo proposto reconstrói a ideologia sociopolítica dos trabalhadores, homens e mulheres, com base em uma das mais importantes publicações operárias do período em análise: Hoja Obrera. Deste jornal, são identificadas e analisadas as ideias de trabalhadores e trabalhadoras sobre desigualdade social, organização e sindicato dos trabalhadores, política, pátria e patriotismo, formação de um partido de trabalhadores e definição de si mesmos. Através de uma metodologia baseada no estudo das publicações da Hoja Obrera, no período entre 1909 e 1912, concluímos a diversidade de ideias sobre esses temas e o sincretismo de suas influências políticas, entre elas o liberalismo, o socialismo e o anarquismo. Assim como sua visão crítica de concepções como a pátria e o patriotismo.

Palavras chaves: trabalhadores; pensamento; desigualdade social; política; história; partido político.

Introducción

El 17 de octubre de 1909 aparece por primera vez la publicación Hoja Obrera, un periódico vinculado a la Sociedad de Trabajadores y dirigido especialmente hacia las personas trabajadoras,1 en el cual escribían tanto obreros e intelectuales como, en algunos de los artículos, mujeres.2

En el periódico, que constaba de cuatro páginas, se retrataban y exponían reflexiones, opiniones, argumentos y análisis sobre la situación nacional en términos de su vínculo con los intereses de los grupos obreros, pero también con cuestiones más generales del contexto. De tal manera que dicha publicación representaba un acervo importante de las ideas político-sociales del período estudiado.

Entre tanto, como expone Mario Oliva Medina,3 de 1909 a 1914 aparecen intereses conjuntos de los diversos grupos trabajadores y su identificación en contra de otras clases sociales, con una elevación de la conciencia y culminando con la creación de la Confederación General de Trabajadores en 1913. Además, se identifican varias influencias políticas y culturales que influyen de manera directa o indirecta en dichos grupos de trabajadores: el liberalismo proveniente del siglo XIX, el socialismo con sus diferentes expresiones y el anarquismo.4 Estas tres influencias ideo-políticas se expresaban en los diferentes autores y artículos publicados en la Hoja Obrera.

Por lo anterior, analizar a profundidad las ideas de las personas trabajadoras a través de este medio de comunicación es una forma de reconstruir qué pensaban sobre ser obreros y su concepción sobre la cuestión social, la conformación de la organización y el llamado a la unión obrera, su relación con la política tradicional representada por los partidos políticos conservadores y liberales,5 así como la discusión que sostuvieron sobre los conceptos de patria y patriotismo.

El propósito del artículo es reconstruir el ideario político y social desde una fuente en particular: Hoja Obrera, pues se constituye en uno de los periódicos obreros más importantes del período. A partir de esta revisión de dicho semanario, el análisis se centró en la comprensión de las personas trabajadoras e intelectuales sobre el obrero, la clase y el movimiento obreros, y la discusión sobre las contradicciones de clase a través de la lectura de la cuestión social. Su necesidad de unión y organización obrera tanto nacional como centroamericana, especialmente con organizaciones de El Salvador.

También se considera la propuesta de la formación de un partido político obrero y su crítica a la política liberal, en algunos casos. Para finalizar con algunas anotaciones sobre la discusión de patria y patriotismo.

Para la reconstrucción de estas ideas, se trabajó a través de una metodología basada principalmente en la revisión de la Hoja Obrera,6 desde su primera publicación hasta el 8 de abril 1912 cuando uno de sus editores más importantes, Octavio Montero, deja de serlo, para un total de noventa y cuatro ejemplares analizados. Los criterios de selección de dicho período remiten a tres: el primero, el surgimiento de la Sociedad de Trabajadores y de la publicación del periódico, el segundo es el cambio de administrador y editor por parte de Hoja Obrera en 19127; en este sentido, el estudio se centra en la edición de José María Jiménez «17 de octubre de 1909 a 24 de abril de 1910» y Octavio Montero «22 de mayo de 1910 a 8 de abril de 1912». Y el tercer criterio es la aparición del periódico La Aurora Social el 9 de julio de 1912, el cual significó una postura más beligerante en la organización obrera nacional y centroamericana.8 Cada uno de los periódicos analizados implicó una lectura pormenorizada, que incluyó un total de 125 ejemplares en el período en estudio.

Para iniciar este recorrido, es necesario caracterizar brevemente a la Sociedad de Trabajadores y al periódico Hoja Obrera, para comprender su importancia en la conformación de la organización obrera y su influencia ideo-política en la clase obrera del período estudiado.

La Sociedad de Trabajadores y el periódico Hoja Obrera

La Sociedad de Trabajadores9 surge con la finalidad de apoyar la unión obrera, centrándose principalmente en fortalecer los valores de honestidad, puntualidad y honradez y erradicando los vicios y las «malas costumbres».10 Contaba, como la mayoría de organizaciones obreras de ese período, con un fondo para socorros mutuos,11 y su propósito como se lee en el artículo 2 de los estatutos era «mejorar la condición del obrero despertando en sus miembros el hábito de la economía y cultivando el sentimiento de fraternidad».12

Posteriormente, la asociación a lo largo de 1909 y 1912 va a cambiar esta finalidad para centrarse con mayor fuerza en la importancia de la organización obrera. Sin embargo, sus inicios contienen una propuesta más centrada en el individuo y en la higienización de las personas obreras, con una suerte de intereses liberales13 que también cambian a lo largo del período. Tal cual lo exponen algunos obreros en una carta dirigida a la Sociedad de Trabajadores:

Hemos sabido que algunos obreros han organizado la «Sociedad de Trabajadores» con el objeto de mejorar la condición del obrero «despertando en sus miembros el hábito de la economía y cultivando el sentimiento de fraternidad». También sabemos que la Sociedad no pertenece á [sic] ningún bando político ni profesa religión determinada y que sus miembros están en libertad para profesar ó [sic] no cualquier credo político ó religioso.14

Así, en algunas de sus publicaciones se expone que no poseen vínculo con ningún partido político;15 sin embargo, a lo largo de las páginas de Hoja Obrera, debido a la diversidad de las personas autoras, según sea el caso se establece un mayor o menor vínculo con el gobierno del presidente Ricardo Jiménez Oreamuno.

La Sociedad poseía un local propio, el cual servía para las reuniones de la organización, diversas conferencias dirigidas hacia los obreros y conmemoración de acontecimientos nacionales; además tenían una pequeña biblioteca16 y constantemente llamaban a las personas trabajadoras a instruirse y leer tanto textos científicos o filosóficos como poesía y novelas sociales. Su estructura se basaba en una junta directiva que conglomeraba varios gremios de trabajadores, cuyo presidente durante el período de estudio, es decir, 1909-1912, fue Ruperto Sáenz.17

Asimismo, manifestaba un carácter unionista hacia los países centroamericanos, especialmente a partir de la realización del Primer Congreso Centroamericano, organizado por la Sociedad Federal de Obreros de San Salvador, en 1911, en el cual participaron los representantes obreros de Guatemala, Honduras, Costa Rica y El Salvador y establecieron como finalidad la creación de un Congreso Supremo Centroamericano de Obreros.18 Otro de sus intereses constantes era el llamado a que las mujeres trabajadoras pudieran ser parte de la asociación; véase por ejemplo en Hoja Obrera del 6 de marzo de 1910 cuando, a partir de una solicitud de varias obreras para ingresar en la Sociedad, el autor denominado simplemente Miguel les responde brindándoles la bienvenida:

A vosotras, obreras, cuyas palpitaciones del corazón van unísonas con las nuestras, pues ambas lleváis cansancio, ambas lleváis melancolía. A vosotras, obreras, que ayudáis á pesar de vuestra debilidad de sexo19 á tirar de la carga, obligadas por el mismo hado fatal: la miseria. […] Parece que algunas de vosotras lo habéis comprendido al enviar á esta Sociedad de Trabajadores20 la solicitud para ingresar como socias. Esta Sociedad os recibe con los brazos fraternalmente abiertos.21

Esta preocupación de la Sociedad por el vínculo con las mujeres trabajadoras se expresa en el período estudiado; aun así, no se identifican muchas actividades que conlleven a este objetivo. Solamente en Hoja Obrera, en la cual llamaban a la colaboración y la apertura de una breve sección para la escritura de las mujeres y la colaboración de ellas en la organización para el primer Congreso Centroamericano Obrero ya mencionado.

La Sociedad poseía como publicación la Hoja Obrera, la cual no solo expresaba los intereses de la organización sino en general de la intelectualidad y de los distintos obreros que colaboraban con dicho periódico. Se declaraba representante y defensora de la clase obrera; así lo describe un autor con el seudónimo Deogracias:

Demasiado sabemos los obreros de este oscuro taller, que los golpes de nuestros martillos son la nota disonante en ese apacible concierto con que la prensa servil arrulla las siestas de sus protectores.

En el modesto salón de este pequeño hogar, siempre tibio por la fraternidad que nos une á los que dentro de él moramos, no hay sitio para las fotografías de los que luego recompensan con dinero y con sonrisas la adulación rastrera que un gacetillero de los de á docena se encargó de consignar junto al cliché.

Aquí no enamoramos á los bandidos, ni aplaudimos sus hazañas.

Los pillos son nuestros adversarios.

¿Cómo queríais entonces que esta HOJA22 pasara por el escritorio de los potentados ó de los exquisitos?23

Sin embargo, a pesar de dicho pronunciamiento, el periódico defendía su diversidad de intereses ideo-políticos, pues también se declaraba como una «tribuna amplia de ideas»24 tales como el liberalismo o el reformismo, en el cual se exponía la unión de las clases sociales. Asimismo, conforme se fue desarrollando también evidenció con mayor fuerza tendencias más cercanas al socialismo25 y al anarquismo. Estas últimas suscitaron ataques principalmente de la Iglesia católica.26

La Hoja Obrera inició su publicación, como ya se indicó, en 1909 y finalizó el 8 de mayo de 1914 con 210 números. Su tiraje fue semanal en la mayoría del tiempo de su divulgación, y su financiamiento se generó a partir de anuncios comerciales y compra de los periódicos a suscripción, lo que desembocó por momentos en algunas situaciones económicas difíciles y la no continuidad del periódico por períodos.27 La responsabilidad de su organización se encontraba en el administrador y en el editor, los cuales durante 1909 a 1914 cambiaron tres veces, como se observa en el cuadro 1.

Cuadro 1. Administradores y editores del periódico Hoja Obrera, 1909-1914

Período

Primer período

Del 17 de octubre de 1909 al 24 de abril de 1910

Segundo período

Del 22 de mayo de 1910 al 8 de abril de 1912

Tercer período

Del 21 de mayo de 1912 a 8 de mayo de 1914

Cantidad de publicaciones

25 números

69 números

116 números

Administrador

Gregorio Soto,

Artesano y exregidor municipal. Durante 1910 fue secretario de la Sociedad de Trabajadores.28 Con tendencia al liberalismo social.29

Lesmes Sáurez,

Delegado obrero en el Primer Congreso Obrero Centroamericano30

Ruperto Sáenz, Presidente de la Sociedad de Trabajadores31

Editor(es)

Juan Elías Hernández,32 estuvo poco tiempo como editor y en 1909 fue secretario de la Sociedad de Trabajadores, de tendencia anarquista.33

José María Jiménez, en 1909 segundo vocal de la Sociedad de Trabajadores.34

Octavio Montero,35 barbero, prosecretario de la Sociedad de Trabajadores en 1911.36

Guillermo Casasola

Fuente: Elaboración propia de acuerdo con Hoja Obrera y José Julián Llaguno Thomas, Vivir la idea: cultura política anarquista en Costa Rica en la década de 1910 (Heredia, Costa Rica: EUNA, 2021).

Cada una de estas administraciones y editores plasmó sus ideas en la publicación de los periódicos de forma diferente, y entre ellos, como se evidenció en el cuadro anterior, poseían diferentes tendencias políticas, aun cuando todos tenían una adscripción al Centro de Estudios Germinal37 y, como detalla José Julián Llaguno, eran «obreros intelectualizados».38

Finalmente Hoja Obrera se separa de la Sociedad de Trabajadores en 1913,39 y con la creación de la Confederación General de Trabajadores (CGT) en ese año y su designación de La Aurora Social como su órgano oficial, pierde su base social obrera.40

Específicamente, en el período estudiado de publicación de Hoja Obrera se pueden identificar varias características:

La organización del periódico: Se estructura en cuatro páginas, entre las cuales la primera o la última página estaban destinadas a anuncios comerciales sobre barberías, zapaterías, sastrerías, cervecerías, tintorerías y servicios como el pulido de bolas de billar.

Epígrafes: A partir de la edición del 22 de mayo de 1910, se empiezan a colocar en la parte superior del periódico epígrafes de diferentes autores y autoras con diferentes temas. En esta edición el primero que aparece es Juan Ferrer, hermano del anarquista Francisco Ferrer.41

Secciones: En el periódico se encontraba una serie de secciones, no establecidas como tales, pero fácilmente identificables; se trataba de los editoriales, los artículos de opinión, y especialmente llama la atención el impulso a la poesía y a los cuentos, tanto de autores nacionales como internacionales.

Autores: La mayoría de los escritores de los artículos eran hombres. Se identifican 45, entre ellos obreros e intelectuales tales como Arístides Rodríguez, Amado Chaverri, Constantino Albertazzi, Guillermo Casasola, Gerardo Matamoros, José María Zeledón, José María Jiménez, José Albertazzi, Lesmes Sáurez, Mateo Albertazzi, Octavio Montero, Raúl Salazar Álvarez y Víctor Manuel Rojas.

Autoras: En cuanto a las mujeres que escribieron en el periódico, fueron Mercedes Oreamuno, Aurelia Méndez y Ángela Baroni.

En general, la publicación de la Hoja Obrera representa las diversas tendencias ideo-políticas del período en estudio y expone en sus artículos diferentes preocupaciones sobre la clase obrera costarricense y centroamericana. De allí la amplitud de temas, preocupaciones y conceptos escogidos para ser discutidos por obreros, obreras e intelectuales en el período en estudio.

La visión de los obreros desde los obreros

En las diferentes discusiones y preocupaciones expuestas en la Hoja Obrera, una de las más cuestionadas desde argumentos diferentes eran las preguntas implícitas de ¿quiénes eran los obreros? y ¿cuáles eran sus principales características?

Las respuestas a estas interrogantes varían de un expositor a otro. Así, se encuentran las vinculadas a la emancipación del obrero frente al capital, como también las más idealizadas en su concepción. En cuanto a las formas de exposición, se encuentran artículos de opinión, poemas42 y discursos.

Entre las principales características discutidas, sobresalen: primero, su autodenominación como «obreros» constantemente a partir de su relación con el trabajo, segundo, una relación directa entre obreros-lucha y obreros-pueblo, tercero, la identificación de la contraposición de clases, y cuarto, la necesidad de instruirse y exponer sus ideas. Es importante señalar que los epítetos utilizados para designarse son variados, y van desde «pueblo», «los oprimidos», «los desheredados» y «trabajadores» —utilizado como sinónimo de «obreros» —hasta «los peones» —escalón más bajo de los obreros—.

Asimismo, esta designación es vinculada con la clase obrera, caracterizándola a partir de quienes la conforman y de su condición salarial, de la siguiente manera: «están los peones "los verdaderos parias que ocupan el último peldaño— á estos por término medio se les paga ₡1 […]. Los artesanos propiamente dichos —carpinteros, albañiles, herreros, relojeros, tipógrafos, etc.— tienen un sueldo más crecido, pongámosles como promedio ₡3 […] el obrero en Costa Rica gana ₡2,43 es decir se determina que esta clase está conformada por artesanos, obreros y peones y hay quién en algunos artículos señalan que los agricultores también forman parten de la clase obrera».44

En las concepciones de obreros que se presentan a lo largo de la publicación se encuentran las vinculadas con miradas idealizadas, llamándoles «héroes» y comparándolos con Prometeo o Sansón, y remitiéndose a un perfil de un hombre física y espiritualmente perfecto. También se vincula a la clase obrera con la miseria y con su lucha hacia mejores condiciones de igualdad y justicia, como estandarte del progreso social y como parte de un futuro más promisorio. Léase por ejemplo lo escrito por Otoniel Flores sobre la clase obrera: «ella es para mí, palanca del progreso universal y bajo de tal concepto reclama mi admiración, como admirador perpetuo que soy del adelanto y engrandecimiento de los pueblos».45 Tanto los obreros como los intelectuales veían en estos una oportunidad de «un nuevo hombre» instruido y luchador.

En algunos textos se presenta al obrero como un deber ser, es decir, con un conjunto de características que le hacen «perfecto». Por ejemplo, Pedro Jiménez46 habla de que el obrero es sobrio, instruido, laborioso, tolerante, respetuoso, infatigable, «héroe del progreso», entre otros adjetivos que evidencian una preocupación moral sobre el ideal que la sociedad manejaba de estos.

Todas estas ideas también se ven reflejadas en los epígrafes utilizados en la Hoja Obrera; así, se cita a Lev Tolstói con lo siguiente: «Obreros os quejáis y sin embargo la salvación está en vosotros»47 o a Karl Marx con el texto «La emancipación del obrero, viene del obrero mismo»,48 evidenciándose una confianza en las posibilidades analíticas, culturales, políticas y sociales de la clase obrera para superar sus condiciones. Algunas de estas comprensiones se transcriben en el cuadro 2.

Cuadro 2. Diversas comprensiones de lo que son los obreros desde los obreros e intelectuales en la Hoja Obrera, 1909-191249

Comprensión

Autor

Año y tipo de documento

«Son los héroes del trabajo y del pensamiento. Ellos que construyen los suntuosos edificios donde el burgués se recrea con lo que no le pertenece. Ellos, los cimentadores del decantado progreso de las naciones; ellos, repito son los que tienen derecho á hablar muy alto, á sancionar y no otorgar con su tácita humildad que se le restrinja y someta á la triste y miserable condición de esclavos de pensamiento».50

Lesmes Sáurez, obrero, administrador de la Hoja Obrera 1910-1912.

1909

Artículo de opinión

«Vosotros los conscriptos viriles del trabajo;

vosotros los audaces atletas soberanos,

pacíficos y fuertes, robustos, siempre sanos,

que hacéis temblar el rostro con bárbaro destajo».51

Raúl Salazar Álvarez

1909

Poema

«Sois la verdad del símbolo del histórico Prometeo. Sois Sansón maniatado. Domináis todas las fuerzas, vencéis los obstáculos todos y, sin embargo, una fuerza incomprensible y un gran obstáculo os separa de la tierra prometida».52

Sin autor

1910

Editorial

«el obrero que empieza á quitarse la venda que cubría sus ojos para ver un rayo de luz: la luz del sol de la igualdad á que ha de alumbrar á todos el día que suene la hora en el reloj de la justicia y despierte esas manos aletargadas en el sueño de la ignorancia».53

Firmado bajo el seudónimo «Galfe»

1910

Artículo de opinión

«El pueblo, la clase baja, componen los artesanos y, para hablar más general, los trabajadores material é intelectualmente».54

Firmado bajo el seudónimo «Vérula»

1910

Artículo de opinión

«Harapiento y demacrado le viste en las mañanas marchar á su trabajo, y en las tardes volver "aunque iluminado su rostro por una sonrisa de satisfacción" a pasos tardos, á su triste morada».55

José Albertazzi Avendaño, joven escritor, maestro normal y periodista56

1910

Cuento

[Sobre el obrero] «Vive tranquilo en medio de la libertad, que respira á todo pulmón y en perpétua [sic] zozobra cuando reprimidos sus derechos, sacude con violencia el yugo opresor, y á su diestra se ha visto siempre rendida la fuerza de los tiranos».

Otoniel Flores

1911

Artículo de discusión

Fuente: Elaboración propia a partir de las publicaciones de Hoja Obrera.

Las comprensiones de ser obreros se entrelazan con idealizaciones tanto de lo que es ser obrero como también del trabajo,57 con preocupaciones del deber ser en conjunto con inquietudes higienistas de su instrucción y de la superación de los vicios, principalmente el alcoholismo;58 pero al mismo tiempo se concibe a la sociedad imbricada en una contradicción de clases, en la cual se define claramente qué es el capital y quiénes son las clases sociales con mayor riqueza, exponiéndose como solución la constitución de los obreros como productores libres y la necesidad de la organización obrera como la forma de lucha para mejorar sus condiciones y generar igualdad, con la finalidad del surgimiento de un movimiento obrero.59 En estas concepciones sobre la esencia de ser obrero, como se evidencia, se ofrece una lectura con tendencias más liberales con fuertes rasgos moralistas e higienistas acompañada con algunos atisbos de una interpretación socialista.

Reflexiones sobre la organización y unión obrera

Ante las condiciones singulares de vida y de trabajo de los obreros y las obreras en el período en estudio, quienes escriben en la Hoja Obrera proponen soluciones para contrarrestar dichas situaciones; una de las expuestas fue la organización y, por tanto, la unión obrera.

Esta propuesta se enmarca en un momento de surgimiento de organizaciones obreras tanto nacionales como centroamericanas, después del desaparecimiento de la Liga de Obreros en 1901, y posee su punto cúlmine con la realización del Primer Congreso Obrero Centroamericano. Por esto, la unión y la organización se identifican como medios fundamentales para superar la miseria y pobreza que viven, llamar a cuentas a los gobernantes, apoyarse y socorrerse mutuamente y propiciar mayor justicia e igualdad.60

La pregunta que surge es: ¿cómo los obreros concretizan este llamado de organización y unión obrera? Por un lado, a través específicamente de la Sociedad de Trabajadores y, por otro, por medio de la instrucción y educación obreras;61 de allí el interés de la asociación de propiciar constantes espacios desde escuelas nocturnas o de oficios, conferencias y hasta la lectura de novelas y otros textos. Los propios obreros analizaban las causas de la constante desintegración de sus organizaciones, y remarcaban estas:62

La escasez de personas idóneas para liderar; por esto era necesaria la educación e instrucción.

El manejo inadecuado de fondos.

La constante intervención de líderes de los partidos políticos y el vínculo de los obreros con la política partidaria, es decir, la utilización de estos para los intereses políticos.

El individualismo e indiferencia de las personas trabajadoras ante su situación y ante la unión.

Tendiente a contrarrestar estas causas, cada vez que se realizaba un llamado a la unión se conjugaba con dos elementos morales: el primero la fraternidad y solidaridad entre ellos y, por tanto, el alejamiento del egoísmo, y el segundo la superación de vicios.63 Véase por ejemplo el llamado que realiza José María Jiménez: «debemos prescindir de ese egoísmo que nos aniquila, debemos prescindir de los vicios, que roen nuestra salud, que arruinan nuestros bolsillos y lo que es peor, que aniquilan nuestra raza y mancillan nuestro honor».64

La organización obrera en sus primeras expresiones se fundamentaba en el higienismo social y moral de los trabajadores, en la unión como un deber, en el aprendizaje de oficios como un medio y en una lectura funcionalista, en la cual las personas son vistas como un organismo social homogéneo y que busca su bienestar común.65

Sin embargo, en el periódico también se presentan otras voces que, si bien poseían como punto de vista algunos de estos elementos expuestos, fueron más críticas y analizaban el contexto histórico. Como muestra, véase lo expuesto por Constantino Albertazzi en su artículo titulado «Campanazos»,66 en el cual analiza el por qué los trabajadores no cambian sus condiciones de vida, detallando las condiciones de trabajo y la injusticia, pues aunque trabajan casi toda su existencia, al final no les queda ni siquiera para el mantenimiento de su prole, además de su escasa instrucción y sus pocas oportunidades.

Algunas ideas de esta interpretación sobre la organización se discuten en un artículo titulado «La Unión se impone»,67 que se publica en cuatro entregas y su autor, denominado Miguel, expone sus puntos de vista. No solamente exhorta a la unión, sino que realiza una crítica a las organizaciones obreras costarricenses y a los obreros, quienes, a pesar de tener conocimiento sobre esta necesidad, no se unen como deberían. Además, se analiza el porqué de la unión obrera desde una lectura materialista alejada de las concepciones idealistas anteriormente analizadas, en la cual esta unión es necesaria en tanto hay condiciones de trabajo urgentes de cambiar y derechos laborales por los cuales luchar más allá del salario; por ejemplo, este argumento:

Con mucha frecuencia vemos en los periódicos desgracias ocurridas al obrero: que un albañil se cayó del andamio; un carpintero que se cortó con la azuela; un carpintero que por una distracción se amputó un dedo, etc., etc. […] sería largo, interminable la lista de obreros «MÁQUINAS DE EXPLOTACIÓN» que son víctimas del trabajo, esto sin contar los que quedan en el arroyo, porque han sido despedidos por el patrón, los enfermos y los que mueren dejando una viuda con varios hijos; hijos que van á ser carne de galera.68

Asimismo, Miguel expone dos aspectos poco discutidos: por un lado, la relevancia de internacionalizar la organización y la lucha obrera, colocando como ejemplo a los países europeos y, por otro lado, la unión de las obreras con los obreros y entre ellas ante las condiciones de explotación. Su llamado es el siguiente:

Costureras, pureras, obreras de fábricas, obreras al servicio doméstico, etc., etc., ¿habéis meditado si vuestras fuerzas alquiladas al patrón o patrona van en justa relación con el ínfimo salario que ganáis? ¿Habéis pensado alguna vez si de vuestras fuerzas se hace un robo cruel? Las fuerzas de la mujer no son remuneradas ni tomadas por lo menos en cuenta, más aún, conocemos muchos que se dan taco de honrados y no pagan a las criadas y cocineras.69

Este aspecto de la condición del trabajo de las mujeres obreras es cuestionado en varios espacios del periódico; sin embargo, en el período estudiado solo se encuentran atisbos de este interés en la unión entre hombres y mujeres. Con un tono más radicalizado un obrero, Ramón Alvarado,70 expone la necesaria relación entre organización y revolución, esta última vista como la única oportunidad de libertad para los trabajadores. Por su lado, Orlando Ríos71 habla de la emancipación de la clase obrera. Dos concepciones enlazadas a tendencias políticas socialistas y con rasgos de anarquismo.

Un último elemento sobre la unión es el llamado hacia la organización obrera centroamericana, impulsada principalmente por El Salvador y Costa Rica con la idea de conformar una Confederación, aunque se analizaba con mucha preocupación la situación política de los demás países centroamericanos, en los cuales la represión hacia los obreros era común.72 Esto se evidenció en lo ocurrido en el Primer Congreso Centroamericano.

La organización y la unión obrera son aspectos fundamentales para los trabajadores; sin embargo, su comprensión varía de acuerdo con lecturas más moralistas y iusnaturalistas a discusiones más colectivas con algunos acercamientos a las ideas socialistas, las cuales se expresan con mayor fuerza en la comprensión de la cuestión social.

Repensando la cuestión social

Francisco Arias, el 31 de octubre de 1909, al realizar una descripción de la vida cotidiana de los obreros, escribía en Hoja Obrera:

El sonido del riel anunció las cinco de la tarde; los obreros del taller se aglomeraron á la ventanilla por donde se veía al otro lado, sentado el patrón, arrugando la frente y sacando las cuentas de los salarios, y á pesar de que le quedaba una inmensa utilidad, y aunque él comprendiera que explotaba vilmente a los trabajadores, todavía hubiera querido explotarlos más [...].73

Este extracto reflejaba las preocupaciones de los obreros por su situación y particularmente por la desigualdad de condiciones que sufrían entre aquellas clases que poseían dinero y quienes no, y manifestaban una inquietud por la llamada «cuestión social», a través de la búsqueda no solo de soluciones tales como la promulgación de legislación laboral,74 sino evidenciando las diferentes situaciones por las que pasaban obreros y obreras. Así, por ejemplo, véase la denuncia que realiza F.W.E sobre la disparidad de salarios entre las costureras y los sastres.75

La situación de los obreros y obreras permitía cuestionar a la sociedad costarricense y evidenciar la diferenciación de clases en varios aspectos,76 tales como la forma en que la justicia respondía hacia los delitos de las clases privilegiadas frente a los de los obreros, la opinión de la prensa frente a cada una de las clases sociales, la desigualdad en salarios y las condiciones de trabajo, los accidentes laborales, las condiciones de salud y de vivienda. Es decir, se evidenciaban desigualdades en una Costa Rica que se asumía como un solo pueblo, en el que parecía que no existían estas diferencias. Como detalla Aurelia Méndez: «entre el rebozo, el pañolón y el abrigo media un abismo de prejuicios tontos como entre la chaqueta y el saco. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo los vanos privilegios? ¿Hasta cuándo el traje será la carta abierta que diga del hombre más que el talento, más que la virtud?».77 Asimismo, Manuel Rodó identificaba cuatro clases sociales: las más pauperizadas, la proletaria, la media y las privilegiadas, todo esto desde una mirada subjetiva y centrándose en los rasgos de la personalidad, con una lectura maniqueísta, en la cual se idealizaba al obrero y se criticaba a las demás clases, como se ejemplifica en la figura 1.

Figura 1. Definición de clases sociales por Manuel Rodó en Hoja Obrera

Fuente: Elaboración propia, de acuerdo con Manuel Rodó, «Nuestras escalas sociales», Hoja Obrera (30 de agosto de 1910), 3.

En este sentido, muchas de estas ideas precisas o imprecisas sobre la «cuestión social» y la división de las clases, así como su preocupación por la lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo, fueron asumidas a partir de una serie de referentes tanto anarquistas como socialistas78 que se leían y se exponían en Hoja Obrera, tales como Juan Grave, Juan Ferrer, Soledad Villafranca,79 el ruso Piotr Kropotkin o la influencia de Karl Marx. Así como de los novelistas Émile Zola, Víctor Hugo y Joaquín Dicenta, en quienes se destaca la influencia de Lev Tolstói. En el caso centroamericano y costarricense se identificaba a Alberto Masferrer, José María Zeledón, José Albertazzi y Octavio Montero.

Especialmente sobre la cuestión social, las referencias más encontradas refieren a una influencia socialista, la cual es compleja y no está libre de un sincretismo con otras formas de pensamiento, tales como el cristianismo,80 el liberalismo y el anarquismo. Las ideas expuestas fueron las siguientes:

La concepción del trabajo desde una perspectiva de reproducción social del género humano, que determina las relaciones sociales y la explotación del capital sobre el trabajo.81

La denuncia de la desigualdad social y las condiciones injustas de reproducción de su existencia como obreros. La identificación de las contradicciones de clase.82

La constitución de una sociedad socialista justa, equitativa, con una generación de riqueza igualitaria y con los recursos necesarios para cada persona83, es decir, la universalización de los medios de producción.

La fraternidad y solidaridad asentadas en las ideas socialistas y en la posibilidad regeneradora de la clase obrera.84

En algunos artículos se establece como solución el socialismo para la superación de la cuestión social. Se asume como una forma de lograr ese «obrero nuevo» instruido y organizado que necesitaba la sociedad; así lo expone Mateo Albertazzi: «Llámese socialismo aquella forma de idea humana que progresa día por día, hora por hora, aquella idea que madurada, discutida, perseguida, tiende á educar las masas trabajadoras por medio de la instrucción y de la organización, a una vida más civil de la que hoy tienen».85

Todo esto produce que las ideas de estos obreros e intelectuales sobre el socialismo se vean, en algunos momentos, como una religión, expresándose en frases como «Cristo es socialista», «¡Viva el socialismo que es la religión de los trabajadores!»,86 o con posiciones anticlericales, cambiándole su sentido; véase por ejemplo un texto que aparece el 30 de agosto de 1910 en Hoja Obrera, traducido del semanario La Campana de Gracia:87

Creo en un Marx, padre organizador,

creador del socialismo internacional,

gracias a él, el pueblo es una gran fuerza;

creo que fue secundado por obra de los internacionalistas

y que fue hijo de Luisa Michel;

creo que sufrió bajo el poder del clero y del capital,

que fue crucificado, muerto y sepultado víctima de impuestos

y contribuciones inicuas. Descendió a la ignorancia,

pero se unifican las leyes del mejoramiento.

Sus representantes están sentados á la izquierda del Parlamento

de donde vendrá tarde o temprano el juicio de los pobres contra los ricos.

Creo en el Socialismo, en la santa madre «Casa del pueblo socialista», en la

organización de los obreros, en la supresión de los esbirros,

en la resurrección de la proletariado,

en la idea eterna, amén.88

En este sentido, la discusión de la cuestión social no solo se imbricó con elementos propios del contexto histórico, sino también con las diferentes tendencias políticas del período, especialmente con un socialismo sincrético, que les permitió abrigar esperanzas de una sociedad más justa y de un obrero y obrera más instruidos.

Breves anotaciones sobre política, patria y patriotismo

Una constante preocupación por parte de los trabajadores fue la política expresada en tres aspectos: 1- el apoyo o no de los gobernantes a los intereses obreros, especialmente Ricardo Jiménez, 2- la discusión sobre la necesidad de formar un partido propio de los trabajadores y 3- la crítica a los partidos políticos tradicionales.

Este último tema es una de las cuestiones más discutidas, pues no siempre las posiciones eran homogéneas,89 aunque tendencialmente la propuesta era alejarse de estos partidos y que el voto obrero fuera para el obrero, con la idea de que alcanzaran un espacio en el Parlamento a través de la organización de un partido político obrero.

Su concepción sobre la política partidaria poseía relación especialmente con las experiencias pasadas, en las cuales se utilizaba a los obreros para la obtención de votos y posteriormente no se tomaba en cuenta sus intereses,90 como se expone en el periódico del 27 de febrero de 1910:

Ningún campo tan propicio para apreciar mejor los abusos de los privilegiados como el de la política; es en él, que hay que verlos haciendo derroche de sus habilidades: discursos briosos, preñados de frases enardecedoras, entusiasmos que rayan en el delirio, proclamación de doctrinas y defensa de los derechos del pueblo, con el cual están identificados, confundidos «en esas oportunidades» y por cuyos intereses abogan, ajustando su argumentación con la mímica de sus estudiados gestos, gritando contra la tiranía y las injusticias del poder, revueltos con las víctimas mientras se llega al triunfo; y después….¡ah! después, la cosa varía, la decoración se cambia, ellos suben, y el pueblo, el pueblo objeto de sus adulaciones durante la lucha se queda abajo, conformándose, si quiere, y si no también, con lo que tengan á bien disponer sus mentores, sea bueno ó malo; y es que entre nosotros, la República, las doctrinas democráticas, los derechos del pueblo y todas esas mentiras políticas tienen la vida fulgurante y periódica de las luchas eleccionarias, y los gobiernos que de ellas surgen son siempre iguales y seguirán siéndolo, mientras los obreros unidos y organizados no se resuelvan á formar partido político aparte […].91

La crítica se dirige a todo lo que representan los partidos políticos, en algunos explícitamente hacia la República, la democracia, la patria y el patriotismo, conceptos instrumentales a los intereses políticos contrapuestos a los de los obreros y los cuales se utilizaban para manipularlos a través de promesas. Por esto analizaban como soluciones viables ante su situación, por un lado, la participación política de los obreros desde el Congreso y, por otro lado, la necesaria instrucción para obtener los conocimientos y ser críticos. Pues, según señala Miguel el articulista, los obreros son excesivamente ingenuos con la política partidaria:

Los hombres que verdaderamente adoran la política con amor platónico son los obreros. Estos sí que, ó no tienen una concepción más clara de hasta dónde llega el practicismo ó son menos corrompidos. Son amores ingenuos los del obrero por la política; su candorosidad le hace creer en ideales; digiere mecánicamente las artimañas que en biberón de oro le sirve esta aventajada Pitonisa. Mientras los obreros están con el biberón y creyendo en promesas y más promesas, pasó la política, pasaron los hombres y quedan sin puesto en la mesa de reparto.92

De esta afirmación se dilucida la crítica no solo a la política partidaria sino a aquellos obreros que siguen creyendo en dicha política y que son parte de los partidos políticos tradicionales. Sin embargo, estas posiciones más «radicales» generaron crítica en los mismos obreros, quienes expresaron que «HOJA OBRERA93 hace mala política; que perjudica el estatuo [sic] quo del Partido Republicano atentando contra su disciplina».94

Ante estas posiciones se expresaba con más fuerza el interés de formar un partido propio,95 el cual debería poseer ciertas características96 tales como estar conformado por obreros cultos, hacer justicia ante la corrupción de los partidos, tener principios morales, trabajar con fuerza para lograr sus ideales y ser incorruptible. El llamado fue constante con la finalidad de intervenir en el gobierno y ser críticos ante la imposición de las clases privilegiadas y la religión.97 Se ve como una posibilidad el ser parte del Parlamento, pero no solamente esta medida, sino también fortalecer la unión y solidaridad entre ellos.

La crítica a la política, por tanto, no es solo por sus resultados sino también por las formas en que se manipula a los obreros para participar en ella; de ahí que la reflexión se asuma también para las concepciones de patria y patriotismo, utilizadas para atraer a los obreros a la política o para culpabilizarlos por su poco amor a la patria. Debido a esto se realiza un llamado vehemente a reflexionar sobre estas conceptualizaciones en distintos artículos del periódico.

Raúl Salazar Álvarez, escritor asiduo de Hoja Obrera, es lapidario: «diré que “la patria” no existe para los pobres y subyugados, siendo ésta una figura puramente fantástica con que se designan pedazos de tierra donde los hombres son esclavos á las órdenes de otro, y explotados sin consuelo»,98 pues se designa a la «patria» como la defensa del territorio de un país que, según el escritor, los obreros no tienen. Esta posición también se lee en otro artículo, en el que se razona así: «La nación donde nacimos la llamamos nuestra patria, y en realidad ¿qué es patria? Un girón de tierra cuya extensión territorial está á capricho del más fuerte y por eso vemos “patrias” que estiran y encogen de acuerdo con la fuerza y ambición del vecino que tenga».99

Esta misma idea es reafirmada por José Albertazzi cuando, en un cuento titulado «Patria», dedicado a Gonzalo Sánchez Bonilla,100 retrata la vida de Silvio, un trabajador del cual dependían su hermana y su madre hasta que, en un momento en que se estaban enlistando hombres para la defensa del territorio, este fue llevado por la ley para la «defensa de la patria», donde encontraría su muerte. Así, en una reflexión de Silvio, él se pregunta:

¿Con cuál derecho me arrancan del taller que produce mi sustento? ¿Qué van á apoderarse de un pedazo de la patria? Pero si yo no tengo patria, tengo sólo el cariño de mi madre y de mi hermana. Que vayan a combatir aquellos que están cegados por egoístas localismos, los que creen en patrias. ¿Qué importa que la frontera esté aquí ó este allá?101

Se presenta un cuestionamiento a la patria, y en tanto desde el punto de vista de los obreros esta es un concepto vacío,102 al igual que el patriotismo «el cual es asumido como el alma de la política y el mal que hace que existan las guerras»,103 se llama a los obreros a superar estas falsedades con la instrucción y la educación, pues con la justificación del patriotismo se siguen protegiendo los intereses de las clases privilegiadas.

En este sentido, la crítica realizada por parte de los obreros e intelectuales a la cuestión de la política partidaria y a los conceptos de patria y patriotismo refleja un acercamiento a un pensamiento crítico, aunque no homogéneo, pues queda claro, por el llamado insistente que hacen, que muchos obreros no coincidían con estas ideas.

Conclusiones

La Sociedad de Trabajadores y la Hoja Obrera coadyuvaron a la expresión de las ideas y a la organización de la llamada clase obrera, pues en el período de estudio se convirtieron en una plataforma para la reflexión y discusión sobre las posibilidades de una incipiente clase social que, como expone Mario Oliva Medina,104 se alejaba de posturas más liberales y se abocaba a influencias del socialismo y el anarquismo, lo que generó un sincretismo en sus diferentes análisis.

En este sentido, la identificación de lo que era ser obrero se vinculaba a una combinación de ideas y tendencias políticas las cuales, por un lado, idealizaban la figura del obrero y, por otro, lo diferenciaban de las demás clases; especialmente llama la atención su interés en deslindarlo de los desempleados u otras clases empobrecidas. Sin embargo, también les permitieron a los obreros ser críticos con su condición como personas explotadas, marcadas por experiencias materialmente paupérrimas.

De ahí su interés en fortalecer la unión y la organización obrera, a través de constantes llamados de reflexión sobre su importancia y sobre la solución a muchas de sus problemáticas sociales y políticas, en un contexto histórico en el cual empezaban a proliferar asociaciones obreras costarricenses y centroamericanas. Se destacó el impulso del Primer Congreso Obrero Centroamericano, que reavivó el interés por la internacionalización de la solidaridad obrera.

Todos estos intentos se verían reflejados en el interés que se evidenció en Hoja Obrera por discutir la cuestión social como aquella condición contradictoria entre las clases más privilegiadas y las proletarias, definiendo las diferentes consecuencias en la vida cotidiana de estos últimos como la miseria. De ahí que sea una discusión entrelazada con un conjunto de ideas principalmente socialistas y con algunos atisbos anarquistas, que impulsaron obreros identificados con tales teorías provenientes de influencias francesas, españolas, rusas y centroamericanas. En este caso, véase por ejemplo el peso de las ideas de Lev Tolstói en estas reflexiones, y en general de la llamada comúnmente «novela social».

Finalmente, la crítica a los partidos tradicionales, los cuales habían utilizado a los obreros para obtención de votos, es un rasgo que aparece en las diferentes publicaciones estudiadas, y de allí su interés en la formación de partidos propios. Esta misma reflexión de la política les conllevó también el análisis de qué se entiende por «patria» y «patriotismo», los cuales se conceptualizan como expresiones vacías que utilizan las clases más privilegiadas para manipular a los obreros. En síntesis, en el período de estudio se identifica un ideario político-social incipiente y, en muchos casos, ingenuo, pero les permitió a los lectores de Hoja Obrera ser críticos con su situación como clase social.

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Vérula. «Salarios», Hoja Obrera, 27 de febrero de 1910.


Fecha de recepción: 24/02/2022 / Fecha de aceptación: 05/07/2022
* Costarricense. Doctora en Historia por la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Costa Rica. Investigadora y docente de la Escuela de Trabajo Social y del Centro de Investigaciones Históricas en América Central (CIHAC), ambos de la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Costa Rica. Correo electrónico: sonia.angulobrenes@ucr.ac.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8097-5710

1 Hoja Obrera, «Nuestro Saludo», 17 de octubre de 1909, 1.

2 En el período analizado se destacan tres escritoras: Mercedes Oreamuno, «Colaboración femenina. Impresión», Hoja Obrera, 30 de setiembre de 1910, 3; Aurelia Méndez con tres artículos, a saber: «Se acercan las fiestas», Hoja Obrera, 9 de noviembre de 1910, 2; «Colaboración femenina. Contrastes Sociales», Hoja Obrera, 14 de noviembre de 1910, 2; y «El Jugador», Hoja Obrera, 8 de noviembre de 1910, 3. Finalmente, Ángela Baroni, «Discurso pronunciado por la señorita Ángela Baroni en la reunión verificada por la Sociedad de Trabajadores el martes 26 del corriente», Hoja Obrera, 28 de setiembre de 1911, 3.

3 Mario Oliva Medina, Artesanos y obreros costarricenses, 1880-1914 (San José, Costa Rica: EUNED, 2006), 211-212.

4 Cada una de estas tres expresiones ideo-políticas provenía de los países europeos industrializados e influyó, en muchos casos, de forma simultánea en el pensamiento de las personas trabajadoras costarricenses.

5 Recuérdese que en el período en estudio el gobierno costarricense estuvo presidido por Cleto González Víquez (1906-1910) y Ricardo Jiménez Oreamuno (1910-1914); Iván Molina Jiménez y Steven Palmer, Historia de Costa Rica: breve, actualizada y con ilustraciones (San José, Costa Rica: EUCR, 2011).

6 El artículo no pretende brindar un panorama general de las influencias ideo-políticas de la clase trabajadora, sino más bien particular, con base en una fuente específica como lo es un periódico obrero. Ello implica comprender una forma de comunicación y divulgación del pensamiento de la época pero, al mismo tiempo, al limitarse a una de ellas, es necesario proseguir con el cuadro completo del análisis, a través del entrecruzamiento con otras fuentes fundamentales del período.

7 Como se verá en el siguiente apartado, el periódico tuvo tres momentos con diferentes administradores y editores. Asimismo, según expone Mario Oliva, a partir de 1913 el periódico la Hoja Obrera cambió su rumbo y se vinculó estrechamente con la política partidaria. Oliva Medina, Artesanos y obreros…, 177-178.

8 La Aurora Social marcó con mayor beligerancia las voces obreras y anarquistas con mayor fuerza: «esta publicación fue la palabra oficial de la organización obrera más importante del país, así como un referente de articulación de algunos gremios y líderes en la región centroamericana». José Julián Llaguno Thomas, Vivir la idea: cultura política anarquista en Costa Rica en la década de 1910 (Heredia, Costa Rica: EUNA, 2021), 146.

9 El nombre que aparece en los estatutos es el de «Sociedad Federal de Trabajadores de la República de Costa Rica»; sin embargo, en el artículo se utiliza la versión abreviada «Sociedad de Trabajadores», por ser la que se utiliza comúnmente en la Hoja Obrera como en los artículos presentados. Hoja Obrera, «Estatutos», 19 de diciembre de 1909, 4.

10 Gregorio Soto, «Sociedad de Trabajadores», Hoja Obrera, 17 de octubre de 1909, 1.

11 Hoja Obrera, «Estatutos», 19 de diciembre de 1909, 4.

12 Ibíd., 4.

13 Llaguno Thomas, Vivir la idea…, 145.

14 Pedro Muñoz, Alejandro Chacón, Rubén Muñoz, Santiago Patiño, León Pereira y José Joaquín Torres, sin título, Hoja Obrera, 31 de octubre de 1909, 2.

15 Hoja Obrera, «Aclaración», 31 de octubre de 1909, 4 y Miguel, «Nuestra labor», Hoja Obrera, 20 de marzo de 1910, 2.

16 Hoja Obrera, «Campo Obrero. Sociedad de Trabajadores», 9 de noviembre de 1910, 2.

17 Hoja Obrera, «Directiva de la Sociedad de Trabajadores», 17 de octubre de 1909, 4.

18 Hoja Obrera, «Viaje de la Legación obrera a El Salvador», 29 de noviembre de 1911, 2 y 3 y Hoja Obrera, «Labores prácticas del Primer Congreso Obrero Centroamericano», 18 de diciembre de 1911, 1 y 2.

19 En el texto se lee un interés por el ingreso y unión con las obreras, pero también una perspectiva con tintes despectivos de su constitución como trabajadoras, colocándose en la tradicional y conservadora dicotomía entre hombre-fuerte y mujer-débil.

20 Cursiva del original.

21 Miguel, «Adelante!», Hoja Obrera, 6 de marzo de 1910, 2.

22 Mayúscula en el original.

23 Deogracias, «Notas al aire», Hoja Obrera, 14 de julio de 1910, 2.

24 Octavio Montero, Amado Chaverri y Lesmes Sánchez, «Rumbo de amplitud. Un paso más - Hoja Obrera bisemanal», Hoja Obrera, 5 de setiembre de 1910, 2.

25 Véase por ejemplo la edición del 9 de enero de 1910, en la cual responden al periódico La Información de su acusación de ser un periódico socialista, confirmando esta adhesión. Hoja Obrera, «La Información», 9 de enero de 1910, 2 y 3.

26 Un ejemplo de esta situación es el citado en la edición del 5 de setiembre de 1910, en la cual se expone que el sacerdote José del Olmo en San Joaquín de Heredia previene a sus fieles de la condena celestial si leen Hoja Obrera. Hoja Obrera, «Empeños vanos», 5 de setiembre de 1910, 3.

27 Lesmes Sáurez y Octavio Montero, «Renacimiento», Hoja Obrera, 7 de agosto de 1911, 1.

28 Hoja Obrera, «Notas y comentarios», 24 de octubre de 1909, 2 y Hoja Obrera, «Directiva de la “Sociedad de Trabajadores”», 23 de enero de 1910, 2.

29 Llaguno Thomas, Vivir la idea…, 23.

30 Hoja Obrera, «Congreso de obreros. Nombramiento de Delegados al Congreso Obrero Centroamericano», 10 de octubre de 1911, 3.

31 Hoja Obrera, «Directiva de la Sociedad de Trabajadores», 17 de octubre de 1909, 4 y Hoja Obrera, «Directiva de la “Sociedad de Trabajadores”», 23 de enero de 1910, 4.

32 En el caso de Juan Elías Hernández, su período como editor fue del 17 de octubre de 1909 hasta el 13 de febrero de 1910.

33 Hoja Obrera, «Directiva de la Sociedad de Trabajadores», 17 de octubre de 1909, 4 y Llaguno Thomas, Vivir la idea...

34 Hoja Obrera, «Directiva de la Sociedad de Trabajadores», 17 de octubre de 1909, 4.

35 Ruth Cubillo citando a Luis Ferrero expone la influencia de las ideas krausistas en Octavio Montero, Pobreza y desigualdad social en la narrativa costarricense, 1890-1950 (San José, Costa Rica: EUCR y Editorial Costa Rica, 2020), 108 y 109.

36 Un Socio, «La Conferencia en la Sociedad de Trabajadores. Nueva directiva. Se proyecta un paseo», Hoja Obrera, 5 de febrero de 1911, 3 y Llaguno Thomas, Vivir la idea…, 193.

37 Llaguno Thomas, Vivir la idea...

38 Ibíd., 253.

39 Véase, por ejemplo, el número 146 de Hoja Obrera del 24 de abril de 1913, en el cual ya no aparece su vínculo con la Sociedad de Trabajadores sino que se adjudican ser un periódico independiente. Hoja Obrera, 24 de abril de 1913, 1.

40 Oliva, Artesanos y obreros costarricenses…, 177-178.

41 Juan Ferrer, sin título, Hoja Obrera, 22 de mayo de 1910, 1.

42 Véase por ejemplo el poema de Raúl Salazar Álvarez titulado, «¡Salve obreros!», en el cual idealiza a los obreros como aquellos hombres fuertes, sanos, ingeniosos y luchadores. Raúl Salazar Álvarez, «¡Salve obreros!», Hoja Obrera, 26 de diciembre de 1909, 4.

43 Vérula, «Salarios», Hoja Obrera, 27 de febrero de 1910, 3.

44 Un agricultor, «Trabajemos y unámonos», Hoja Obrera, 24 de octubre de 1910, 3.

45 Otoniel Flores, «La voz de la ciencia», Hoja Obrera, 13 de enero de 1911, 4.

46 Pedro Jiménez, «Participación de los obreros centroamericanos en la unión social (Colaboración)», Hoja Obrera, 21 de enero de 1911, 2 y 3.

47 Lev Tolstói, sin título, Hoja Obrera, 28 de setiembre de 1911, 1.

48 Karl Marx, sin título, Hoja Obrera, 28 de setiembre de 1911, 1.

49 La negrita de todos los textos es propia.

50 Lesmes Sáurez, «Los Obreros», Hoja Obrera, 31 de octubre de 1909, 2 y 3.

51 Raúl Salazar Álvarez, «¡Salve obreros!», Hoja Obrera, 26 de diciembre de 1909, 4.

52 Hoja Obrera, «Evangelios», 6 de agosto de 1910, 2.

53 Galfe, «Por los oprimidos», Hoja Obrera, 20 de febrero de 1910, 4.

54 Vérula, «Salarios», Hoja Obrera, 27 de febrero de 1910, 3.

55 José Albertazzi Avendaño, «Campo literario. Lo de siempre», Hoja Obrera, 30 de junio de 1910, 3.

56 Llaguno Thomas, Vivir la idea…, 59.

57 Sobre este punto, véase por ejemplo lo expuesto en uno de los artículos de Alberto Cortés cuando expone que el trabajo es necesario para dignificar a la persona trabajadora y que, para que esto suceda, es necesario sufrirlo. Alberto Cortés, «De Santa Bárbara para los jornaleros», Hoja Obrera, 14 de agosto de 1910, 3.

58 Hoja Obrera, «Evangelios», 6 de agosto de 1910, 2 y Alejandro Montero, «De una vez», Hoja Obrera, 21 de noviembre de 1909, 2 y 3.

59 Luis Raúl, «El deber del obrero», Hoja Obrera, 22 de mayo de 1910, 2; Octavio Montero, «Las injusticias de siempre», Hoja Obrera, 31 de octubre de 1910, 2; Un obrero, «Ideas para el futuro», Hoja Obrera, 9 de enero de 1910, 1; y M. Cartín, «¡Acudir! Que ya es tiempo de estar unidos todos los trabajadores», Hoja Obrera, 9 de enero de 1910, 2.

60 Francisco Arias, «Busquemos nuestro adelanto», Hoja Obrera, 24 de octubre de 1909, 4.

61 M. Cartín, «¡Acudir! Que ya es tiempo de estar unidos todos los trabajadores», Hoja Obrera, 9 de enero de 1910, 2.

62 F.W.E, «La unión obrera es una necesidad», Hoja Obrera, 21 de noviembre de 1909, 2; Octavio Montero, «Unión Obrera», Hoja Obrera, 12 de diciembre de 1909, 3; y Miguel, «La Unión se impone», Hoja Obrera, 6 de junio de 1910, 1.

63 F.W.E, «La unión obrera es una necesidad», Hoja Obrera, 21 de noviembre de 1909, 2; Octavio Montero, «Unión Obrera», Hoja Obrera, 12 de diciembre de 1909, 3; y Un artesano, «Orientación obrera», Hoja Obrera 19 de diciembre de 1909, 2.

64 J.M.J.H, «A los obreros», Hoja Obrera, 19 de diciembre de 1909, 2.

65 Véase por ejemplo la mirada de P.M.M., de la Unión de Obreros de El Salvador, el cual escribe: «Reconocida como base la fraternidad, ó sea el amor recíproco, en toda asociación que tiene por mira el bienestar y mejoramiento de la condición moral de sus asociados, debemos reconocer, como consecuencia lógica, la igualdad entre ellos, sin más distinción que la que deben dar en toda sociedad bien constituida las virtudes ó el talento unido á las virtudes. Miembros de un solo cuerpo social, los asociados son como miembros de un cuerpo humano, su bienestar debe hacerse común, y es común en sus ideales y sentimientos». P.M.M, «Plumadas», Hoja Obrera, 6 de febrero de 1910, 4.

66 Constantino Albertazzi, «Campanazos», Hoja Obrera, 14 de julio de 1910, 3; y Constantino Albertazzi, «Campanazos», Hoja Obrera, 30 de julio de 1910, 2.

67 Miguel, «La Unión se impone», Hoja Obrera, 6 de junio de 1910, 1; Miguel, «La Unión se impone (II) cont.», Hoja Obrera, 14 de junio de 1910, 2; Miguel, «La Unión se impone (III)», Hoja Obrera, 22 de junio de 1910, 2; y Miguel, «La Unión se impone. Final (IV)», Hoja Obrera, 6 de julio de 1910, 2.

68 Miguel, «La Unión se impone», Hoja Obrera, 6 de junio de 1910, 1.

69 Miguel, «La Unión se impone. Final (IV)», Hoja Obrera, 6 de julio de 1910, 2.

70 Ramón Alvarado, «Una carta», Hoja Obrera, 24 de setiembre de 1910, 1.

71 Orlando Ríos, «Campo obrero. Por los obreros», Hoja Obrera, 14 de noviembre de 1910, 2.

72 Véase por ejemplo el texto escrito Víctor Manuel Rojas, «Unión Centroamericana», Hoja Obrera, 30 de octubre de 1911, 1.

73 Francisco Arias, «Realidades», Hoja Obrera, 31 de octubre de 1909, 2.

74 Manuel Ugarte, «Algunas bases para una legislación obrera», Hoja Obrera, 28 de noviembre de 1909, 1.

75 F.W.E, «El taller general», Hoja Obrera, 28 de noviembre de 1909, 2.

76 Justicia, «Las desigualdades existen a las pruebas, pues apuntes para la historia. La Prensa Libre y su “igualdad democrática”», Hoja Obrera, 30 de enero de 1910, 2 y 3; Unos obreros, «La libertad de prensa», Hoja Obrera, 14 de agosto de 1910, 1; y Un observador, «Las injusticias de siempre», Hoja Obrera, 21 de noviembre de 1910, 2.

77 Aurelia Méndez, «Colaboración femenina. Contrastes sociales», Hoja Obrera, 14 de noviembre de 1910, 2.

78 Para profundizar sobre este tema se recomienda revisar los textos de José Julián Llaguno, Vivir la idea: …; Ruth Cubillo, Pobreza y desigualdad social…, ambos citados, y el breve artículo de Mario Oliva, «Las ideas socialistas en Costa Rica, 1880-1930», Revista Izquierdas, n.° 1 (2008): 1-8.

79 Todos referentes de una influencia anarquista.

80 Véase por ejemplo la idea de que la figura de Cristo es el llamado «gran maestro del socialismo», Temperancia, «El porvenir que nos quiere traer la aristocracia», Hoja Obrera, 13 de febrero de 1910, 3.

81 Donato Luben, «Cuestiones Sociales», Hoja Obrera, 13 de marzo de 1910, 3.

82 Temperancia, «El porvenir que nos quiere traer la aristocracia», Hoja Obrera, 13 de febrero de 1910, 3.

83 Donato Luben, «Cuestiones Sociales», Hoja Obrera, 13 de marzo de 1910, 3.

84 Hoja Obrera, «Edifiquemos», 24 de octubre de 1910, 2.

85 Mateo Albertazzi, «Propagando ideas…», Hoja Obrera, 14 de diciembre de 1910, 4 y véase también A. Quesada Chacón, «El Proletariado», Hoja Obrera, 30 de agosto de 1910, 3.

86 Un obrero, «Frases de un obrero», Hoja Obrera, 13 de noviembre de 1911, 3.

87 Semanario barcelonés de contenido satírico y anticlerical.

88 Sin autor, «Un credo socialista. Traducido para Hoja Obrera», Hoja Obrera, 30 de agosto de 1910, 3.

89 Es importante mencionar que a lo largo del período de estudio se identifican en el periódico diversos posicionamientos sobre la relación entre los obreros y los partidos políticos tradicionales; especialmente en algunos momentos presentó esperanzas de un gobierno de Ricardo Jiménez con inclusión de obreros. Véase por ejemplo el artículo titulado «¿Don Ricardo contrajo compromisos con alguien?», de un autor con seudónimo Filius Pópuli, en el cual posa algunas expectativas sobre ese gobierno. Filius Pópuli, «¿Don Ricardo contrajo compromisos con alguien?», Hoja Obrera, 30 de junio de 1910, 2 y 3.

90 También véase el artículo titulado «El deber del obrero» de Luis Raúl sobre este tema. Luis Raúl, «El deber del obrero», Hoja Obrera, 22 de mayo de 1910, 2.

91 Hoja Obrera, «La ley del Talión», 27 de febrero de 1910, 1.

92 Miguel, «A los obreros del país. Palabras de un amigo. Lo que se debe hacer», Hoja Obrera, 7 de noviembre de 1911, 2.

93 Mayúscula del original.

94 Miguel, «Nuestra Labor», Hoja Obrera, 20 de marzo de 1910, 1.

95 Un dato importante es que en 1910 se detalla en Hoja Obrera la fundación de un Partido Obrero en Limón, cuyo interés es participar en elecciones partidarias. Sobre este tema véase: Mister Nuras, «Hojeando la prensa», Hoja Obrera, 9 de octubre de 1910, 2 y 3; Fray Mirón, «Granos de arena», Hoja Obrera, 17 de octubre de 1910, 2 y 3; Lauro Lara, «La unión hace la fuerza. A los obreros de Limón», Hoja Obrera, 9 de noviembre de 1910, 2 y 3; y Alberto Moreno, «Campo obrero. Obreros de Costa Rica», Hoja Obrera, 28 de noviembre de 1910, 3.

96 Octavio Montero, «Nuestro Gobierno», Hoja Obrera, 28 de noviembre de 1910, 2; y Kallán, «Queremos otros hombres», Hoja Obrera, 27 de marzo de 1910, 1.

97 Miguel, «A los obreros del país. Palabras de un amigo. Lo que se debe hacer», Hoja Obrera, 20 de noviembre de 1911, 2.

98 Raúl Salazar Álvarez, «Patria!!», Hoja Obrera, 10 de abril de 1910, 1.

99 Sin autor, «Cartilla para el pueblo», Hoja Obrera, 28 de noviembre de 1910, 3 y 4.

100 Poeta costarricense, autor del libro Geranios rojos de 1908. Llaguno Thomas, Vivir la idea…, 54.

101 José Albertazzi, «Campo literario. Patria», Hoja Obrera, 6 de junio de 1910, 2 y 3.

102 Sin autor, «Cartilla para el pueblo», Hoja Obrera, 28 de noviembre de 1910, 3 y 4; y Miguel, «A los obreros del país. Palabras de un amigo. Lo que se debe hacer», Hoja Obrera, 7 de noviembre de 1911, 2.

103 Sin autor, «Cartilla para el pueblo», Hoja Obrera, 14 de noviembre de 1910, 3.

104 Oliva Medina, Artesanos y obreros...

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