istmica

ISSN 1023-0890

EISSN 2215-471X

Número 23 • Enero-junio 2019, pp. -52

Recibido: 13/08/18 • Aceptado: 09/11/18

DOI: https://doi.org/10.15359/istmica.23.5

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Nicaragua y una ventana al mundo
La revista Ventana (1960-1963)

Resumen

En la década de 1960, en Nicaragua, la revista Ventana, dirigida por los jóvenes universitarios, Sergio Ramírez y Fernando Gordillo, se constituyó en una caja de resonancia política y literaria. Confluyeron en ella el debate político y el reclamo de libertad y de autonomía, en el contexto de la dictadura con una apuesta literaria amplia y cosmopolita. Se dieron cita allí una multiplicidad de autores y textos literarios procedentes de diversas lenguas y culturas.

Palabras clave: Revista Ventana, Nicaragua, traducción, literatura


Abstract

In the 1960s, in Nicaragua, the magazine Ventana directed by young university students, Sergio Ramírez and Fernando Gordillo, became a political and literary sounding board. The political debate and claim of freedom and autonomy in the context of the dictatorship came together with a broad and cosmopolitan literary commitment. A multiplicity of authors and literary texts from different languages and cultures came together.

Keywords: Ventana magazine, Nicaragua, translate, literature

Diana Moro

Universidad Nacional de La Pampa, Argentina

La década de 1960 en América Latina vio nacer y consolidarse una revolución triunfante -la cubana- y fue un período de auge de la confianza acerca de que el cambio social era posible. Nicaragua, en ese contexto, fue un escenario en el cual se fortalecieron grupos de jóvenes intelectuales y escritores, entre ellos, poetas, narradores, ensayistas, críticos literarios, traductores. En ese período, se formaron los intelectuales que llevarían adelante el derrocamiento de la dictadura de la familia Somoza y que dirigirían el gobierno revolucionario durante el decenio 1979-1989.

En este país centroamericano, se denomina Generación del ´60 al conjunto de poetas que, en su juventud, integraron, en principio, dos grupos literarios antagonistas desde el punto de vista ideológico (de izquierda unos y liberales otros) aunque coincidían en que la literatura constituía un modo de intervenir en la sociedad. El Frente Ventana abogaba por una literatura nacional que estuviera comprometida con las luchas sociales y con el cambio de las estructuras de dominación. Por su parte, la Generación Traicionada, bajo la influencia de la Beat Generation de Estados Unidos (Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, Jack Kerouack), proclamaba el rechazo a la sociedad de consumo propia de las grandes ciudades modernas –“las selvas de cemento”, como expresa el célebre poema “Howl” (Aullido) de Allen Ginsberg. El primer grupo se encontraba en la ciudad de León y era dirigido por Fernando Gordillo (1940-1967) y el narrador Sergio Ramírez (1941). La Generación Traicionada actuaba en Managua, encabezada por Edwin Illescas (1941-2016) e Iván Uriarte (1942).

Sergio Ramírez, en la edición facsimilar de los números de Ventana, escribe un prólogo titulado “Treinta años de Ventana”. Allí expone el antagonismo entre ambos grupos, aspecto que también se expresa en un artículo escrito a modo de carta, en el número 9 de la revista, al que me referiré más adelante:

Ventana tomaba posición contra la enajenación, de allí esa línea de choque contra el otro grupo de jóvenes contemporáneo al nuestro, el de la generación traicionada que proclamaba desde la vieja tradición, una literatura incontaminada de la política. (Ramírez, 1990, p. 4)

Pronto surgirán otros grupos como, por ejemplo, el denominado “Los Bandoleros”, en Granada, integrado por Francisco de Asís Fernández (1945) y Jorge Eduardo Arellano (1946); también el Grupo U de Boaco, que encabezaban Flavio Tijerino y Armando Incer.

En el contexto de la dictadura somocista, la idea de la libertad y de la autodeterminación constituía un eje común. Estos ámbitos colectivos generaron capacidades literarias renovadoras que aún hoy se encuentran vigentes. Según Fuentes (2005), “la comunión y la comunicación entre las distintas generaciones de escritores en Nicaragua se convierte en la década de 1960 en una constante que fortalece la diversidad de propuestas literarias que aparecen en aquel momento” (p. 1).

En efecto, la revista Ventana fue un ejemplo de espacio colectivo. Dirigida por los estudiantes universitarios Sergio Ramírez y Fernando Gordillo y auspiciada por el entonces rector de la Universidad de León Mariano Fiallos Gil, funcionó como una caja de resonancia de las más diversas corrientes estéticas, no solo vernáculas sino procedentes de Europa, del resto de América y de Asia, pues se dieron cita en ella una gran cantidad de poetas en lenguas diferentes y la traducción constituyó una de las actividades intelectuales predominantes.

El nombre mismo de la revista constituye un símbolo en ese sentido; se presenta como una ventana al mundo al acoger, en sus páginas, a autores y textos sin limitante geográfica o lingüística y también como una ventana por la que se respiraba un aire de libertad en plena dictadura somocista. Se supone que el nombre de la publicación está tomado de un poema de Alfonso Cortés (1893-1969), llamado el “poeta loco”. Cortés sufría una enfermedad mental y vivió varios años encerrado y encadenado en una casona en León; nada más ni nada menos que en la casa en la que transcurrió la infancia de Rubén Darío. Sumido en la tristeza, según señalan sus biografías1, pasaba sus días sentado en una ventana desde la cual veía y construía su mundo poético. En esas circunstancias, se dice, escribió el poema “Un detalle”, que José Coronel Urtecho renombró como “Ventana”:

Un trozo de azul tiene mayor

intensidad que todo el cielo,

yo siento que allí vive, a flor

del éxtasis feliz, mi anhelo.

Un viento de espíritus pasa

muy lejos, desde mi ventana,

dando un aire en que despedaza

su carne una angelical diana.

Y en la alegría de los Gestos,

ebrios de azur, que se derraman...

siento bullir locos pretextos,

que estando aquí de allá me llaman!

(Rodríguez Moya, 2010, p. 117)

Este origen del nombre, si bien anecdótico, cobra sentido al pensar en el carácter de traductor de Cortés2 y en el camino de búsqueda emprendido por la revista: de lo nacional a lo cosmopolita y de ahí a la construcción de un sistema literario renovado en consonancia con la construcción de una nueva nación, con pilares democráticos y principios libertarios.

Una forma de indagación, en los últimos años, ha estado ligada a pensar las literaturas nacionales como un compendio de múltiples tradiciones construidas con lecturas procedentes de diferentes sistemas literarios y de lenguas diversas. Ese enfoque permite analizar cómo determinadas líneas de enlace confluyen en sistemas literarios que son reconocidos como pertenecientes a un colectivo nacional. Este trabajo propone analizar los vínculos de lo nacional con lo internacional o cosmopolita a través de la presencia de la traducción en la revista Ventana, escrita y dirigida por jóvenes universitarios, entre abril de 1960 y diciembre de 1963.

María Teresa Gramuglio, en una ponencia leída en Rosario, en 2008, llamaba la atención precisamente sobre la posibilidad de pensar las literaturas nacionales como el resultado de cruces diversos de tradiciones varias que no necesariamente se ciñen a las fronteras territoriales, ni del país, ni de la región. Con propuestas teóricas que han delineado, por ejemplo, el concepto de los polisistemas de Itamar Even- Zohar o la noción de “literatura mundial” explorada por Pascale Cassanova y por Franco Moretti, o el enfoque de los estudios trasatlánticos promovidos y realizados por Julio Ortega, es posible pensar de qué están hechas las literaturas nacionales. Gramuglio (2009) en el trabajo mencionado señala que

al menos, en la modernidad occidental, todas las literaturas nacionales, no sólo la argentina sino también las latinoamericanas y las europeas, se constituyen en relación con otras literaturas. Se torna indispensable distinguir […] cuáles son las condiciones que hacen las diferencias. (p. 18)

La autora justifica su aserción con los postulados de Even-Zohar respecto de que “los sistemas jóvenes o incipientes tienden a adoptar repertorios culturales ajenos para ampliar el propio, un rasgo común que permitiría comprender sin demonizar una estrategia característica de literaturas ‘jóvenes’ como las americanas” (Gramuglio, 2009, p. 20).

Estas literaturas ‘jóvenes’, según Even-Zohar, no sólo suelen adoptar y adaptar el modelo europeo para otorgar a la literatura una función relevante en la formación de las naciones y de la nacionalidad, sino también hacer de la traducción un procedimiento activo y no pasivo, constitutivo y no marginal del sistema literario. (Gramuglio, 2009, p. 19)

En este sentido, la noción de “literatura mundial” se especifica como “un modo de leer; leer lo local en contrapunto […] con lo mundial” (Gramuglio, 2009, p. 20). La autora utiliza como símil o figura representativa de este modo de leer “la de un hipertexto virtual con múltiples enlaces” (Gramuglio, 2009, p. 20).

Esta forma de indagación cuyo objetivo sería buscar las líneas de enlace entre sistemas literarios procedentes de universos diferentes y distantes, permite analizar cómo esos enlaces confluyen en sistemas literarios que son reconocidos como pertenecientes a una nación, a un colectivo nacional o a una comunidad imaginada, según Anderson (1993). Es probable que cada proceso histórico ─con todo lo que ello implica─ cuente con sus momentos de clivaje de un estado determinado de lo que se considera legítimamente literatura nacional. Esas cesuras suelen ser impulsadas por acciones específicas que promueven el contrapunto con determinadas tradiciones culturales y literarias “ajenas” o diversas.

Con ese supuesto, en este trabajo, intentaré describir cómo la literatura nicaragüense, en la década de 1960, contó con un “hipertexto con múltiples enlaces” que fue la revista Ventana. Estos precoces intelectuales, al diseñar y publicar la revista, pensaban en términos de nación e integraban, en esa propuesta editorial, una multiplicidad de autores y textos literarios procedentes de diversas lenguas y culturas.

Como anticipaba arriba, Ventana fue una revista universitaria editada y dirigida por estudiantes, con el apoyo del entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, con sede en León, Mariano Fiallos Gil. En plena dictadura somocista, el espacio universitario reivindicaba para sí la autonomía y la libertad de pensamiento; significaba, en ese contexto, un verdadero espacio de resistencia. Fiallos Gil constituyó todo un símbolo de humanismo y de libertad intelectual. En ese marco, los primeros números de la revista se presentaban con un perfil literario y político: se publicaron poesías, cuentos, notas de crítica literaria, noticias culturales y también notas editoriales o artículos de opinión sobre el compromiso político, el papel de los jóvenes en la política del país3, la autonomía universitaria tanto en Nicaragua como en la región centroamericana. Se publicaron 19 números de Ventana, desde abril de 1960 a diciembre de 19634. A partir del número 12, la revista cambia su diseño y su perfil; tiene mayor número de páginas, se centra mucho más en los temas literarios y dedica su espacio a la publicación de literatura, especialmente, poesía y cuento. Si bien dejan de aparecer notas vinculadas a la política universitaria, a la autonomía, a la libertad de expresión, no se elimina el sesgo ideológico antiimperialista y de compromiso. Ello se percibe en la selección de los textos y en sus presentaciones. Por ejemplo, en el número 14 al publicar un poema censurado en EE.UU. y a través de una antología de la poesía norteamericana, “Norteamérica y sus poetas” se denuncia “el cerebro de pollo” de quienes dirigen esa nación (Ventana 14, p. 30)5.

En toda la colección, la presencia literaria es bien abundante: se publican poesías y cuentos de autores nicaragüenses jóvenes; tienen presencia los distintos grupos de poesía existentes en ese momento: “la generación traicionada”, el “Grupo U, de Boaco”, el “Frente Ventana” y un conjunto de poetas independientes. También se difunde la obra de escritores consagrados como Salomón de la Selva, Alfonso Cortés y por supuesto, la figura y la obra de Rubén Darío son objeto de debate literario. La apertura y la búsqueda de modelos se dirige tanto a autores de América Latina: César Vallejo, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Augusto Monterroso, Elvio Romero, entre otros, como también hacia otras culturas y otras lenguas. Aparecen entrevistas a William Faulkner, traducciones de poemas de autores norteamericanos, italianos, rusos, chinos, franceses, alemanes… Así, como señala el crítico israelí, Even-Zohar (1999), la traducción ofrece un modo activo de incorporación de elementos enriquecedores para lectores y escritores que buscaban modelos probables de innovación estética.

En el comienzo de esta lectura, al exponer el marco teórico, señalaba que en determinados momentos de la historia de un país se producen momentos de clivaje o de cesura en relación con el statu quo de la literatura nacional. Ventana parece manifestar ese punto en la década de 1960, en Nicaragua. En la editorial del número 1, se lee:

Esta revista o boletín o gaceta, como queramos llamarla, ha traído al nacer una función múltiple: vamos a abrir sobre el corazón universitario una brecha nueva, allí en esa parte en donde el espíritu de esta juventud ha tenido un letargo de siglos; vamos a injertar en nuestra carne una nueva hormona: poesía, arte, literatura. (Ventana 1, p.1)

En el número 6 de Ventana, aparece un artículo firmado por Mariano Fiallos Oyanguren, titulado La poesía nueva y el público cuyo tema consiste en la dificultad de los lectores de aceptar la poesía contemporánea. La tensión en el gusto descripta por Fiallos es impulsada por la revista para producir el quiebre e incorporar otros modelos estéticos. Dice el autor del artículo: “No entienden la poesía un tanto difícil de algunos o no gustan de la demasiado llana ‘que en nada se distingue de la prosa’ de otros” (Fiallos Oyanguren, p. 5). Esa descripción explicativa del comportamiento del gusto se ve reflejada en los textos publicados. Una muestra del último rasgo mencionado ─la no distinción entre verso y prosa─ puede notarse en la selección de poesías de Saint John Perse (poeta francés nacido en Las Antillas, premio Nobel de 1960), por ejemplo, en “El Muro”:

El lienzo de muro está enfrente, para conjurar el círculo de tu sueño. 

Pero la imagen lanza un grito. 

La cabeza contra una oreja del sillón grasiento, exploras tus dientes con tu lengua: el sabor de las grasas y las salsas infecta tus encías. (Ventana 6, p.7)

Se percibe, en los distintos números de Ventana, un afán de debate sobre la literatura y sobre la poesía. Con ese tópico, aparecen cartas, editoriales, notas y hasta polémicas. En ese marco, puede leerse la publicación de “Carta a un joven poeta” de Rainer María Rilke (Ventana 8, p. 6), por ejemplo. En el número 9, aparece una carta dirigida a la “Generación Traicionada” titulada “Sabás no seas tan bruto! Contrapunto nacionalista para una melodía extranjera” en la cual sus firmantes, Sergio Ramírez, Fernando Gordillo y Alfonso Robles, defienden el compromiso político y la perspectiva antiimperialista en tanto poetas y acusan a los integrantes de la Generación Traicionada6 de ser extranjerizantes: “¿Por qué afirmarse Orquídeas del acero? ¿De qué acero? ¿El importado de Suecia, de Inglaterra o de USA? Creemos que se equivocan ustedes se pretenden extranjeros y son extranjerizantes” (Ventana 9, p. 1). La argumentación desarrollada por los tres jóvenes de Ventana se sustenta en algunas citas de autoridad, entre ellas, dos corresponden a Jean Paul Sartre, perspectiva muy actual en cuanto al debate de ideas de la época. A continuación de la carta, en la página 2, se publica un poema de Tennesse Williams “El interior de la bolsa”, traducido por Roberto Cuadra. Es interesante mencionar que Cuadra fue el iniciador del movimiento literario la Generación Traicionada y es quien traduce el poema de Williams.

El cuestionamiento a los integrantes de la Generación Traicionada no se centraría en que estos buscan modelos en otras latitudes y en otras lenguas, sino que lo hagan sin una perspectiva política anclada en lo nacional y en la falta de compromiso militante. Se señala en la carta: “El hambre no es una creación poética, es una realidad innecesaria. Ignorarla es ignorarnos” (Ventana 9, p. 1). Puede hipotetizarse que esa polémica evidencia un punto de disidencia y uno de convergencia, entre ambos grupos. La disidencia estaría centrada en el involucramiento en los problemas sociales y el acuerdo, en la creación poética: “si en algo coincidían todos, era en el rechazo de la mala literatura, en busca de nuevos caminos de originalidad y renovación”, señala Ramírez (2002, s/p). El aspecto político de la literatura tiene mucho desarrollo en la revista, desde una u otra ideología. El Frente Ventana propiciaba una perspectiva antiimperialista y de autonomía de pensamiento; los integrantes de la Generación Traicionada se consideraban deudores de la Beat Generation de Estados Unidos que proclamaba el rechazo a la civilización de consumo, a las selvas de cemento por considerar que generan soledad y aislamiento. Por ejemplo, entre otros textos, se publica “La tierra del salvaje” de Jack Micheline (Ventana 12, pp. 35-36), traducido por Roberto Cuadra. En la presentación del poeta se lee:

Jack Micheline nació en Nueva York. Peleó en Israel. Usa los pantalones tres pulgadas arriba de los zapatos. Es cantante callejero. Actualmente vive en México. (Ventana 12, p. 35)

Una de las hipótesis de este trabajo consiste en que la traducción se presenta como una búsqueda de modelos de innovación estética para una literatura nacional. En efecto, por un lado, corrobora esa hipótesis la multiplicidad de textos traducidos de otros idiomas al español que ha sido mencionada en general y por otro, las traducciones son realizadas específicamente para la revista, salvo excepciones7. Los traductores, en su gran mayoría, son intelectuales nicaragüenses, muchos de ellos escritores y poetas: Roberto Cuadra, iniciador del movimiento literario Generación Traicionada; Ernesto Cardenal, José Coronel Urtecho, Michele Najlis; otros son intelectuales vinculados con los asuntos culturales como Napoleón Chow, Camilo Vigil, Mariano Fiallos Oyanguren; también uno de ellos es artista plástico: Alejandro Arostegui. Tanto la tarea misma de la traducción como el contacto con múltiples idiomas ─inglés, francés, italiano, chino, alemán, ruso, griego, además de algunas de las lenguas originarias─ permite conjeturar que existía, en ese momento, una amplitud de exploraciones estéticas y Ventana funcionaba como una caja de resonancias de esas búsquedas. Quedará para otro trabajo una lectura de la poesía de esos jóvenes de la década de 1960 que se proponga analizar qué materiales han resultado propiaciatorios o han potenciado la creación vernácula.

El aspecto vinculado con el anclaje en lo nacional lo devela el último número de Ventana. Es preciso decir que esta empresa cultural se cierra no de manera aleatoria, como suele suceder, sino que el último número se anuncia como tal: “Ventana, una revista de literatura experimental […] desaparece ahora para dar paso a una nueva publicación que resultará de la fusión con Cuadernos universitarios” (Ventana 19, p. 1). El último número íntegramente está dedicado a la publicación de una antología de sonetos nicaragüenses. En esa selección, se incluyen poetas de todos los tiempos, por orden cronológico. Empieza con el poeta Ramón Mayorga Rivas, nacido en 1862, sigue Rubén Darío, de 1967 y culmina con Fernando Gordillo, uno de los jóvenes directores de la revista, nacido en 1940, pasando por más de veinte poetas nacidos entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX.

En la página final del número 19, se publica un artículo Notas sobre la Antología de Sonetos Nicaragüenses. Se realiza una especie de genealogía del soneto en la cual se reconoce que esta tipología poética ha sido cultivada por autores en diversas lenguas, como una forma que “estuvo en las mismas fuentes de la lengua” (Ventana 19, p.40). Se menciona a Pedro Delle Vigne, a Guittone de Arezzo, en el siglo XIII, a Dante, a Petrarca, a Shakespeare. Se realza la presencia del soneto entre sus cultores en lengua española como el Marqués de Santillana, Garcilaso, Urquijo, Lupercio, Argensola, Juan Boscán, Quevedo, Lope de Vega. Se señala que los tópicos privilegiados en la selección se centran en “lo vernáculo nicaragüense, pero sin dejar de por fuera de ninguna manera a aquellos que alcanzan un alto grado para figurar de por sí” (Ventana 19, p. 40).

En los diecinueve números, se desarrolló un movimiento de búsqueda de modelos, formas, recursos en diversos sistemas literarios, en diversas lenguas y culturas con el fin de consolidar una literatura nacional. El gesto aglutinante del último número a través del recorrido cronológico de poetas vernáculos escritores de sonetos implica una valoración de la producción poética propia y, al mismo tiempo, como se expresa en la cita, ubica a esos autores en posible comparación con los consagrados de la lengua española, es decir, ubica a la literatura nicaragüense en la “literatura mundial”.

La totalidad de los números publicados de la revista Ventana muestran, según esta lectura, un punto de clivaje o de tensión entre diferentes grupos de intelectuales, escritores y poetas respecto de las estéticas vernáculas conocidas; sin embargo, sus páginas no solo son testigo de las tensiones, de los acuerdos y de las diferencias, sino también de las búsquedas a través de las traducciones y de la presencia de diversos autores y obras. Se constituye así en un “hipertexto (analógico) con múltiples enlaces”, ya que expone con claridad el contrapunto de lo local con lo mundial.

Referencias bibliográficas

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1 Una de las biografías más conocidas es la escrita por Cortés Bendaña, M.L. (1975). Alfonso Cortés. Biografía. León: Hospicio. Otras referencias pueden leerse en Fuster, F. (1971). Alfonso Cortés, 1893-1969: vida e ideas, antología, iconografía. Managua: Librería Cultural Nicaragüense.

2 Según Jorge Eduardo Arellano, Cortés perdió la razón en 1927, tenía 34 años. Era un erudito y políglota. Había traducido del inglés el célebre poema de E.A. Poe “El cuervo”; también títulos clásicos de la literatura italiana y francesa (El nuevo diario, “En los 40 años de su muerte. Encuentro con Alfonso Cortés, 28 de febrero de 2009 http://www.elnuevodiario.com.ni/especiales/41551-encuentro-alfonso-cortes/).

3 Fernando Gordillo publicaba un ensayo sobre los jóvenes escritores, en el cual señalaba que “el 76% de la población de Nicaragua está constituido por personas cuya edad oscila de 0 a 34 años de edad” (Ventana 16, p. 11). Según estudios de la CEPAL, el promedio en años de la esperanza de vida al nacer en Nicaragua por esos años (1955-1960) era de 45, 4, menor al promedio en América Latina en el mismo quinquenio, que era de 51, 8.

4 Sergio Ramírez y Fernando Gordillo, al mismo tiempo que dirigían y editaban la revista, formaron un Frente político cultural del mismo nombre. En 1961, se fundaba, en Tegucigalpa, el Frente de Liberación Nacional, más tarde denominado Frente Sandinista de Liberación Nacional.

5 Las citas de diferentes textos publicados en Ventana han sido tomadas de la edición facsimilar publicada por Sergio Ramírez, en 1990. Los números de página corresponde a cada número de la revista.

6 La Generación Traicionada estaba integrada, en su mayoría, por jóvenes recién salidos del Instituto Ramírez Goyena de Managua: Roberto Cuadra (1940); Edwin Yllescas (1941), Iván Uriarte (1942) y Beltrán Morales (1944-1986).

7 Una de las excepciones: los poemas pertenecientes a Saint-John Perse, poeta francés (nacido en Las Antillas), premio Nobel de 1960. Se toma la traducción de Jorge Zalamea, traductor del poeta de las ediciones en español.


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