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Revista MHSalud® (ISSN: 1659-097X) Vol. 8. No. 1. Enero-Julio, 2011
EFECTOS DE UN PROGRAMA DE AQUAEROBIC SOBRE LA COMPOSICIÓN CORPORAL, EN LAS MUJERES ACTIVAS DE MEDIANA EDAD
EFFECTS OF A WATER AEROBICS PROGRAM ON THE BODY COMPOSITION OF ACTIVE MIDDLE-AGED WOMEN
Juan José Manzano, Christian Clemente, Asunción Grager y Guillermo Olcina
Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura, España
manzanoventurajj@hotmail.com
RESUMEN
Objetivo: Describir y analizar las
modificaciones en la composición corporal, en las mujeres de
mediana edad, después de realizar un programa de actividad
física, basado en el aquaerobic, y un posterior periodo de
desentrenamiento. Material y método: El grupo analizado estuvo
integrado por diecisiete mujeres de Arroyo de San Serván
(Badajoz), físicamente activas (habían realizado
programas de gimnasia de mantenimiento, con una frecuencia de una a
tres sesiones semanales, durante los últimos tres meses), con
una edad media de 53,6 ± 9,1 años. El programa se
desarrolló con sesiones de sesenta minutos durante cinco
días a la semana, por seis semanas, con un periodo de
desentrenamiento de cuatro semanas. Se realizaron tres evaluaciones
antropométricas: al iniciar el programa, al finalizar el mismo,
tras el periodo de desentrenamiento. En cada medición, se
determinaban la talla y el peso, seis pliegues cutáneos, cuatro
perímetros corporales y tres diámetros
óseos. El porcentaje de grasa fue obtenido a través de
los datos arrojados en cuatro pliegues cutáneos (tricipital,
subescapular, suprailíaco y abdominal) mediante la
fórmula de Yuhasz, modificada por Faulkner (1968). Por su parte,
el porcentaje muscular fue calculado, a partir del porcentaje de la
masa total, menos el porcentaje óseo (Rocha, 1975), el
porcentaje graso (Faulkner, 1968) y el porcentaje residual, a
través de la ecuación de Wurch (Esparza, 1993), de los
sujetos medidos, según la propuesta básica de Matiegka
(modelo de los cuatro componentes). Resultados: después de
realizar el programa, se observó un aumento significativo en el
porcentaje muscular: 32.69 ± 2.69% vs. 33.44 ± 2.89% (p
< 0.05), en el peso muscular: 23.45 ± 3.53 kg vs. 24.02
± 3.33 kg (p <0.05), y un descenso significativo del
componente graso reflejado, mediante el sumatorio de pliegues
cutáneos: 193.66 ± 25.54 mm vs. 188.38 ± 25.67 mm
(P <0,05), más específicamente, en el pliegue
suprailíaco, 30.47 ± 8.49 mm vs. 28.00 ± 8.78 mm
(p <0,05) Estas tendencias se mantuvieron durante el periodo de
desentrenamiento, en el porcentaje muscular: 33.44 ± 2.89% vs.
34,25 ± 3,04% (p<0,01 con respecto a la inicial), en el
peso muscular: 24.02 ± 3.33 kg vs 24,74 ± 3,64kg
(p<0,01 con respecto a la inicial), el sumatorio de pliegues
cutáneos: 188.38 ± 25.67 mm vs 183,41 ± 26,65 mm
(p<0,05 con respecto a la inicial). Conclusiones: La
participación en programas de aquaerobics de corta
duración bajo las condiciones de este estudio provoca descensos
del componente graso y aumentos significativos en el componente
muscular, en las mujeres activas de mediana edad.
PALABRAS CLAVES: salud, porcentaje graso, IMC, porcentaje muscular, desentrenamiento.
ABSTRACT
Objective: Describe and analyze
changes in body composition of middle-aged women after participating in
a water aerobics physical activity program and a subsequent detraining
period. Materials and Methods: The group analyzed consisted of 17 women
from Arroyo de San Serván (Badajoz), who were physically active
(had participated in fitness gymnastics programs one to three sessions
per week for the past three months), with an average age of 53.6
± 9.1 years. The program was comprised of sixty minute-sessions
five days a week, for 6 weeks, with a 4-week detraining period. Three
anthropometric evaluations were conducted: at the beginning and at the
end of the program and after the detraining period. Size and weight
were recorded during each measurement, including six skinfolds, four
body circumferences and three bone diameters. Fat percentage was
obtained from four skinfolds (triceps, subscapular, suprailiac and
abdominal) using the Yuhasz formula modified by Faulkner (1968). The
muscle percentage was calculated from total mass percentage less bone
percentage (Rocha, 1975), body fat percentage (Faulkner, 1968) and the
residual percentage using the Wurch´s equation (Esparza, 1993) of
subjects measured, based on Matiegka´s basic proposal (four
components model). Results: after the program a significant increase
was observed in muscle percentage: 32.69 ± 2.69% vs. 33.44
± 2.89% (p <0.05), in muscle weight: 23.45 ± 3.53 kg
vs. 24.02 ± 3.33 kg (p <0.05), as well as a significant
decrease in the fat component reflected in the sum of skinfolds: 193.66
± 25.54 mm vs. 188.38 ± 25.67 mm (p <0.05) and more
specifically in the suprailiac skinfold, 30.47 ± 8.49 mm. vs
28.00 ± 8.78 mm (p <0.05). These trends were maintained
during the detraining period, specifically in muscle percentage: 33.44
± 2.89% vs. 34.25 ± 3.04% (p <0.01 compared to initial
measurement), muscle weight: 24.02 ± 3.33 kg vs 24.74 ±
3.64 kg (p <0.01 compared to initial measurement), the sum of
skinfolds: 188.38 ± 25.67 mm vs 183.41 ± 26.65 mm (p
<0.05 compared to initial measurement). Conclusions: Participating
in water aerobics programs for a short period of time under the
conditions of this study decreases the fat component and significantly
increases the muscle component in active middle-aged women.
KEYWORDS: health, fat percentage, BMI, muscle percentage, detraining.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, existe una
consideración social sobre el ejercicio físico, como
un medio para mantener o mejorar la salud y calidad de vida. De
este modo, se refleja en la Encuesta Europea de Salud en España
(Ministerio de Sanidad Política Social e Igualdad. Instituto
nacional de estadística, 2009). Lo anterior se debe, por una
parte, al conocimiento que se ha ido adquiriendo en los últimos
años, sobre los efectos saludables de la práctica
continuada y sistematizada de la actividad motriz, en el nivel
físico (Tabernero, Villa, Márquez y García, 2000;
Castillo, Ortega y Ruiz, 2005), psicológico (González,
Núñez y Salvador, 1997; Huertas et al., 2003; Morilla,
2001) y social (Aparicio, 2010), y por otra parte, al concepto del
deporte para todos (Consejo de Europa, 1975), que ha permitido la
incorporación a la práctica física, de grupos de
población, como el de la mujer, el cual en la actualidad, se
encuentra en continuo crecimiento, en cuanto a los hábitos
mencionados se refiere (García, 2006).
A raíz de esta
situación, han surgido multitud de programas grupales con
diversas características (aeróbicas, tonificantes y
relajantes), donde son asiduas las mujeres de mediana edad (cuarenta y
cinco a sesenta y cinco años) en su gran mayoría
(García, 2006; Jiménez-Beatty et al., 2008;
Martínez et al., 2009). No obstante, esta gama de actividades
grupales es muy variada, siendo necesario, por lo tanto, profundizar en
los conocimientos sobre los distintos efectos que pueden tener sobre la
salud y la calidad de vida, en cada una de ellas.
En este sentido, nuestro estudio se
va a centrar en analizar los efectos, en la población femenina
adulta, de la actividad física realizada en el medio
acuático, principalmente, nos centraremos en los efectos
antropométricos.
En investigaciones relacionadas con
la condición física, se concluye que la actividad
física acuática mejora la capacidad cardiorrespiratoria,
en las mujeres adultas y mayores (Nikolai, Novotny, Bohnen, Schleis y
Dalleck, 2009). Además, se sabe que en las mujeres
jóvenes sanas, después de un programa de cuatro semanas,
mejoran la mayoría de los parámetros de condición
física, relacionados con la salud, en especial, los vinculados
con la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio (Saavedra, Escalante,
Pino, De la Cruz y Rodríguez, 2006).
En relación con la
composición corporal, se han realizado investigaciones con ocho
meses de duración, donde se encuentran descensos significativos
del porcentaje corporal graso, en las mujeres premenopáusicas
sedentarias (Saavedra, De la Cruz, Escalante y Rodríguez, 2007).
También, existen estudios de seis meses de duración,
donde se reflejan descensos en el peso y el IMC, aunque no de forma
significativas, tanto para las mujeres como para los hombres adultos
sedentarios (López et al., 2005).
La mayoría de los estudios
referentes con el análisis antropométrico en programas de
aquaerobic, data de intervenciones trimestrales (Bocalini, Serra, Murad
y Levy, 2008; Gappmaier, Lake, Nelson y Fisher, 2006; Greene, Lake,
Nelson, y Fisher, 2009). Para este periodo, se observó un
mantenimiento del peso corporal en las mujeres postmenopáusicas
sedentarias, cuando realizaron ejercicios con intensidades del 70 % de
la frecuencia cardiaca máxima (Bocalini et al., 2008), descensos
significativos en el peso corporal, el IMC, el porcentaje graso y la
masa grasa, así como aumentos significativos en la masa magra de
las extremidades inferiores, en los sujetos obesos sedentarios, quienes
realizaban tres sesiones semanales (Greene et al., 2009), los
mismos efectos que cuando se acompañaba la actividad con dieta
(Gappmaier et al., 2006). Con una duración inferior, con cuatro
semanas de práctica de aquaerobic, se ha detectado un descenso
significativo del porcentaje graso, en las mujeres jóvenes
semiactivas (Saavedra et al., 2006).
Como podemos observar, existen muy
pocos estudios que analicen los efectos del aquaerobic en la
población femenina adulta, con intervenciones de una
duración inferior a dos meses. A la escasez de estos estudios,
se suma el desconocimiento de los efectos producidos por el
aquaerobic, en el nivel antropométrico, en los sujetos activos,
pues la mayoría de los estudios, se centran en las personas
sedentarias, con sobrepeso elevado u obesidad, como hemos visto
anteriormente. Por otro lado, no hay investigaciones que reflejen la
duración de esos efectos, cuando no se mantiene la actividad.
De acuerdo con lo mencionado
anteriormente, el objetivo del presente estudio consiste en
contribuir, a ampliar el conocimiento de los efectos saludables de la
práctica del aquaerobic, centrándonos en el
análisis de los cambios antropométricos, producidos en
las mujeres activas de mediana edad, en un programa de corta
duración, así también, comprobar la
duración de los mismos, tras un periodo de desentrenamiento.
METODOLOGIA
Sujetos
Los sujetos participantes en el
estudio fue un grupo de diecisiete mujeres, seleccionadas de forma
aleatoria, de las inscritas en un programa de actividad física
de aquaerobic, siempre, que cumplieran los criterios de
inclusión siguientes: mujeres mayores de cuarenta años,
ubicadas en la localidad de Arroyo de San Serván
(Badajoz), sin ninguna lesión o patología, practicantes
de gimnasia de mantenimiento, en un periodo superior de tres
meses, anterior al programa, con una asistencia de más del
85 % a las sesiones del programa; que no realizaran ninguna otra
actividad física programada.
El grupo seleccionado contaba con una edad media de 53,6 ± 9,1 años.
Procedimiento
Antes de iniciar el programa de
intervención, se realizó una entrevista personalizada a
los sujetos de estudio, con el objetivo de incluir en el programa a las
usuarias, quienes cumplieran con los criterios del punto anterior.
La toma de los datos
antropométricos, para efectuar el estudio de la
composición corporal, mediante métodos
cineantropométricos, se realizó en tres momentos
diferenciados: al comienzo del programa, con el fin de
caracterizar la muestra y determinar los valores iniciales, al
finalizar el programa, para analizar el efecto del mismo, tras el
periodo de desentrenamiento de cuatro semanas, para estudiar su
efecto y la durabilidad de los cambios.
Recolección de los datos
Los procedimientos y los controles en
los sujetos han sido realizados, tras la obtención de un
consentimiento informado. Las diferentes medidas antropométricas
realizadas en el estudio fueron las siguientes:
El Peso y la talla: Los mismos
se determinaron, según el manual I.S.A.K (normas establecidas
por la sociedad internacional para el desarrollo de la
cineantropometría, Marfell-Jones, Olds, Stewart, and Carter,
2006).
Los pliegues cutáneos: para
obtener la medición de los pliegues cutáneos, se
utilizó el protocolo I.S.A.K. (Marfell-Jones et al., 2006). Los
pliegues medidos fueron el tricipital, pliegue subescapular, pliegue
abdominal, pliegue suprailíaco, pliegue del muslo y
pliegue de la pierna.
Los perímetros corporales: con
el fin de adquirir las medidas de los perímetros corporales, se
establecieron las mediciones, según marca el protocolo de la
Sociedad Internacional de la Cineantropometría I.S.A.K.
(Marfell-Jones et al., 2006). Se determinaron los perímetros de
la cintura, de la cadera, del brazo relazado y de la pierna
relajada.
Los diámetros óseos:
para conseguir los tres diámetros óseos, se establecieron
las mediciones, según el protocolo I.S.A.K. (Marfell-Jones et
al., 2006). Los diámetros óseos medidos fueron el
biestiloideo, el bicondiloideo del codo y el bicondiloideo del
fémur.
A continuación, describimos los instrumentos de medición utilizados, tendientes a obtener los datos:
Para obtener la talla y el peso, se
utilizó una báscula digital de columna Seca 703 con
tallímetro. Los pliegues cutáneos fueron obtenidos a
través de un plicómetro Holten, con zona de medidas 0 -
48 mm., graduación 0,2 mm. y una presión constante
10gr/mm2. Los diámetros corporales fueron adquiridos mediante
una cinta métrica, con el fin de conseguir las
medidas de los diámetros óseos, se
utilizó un paquímetro Holtein con una zona de medida 0
-140 mm.
Tras el registro de todas las
medidas, se realizaron una serie de cálculos, orientados a
obtener de cada sujeto, el índice de la masa corporal
(Quetelet), el índice cintura-cadera (ICC), el sumatorio de los
pliegues cutáneos, el peso graso y el porcentaje de grasa
(Yuhasz, modificada por Faulkner, 1968).
El peso muscular y el porcentaje
muscular (Lee et al., 2000), el peso óseo y el porcentaje
óseo (Rocha, 1975), así como el peso residual,
según la ecuación de Wurch.
Programa de intervención
El programa de aquaerobic tuvo lugar
en una piscina de vaso olímpico (50 x 25 m), con una profundidad
de 1,40 m, con el agua con una temperatura de unos 22-25ºC.
La duración del programa fue de un total de seis semanas,
realizando cinco sesiones semanales con una duración de sesenta
minutos en cada una de ellas.
Todas las estructuras de las sesiones
fueron similares, consistió en lo siguiente: Calentamiento, con
una duración de cinco a diez minutos, donde se incluía la
movilidad articular y el estiramiento fuera del agua.
Parte principal, desarrollada en el
agua, con una duración entre cuarenta y cincuenta minutos. El
trabajo desarrollado era fundamentalmente aeróbico, realizado al
60% de la frecuencia cardíaca máxima teórica
(220-edad). En todas las sesiones, se trabajaron siempre, las
siguientes zonas corporales: piernas, brazos, caderas, abdominales y
glúteos. Por último, vuelta a la calma, desarrollada en
los últimos cinco minutos de la sesión, su actividad
principal consistió en los estiramientos con
acompañamiento musical.
Análisis estadístico
Se realizó la prueba de
Kolmorov-Smirnov, dirigida a comparar la normalidad de los datos;
y el Test de Levene, con el fin de asegurar la homogeneidad de la
varianza. Puesto que las variables analizadas cumplían con los
criterios de normalidad y de homogeneidad de la varianza, se
procedió a un análisis estadístico de los datos,
mediante las pruebas paramétricas.
Se utilizó un Modelo Lineal
General de Medidas Repetidas, para estudiar los cambios ocurridos en
las diferentes variables estudiadas, como consecuencia del programa de
ejercicio físico, comparando los valores iniciales con los
valores finales, obtenidos después del programa y tras el
periodo del desentrenamiento. Se utilizó la prueba post-hoc de
Bonferroni, para estudiar estas diferencias.
Los resultados fueron expresados como
la media ± desviación estándar. Se consideraron
como estadísticamente significativas, aquellas diferencias
que alcanzaron un valor de p<0,05. Estos valores se indican en tres
niveles, según la significatividad, p<0.05, p<0.01 y
p<0.001.
El tratamiento estadístico se
realizó mediante el software informático SPSS
versión 16.0, para Windows.
RESULTADOS
En la tabla 1, se muestran los datos
generales de los sujetos. Se observa cómo se mantienen el peso
corporal y el IMC en el momento de finalizar el programa, y un mes
después de la conclusión del mismo. En cuanto al
componente residual, la ecuación de Wurch (Esparza, 1993)
siempre, estima el mismo porcentaje para este grupo de población.
En la tabla 2, se reflejan los datos,
en relación con el componente graso de los sujetos. Se observa
un descenso en el porcentaje graso al concluir el programa y un
descenso significativo (p<0,02), tras un mes de desentrenamiento,
acompañados de un ligero descenso en el peso graso. La suma
total de pliegues cutáneos fue menor, tanto a la
finalización del programa de intervención (p<0,04),
como tras el periodo de desentrenamiento (p<0,022). El pliegue
más sensible a los cambios, fue el pliegue suprailiaco, con un
descenso estadísticamente significativo, tanto al final del
programa (p<0,047), como tras el periodo de desentrenamiento
(p<0,01). No se observan cambios significativos en el resto de
pliegues cutáneos, en los perímetros de la cintura o de
la cadera, ni en el ICC a lo largo del estudio.
En la tabla 3, se muestran los datos,
en relación con la masa muscular de los sujetos, quienes
recibieron la intervención. Se observa un incremento
significativo en el porcentaje muscular (p<0,035) y el peso
muscular, tanto al finalizar el programa (p<0,043), como
después del periodo del desentrenamiento (p<0,008 y
p<0,02, respectivamente), con respecto a los datos iniciales.
También, se observa un ligero aumento en los perímetros
del brazo y la pierna a lo largo del estudio, aunque no se
alcanzó la significación estadística.
Discusión
Según los resultados obtenidos
en este estudio, se observan cambios significativos en el sumatorio de
los pliegues corporales, una vez finalizado el programa de actividad
física, aunque no existen cambios significativos, ni en el peso
ni en el porcentaje graso. El factor que podría explicar la
existencia de los cambios significativos en el sumatorio de pliegues y
no, en el porcentaje graso, podría ser el número de
pliegues contemplados en cada uno de los índices, pues para el
sumatorio de los pliegues, se tienen en cuenta seis pliegues, mientras
que para el cálculo del porcentaje graso, se tienen en cuenta
cuatro.
Por su parte, sí existen
cambios significativos en el componente muscular a la
finalización del programa de aquaerobic, con respecto a los
valores iniciales, aumentando tanto el porcentaje muscular
(p<0,035), como el peso muscular (p<0,043). Un mes después
de concluir la intervención, estos valores siguen la tendencia
marcada, a la finalización del programa de aquaerobic. De esta
manera, comparando los valores iniciales con los del desentrenamiento,
existe un descenso significativo, en el sumatorio de los pliegues
cutáneos (p<0,022), apareciendo un descenso
significativo en el porcentaje graso (p<0,020). En esta
línea, se observa un aumento, tanto en el peso muscular
(p<0,02), como en el porcentaje muscular (p<0,008). No se
observan cambios significativos, entre los valores finales y los del
desentrenamiento, en los componentes corporales.
Al concluir el programa, los datos
finales con respecto a los iniciales, no muestran cambios
significativos en el componente graso, hablaríamos
únicamente, de tendencia descentente, ya que sí hubo un
cambio significativo en el sumatorio de los pliegues cutáneos.
Esto es contrario a otros estudios, como el de Greene et al. (2009),
donde se observan cambios significativos en el porcentaje graso y en la
masa grasa, aunque el periodo de intervención es mayor (tres
meses). Datos similares muestra el estudio de Gapmaier et al. (2006),
siendo acompañado, en este caso, el programa de aquaerobic, con
dieta hipocalórica. Uno de los estudios que más se acerca
a nuestra intervención temporal, es el realizado por Saavedra et
al. (2006), con cuatro semanas de intervención, ocho
sesiones, en total de treinta minutos cada una, donde se observa
un descenso significativo del porcentaje graso, en las mujeres
jóvenes que no practicaban ningún deporte.
Las diferencias de los efectos
producidas en los estudios mencionados, con los ocurridos en
nuestra intervención, podríamos estimarlas
principalmente, en la mayor duración temporal de éstos, y
por otra parte, debido a las características de la muestra.
Mientras que en los estudios mencionados, la muestra la conformaron
mujeres pasivas, nuestro estudio se desarrolló con mujeres
activas, según los principios del entrenamiento, los
cambios son menores, por existir un menor rango de mejora
(García, Ruiz y Navarro, 1996).
Aunque como hemos visto, no se
producen cambios significativos, en el componente graso, en los valores
finales del programa, sí se producen en el sumatorio de los
pliegues. Dentro de los pliegues medidos, se puede observar cómo
es el pliegue suprailíaco, el que desciende significativamente.
En los restantes cinco pliegues, se producen cambios, sin embargo, no
son significativos. No hay estudios que se relacionen en este sentido,
con las actividades de aquaerobic, aunque estos resultados no coinciden
con los datos reflejados por otros estudios. En este caso,
después de tener en cuenta, varias regiones corporales y tras un
programa de danza aeróbica y otro de jogging y ciclismo, en las
mujeres de mediana edad, los cambios en el descenso graso se dan en las
regiones del pliegue tricipital y subescapular, en una
intervención trimestral (Shimamoto, Adachi, Takahashi, y
Tanaka, 1998).
Sigue la misma línea, el
estudio de Nild et al. (2000), donde después de un programa de
fuerza-resistencia de seis meses, para las mujeres sedentarias, el
mayor descenso graso se refleja en las extremidades superiores, con
descensos del 31%. Por otra parte, otros estudios referidos a la
distribución de la grasa después de programas de
actividad física, revelan otras zonas como las más
proclives a la pérdida de grasa, como las piernas (Nild et al.,
2000) y la zona abdominal (Irwin et al., 2003; Park et al., 2003), al
finalizar sendos programas aeróbicos (fuerza-resistencia,
saltos, bailes, caminatas, etc.) de doce y seis meses respectivamente,
en las mujeres premenopáusicas obesas. Como vemos, cambian las
zonas con mayor pérdida de grasa, en función de las
distintas actividades físicas, de la duración de la
intervención y de las características de la muestra.
También, resulta
contradictorio el mantenimiento de los perímetros de la cintura
y la cadera, en los sujetos de nuestros estudio, pues según
reflejan los estudios revisados, después de programas de
actividad física, se refleja un descenso en los
perímetros mencionados (Shimamoto et al., 1998; Nildl et al.,
2000; Jakicic, Marcus, Gallagher, Napolitano & Lang, 2003; Irwin et
al., 2003; Church et al., 2009), aunque en programas de una corta
duración (cuatro semanas), se dan cambios en el perímetro
de la cintura, pero, no en el de la cadera (Saavedra et al., 2006).
Estas diferencias vienen dadas fundamentalmente, por las
características de nuestra muestra, pues son sujetos activos con
menor rango de mejora y se encuentran en la etapa peri
menopáusica o menopáusica. Se ha demostrado que en este
periodo, hay mayor resistencia a la pérdida de grasa, en las
zonas centrales del cuerpo (Ley, Lees y Stevenson, 1992).
En relación con el componente
muscular, se observan como el peso muscular y el porcentaje muscular
aumentan significativamente, (p<0,043 y p<0,035 respectivamente)
a la conclusión del programa, con respecto a los datos
iniciales. En los programas aeróbicos acuáticos, existe
una tendencia en ese sentido. Así, en el estudio de Greene et
al. (2009), se observa un aumento significativo de la masa muscular en
las extremidades inferiores, después de doce semanas de
entrenamiento, con un tapiz rodante con resistencia acuática, en
los sujetos con sobrepeso.
Del mismo modo, en los programas de
actividad física general, donde se destina parte del programa al
trabajo de fuerza resistencia, o poseen intensidades altas
aeróbicas, también, se observan incrementos
significativos en la masa magra (Park, 2003), por otro lado, muy
parecidos a las características de nuestro programa. En este
sentido, se refleja una mejora significativa en el componente magro,
después de seis meses de entrenamiento de fuerza-resistencia, en
las mujeres obesas de mediana edad. En la misma línea, quedan
reflejados los estudios de González, Delgado, Contreras y
Vaquero (2003) y Kanemaru et al. (2010), aunque son programas
específicos de fuerza. En este sentido, podemos afirmar, que en
programas de actividad física de una intensidad media-alta, ya
sean de corta o larga duración, hay una mejora en el componente
muscular.
En cuanto al peso corporal y el IMC,
no hubo cambios significativos de los datos finales a los iniciales, en
la intervención que llevamos a cabo. Teniendo en cuenta,
sólo los estudios relacionados con los programas de aquaerobic,
se muestra como en los programas de corta duración, no se
observan cambios en el peso, aún habiéndolos en la grasa
corporal (Saavedra et al., 2006; Bocalini et al., 2003), debido a que
aumenta también la masa magra. Por otra parte, en los programas
con mayor duración temporal, se observa un descenso
significativo del peso (Green et al., 2009; Gappmaier et al., 2006;
López et al., 2005), pues la masa magra se estabiliza y la masa
grasa sigue descendiendo, ya que los sujetos poseen condiciones
de obesidad. Se justifica de la misma manera, el mantenimiento del
índice de masa corporal, durante todo el programa, pues este
índice depende tanto de la masa grasa, como de la masa magra.
Por lo tanto, en este sentido, la
inexistencia de los cambios significativos en el peso y el IMC en
nuestra intervención, se estima que podría ser, debida a
la corta duración del programa de aquaerobic, que como hemos
dicho antes, no facilitaría la pérdida de grasa de forma
significativa.
Centrándonos en los datos que
se muestran, tras un periodo de un mes de desentrenamiento, una vez
finalizado el programa de aquaerobic, y analizando estos datos, tanto
con los del inicio del programa, como con los finales, se observa
que no ha habido ningún cambio entre los datos finales y los de
desentrenamiento, no obstante, se han dado cambios
significativos, entre los iniciales y los del desentrenamiento,
concretamente, se ha seguido la tendencia de cambios significativos
mostrados, entre los datos iniciales y los finales. Así, podemos
observar, cambios sobre el componente muscular (porcentaje muscular y
peso muscular) y sobre el componente graso (porcentaje graso y
sumatorio de pliegues cutáneos), algo que no ocurría,
entre los datos iniciales y los finales. Los restantes datos ofrecen
cambios pero no significativos.
No existen referencias en cuanto al
desentrenamiento, referentes a los programas de aquaerobic y
composición corporal, por lo tanto, vamos a referenciar otros
programas de actividad física, con la cautela que ello debe
generar en el análisis. En general, todas las investigaciones
analizadas muestran claros empeoramientos, en los valores obtenidos
después del periodo del desentrenamiento (Giada, 1995; Prestes,
De Lima, Frollini, Donatto, y Conte, 2009; Winters, 2000). De este
modo, existen estudios donde se refleja un aumento del IMC, y cambios
de composición corporal, con aumento en la grasa corporal,
después de dos meses de desentreno en hombres adultos,
quienes habían realizado actividad aeróbica de
ciclismo y atletismo, durante seis meses (Giada et al., 1995).
Por otra parte, se observa un
mantenimiento de la masa magra, después de una semana del
desentrenamiento de un programa de doce semanas, orientado a la fuerza,
en las mujeres adultas de veinte a veinticinco años (Prestes et
al., 2009). Del mismo modo, se observa que para un grupo de mujeres
premenopáusicas, se refleja un descenso significativo de la masa
magra, después de seis meses del desentrenamiento de un
programa, orientado a la fuerza de un año (Winters y Snow,
2000).
Como se puede observar, los periodos
en el desentrenamiento referenciados, cuentan con una duración
mínima superior a ocho semanas, muy alejados, de las cuatro de
la intervención realizada. Se añade por otra parte, que
el programa realizado se administra a una muestra de mujeres activas.
Por lo tanto, los resultados obtenidos en nuestro estudio, se pueden
explicar sobre dos líneas, la teoría de la
supercompensación, mejoras obtenidas tras un periodo del
descenso de la intensidad en la actividad física, o bien, debido
al poco espacio temporal, desde la finalización del programa de
intervención, siendo éste insuficiente, para denotar
síntomas del desentrenamiento. En cualquier caso, no se puede
afirmar, que los resultados obtenidos con respecto a la
modificación de la composición corporal, son duraderos en
un periodo de cuatro semanas, después del término del
programa de intervención de aquaerobic, en mujeres activas de
mediana edad, pues existen multitud de variables que pueden haber
propiciado estos datos. No se ha controlado en ningún momento,
la alimentación, la actividad física posterior al
programa o el componente personal de los sujetos.
De acuerdo con lo mencionado en los
párrafos anteriores, y con los resultados mostrados en los
estudios que hemos referenciado, con descensos significativos en todos
los componentes corporales, cuando se deja de practicar ejercicio
físico, es necesario pensar en factores de práctica
física, nutricionales o en un factor temporal, tendiente a
interpretar adecuadamente, estos resultados indicados para
próximos estudios.
CONCLUSION
Tomando en cuenta, los resultados
obtenidos en este estudio, se puede concluir que, las mujeres activas
de mediana edad, participantes en los programas de aquaerobic de corta
duración, practicando cinco días a la semana durante una
hora, podrían obtener una ganancia de masa muscular, aunque
podrían no obtener resultados, en cuanto al descenso del
componente graso, así como a los descensos en el peso corporal y
el IMC.
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Recepción: 27 de enero del 2011.
Corrección: 21 de julio del 2011.
Aceptación: 21 de julio del 2011.
Publicación: 31 de julio del 2011.
Artículo de la Revista MHSalud de
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