Revista Perspectivas:
Estudios Sociales y Educación Cívica

N.° 21. Julio-Diciembre, 2020
ISSN electrónico: 2215-4728
Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rp.21.3
URL: http://www.revistas.una.ac.cr/perspectivas
Licencia CC BY NC SA 4.0

Entrevista al Dr. Giovanni Beluche. Educación y Sociedad Costarricense en el Contexto de la Pandemia

Interview with Dr. Geovanni Beluche. Education and Costa Rican Society in the Pandemic Context

Giovanni Beluche Velásquez*

Fecha de recepción: 03/07/2020 • Fecha de aceptación: 10/08/2020

Resumen: En esta entrevista el Dr. Giovanni Beluche ofrece un análisis de los impactos de la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 en el campo de la educación. La entrevista toca los temas de la tecnología y los tecnócratas, el rol de las élites económicas y políticas, y las tareas del educador para luchar por una educación emancipatoria.

Palabras clave: Educación, Tecnología, Pandemia, Costa Rica, Derechos Humanos.

Abstract: In this interview the Dr. Geovanni Beluche offers an anlysis of the impacts the pandemic provoked by the SARS-CoV-2 virus on the education field. The interview touches on the subjects of technology and the technocrats, the role of the economic and political elites, and the tasks of the educator in orter to fight for an emancipatory education.

Keywords: Education, Technology, Pandemic, Costa Rica, Human Rights.

Revista Perspectivas (RP): ¿Qué ha significado la pandemia para el sector educativo costarricense?

Giovanni Beluche Velásquez (GBV): Serían muchos asuntos que afloran con la pandemia relacionadas con educación, pero creo que la más general y no por ello menos importante, es que esta pandemia ha hecho volar por los aires y sin disimulos una sociedad altamente desigual, una sociedad bastante hipócrita, que quiere seguir soñando con el mito de los igualiticos, de que todos tenemos las mismas oportunidades, etc.

La llegada de la pandemia, lo que ha demostradlo es que los niños y las niñas en sus hogares, reflejan esa profunda desigualdad, esas inequidades sociales de una sociedad costarricense que, durante los últimos, como mínimo treinta o cuarenta años, ha venido desmontando lo que se dio a conocer como el Estado Social de Derecho. Sus efectos no son teóricos, son muy prácticos.

Nosotros tenemos más de cien mil niños y niñas que comen al menos un bocado al día en los comedores escolares. Nosotros tenemos niños y niñas que ahora se ve con toda claridad que no tienen ninguna forma de conectarse para llevar sus clases, tenemos otros que tienen conexiones a medias. Es decir, tenemos una diversidad, pero lo principal es que la pandemia le quitó los velos a esta desigualdad, a esta exclusión social, a esas condiciones de pobreza material.

Eso tiene claramente, sus efectos en las posibilidades que el personal docente del MEP tiene para poder llevar a cabo con eficiencia su trabajo. A nosotros nos consta porque tenemos vínculos directos con el sector educación. Los grandes esfuerzos que están haciendo maestras, maestros, profesores, profesoras, para poder cumplir con los niños y las niñas; es muy muy difícil, por las desigualdades que venían desde antes de la pandemia.

Recordemos que antes de la pandemia, éramos un país con un 12 % de desempleo, es una cifra escandalosa para cualquier sociedad que se precie de ser democrática. Teníamos un 12 % de desempleo, más grave para las mujeres, para las juventudes, ya eso era escandaloso. Hoy se habla casi de un 25 % de desempleo, la pandemia lo duplicó, pero si nos devolvemos al punto cero de la pandemia, ya eso significaba miles de familias en condiciones de privación y miles de familias en condiciones de empleo informal.

Yo diría que sería enorme el análisis que uno podría hacer de lo que la pandemia ha implicado para el sistema educativo costarricense, pero quisiera dejar sentado eso. Principalmente, nos ha quitado el velo, para los que no querían mirarlo en una sociedad sumamente desigual.

RP: ¿Podríamos afirmar que la pandemia vino a denudar otra Costa Rica?

GBV: No otra, la real, no la del imaginario de algunos sectores políticos interesados en convencernos, bueno académicos también, en algunos círculos culturales incluso. Encantados de convencernos de que, en Costa Rica, somos igualiticos, pero si uno escarba un poquito, no solo en los datos estadísticos, en los referentes empíricos, sino en las propias realidades, y uno sale camina un poco por nuestros barrios, se baja de los automóviles, se mete a algunos barrios, va a descubrir esa otra Costa Rica.

Ojo barrios en condiciones de desventaja social muy profundas y para algunos que todavía son xenofóbicos, le quiero decir con claridad que no estoy hablando de barrios con emigrantes nicaragüenses, no, en esos lugares viven miles de familias costarricenses en esas condiciones. Esa es una Costa Rica que está ahí, pero también hay otra.

Hay una Costa Rica que la pandemia no le ha implicado ningún problema. Es decir, cuando se dice que todos estamos pasando la tempestad en el mismo barco, eso no es cierto, hay unos que la están pasando agarrados a una tabla, a como puedan para no ahogarse y hay otros que la están pasando en un yate o en un crucero y siguen haciendo clavos de oro en medio de la miseria de grandes mayorías de costarricenses.

Es decir, hay varias Costa Ricas, pero esta es una que es parte de la realidad, la que no quieren mirar algunos, la que no nos gusta, la que no queremos enseñar, que no vende para el turismo, pero si no ocupamos de ella, no podemos taparla y como una olla a presión nos va a reventar en algún momento.

Creo que la clase política debe entender que están cultivando un gran estallido social, que no sabemos cuándo va a suceder, uno no lo puede predecir, un sociólogo no puede decir cuándo. Lo que sí podemos decir es que, si se sigue metiendo leña, carbón a una olla de presión, que está llena de descontento, llena de molestia, va a estarllar; hay gente que está indignada de verdad y la indignación crece sobre todo por la desigualdad en la sociedad.

Una parte de la sociedad mayoritaria está viendo que no puede garantizar el plato de comida de sus hijos para hoy, mientras también, está contemplando como otros siguen viviendo un gran plan. Estos o gobiernan o le hablan al oído del gobierno de la República y a los diputados.

Esos son los que están tomando las decisiones que para nosotros son completamente desacertadas, porque no contribuyen a bajar la presión social, no contribuyen a construir paz social, no contribuyen a construir democracia, no contribuyen a construir vida digna para las grandes mayorías. A lo único que contribuyen es a seguir enriqueciendo a los sectores ganadores de un modelo que venimos arrastrando, ya desde hace unos treinta, casi cuarenta años, cuyo resultado son evidentes.

La pandemia lo que hace es denudar eso, quitarle los disimulos, los pelos. Hasta la pandemia tiene rostro social; porque no es cierto, que no se están muriendo los ricos, no, no es cierto, no estoy diciendo que no les pueda dar el COVID a un rico, si le puede dar, si se puede morir. Pero los enfermos, las grandes mayorías, los están poniendo los de los caseríos, los trabajadores de las fincas agrícolas, los jornaleros y jornaleras de las piñeras, la gente que tiene que viajar en bus. Volviendo al tema de la educación, lo más triste es que los niños y las niñas más vulnerables, son los más vulnerabilizados en esta situación.

RP: En relación con todo esto que presenta la pandemia, la ONU habla hoy de huérfanos y analfabetos tecnológicos, refiriéndose a las generaciones que se les denominó en su momento nativos tecnológicos. ¿Cuál es su criterio sobre estos dos términos?

GBV: Yo creo que gustan de construir muchos eufemismos, esto de nativos tecnológicos es uno, porque a todas luces ahora con la pandemia, si alguien tenía dudas, no es cierto que las generaciones de ahora son nativos tecnológicos. Tal vez, saben que existe una diversidad, de aparatos de tecnologías, etc., pero esto es muy diverso. Yo no diría que son huérfanos tecnológicos, yo diría que son hijos de un sistema de acumulación injusto, que genera inequidades, que le es inherente a generar pobreza material. Ojo siempre hablo de pobreza material, porque estas familias tal vez están en esa situación, pero pertenecen a veces a grupos o pueblos muy ricos culturalmente, de mucha riqueza cultural, espiritual y moral incluso más que otros.

Yo creo que como es un eufemismo esto de nativos tecnológicos, me parece un poco ofensivo esto de huérfanos tecnológicos. Esto porque quita el punto de atención, la mira del verdadero problema. Es decir, no es que no tuvieron papás y mamás que les dieran tecnología, no, es que tiene un papá y una mamá que se llama sistema de dominación capitalista dependiente y nacieron allí por desgracia, en familias en condiciones vulnerabilizadas, empobrecidas, donde el acceso a la tecnología es un verdadero lujo.

Me parecen como muy eufemísticas estos términos, como para evadir, o eludir el origen real de la desigualdad. El origen a que haya niños y niñas con acceso a tecnologías y que haya niños y niñas sin acceso a tecnologías, es el mismo de que haya niños y niñas que hoy van a comer tres platos fuertes y hay niños y niñas que comen si con suerte en la escuela está abierto el comedor, el CENSINAI o algún programa de ayuda social. Es esa misma desigualdad, es decir hay unos que tienen acceso y otros que no lo tienen. En medio puede haber unos que tiene un poco de acceso a algunos recursos y a otros no.

Vivimos en una sociedad que desde cualquier modelo de estratificación social o de clases sociales, es una sociedad muy polarizada. Una sociedad donde la riqueza producida por grandes mayorías cada vez es apropiada por una minoría, de corporaciones y organismos transnacionales y los ganadores de este modelo que también con socios nacionales de este modelo.

Me parece una injusticia pensar en los niños y niñas de una familia indígena como huérfanos o analfabetos tecnológicos, me parece un poco hasta vulgar referirse a ellos así. Uno podría describir de una manera más respetuosa, más desde la dignidad del ser humano, desde la dignidad de las comunidades en desventaja social, describir el fenómeno al cual se quieren referir.

También hay mucha gente que les encanta evadir el fenómeno, como los organismos de las Naciones Unidas. Este es un modelo que genera muchas desigualdades y no solo en lo tecnológico, en el acceso a la comida, al empleo digno, a la salud, a medicinas. En cima de eso se les acomoda el modelo, en el caso costarricense, donde los sectores más humildes son los que salen más maltratados. Toda la carga que ha provocado la pandemia, se ha colocado sobre las espaldas de las clases más desposeídas.

RP: Le voy a plantear una ecuación, pandemia, tecnología, educación e igualdad, nos gustaría que se refiriera a ella.

GBV: Excelente pregunta, quisiera primero referirme a uno de los términos en esa ecuación que es el de las tecnologías. Muchas veces nos referimos a las tecnologías, como si fuera un concepto acabado y es un concepto que se puede entender de distintas formas, es polisémico. Porque tiene que ver con el uso y el acceso de la tecnología.

Por ejemplo, yo te podría decir que la tecnología se puede usar para la paz y se puede usar para la guerra. La tecnología se puede usar para la recreación, para estudiar, para trabajar, para enseñar, para aprender, para hacer negocios, para estafar, para aclarar verdades, para exponer verdades, para engañar a la gente, es decir la tecnología no es algo muerto, es algo dinámico y depende del uso que se le dé y para qué.

Esto tiene que ver con el asunto que hablamos antes de los nativos tecnológicos. Porque hay muchos chicos, incluso de clase que tiene un manejo de la tecnología, por ejemplo, para la recreación y nunca la habían usado probablemente para estudiar, están aprendiendo a hacerlo.

Llevan una ventaja sobre los que no tenían ningún conecte con las tecnologías. Pero bueno eso nos dice que las tecnologías es algo polisémico, depende de como lo coloquemos. Pero en esa ecuación y no sé si los matemáticos me perdonarán, en ese cuatrinomio, pandemia, tecnología, educación e igualdad.

Me gustaría hacer otra ecuación y decir, pandemia, empleo digno, salario justo, justicia social, podríamos hacer una ecuación así. Pero esa que yo estoy proponiendo, no es la que hay, esa es nuestra utopía. Utopía convertida probablemente, por mucha gente, verdad, pero la que existe pandemia, tecnología, de acceso para algunos, educación troncada, por todo lo que hemos hablado de la falta de acceso, que es un problema de carácter societal.

No es responsabilidad del director del colegio, o de las maestras, es más ni siquiera de la Ministra de Educación, es un problema de carácter societal. Nuestras limitaciones de carácter tecnológico en servicio de la educación. Acá tenemos una super intendencia de telecomunicaciones, que la verdad que yo no se para qué sirve.

Cuando se creó se prometió que allí iban a aportar las empresas de tecnología celular y que los recursos se iban a utilizar para generar equidad en el acceso tecnológico. Si hubieran hecho el trabajo que tenían que hacer, no estuviéramos viendo los problemas de acceso tecnológico que están afectando al sistema educativo.

Cómo no va a ver un problema de pandemia, que se refleja en faltas de acceso tecnológico, para grandes mayorías, relacionadas con el deber de la educación, en un contexto de desigualdad, si los que tiene que aportar para eso no lo hacen. La pandemia hizo volar por lo aires todos los disimulos y ahí están los resultados. No hay un circulo virtuosos entre los aspectos de pandemia, tecnología, educación e igualdad.

Alguien podría proponer otro, que estuviéramos enfrentando una pandemia, en un marco de empleo digno, donde la gente tuviera un salario justo, una sociedad con justicia social, que garantizara el acceso y la prevención para el tema de salud y que posibilitara el acceso de los niños y las niñas a la educación, a la cual tienen derecho y a la cual merecen. Pero el modelo de acumulación no ha generado esa sociedad con que algunos soñamos, ha generado la otra, la de la igualdad.

RP: Durante esta coyuntura histórica, qué papel juegan los sectores que han sido históricamente vulnerabilizados, los grupos subalternos que prácticamente han sido invisibilizados.

GBV: Si tratamos de hacer como una caracterización, de los que podríamos señalar como sectores vulnerabilizados, los sectores perdedores del modelo de acumulación, aperturista, encabezado por los neoliberales, que se ha impuesto en Costa Rica hace unos treinta o cuarenta años, tendríamos que decir que es muy diverso. Allí caben el sector obrero campesino, parcelero, productor de granos básicos, que producen para le mercado interno, son los golpeados por el modelo aperturista, no son ganadores.

Pasaron a ser jornaleros agrícolas, en las grandes fincas agroexportadoras, protegidas al máximo, pueden contaminar los trabajadores, los mantos acuíferos. Hay escuelas donde los niños abren el tubo para tomar agua y no pueden tomar porque está contaminada desde los mantos acuíferos. Estas grandes haciendas se nutren de mano de obra en condición de esclava, de migrantes nicaragüenses, de indios nöbes.

El campesino parcelario está condenado a sufrir, a partir de un Tratado de Libre Comercio que se firmó y otros que se han firmado por parte del Estado costarricense. Ese es uno en el campo, también están los sectores artesanales, los artesanos, las artesanas. Hoy sale más barato comprar un zapato que viene de China o Singapur, bien brillante, bien bonito y los zapateros y las mujeres zapateras, que confeccionaban calzado, con las cuales yo trabajé en la década de los 90 en los barrios del sur de San José, no pueden competir con eso. No se puede competir con el precio del calzado que viene hecho por mano de obra en condiciones casi de esclavitud de esos países.

Ese es otro sector vulnerabilizado, ni se diga del sector informal, de los vendedores ambulantes, de las mujeres que trabajan brindando servicios domésticos a las casas. Hay leyes que dicen que tiene un salario mínimo y un horario de jornada laboral y todo mundo sabe que no se les respeta eso.

En general, los sectores populares en el 2018, los trabajadores y trabajadoras de la Caja, principalmente educación, dieron una pelea histórica, una lucha heroica, contra el Plan Fiscal, donde estos sectores le advirtieron a la población costarricense que esto iba a ser nefasto. Ahora hay gente llorando porque le pusieron impuestos a la canasta básica, pero los educadores se los dijeron en el 2018 y los trabajadores de la salud también.

Es la hipocresía de la sociedad nuestra, que ahora aplaude a los héroes y ángeles de bata blanca, pero cuando estaban peleando por sus derechos laborales, les decían vagos y sinvergüenzas, vayan a trabajar. No solo estaban peleando por sus derechos laborales, estaban peleando por la estabilidad de la Caja Costarricense del Seguro Social, donde ellos y ellas atienden a los que les llamaban vagos.

Los sectores de los empleados públicos que han sufrido una campaña sistemática de mentiras, de parte de medios de información, influyentes de medios de creación de opinión pública. Donde le han dicho al costarricense durante años que la culpa de todas las desgracias de Costa Rica, la tienen los empleados públicos y ahora las universidades públicas también y los sindicatos.

Hablar de los sectores vulnerables o vulnerabilizados son muchos. Pero qué tienen en común, que, desde hace varios años, se ha venido criminalizando la protesta social. Hace unos años era una contravención un bloqueo de carreteras, hoy es un delito penal. Esta clase política, nos devolvió a más de 40, 50 años atrás en la historia de Costa Rica, en términos de derechos sociales y laborales, allá nos devolvieron.

No quiero decir que no haya habido sectores sindicales que han sido abusivos. Por supuesto que hay abusos, en un matrimonio político entre algunas cúpulas sindicales con los partidos políticos que han gobernado durante todos estos años. Y también, hay que decir que hubo convenciones colectivas abusivas, donde hay eventos que no debieron ser y que se han prestado para desprestigiar al movimiento sindical. Pero como yo siempre digo, no arrojemos el bebé con el agua sucia, el derecho a la sindicalización es una necesidad de cualquier sociedad democrática.

Los únicos países donde no hay sindicatos y si los hay son dirigidos por el partido comunista son los regímenes autoritarios. Y si hay un líder sindical que cuestiona algo del régimen, este va para afuera. No estoy diciendo que la sociedad norteamericana sea más democrática que la cubana, por ejemplo, pero hay que tener la capacidad crítica para los unos y para los otros.

No podemos soñar con una Costa Rica democrática sin organizaciones sindicales. Y en Costa Rica, la Constitución dice que hay derecho a la sindicalización, pero en el mundo real se conculca ese derecho en cuanta empresa privada, en cuanto a alguien se le ocurra, donde huela siquiera, donde alguien piensa hacer una organización sindical, que no sea solidarista, los corren. Estos sectores vulnerables están realmente muy golpeados por los grupos de poder.

RP: ¿Cómo podríamos inferir el futuro de nuestra educación después de estos dos acontecimientos que se generaron de manera simultánea, uno la pandemia y el otro el ingreso de nuestro país a la OCDE?

GBV: Lo primero es que, si nos miramos en el espejo de Chile, México y creo que Colombia, también está en la OCDE, te digo yo no quiero estar como el Chile que tuvo una rebelión social a fines del año pasado, que no siguió por culpa de la pandemia. Si no fuera por la pandemia, no se que hubiera parado en Chile, país miembro de la OCDE.

México lleva cien mil muertos en diez años, en una guerra civil frente a los grupos narcos. Con unos niveles de pobreza material impresionantes o la desigualdad y la corrupción de México. Colombia ni se diga, es un desastre de país, desigualdad, crímenes. Todos los días matan líderes populares, líderes indígenas, mujeres dirigentas. Líderes sindicales y no pasa nada, esa es la Colombia de la OCDE.

Qué significa realmente la OCDE, para un país como Costa Rica que supo construir en el pasado un modelo solidario. Lo segundo es que sobre la educación a mí me preocupa que OCDE es más de educación tecnocrática, es continuidad del modelo del Banco Mundial, tan impulsado acá por el Ministerio de Educación.

Me preocupa por que quienes amamos esta noble labor que se llama educación y quienes la ejercemos en el sector público, sabemos que la educación tiene que ser contextualizada y tiene que ser pertinente para que sea significativa para las personas estudiantes.

Una educación que no se conecta con mis realidades no me dice nada y por lo tanto yo para que voy a ir. Las fórmulas que tratan de globalizar o unificar una propuesta de modelo de educación basado en dos, tres, cuatro ejes, son peligrosas si no tenemos al frente del sector educación gente que sepa tropicalizar estos ejes y que sepa que no se deben aplicar recetas de manera inflexible.

Yo que soy profesor de maestros y maestras en la universidad en maestrías de la educación, yo siempre les digo miren el educador o la educadora, para poder serlo tiene que ser un poco transgresor. Esto porque el sistema es muy aplastante, el sistema no te deja ser educador, el sistema si pudiera, te convierte en un fabricante de planes y de informes y todo el mundo se le ocurre pedirte un informe cada vez que se le ocurra y no podés ser realmente educador. Si se lo digo a los jóvenes maestros y maestras, que hay que ser un poco transgresor, los gobiernos, los Estados deberían ser un poco transgresores, saber que sirve y qué no sirve, que aplica y qué no me aplica.

Me preocupa mucho por qué, porque hablan de la revolución tecnológica y todas estos temasy nosotros tenemos escuelas que se están cayendo a pedazos, niños y niñas que no se pudieron conectar para recibir la clase hoy. Entonces estas propuestas del segundo y tercer idioma, estas propuestas del manejo de tales tecnologías, estas propuestas de pensamiento matemático, lógíco matemático, etc. Cómo se van a traducir para que tengan acceso a ellos y ellas estas mayorías o se van a convertir nuevamente en el privilegio de unas minorías.

Me preocupa también que por inspiración de la OCDE ya en Costa Rica se ha planteado la necesidad de reducir los presupuestos de las universidades públicas. Porque se considera que el Estado gasta demasiado dinero en universidades públicas. Se ha llegado a plantear que el fondo especial para la educación superior, el FEES coloca en desventaja a las universidades privadas. Es decir, a negocios privados cuyas utilidades y ganancias van dirigidas a ir a la caja registradora de sus dueños, se consideran en desventaja, frente a las universidades públicas, porque reciben el FEES.

No ha faltado quién proponga que se rebaje el FEES y que parte de esos dineros se le den al CONESUP, para financiar los procesos estos de certificación, para ayudar a las universidades privadas que logren alcanzarlo con financiamiento y apoyo del CONESUP.

Se ha llegado a plantear que se les ponga examen a las maestras, los maestros, y docentes de secundaria para poder ingresar a trabajar en el MEP. Entonces para qué le dan licencia a una universidad pública y ni se diga privada, para dar títulos de educación, sino confías en la calidad de esa educación.

Entonces para qué está el CONESUP, si un chico se gradúa de una universidad privada como educador y viene al MEP a pedir trabajo, por qué le van a poner un examen. Es que no confían en la calidad de esa educación que da la universidad privada que tienen que ponerle un examen, bueno y qué está haciendo el CONESUP. No se supone que deben supervisar lo que están haciendo las universidades privadas y también las públicas. Porque no le voy a decir que en las publicas las escuelas de educación sean una maravilla, no vamos a entrar en el tema porque no es el tema de ahora.

Si todo eso son efectos de la OCDE, me parece muy bien que se preocupen de la calidad de la educación. Pero por calidad de la educación, tendríamos que discutir qué entendemos cada quién. Porque para mí calidad de la educación, significa también, no lo que piensa la OCDE en su oficina refrigerada en el extranjero.

Para mí calidad de la educación es que, en una escuela indígena, también hay una huerta con plantas medicinales de acuerdo con la tradición de esa cultura indígena. Y que esas plantitas puedan ser utilizadas para las curaciones de la comunidad. O que como es posible que tenemos colegios rurales donde no hay huerta escolar, para mí eso es también calidad de la educación.

Porque yo quiero que ese chico se gradúe, porque si él quiere ser médico, que pueda hacerlo, si quiere ser ingeniero, que pueda hacerlo. No importa la escuela o el colegio rural, indígena, metido allá en cualquier monte de Costa Rica, todos los niños y niñas tienen derecho a una educación de calidad, para eso hay una currícula nacional.

Pero la educación no se agota en la currícula nacional, hay una contextualización, hay una pertinencia que hacer; porque si ese chico es hijo de agricultores, también debería aprender de la agricultura. No estoy diciendo que lo condenen a ser agricultor, esa será su decisión.

Yo pongo siempre el ejemplo de Bélgica, que es un país que de comunista no tiene nada, ni sospechosamente, pero mis amigas de allá me cuentan que la educación primaria y secundario en Bélgica, solo es pública, está prohibida la educación privada. Porque están convencidos que todos los niños y niñas, deben tener las mismas oportunidades y la misma calidad de la educación.

Cuando llegan a las universidades privadas, muy buenas y hay públicas muy famosas, en bélgica pueden escoger, pero en igualdad de oportunidades, que eso es lo que no tenemos nosotros. En esa desigualdad de oportunidades, qué va a aportar la OCDE, que nos aporta, en términos de educación. Yo en esto no tengo muchas respuestas, más bien tengo muchas preguntas, al respecto de esto y creo que se ha hablado poco, se ha dialogado poco.

Tal vez, la pandemia nos ha distraído como sociedad, pero aquí hacen el estudio del Estado de la Educación y yo escucho a Isabel Román, en los medios hablando de todo lo que hay que mejorar en la educación. Algunas opiniones las comparto, otras creo que no, pero bienvenido sea.

¿Por qué no nos ayudan a traducir las implicaciones de esto de la OCDE y lo que ha implicado? porque ya hay suficiente trecho recorrido, el modelito del Banco Mundial y ahora la opción por las competencias, por la educación basada en normas de competencia. Prácticamente, tirando a la basura todos los esfuerzos que hemos hecho por modelos educativos basados en el socioconstructivismo, en el aprender haciendo, etc.

Lo criticamos tanto que los ideólogos del modelo de competencias son tan sinvergüenzas que lo incorporaron en su léxico y empezaron de repente a hablar de competencias blandas, de competencias duras, de aprender a hacer, de aprender a tal y se lo enseñan a la gente como si eso fuera una creación del modelo por competencias. Yo conocí el modelo por competencias desde que llegó a Costa Rica y eso no era parte, no es cierto que era parte de ese modelo. Ya ha pasado suficiente tiempo como para valorar todo esto, antes de salir corriendo frente a otra nueva gran promesa.

En estos modelos hay un desprecio hacia las humanidades, los chicos no necesitan aprender historia, dicen ellos. Para qué historia si lo que necesitan es robótica. Yo creo que deben aprender robótica y deben aprender historia, no los puedes poner a escoger. Yo trabajo también en una universidad técnica, nosotros no queremos ingenieros, o directores de recursos humanos, que sean gente insensible al dolor humano, que no le apuesten a un desarrollo incluyente.

Nosotros queremos formar chicos y chicas que sean los mejores en términos de formación técnica vocacional, pero que si están en un congreso en Alemania y oye una marimba guanacasteca que se le paren los pelos, y que se impresione.

O que tenga la capacidad de apreciar a Mozart, o, aunque seas ateo, te puedas sensibilizar cuando ves la Piedad de Miguel Ángel, por la categoría de obra maestra que es. Como logra Miguel Ángel esa mirada de la Virgen viendo a hijo que yace muerto en sus brazos. Es una belleza, como van a privar a nuestros profesionales de la formación esa de las sensibilidades por las artes. No digo bellas artes, porque no hay artes feas, todas son bellas. Por las artes, por la música, por la escultura, por su propia historia, por su propia música.

Yo he preguntado en grupos universitarios, cuántas culturas indígenas hay en Costa Rica y muchos no lo saben. Después les pongo un mapa para que me las señalen y no las saben ubicar. Dentro de poco si seguimos así no van a saber que hay siete provincias, no saben que hay 82 cantones, no, algunos a lo más creen que todavía hay 81.

Qué estamos formando, esa educación tecnocrática, además antropocéntrica, generadora de individualismo, de egocentrismo, de consumismo, cuyo mensaje de éxito es tener plata. Yo no quiero formar chicos que no quieran ganar bien, pero que sepan que el buen vivir, no es solo yo estar bien. Porque salgo a la calle y el resto están mal me van a apuñalear, yo quiero una sociedad que avance en términos de equidad social, donde todos vivamos mejor no solo yo.

Estos sectores tecnocráticos, propnen una educación sin humanidades, es más quieren que las universidades públicas renuncien a la formación de humanidades para que compitan con las universidades privadas. Imaginemos que somos gerentes de una empresa y queremos contratar a un nuevo ingeniero, contrataríamos a uno que sea una extensión de la máquina o preferís a uno que sea un trabajador eficiente, pero que pueda sostener con vos una conversación como una persona culta.

Si las empresas quieren formar peones que formen extensiones de máquinas, pero si quieren formar chicos que nada malo tienen, porque no hay que ser ofensivos, que puedan ingresar en la pirámide de la empresa, desde los puestos base, porque son puestos dignos también. Pero que ese chico lleva un arsenal para crecer dentro de la organización, va a crecer más el muchacho que es más culto, no solo el que sabe mover la máquina, ese probablemente, va a mover la máquina toda la vida, como aquella película de Chaplin, Tiempos modernos.


* Costarricense-panameño. Doctor en Estudios de la Sociedad y la Cultura por la Universidad de Costa Rica (UCR), San José, Costa Rica. Docente e investigador en la Universidad Técnica Nacional (UTN), Sede Central, Alajuela, Costa Rica. Coordinar del Programa Institucional de Formación Humanística en la UTN, Sede Central, Alajuela, Costa Rica. Correo electrónico: gbeluche@utn.ac.cr.

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