Revista Perspectivas: Estudios Sociales y Educación Cívica
N.° 24. Enero-junio, 2022
ISSN electrónico: 2215-4728
Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rp.24.3
URL: http://www.revistas.una.ac.cr/perspectivas
Licencia CC BY NC SA 4.0

Enseñar historia mediante las redes sociales y enseñar sobre redes sociales mediante la historia: los alcances de las redes sociales en la enseñanza de la historia

Teaching History through Social Media and Teaching about Social Media through History: the Scope of Social Media in Teaching History

Marisol Gamboa Fallas*

Fecha de recepción: 13/07/2021 • Fecha de aceptación: 22/08/2021

Resumen: El presente artículo fue inicialmente presentado como ponencia en la mesa de Enseñanza de la Historia, en el Congreso Centroamericano de Historia. Describe el uso de las redes sociales en la enseñanza de la Historia, como forma de incorporar tecnologías educativas en esta disciplina, con el objetivo de fortalecer habilidades variadas en el estudiantado que nutran tanto el pensamiento histórico como las competencias digitales. Esto se impulsa en el marco de la Nueva Ciudadanía y la Ciudadanía Digital impulsada por el Ministerio de Educación Pública. En el contexto de un curso libre de Historia Antigua, se realiza una observación estructurada y entrevistas al estudiantado para analizar los alcances de emplear las redes sociales en la didáctica del curso. Entre las conclusiones logradas, se denota que el uso de redes sociales permite el fortalecimiento de habilidades como la comunicación, el pensamiento creativo y el manejo de la información. Además, es un espacio idóneo para el ejercicio de la ciudadanía digital y son un medio para la divulgación que afianza su conocimiento.

Palabras claves: Ciudadanía digital; divulgación; Estudios Sociales; motivación; redes sociales; tecnología educativa.

Abstract: The following article was initially presented in the Central American History Congress as part of the History Teaching section. This article describes the use of social media in History Teaching, as a way to include educational technology in this discipline, with the objective of fortify different abilities in students that contribute in their historical thinking and technological competences. These intentions are built in the frame of the Ministry of Public Education of Costa Rica that promotes a new citizenship that involves the development of a digital citizenship. In the context of an Ancient History course, the impact of using social media as part of the didactic is analyzed through a structured observation and several interviews to students. As part of the conclusions, is possible to affirm that using social media allows to fortify abilities as communication, creative thinking and information management. Also, social media is an ideal space to exercise digital citizenship and offer a path to divulgate and strengthen their knowledge.

Keywords: Digital Citizenship; Divulgation; Social Media; Social Studies; Technological Education.

Introducción

La enseñanza de la Historia ha implicado diversos desafíos, y acarrea señalamientos sobre su utilidad en la sociedad globalizada o bien, sobre su uso indebido en contextos políticos. Con el objetivo de que la disciplina histórica cumpla con su función social, a través del desarrollo educativo, se busca que la enseñanza de esta disciplina sea un medio para entender la sociedad en que se vive, pero también, para adquirir habilidades que permitan generar conocimiento científico y cuestionar aquellos mitos y estereotipos que se han implantado en una sociedad. La Historia como disciplina y asignatura necesita responder a las necesidades actuales y vincularse con los contextos del presente. Por tanto, desde este espacio se propone a las redes sociales como un medio para generar ese puente ante los ojos del estudiantado y que se vuelva una herramienta para la docencia.

De acuerdo con Colas, González y Pablos (2013) el uso diario de tecnología y, con ella, de las redes sociales, se vuelve más accesible progresivamente y se populariza en la población. Por lo que el sistema educativo ha requerido adaptarse a estos elementos en la dinámica áulica. Aunque, de forma inicial se opta por suprimir la existencia de aparatos y aplicaciones tecnológicas al imponer sanciones ante su uso en el aula, son cada vez más las personas que reconocen que la tecnología es beneficiosa al incorporarla en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por ello se busca estudiar los alcances de desarrollar estrategias didácticas mediante el uso de redes sociales, en el contexto de la clase de Historia, como medio para enlazar el contexto actual y el devenir histórico.

Esto, si se parte de la idea de las redes sociales como una nueva forma de comunicación que se desarrolla a partir del uso de la tecnología y con gran protagonismo de las personas jóvenes. Concretamente, se orientan los objetivos específicos al estudio de tres variables: las redes sociales como elemento motivacional, el fortalecimiento de la ciudadanía digital desde la enseñanza de la historia y, finalmente, la viabilidad de conjugar el conocimiento histórico y las redes sociales como un medio para la divulgación del conocimiento construido. Muchas personas docentes sienten temor alrededor del uso de redes sociales y han recargado en las mismas una figura de villano, pues las califican como las causantes de distracción y desinterés por parte del estudiantado. (Islas y Carranza, 2011). Sin embargo, en el presente artículo se pretende visibilizar que estos aspectos lejos de ser limitaciones para el uso de las redes sociales, son, al contrario, un espacio para desarrollar habilidades y competencias de acuerdo con las necesidades de la sociedad actual.

El uso de las redes sociales en las lecciones puede implicar un desafío tanto para la persona docente como para el estudiantado. La persona docente deberá comprender la dinámica de la red social y sus espacios más provechosos para el desarrollo académico, mientras que, parte del estudiantado, probablemente, deberá lidiar con la reconceptualización de la red social para otros usos, además de su contenido personal. Aun con los retos que esto pueda implicar para los diversos actores, la importancia de esta temática radica en que las redes sociales son el medio primordial de socialización para las personas adolescentes en el contexto actual (Cruz, 2017). Por lo tanto, es necesario que las personas adolescentes comprendan cómo desarrollarse en estos espacios de forma segura y sacándoles el máximo provecho, en concordancia con sus intereses.

Bajo esta orientación, se suma que el Ministerio Educación Pública Costarricense considera como parte de su política Educar para Nueva Ciudadanía, la necesidad de promover una ciudadanía digital con equidad social, que busca combinar el componente humano y cultural con las tecnologías de la información y la comunicación. En lo cual se considera que las redes sociales toman protagonismo, al ser el medio por el cual las personas se identifican y crean lazos sociales. Por tanto, la idea central que guía esta investigación es la intención de posicionar las redes sociales como una herramienta valiosa en la enseñanza de la historia al partir de su carácter vinculativo con la divulgación histórica. Asimismo, se pretende plantear la enseñanza de la Historia como un espacio para cultivar las habilidades de una ciudadanía digital.

Antecedentes teóricos

Para la presente investigación se considera vital esclarecer la teoría empleada para trabajar las temáticas de motivación, ciudadanía digital y divulgación histórica con el objetivo de comprender aquello que se observa en el contexto del aula. La motivación, inicialmente, debe reconocerse como un estado dinámico que puede fluctuar y provenir de diversos espacios. Se debe contemplar la división tradicional de una motivación intrínseca y una extrínseca, la cual implica que la persona puede sentir motivación originada con base en sus propios intereses, al sentirse interpelado por una temática (intrínseca), o bien esta puede provenir de elementos externos y ambientales que condicionan el deseo de la persona por participar de cierta actividad (extrínseca). El objetivo de la docencia es propiciar el equilibrio de la motivación extrínseca e intrínseca, ya que esto permite que el estudiantado disfrute la actividad y, a la vez, sienta la necesidad de realizarla por elementos ligados a la sensación de logro. (Soriano, 2001)

Seguidamente, la ciudadanía digital ha sido catalogada como uno de los objetivos primordiales de la educación costarricense, al ser incluida como pilar de la reforma curricular de sus asignaturas. La ciudadanía digital implica el conocimiento de aquellas normas de comportamiento adecuadas al emplear la tecnología (Ministerio de Educación Pública, 2015). Las diversas transformaciones en los espacios tecnológicos han generado que se conformen comunidades virtuales donde los y las estudiantes deben adquirir habilidades para su interacción y máximo aprovechamiento. En el presente contexto debe contemplarse que aun en un entorno tecnológico existen lineamientos legales, éticos y actitudinales que implican respeto y responsabilidad.

Por último, se considera relevante el concepto de divulgación histórica. El cual implica un ejercicio donde el conocimiento histórico producido de forma sistemática traspase el círculo académico, para ser conocido y asimilado por la población en general (Molina, Rodríguez y Sánchez, 2015). Esto, a la vez, debe implicar que el conocimiento se transmita no solo para ser memorizado, sino para cumplir con la función social de la Historia donde se busca que las personas comprendan el desarrollo actual de la sociedad, con base en su devenir histórico y que esto le permita proyectar dicho conocimiento a su futuro.

Metodología

La presente investigación posee una metodología de carácter cualitativo, la cual permite que “se describa y analice las conductas sociales colectivas e individuales, las opiniones, los pensamientos y las percepciones” (Macmillan, y Schumacher, 2005, p. 400). Dado que el uso de las redes sociales en el contexto del aula posee muchas variables que interesa conocer en función de sus alcances, se considera idóneo trabajar desde el enfoque cualitativo para analizarlas, dando una voz al criterio del estudiantado. Dicha observación se acompaña del desarrollo de una investigación documental, que permite, con posterioridad, contrastar y respaldar lo observado. Además, se realizan diversas entrevistas no estructuradas a estudiantes, de acuerdo con lo observado en el desarrollo del taller, con el objetivo de recolectar información alrededor de sus acciones y explicar, con mayor profundidad, lo observado (Baptista, Fernández y Hernández, 2010).

La investigación se realiza, con base en la población que participa de un taller optativo sobre Historia Antigua de América para estudiantes universitarios, provenientes de diversas áreas de estudio que incluyen educación, ciencias sociales, ciencias de la salud, ingeniería y diseño. Como técnica que faculta la recolección de datos se emplea la observación estructurada amparada en una lista de cotejo que contempla elementos actitudinales. La lista de cotejo emplea criterios a observar que se agrupan en tres ejes:

Motivación: Busca observar la motivación del estudiantado, en relación con las actividades propuestas. Tomando en cuenta que el uso de las redes sociales como creador de contenido era obligatorio, mas no el compartir contenido en sus redes, se observa la motivación que existe por compartir el contenido en sus redes sociales, aunque sea una actividad opcional.

Ciudadanía digital: En lo que respecta al cultivo de dichas habilidades, se observa si la persona estudiante participa y muestra interés en espacios que le permitan convivir en una comunidad digital y adaptarse como integrantes de esta. Para ello, se examinan también, los alcances de sus publicaciones en redes sociales, para visualizar la interacción propiciada.

Divulgación histórica: Interesa observar si la persona estudiante evidencia apropiación del contenido en sus producciones; además, si la persona se interesa por participar de actividades de divulgación histórica. Conjuntamente, se determina si la persona propone actividades concretas que contribuyan a la divulgación histórica de los conocimientos adquiridos.

La información recopilada y los datos recolectados mediante las entrevistas son contrastados con teoría existente alrededor de las temáticas de interés y proveniente de diversas corrientes para evidenciar los alcances de la didáctica empleada.

Enseñar historia con redes sociales

La historia como ciencia social implica diversas habilidades que responden a su complejidad, y el principal desafío al enseñar esta disciplina es ejercitar y fortalecer estas habilidades para extraer el máximo provecho posible. Esto se vuelve aún más complejo cuando el estudiantado se muestra desmotivado y desvinculado de las temáticas tratadas, por lo que, desde la enseñanza de esta disciplina se buscan medios para generar vinculación e interés. En este escenario, surge el uso de la tecnología en las estrategias didácticas, la cual se ha intentado vender como la solución para la motivación instantánea. Aunque parece ser claro que las tecnologías no ofrecen una solución inmediata a los retos de la enseñanza de la Historia, empleadas de forma metódica sí pueden ser un medio para presentar nuevos retos al estudiantado que les genere interés en la disciplina.

La utilización de redes sociales y tecnología en el ámbito educativo ha ampliado el rango de posibilidades en cuanto a las estrategias didácticas que se emplean en la enseñanza. El uso de estas herramientas permite una mejor comunicación entre las personas involucradas y un mayor acceso a la información, así como la generación de espacios cooperativos y participativos. Lo anterior propicia que se coloque al estudiante en una posición de exploración digital (Payá y Álvarez, 2015). La Historia como disciplina que se guía por la investigación y la rigurosidad científica requiere que el estudiantado, inmerso en esta asignatura, tenga la capacidad de explorar e indagar con base en los recursos que posee.

Los medios de acceso a la información que representan las redes sociales y otros mecanismos tecnológicos deben ser aprovechados para que el alumnado se acerque a la lógica de exploración y cultive, desde la práctica, aspectos como, seleccionar un tema, justificar su importancia, respaldar dicho tema con fuentes confiables y delimitar, de acuerdo con sus posibilidades. Además, desde estos espacios se ejercita la autonomía y la toma de decisiones, ya que la idea es presentar al estudiante la amplitud de información que ofrecen los medios digitales, tomando en cuenta sus sesgos, discrepancias y falta de rigurosidad. Con el objetivo de que este sea capaz de evaluar, de manera crítica, la información y formar un criterio al respecto. Esto permite, a la persona estudiante, emplear el conocimiento de forma práctica y apropiarse del mismo desde su entorno conocido.

Al referirnos a la enseñanza de la historia, con base en la presente investigación, se considera que una de las mayores ventajas que ofrece el uso de redes sociales es la facilidad de acceso y la interacción con fuentes de información primarias y secundarias. Mediante las redes sociales el estudiantado puede acceder a testimonios, documentos, imágenes e información, en general, que de otra forma habría sido imposible obtener, debido a la inversión de tiempo y recursos que implicaría. Además, mediante las redes se puede enlazar comunicación con diversos sectores sociales y acceder a información de primera mano. Por ejemplo, contactar al autor de un libro vía Twitter o conversar con una agrupación política por sus redes oficiales. Para el desarrollo de la presente investigación, una de las estudiantes se contactó con una asociación estudiantil para cuestionar su postura alrededor de la población indígena actual, lo cual se considera un ejercicio provechoso, pues el contenido trascendió a su ámbito cotidiano y propició la discusión de temáticas actuales.

También, es relevante referirse al papel que ejercen las redes sociales como medio de motivación. Primeramente, se considera que el uso de estas puede funcionar como un medio de motivación extrínseca, de acuerdo con el contexto en que se empleen y el nivel de flexibilidad que tenga la persona estudiante en su uso. En este caso, se coincide con los hallazgos de García (2011), donde el uso de las redes sociales como elemento extrínseco logra generar motivación hacia el estudio como actividad o espacio. Sin embargo, no necesariamente generará motivación por el contenido o la temática específica a trabajar. Este resultado, aun con dichas limitaciones, se considera relevante, pues captar la atención hacia la actividad de estudio es ya un desafío de la enseñanza generalizada. Por lo que, el uso de las redes sociales o de las tecnologías, en general, debe estar acompañado por actividades de vinculación con el contenido que estimule la motivación intrínseca. Por si sola la tecnología no motivará realmente al estudiantado.

Debe señalarse que la motivación generada ante el uso de redes sociales es influenciada por diversos factores. No debe olvidarse que estas redes son un espacio de desenvolvimiento para las personas estudiantes, y parte de la lógica de actuar bajo una ciudadanía digital responsable implica el respeto a la privacidad y autonomía en estos espacios. Por tanto, es posible observar que las y los estudiantes se sienten más motivados por el uso de redes sociales cuando tienen la posibilidad de seleccionar la red social a utilizar y poseen libertad creativa con respecto al contenido que se comparte.

Esto implica, que la persona docente debe mostrar flexibilidad ante la posibilidad de evaluar por medio de diversas plataformas, se sugiere la apertura a dos o tres redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter o Tik Tok. Además, se puede brindar libertad en cuanto a la producción creativa que se solicita. Por ejemplo, es probable que existan estudiantes que no quieran realizar publicaciones permanentes en sus muros de Facebook o Instagram. Por lo que también se puede explorar la posibilidad de trabajar con elementos como las historias, que duran 24 horas en la plataforma, como una forma de respetar el manejo de la red social que tenga cada estudiante. En el caso de la presente investigación, una de las estudiantes fue entrevista para profundizar con respecto a su uso de las redes sociales, pues ella no se sintió cómoda posteando contenido de las clases en sus redes sociales.

Ella expresó que no consideraba que el contenido creado como parte del curso calzara con el enfoque que brinda a sus redes sociales. En casos como este, se debe respetar el criterio de la persona estudiante, y, a la vez, sugerirle crear otro medio de difusión para la información. Dicho estudiante, en específico, sugirió que propondría la incorporación de la temática estudiada en los cursos propios de su disciplina. Sin embargo, también podría dialogarse con la persona para conocer el enfoque de sus redes sociales o las publicaciones que frecuenta realizar y así enlazar estos aspectos con la temática del curso.

Dicho escenario da pie para valorar el alcance que poseen las redes sociales como medio para el desarrollo de habilidades propias del pensamiento histórico. Para ello, se toma como punto de partida los cuatro grandes fines de la historia como disciplina educativa descritos por Prats (2011), las redes sociales son uno de los medios idóneos para llevar estos fines al contexto actual, donde el estudiantado emplea la tecnología como medio primordial de información y comunicación.

Primero, Prats establece que la enseñanza facilita la comprensión del presente. Las redes sociales son una herramienta que permite enlazar la historia y el presente en el contexto educativo. Esto, con el objetivo de que la historia aborde el desafío de una sociedad presentista, e incorpore en su didáctica la visión crítica de un presente. Por tanto, se busca que el estudiantado realice una correlación entre el presente observado y divulgado en redes sociales y lo vincule con la historicidad asociada al evento identificado. De esta forma, es posible comprender que la información que se recibe diariamente está siempre acompañada de un proceso histórico. Lo cual lleva a la segunda función señalada que corresponde al desarrollo de habilidades.

Los ejercicios correlativos que permiten generar las redes sociales en la enseñanza de la historia son claves para el fortalecimiento del pensamiento sistémico de las personas estudiantes, facultándoles para la comprensión de la complejidad social. Sobre todo, se debe señalar que en el contexto del uso de las redes sociales muchas habilidades deben ser adaptadas al desarrollo en estos espacios virtuales. Por tanto, mediante la interacción con redes sociales se está ejerciendo también una apropiación de habilidades como autonomía, expresión, autorregulación y criticidad en el marco de la digitalización de la información.

Esto, a la vez, propicia la formación de una sensibilidad social; Prats (2011) considera que dicha sensibilidad implica una mirada empática y, al mismo tiempo, racional. Lo cual se liga, de forma fundamental, con las redes sociales, y se considera que dicho escenario se vuelve un espacio de practica idóneo para el desarrollo de esta. Ya que permite al estudiantado observar diversas representaciones sociales, pero también manifestarse al respecto de las mismas. Mediante comentarios críticos en noticias y relatos, el estudiantado puede plasmar sus conocimientos adquiridos y, también, apropiarse de los mismos. La red social aleja a la persona estudiante de los casos hipotéticos y le permite comprender que las temáticas vistas en su proceso educativo están presentes en ámbitos que esta frecuenta.

Como último fin, es innegable que estos espacios permiten el trabajo interdisciplinario, también mencionado por Prats (2011). Además, se propician espacios para trabajar aspectos como la redacción, la correlación de temáticas de otras asignaturas, así como su historicidad y la oportunidad de comunicarse con diversos contextos sociales con fines de indagación y construcción del aprendizaje.

Enseñar sobre redes sociales mediante la enseñanza de la historia

El ámbito educativo se enfrenta a la necesidad de fomentar habilidades y destrezas que permitan a las personas estudiantes afrontar los desafíos de una sociedad cambiante, la cual genera, cada vez, mayor dependencia hacia la tecnología, en relación con el acceso de información. Rangel y Peñalosa (2013) consideran que nos encontramos ante la necesidad de llevar a cabo procesos de alfabetización digital, esto implica el desarrollo de procesos cognitivos que permitan adquirir habilidades para el manejo de las tecnologías de la información. La alfabetización digital busca que las personas puedan incluir las tecnologías en su vida cotidiana para sacar el máximo provecho de las mismas. Ante este escenario es usual que surjan interrogantes, pues por mucho tiempo se aseguró que las personas más jóvenes no deberían atravesar estos procesos, pues ya estarían adaptados a la tecnología al nacer rodeados por la misma. Sin embargo, es posible concluir que, aunque las personas más jóvenes se encuentran familiarizadas con la presencia de la tecnología y sus alcances, esto no implica que sepan utilizarla correctamente ante diversos escenarios. Se coincide con Galindo, Ruiz y Ruiz (2017), al afirmar que los “nativos digitales” presentan debilidades importantes ante su incorporación al mundo del trabajo digital. Esto permite comprender la necesidad de llevar a cabo procesos de adaptación en los diferentes niveles educativos que permitan dar un salto hacia el uso óptimo de la tecnología.

Ante este escenario global es necesario que las personas docentes salgan de su cascarón disciplinario y comprendan que, indiferentemente del área de estudio que asuman, deben incorporar la tecnología como un eje transversal del proceso educativo que facilitan. Ya que también su disciplina deberá adaptarse a ser reanalizada alrededor de las tecnologías de la información. Es por esto que dicha enseñanza de la Historia debe cuestionarse cómo incorporar la tecnología en sus estrategias didácticas, sin que el ejercicio reste importancia a la asignatura. Para esto se sugiere la selección de herramientas específicas, tal como, en este caso, se seleccionaron las redes sociales. Dicha selección debe tomar en cuenta la población educativa, el contexto en que se desarrolla y las herramientas que pueden ser más apropiadas de acuerdo con la temática por trabajar. Precisamente, para trabajar con redes sociales debe también estudiarse el contexto en que se dan las lecciones y contemplar el uso previo que existe de las mismas, así como los medios que cada aula posee para su uso. Por ejemplo, el acceso a dispositivos electrónicos e internet. Los inconvenientes en estas áreas, por lo general, son resueltos mediante el diálogo con el estudiantado y la proposición de soluciones como trabajo conjunto. Además, debe apuntarse que existen alternativas que incorporan elementos de las redes sociales sin usarlas de forma concreta, por ejemplo, la creación de perfiles con el formato de una red social en hojas físicas.

Por otro lado, esta línea de acción pedagógica se encuadra en uno de los pilares que sustentan la política de educación para una Nueva Ciudadanía. Este se refiere a la ciudadanía digital, la cual implica el conocimiento de aquellas normas de comportamiento adecuadas al emplear la tecnología (Ministerio de Educación Pública, 2015). El desarrollo de la tecnología ha generado que sea posible conformar comunidades virtuales donde los y las estudiantes deben adquirir habilidades para su interacción y máximo aprovechamiento. En el presente contexto debe contemplarse que aun en un entorno tecnológico existen lineamientos legales, éticos y actitudinales que implican respeto y responsabilidad. Por lo que la ciudadanía digital pretende que se adquieran las habilidades y el criterio para desarrollarse bajo una norma social, pero en esta ocasión digital.

Payá y Álvarez (2015), caracterizan otra de las modificaciones sufridas en la dinámica en las redes sociales que se observan en esta investigación, las diversas actualizaciones han generado que los usuarios dejen de ser espectadores en sus redes sociales y, al contrario, se vuelvan generadores de contenido. Las personas, y sobre todo los jóvenes, invierten cada vez más tiempo en generar elementos atractivos para sus redes sociales. Esto incluye fotografías de mayor calidad, textos más premeditados y publicaciones acordes al público meta que conforman sus respectivos seguidores. Esto debe ser empleado desde el contexto educativo como una ventaja, ya que permite que los y las estudiantes tomen una perspectiva de creación y protagonismo en su aprendizaje. Indiferentemente si desean o no postear de forma pública el contenido, pueden emplear las redes sociales como laboratorio de construcción de este.

Uno de los ejercicios analizados en la presente investigación proponía un ejercicio artístico donde se empleaban emoticones para decorar imágenes y debían realizarse en sus redes sociales. De todas las personas participantes, solo dos personas indicaron no haber disfrutado la actividad. Mientras que la mayoría expresó haberse divertido realizándola e incluso dedicaron tiempo adicional a perfeccionar sus imágenes. Además, afirmaron que deseaban compartir sus resultados finales en las redes sociales pues sentían gran orgullo de los resultados. Lo anterior permite comprender que en la medida que la persona estudiante tenga un rol activo en la generación del contenido, acompañado por un sentimiento de vinculación, será posible obtener resultados favorables, en relación con factores motivacionales y participativos.

Otro de los grandes ejes que se trabajan desde la enseñanza de la historia con redes sociales son los lazos comunicativos. De acuerdo con el Ministerio de Educación Pública (2015), poseer una habilidad comunicativa. La comunicación en redes sociales se dinamiza, pues permite la conformación de una comunidad donde se intercambian criterios y se propicia el fortalecimiento de competencias digitales. Por tanto, se considera que es necesaria la puesta en práctica de estrategias didácticas que combinen la individualidad y la grupalidad, pero que ambas modalidades reúnan ese carácter de intercambio en comunidad. Por ejemplo, espacios como chats, foros o pizarras comunes donde compartan los resultados de sus actividades y puedan comentarse mutuamente.

En el desarrollo del curso se empleó la plataforma Padlet para intercambiar información, opiniones y que el estudiantado emitiera criterios. También es posible desarrollar estos ejercicios en chats grupales de WhatsApp y Telegram o grupos privados en redes sociales como Facebook. Sin embargo, los estudiantes consideraron que el uso de la plataforma Padlet les permitió expresarse de forma adecuada y no implico más información en sus redes sociales. Es sabido que el encontrarse en muchos grupos de discusión en cualquier red social implica una saturación, que no es agradable para el estudiantado ni el profesorado. Por lo que utilizar herramientas específicas para ejercicios que impliquen múltiples entradas es una decisión oportuna. El que se trabaje con redes sociales no significa que todo deba realizarse en estos espacios, ya que se debe anteponer el que las actividades sean amenas y que no generen saturación.

Islas y Carranza (2011), coinciden en que los avances tecnológicos permiten sustentar la formación de comunidades virtuales, que, además, permiten al estudiante tomar un rol de líder en su aprendizaje y forma de interacción. Lo cual, en la presente investigación, se observa de forma efectiva, ya que la posibilidad de que cada estudiante trabaje a su ritmo y de acuerdo con sus posibilidades, para luego traer sus resultados a plenaria, permite que el docente tenga mayor disponibilidad para atender dudas específicas y acompañar a los estudiantes que requerirían de mayor atención. Las personas entrevistadas afirman que les gusta trabajar de forma más independiente, ya que estaban familiarizados con los medios que se utilizaban y tenían acceso a la información. Esto les permite ejercitar la autorregulación y la autonomía, pues el estudiantado planea sus tareas y las organiza de acuerdo con su autoconocimiento y, con base en los objetivos que se fija inicialmente (MEP, 2015).

Incluso, en relación con la comunicación se considera que, el uso de redes sociales apoya en el rompimiento del esquema vertical de comunicación entre docente y estudiante. El carácter inmediato de las redes sociales hace que el estudiantado sienta mayor apertura a realizar consultas y expresar inquietudes. Esto fue parte de los resultados observados en la investigación, donde el alumnado sentía comodidad para realizar preguntas mediante plataformas como WhatsApp. Estas plataformas resultan más interactivas que medios como el correo electrónico, ya que tienen la posibilidad de enviar audios, imágenes tomadas al instante e incluso emoticones con mayor facilidad. Uno de los desafíos que resaltan muchos docentes es que no comparten sus contactos en estas plataformas, ya que consideran que esto implica un traspaso a su privacidad. Lo cual es comprensible e implica una decisión personal, sin embargo, puede representar también un ejercicio valioso para ejercitar el respeto a la privacidad en estos ámbitos, como competencia digital. Se hace hincapié en que, si la persona estudiante no puede ejercitar estas competencias, nunca podrá adquirirlas.

Historia y redes sociales articuladas para la divulgación

Uno de los mayores desafíos de la disciplina histórica, en general, es la necesidad de traspasar el ámbito académico investigativo y permitir que la población tenga acceso al conocimiento histórico de forma comprensible, ya que ha sido posible comprobar que existe interés, de su parte, por conocer sobre hechos históricos (Molina, Rodríguez y Sánchez, 2013). Sin embargo, elementos como una redacción y un vocabulario complejo, así como la ausencia de contextualización y presentación de antecedentes hace que las obras históricas sean difíciles de comprender para la población. Por lo que un esfuerzo esencial que puede desarrollarse desde las clases de Historia es promover la creación de contenido atractivo y fácil de comprender, que sea difundido en diversos medios, entre los cuales evidentemente resaltan las redes sociales.

Tomando en cuenta elementos de previo mencionados, como el interés que tienen los usuarios de perfilarse como creadores de contenido en sus redes sociales, estos ejercicios suponen un ejercicio interesante para la mayoría del estudiantado. Aprovechar el interés por la generación de contenido y el conocimiento previo sobre redes sociales, ya definido, de los y las estudiantes, por la difusión y elevarlo a la divulgación del conocimiento histórico, puede generar motivación en el estudiantado al tomar el rol protagónico en su proceso de aprendizaje y, a la vez, colaborar en la formación de un pensamiento histórico.

Hay claridad con respecto a que la información difundida debe ser criticada y adaptada para su difusión, pero debe existir apertura a que este proceso de reflexión no sea exclusivo de la academia. Al contrario, es el estudiantado quien debe manejar este conocimiento y traerlo a su realidad y la de su círculo o, para este caso, público meta. Al encontrarse con la interrogante de cómo explicar determinado contenido para su público de interés, se desarrollan habilidades completamente nuevas y se lleva el aprendizaje significativo a un nuevo nivel que corresponde con las necesidades del contexto.

De hecho, el Ministerio de Educación Pública (2015), fija como habilidad el manejo de la información, el cual para que sea adecuado implica la capacidad de evaluar la veracidad de la información, sus posibles sesgos y generar ejercicios de divulgación que permitan la compresión de la información. Por lo que los ejercicios propuestos en la investigación promueven, esencialmente, el adecuado manejo de la información para la integración a las necesidades contextuales. Estos espacios, de previo descritos, también deben implicar flexibilidad curricular y didáctica por parte del profesorado. Ya que las formas de divulgar el conocimiento son muy amplias y se debe permitir al estudiantado que lo emplee para caracterizar al público meta de su producción, y, con base en ello, tomar decisiones para elaborar el material idóneo en función de esa población.

En el caso de esta investigación los públicos meta seleccionados son diversos y guardan relación con la red social en la que cada persona se siente cómoda para compartir determinada información. Debe reconocerse que la divulgación implica un proceso creativo importante y esto es un reto para el estudiantado, sobre todo en un sistema educativo que limita cada vez más las oportunidades de fortalecer el pensamiento creativo. La mayor debilidad que se observó en el desarrollo de la investigación fue que el estudiantado partícipe mostraba motivación al realizar los ejercicios que se proponían, pero en muchas ocasiones no fue capaz de presentar mecanismos de divulgación propios. De acuerdo con el MEP (2015), el carácter propositivo es un indicador clave para afirmar que el estudiantado maneja las habilidades de creatividad e innovación, y la mayoría de los estudiantes en esta investigación se encontraban en una etapa inicial en relación con este criterio.

Gran parte de las consultas recibidas mediante los canales de comunicación se referían a la necesidad de aclarar o sugerir formas de divulgar o reafirmar que era su deber informar a otras personas ajenas al desarrollo de su curso. Incluso, uno de los estudiantes manifestó que preferiría divulgar de forma anónima, pues esto disminuiría su temor a recibir juicios por la información publicada. Lo precedente demuestra que, aunque diversos ejercicios permiten que los estudiantes se vinculen con la temática, aún se requiere el desarrollo de actividades que les permitan apropiarse del conocimiento y defenderlo.

Por otro lado, algunos estudiantes sí realizaron esfuerzos en estas áreas tanto al proponer espacios para divulgar el conocimiento más allá de las redes sociales como mediante la realización de estrategias de divulgación, donde ejercitaron su creatividad para generar interacción con ese grupo meta. Entre las estrategias se puede señalar el uso de encuestas en historias de Instagram y la realización de preguntas sobre experiencias previas, como viajes a los espacios geográficos estudiados, en publicaciones de Facebook.

Efectivamente estos ejercicios propuestos por el estudiantado en la presente investigación permitieron crear lazos de comunicación con algunos contactos que ya tenían en sus redes sociales, a partir de publicaciones asociadas a las actividades didácticas. Esto permite que cada estudiante se empodere también sobre su conocimiento y lo traslape a un ámbito no académico. Además, les motiva a continuar dicha labor, aunque no implique una responsabilidad ligada a un puntaje. La historia se ha consolidado como materia de conocimiento en el sistema educativo actual (Molina, Rodríguez y Sánchez, 2013). Sin embargo, las redes sociales pueden elevar este conocimiento a su carácter práctico. La persona estudiante debe encontrarse en el escenario donde el saber histórico le faculte para saber hacer, mediante el empoderamiento en una conversación o la comprensión de la conflictividad social e incluso de su cotidianidad.

Además, se coincide con Molina, Rodríguez y Sánchez (2013), en el valor formativo que poseen los ejercicios de divulgación, pues funcionan como un espacio de aprendizaje para fortalecer el conocimiento científico mediante el estudio de fuentes, el manejo de información veraz e incluso con ejercicios de transposición. El estudiantado debe asegurarse de la procedencia de sus fuentes, conocer la temática a profundidad y explicarla de una forma que sea atractiva y comprensible para las personas que la aprecien. En el desarrollo de la observación, se presentó el caso de un estudiante que al producir su material para la difusión creó su propia historia y omitió el uso de fuentes que respaldaran el texto. Al enviarlo para revisión se hicieron las correcciones pertinentes y se le invitó a reflexionar sobre la influencia que podría tener colocar información falsa como descripción de la imagen. Este se considera un espacio provechoso para el ejercicio de la responsabilidad social en función de la ciudadanía digital (MEP, 2015), ya que divulgar conocimiento implica responsabilidad sobre la información que se da a conocer. Estos espacios, lejos de ser momentos de reproche, deben convertirse en oportunidades para la discusión crítica y la motivación.

Precisamente, se observa que los espacios virtuales representan un medio para que el estudiantado comprenda la relevancia del conocimiento histórico y las habilidades que el mismo les permite desarrollar, alejándose de la visión tradicional de una historia memorística. Se busca que desde el proceso de enseñanza-aprendizaje se comprenda, que aun en un mundo virtual sofocado de información, la criticidad y la sensibilidad que brinda el conocimiento histórico es aplicable, necesaria e irremplazable. Por lo que el trabajo en este sentido resulta imperante.

Conclusiones

Con base en el proceso investigativo expuesto es posible afirmar que el uso de redes sociales en contextos educativos es viable y, además, es una oportunidad relevante para el desarrollo de habilidades en relación con el pensamiento histórico y la ciudadanía digital. El uso de redes sociales permite captar la atención del estudiante y brindarle un espacio para desarrollarse en un entorno conocido y enfrentar retos relacionados con el desarrollo de habilidades ligadas al pensamiento histórico. El uso de redes sociales no garantiza la motivación, pero sí genera un ambiente de confianza para que el estudiante se interese y se vincule con las temáticas.

A la vez, el trabajo con redes sociales permite el acceso a diversas fuentes y espacios de creación que fortalecen habilidades relacionadas con la comunicación, el pensamiento creativo y el manejo de la información. Estas deben tomarse en cuenta, ya que además de promover que el estudiantado se vincule con la asignatura también promueve la sensibilidad social desde la empatía y la racionalidad. La ciudadanía digital se resalta como un elemento eminente en la sociedad actual, sin embargo, existe aún abstracción a la hora de ejercitar habilidades asociadas a esta ciudadanía en el contexto de la clase. Las personas, indiferentemente de su edad, deben formarse, en relación con el máximo aprovechamiento de la tecnología, de acuerdo con su contexto. Sobre todo, en el contexto de las personas jóvenes es importante reflexionar alrededor del rol que poseen sus redes sociales en su desarrollo psicosocial y respetar que, antes de ser un elemento didáctico, la red social es mecanismo de expresión y formación de identidad para cada persona.

Se puede afirmar que en la medida que exista mayor flexibilidad en el desarrollo de los ejercicios con redes sociales, dando la posibilidad de que cada persona seleccione la red a usar o la forma de publicación, habrá una mejor respuesta y motivación hacia el ejercicio. Las personas docentes deben comprender el uso de las redes sociales que realiza el estudiantado, a grandes rasgos, para orientar las actividades a esto y generar un verdadero protagonismo. De forma gradual, se realizará un equilibrio entre actividades o medios que impliquen confianza para el estudiante y otros que le desafíen.

En relación con la divulgación, se concluye que es un ejercicio sumamente valioso para el desarrollo de habilidades y para el empoderamiento de las personas estudiantes. Sin embargo, es necesario que se trabajen de forma más continua las habilidades como el pensamiento creativo, la innovación y el manejo de la información. Ya que aquellas personas que logran generar propuestas de divulgación y realizarlas, obtienen resultados muy exitosos al conformar lazos comunicativos con su público meta. El tema de las redes sociales debe continuar trabajándose, pues las posibilidades en relación con la enseñanza de la historia son muy abundantes y continuarán creciendo de acuerdo con los avances tecnológicos. Trabajar con estos medios es una forma de retar tanto al estudiantado como al cuerpo docente en la exposición a nuevos contextos educativos. En el entorno actual no es posible negar la utilidad de la tecnología, al contrario, es necesario abordarla y aprender de ella en forma conjunta y responsable, pues la sociedad digital se encuentra en constante crecimiento y, desde la docencia, es fundamental especificar la enseñanza basada en la posibilidad de desarrollar habilidades para adaptarse a esta.

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* Costarricense. Bachiller en la Enseñanza de los Estudios Sociales y la Educación Cívica por la Universidad de Costa Rica (UCR), Sede Rodrigo Facio, San José, Costa Rica. Asistente de Investigación en la Universidad de Costa Rica, (UCR), Sede Rodrigo Facio, San José, Costa Rica. Correo electrónico: marisol.gamboafallas@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8951-2261

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