Revista Perspectivas: Estudios Sociales y Educación Cívica
N.° 27. Julio-diciembre, 2023
ISSN electrónico: 2215-4728
Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rp.27.8
URL: http://www.revistas. una.ac.cr/perspectivas
Licencia CC BY NC SA 4.0

Reflexión crítica responsable para una formación ciudadana en tiempos de conquistas

A Responsible Critical Reflection for Citizen Formation in Times of Conquests

Reflexão crítica responsável para uma formação cidadã em tempos de conquistas

Berta Margarita González Rivero1

Fecha de recepción: 15/12/2022 - Fecha de aceptación: 31/03/2023

Resumen:

El desarrollo de la tecnología y las ciencias ha conllevado cambios vertiginosos; no obstante, no siempre están al servicio de la humanidad. Hoy es más peligroso lo que pueden hacer las tecnologías en manos inescrupulosas. Surge una temática que descubre los efectos del bombardeo semiótico que se recibe. Aparecen textos sobre la manipulación de las emociones. El artículo profundiza en dicha temática y brinda una visión que contribuye a alertar sobre las consecuencias de esa manipulación. La metodología es cualitativa, con métodos inductivo-deductivo y sintético-analítico sobre la base del enfoque histórico cultural. Como descriptores que sirven de hilo conductor del proceso de estudio se seleccionan: procesos que impactan al ser humano, formación ciudadana y reflexión crítica responsable. Los resultados aportan un cuadro donde se detallan los descriptores y concluye que para contrarrestar la situación no basta con prevenir su influencia, sino que requiere el desarrollo de la personalidad.

Palabras claves: manipulación; tecnologías; formación ciudadana; cívica; Estudios Sociales.

Abstract:

Development of technology and science has brought about dizzying changes; however, they do not always put themselves at service of humanity. Today it is much more dangerous what technologies can do in unscrupulous hands. A theme has emerged that has the purpose of exposing the effects of the semiotic bombardment that humankind receives. Several texts appear on the manipulation of emotions. The article aims to delve into this topic and provide a vision that contributes to alert people on the consequences of manipulation. The methodology used is qualitative, with inductive-deductive, synthetic-analytical methods based on the cultural-historical approach. As descriptors that serve as a common thread of the study process are selected: processes that impact the human being, citizen education and responsible critical reflection. The results provide a framework where the descriptors are related and it is concluded that to counteract the situation it is not enough to prevent its influence, but rather it requires the development of the personality.

Keywords: manipulation; technologies; citizenship education; civics; Social Studies.

Resumo:

O desenvolvimento da tecnologia e da ciência trouxe mudanças vertiginosas; porém, nem sempre estão a serviço da humanidade. Hoje, o que as tecnologias podem fazer em mãos inescrupulosas é mais perigoso. Surge um tema que descobre os efeitos do bombardeio semiótico recebido. Textos aparecem sobre a manipulação das emoções. O artigo aprofunda esse assunto e oferece uma visão que contribui para alertar sobre as consequências dessa manipulação. A metodologia é qualitativa, com métodos indutivo-dedutivos e sintético-analíticos baseados na abordagem histórica-cultural. São selecionados descritores que servem como fio condutor do processo de estudo; esses são: processos que impactam o ser humano, formação cidadã e reflexão crítica responsável. Os resultados fornecem uma tabela onde os descritores são detalhados e conclui que para contrariar a situação não basta impedir a sua influência, mas requer o desenvolvimento da personalidade.

Palavras-chave: manipulação; tecnologias; educação para a cidadania; civismo; Estudos Sociais.

Introducción

El escenario mundial presenta una realidad en la que están presentes procesos nunca conocidos. Por una parte, el desarrollo científico apunta adelantos beneficiosos para la vida humana y, en contraste con esto, se presentan circunstancias completamente perjudiciales para la humanidad.

Desde épocas remotas en el desarrollo de la humanidad se encuentran momentos en los que se dan procesos que evidencian la acción de grupos elitistas que tienen como objetivo eliminar a seres humanos en aras de sus intereses rapaces. Todos recuerdan en América cómo, en la época de la conquista del decadente imperio español, fueron exterminados los pueblos originarios esgrimiendo una verdadera civilización; también permanecen en la memoria colectiva las dos guerras mundiales en las que pueblos convencidos de su superioridad étnica destruyeron físicamente a generaciones enteras con los más crueles métodos que, cuando se rememoran, parecen increíbles por su crueldad. Ya más cercanas están las guerras contra países árabes a causa de las más absurdas justificaciones, pero que no limitaron la destrucción masiva de pueblos enteros, incluyendo niños inocentes que nunca supieron por qué no pudieron sobrevivir. Una y otra vez la eliminación física de pueblos, por diferentes pretextos, se produjo gracias a las ambiciones, al desarrollo de sofisticados armamentos y de la ciencia puesta en las tecnologías de la guerra. Cualquiera que se detenga un segundo a tomar en cuenta el cuadro no solo deprimente sino cruel de esos procesos creería que es una alucinación del infierno. ¡Pero no, ha sido real!

El horror que emana de esas situaciones donde se busca destruir físicamente a los seres humanos ha quedado muy por debajo de los propósitos actuales. El desarrollo de diferentes ciencias puestas al servicio de intereses inescrupulosos y ambiciosos ha encontrado vías para crear armas diferentes a las anteriores para lograr, con la apariencia de preservación física y sin contacto directo, a distancia, exterminar su condición humana. En apariencia, no hay bombardeo con misiles, ni con bombas, ni con plomo, por lo que el organismo humano puede quedar incólume; pero es otro bombardeo el que aniquila la autonomía, destruye la fortaleza de la voluntad humana y debilita su conciencia. La guerra tecnológica comunicacional es la primera de esas armas que pueden apoderarse de la conciencia y el corazón de las personas, pues hace utilización de lo cognitivo, lo psicológico, lo fisiológico y lo tecnológico (Terán & Aguilar, 2018). Es un bombardeo científico para grupos desvalidos que consumen inconsciente y obligadamente (Ramonet, 2001), víctimas de manipulaciones, cuyo marco teórico no es fácil encontrar (Astorga, 2020) para explicar el fenómeno en forma holística y cuyos efectos se incrementan notablemente con las actuales herramientas.

Esta es una época de confrontaciones en que las grandes mayorías, hasta ahora sometidas, han tomado conciencia, no solo de su fuerza, sino de que no es posible continuar de esa manera. Por otra parte, las fuerzas hegemónicas no se conforman con perder su estatus, y crean las más devastadoras armas para mantener la dependencia. Hoy aparecen medios (Terán & Aguilar, 2018) que son más eficaces para inhibir lo que piensan y sienten las personas. Son medios atractivos, que explotan la capacidad de percepción visual (Alcalde, 2015), los que demandan y esperan por una valoración rigurosa.

Al poder destructivo del armamento guerrerista se añade el más sutil y seductor bombardeo de imágenes y palabras y evocación de emociones primarias. En todas partes se quedan las huellas rastreadas de lo que pensamos y hacemos, hasta los detalles (Ramonet, 2016) que nos desnudan ante los que manejan las tecnologías para guiarnos y crear nuestros gustos y adaptarnos a ese futuro. A los ojos de Marx, sería el intento de retrotraer las masas a clase para sí. Ante esta dolorosa realidad es un imperativo salvar a la persona humana, lograr que no pierda su condición ciudadana capaz de cambiar el mundo y de resistir su propia destrucción.

La involución del ser humano

En las circunstancias de confrontación decisiva entre la humanidad y su desaparición, son disímiles los métodos, medios y procesos de que se valen los nuevos colonizadores para revertir la evolución de las especies. Muchas son las muestras de resistencia de los seres humanos en la historia de la humanidad. Desde el desarrollo de armas rústicas, tácticas de sentido común, hasta dejar al mundo el ejemplo del genocidio y el holocausto fascista. Ninguna de esas situaciones logró erradicar las ansias de mantener su identidad.

Hoy se perfilan formas novedosas y atractivas de conquistar al mundo y de lograr la hegemonía, dirigidas a la destrucción del ser humano en su propia esencia. Este se halla en medio de una tempestad de influencias enmascaradas que lo invitan a descender en la especie. Es un universo de propósitos deformadores que bien puede compararse con la visión (Casanova, 2018) del transhumanismo. El hombre o mujer que se pretenda formar por esas influencias tendría un conjunto de retrocesos o deformaciones como ser humano. Lo que se procura no es más que el colapso de la conciencia y la desarticulación de la integralidad humana.

Los procesos claves que se perfilan van todos dirigidos a ese fin. Entre los impactos en el ser humano están:

La disolución de la memoria

Destruir su capacidad de previsión, condenando al ser humano a la memoria a corto plazo y creando barreras para la penetración en los fenómenos que le rodean. Se seleccionan hechos del pasado, incluso se enlazan con el presente, que se aíslan de su contexto, de sus orígenes y causas para cortar los hilos que conectan y debilitan las conexiones de historicidad. A esto se une la exacerbación de lo afectivo.

La distorsión de los imaginarios

Dar una falsa sensación de logros, de metas sin obstáculos y de proyectos de vida ajenos arrastra a las personas con etiquetas y frases, estimulando formas de vida placentera y efímera muy desconectadas de la vida real. La persona se sumerge en una especie de tornado de imágenes sin formas bien delimitadas, cuyo alcance es impropio pero que llevan a la ensoñación.

El suicidio de la identidad

Pérdida de raíces de sí mismo, sensaciones de una vida fugaz y vacía. Pretenden lograr un efecto de seguidor creando imágenes seleccionadas para provocar sensación de identidad. Incluyen testimonios de académicos, líderes, activistas, vulnerables, etc. (Pérez, 2021) para crear confianza e identidad con sus mensajes. Tras esos personajes electos (Pogolotti, 2021), actúa un saber basado en teorías científicas. Prima el espectáculo y todo se trueca en show. Se convierten en voceros de las mayorías, en símbolos de identidad. Cualquier payaso (Abad, 2020) pretende detonar un debate fuera de su alcance, y el embauque llega a convertirlos en defensores de los verdugos. Logran cierto “gusto” por embrutecerse (Abad, 2021, p. 6). Se dirigen a un público elegido, estudiado por su posibilidad de ser manipulado (Astorga, 2020), para arrastrarlo a las creencias y valores del grupo elegido y provocan un shock emocional intenso. Logran evitar la interpretación compleja del mundo y de reflexionar más allá de lo que se ve y oye, que hoy puede no ser real; buscan la diversión, el sentir falso placer y justificar la involución de sí.

La muerte del autoconcepto

Pérdida de su origen, asunción de cualidades impropias. La identificación con la imagen de los mensajeros (Pérez, 2021) convierte a los receptores en vulnerables hacia los engaños. El conocimiento de sí mismo es necesario para ser imparcial, ya que existen prejuicios, creencias que pueden convertirse en autoengaño (Prieto, 2018); por eso se estimulan los estereotipos, las creencias, y se ubica en la persona un concepto de sí que no es el verdaderamente suyo. Cuando la persona se atribuye un estado interno, para ella es autoridad de primera persona (Prieto, 2018); esto es evidente si se trata de un dolor físico, pero si se trata de cuestiones menos verificables, subjetivas, como prejuicios que son a veces subyacentes, pueden llevar al autoengaño. Por eso hay personas ingenuas que creen que actúan críticamente cuando en realidad se dejan influenciar por su desconocimiento, prejuicios, etc. Pero este razonamiento no puede quedar en la simple introspección de sí; es necesario combinarlo con datos de la vida y de las circunstancias en que se vive.

La disfunción del pensamiento y la reflexión

Impunemente hacen todo lo que la ciencia les permite para que las personas piensen cada vez menos, buscando la incapacidad de penetrar en las contradicciones de la realidad. Llevan a la consideración de innecesaria la relación causa-efecto, conducen a la ignorancia de la actuación humana guiada por objetivos. Tratan de impedir la unidad de lo afectivo y lo cognitivo, creando una contradicción emotividad-racionalidad. Como bien expresan Terán y Aguilar (2018), estimulan el sistema límbico, el cerebro reptiliano, la corteza órbito-frontal y el sustrato neuroanatómico para crear opiniones, directamente dirigido a las emociones y a la memoria.

Los neuropsicólogos han probado que en general las decisiones emocionales se anticipan a lo racional (Astorga, 2020); por eso, para provocar la reacción o introducir una idea, es necesario apelar a las emociones primero, y en ese momento no se analizan las consecuencias, se afecta la racionalidad. Existen impulsos (Acarin, 2017) que estimulan la conducta y tienen poco control consciente; y la distracción puede ser a nivel psicológico y fisiológico, porque está demostrado que una actividad placentera disminuye la percepción del dolor. Existen muchos factores que distorsionan el juicio y, por ende, permiten la manipulación.

La inhibición del pensamiento crítico

Se induce la renuncia al juicio propio, a la capacidad de decisión y a darle sentido propio a la vida, lo que conduce a la imposibilidad de asumir una posición ante la información. Se crea gran flujo de fake news (Giráldez, 2021) que por cantidad, oportunidad y rapidez impide la reflexión. Surgen formas de síntesis de conocimientos que pueden ser muy buenos recursos en lo externo, pero si su fin se desvía se convierten en medios dañinos. Un ejemplo está en todos los recursos de expresión icónica y gráfica digital que ayudan a la abstracción y a la rapidez. Ellos, aunque sean atractivos visualmente (Alcalde, 2015), pueden llevar a confundir la información con el conocimiento. También son útiles a estos propósitos los frames, que son como trampas (Terán & Aguilar, 2018) que atrapan las mentes en esquemas, que se repiten hasta fijarse y se convierten en nuevas bombas que atacan la mente, distrayendo con banalidades o fijando matrices de opinión y domesticando el pensamiento crítico. La invasión semiótica es como un virus. Se superpone (Abad, 2020) a las conexiones lógicas y a las evidencias científicas, y se convierte en tara. Descansan en la subestimación de la inteligencia humana y de los valores esenciales; pretenden idiotizar y alienar.

Se utilizan los recursos tecnológicos y de las ciencias para formar opiniones en las personas mediante el conocimiento del cerebro humano y de los mecanismos psicológicos. La unidad afectivo-cognitiva es un principio del desarrollo humano. Pero hay emociones (Terán & Aguilar, 2017) que impactan en la forma de entender y opinar, ya que están vinculadas a objetos, por semejanza, basadas en prototipos, condicionadas por experiencias anteriores. Estas emociones no llegan a la corteza cerebral, lo que hace posible la manipulación. La corteza cerebral reprime las emociones, aunque no las elimina. Los procesos emocionales se excitan por centros subcorticales y, si no actúa la corteza, no hay influencia inhibidora y se proyectan incontenibles las emociones. Solo pueden controlarse con un proceso de inhibición provocado por otros estímulos especiales y métodos también particulares.

En la base de esta manipulación se utilizan los dos sistemas: consciente e inconsciente, dando más uso al segundo que es intuitivo, rápido. Si la gente razona (Astorga, 2020) es difícil de manipular. Se utilizan mensajes subliminales y supraliminales, descontextualizados (Terán & Aguilar, 2018). Ya no se trata simplemente de confundir (Lima & Cardoso, 2003), sino de subvertir el funcionamiento del cerebro, incapacitar la propia mente y violar su derecho más elemental, que es pensar por sí mismo.

La pérdida de la palabra y los sentidos personales

Provocan negación de la interpretación propia del mundo y el aislamiento que conduce a la pérdida de su esencia social. Un estudio sobre formación de opinión prosocial muestra como en la atribución de la causa, o la responsabilidad, influye el proceso de información cognitiva como determinante crítico de la respuesta emocional (Rabelo & Pilati, 2017). Ante una situación que requiere ayuda, esta se condiciona a la información cognitiva de a quién se atribuye la responsabilidad de la situación, por mecanismos de empatía y angustia que son mediadores. En dicho estudio muestra el papel de la empatía en el surgimiento de acciones hacia otras personas, al provocar emociones compasivas que llevan a actuar en un determinado sentido. Los sujetos seleccionados y adornados con las cualidades pretendidas inspiran la empatía necesaria para actuar en una dirección. Muestran el efecto directo de la formación de empatía en esas emociones.

La distorsión de las ilusiones y los sentimientos

Se estimula la banalidad y el desvío de la conciencia para dar apariencia de falso éxito, de madurez ingenua. El propósito es vencer sin convencer; seducir, arrastrar. Manejan la parte más sensible del ser humano, aprovechando su sensibilidad, para crear estados de ánimo, emociones negativas y reacciones adversas. Aprovechan el funcionamiento equilibrado y armónico de los procesos psíquicos para estimular los afectivos, con tal fuerza, que inhiben los racionales y cognitivos.

Se aprovechan del carácter de los sentimientos que resultan difíciles de regular y pueden influir en el cambio de opinión cuando se asocian a nuevas convicciones y, si los estímulos habituales son sustituidos por desacostumbrados, pueden generar sentimientos negativos, basándose en la base fisiológica del sentimiento: la vivencia.

Los adelantos tecnológicos pueden perfeccionar los instrumentos inhumanos de distorsión de la percepción. La tecnología hace más temible su alcance y expansión, porque ha invadido la sociedad, y tiene a las personas en sus manos (Ramonet, 2001) por medio de darle voluntariamente todo lo que necesita para incorporarse a su rebaño. Y todo aparentemente gratis. El volumen de datos los consigue “legítimamente” y “no es posible devolver el genio a la botella” (Astorga, 2020, p. 34).

Esas tecnologías redimensionan la comunicación, y de ahí el excelente medio de dominación para crear consenso: las “ilusiones necesarias” (Astorga, 2020, p. 19). Cuando “no se puede por la fuerza hay que controlar lo que piensa” (Chomsky, en Astorga, 2020, p. 15). Hace años llegar a las multitudes era muy costoso, aun con diferentes recursos. Hoy es simultáneo y accesible (Astorga, 2020): cada persona lleva su dispositivo de comunicación en el bolsillo y se conecta en tiempo real; y se han perdido los filtros de calidad. Hay que prepararse para increíbles dispositivos personalizados.

El vaciamiento de los proyectos de vida

Se produce la pérdida de la autorregulación, se logra la orientación hacia lo efímero, lo utilitario, la asunción de intereses ajenos. Crean falsos sueños para alcanzar los privilegios que les venden los falsos ídolos. Logran objetivos momentáneos (Gómez, 2020) por el impacto emocional, el uso de fórmulas simplistas, cortas y rápidas que se utilizan para apoderarse de temas cercanos. “Tanto más horrorosos cuanto que se presentan ante nuestros ojos bajo la seductora apariencia de encantadores” (Gómez, 2020, p. 25). Se posesionan de las motivaciones más primitivas o de necesidades primarias para desencadenar una reacción emotiva descontrolada que influye en la conducta. Pasan a un segundo plano los objetivos de vida, los proyectos a largo plazo que son expresión de la condición humana.

Todos estos procesos conducen a la colonización de la conciencia, la destrucción de los cimientos del ser humano y la transformación de la persona en un ser simplista, ingenuo, primitivo y presentista. El que es atraído a esos modelos de funcionar desciende en la escala humana.

Formar ciudadanía: Un imperativo ante los actuales desafíos

El panorama descrito no deja otra alternativa que fortalecer al ser humano para encarar estos retos que tiene delante. La preservación de la humanidad requiere no de una simple labor preventiva acerca de los peligros que están presentes, sino de la promoción de un individuo que pueda discernir por sí mismo y decidir su futuro. Se ha desarrollado una dependencia a las tecnologías (Pérez, et al., 2018) que ha transformado la naturaleza de las personas y cambiado sus hábitos de vida.

Se habla mucho de “formación integral” y, aunque este concepto no tiene una definición acabada, se asume que se trata, como expresa González, del “desarrollo de la totalidad de la personalidad y de la personalidad como totalidad” (2003, p. 3). Esta es la idea que muestra, quizás de manera clara y precisa, de qué se trata cuando se habla de formación integral.

Por los postulados del enfoque histórico-cultural, la persona se desarrolla en el conjunto de las relaciones de todo tipo, es un proceso dialéctico, complejo. En ese proceso, a diferencia de otras especies, asimila la herencia social y cultural que le antecede. En el ser humano lo biológico está mediatizado por lo social y cultural, y es en esa evolución que surge lo específicamente humano, lo que le otorga la conciencia (Vygotski, 1987).

La formación ciudadana es contenido esencial de la formación integral. Ella constituye la riqueza con la que las personas, especialmente jóvenes, pueden mantener su condición de humanos y no permitir que las despojen de su esencia.

La formación ciudadana es estudiada por diferentes autores (Ocampo, 2008; Quiroz, 2009; Mazzina, 2012; Vargas, 2012), y no todos coinciden con la amplitud que debería tener. Es por eso que esa categoría requiere una conceptualización diferente que la conciba de manera más integral. Los estudios llevan a considerar como formación ciudadana:

un proceso sistemático, intencional y continuo de socialización, que tiene el propósito de promover en la persona su condición de ciudadano, desarrollando en él la posibilidad de ser actor, de producir su existencia, mediante la participación plena y a partir de su interpretación de la realidad que experimenta, sin desconocer la memoria histórica, percibiendo la posibilidad de intercambio en el espacio intersubjetivo, con actitud crítica, reflexiva y creativa para realizar transformaciones en torno al bienestar humano. (González, 2016, p. 11).

Al penetrar en esta formación, y considerando su estrecha relación con la formación integral, se evidencian algunos contenidos imprescindibles en el funcionamiento de la persona que constituyen recursos para su actuación en las diversas situaciones de la vida social. No es suficiente con el dominio de contenidos de diferentes esferas; es necesario el desarrollo de la personalidad.

Uno de esos contenidos esenciales es: ser participativo. La participación es imprescindible para la vida social, así como para lo personal. Tanto la sociedad como la persona requieren de esto, que se constituye en un mecanismo de desarrollo de la personalidad. Si no existe, involuciona; hasta pueden perecer la sociedad y la humanidad misma. Como expresa Quiroz (2009), es un ideal de igualdad en la diversidad, es aceptación del otro y uso de la libertad.

Otro contenido es la percepción de la intersubjetividad, que es la posibilidad de establecer la relación psicológica entre personas. Para Martínez (2006) la capacidad de descubrir la intersubjetividad constituye un desafío de la época para los estudiantes. La ciudadanía no se reduce a existir en un espacio ni a conocimientos que se poseen; es también una práctica que se realiza, como bien exponen Loreto et al. (2010), en el espacio social intersubjetivo.

Por último, la reflexión crítica responsable. Este aspecto es el más comprometido con la construcción de un mundo para el bienestar humano, para frenar con responsabilidad, inteligencia y valores morales los intentos de destrucción del ser humano.

La reflexión crítica responsable para preservar la especie

Las universidades hacen esfuerzos para lograr la calidad. Esto no se logra si solo se centra la atención en el profesional que debe egresar. Además de profesionales, la sociedad y el mundo necesitan hombres y mujeres capaces de buscar constantemente la verdad y ponerla al servicio de la humanidad. La calidad, como comenta Martínez (2006), se alcanza cuando se vincula a su contexto, en interacción social y colaboración. En sus propósitos para la Universidad, este autor ve la necesidad de un desarrollo de competencias en la argumentación, en la crítica racional y el debate. Solo de esta forma se puede practicar la búsqueda de la verdad con rigor. Las tecnologías, por sus dispositivos que facilitan su tenencia y la interacción, proporcionan escenarios virtuales, que reorganizan las relaciones en el ámbito universitario (Lucas, 2018). Escenarios en los que el estudiante participa sin que el profesor o la profesora pueda mediar. Este panorama proporciona tal flujo de información que rebasa los límites para convertirla en conocimiento, si la educación no ha formado cualidades sólidas y reflexión crítica responsable.

El gran reto de las universidades está en poder integrar las tecnologías, con todos sus recursos, para el desarrollo de la personalidad del estudiante; poder hacer una clase excelente imaginada con todos esos recursos tecnológicos posibles, incorporados al aprendizaje. La tecnología forma parte, irremediablemente, de la vida de los seres humanos, entre ellos los estudiantes; por lo que no puede quedar engomada a la clase, sino integrada en su proceso de aprendizaje. Esto requiere nuevas competencias de los docentes y nuevas cualidades en los estudiantes.

Alcanzar la condición de ciudadano y ciudadana implica poder defender sus derechos; entre ellos, el de ser humano. Para lograr eso debe tener la posibilidad de exigirlos con una reflexión responsable y fundamentada. Sus juicios tienen que acompañarse de la identidad, de la posibilidad de desentrañar las contradicciones de la realidad que le rodea, descifrar sus causas y crear soluciones, identificar las claves de las ilusiones falsas y ajenas.

Al decir de Quiroz (2009), al convertirse en sujeto, la persona es capaz de asumir una postura crítica y flexible para darle sentido a su existencia. En la literatura se encuentran conceptos de pensamiento crítico, criticidad y reflexión (Prieto, 2018), pero en cuanto a la reflexión crítica responsable no hay suficientes. La reflexión crítica responsable no puede verse limitada simplemente a los procesos del pensamiento. Ellos están implicados, pero se extiende a toda la personalidad. Es también desarrollo de valores de solidaridad, de justicia, de respeto al ser humano. Requiere habilidades para la relación con los demás y la autovaloración adecuada.

La reflexión crítica responsable es la cualidad de la persona que permite conocer la verdad, a través de la apropiación de sus criterios, formándose un punto de vista propio, sustentado con información certera, utilizando el lenguaje y la expresión adecuados, que le permitan manejar y resolver temas con comportamientos de convivencia responsables y acordes con su interlocutor.

No consiste simplemente en la búsqueda de la verdad, sino en reflexionar sobre las consecuencias de sus descubrimientos y actuar para garantizar que contribuyan al desarrollo humano. Requiere educar los sentimientos y el desarrollo de los valores antes mencionados.

El ejercicio de la crítica responsable requiere la apropiación de contenidos dinámicos en la personalidad, no solo relacionados a la gestión y procesamiento de la información, sino aplicando el método dialéctico que lleva a considerar todos los factores, ver el objeto en su desarrollo, ir a la esencia y no al fenómeno, dar el valor adecuado a las contradicciones y desarrollar valores humanos e identidad personal. Esos recursos se han detallado en estudios previos (González, 2019).

Conclusiones

La nueva guerra a la que se exponen las personas aparece como la lucha entre la información y la falta de información, pero en realidad es entre lo racional y la emotividad manipulada. Se utilizan los adelantos de las ciencias para estimular las emociones más primitivas y negativas y llevar a los seres humanos a actuar contra sí mismos. Lo más dañino es que se trastocan lo real y lo irreal, que los datos e imágenes ya no son evidencias de lo cierto, todo puede ser tergiversado y, por tanto, la validación requiere un esfuerzo especial.

Ante esa disyuntiva, es el ser humano el que necesita crecer y lograr los recursos personales que puedan contrarrestar esa invasión de conquista de su conciencia, mente y corazón. Ningún método, ninguna estrategia que no contemple el crecimiento humano puede ser efectiva. De ahí que sea imprescindible formarlo como ciudadano y ciudadana con una concepción integral de ello.

La formación de verdaderos ciudadanos es una necesidad vital en el mundo de hoy. Para lograrla no bastan los conocimientos específicos de diferentes ramas del saber; se requiere de una concepción integral y profunda de esta formación en la que están presente diferentes aspectos de la persona y abarca todo el sistema de relaciones de ella.

Dentro de los contenidos esenciales pueden considerarse saber participar, percibir la intersubjetividad y la reflexión crítica responsable. Cada uno de estos aspectos requiere estrategias pedagógicas específicas que no se pueden limitar al espacio del aula.

Es la reflexión crítica responsable, que le dota de contenidos dinámicos a la personalidad, la que puede ser el recurso esencial para impedir la manipulación, la inculcación de ideas y recetas. De esta forma se estará colocando un freno a la deshumanización de la persona.

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1 Cubana. Doctora en Ciencias Psicológicas por la Universidad de La Habana, La Habana, Cuba. Profesora titular principal, Cuba, Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior (CEPES), Universidad de La Habana, La Habana, Cuba. Correo electrónico: berta@cepes.uh.cu ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4035-0905

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