Vol 21, N° 42, Julio-Diciembre 2023
ISSN: 1409-3251, EISSN: 2215-5325

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Entrevista
El papel de las mujeres rurales en la construcción de un sistema agroalimentario que sea justo, saludable y resiliente

Entrevista con Fanny Reyes Ortiz, integrante de la Red de Mujeres Rurales y mujer indígena térraba, Costa Rica*

DOI: http://doi.org/10.15359/prne.21-42.11


Gerardo Cerdas Vega (GCV):

Hola Fanny, es un gusto estar contigo esta tarde. Y bueno, si gustas y para aprovechar bien el tiempo, podemos iniciar de una vez. Primero, agradeciéndote muchísimo la disponibilidad para conversar con nosotros esta tarde. En general, contarte que nosotros coordinamos y editamos una revista en la Universidad Nacional que se llama Perspectivas Rurales y estamos retomando una sección que antes existía y después no se volvió a hacer, pero que nos parece muy importante, que es la de entrevistas. Entonces, en cada número que publicamos, queremos publicar una entrevista con una persona que represente alguna lucha o que trabaje con algún tema que sea relevante, desde el punto de vista del mundo rural en Costa Rica, y bueno, por eso fue que pensamos en vos Fanny, por tu trabajo como miembro de la Red de Mujeres Rurales. Y pensamos que podríamos desarrollar la entrevista a partir de este tema que te hemos sugerido, sobre el papel de las mujeres rurales en la construcción de un sistema agroalimentario que sea justo, saludable y resiliente, a partir de todo el trabajo que ustedes hacen en la Red. Entonces Fanny, tal vez como una forma de comenzar la entrevista, nos gustaría mucho que nos cuentes un poco de vos misma: ¿de dónde vienes? ¿por qué luchas, qué te mueve como mujer y como indígena, también activista y cuál ha sido tu trayectoria? Así también te conocemos un poquito mejor.

Fanny Reyes Ortiz (FRO):

Bueno, yo soy Fanny Reyes Ortiz, este año cumplí 40 años y he tenido la oportunidad de participar en procesos de formación, en un momento como en el 2013, cuando me estaba vinculando a la Red de Mujeres Rurales, llevé una formación política con la Fundación Friedrich Ebert, que se llama agentes de cambio, eso me permitió analizar la política, ver que la política partidaria definitivamente no es un lugar donde podemos vernos reflejados, entonces también reafirmó ya las convicciones que una tenía. Nuestra comunidad, Térraba, hemos hecho defensa por el territorio cuando nos opusimos al proyecto hidroeléctrico Diquís, desde inicios de 2006 y que se paralizó gracias a la lucha y a la demanda internacional que hizo el pueblo, este se logró parar en el 2011 y se dio un cierre ya definitivo, bueno entre comillas definitivo, porque ahora se dice que pueden volver a reabrir este proyecto, que en el 2018 se cerró la idea de hacer esta hidroeléctrica, pero seguimos con esta amenaza. Entonces, eso nos permite a muchos concientizarnos. Creo que esas luchas nos han permitido concientizarnos cuáles son los derechos que nos asisten como mujeres, como comunidades indígenas y vemos que muchas veces el estado costarricense violenta esas mismas leyes nacionales e internacionales que firma, ha sido de verdad una batalla constante, porque por ejemplo, ahora que fue sobre la aprobación del Protocolo de Nagoya1 a quienes consultaron fueron las ADIs2, cuando existen lineamientos en la ley del Convenio 169 que dicen que la consulta debe ser libre, previa e informada. Y esto no se aplicó, entonces nos preocupa mucho ver que el Estado nos despoja de los derechos de las comunidades a pesar de que ellos firman las leyes nacionales e internacionales.

Entonces se vienen dando desde 2010 las reivindicaciones de tierra, primero se dieron en Salitre pero que luego se llevaron a cabo en territorios como Térraba, San Andrés que es una comunidad, Surín, también la zona de Cabagra, Curré, China Kichá, eso también nos hizo solidarios con los compañeros que luchaban por otros territorios y también nos hace analizar lo difícil que le ha tocado a las compañeras y los compañeros porque a pesar de que están defendiendo su derecho a la tierra respaldado en la ley, se les han violentado otros, hostigamiento diario y cotidiano, la negligencia de la policía, del Ministerio de Seguridad Pública. Porque Costa Rica como país debería garantizar la seguridad de las personas en estos territorios recuperados, por ejemplo en Térraba y en Salitre desde el 2014 existen estas medidas cautelares, pero es justamente en estos territorios donde han habido dos asesinatos de compañeros que eran dirigentes en la recuperación de la tierra, entonces vemos que siempre el Estado quiere desarticular los procesos de autonomía de las comunidades y por eso es que creemos desde el espacio organizativo donde participo, la Red de Mujeres Rurales, que es importante la parte colectiva para cualquier lucha, pues somos personas sociales por naturaleza y hemos visto en la Red la importancia que tiene la parte colectiva desde las comunidades, desde las mujeres, desde la ruralidad y que no es fácil verdad, porque el Estado siempre va a querer imponerse, respondiendo a intereses de grupos de gran poder económico, al final le hacen los mandados, entonces es una lucha muy justa, creemos que estamos defendiendo la vida y el derecho de las comunidades y de las mujeres a decidir qué entendemos por buen vivir. Pero también hemos observado que la parte institucional que está diariamente en nuestras comunidades es un control, un control hacia lo que nosotros queremos caminar que es la autonomía. Ese control existe en la educación primaria, que no está contextualizada, es como si fuera otro chiquito de fuera del territorio el que recibe esa educación; también nos alegra mucho que los jóvenes vayan a estudiar y se preparen en la Universidad, pero es un desarraigo pues se van de la comunidad y se desvinculan de las luchas, entonces tampoco el sistema educativo está pensado para los jóvenes indígenas. Y claro que creemos importante que ellos se eduquen, pero esto no fortalece en la parte identitaria.

También tenemos algo que nos afecta mucho para caminar los procesos organizativos comunitarios, es cuando se nos impone una asociación de desarrollo que es un grupo, una directiva de indígenas (en nuestro caso también ha habido personas no indígenas) en la directiva, que por ejemplo en el caso de Térraba no apoya la reivindicación de tierra y en otros lugares también se da un conflicto con las personas que reivindican la tierra, o sea no están siendo apoyados por la asociación, en otros casos sí, pero estas asociaciones son un medio de control para los procesos de autonomía de los pueblos. Y bueno también se ha luchado por el reconocimiento de organizaciones propias como el Consejo de mayores indígenas, pero lo que pasa es que para algunas instituciones dicen “no por ley es la asociación”, entonces muchas veces mis derechos dependen de si estoy afiliada o no a una asociación, esto es toda una contradicción porque la asociación no me representa, la asociación más bien violenta mis derechos, pero me están me están obligando a estar afiliada para acceder a otros derechos, entonces es muy complejo y es eso que les quiero decir, esta es la estrategia del gobierno que dice “divide y vencerás”. A nosotros nos duele mucho la división que hay en las comunidades a raíz de esta manipulación de los gobiernos, a raíz de esta visión institucional que no fomenta la autogestión o la autonomía de las comunidades, pero bueno creo que eso también da mucho sentido a los que pensamos diferente, en que tenemos que fortalecer la base comunitaria y creo que en eso la Red tiene muy claros sus objetivos, hacia dónde vamos caminando en cuanto al acceso a la tierra para las mujeres, el derecho a decidir sobre la tierra, la producción agroecológica, una economía solidaria, una economía circular, el conocer los derechos que nos asisten como mujeres, valorar nuestro trabajo, también hemos identificado que hay mucho machismo, mucho machismo, entonces cómo también ir quitando el machismo que tenemos en nuestras cabezas, cómo erradicar el machismo que vivimos, no es fácil pero ha servido para las compañeras que están en organizaciones mixtas poder posicionar su palabra y sus decisiones, porque también esta parte es importante que yo le digo a las compañeras, nos va a tocar enfrentar cosas solas, pero sabemos que hay un colectivo que nos está apoyando, sabemos que hay un colectivo que nos está escuchando, sabemos que hay un colectivo que puede llorar o reír con nosotras verdad, entonces creo que es muy importante que la lucha la sostenemos juntas y juntos, creo que eso es un apoyo emocional que nos ha permitido estar articuladas desde el 2006.

Mónica Ulate Segura (MUS):

Fanny, justamente de eso quería queríamos que nos hablaras un poco, de esta Red de mujeres que inició hace unos años, ya nos hablaste un poquito de cuáles eran sus objetivos, pero nos gustaría que nos ampliaras al respecto, por ejemplo, qué han logrado, cuáles han sido sus principales conquistas y los desafíos que tienen actualmente, cómo logran que la comunidad se integre y cómo es que las mujeres participan y se organizan en esta Red.

FRO:

Bueno, pues la Red surge en el 2006 en el proceso de lucha contra el Tratado de Libre Comercio, entonces en esos encuentros de lucha contra el TLC en San José se empieza a visibilizar y a identificar la importancia de que existiera una organización de mujeres del campo, mujeres indígenas y campesinas y ¿por qué?, pues porque analizamos que teníamos muchas cosas en común verdad, la desigualdad económica, el acceso a servicios básicos, violencia patrimonial, la afectación de los monocultivos en las comunidades, entonces a partir de que identificamos que teníamos temas en común, fue que se empezó a construir esta Red que se constituyó en el 2007, desde entonces ha venido caminando, la Red está en el Caribe, está en la Región Norte y también en la Región Sur. Entonces por ejemplo en mi caso (y esto pasa con muchas compañeras) alguien que ya estaba la Red nos invita a participar, en mi caso me hizo la invitación una compañera del territorio vecino que es Sari y otra señora que fue una gran dirigenta para nosotras en la Red, doña Esperanza Jurado. Entonces ellas u otras mujeres nos invitan a participar en la Red y así nos vamos enredando. Hay algunas mujeres que están por temporadas, hay otras que han estado desde el origen, otras que se suman cada nuevo año y entonces es un es un grupo de más o menos 50 y tantas comunidades, no tengo el dato exacto, son más de 50 comunidades en estas en estas regiones que mencioné que este participan, compañeras de la Red de Mujeres Rurales y uno de los objetivos más importantes es que las mujeres conozcamos cuáles son nuestros derechos, porque es la única forma de defenderlos, por ejemplo el acceso a la tierra, el derecho también a decidir porque a veces hay mujeres que tienen la tierra pero quien decide son sus parejas o sus hijos, entonces esa parte de concientizar a las mujeres en la toma de decisiones es muy importante, luego está la parte de agroecología, en la Red algunas tienen patio, fincas, algunas tienen parcela, entonces nosotras en cada encuentro realizamos intercambios de semillas, en todas nuestras reuniones andamos jalando semillas e intercambiamos, siempre decimos que si una compañera no tienen no se preocupe, lo importante es que de las del resto que llevaron ella va a poder llevar, entonces creo que estamos haciendo una parte importante de diversificar nuestra parcela y también que eso va a tener un impacto en la alimentación, una alimentación sana y una soberanía alimentaria y también se han dado capacitaciones y talleres en agroecología, se han dado talleres en el conocimiento de plantas muy específicas, es conocimiento que guardan las mujeres que se ha podido transmitir a los grupos de la Red, en este caso hemos tenido talleres sobre el uso de plantas medicinales, plantas comestibles no convencionales donde nos planteamos cómo ir recuperando la memoria alimenticia, la memoria de las luchas de las mujeres y las comunidades, la memoria de los procesos organizativos y creo que también hemos identificado la importancia y esto no es algo extraño, pues en las mujeres está la parte de organizarse, de juntarse, ya sea que sale a hablar con la vecina de equis tema, creo que nosotras tenemos esta característica por naturaleza de reunirnos para organizarnos, para ir a hacer tamales, o para ir a limpiar un lote, o para hacer una venta o para escucharnos, para reír o para llorar.

Creo que también eso es este espacio, la Red ha venido visibilizando la importancia, como decía una compañera del norte, Francisca, que en la Red nos sentimos escuchadas, entonces, eso nos da dignidad. Hay mujeres que ni en la casa le prestan atención por el simple hecho de ser mujer, pero en la Red hemos tenido y fortalecido esto de respetar, de poder expresarnos, de poder ser escuchadas y también de escuchar y creo que eso es muy importante cuando la mujer se expresa y también cuando tenemos nuestros espacios de talleres, en diferentes temas, hace poco hemos tenido talleres sobre esta ley del Protocolo de Nagoya que es algo que nos preocupa mucho, que se haya aprobado esta ley, sin que las comunidades hayamos participado en esta consulta que por ley nos corresponde. Entonces como Red se está elaborando un comunicado, ya hay firmas recogidas, lo que falta es terminar el comunicado para presentarlo y de ahí que se sumen todos los colectivos que se vean afectados y también las personas de la sociedad civil que se quieran solidarizar. También hemos hecho una lucha importante contra el proyecto, primero fue un proyecto de ley de semillas3, que ahora antes de entrar este señor Chaves, estuvo a punto de ser aprobado en la Asamblea Legislativa, pero gracias a la presión de diferentes colectivos y a nuestra participación, se pudo frenar este proyecto, pero vemos ahora con esta administración, que ha sacado a los grupos de ecologistas de los espacios de la Asamblea Legislativa en que estaban verdad participando para hacer una lucha importante por la biodiversidad, entonces esto también nos preocupa mucho, que cada vez las políticas de los gobiernos quieren favorecer con el protocolo de Nagoya a las grandes empresas. Eso es lo que quieren, que estas empresas se vengan a apropiar de los saberes sobre las plantas y las tradiciones, los conocimientos de nuestro territorio y nuestras comunidades y nosotras hemos dicho que la vida no se patenta, las plantas y la biodiversidad que hay en los territorios ha sido producto de la domesticación milenaria, de entre 12 mil o 10 mil años llevó este proceso de la agricultura donde la mujer tuvo un papel central para domesticar semillas, donde las comunidades hicieron un intercambio libre de semillas, donde cada persona decidió libremente qué semillas sembrar.

Estos principios de libertad originaron la gran diversidad que existe hoy en día; pero ahora a partir de este Protocolo de Nagoya y a partir de que se quiere también aprobar el proyecto de ley de semillas, donde lo que se busca es despojarnos de ese legado milenario, que somos guardianas y guardianes de las semillas de semillas, para beneficiar a quien pueda acceder a un registro (porque son caros). Además esta no es la visión de las comunidades, o sea hay semillas que están en Costa Rica, en Panamá y Nicaragua y por tanto cómo me voy a apropiar de eso que está en los pueblos, pero los Estados sí están impulsando sus proyectos de registros de semillas y con este Protocolo de Nagoya es que las empresas van a venir a nuestro territorio a patentizar plantas y saberes comunitarios y lo que está en nuestros territorios es un legado ancestral, no tiene porqué adueñarse una empresa de gran capital ni ninguna empresa debe apropiarse de estos conocimiento.

Entonces estas son las luchas que estamos dando y también nos preocupa mucho a nivel nacional que se fomenta la producción de la agroindustria de monocultivos de palma, piña y banano. Nos parece algo muy injusto, porque ahí están las comunidades, ahí están las mujeres, ahí están los niños, ahí está el agua recibiendo fumigaciones todos los días o llenándose de tóxicos todos los días, porque las comunidades están día a día recibiendo estos venenos. Eso nos parece muy injusto y por eso luchamos, por defender una producción sana, una producción agrodiversa y que proteja y que respete, esto nos parece muy importante, respetar la naturaleza, respetar la Madre Tierra.

Bueno, otra cosa por la que se que viene luchando desde la Red es el tema de las mujeres que están revindicando su derecho al territorio, la Red ha acompañado y apoyado a estas compañeras y hemos aprendido de sus luchas, nos hemos solidarizado con las mujeres y las comunidades que reivindican su derecho a la tierra, eso significa un aprendizaje, cómo van cambiando los paisajes que antes eran solo pastizal para grandes extensiones de ganado y que ahora se han vuelto áreas de reforestación o áreas de producción de granos básicos. Y bueno es eso, si analizamos que es muy difícil que los políticos entiendan que si firman una ley tienen que tienen que cumplirla, es bastante desgastante porque ellos no escuchan, no oyen, son sordos, no ven o se hacen y a veces han sido muy irrespetuosos hacia nuestros argumentos.

Valoro mucho y creo que esto algo muy importante, que las mujeres que hemos estado en la Red hemos cambiado nuestra forma de pensar y no hemos perdido la esperanza de seguir adelante defendiendo los derechos de las mujeres y los derechos del territorio y creo que eso es muy importante, porque la gente que está desorganizada, la gente que está sola, perdió la esperanza, pero este espacio organizativo en la Red primero nos da mucha información, nosotras podemos conversar de diferentes temas gracias a que tenemos estos espacios de talleres, de reuniones, de encuentro con otras mujeres, eso nos da mucha información y nos permite conocer de primera mano lo que está viviendo la compañera que vive en una plantación bananera o lo que estamos viviendo nosotras que vivimos en el cantón de Buenos Aires, que fomenta la producción de piña, entonces creo que esta parte es muy importante, la información, la concientización, el apoyo, el sentirnos que somos mujeres informadas. Eso es un primer paso, la información es muy importante y luego que nos hemos podido mantener articuladas hasta el día de hoy.

Bueno creo que también la Red y la lucha que hemos hecho las mujeres, los pueblos indígenas y campesinos nos demuestra que vivimos en una sociedad muy racista, Costa Rica es una sociedad muy racista. En el cantón de Buenos Aires una sale y escucha las expresiones de que es el cantón más pobre porque tiene un 70% de población indígena, que a los indígenas no les gusta trabajar, que las mujeres solo viven teniendo chiquitos para que el IMAS las mantenga, eso lo expresó un señor en el bus y yo tuve que decirle que se callara, que se callara porque lo iba a acusar con el señor del bus porque estaba diciendo expresiones racistas sobre la población indígena. Entonces creo que también para esos espacios nos prepara la Red, para no naturalizar el racismo, no sentirnos solas; en ese momento yo iba sola pero yo sé que hay un grupo que me acuerpa y sé que tengo derecho a vivir sin racismo, pero es algo que se expresa mucho a partir de que las comunidades hemos defendido nuestros derechos a la tierra o porque nos oponernos a los megaproyectos o al proyecto de ley de semillas, entonces eso también nos prepara para enfrentar estas situaciones que rechazamos rotundamente, Costa Rica es un país que discrimina a la población migrante del norte, que discrimina a la población indígena y en otros casos ni saben que hay indígenas, hay mucho desconocimiento hacia las culturas indígenas, pero nosotras en la Red hemos propiciado esos encuentros de mujeres campesinas e indígenas para ir rompiendo esas ideas equivocadas que se tienen sobre nuestra población, entonces creo que ha sido mucha la riqueza.

Pero también esto que yo le decía, esto muestra a la sociedad que tenemos, no se puede decir que toda la sociedad, pero las personas se dejan decir expresiones racistas con tanta libertad, por ejemplo en el caso del cantón de Buenos Aires y así le pasa también a las compañeras de la Zona Norte y que nos hace ser solidarias también con ellas y ellas con nosotras y así todas las compañeras campesinas también.

MUS: 

Perfecto Fanny. Justamente hablando acerca del conocimiento de sus derechos y partiendo del hecho de que ustedes son de prácticamente de todo el territorio nacional, ¿cómo hacen ustedes como organización para lograr todas estas cosas? ¿Se reúnen siempre en el mismo lugar o se turnan los lugares de encuentro? ¿Cómo hacen para estar en contacto y mantener a las compañeras empoderadas?

FRO:

De adelante para atrás: creo que, a partir de la pandemia, en estos años después del encierro tuvimos 32 talleres tuvimos hablando de muchos temas. Me acuerdo que para mí fue muy importante cuando analizamos las últimas elecciones, porque yo estaba muy apática, no quería escuchar absolutamente nada de los partidos políticos, porque al final todo se vuelve lo mismo, cuando están en la Asamblea [Legislativa] hacen sus alianzas, entonces para mí fue muy importante ese taller para discutir qué era lo que se planteaba y el plan de de estos futuros candidatos, quiénes eran los financistas de campaña, así fue como vimos que nosotros no estábamos en el plan de campaña de de ninguno de estos políticos. Entonces, a pesar de la apatía, para mí fue muy importante ese taller, porque me dio mucha información y argumentos para hablar con otras mujeres de la comunidad y fue un taller virtual, la Red se planteó el reto de que nos pudiéramos reunir de forma virtual mujeres de todas las regiones para recibir talleres de agroecología, también sobre cómo hacer videos cortos y expresión oral, se dio el taller de mujeres y gallinas, entonces a partir de la pandemia ese fue el espacio que tuvimos para reunirnos, pero no nos dejamos de reunir, eso fue muy importante. Y bueno, también hay que expresar las limitaciones, hay compañeras que definitivamente no tienen conectividad, en sus regiones es fatal el acceso a Internet, así no todas pueden participar de los talleres. 

Y, por ejemplo, hace poco este año hubo un encuentro en Puerto Jiménez con mujeres de la Península de Osa y mujeres de la Red desde el cantón de Buenos Aires, del cantón de Pérez Zeledón, San Vito, Buenos Aires, Corredores... nos reunimos con mujeres de los diferentes cantones de Osa. Este año ha sido ha sido así, nos hemos reunido por regiones, a mediados del 25 julio se reunieron las compañeras de Upala en la Zona Norte y en el Caribe ya se han reunidos dos veces este año ha habido encuentros de mujeres de la Red de diferentes cantones y diferentes comunidades del Caribe. Es muy importante también decir que cuando nos reunimos hacemos un aporte de la alimentación e entre todas cocinamos, hacemos horarios de cocina y así a algunas les toca cocinar el desayuno, a otras el almuerzo y la cena y eso ayuda a bajar costos, además aportamos aquello que estamos produciendo en las comunidades, huevos, plátanos, verduras, chayotes, entonces siempre hay abundancia y eso ayuda a bajar costos, porque entonces lo que se tiene que comprar desde el espacio de Tinamaste es la proteína o el café o el azúcar... Otras veces nos reunimos en un salón, nos prestan un salón y allá se acomodan colchonetas, dormimos en colchonetas o a veces se da hospedaje solidario. Aquí es muy importante reconocer el papel de Tinamaste, esta organización apoya a la Red organizando y convocando a las reuniones en los cantones, regiones y a nivel nacional. Este colectivo apoya a la Red en temas de logística, de preparación de los talleres virtuales durante la pandemia. Y ha estado realizando esta labor desde la fundación de la Red.

Entonces lo que se hace es un proceso de autogestión, pero con muchas dificultades. Este año, por ejemplo, no va a ser posible llevar a cabo una asamblea que antes se hacía, una asamblea de 500 mujeres, en San José o en Heredia, cuando se contaba con los proyectos universitarios. La Red en el pasado ha sido beneficiaria de estos proyectos universitarios y esto permitía tener más disponibilidad, por ejemplo, de busetas de la Universidad o de recursos para hacer una asamblea de 500 o 600 mujeres y nosotras siempre aportando, creo que eso ha sido una parte muy importante de Tinamaste, se ha organizado muy bien en la parte financiera, rendir la plata es muy importante y eso nos hace ver y asumir un compromiso a nosotras de poder gestionar los recursos y de apoyar con la alimentación en los eventos de la Red, siempre que se pueda, quizás en San José a veces no se puede, porque no tenemos dónde cocinar, pero por lo general, cuando nos reunimos siempre andamos buscando un espacio donde podamos cocinar o donde haya hospedaje solidario, para bajar costos, entonces hay reuniones en las comunidades que las compañeras se organizan y se reúnen, o hay reuniones de la región, este año ha habido reuniones en todas las regiones, creo que la región que falta completar es la Norte, ya se realizó una en Upala y ahora falta una en Los Chiles. Algo que quiero mencionar es que la Red, por esa misma buena administración y por ese pensar de invertir, cuenta con varios terrenos, uno en el sur; cuenta con dos panaderías en Cariari y en Los Chiles; un lote que se compró el año pasado en el Norte y yo creo que se me olvida uno... bueno son cuatro ahorita y en estos lotes lo que se ha pensado es fomentar la producción y la economía solidaria de las mujeres, poder cultivar, construir un centro de capacitaciones o un espacio para secar plantas medicinales, procesarlas y distribuirlas. Ya las dos panaderías son una realidad y en los otros lotes los proyectos aún están en la mente porque no hay dinero, pero estamos construyendo y adquiriendo estos terrenos para para construir desde nuestra propia forma de pensar y de sentir, que no sea algo impuesto por una institución, ahora a todo mundo le dicen que sea emprendedor y nosotras decimos que no hay jerarquías dentro de los espacios de economía solidaria de las mujeres, nosotras nos vemos en círculo y así también en la Red, con autonomía. Y vieras que ha sido difícil, porque usted le habla al Ministerio de Hacienda eso y no lo entienden; le habla a la municipalidad y no existe ese modelo dentro del pensamiento capitalista. También las compañeras de Los Chiles han dado esta batalla de hacerle entender a las autoridades del Estado que entre nosotras no hay jerarquías y que se puede trabajar desde otra economía. Pero no es fácil que las instituciones entiendan eso.

GCV:

Sin ánimo de interrumpirte, quería hacerte un par de preguntas que están muy íntimamente relacionadas entre sí. La primera es: ¿cómo ven ustedes la situación alimentaria actual Costa Rica? Estamos en un escenario muy preocupante, con elevadísima dependencia de la importación de alimentos, con una pérdida acelerada, no solo de la soberanía, sino ya incluso de la seguridad alimentaria. Ustedes como Red, ¿qué piensan de toda esta situación que estamos viviendo a nivel del país?

FRO: 

También nos preocupa mucho. Nos hace analizar que la culpa es de este modelo ligado al agronegocio. Vemos que no hay apoyo institucional para la agricultura de alimentos, hay personas por ejemplo del MAG que son conscientes de la importancia de la agroecología, pero la mayoría no se interesan ni les importa. Veamos el ejemplo de los venenos, en Costa Rica se importa veneno, es mucho dinero, son noventa millones de dólares o más, entonces eso lo van a dejar pasar por un tema económico, pero para nosotros es algo terrible que en Costa Rica tengamos el primer lugar de consumo agrotóxicos por persona a nivel mundial cuando se habla que somos un país verde, que cuidamos el medio ambiente. También hemos analizado que no nos dejamos engañar, creo que eso es muy importante, ya nosotros sabemos la realidad de Costa Rica, hemos podido tener encuentros también los compañeros que están en Cartago, la producción hortícola de Cartago de la parte norte está rociada de veneno, entonces eso nos preocupa mucho porque es algo que se le impone a la gente, tome produzca con veneno, le dicen a la gente en las comunidades, tiene que usar estos venenos, cuando lo único que genera empleos en la piñera, entonces hemos visto que esto es un modelo muy injusto, porque responde a los intereses económicos de pequeños grupos de poder en contra del bienestar de las comunidades y de las mujeres. Y como Red también denunciamos los impactos de los agrotóxicos, la Red ha hecho una defensa importante en contra las fumigaciones o por lo menos divulgar, hacer comunicados de prensa, por ejemplo las comunidades en la zona de del Caribe, donde están las plantaciones de banano y donde las compañeras han manifestado, bueno es que mi producción a raíz de estas fumigaciones que están tan cercanas o que están todos los días sobre nosotras, afecta la producción de nuestros árboles, de nuestras hortalizas y animales y claro que a ellas también las afecta en sus vidas, entonces sí nos preocupa mucho que son las políticas estatales las que nos tienen en esta situación tan precaria. Además porque no existe el pago de precios justos hacia la producción indígena y campesina, muchas veces el intermediario es el que se lleva la mejor parte, entonces también vemos que hay que volver a que la gente produzca e intercambie alimento y pueda abastecerse de lo que se está produciendo en la comunidad, creo que eso es un grano de arena que se pone y creo que en la pandemia se visibilizó esto, las comunidades no podían salir a comprar cosas, pero estaban sembrando, podían hacer intercambio de productos, entonces creo que eso también nos llevó a ver la importancia de sembrar nuestra comida, pero tenemos todas estas políticas de gobierno que no fomentan la producción indígena ni campesina, eso lo tenemos muy claro y por eso nosotras desde la Red tenemos nuestros espacios de parte de las fincas, patios y agrobiodiversos y con producción agroecológica.

GCV: 

En ese mismo sentido, justamente eso calza con la otra pregunta: para ustedes como Red, ¿cuál es el papel de las mujeres en la construcción de un nuevo sistema agroalimentario que sea justo, que sea saludable y que sea resiliente? Es decir, básicamente agroecológico. Entonces, ¿cuál visualizan ustedes que es el papel específico de las mujeres en ese desafío que tenemos, como país y no solamente como mujeres, pero sí considerando que las mujeres tienen un papel y un potencial particular. Nos gustaría saber qué piensan ustedes al respecto.

FRO: 

Sí claro. Para para nosotras fue muy importante, por ejemplo, conocer cómo fue el origen de domesticación de las semillas, de los esquejes de las plantas, donde la mujer jugó un papel central en la domesticación de semillas para hoy tener esto que se llama agricultura. Entonces, conocer la historia es muy importante, la historia no oficial verdad, porque en la historia oficial no nos hablan de eso y en nuestra Red hemos tenido este espacio para reivindicar el trabajo que hace la mujer con relación a la tierra, porque hemos visto que la agricultura se ve como algo que el varón es el que la hace, pero la historia ancestral dice que las mujeres hemos estado sembrando, domesticando, compartiendo saberes, experimentando, creando... entonces creo que es muy relevante conocer el origen de la agricultura, conocer la historia de nuestras abuelas, esa parte de la de la historia que nos reunimos como Red para dialogar también nos hace querer salir y venir a hablar con las abuelas de nuestra comunidad o con las otras mujeres de nuestra comunidad, con nuestras mamás y ellas también nos dicen sí, que ellas antes de irse a la escuela por los niños iban al campo y cosechaban gran parte de la producción de alimentos y ahora la gente dice que no se puede, pero yo digo que si en la época de nuestros abuelos, de nuestras abuelas había soberanía alimentaria, eso es algo que se puede volver a retomar y por eso considero que es muy importante saber que esto no es algo que nos estamos inventando, sino que más bien el cuido, el resguardo y el intercambio de las semillas y saberes es parte de nuestra memoria, de nuestro ADN, de nuestra ancestralidad. Esto nos da mucha fuerza para decir que este es el camino, el camino de nuestras abuelas y afirmar que nosotras hemos querido seguir ese legado, que es también el derecho que tiene una persona para decidir si quiere dedicarse a la agricultura, la cual debería ser considerada como una profesión tan importante como las otras, como ser médico, como ser maestro, creo que esa actividad se descuidó totalmente debido a procesos como la revolución verde y los monocultivos. 

Entonces todo el modelo capitalista se ha venido imponiendo en contra de nosotras y de los pueblos, pero desde la Red estamos informadas y luchamos por el derecho a la memoria, por el derecho a decidir y a seguir sembrando, si las mujeres quieren esta debería ser una una profesión que les permita tener una vida digna, pues ahorita eso no es posible porque a veces hay donde vender la producción, se la pagan mal. Este año, por ejemplo, la producción se ha visto muy afectada, ya que| por el fenómeno de El Niño ha habido mucha pérdida de cosechas y no se tomaron medidas preventivas. Si ya el Estado sabía que esto iba a pasar, bueno simplemente no hizo nada y ahí está toda la gente que perdió su arroz, la gente que perdió su cosecha y está totalmente sola en esto, no hay desde el Estado ningún acompañamiento a las indígenas y campesinas, pero nosotras desde la Red siempre andamos intercambiando semillas, siempre que podemos ir donde alguien llevamos semillas para compartir, ya sea que no esté en la Red, sea un señor, una señora aunque no esté en la Red, pues también ahí en la semilla le vamos contando toda esta problemática que estamos conversando, entonces también es importante la parte de formación e información que hemos ido construyendo en la Red y que seguimos luchando, estamos en esta lucha diaria y constante verdad porque no hemos perdido la esperanza de construir una vida protegiendo a la Madre Tierra y teniendo una vida digna para las mujeres y los pueblos.

MUS:

Fanny y justamente hablando de esto verdad, ¿cómo está el tema de la defensa de la semilla criolla? Sabemos que hay una amenaza en contra de las semillas criollas, que han habido intentos de criminalización... ¿nos podrías comentar un poquito con respecto a esta lucha por conservar esta semilla criolla?

FRO: 

La amenaza ha estado desde que se aprobó el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, desde el 2008 viene esta amenaza de los temas que condicionaban el tratado de libre comercio y que gracias a grupos ambientalistas como la Red de Coordinación en Biodiversidad, la Red de Mujeres, de personas solidarias, grupos indígenas y campesinos, hemos ido frenando estas leyes y hasta el momento nuestra arma había sido que no se hace consulta para estos temas, que no se había consultado para estos temas, no se ha consultado en cuanto al registro de semillas a las comunidades indígenas y campesinas. La Red de Mujeres Rurales presentó un contencioso administrativo en el 2018 que fue fallado a nuestro favor, justamente por esto, porque no se le había consultado a estos sectores. El contencioso administrativo fue fallado a nuestro favor y esto sirvió para frenar en el 2019 la intención de hacer o de crear registros de semillas. Pero ya ahora, este año, a partir de que se aprueba el Protocolo de Nagoya donde se dice que los pueblos hemos sido consultados, cuando en realidad no hemos sido consultados sino que a los que consultaron fue a los directivos de la ADI y no a los pueblos, entonces eso es un riesgo porque este gobierno lo que dice es “ya se les consultó”, los magistrados dicen “ya se les consultó” y los diputados dicen “ya se les consultó a través de las ADI” y como vuelvo le repito es muy peligroso que se está violentando nuestra ley. Si en el convenio dice que para hacerse una consulta debe ser libre, previa e informada, aquí se violentaron todos estos principios y algunos magistrados estuvieron de acuerdo, los diputados, los 35 que firmaron estuvieron de acuerdo, la CONAGEBIO4 también estuvo de acuerdo y la Mesa Indígena también estuvo de acuerdo. Entonces rechazamos totalmente este Protocolo de Nagoya porque realmente no fuimos consultados, hay mucho desconocimiento de esta ley tan peligrosa que lo que va a hacer es abrirle las puertas de nuestros territorios a las grandes empresas. También vemos que Costa Rica, a pesar de que estamos en esta era de tanta información, hay muchos controles a través de los medios de comunicación, de las radios corporativas, de los medios corporativos hacia la población nacional, eso es algo que hemos identificado en la Red y por eso son muy importantes esos espacios organizativos de mujeres o en las comunidades, donde podemos acceder a esta información de proyectos, leyes, amenazas que llegan a nuestros territorios. Tristemente ahora van guiados por esta ley que es una ley de despojo.

GCV: 

Claro, absolutamente Fanny. Para no abusar de tu tiempo y tratar de mantenernos dentro del tiempo que habíamos acordado, quisiera referirme a una de las cosas que más llama la atención en los últimos 10 años, como ha sido el inicio de este proceso tan valiente y tan decidido por parte de los pueblos indígenas en Costa Rica de la recuperación de territorios, que representa un paso, un movimiento clave en la validación de los derechos de los pueblos originarios. Y por eso nos gustaría que a partir de tu conocimiento y experiencia, nos cuentes un poco sobre este proceso de recuperación de territorios que es, sin duda alguna, un antes y un después en el escenario de los derechos indígenas en Costa Rica. Pero además, vinculándolo con el tema de la entrevista, te pido que nos comentes un poco sobre cuál es el papel que ocupa la agroecología dentro del proceso de retomada de los territorios. A mí por lo menos me da la impresión de que sembrar la tierra e también una forma de rehabitarla y resignificarla, de volver a estar en el territorio, pero me gustaría escuchar tu opinión para ver si no es una cosa que uno piensa y pues no, no es así como ustedes lo ven.

FRO:

Para nosotros las recuperaciones comienzan en Salirte, hay que reconocerle al pueblo y reconocerle al dirigente indígena Sergio Rojas esa valentía respaldada en sus derechos. Las recuperaciones de tierra surgen después de la arrastrada en la Asamblea Legislativa, cuando estos compañeros de diferentes territorios exigían, pedían que se aprobara la Ley Indígena y fueron desalojados en la madrugada del 10 de agosto de 2010. Una de las cosas que dice Sergio en ese momento es: “bueno, de nuestros territorios no nos pueden sacar”. Y a partir de ahí es que se empieza a recuperar el territorio, porque ya existía la problemática de ocupación ilegal dentro de los territorios. Y esa lucha del pueblo de Salitre y de Sergio nos contagió, porque es una problemática que tenemos en Térraba, donde tenemos una ocupación ilegal de más del 80% y así en otros territorios más, en otros territorios menos, pero es una problemática real y a partir de que se hacen estas recuperaciones, se empieza a cultivar la tierra, también se hacen ceremonias de sanación a la tierra desde la espiritualidad de los pueblos y de las mujeres de las comunidades; se empieza, por ejemplo, a observar que las nacientes de agua por la ganadería de estos finqueros habían sido totalmente devastadas, deforestadas, entonces esas áreas se volvieron a sembrar y eso ha permitido que aumente la vegetación. En años atrás, cuando estaba la ganadería, se acababa el agua y ya ahora no, todo esto ha permitido que la tierra se vaya recuperando, así como el agua. Nosotros lo que queremos es la tierra, no queremos ningún bien del ganadero, si quiere llevarse la casa, las vacas, que todo se lo lleve y que nos dejen la tierra, eso es por lo que están luchando las comunidades, por la tierra para poder construir su buen vivir, para poder reforestar, para poder cultivar nuestras semillas nativas y criollas, para volver a compartir, para volver a tener este vínculo con la Madre Tierra, porque al final ella nos cuida y nosotros también tenemos que cuidarla a ella. Y también estamos pensando en dejarle un espacio mejor a las niñas y a los niños, los niños que van creciendo van observando este cambio en las tierras recuperadas, ellos también van al campo a sembrar, cosechan y ya existe este vínculo que antes no había porque no tenían tierra. Entonces sí se ha podido a partir de las recuperaciones solventar esta otra parte muy importante, la alimentación y la reproducción de semillas nativas y criollas y también capacitación en talleres sobre agroecología, combinados con prácticas ancestrales como rotar cultivos, dejar descansar áreas, regar frijoles, que se chapea, pero toda la cobertura verde se deja ahí, entonces la tierra es el primer derecho para poder acceder a todos los demás, a la alimentación, construir, acceder a vivienda y ligado al cuido de la tierra que se da, porque de tener un área ganadera devastada erosionada ahora se está cultivando una gran diversidad de granos básicos y otros alimentos, por ejemplo, arroz, yuca, maíz y plátano, así como semillas que son alimento para los animales, flores, frutales, entonces sí son espacios que son diversos porque también así fueron nuestras comunidades, así somos las personas y así somos las sociedades, verdad, somos diversos; hay diversidad y hay biodiversidad que también retomamos y rescatamos en estos espacios donde se reivindica el derecho a la tierra de los pueblos indígenas y campesinos.

GCV: 

Algo que también sería interesante mencionar, es decir, todo este proceso de recuperación ha traído consigo un mayor conflicto con los que ocupan ilegalmente el territorio, prohijado por el propio Estado. Entonces si te puedes referir a esa dinámica tan perversa en que la institucionalidad, en vez de cumplir su deber de garantizar la ley, el cumplimiento de la ley, más bien casi que se convierte en un enemigo más de los pueblos originarios.

FRO:

Algo que Sergio Rojas decía es que nosotros como pueblos hemos querido hablar con el gobierno. ¿Pero qué ha pasado? Que no se avanza, no hay acuerdo, no hay soluciones en cuanto al tema de la reivindicaciones de tierra, se le dan largas al asunto para al final no resolver nada, porque las comunidades sí han intentado dialogar con los diferentes gobiernos de turno, pero lo que no hemos tenido son resultados apegados a nuestra ley, creo que eso hay que dejarlo claro, que las comunidades, los recuperadores han querido dialogar con el gobierno, pero estos diálogos no se han concretado en ningún resultado positivo para nosotros. En el caso, por ejemplo, de las familias recuperadoras, han sufrido mucha violencia, desde amenazas, desde la quema de sus casas, la quema de sus cosechas principalmente en verano que es cuando más se le prende fuego criminalmente a las áreas recuperadas, disparos al aire, gente amotinada en una casa y uno dice, bueno, y dónde estaba la Policía. En el caso de Térraba, por ejemplo: cuando nos agredieron en el 2012 por la toma del colegio, la turba que nos agredió pasó en frente de donde estaban los policías, los policías estaban como a 800 metros cuidando la entrada, ¿pero cuidando a quién? Si esa gente pasó armada, pasó con palos y los policías llegaron media hora después, estando apenas a 800 metros del Liceo de Térraba. Entonces vemos que la policía puede estar en el territorio, pero más bien algunos son familiares de los finqueros, algunos son racistas... hemos tenido, por ejemplo, en el caso de las compañeras cuando van a hacer denuncias por estas amenazas que la misma gente en la Fuerza Pública las amenaza, le dicen, bueno, “la que va a salir denunciada es usted”, estas son cosas que nos han expresado las compañeras y esa es una forma para que la gente tenga miedo de denunciar. Algo que también nos duele mucho es el asesinato de Sergio Rojas y Jerhy Rivera. En el caso de Sergio decimos claramente y contundentemente que fue un asesinato político, el Estado debía garantizar medidas cautelares para las personas recuperadoras de Salitre y Térraba pero oportunamente no lo hizo y a partir de que se implementaron las medidas cautelares en el... es que no me acuerdo si fue en el 2011 o en el 2014, pero a partir de eso, ha aumentado la violencia, o sea, con medidas cautelares, más bien ha habido más violencia porque el Estado que es el debería garantizar el cumplimiento de esas medidas no lo hace. Ahora también hay una campaña de difamación en los medios de comunicación, en otros momentos cuando ha habido más conflicto hacia las personas recuperadoras y hacia la lucha indígena, más bien los medios difaman o crean violencia, dan una imagen de que somos violentos y no, los recuperadores han tomado la tierra de forma pacífica y es lo único que quieren. Ellos han dicho bueno acá llévense lo que tengan, las pertenencias, porque lo que nosotros queremos es la tierra. Entonces, a pesar de toda esa violencia de que han habido quemas, dos asesinatos, en el último caso, el que fue sentenciado este año en enero, el tipo que asesinó a Jerhy salió libre. 

Entonces claro, eso fue un golpe emocional demasiado fuertes para para todas las personas que veíamos en esta pena de 22 años que no es la pena total, pero ya era un antecedente que iba a hacer pagar algo, alguien, de tanta violencia que hemos sufrido y que han sufrido también las compañeras y los compañeros recuperadores. ¿Entonces, qué pasa aquí? ¿Cuál es el mensaje que le está mandando el gobierno a los finqueros, a los violentos? Sigan haciendo lo que ustedes quieran, sigan matando, sigan asesinando, sigan quemando tierras, casas. Después de que este tipo salió de la cárcel, fue quemada una casa en China Kichá, entonces es incentivar la impunidad que disfrutan los agresores de las comunidades indígenas y eso es muy frustrante. El único camino que queda es seguir denunciando y a nivel de las comunidades protegernos de estos ataques, como le digo, siempre ha sido desde una visión pacífica, nunca ha sido de reaccionar igual que estos atacantes o igual que estos finqueros racistas y violentos y esa es la claridad que han tenido las luchas, que han sido luchas pacíficas versus toda la violencia que han recibido las compañeras y los compañeros.

MUS: 

Fanny, ya para ir finalizando, quisiéramos que nos comentes un poco sobre cuál es la visión de ustedes hacia el futuro, tomando como referencia las luchas actuales en las que ustedes han estado involucradas y los desafíos que se colocan. Asociado a esto, cómo ven el apoyo que las universidades podrían dar a esta lucha por recuperar el territorio y promover nuevas bases para un sistema agroalimentario agroecológico e indígena.

Nosotras pensamos y creemos y hacemos de la organización colectiva nuestra fortaleza. Yo pienso que en esta lucha contra las políticas de los gobiernos, contra grupos de poder económico, contra los finqueros, lo que a nosotras nos interesa es fortalecer el estar unidas porque esa es la fuerza, esta es la fuerza para poder enfrentar esto tan grande, algo tan grande como un sistema capitalista, racista y machista, entonces para ello la gente tiene que estar unida, en especial si vemos que hay mucho debilitamiento organizativo y que esto se ha marcado aún más a partir de la pandemia. A pesar de eso, la Red asume el compromiso de seguirse reuniendo porque vemos que los poderosos son poquitos y están juntos, en cambio nosotras y nosotros somos muchos, pero estamos bastante desarticulados a nivel país por todas las cosas que mencionamos antes.

Entonces nuestra propuesta es esa: articular procesos colectivos con las compañeras de la Red y con otros colectivos, para seguir caminando, defendiendo nuestros derechos y por eso desde la Red también hemos participado en movilizaciones por la defensa del agua, de la tierra y de las semillas, así como en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y el Día por la No Violencia contra las mujeres. Y por supuesto que la agroecología es uno de nuestros ejes centrales, nosotras somos mujeres del campo, somos mujeres campesinas y estamos en nuestro día a día cultivando semillas, compartiendo semillas, compartiendo saberes, informándonos, analizando y esto es muy importante, analizando el contexto político en el que estamos, entonces eso es lo que nosotras seguiremos manteniendo hasta donde sea posible, porque por supuesto, ahora que usted mencionaba los apoyos universitarios para este no han habido, entonces sí, lo económico es muy limitante para poder fortalecer el desarrollo de la agroecología en los territorios, pero sin embargo, creo que nosotras estamos fuertes en ese papel de resguardo, de ser guardianas y guardianes de semillas, lo tenemos muy incorporado a nosotras y ahora lo que atendemos también es el derecho de las mujeres a tener tierra, el derecho de las comunidades a tener tierra, porque la tierra se ocupa para para poder sembrar y para poder vivir y la agroecología es una forma de poder seguir respetando nuestra Madre Tierra y poder mantener esta armonía, creo que la armonía ya está, la naturaleza es muy sabia, la tierra es muy sabia y tenemos que aprender de ella, verdad y vernos como un círculo, que coexistimos porque existen estos otros elementos, los bienes comunes: la tierra, el agua, el aire, la lluvia, verdad. Nosotros somos los que dependemos de estos elementos, no al revés, así que nuestra visión es cuidar la semilla, cuidar la tierra, cuidar el bosque, cuidar la naturaleza y no aislarnos, ese es el llamado, que la gente no debería estar aislada sino ir a articulándose de dos en adelante creo que eso es muy vital, que la gente se pueda seguir articulando y reflexione sobre esto tan violento, estamos en tiempos muy, muy violentos y la gente está mirando para otro lado o está desinformada y por lo menos yo agradezco mucho que estar juntas nos hace pensar a las mujeres de otra forma, somos mujeres diferentes, decía una compañera de Limón “se nos cayó el velo que teníamos en los ojos” y ahora vemos las realidades que afectan a las comunidades, a las regiones y también muy importante proponemos alternativas, eso es muy importante y luchamos, nos oponemos, pero también estamos construyendo alternativas para que tengamos una vida sin violencia, que podamos decidir, que podamos sembrar, que podamos tener, que las mujeres tengan una economía, que no sean dependiente de otra persona, es por eso  que estamos luchando y proponiendo alternativas y ojalá hubiera que más apoyo de las universidades, más apoyo de otras instituciones para este espacio organizativo de la Red de Mujeres Rurales, siempre respetando nuestra visión y nuestra autonomía como mujeres indígenas y campesinas.

GCV: 

Eso es fundamental Fanny respetar esa autonomía de ustedes como mujeres indígenas y campesinas. Y bueno, estas últimas palabras tuyas son realmente muy inspiradoras y personalmente creo que apuntan en la línea correcta, pues donde estamos en colectivo el capitalismo no puede crecer, porque el capitalismo se trata casi todo el tiempo el de hacernos individuos, de hacernos solos, cada quien por su cuenta, cada quien tiene que sobrevivir por sí y es justamente todo lo contrario de lo que ustedes buscan que es organizar, que es fortalecer los lazos comunitarios, que es fortalecer la identidad cultural. Entonces realmente agradecerte mucho Fanny por tu tiempo y por concedernos esta entrevista, que nos da la oportunidad de compartir con otras personas tu pensamiento y acción, así como el trabajo de la Red de Mujeres Rurales de la que formas parte. Esperamos que esto sea una forma de contribuir un poco para que esta lucha y esta forma de ver el mundo sea conocida y apoyada por más gente.

FRO:

De nada, gracias a ustedes también. Creo que esto es parte de ser una mujer organizada, conocerlos a ustedes y poder compartir lo que hacemos.

MUS:

Definitivamente agradecerte Fanny, lo que nos has compartido es para mí todo un mundo nuevo y ver la lucha de ustedes como mujeres rurales me fortalece a mí también como mujer. El trabajo que ustedes hacen es increíble y lo admiro muchísimo. Gracias por tu tiempo.

FRO: 

Muchas gracias.


1 Se refiere al Protocolo de Nagoya, aprobado por el Congreso en Costa Rica el 31 de julio de 2023 sin consulta a los pueblos originarios del país, principales defensores y guardianes de la biodiversidad. Nota de los editores.

2 Asociaciones de Desarrollo Indígena (ADIs), mecanismo legal de intervención del gobierno en las comunidades indígenas; son entidades impuestas por el poder ejecutivo en Costa Rica, por lo que son categóricamente rechazadas por los pueblos originarios, por no representar sus prácticas y costumbres ancestrales, además de violentar importantes convenios internacionales, como el 169 de la OIT, que obliga a los gobiernos nacionales a respetar las instituciones propias de estos pueblos. (OIT, 2014) Nota de los editores.

3 Se refiere al proyecto de Reforma Integral a la Ley de Semillas, del 2008, que fue archivado como producto de la presión social ejercida por organizaciones del campo, mujeres y ambientalistas. El proyecto fue revivido en el 2015 bajo el expediente n° 21.087 y la amenaza de que sea aprobado aún se mantiene, con lo que avanzaría aún más la mercantilización de las semillas en el país. Nota de los editores.

4 Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad.

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