Vol 22, N° 43, Enero-Junio 2024
ISSN: 1409-3251, EISSN: 2215-5325

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Acumulación por desposesión del territorio ancestral y resistencia del pueblo indígena Yshir de Paraguay

Accumulation by dispossession of ancestral territory and resistance of the Yshir indigenous people of Paraguay

Acumulação por espoliação do território ancestral e resistência do povo indígena Yshir do Paraguai

Sintya Carolina Valdez Ayala

Universidad Nacional de Asunción (UNA), Paraguay

sintyavaldez@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-8779-0847

DOI: http://doi.org/10.15359/prne.22-43.1

Fecha de recepción: 12/06/2023 Fecha de aceptación: 22/08/2023 Fecha de publicación: 14/02/2024

Resumen

Esta investigación caracteriza las formas de acumulación por desposesión producidas en el territorio ancestral Eshma del pueblo indígena Yshir de Paraguay, que actualmente se encuentra en manos de una empresa ganadera del extranjero. Al mismo tiempo, busca visibilizar la resistencia yshir en defensa de sus tierras comunales. Se trata de un estudio de caso cuyo diseño metodológico es cualitativo y las técnicas de investigación combinan notas de campo con entrevistas a profundidad a líderes y lideresas políticos y espirituales del pueblo Yshir. Como resultado, se puede señalar que se producen varios modos de acumulación de capital por apropiación, ante los cuales resisten organizadamente las comunidades indígenas del pueblo Yshir. La acumulación se da por alambramiento de tierras comunales; privatización y extranjerización del territorio indígena; deforestación; división territorial, y debilitamiento de las prácticas tanto sociales como productivas. Ante dicho alambramiento, se produce una resistencia organizada del pueblo indígena en defensa de su territorio, estableciendo alianzas con entidades no gubernamentales y el apoyo comprometido a la causa de parte de profesionales del derecho y de la antropología. Lo anterior sin duda representa una buena práctica que debería visibilizarse —para, eventualmente, ser replicada— por su potencial para frenar los efectos negativos de las actividades extractivistas y la restitución de las tierras que históricamente y por derecho pertenecen a las poblaciones indígenas.

Palabras clave: alambramiento, territorio indígena, privatización, bienes comunes, agronegocio ganadero, Chaco paraguayo.

Abstract

This study presents a characterization of the types of accumulation by dispossession existing in the Eshma ancestral territory of the Yshir indigenous people of Paraguay, which is currently in the hands of a foreign livestock company. The paper also seeks to make the Yshir resistance in defense of their communal lands visible. This case study has a qualitative methodological design and research techniques that combine field notes with in-depth interviews with Yshir political and spiritual leaders. As a result, various types of capital accumulation by appropriation are noted, which are resisted by the Yshir indigenous communities in an organized manner. Accumulation occurs by fencing communal lands; privatization and foreignization of indigenous territory; deforestation; territorial division, and weakening of both social and productive practices. Due to fencing, the indigenous people establish an organized resistance in defense of their territory, establishing alliances with non-governmental entities and using the committed support of professionals in law and anthropology. The above undoubtedly represents a good practice that should be made visible—to eventually be replicated—for its potential to curb the negative effects of extractive activities and the restitution of lands that historically and by right belong to indigenous populations.

Keywords: fencing, indigenous territory, privatization, common goods, livestock agribusiness, Paraguayan Chaco.

Resumo

Esta pesquisa caracteriza as formas de acumulação por espoliação produzidas no território ancestral Eshma do povo indígena Yshir do Paraguai, que atualmente está nas mãos de uma pecuária estrangeira. Ao mesmo tempo, procura tornar visível a resistência Yshir em defesa das suas terras comunais. Trata-se de um estudo de caso cujo desenho metodológico é qualitativo e as técnicas de pesquisa combinam notas de campo com entrevistas em profundidade com líderes políticos e espirituais do povo Yshir. Como resultado, nota-se que ocorrem vários modos de acumulação de capital através da apropriação, contra os quais as comunidades indígenas do povo Yshir resistem de forma organizada. A acumulação ocorre através do cercamento de terras comunais; privatização e estrangeirização do território indígena; desmatamento; divisão territorial e enfraquecimento das práticas sociais e produtivas. Diante desse cerco, há uma resistência organizada dos povos indígenas em defesa de seu território, estabelecendo alianças com entidades não governamentais e empenhando apoio à causa por parte de profissionais jurídicos e antropológicos. O que foi dito acima representa, sem dúvida, uma boa prática que deve ser tornada visível – para eventualmente ser replicada – pelo seu potencial para reduzir os efeitos negativos das actividades extractivas e a restituição de terras que historicamente e por direito pertencem às populações indígenas.

Palavras-chave: cercamento, território indígena, privatização, bens comuns, agropecuária, Chaco Paraguaio.

Introducción

Una forma de acrecentar el capital que hace parte de la dinámica general de acaparamiento del sistema capitalista es la acumulación por desposesión, que puede ocurrir de diversas formas. En los estudios de Marx (2014), la noción aparece como la “acumulación originaria” del capitalismo en sociedades europeas, principalmente España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra; es decir, como un hecho que se genera al comienzo de este modo de producción. Así, el autor señala que la expropiación de tierras campesinas creó grandes terratenientes.

Para Harvey (2005), la forma de acumulación mencionada es omnipresente, sin importar la etapa histórica sigue presentándose, lo que en parte explica la larga supervivencia del capitalismo, el cual, a pesar de sus crisis, tiene la capacidad de producir nuevos espacios a la inversión: “las formaciones sociales capitalistas, constituidas mediante configuraciones territoriales o regionales particulares, dominadas por un centro hegemónico de poder, se involucran en prácticas imperialistas que buscan ajustes espacio-temporales” (p. 115).

Siguiendo el esquema de análisis, (Luxemburgo, 1968, como se cito en Harvey, 2005), enfatiza el carácter dual y violento de la acumulación de capital. Dicho esto, en este proceso, el derecho a la propiedad sucede mediante la apropiación de territorio ajeno y la igualdad se convierte en dominio de clases. La acumulación también se gesta entre el capital y otras formas productivas no capitalistas: “aparecen aquí, sin disimulo, la violencia, el engaño, la opresión y la rapiña” (p. 112).

Desde la mirada de Marx (2014), el tipo de acumulación aludido involucra varios procesos que incluyen la mercantilización y privatización de tierras; la conversión de diversas formas de derechos de propiedad de la tierra: comunal, estatal, colectiva en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho tanto a los bienes comunes como a modos de producción y consumo alternativos; la apropiación de recursos naturales; la expulsión forzosa de poblaciones campesinas, entre otros: “el Estado, con su monopolio de la violencia y sus definiciones de legalidad, juega un rol crucial al respaldar y promover estos procesos” (Harvey, 2005, p. 114).

De esta manera, en este artículo, se identifican las formas de acumulación por desposesión que se dan en la zona ancestral Eshma del pueblo indígena Yshir del Chaco paraguayo, cuyas tierras actualmente se encuentran en manos de una empresa ganadera del extranjero. Así, también se espera visibilizar las estrategias de defensa colectiva y reivindicación territorial. El Eshma connota un territorio en la visión holística de este pueblo, como un espacio que permite la buena vida, construido por las interrelaciones entre seres vivos y entidades inertes (Quiroga, 2021).

Acumulación por desposesión en el Paraguay

Ciertamente, el proceso de acumulación por desposesión en el Paraguay comienza a aparecer a partir de la venta de tierras públicas del país, en la posguerra contra la Triple Alianza, a finales del siglo XIX (Fogel, 2016; Galeano, 2016; Rojas, 2015). Se inaugura, entonces, una economía de enclave, con protagonismo de empresas extranjeras, dedicadas a actividades productivas extractivistas de los recursos naturales y exportadoras de materia prima, yerbatera y maderera, en ese momento.

La economía nacional desde aquella época, que se mantiene hasta la actualidad tiene un carácter predominantemente primario, con muy escasa producción industrial. Esto explica que la forma preponderante de acumulación de capital en el país haya sido y siga siendo por desposesión de tierras públicas, comunales, ancestrales y de bienes de usos comunes u otros recursos naturales, y que la lucha de clases en la sociedad paraguaya se dé, fundamentalmente, en torno al territorio.

Si bien el estudio se focaliza en una vivencia concreta de la nación, el problema que analiza tiene carácter estructural, en la medida en que se trata de una experiencia más de apropiación, por parte de empresas extranjeras (una turca, en este caso) de tierras comunales de una población indígena del Chaco, para convertirlo en un pastizal de ganadería intensiva. Sumado a esto, Eshma se trata de un territorio ancestral de la localidad indígena del pueblo Yshir, que se encuentra en proceso de resistencia y está frenando la desposesión.

El caso muestra formas de resistencia a intentos de desposesión, así como estrategias para recuperar territorios. El debate sobre esta experiencia, parcialmente exitosa para las comunidades indígenas, porque la causa sigue inconclusa, resulta oportuno en circunstancias de agotamiento de la frontera agrícola y de mayor presión sobre tierras que le pertenecen a comunidades campesinas e indígenas en el país.

Aun cuando las leyes nacionales e internacionales otorgan derechos a los pueblos indígenas del Paraguay para acceder, incluso, a propiedades privadas, con el fin de utilizar los recursos naturales, en la práctica, el acceso no se permite o debe negociarse localmente (Glauser, 2018).

En contraste con los avances en el reconocimiento formal de los derechos territoriales de los pueblos indígenas, se intensifica la desposesión de sus dominios; en otras palabras, en vez de reponer los derechos de dicha población a vivir como colectivo en sus lugares ancestrales, se acentúa el despojo. Glauser (2018) señala que la tendencia actual de desenfrenada deforestación en el Chaco paraguayo representa un enorme desafío para los sectores indígenas que dependen, en parte importante, de los recursos naturales para su sobrevivencia.

Otros estudios dan cuenta de conflictos similares al que se estudia en este artículo, como es el caso de la comunidad La Patria, del pueblo Angaité. Así, Glauser (2018) analiza los impactos de la deforestación y la pérdida del acceso al territorio de esta población y sostiene que sus implicancias son mucho mayores que una disputa por los recursos naturales.

Método de investigación

El método utilizado es el estudio de caso y el diseño es cualitativo. Como técnica de investigación, se realizaron entrevistas a profundidad (año 2022), para conocer las prácticas culturales y las cosmovisiones yshir, con énfasis en la propiedad comunitaria del Eshma y sus experiencias contadas por referentes de la Unión de Comunidades Indígenas de la Nación Yshir (UCINY), organización que aglutina todas las localidades de este pueblo, así como de sus líderes y lideresas políticos y espirituales.

El contacto con la población indígena en estudio se dio mediante el acompañamiento del informante calificado del presente trabajo y colaborador en las entrevistas. Se trata de un abogado quien participó en las primeras etapas de la defensa jurídica del derecho territorial del pueblo Yshir, desde la organización no gubernamental Tierraviva, que labora en la promoción y defensa de los derechos de los indígenas, principalmente del Chaco paraguayo.

Las entrevistas se realizaron presencialmente, fueron grabadas y transcriptas para analizarlas con posterioridad. Los datos de los entrevistados y entrevistadas se codificaron a los efectos de resguardar sus identidades.

La investigación se plantea las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las formas en que se produce la acumulación por desposesión en el Eshma?, ¿cuáles son las amenazas de sobreexplotación de los recursos naturales a las cuales se enfrentan estas colectividades indígenas y qué impactos pueden tener en ellas?, ¿qué estrategias de defensa colectiva desarrollan las comunidades indígenas ante amenazas externas de apropiación y sobreexplotación de un territorio ancestral?

El Chaco paraguayo como región de expansión geográfica del agronegocio

El Chaco es una de las regiones del país con mayor desarrollo del agronegocio ganadero, con una expansión acelerada en los últimos años (WWF, 2020), lo cual tiene implicancias significativas en la naturaleza y en la población local, pues aumenta la pobreza y la desigualdad (ONU, 2016). Entre el 2010 y el 2019, el Chaco perdió 2,4 millones de hectáreas de vegetación nativa (Trase Insights, 2021).

Algunos estudios señalan que el agronegocio, en su versión sojera y ganadera en el Paraguay, está experimentando crisis y llegando a sus límites, precisamente por los recursos naturales que son limitados y los efectos de las crisis climáticas sobre la productividad, hecho que llevando al sector a un sobreendeudamiento por malas cosechas repetidas (Fogel y Valdez, 2022).

A pesar de esa crisis, se continúan desarrollando estrategias de expansión y acumulación de capital que profundizan las consecuencias negativas, sociales y ambientales. De este modo, el Chaco paraguayo es escenario actual de ensanchamiento geográfico, así como de producción, reproducción y profundización de las actividades económicas extractivistas de los recursos naturales, en este caso, la ganadería intensiva, fundamentalmente.

Participación del Estado paraguayo

Mientras en la Región Oriental ya no quedan zonas boscosas por deforestar, el agronegocio se expande sobre los territorios campesinos e indígenas, con estrategias de expulsión como los desalojos forzosos perpetrados por el Estado (Areco e Irala, 2021), el envenenamiento directo con agroquímicos a las poblaciones rurales o el cierre de escuelas públicas de comunidades campesinas (Areco y Palau, 2020).

Por su parte, en el Chaco paraguayo se generan mejores condiciones, con el mismo compromiso estatal para consolidar la extensión del sector ganadero hacia esta área del país. La apuesta estatal se orienta a la construcción de grandes obras de infraestructura que permiten la conexión comercial directa con Brasil (MOPC, 2020). También, en los últimos años, el narcotráfico se fortalece en la zona, la cual pasó de ser un espacio de tránsito a uno de elaboración de cocaína en laboratorios clandestinos (Peris, 2022).

Las diversas obras que comenzaron a implementarse durante el mandato de Horacio Cartes (2013-2018) se inspiran en la ideología de progreso de Alfredo Stroessner (1954-1989) y continúan en el gobierno, también colorado, de Mario Abdo Benítez (2018-2023). Incluyen la ampliación de carreteras existentes, construcción de nuevas rutas y puentes, con financiamientos que se basan en deudas externas y con participación de empresas constructoras extranjeras.

Características del pueblo Yshir

El pueblo indígena Yshir de la familia lingüística zamuco se conforma de aproximadamente 1118 personas, según el Censo de Población del 2012 (DGEEC, 2012); otras fuentes estiman esta población entre 2500 (Basabe et al., 2021) y 3500 personas (Tierraviva, s. f.). Habita en los distritos de Bahía Negra y Fuerte Olimpo, en el noreste del Chaco paraguayo.

En Bahía Negra, se encuentran las comunidades denominadas Puerto Diana, Puerto Pollo, Karcha Bahlut (conocida también como 14 de Mayo), Puerto Esperanza y Puerto Caballo. En Fuerte Olimpo, están asentadas las localidades de Virgen Santísima y Abundancia. Dichos poblados detentan ahora en propiedad 46 931 hectáreas (Basabe et al., 2021), de las 3 460 000 que ocupaban antes de la Guerra del Chaco (1932-1935), hecho registrado por el antropólogo y militar ruso Juan Belaieff (Tierraviva, s. f.).

Todas las comunidades del pueblo Yshir se encuentran a orillas del río Paraguay, lo cual hace que la pesca sea una de sus principales e históricas actividades. Además, se dedican a la caza1, la recolección, la ganadería en pequeña escala, la horticultura, la cría de animales pequeños y la artesanía, esta última realizada principalmente por mujeres.

La recolección del monte se relaciona con cogollo de palma, algarrobo, tuna, güembé, miel silvestre y poroto del monte. La artesanía guarda vínculo con lana, hoja de palma, semillas, güembepi, plumas y madera (DGEEC, 2012). Así también, las ceremonias ancestrales hacen parte de su expresa cosmovisión.

Desposesión, resistencia y recuperación de tierras de comunidades Yshir

Con la intensificación de la ganadería, a medida que el Estado ensanchaba la infraestructura vial, a fines del siglo pasado, se dieron intentos de privatización de tierras públicas, de bienes comunes, poseídas por las comunidades yshir; en un proceso intenso, grandes parcelas se convirtieron en áreas privadas y se impidió a los indígenas el acceso a ellas y a sus recursos naturales.

Los yshir, con el acompañamiento de la organización no gubernamental Tierraviva y la asistencia solidaria de entidades del Norte Global, recuperaron, en la década del 90 del siglo pasado, unas 10 500 hectáreas de 14 de Mayo, y, a fines del siglo pasado, otras 21 300 hectáreas de Puerto Esperanza.

El territorio ancestral Eshma y las prácticas asociadas a su gestión

El territorio ancestral Eshma es un espacio custodiado —no ocupado físicamente— por los Yshir, es decir, es una zona sagrada, un lugar estratégico y central, gestionado por todas las comunidades Yshir; ahí realizan sus actividades de recolección y casería, así como la pesca. El Eshma es el sitio construido por estos indígenas en simbiosis con plantas y animales de los humedales y, según relatan aquellos, Nemur, el héroe cultural, completó la creación en esa región (Susnik, 1995).

La comarca es parte fundamental de la cultura Yshir y constituye la extensión de tierra que reivindica este pueblo, que, en posesión y propiedad, está en manos de una empresa extranjera de ganadería, circunstancias que obstruyen la conexión geográfica y unión territorial ancestral de la Nación Yshir en toda Bahía Negra. La tierra fiscal explotada por estos indígenas desde tiempos inmemoriales fue transferida por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) a la empresa extranjera mencionada.

Eshma, en el idioma indígena Yshir, significa abundancia; materialmente, se trata de unas tierras de 8500 hectáreas. A los efectos formales, burocráticos e interculturales, el nombre en castellano que el pueblo Yshir ha designado para estas tierras es el de Puerto Ramos.

Figura 1. Territorio Yshir y sus comunidades

Fuente: Mapa facilitado por la UCINY, 2022.

Formas de desposesión del Eshma y resistencia yshir

Desposesión por alambramiento de territorio ancestral

Este proceso inicia en el 2000, momento en que la empresa extranjera de ganadería procede con el alambramiento y la deforestación del territorio, para el cambio de uso de suelo. Se trata de un proyecto agroganadero consistente en transformar el territorio sagrado en pastura para animales, lo cual impide el ingreso de los yshir en sus tierras ancestrales. Una entrevistada relata al respecto:

Hay una laguna muy grande, no se puede entrar, peor es eso. Muchos pescados hay adentro, diferentes. Esas anguilas que están debajo de la tierra, esos son muchos también, por eso antes nuestros paisanos decían que eso era Eshma. Porque hay muchas cosas para comer ahí, dicen (ESP, comunicación personal, 11 de marzo, 2022).

Ante estas acciones, el pueblo Yshir inició un proceso de protección colectiva del territorio ancestral, mediante acciones orientadas al ámbito jurídico y administrativo, con el acompañamiento de Tierraviva, para frenar el avance de la actividad extractivita. Consiguieron, también, que el Instituto Paraguayo del Indígena apoye el reclamo yshir y, en el 2016, lograron una medida cautelar de no innovar sobre esas tierras (Tierraviva, s. f.).

Desde el inicio del conflicto, generado por el alambramiento y la explotación del territorio ancestral, dichas tierras se volvieron un espacio restringido para los indígenas. A pesar de dicha prohibición, los y las yshir aun intentan ingresar en el sitio, conforme relata una de las entrevistadas:

Cada vez que se van a traer la escobita para barrer no se puede entrar, ni para pasar ahí cerquita. Ya tienen los empleados que atajan ahí, con los caballos. Una vez le atajó a un paisanito así: “¿Por qué entrás a mi tierra?” Dice que así le agarraba y le tiraba como a un pájaro, perro o gato. Ni a los gatos podemos tirar así y él es humano (ESP, comunicación personal, 11 de marzo, 2022).

En este contexto, es importante referir que en Paraguay existen innumerables tierras indígenas que fueron despojadas, expoliadas y usurpadas por personas y empresas no indígenas, quienes se han aprovechado, a los efectos formales y durante toda la historia, de su falta de titulación oficial en la Dirección General de los Registros Públicos del país.

Resulta necesario aclarar que la inscripción en los registros de las tierras aludidas era y continúa siendo, para los pueblos indígenas, una práctica completamente ajena a su cultura. Esto es así, ya que las poblaciones indígenas siempre han basado su propiedad comunitaria en la ancestralidad, la oralidad, el uso compartido del territorio y la no división, a través de alambramientos.

Desposesión por división territorial

Como se puede observar en el mapa (figura 1), Puerto Diana y Puerto Pollo se separan y desconectan, territorialmente, de Karcha Bahlut y Puerto Esperanza. En medio de ellas, se encuentra Eshma. Conforme la memoria oral de los entrevistados y entrevistadas, Eshma era el lugar que escogieron sus ancestros y ancestras, así como otras varias generaciones yshir para vivir. También es parte del lugar por el cual lucharon sus antepasados; ahí se encuentran los restos de quienes defendieron esas tierras indígenas de intereses de apropiación por parte de intereses extranjeros, básicamente brasileños en aquellos tiempos. Al respecto, los relatos de la mujer entrevistada y de un líder político y espiritual confirman la posesión ancestral de las tierras y la historia de su defensa:

Esta tierra forma parte del territorio ancestral de los pueblos yshir. Adentro hay huesos, hay un cementerio, donde nuestros abuelos lucharon, cadáveres de nuestros ancestros que pelearon ahí en defensa de este territorio, contra los que vinieron de Brasil, los “cayibeo”. En la Guerra del Chaco ya empezaron a dividir las fracciones de tierra. Los indígenas vivían allá en Puerto Caballo, Bahía Negra, Puerto Leda, Eschma y hasta Puerto Guaraní era su hábitat, su territorio. Es muy grande el territorio ancestral (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

Desposesión por impedimento de reproducción de sus prácticas productivas y culturales

Para el pueblo yshir, Eshma, además de ser un territorio ancestral, constituye una reserva natural que le permite desarrollar sus actividades de recolección y caza, orientadas tanto a la alimentación como a continuar sus ritos y prácticas culturales:

Ese lugar anteriormente se conocía como Eschma, quiere decir abundancia, lugar en el que se encuentran todas las cosas que se usan para comer, para artesanía, todos los peces y todos los animales silvestres para los indígenas. Eso quiere decir que cualquier cosa que necesiten van a encontrar en ese lugar. A eso se le dice Eshma. Es el lugar más antiguo de nuestro pueblo (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

En el Eshma vivían nuestros ancestros, muchas generaciones de indígenas vivieron ahí. Comían de ahí, vivían debajo de los árboles, no tenían casa, así decía papá cuando vivía todavía, todos sus abuelos vivieron ahí. Existían unos cuantos indígenas, pero ya murieron todos, lástima que no había películas, o si no íbamos a ver a los otros indígenas que estaban ahí (ESP, comunicación personal, 11 de marzo, 2022).

Eshma no solo representa una realidad ambiental, ancestral y religiosa del ser indígena yshir, sino un lugar de abundancia que asegura la supervivencia material del pueblo Yshir. No obstante, los trabajadores de estancia quienes hoy controlan y cuidan la propiedad privada no solo amedrentan a las personas indígenas que quieren usar y gozar su territorio, también las amenazan y ponen en riesgo sus vidas. En este sentido, un referente de la UCINY manifiesta lo siguiente:

Este (Eshma) sirve para todo, para la caza, la miel, la unificación de los pueblos. Cuando nosotros pasamos acá, puede ser que unos peones nos atajen y nos pregunten dónde nos vamos y qué hacemos (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

Queremos estas tierras, porque acá hay mucha biodiversidad, fauna y flora. A ellos (empresarios agrícolas) no les interesan estas cosas, les interesa solo la ganadería. Disparan también a los animales de los Yshir cuando entra a su propiedad. Los peones disparan con balas. Los matan, les balea y los animales van y mueren por ahí. Malos son. Hay denuncias de eso (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

Ahora bien, es fundamental acotar lo que establece un líder espiritual del pueblo Yshir, cuando explica la conexión entre sus cosmovisiones y las normas comunitarias tanto de uso como de manejo sostenible de recursos naturales, prácticas que han permitido la conservación de Eshma. Al respecto, los dioses y las diosas de este pueblo indígena pertenecen, precisamente, a la naturaleza, lo cual comprueba la interdependencia entre el medio ambiente, la justicia cósmica y el pueblo Yshir.

Por tanto, esos dioses y esas diosas, además de orientar sobre los usos adecuados de los recursos naturales, castigan prácticas que incumplen los mandatos de cuidado de la naturaleza, a eso se refieren con anatema o sanción mística.

La cultura yshir yvytoso asume la existencia de tres poderes o dioses, que son del agua, del aire y del bosque. La diosa del agua se llama Eshyngyrnta. Es poderosa, tiene una cresta roja y 6 antenas que le permiten comunicarse con otros dioses, con los espíritus del aire. El dios del aire es Nemuurs, también poderoso y sostiene dos espadas, controla el espacio, según dicen los yshir. La diosa del bosque se llama Pauyata (ESPBR, comunicación personal, 11 de marzo, 2022).

La diosa del agua nos dio mandamientos —que está prohibido comer ciertos surubíes, ciertos pescados; pescados que tienen escamas, prohibido consumir al iniciado del bosque—. Porque es un anatema ante la naturaleza y la ley de los seres míticos del agua. Anatema es una sanción gravísima, es una pena de muerte. Cuando uno come de los peces que tiene pintado el cuerpo, como lo es el surubí, es por eso que no se permite que los chicos cuando estén iniciados consuman los peces que tienen escamas (ESPBR, comunicación personal, 11 de marzo, 2022).

La diosa del agua es la que maneja absolutamente todo sobre los peces del agua, inclusive cuáles se pueden consumir y cuáles no. El dios del aire tiene el control de cómo cuidar la naturaleza, prohíbe quemar para evitar contaminar el aire y enfermarse. El dios del bosque ordena cómo consumir ciertas vegetaciones, qué es lo que se puede consumir y qué es lo que no se puede consumir. Hay árboles que tienen propiedades venenosas y otras plantas que brindan sanidad (ESPBR, comunicación personal, 11 de marzo, 2022).

Manejo de la empresa Paraverde S. A. vs. experiencia indígena de defensa organizada

El caso del Eshma no se trata de una experiencia aislada de intento de extracción desmedida de los recursos naturales. La deforestación irracional en Paraguay, específicamente, en el Chaco paraguayo, es un flagelo que afecta profunda y directamente a los pueblos indígenas. Al respecto, Glauser (2018) explica que la gran deforestación de esta región impacta a estas poblaciones, considerando que dependen, en gran medida, de los recursos naturales. En esa lógica, un referente del pueblo Yshir refiere cuanto sigue:

Desde mi parte sostengo que ya no necesitamos de extranjeros que manejan territorios indígenas. Ya llega el tiempo en que la juventud va a necesitar de su territorio, porque lo único más antiguo es el central, el Eshma. Entonces, los viejos no se olvidan, hasta nosotros mismos, no podemos olvidar ni para dejar. Para pensar dejar, no. Porque todas las palmas, karanda’y, los bosques, nos pertenecen a nosotros. Y necesitamos otra vez para que no terminen los bosques y animales, ni el karanda’y (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

En el siguiente relato del mismo referente, se puede entender las consecuencias que han generado y genera el agronegocio, así como el cambio cultural en la alimentación, que significó y significa incorporar el alimento de los “blancos” en las tradiciones culinarias indígenas:

A pesar de que había mucho calor, no había presión alta, ahora hay más enfermedades que antes. Ahora hay azúcar en la sangre (diabetes) porque la alimentación de los Yshir cambió. Hay un cambio enorme en la alimentación; en aquel entonces no había presión alta, no había esas enfermedades, ni mareos, ni derrame. Ahora hay derrame, hay diabetes, hay otras enfermedades porque no se consumen más las comidas naturales. Ahora se consume todo lo que comen los blancos. Antes se comían frutas silvestres a la mitad del año y la otra… Todas las comidas que vienen de fábricas no le hacen bien a la gente. Todas las cosas antiguas tienen vitaminas; frutas, entre otras cosas, karanda’y ru’ã, todas son vitaminas especiales para los dueños (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

Asimismo, el informante explica las consecuencias negativas que genera el cambio climático, la deforestación, las modificaciones del suelo, entre otros factores, en las prácticas culturales indígenas conectadas con la caza, la artesanía, la naturaleza, los bosques y los recursos naturales:

En ese tiempo, la sequía no era tanto problema. No había tanto sufrimiento, porque antes no había tanto arroz, fideo, azúcar, galleta, el bosque daba para comer. Nadie murió de hambre porque había para comer. El lugar Eshma, como dijo el anciano, es un lugar ancestral, un lugar antiguo, que anteriormente ocupaban los indígenas. Ese lugar para mí es como una reserva para los indígenas; por eso nosotros no queremos dejar ese lugar, porque es un lugar histórico. Hay gente que nació ahí, es el lugar de los indígenas. Ahora no podemos transitar por el lugar porque está en manos de un extranjero (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

A continuación, de las palabras de un líder indígena, se puede comprender aún más la dicotomía y el contraste de la cultura autóctona de protección, conservación y supervivencia como pueblo, contrarios a la visión estrictamente comercial del agronegocio en territorio yshir, por parte de la empresa Paraverde SRL.:

Nosotros lo que vemos a futuro es amenaza de que la gente compre nuestras tierras y las deforeste. Cada año nos afecta la deforestación. Hay gente que se dedica naturalmente a la extracción de miel del bosque; entonces, por eso buscamos proteger la naturaleza. Nosotros usamos el bosque y cuidamos. Se caza todavía. Se caza para comer, no para vender, sino para consumo. Se caza y se come Tajy Kati, Kure’i, venado; pero para consumo nomás. Pesca también. Eso se vende. Mucha pesca. Este año ya nos afectó mucho. La sequía de este año fue muy larga; entonces la gente ya no puede cultivar, ni para hacer la huerta. Hay gente que se dedica a la huerta, pero este año ya no… por el cambio climático. No es como en años anteriores, ahora cambió muchísimo. Se plantan tomates, lechugas para vender y para consumo. Los árboles, como dijo el señor, antes era natural. Nadie tocaba el bosque. Entonces cada año la gente vivía bien. Pero cuando los empresarios compran la tierra en Paraguay, hacen deforestaciones, ya no hay oxígeno, echan todos los árboles. Entonces esa es nuestra amenaza, nuestro futuro. Porque si el turco va a conseguir este, va a hacer desmonte, nosotros no queremos eso (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

Por último, en contraposición al panorama de explotación de Eshma, por parte de la empresa Paraverde SRL., un dirigente Yshir explica el plan de vida comunitario y los objetivos que tienen, una vez que las 8500 hectáreas de Eschma vuelvan al pueblo. En ese contexto, manifiesta lo siguiente:

Nosotros vamos a mantener el bosque natural. Va a haber una comunidad y más adelante la gente puede vivir ahí, entonces no tocamos, se queda naturalmente. Algunos quieren criar chanchos, ovejas, ganado vacuno, pero no se tocará el bosque, encerrar nomás, así se queda, como quedó (LIDUCI, comunicación personal, 7 de febrero, 2022).

Como se ha podido observar en los relatos, la integridad física y la vida de las personas Yshir corren peligro constante, ya que el personal de Paraverde SRL. realiza varios actos de violencia, entre los que se destaca los disparos al aire para amedrentar a quienes osen usar su territorio. Se ha presentado la denuncia penal correspondiente, sin tener ni una respuesta seria en cuanto a la investigación de estos hechos, por lo que la impunidad es la que se impone.

Resistencia a despojos y estrategias de recuperación del territorio

Un aporte de esta investigación es el relacionado con las formas de resistencia del pueblo Yshir a la privatización de sus bienes comunes, sus tierras y los recursos contenidos en ellas, así como con las estrategias utilizadas para recuperar el territorio ancestral Eshma.

En los casos de resistencia a intentos de desposesión de porciones territoriales legalizadas a nombre de las comunidades indígenas afectadas, hasta fines del siglo pasado, cabe puntualizar el papel protagónico de la Unión de Comunidades Indígenas de la Nación Yshir (UCINY), que estableció alianzas con una ONG y organizaciones del Norte Global. Esto permitió la titulación referida y una gestión territorial basada en el uso sostenible de los recursos naturales; la situación muestra que la biodiversidad es inseparable de la diversidad cultural.

Las gestiones para la recuperación del Eshma, conocido como Puerto Ramos, apuntan a la reivindicación actual de una parcela de 8500 hectáreas, que interrumpe la continuidad del territorio ancestral y dificulta las comunicaciones entre comunidades. En el 2000, los Yshir notaron que esa parcela de tierra fiscal fue vendida y transferida a un brasileño, irregularidad denunciada ante el INDERT.

Como sucede con relativa frecuencia, el expediente se perdió, pero fue reconstruido; mientras tanto, la parcela fue cercada y parcialmente deforestada, con autorización del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), por una empresa ganadera de capital turco. Las mujeres Yshir siguieron aprovechando, bajo amenazas, los recursos del territorio que reivindican. La estrategia jurídico-procesal incluye acción de retener la posesión y denuncia ante el Ministerio Público.

Discusión

El Chaco paraguayo continúa el proceso transformador territorial por la expansión del agronegocio, que afecta, en general, a los pueblos indígenas, en particular, a los Yshir, con la desposesión del territorio ancestral Eshma. Este, en la actualidad, se encuentra en posesión y propiedad de la empresa ganadera y extranjera Paraverde SRL., en el marco de actividades extractivistas de los recursos naturales, y constituye una forma de acumulación por desposesión.

En dicho marco, la situación no solo priva a las comunidades indígenas yshir de las relaciones que históricamente han establecido con su territorio tradicional, sino que atenta contra la identidad cultural del pueblo. Así las cosas, con la expoliación de esta propiedad comunitaria se quebrantan los lazos sociohistóricos y geográficos que la población yshir mantiene con su medio.

La desposesión, que también implica un proceso de cambio de suelo, deforestación y cercado de las tierras, genera un despojo directo, el cual a la vez forja trabajadores de la estancia, quienes responden a los mandatos de la empresa, ejerciendo violencia —incluido disparos de armas de fuego al aire— hacia las personas indígenas que buscan recurrir a sus actividades acostumbradas, como la caza, la recolección, la pesca y la elaboración de la artesanía a partir de las plantas que recolectan para dicho efecto.

También, el despojo divide geográficamente a las comunidades yshir, impidiendo que puedan comunicarse, lo que podría denominarse una desposesión por división territorial. De hecho, los trabajadores de las estancias controlan hasta los accesos a caminos que, se supone, son de dominio público.

La resistencia local indígena, así como la protección colectiva del territorio yshir representan una posibilidad de reposesión de las tierras ancestrales amenazadas. En este contexto, se observa la firme convicción de la UCINY, en cuanto a la realización de todos y cada uno de los trámites jurídicos, administrativos y judiciales, con apoyo de la ONG Tierraviva, a los efectos de obtener, tarde o temprano, la devolución de Eshma, a pesar de lo proveniente del Estado: la precariedad, la falta de recursos y el presupuesto.

La estrategia de defensa territorial organizada, en alianza con organizaciones indigenistas y el compromiso de profesionales del derecho y de la antropología quienes acompañan y defienden los derechos humanos indígenas, puede considerarse una buena práctica de resistencia, la cual puede replicarse en experiencias que permitan el aseguramiento de las tierras indígenas del país.

Por último, el estudio da cuenta del valor de las comunidades indígenas para el manejo sostenible de los recursos naturales. Lo anterior, mediante prácticas culturales; la importancia de la cohesión social comunitaria (que en otras experiencias y culturas indígenas es debilitada por agresiones externas); la moral común sobre el manejo adecuado de esos recursos naturales, y la necesidad de la implementación de garantías que permitan reproducir las formas de sociedad deseadas, impidiendo posibles agresiones externas que afecten las dinámicas sociales, productivas y culturales.

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1 Carpinchos, armadillos, cerdos silvestres, peces, cocodrilos, aves silvestres y venados.

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