Educación Intercultural: el caso de la comunidad del Resguardo Indígena de Honduras, Municipio de Morales Cauca, Colombia.

Intercultural Education: The Case of the Indigenous Community of Honduras Ward, Municipality of Morales Cauca, Colombia

Denis Antonio Arboleda Suarez
Ing. Agropecuario - Universidad del Cauca, Colombia
dearsua@hotmail.com

David León Galarza
Sociólogo - Universidad del Valle

Resumen

El siguiente documento recoge algunos elementos cuyo propósito es contribuir al análisis situacional de una iniciativa dirigida a la construcción de un modelo de Educación Propia en la comunidad del resguardo ancestral de Honduras, Municipio de Morales Cauca, Colombia, entendida esta como un proceso que exige la vinculación y participación de toda la comunidad educativa sujeta a constantes cambios sociales y culturales. Dichos cambios obedecen a la movilidad hacia el interior y exterior de diferentes sujetos que en cierta medida han hecho que en los últimos años lo educativo ya no sea entendido como proceso de crecimiento ético y moral de la persona, sino más bien como un medio de generación de recursos, de perpetuación del poder desde el interior de las mismas comunidades, de disputa de intereses y control del poder local y regional. En este sentido, en el documento se hace un breve recorrido por los procesos de educación propia en el departamento del Cauca, para luego contextualizar la zona en donde se gesta la iniciativa, a la vez que se realiza una breve caracterización y exposición de sucesos alrededor del proceso de construcción de un modelo de educación diferenciada que está en marcha.

Palabras clave: comunidad, indígenas, educación propia, educación diferenciada

Abstract

The following document contains some elements whose purpose is to contribute to situational analysis of an initiative to build a model community education in own ancestral guard Honduras, Morales Municipality of Cauca, Colombia, understanding it as a process that requires the involvement and participation of the whole subject to constant social and cultural educational changes. These changes are due to mobility into and outside of community from different subjects who have made in recent years that education is no longer understood as a process of ethical and moral growth of the person, but rather as a means of resource generation, perpetuation of power from within the communities themselves, dispute of interest and control of local and regional power. In this sense, the paper a brief tour through the processes of self-education in the department of Cauca, then contextualize the area where the scheme has been developed, as well as a brief description and presentation of events is performed around the process of building a model of differentiated education is underway.

Keywords: community, indigenous people, self-education, differentiated education

Introducción

A través de los diferentes contextos, pero específicamente a través del pueblo Nasa [1] , es posible notar que los procesos dentro del contexto de construcción de un modelo de educación propia tienen entre muchos elementos, aspectos relacionados con los procesos de modernidad, específicamente temas de fluctuación social o aprendizaje de simbologías que se imparten desde los medios de comunicación y otros espacios. Así, la modernidad, tema que ha provocado continuamente una pérdida de identidad en muchas comunidades indígenas, afros y campesinas, ha permitido que muchos jóvenes, niñas y niños adhieran a su identidad otro tipo de comportamientos, los cuales se pueden ver reflejados en la forma de pensar, vestir, escuchar, sentir y actuar.

Sin embargo, Giddens (1994) afirma que: “En contraste con la tradición es inherente a la noción de la modernidad (…) en concretos escenarios sociales se encuentran muchas combinaciones de lo moderno y lo tradicional”. Lo anterior deja ver la posibilidad de encontrar, quizás, dos o múltiples maneras de concebir los territorios y sus imaginarios simbólicos colectivos en los pueblos de base.

Es así como en diversos territorios se observan procesos de “tensión social” emanados desde la tradición y la modernidad; la modernidad se puede ver reflejada en los comportamientos de los jóvenes, quienes empiezan a pensar y actuar de forma distinta; la tradición se encuentra en algunas familias y en la manera como se construyen y “reinventan” procesos pedagógicos, la participación activa de las personas con alto grado de conocimiento de la comunidad y, en el caso del pueblo Nasa, la utilización del idioma propio: el nasa yuwe.

De acuerdo con lo anterior, otra idea podría resultar a partir del hecho de que “existen diferentes formas de ser indígena y que no debe ser excluyente” (Larraín, 2009:9), es decir, el hecho de no llevar algún tipo de indumentaria, tótem, o lengua propia, no debe ser sinónimo de ubicarse como menos indígena que aquella persona que sí cumple con algunas de las distinciones anteriores. Además, y como se ha mencionado en algunos momentos; el movimiento indígena no nace con la institucionalización del Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC[2], o la ONIC[3], ACIN[4], etc., sino a partir del mismo momento de la invasión española en tierras americanas; por eso, resulta sorprendente el hecho de que muchas comunidades indígenas, como la nasa, a pesar de que evidencien en su interior procesos de mestizaje, muchos elementos que aún prevalecen en su institucionalización, como la recuperación de tierras y otros conceptos culturales, artesanales, etc., logren mantenerlos en el tiempo.

El proyecto de Educación Propia[5] en contextos locales del departamento del Cauca

En los últimos años, en los niveles latinoamericanos y nacional, se han venido desarrollando procesos sociales y políticos en donde la multiculturalidad ha sido valorada como hecho social e histórico en el que se reconoce la complejidad del entramado de relaciones que se construyen a partir de la diversidad de culturas que pueden llegar a cohabitar en un espacio geográfico determinado, y que conduce necesariamente a la construcción colectiva y compartida desde las diferentes visiones frente a lo que debería ser el desarrollo para cada comunidad. En este camino, el tema educativo siempre ha estado presente como un instrumento de resistencia cultural y política en las comunidades indígenas frente a la dominante visión hegemónica de la cultura occidental. El imaginario cultural colombiano y caucano responde a una sociedad en la cual los paradigmas de “cultura superior”, de valores, saberes, instituciones, conocimiento, religión, ciencia, tienen una fuerte valoración occidental y esas mismas valoraciones se reproducen en cadena en los diversos espacios de la vida (Cric, 2007:10).

En esta medida, el rescate de valores culturales, al igual que el posicionamiento político desde el margen de lo educativo, se constituye en una vía para reconstruir las culturas locales y resistir frente a las diferentes dinámicas del despojo territorial, cultural, ideológico y simbólico auspiciado por el sistema capitalista. Así, desde la vivencia de los pueblos aborígenes, la educación propia ha sido siempre base fundamental para la revitalización de las culturas y el mantenimiento de la identidad a través de la tradición oral y la historia de las distintas luchas que se han librado para defender el territorio y permanecer hasta hoy como pueblos. Esta circunstancia significa enfrentar muchas situaciones que afectan la integridad y el pensamiento de cada pueblo generadas por las condiciones de discriminación que han rodeado el devenir de los diversos pueblos y ha conllevado en muchos casos a la extinción total o parcial de muchos de ellos (Contcepi, 2009:11).

Aquí, la educación pasa de ser un simple ejercicio de transmisión de información desde quienes son considerados los maestros, a ser una verdadera práctica que debe conducir al fortalecimiento de las culturas locales y la consolidación de procesos políticos de resistencia social frente a un modelo de desarrollo capitalista que, según parece, está logrando determinar la diversidad de formas de ver, entender, ser y estar en el mundo. En esta misma dirección, históricamente el departamento del Cauca ha sido escenario de constantes conflictos y confrontaciones sociales surgidas a partir de las dinámicas de exclusión y exterminio agenciadas desde el periodo colonial y hoy por el Estado colombiano en contra de los pueblos indígenas caucanos.

Para los pueblos indígenas, la resistencia al sistema de dominación que desde hace siglos les fue impuesto, ha sido la única posibilidad de evitar su exterminio (Cric, 2004:12). Por tanto, y según los pueblos ancestrales del Cauca, necesariamente el tema educativo debe ser y se constituye en un mecanismo a partir del cual las comunidades aborígenes intentan reconstruir sus historias y valores comunitarios para su no desaparición como pueblos milenarios. De esta manera, y según el SEIP[6] “En el contexto de la lucha por la tierra y la resistencia indígena, nace la educación como una estrategia organizativa ante las condiciones de discriminación de las culturas de nuestros pueblos”.

Tomando en cuenta lo anterior, en el departamento del Cauca el tema educativo ha estado presente en el pensamiento y discurso de muchos de sus líderes, y ha encontrado algunos antecedentes en los pensamientos de Manuel Quintín Lame, quien en su obra ´´El indio que se educó en las Selvas Colombianas´´ (Quintín, 1939), tiene el mérito de llamar la atención sobre las relaciones entre la naturaleza, el saber y el tipo de educación que se derivaría de esta relación (Contcepi, 2009:12). En efecto, Quintín Lame hace sistemáticas referencias a la naturaleza como el origen del conocimiento y a la experiencia como el vehículo de la formación.

Durante la década de 1970 con el surgimiento del Consejo Regional Indígena del Cauca como una respuesta de los pueblos indígenas frente a la situación de atropello y de despojo de sus territorios, se plantea este escenario como una nueva forma de lucha que se fundamentó en la pretensión de unidad de los pueblos y de una dirigencia colectiva con representación de los distintos pueblos indígenas del Cauca (Cric, 2004:15).

Es así como dentro de los principios de la plataforma de lucha de los pueblos indígenas agrupados en el CRIC aparece la defensa del territorio, la historia, la lengua y las costumbres; además de la formación de educadores indígenas como elementos y estrategias de lucha por la reconstrucción de la identidad y la cultura frente a un mundo europeo dominante, razón por la que han venido liderando luchas legales y físicas, y que evidentemente han costado miles de vidas en este proceso.

Del mismo modo se constituyó como un eje esencial la formación de personal docente desde las mismas comunidades para la recuperación de los valores culturales tales como la lengua, el vestido, la tradición oral, entre otros. Como lo señala Bolaños (2005), la formación de maestros nacidos desde las mismas comunidades se constituye en un factor fundamental puesto que estos se convierten en agentes políticos de cambio cultural, político y educativo.

En esta medida, es posible ver cómo desde el ámbito organizativo era claro que el tema educativo jugaba un importante papel para la existencia misma de los pueblos indígenas en el espacio y en el tiempo. La educación fue visibilizada como uno de los componentes principales de los procesos de las distintas organizaciones nacientes, de tal manera que paulatinamente fueron creando programas para dinamizar y revitalizar las culturas a partir de la educación; es así como desde el CRIC, en 1978, se creó el Programa de Educación Bilingüe e Intercultural y que desde entonces no ha dejado de funcionar en cumplimiento de sus objetivos (Contcepi, 2009:13).

Posteriormente, en el Primer Congreso Indígena Nacional, en 1982, se planteó la urgencia de recuperar las formas de educación propia para asumir gradualmente el control de la educación, investigar y profundizar la propia historia, y fortalecer la lengua y la tradición oral como mecanismos de transmisión de la cultura (Contcepi, 2009:13). Esto evidenciaba la importancia del tema educativo en cada pueblo ancestral, teniendo en cuenta las diferencias sociales, cosmogónicas y culturales.

Así, la educación, “vista desde el fogón” y desde cada escenario de encuentro comunitario, se convierte en un estandarte que da vida y valor a las diferentes dinámicas organizativas que se desarrollan al interior de los territorios; la escuela deja de ser vista entonces como ese espacio que “aísla” en un mundo distinto a los jóvenes, para convertirse en el escenario de reproducción de las culturas locales. De igual forma, la educación en los territorios se fortalece en los espacios de formación política desde prácticas pedagógicas como la minga, el trueque, los cabildos escolares, las emisoras estudiantiles, las tiendas escolares, hasta las asambleas comunitarias y demás dinámicas que se desarrollan a lo largo y ancho de los territorios.

Por tanto, la educación vista desde la concepción de lo propio se constituye en un ejercicio colectivo que desborda los espacios institucionales de la escuela, para adentrarse en cada espacio organizativo comunitario, lugar donde se construye y reescribe desde las propias vivencias esa historia de cada pueblo que lucha y resiste frente a un modelo educativo que en su lenguaje coacciona, determina y homogeniza la manera como se aplican algunos modelos de educación en estos pueblos.

Las estrategias y los instrumentos de recolección de la información: el trabajo de campo, la observación y la entrevista

Para el desarrollo de la investigación se combinaron dos estrategias metodológicas: la etnográfica, con su estrategia de estudio de casos, y el documental, con su análisis de documentos. El contacto directo con el pueblo nasa del resguardo de Honduras, Morales, jugó un papel importante, sobre todo para la aplicación de las entrevistas y el conocimiento del territorio. La presente investigación se apoyó en la entrevista en profundidad y la observación participante. Se entrevistaron a alrededor de 14 personas, entre ellas líderes indígenas, teniendo en cuenta su recorrido en el escenario público de sus comunidades. Además, se tuvo en cuenta a las personas denominadas “mayores”, quienes tenían un grado alto de conocimiento en cuanto a la memoria colectiva del proceso de formación de su vereda y resguardo.

Además, desde la docencia se pudo conocer mucho más a fondo la dinámica de acción por parte de la comunidad, el cabildo y su visión del territorio. Como afirma un comunero del resguardo: “Si se es indígena se debe conocer el territorio, así como conocemos nuestra casa, así mismo debe ser”. En ese sentido, muchos habitantes de este territorio son reservados con las personas que llegan a su espacio.

Algunos creen que ser reservado frente al extraño es cuestión de “mala actitud”, pero el indígena nasa cree que esto implica estar al margen de problemas con grupos de izquierda, derecha o ultraderecha. Este tipo de comportamiento de este pueblo refleja lo que muchos han denominado “la malicia indígena”, un rasgo cultural que siempre los ha caracterizado.

En cuanto a la revisión bibliográfi esta se hizo minuciosamente. El presente artículo necesitó un soporte teórico importante, ya que debió cumplir funciones como definición de términos y aporte teórico. La bibliografía le dio rumbo claro y objetivo a la investigación, ya que logró instalarse en algunos periodos históricos muy importantes para la vida del indígena.

Dificultades en el proceso de investigación

La lejanía de las veredas adscritas a la Institución Educativa Indígena Sek Walaça, resguardo de Honduras, fue una dificultad para llevar a cabo la tarea de investigación. En diferentes ocasiones, los investigadores llegaron a muchas actividades culturales que en algunas veredas se realizaban, para ubicar a las personas requeridas; actividades como encuentros de adultos y jóvenes, donde muchos líderes y personajes importantes del resguardo sirvieron para encontrar personas “claves” dentro del terreno investigativo. Además, se usó al mismo tiempo la “bola de nieve” para llegar a muchos mayores y líderes que tenían un alto grado de conocimiento histórico, cultural y político.

Las entrevistas se hicieron teniendo en cuenta las precauciones y los comentarios emitidos por ellos, es decir, que el trabajo de investigación no sirviera para “quitarle luego las tierras (…) para inventar una ley extraña”[7] en contra de sus resguardos. Luego, queda clara la desconfianza hacia el extraño, ya que por mucho tiempo éste utilizó los territorios indígenas y su gente para explotarlos y expropiarlos.

Universo de estudio: Morales y los resguardos indígenas de la zona occidente

El municipio de Morales, ubicado en el departamento del Cauca, antes de 1915 era un distrito de la Provincia de Popayán. El distrito fue creado por medio de la ordenanza No 67 de mayo 11 de 1915, siendo una de las siete divisiones territoriales de la provincia de la capital caucana. La cabecera municipal de Morales fue fundada el 7 de octubre de 1852 por el Presbítero Luis Jerónimo Morales y el señor Juan Manuel Morales, de ahí su nombre (POT, Morales, 2002).

Administrativamente está dividido en 61 veredas (incluyendo las veredas de los tres resguardos de la zona occidente, Figura 1). La principal actividad económica del municipio es la agricultura, cuyo producto principal es el café, siendo este cultivo la mayor fuente de empleo el segundo renglón es para la caña panelera, y en menor escala la yuca, maíz, fríjol, hortalizas, papa, cebolla, ulluco y frutas.

Figura 1. Localización geográfica del Resguardo de Honduras,Departamento del Cauca
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Fuente: CIPAV, ATIZO, 2007.

El área total del municipio es de 44.300 hectáreas dedicadas al bosque primario, cuerpos de agua, bosque secundario, rastrojo y a la agricultura y ganadería en pequeña escala. Sobre este municipio se encuentra el 40,83% del embalse de la Salvajina en una extensión de 7,65 kilómetros correspondientes a la cuenca del río Cauca. Su riqueza se ve reflejada en su gente, con población campesina, aborigen y afrodescendiente.

El territorio en el que se llevó a cabo la investigación está conformado en su mayoría por indígenas, y en un segundo plano por campesinos y afrodescendientes quienes debido a su constante relación, su intercambio social y cultural con los indígenas han terminado por adherirse a los resguardos. “La comunidad es territorio social y territorio físico, un espacio de referencia en la construcción de las identidades y las demandas étnicas” (Bello, 2004:106)

Honduras es el resguardo más grande con dieciocho veredas, entre ellas: Quingos, Unión Risaralda, Florida, Tierradentro, Galilea, Jordán, Vallenuevo, Las Brisas, Agua Sucia, Chirriadero, Medellín, Honduras, La Bodega, Pueblillo, Chorrera Blanca, El Mesón, Lomitas y San José; le sigue Agua Negra que posee tres veredas, Samaria, Los Andes y Agua Negra; y finaliza con Chimborazo con sólo dos veredas, La Liberia y Chimborazo (POT, Morales, 2002).

Los tres resguardos nasa han tenido elementos de cohesión social; dentro de estos se observan instituciones importantes para la vida en comunidad: el resguardo, el cabildo y la familia. Por mucho tiempo, los nasa de este territorio han sostenido un punto fuerte en la familia, no solo como elemento de consanguinidad, sino como foco cultural para educar a sus hijos. Los hijos son un patrimonio importante para esta institución, ya que representan una dimensión afectiva, la continuación de su cultura y el pensamiento nasa, además de ser importantes como mano de obra para labrar la tierra y para su sostenimiento económico.

Las actividades comunitarias que se han llevado a cabo, desde la formación de los resguardos, han sido muy importantes, puesto que eso se ha convertido en la “punta de lanza” para “reinventar” las costumbres y las creencias propias. Hoy en día, en estos resguardos son comunes los encuentros de niños, jóvenes, adultos mayores, y dinamizadores con el fin de que la tradición perdure. Algunas tradiciones se han mantenido en este pueblo, a pesar de que estas personas hayan estado en contacto con actores externos.

Estas actividades han representado un gran valor simbólico, social y cultural ya que algunas tradiciones, en la memoria de los mayores, han sido compartidas con los más jóvenes. Los hijos han aprendido de los mayores a tener una armonía social con los elementos que han constituido el territorio indígena, aunque ese proceso se halle en tensión social.

En cuanto a las influencias externas, los nasa siempre han estado en contacto con campesinos, afrodescendientes y algunos terratenientes. Eso les ha marcado un espíritu de interculturalidad, de cambio en el pensamiento en algunos aspectos. También, muchos cambios en la vida comunitaria, como nuevas estructuras materiales, pero esto no ha sido una razón para afirmar objetivamente que el resguardo ha sido descompuesto totalmente: ni en su estructura social, ni mucho menos en su cosmogonía con el espacio.

Contextualización de la zona de ubicación de la Institución Educativa Indígena Sek Walaça[8]

La institución Educativa Indígena Sek Walaça se encuentra ubicada al occidente del Municipio de Morales, departamento del Cauca, dentro del resguardo indígena de Honduras. Geográficamente, el resguardo se caracteriza por presentar terrenos ondulados con pendientes pronunciadas en algunas zonas, suelos que muestran un avanzado deterioro a causa procesos de erosión como consecuencia de la tala de bosques, quemas permanentes, prácticas culturales inadecuadas en zonas de ladera, presencia de monocultivos y uso de agroquímicos, entre otros.

Históricamente, la población ha derivado su sustento económico principalmente de actividades agrícolas como el cultivo de café, caña, plátano y, en menor medida, cultivos transitorios como maíz, yuca y fríjol; en este escenario, las madres de familia, aparte de las tareas del hogar, colaboran con sus esposos en los trabajos del campo. La actividad pecuaria es incipiente, observándose algunas pequeñas producciones extensivas de ganado bovino que pastan en potreros de mala calidad. La actividad minera tradicional si bien puede llegar a representar alguna fuente de ingresos adicionales, esporádicamente se practica por algunas personas alrededor de la cuenca del rio Inguitó.

Sin embargo, es preciso señalar que por diferentes factores, desde hace aproximadamente ocho años se inició el establecimiento de las primeras plantaciones de cultivos de uso ilícito como coca a través del territorio, con lo cual también hubo migración hacia la zona de personas provenientes de otros sitios geográficos cuyo propósito era la generación de ingresos a partir de la expansión de este tipo de cultivos. Ello conllevó al paso de una zona que se podría catalogar como pacífica a un espacio en donde el conflicto armado marcó y cambió profundamente los diferentes espacios y actividades comunitarias que la población del resguardo venía desarrollando.

La armonía en el territorio, la autoridad en las familias y en el cabildo se vieron determinadas por los cambios y tensiones sociales por poder y dominación.

Con ello, se generó no solo un control territorial por parte de los distintos grupos armados al margen de la ley, sino también un control psicológico a partir de prácticas que infundieron terror y miedo en la población. En la actualidad, a pesar de que aún la comunidad se enfrenta a un escenario de conflicto, este se ha visto reducido en comparación con años anteriores, principalmente por la disminución de las áreas cultivadas con coca. Los constantes cambios climáticos y la aparición de algunas enfermedades que, según los habitantes de la zona, se atribuyen a formas de ataque biológico para la erradicación de cultivos, han ido menguando la bonanza cocalera, al punto de que algunos pobladores están retornando a las siembras tradicionales de café como medio de sustento económico.

Del mismo modo, se observa una mayor dispersión de la comunidad en cuanto a su capacidad de organización con respecto a años anteriores, situación que se ve reflejada en acciones como la baja asistencia a distintas actividades como mingas, reuniones y demás trabajos por realizar en pro del beneficio para la Institución Educativa. Además hay un alto grado de incidencia del cristianismo, sobre todo de iglesias ligadas al protestantismo en la zona, situación que ha reconfigurado el marco de representaciones simbólicas e ideológicas de muchos habitantes.

Por otro lado, debe señalarse también que si bien gran parte de la población de la zona pertenece al pueblo nasa, solo un bajo porcentaje de este aún conserva su lengua propia (nasa yuwe). Además, hay presencia de comunidades campesinas, mestizas y población no indígena proveniente de otras zonas del departamento, situación que demarca un espacio diverso desde las miradas multiculturales que allí se tejen.

Es en este escenario en donde la Institución Educativa Indígena Sek Walaça ha venido desarrollando su papel de educar a los niños, niñas y jóvenes, con el gran reto hoy de “reinventar” gran parte de esa identidad perdida, a raíz de los diferentes eventos acaecidos en la zona.

La Institución Educativa Sek Walaça como espacio de formación

La Institución Educativa está conformada por la sede principal ubicada en la vereda La Bodega, en la que se presta la atención educativa desde el grado preescolar, primaria, hasta noveno, básica secundaria, adicional a las sedes ubicadas en las veredas de Pueblillo, Chirriadero y Medellín, en las cuales se brinda orientación en los grados de primaria.

Bajo el marco de la ubicación geográfica de las distintas sedes de la Institución Educativa, una de las grandes limitantes es la dificultad para el acceso a través de vías carreteables, hecho que en gran medida impide que en cada uno de los puntos de atención se cuente con la infraestructura suficiente y adecuada para la atención de los educandos. Las escasas construcciones realizadas en concreto y ladrillo han sido posibles gracias al gran esfuerzo y trabajo colectivo de la comunidad educativa, quien a pulso y espalda ha movilizado los diferentes materiales para la construcción de las aulas de clase desde puntos como Santa Barbará[9].

Sin embargo, dado el permanente crecimiento de la demanda educativa en la zona, en la actualidad la misma comunidad ha tenido que recurrir a la construcción de aulas improvisadas, elaboradas con materiales como tablas de madera provenientes de la zona, que si bien han permitido darle la opción de estudio a muchos de sus hijos e hijas, según comentan, no son los mejores espacios para el desarrollo de las diferentes actividades académicas.

Lo anterior deja ver, de igual manera, el concepto de tradición y modernidad que existe en la comunidad de este territorio debido a dos posiciones: una que obedece a la dependencia hacia la educación de corte occidental con respecto a la construcción de aulas educativas, con materiales como ladrillo y cemento; la segunda obedece a la recursividad de los habitantes de este territorio, quienes aprovechando los materiales de la zona, como madera y guadua, los utilizan para adecuar dichos espacios.

El reflejo del modelo de educación propia que se construye y “reinventa” en esta institución educativa obedece a prácticas pedagógicas, como el uso de materiales propios de la zona, la implementación del idioma propio: el nasa yuwe, como lengua materna de este pueblo milenario. Además, en los últimos años, se ha dado la construcción de una educación que permite ver la participación activa de la familia y comunidad en decisiones significativas para la institución.

Es en este marco que, durante aproximadamente 13 años, se ha venido construyendo un currículo y formas de trabajo que intentan responder a las necesidades y contextos de la zona, lo que ha significado algunos avances inicialmente en el marco de los PEI[10] y que posteriormente bajo el impulso de algunos líderes de la zona, docentes e instituciones como el Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, por medio de su programa de educación y actualmente la Universidad del Cauca, han venido posibilitando la construcción de lineamientos y criterios para la adopción de los PEC[11].

En esta medida, la discusión y reflexión permanente de docentes, líderes comunitarios e instituciones que apoyan en torno al tema educativo, representan una apuesta política y colectiva para lograr que la educación que se imparte localmente logre generar procesos de cambio y dejar instaladas capacidades en los jóvenes para el desarrollo comunitario.

Así, desde hace algunos años se dio inicio al desarrollo de un currículo que empieza a implementar algunos elementos bajo el marco de la Educación Propia con el fin de hacer del proceso educativo no solo un escenario de enseñanza y aprendizaje que se simplifica en el espacio escolarizado, sino que también busca transcender desde lo educativo hacia los espacios políticos y comunitarios con el fin de vincular la educación con los diferentes procesos locales.

En respuesta a lo anterior, se definen como elemento central dentro del pensum académico el trabajo alrededor de ejes temáticos como: matemáticas y producción, comunicación y lenguaje, hombre y sociedad, naturaleza y su entorno, habilidades y destrezas; pero también el desarrollo de proyectos pedagógicos de aula que buscan responder a problemáticas locales. Del mismo modo, bajo la implementación de algunas asignaturas como cosmovisión indígena, proyecto político-organizativo, emprendimiento, formulación de proyectos y agroecología, que no están contempladas dentro de las estipuladas por el Ministerio de Educación Nacional como obligatorias, se intenta lograr la recuperación o “reinvención” de los significados identitarios ligados a la cultura nasa, a la vez que brindan algunos instrumentos para la gestión comunitaria a partir de la enseñanza de bases fundamentales para el desarrollo de proyectos comunitarios y producción local de alimentos.

Lo anterior no implica desconocer que se cuenta con estudiantes provenientes de la cultura campesina y estudiantes provenientes de otras zonas de la geografía colombiana, por lo cual la educación en la zona, además de una educación propia, adquiere matices de una educación intercultural. En este sentido, la inmigración, además de dar origen a numerosas cuestiones tanto económicas como políticas y sociales, cuestiona sin duda el modelo de sociedad tradicional, fundamentada en la uniformidad, y despierta en los ciudadanos el gran problema de la diversidad (Sáenz, 2006:861).

Por otro lado, se debe señalar que desde el ámbito pedagógico empiezan a emerger algunas propuestas educativas que si bien no son novedosas, cobran importancia en el nivel local ya que intentan romper con el esquema tradicional de enseñanza. En esta medida, hay algunos avances frente a una propuesta de educación por ciclos que se aleja de la formación progresiva por grados académicos, estructurándose así un modelo educativo en el que se propone abordar cinco ciclos educativos[12] en los cuales se intenta proyectar una educación integral para los estudiantes. Así, se propone abordar en los ciclos iniciales la formación en valores, cosmovisión e historia local como bases que fundamentarán el proceso educativo como una apuesta política que reivindica lo indígena, para luego dar paso a la formación en áreas fundamentales del conocimiento y cerrar con el desarrollo de habilidades y destrezas como una opción de sustento económico futuro de sus vidas.

En este camino, desde lo local la educación es entendida como el mejor medio que tiene la persona a su alcance para su formación y desarrollo.

Tal es la finalidad de la educación, por cuanto, como afirma Kant citado por Sáenz (2006:866) “únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre”. La educación vuelve a encabezar la lista de instrumentos para vencer uno de los problemas actuales: valorar y respetar la diversidad cultural, superar el racismo en sus diversas manifestaciones y favorecer la comunicación y competencia interculturales (Sáenz, 2006:866).

Del mismo modo, en la Institución Educativa se implementó como uno de los proyectos pedagógicos la emisora escolar, “Sek Walaça, La Voz de la Madre Tierra”[13], en la que los estudiantes pueden lograr transmitir pensamientos locales, familiares y comunitarios. La importancia de este proyecto pedagógico comunitario radica en que los educandos serán escuchados y aprenderán a transmitir pensamientos ancestrales en castellano y nasa yuwe a través de la investigación.

Por tanto, la radio escolar es un desafío claro al tipo de comunicación privada que llega al territorio colombiano, ya que representa la vinculación directa del pueblo, los sentimientos de la comunidad, lo que piensa, las necesidades locales. Este desafío se argumenta desde el espacio pedagógico, a partir de la vinculación de la comunidad, la familia, y demás personas que empiezan a creer en la radio comunitaria como medio pedagógico de resistencia a la modernidad y construcción de un nuevo modelo educativo.

El capital humano en la Institución Educativa Indígena Sek Walaça

La historia de la Institución Educativa ha estado marcada por la movilidad del personal docente en la medida en que la mayoría actúa bajo procesos de contratación temporal, situación que representa una enorme dificultad en la medida en que se rompe la continuidad de procesos que le aportan a la consolidación del proyecto educativo local. Así, durante el inicio de la educación básica secundaria se contaba sólo con 4 docentes, número que ha ido aumentando en la medida en que se ha incrementado el número de estudiantes matriculados. En la actualidad se cuenta con un equipo interdisciplinar con docentes formados en áreas como sociología, licenciatura en etnoeducación, administración de empresas agropecuarias y tecnología agroindustrial. Del mismo modo, la Institución Educativa cuenta con un director para todas las sedes que forman parte de la institución, quien al ser proveniente del mismo territorio le da una amplia visión y conocimiento sobre el querer de su comunidad, hecho que ha sido importante dado que aparte de realizar las diferentes actividades administrativas y pedagógicas necesarias, también es uno de los impulsores y soñadores de la construcción de un modelo de educación diferenciada.

Por otro lado, un elemento que da validez a los procesos educativos que desarrolla cada docente en el ámbito local es la relación existente entre la comunidad y el sistema de contratación para los orientadores comunitarios. Es la comunidad quien a través de su asamblea comunitaria discute, evalúa y decide sobre la pertinencia o no de la continuidad de los docentes, lo que da cierto grado de autonomía local para buscar docentes que muestren un verdadero compromiso con el trabajo comunitario.

Sin embargo, durante los últimos años después de la emisión del decreto 2500 del 12 de julio de 2010 por parte del Ministerio de Educación Nacional, por medio del cual se reglamenta de manera transitoria la contratación de la administración de la atención educativa por parte de las entidades territoriales certificadas, con los cabildos, autoridades tradicionales indígenas, asociación de autoridades tradicionales indígenas y organizaciones indígenas en el marco del sistema educativo indígena propio (SEIP), se han venido generando tensiones entre algunas autoridades locales que han dificultado la selección parcial y autónoma de los docentes en las comunidades. “Nos enfrentamos a una realidad de la feria del empleo que además de generar problemas entre comuneros, a nivel educativo genera un retroceso en los procesos adelantados y los que se están ejecutando”, señala uno de los líderes de la zona; frente a este hecho, se han configurado espacios de disputa de poderes por intereses económicos entre algunos líderes locales, hecho que se presenta como un factor limitante a los avances e intenciones que se buscan con el desarrollo de un proyecto político de Educación Propia.

Los estudiantes en el contexto señalado

Si bien es cierto que hay algunos intereses de docentes y líderes por la construcción de un modelo diferenciado de educación, no se debe desconocer que los jóvenes de hoy ya han sido permeados por otra serie DE simbologías e imaginarios que inciden en que no haya un notable interés por querer aprender desde los espacios escolarizados. A lo anterior se suma la pérdida de autoridad de los padres de familia en los hogares, con lo cual finalmente el estudiante en muchos casos solo termina representando una imagen figurativa que no ve claro un propósito definido en por qué ir a la escuela.

Al igual que lo expuesto por Larraín (2009), en muchas ocasiones hay una directa vinculación del estudiante con diferentes trabajos en el campo en momentos en que se debe asistir a clase, situación que genera atraso y bajo rendimiento académico. A su vez, debe adicionarse que producto de la incidencia de los cultivos de uso ilícito en parte de la historia de la localidad, se generó la expectativa en muchos jóvenes del dinero rápido a cambio de dejar la escuela. A veces pareciese que la escuela solo fuese un espacio para percibir ciertas “prebendas” mediante subsidios estatales, pero no se le da el verdadero valor e importancia que merece en la formación de individuos capaces de transformar y dinamizar los procesos de resistencia locales. En este último caso, la asistencia al sistema escolarizado se convierte en un requisito para acceder y recibir transferencias monetarias a partir de programas nacionales como “Familias en Acción”, que lejos de generar dinámicas de formación de capital humano, generan dependencia económica y la idea de que “tener hijos es un buen negocio”.

A pesar de lo anterior, la Institución Educativa Indígena Sek Walaça se encuentra reinventando, construyendo y proyectando una propuesta pedagógica sobre la manera como se va a educar a los futuros líderes del territorio; este hecho representa, sin lugar a dudas, un paso firme y, seguramente, un desafío al sistema educativo que el Estado colombiano y muchas naciones han respaldado.

En este sentido, el respaldo de muchos gobiernos de corte “neoliberal” apunta hacia la entrada flexible de los procesos de modernización en sus territorios, sin mirar las incidencias ni la determinación en el rumbo de la educación y sus consecuencias. Por ello, gestar otro tipo de educación en Colombia, y mucho más si proviene de los pueblos de base como los aborígenes, representa una transformación hacia un modelo de educación que permitirá llevar varios elementos. Uno de ellos será la posibilidad de pensar en la educación como elemento garante de un modelo propio, donde los pueblos aborígenes tengan la posibilidad de localizar la educación como instrumento de defensa de la cultura, la identidad, el territorio y una cantidad de acciones colectivas que seguramente llegarán, en la medida en que el modelo de educación propio avance y se llegue a la acumulación de una experiencia pedagógica y comunitaria para el beneficio común. Lo segundo será la manera como la comunidad local llevará las riendas del tipo de educación que se pretende construir; a través de lo anterior, la comunidad decidirá qué dinamizador será el encargado de llevar las riendas de la educación en su territorio, llevando, quizás, a la polarización de la comunidad debido a intereses personales, familiares y demás intereses locales que llegarán con la implementación del sistema de educación propio.

Reflexiones finales

Para el caso de los habitantes del Resguardo Indígena de Honduras, las vivencias e ideales comunitarios demuestran una serie de contradicciones entre la escuela, la familia, las instituciones ancestrales, y el abandono por parte de instituciones públicas estatales, la economía, entre otros. No se sabría explicar aún el hecho de que por un lado los profesores pretenden que sus estudiantes puedan llegar a obtener réditos finales, beneficios económicos, por medio de la educación superior, pero junto a esta idea viene la ambivalencia de pretender que los educandos se queden en el territorio, junto al modelo tradicional, o de reinvención, que se intenta construir para los habitantes indígenas de ese lugar.

Se podría pensar entonces que este proceso pedagógico y social empieza a tejer algunas tensiones alrededor del modelo educativo que se quiere llevar a cabo. Las otras ideas, y quizás no menos importantes, tienen que ver con la relación que ofrece el discurso “indigenista” al edificar al indígena, resaltar su posición, y los beneficios que tiene en la sociedad mestiza mayoritaria en Colombia, pero una vez escuchado el discurso, se nota un desinterés por algunos habitantes del mencionado territorio, teniendo en cuenta la carencia de las condiciones básicas de vida y las oportunidades de algún ingreso mejor a su economía, lo que desplaza de alguna manera los intereses de los jóvenes por ir a la escuela.

También se puede pensar que ante el supuesto abandono del Estado colombiano, se observa la intervención del programa: familias en acción del gobierno nacional, generando en el educando un “cumplimiento de sus deberes académicos” únicamente por recibir el subsidio. Por ello, no se comprenden las dinámicas entre algunos procesos tradicionales y de la modernidad y las consecuencias de su intervención.

Teniendo en cuenta lo anterior, y tomando algunas preguntas últimas expuestas por Larrain (2009), se podrá referenciar el territorio nasa del Resguardo Indígena de Honduras (Bodega y sus alrededores) a partir de los siguientes interrogantes: ¿Cómo quedarse y ser exitosos? ¿Cómo reproducir su identidad étnica en contextos externos? ¿Cómo generar alternativas que hagan atractiva la vida en la región? ¿Cómo superar las expectativas de éxito y fracaso que no corresponden a los patrones y posibilidades de la región?

De alguna forma, del territorio nasa en mención se pueden recoger algunos elementos claves, entre ellos: la iniciación de varios procesos de modernidad en los jóvenes, como la música, la forma de vestir, la forma de verse reflejados ante el mundo; aunque su avance no ha sido total, ya que los educandos aún comprenden el significado del respeto hacia el educador.

Otro aporte a esta discusión gira en torno al hecho de que en la zona no existe un modelo económico estable, por tanto los pobladores escasamente tienen para la alimentación, aunque se advierte que la producción de alimentos propios (seguridad alimentaria) también es precaria. Estos hechos han obligado a muchas familias a pensar, de alguna manera, en que la solución de muchos de los problemas económicos que padecen se encuentra en la educación (aquí se aprecia una notable determinación de la modernidad de corte occidental) de sus hijos, ya que en un futuro no muy lejano ellos serán los profesores y profesionales en otras áreas, brindando así alguna estabilidad económica a las familias.

Por otro lado, a la Institución Educativa asisten estudiantes de la zona campesina de municipios como Suárez, generando de este modo mayor interculturalidad e intercambios de pensamientos. Es a partir de allí que se establece, de todas maneras, la diferencia entre el modelo de educación indígena propia que se pretende establecer y los lineamientos que puedan querer los padres y madres de familia del sector campesino. Entonces, se hace necesaria la implementación de muchos procesos de “reinvención” de lo indio, teniendo en cuenta que se trabaja con la figura grande de protección del pensamiento nasa.

En ese sentido, se pude identificar que a pesar de que en la Institución Educativa asisten algunos estudiantes nasa yuwe hablantes, estos desafortunadamente se cohíben de hablar en la práctica su propia lengua. Dicha autoprohibición tiene que ver con el hecho de que los estudiantes campesinos mestizos toman una posición burlesca, ya que cuando el profesor les pregunta alguna palabra en nasa a los hablantes de este idioma, ellos prefieren callar, aunque la Institución cuenta con dos docentes “nasa yuwe hablantes”, quienes a través de la práctica oral y escrita han empezado a generar el interés necesario en los educandos, quienes ya transmiten frases y oraciones en diálogos cortos. Además, las artesanías de simbologías nasa y de otros pueblos son parte, de igual forma, de este proceso de transformación de la educación y resistencia pedagógica que se adelanta en la institución educativa.

La modernidad, proceso industrial, ha llegado a todos los rincones del planeta Tierra por medio del capitalismo, siendo este último el modo de producción más determinante de cualquier época de la humanidad, al llegar de manera personal e impersonal; por ello, la cultura, las ideologías y las grandes acciones colectivas de los pueblos de base son permeadas por la modernidad, la cual hace presencia a través de los medios masivos de comunicación, artefactos de sonido, etc.

En la resistencia que, de igual forma, empieza a tejerse en la Institución, se puede resaltar la puesta en marcha de la emisora escolar “Sek Walaça, La Voz de la Madre Tierra”, como mecanismo pedagógico de oposición a los procesos de modernización, mencionados anteriormente. Entonces en el territorio prevalece la idea de un tipo de radio hegemonizante que siempre se ha escuchado, y una radio comunitaria que nace en el mismo seno comunitario y que responde a unas necesidades locales.

Es justamente allí donde se forma la tensión social, pedagógica y de convivencia al interior de la Institución Educativa. La modernidad ha llegado y será, seguramente, a través de ese proceso social, donde el Proyecto Educativo Comunitario, PEC, se construya teniendo en cuenta la dimensión de que en él pueden ingresar todos y todas, indígenas, campesinos y afros. “Ese será uno de los retos que tendremos, además de su puesta en práctica, de la mano con el Plan de Vida de este territorio nasa”, menciona uno de los docentes que vivencia la práctica pedagógica desde este lugar.

 

Referencias bibliográficas

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CONTCEPI (2009). Perfi del Sistema Educativo Indígena Propio. Bogotá D.C.

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LARRAÍN A., (2010). Educación diferenciada en un contexto indígena en Colombia. Fazendo Género 9, Diásporas, diversidades, dezlocamientos.Colombia. Disponible en:
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SÁENZ A., (2006). La Educación intercultural. Revista de Educación, 339. Disponible en: http://www.revistaeducacion.educacion.es/re339/re339_37.pdf

 

[1]  El pueblo Nasa, o “gente del agua”, también llamado de forma generalizada como el pueblo Paéz, se concentra principalmente en la región de Tierradentro, entre los departamentos del Huila y el Cauca. Algunos se han radicado en el sur del Tolima, en el departamento del Valle, y otros emigraron al Caquetá y Putumayo. La lengua nativa de este pueblo es el Nasa Yuwe, la cual pertenece a la familia lingüística Paéz (Ministerio de Cultura, 2010).

[2]  Consejo Regional Indígena del Cauca.

[3]  Organización nacional Indígena de Colombia.

[4]  Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca.

[5]  La Educación Propia se da en cumplimiento de la Ley de Origen, Ley de Vida, Derecho Mayor o Derecho Propio de cada pueblo, manteniendo la unidad, la relación con la naturaleza, con otras culturas, con la sociedad mayoritaria y conservando cada uno sus propios usos y costumbres; se desarrolla con base en la sabiduría y conocimiento propio, en forma vivencial, con la participación de sabedores ancestrales, autoridades, mayores, padres de familia y comunidad en general (…) la educación propia se entiende desde una dimensión política en tanto la capacidad de orientar, dirigir, organizar y construir los procesos y propuestas educativas con un posicionamiento crítico y propositivo frente a la educación que queremos (Contcepi, 2009:20).

[6] 

Sistema Educativo Indígena Propio, SEIP. “Estrategia política para construir, orientar y organizar los procesos, procedimientos y acciones que garanticen el derecho fundamental a la educación en el marco de los planes y proyectos de vida de los pueblos originarios”.

[7]  Indígena nasa, líder del resguardo de Honduras

[8]  En lengua nasa se traduce como “Sol Creciente”.

[9]  Vereda ubicada al margen de la Represa de La Salvajina, la cual funciona como puerto de carga y descarga de mercancías desde la cabecera municipal.

[10]  Proyecto Educativo Institucional.

[11]  Proyecto Educativo Comunitario. “El Proyecto Educativo Comunitario, PEC, es el corazón del Sistema Educativo Indígena Propio, SEIP. Es un proyecto de carácter político-organizativo, pedagógico y administrativo que redimensiona la educación y la escuela desde el contexto comunitario, en el marco de la autonomía y la resistencia de los Pueblos Originarios, en este sentido comprende un conjunto de lineamientos, procesos y acciones fundamentales en la “Educación Propia”, desde una dinámica de organización social y cultural en el marco de los planes de vida de cada pueblo y se sostiene al derecho ancestral de las comunidades al territorio, la identidad cultural, la organización, las autoridades propias, la unidad y la autonomía”. CRIC, 2014.

[12]  Entiéndase este no como un proceso de formación que responde a contenidos curriculares sino como un proceso que está pensado bajo el desarrollo de las diferentes capacidades intelectuales y desarrollo de destrezas en los estudiantes para hacer de la educación un proceso de formación para la vida y no simplemente un proceso de transmisión y almacenamiento de información que en la práctica no haya aplicación.

[13]  Uma Kiwe weeunxi.