Revista de Política Económica y Desarrollo Sostenible

EISSN: 2215-4167 • Vol. 9 (1) • Julio-Diciembre, 2023: 1-11

DOI: https://doi.org/10.15359/peds.9-1.4

URL: http://www.revistas.una.ac.cr/politicaeconomica

Revista electrónica semestral publicada por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible

Universidad Nacional, Lagunilla, Heredia Apartado 2393-3000

Política económica y política pública: Desafíos para salvaguardar, sostener y desarrollar el sistema político democrático de Costa Rica

EconomicPolicy and Public Policy: Challenges to Safeguard, Sustain and Develop the Democratic Political System of Costa Rica

Ph.D. Olman Segura Bonilla1

https://orcid.org/0000-0002-5461-1769

“Una gran democracia debe progresar o pronto

dejará de ser o grande o democracia

(Theodore Roosevelt)

Fecha de recibido: 14 de octubre, 2023 Fecha de corregido: 24 de noviembre, 2023

Fecha de publicación: 18 de diciembre, 2023

Resumen

Los hostiles contextos económicos, políticos y sociales que enfrentan los países latinoamericanos han orientado al declive continuo y sistemático de la democracia en algunos, y al completo deterioro en otros. Costa Rica no es la excepción, y actualmente presenta situaciones que pueden dar paso a un ambiente propicio para el enfrentamiento social, la revancha, el enojo y la confrontación. Este artículo tiene como objetivo realizar un análisis del contexto actual y brindar una alternativa para salvaguardar, sostener y desarrollar el sistema democrático del país. La metodología utilizada para desarrollarlo consistió en la recolección y el análisis de estadísticas provenientes de fuentes primarias y secundarias, disponibles en medios digitales; además de la lectura y análisis de distintos documentos de investigación que contextualizan la situación actual de Costa Rica y América Latina en términos de la democracia. Este análisis permite concluir que la principal alternativa con que el país debe comprometerse es la creación de un nuevo pacto social, el cual se lograría por medio del diálogo, mayor fortaleza a la educación, nuevas vinculaciones transparentes y éticas, nuevos liderazgos y sobre todo honestidad política y ciudadana.

Palabras clave: democracia, economía, estado, prospectiva, Sistema social

Summary

The hostile economic, political and social contexts faced by Latin American countries have led to the continuous and systematic decline of democracy in some countries, and the complete deterioration in others. Costa Rica is no exception, and currently presents situations that can give rise to an environment conducive to social disruption, revenge, anger and confrontation. This article aims to carry out an analysis of the current context and provide an alternative to safeguard, sustain and develop the country’s democratic system. The methodology used to develop it consisted of the collection and analysis of statistics from primary and secondary sources, available in digital media; in addition to the reading and analysis of different research documents that contextualize the current situation in Costa Rica and Latin America in terms of democracy. This analysis allows us to conclude that the main alternative that the country must commit to is the creation of a new social pact, which would be achieved through dialogue, greater strength in education, new transparent and ethical links, new leadership and, above all, political and civic honesty.

Key words:  Democracy , Economics, State , Future studies, Social systems

Introducción2

El pasado 4 de setiembre se realizó el lanzamiento del Observatorio Humanista Cristiano del Desarrollo en el seno de la Asamblea Legislativa de Costa Rica. Este observatorio busca la generación de diálogos y discusión sobre los desafíos que enfrenta actualmente el país en diversos ámbitos, con el fin de ofrecer alternativas para salvaguardar, sostener y, además, desarrollar de forma eficiente el sistema político democrático de la nación. En el marco de esta acertada iniciativa, presento estas reflexiones para la Revista de Política Económica para el Desarrollo Sostenible.

A nivel Latinoamericano, los temas políticos y de política económica se encuentran entre los puntos más altos de controversias que encara la región. Esto debido al declive y la vulnerabilidad que la democracia ha llegado a enfrentar y que afectan directamente a las poblaciones de los diferentes países. La mayor muestra del descontento en lo político, por opciones democráticas de gobernanza, son el alejamiento de la población de los partidos políticos, los altos niveles de abstencionismo en las votaciones, así como los votos nulos y en blanco, que son el reflejo del malestar hacia los políticos y la política en general (Latinobarómetro, 2023).

Costa Rica, que hasta ahora se había caracterizado por la estabilidad democrática, empieza a cuestionar los resultados del sistema, surgen las alternativas demagógicas y la polarización política. Los procesos democráticos de elecciones y alternancia en el poder entre los diferentes partidos políticos se han mantenido en Costa Rica desde 1948, lo que permitió fortalecer el sistema democrático, impulsando mayor inclusión social, el mejoramiento en las condiciones de vida y de trabajo de la población, la instauración de políticas sociales universales, y otras características (Sojo, 2000, como se citó en Programa Estado de la Nación [PEN] 2001), que permitieron a la población mayor participación social, económica y política, con estabilidad y confianza en el sistema y que, a su vez, les abrió paso a una mejor calidad de vida.

No obstante, en la última década, y especialmente en los últimos años, han surgido diversos eventos en el país que han exacerbado los sentimientos de insatisfacción, desconfianza, disconformidad, indiferencia y otros, en la población. Estas emociones y hasta sinsabores se profundizaron aún más por los efectos de la pandemia del COVID-19 (2020-2021), atentando así en contra de la sostenibilidad del sistema político democrático costarricense. Surgen entonces planteamientos de disrupción, en varios casos populistas, con manifestaciones groseras, irreverentes, despreciativas, de rabia, despecho, hartazgo y odio. La democracia costarricense se enfrenta entonces al gran reto de devolver la confianza, dando pasos firmes para resolver los problemas económicos, sociales, ambientales y políticos de la mayoría de población.

Este artículo editorial profundiza en la contextualización de la coyuntura actual que enfrenta el país, con el propósito de brindar un panorama más amplio sobre los principales desafíos que se tienen desde la política. Los objetivos son dos: por un lado, brindar alguna recomendación de alternativa para salvaguardar, sostener y desarrollar el sistema político democrático de Costa Rica y, por otro, abrir al diálogo y al debate diferentes ideas en esta materia.

Contexto económico

Los altos niveles de endeudamiento del país, el déficit fiscal que presenta el Gobierno Central, los altos niveles de desempleo, las desaceleraciones del crecimiento, y otros factores, han hecho que la economía costarricense sea un tema de gran discusión y controversia durante los últimos años. Sin embargo; a nivel general, es posible afirmar que Costa Rica ha venido bastante bien durante el último decenio, con crecimiento económico importante (a excepción del periodo de la pandemia del COVID-19). Claramente, no son los niveles de crecimiento que como economía emergente se desease tener, pero han sido cifras razonables.

Actualmente, la situación de la economía nacional presenta un panorama más positivo. Las estadísticas del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) arrojan que, a mayo del 2023, registró un incremento interanual de 5,5%. De esa manera, se tiene que para los primeros cinco meses del año la producción nacional creció un 4,9% en promedio. De forma más desagregada, entre mayo del 2022 y mayo del 2023 la producción de la industria agropecuaria creció un 2,6%, la de la industria manufacturera un 7,5% y, el sector terciario un 4,8% (Banco Central de Costa Rica [BCCR], 2023).

Respecto a las finanzas nacionales, según el BCCR (2023), para mayo del presente año, el Gobierno Central registró un superávit primario equivalente a 1.1% del producto interno bruto (PIB). La recaudación tributaria presentó un aumento, de forma tal que llegó a representar un 5.8% del PIB. El gasto primario fue inferior en 0,1 puntos porcentuales (p.p.) del PIB respecto al mismo periodo del año anterior. Además, la razón de la deuda del Gobierno Central respecto al PIB se ubicó en 61,0% en mayo del 2023, o sea que, en términos generales, durante el año se ha dado un manejo aceptable de las finanzas públicas.

Otro tema de gran interés económico es la inflación: una de las cargas o, sencillamente, una de las formas más terribles de afectación a todas las personas y sus ingresos. Formalmente, la inflación se define como “el incremento generalizado de los precios de bienes y servicios” (Solé, 2012). De ese modo, mediante los cambios en la tasa de inflación, que es la tasa de variación de los precios, se ven reflejadas las variaciones del poder adquisitivo de las personas, ya sea de forma positiva (deflación) o negativa (inflación). Durante el 2022, a nivel internacional se desarrollaron distintos choques de oferta, los cuales impulsaron el crecimiento de la inflación, y el caso de Costa Rica fue emblemático, con su 8,28%. Para enfrentar esta situación, se aplicaron distintas medidas, especialmente de política monetaria restrictiva (ej. subir la tasa de política monetaria, aumentar el encaje mínimo legal a los bancos, etc.), las cuales han ocasionado que en la actualidad se presente una deflación en la economía nacional: concretamente, la inflación acumulada a junio 2023, según el INEC, fue de -1,52%; o sea, una deflación. Desde luego, algunos productos continúan aumentando de precio, mientras que otros disminuyen, pero en términos generales es posible afirmar que el país presenta una situación controlada; aunque también es cierto que ya es tiempo de que se reduzca la tasa de política monetaria que maneja el BCCR, y que afecta a toda la población que a diario debe pagar tasas altas de interés en los créditos que mantiene.

Entonces, en términos macroeconómicos, excepto en el periodo del COVID-19 la economía ha mostrado resultados relativamente satisfactorios. El PIB está creciendo, la inversión va en aumento, las exportaciones crecen exponencialmente –pues pasamos de cuatro o cinco productos para exportación a más de cinco mil en la actualidad–, se aumenta la inversión extranjera directa, se tiene un ingreso de divisas por turismo muy importante, entre otras cuestiones. Desde luego, la situación puede mejorar, especialmente respecto al régimen definitivo, con la implementación de tecnologías de la información y comunicación (TIC) y con educación aplicada a estas cadenas de producción, pues el régimen especial de zonas francas sigue creciendo a un ritmo 10 veces mayor que el resto de la economía (BCCR, 2023).

Contexto socioeconómico

Pero si estamos tan bien en lo económico, ¿qué es lo que nos ha sucedido en términos socioeconómicos que nos lleva a esta situación tan conflictiva en lo político? El contexto socioeconómico es bastante desfavorable pues, como se verá a continuación, la incidencia de pobreza y de desigualdad ha aumentado; la cantidad de ocupaciones se ha disminuido, existen niveles altos de desigualdad y subempleo; la educación ha desmejorado sensiblemente y la inseguridad está llegando a cifras récord para nuestro país. Todo esto impacta de forma directa la calidad de vida de la población y la economía del país.

En el gráfico 1 es posible apreciar cómo el porcentaje de hogares que viven en situación de pobreza en la zona rural ha ido en aumento, hasta alcanzar en julio del 2022 un 28.3% del total de hogares de dicha zona. Para el caso de la zona urbana, dicho fenómeno afecta al 21% de los hogares, y a nivel país el porcentaje es de 23% de los hogares en condiciones de pobreza. Lo que significa que la pobreza sigue siendo un fenómeno excesivo, que aún no se ha recuperado siquiera a los niveles previos a la pandemia de COVID-19, excepto en el caso de la zona urbana.

Gráfico 1. Costa Rica. Distribución relativa de los hogares en situación de pobreza por línea de pobreza, según zona. (Periodo 2015-2022)

Fuente: Elaboración propia con datos de Encuesta Nacional de Hogares (INEC, 2022).

Es importante mencionar que, cuando Costa Rica llegó a un nuevo contrato social, después de la Revolución Nacional, había niveles de pobreza alrededor de un 50% y pasó a menos de un 20% para finales de los años setenta. En contraste con ese gran avance, después de más de cincuenta años, el país continúa manteniendo niveles de pobreza cercanos al 20%.

En línea con lo anterior, otro dato importante que revela el Instituto Nacional de Estadística y Censos [INEC] es la cantidad de hogares que viven en condiciones de pobreza extrema, es decir, aquellos cuyos integrantes no cuentan siquiera con ingresos suficientes para cubrir los costos de la canasta básica alimentaria. INEC (2022) señala que, para el año 2022 un total de 70.900 hogares pertenecientes a la zona urbana sufría condiciones de pobreza extrema y, para el caso de la zona rural, la cifra era de aproximadamente 39.600 hogares, lo cual evidencia la preocupante situación que vive una parte significativa de la población costarricense.

Con relación a los niveles de desigualdad que presenta el país, es lamentable que ha aumentado considerablemente. Utilizando el coeficiente de Gini para medir la concentración del ingreso de la población, según esté más o menos cercano a 1, muestra que la desigualdad en Costa Rica va en aumento, alcanzando para el año 2022 un 0,503. Si esta cifra se compara con el 2010, se obtiene exactamente el mismo nivel. Sin embargo, si la escala de comparación se amplía hasta 1988, se tiene que para ese entonces la desigualdad era cercana al 0,470; o sea, la desigualdad en Costa Rica ha aumentado de una manera considerable a pesar de que la situación económica no ha desentonado tanto.

Ahora, en términos de mercado de trabajo, las últimas estadísticas de desempleo brindadas por el INEC (II trimestre 2023) a primera vista muestran una mejoría, alcanzando un nivel cercano al 10% –cifra similar a la que había antes de la pandemia–. Sin embargo, la tasa de ocupación presenta una reducción si se compara con el último trimestre del año 2022, lo que significa que la mejora aparente en el desempleo no se debe a que las personas encontraron una ocupación, sino a que esta se atribuye al deterioro en la fuerza de trabajo, ya que las personas deciden abandonar el mercado y pasan al rubro de desalentados, reduciendo artificialmente la presión sobre la búsqueda de empleo.

Según INEC, para el II trimestre del 2023 tenemos 225.000 personas en busca de empleo, las cuales se concentran principalmente en las regiones: Central, Chorotega y Brunca. Además, este fenómeno afecta especialmente al grupo etario entre 15 y 24 años, quienes representan a más del 60% de las personas desempleadas. También es importante tener en cuenta que una parte de las personas ocupadas, aproximadamente 137.000, laboran menos de tiempo completo (personas con subempleo) y cerca de 832.000 personas operan bajo la informalidad, mayoritariamente sin seguro ni contribuciones a la seguridad social, incluida una pensión futura.

Todo lo anterior evidencia de forma explícita la difícil situación que atraviesa el país en términos socioeconómicos, lo cual agita de forma significativa las vulnerabilidades que de por sí se vieron exacerbadas con la pandemia del COVID-19. Con este escenario de malestar social, desigualdad y desempleo, se crea un caldo de cultivo muy propicio para la explosión social, las manifestaciones inesperadas y, desde luego, para el rompimiento del orden institucional.

Contexto social

El punto anterior conduce a la exposición de un entorno social también complicado, en el cual se han generado distintos inconvenientes relacionados con seguridad, educación y acceso a oportunidades. Tales fenómenos atentan de forma directa en contra de las condiciones de vida digna para la población.

Durante el 2023 se ha marcado una nueva semblanza respecto a la inseguridad ciudadana en Costa Rica. Las cifras del 2022 en cuanto a hurtos, robos, asaltos y homicidios eran muy preocupantes, pero para el 2023, entre los meses de enero y agosto, se han alcanzado cifras récord de criminalidad, las cuales han logrado superar los datos históricos del país mes a mes. El cuadro 1, que expone las estadísticas policiales registradas durante los primeros once meses del año comparadas con las de todo el 2022, evidencian que existe una alta probabilidad de que al finalizar el 2023 se alcancen, e incluso superen, las cifras registradas durante el año pasado, como ya lo hicieron las cifras de homicidios.

Cuadro 1. Costa Rica. Estadísticas policiales - Organismo de Investigación Judicial (2022-2023)

Delito

2022

Enero-Noviembre 2023

Hurto

17 043

14 267

Robo

13 178

10 207

Asalto

11 075

9 755

Robo de vehículo

4 387

3 947

Tacha de vehículo

3 568

2 900

Homicidio

661

815

Nota. Elaboración propia con datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ, 2023)

Esta situación significa que en el país se da la presencia de grupos poblaciones enfrentados a una violencia estructural, la cual, tal como indica Arroyo (2023), se resume en las acciones que el Estado ha dejado de efectuar, tales como mayor seguridad, aumentar las fuentes de empleo y otras que le competen como garante de los derechos humanos y la paz social, para crearle condiciones de vida digna a la población. Es claro que la falta de oportunidades y las carencias presentes en ciertas zonas del país, sobre todo localidades costeras y fronterizas, pero también asentamientos urbanos, han dirigido a algunos de sus habitantes hacia caminos llamados “fáciles”, los cuales atentan en contra de la seguridad ciudadana, para buscar su sobrevivencia.

Jaitman (2015) explica que existe una relación de causalidad entre la educación y el comportamiento criminal. En ese sentido, la autora establece que una persona con niveles educativos inferiores es más propensa a ingresar al mundo criminal, puesto que, teóricamente, la educación aumenta las oportunidades de acceder a trabajos con remuneraciones significativas, y estas reducen el atractivo financiero de las actividades ilícitas. Además, la asistencia escolar puede generar un efecto de incapacitación, donde las personas se mantienen ocupadas y fuera de las calles, reduciendo así las posibilidades de inserción a la criminalidad.

La educación es otro de los temas resonados durante los últimos años en el país, pues desde el desde el año 2018 los ciclos lectivos se han visto interrumpidos de forma repetida y significativa, debido a huelgas y más recientemente por la pandemia de la COVID-19. Esta situación claramente afecta a las personas estudiantes, generando regazos en su proceso de aprendizaje, los cuales pueden pasar factura en el futuro próximo, ya que Costa Rica es un país pequeño cuyo capital principal es el humano: un enfoque del ser humano como el activo más importante. Las zonas fuera de la Gran Área Metropolitana son las más afectadas, pues a esta situación se suma la incertidumbre de nombramientos y la inestabilidad docente.

Datos del Ministerio de Educación Pública (MEP) revelan que, para el año 2023, hubo aproximadamente 1.157.000 estudiantes en centros educativos públicos; 137.800 en preescolar, 476.700 en primaria, 496.000 en secundaria, y 15.100 en educación especial (Redacción Multimedios, 2023). Asimismo, para el 2022 hubo un aproximado de 123.700 personas matriculadas en universidades públicas, y otro tanto en universidades privadas. Lo que significa que no es una o dos personas quienes han visto interrumpida su trayectoria educativa y no se les ha puesto al día, sino que son más de un millón, quienes probablemente serán los encargados de sostener el sistema económico del país en unos veinte o veinticinco años.

Adentrándose de lleno en el tema de educación, podemos comprobar que la situación es crítica. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2017, como se citó en PEN, 2021), establece que, en los resultados de la prueba PISA (Programme for International Student Assessmen) del año 2015, en las asignaciones de lectura, Ciencias y Matemática, Costa Rica obtuvo un porcentaje promedio inferior a la mitad del promedio de la OCDE. Asimismo, para el año 2018 (últimas pruebas PISA aplicadas), se da una caída en los puntajes promedio de la población estudiantil en las pruebas de lectura y Ciencias, mientras que, la única asignación cuyo resultado aumentó levemente fue Matemáticas, lo cual puede ser interpretado como una señal clara del problema.

No obstante, si tomamos en cuenta todas las situaciones de rezago a las cuales se han enfrentado las personas estudiantes en los últimos años cinco años, el octavo Informe del Estado de la Educación evidencia cómo serían los puntajes promedio de los estudiantes en la competencia de matemática si se hiciera en la actualidad, dejando a la vista un posible retroceso generacional en las capacidades, habilidades y destrezas de los estudiantes (PEN, 2021).

Por último, otro gran tópico de la educación que se ha mantenido latente durante los últimos años y ha generado diversos debates es la inversión pública. A inicios de la década de los ochenta, el porcentaje de inversión en educación pública era de un 5,3% del PIB; dicha cifra se redujo hasta el 3,8% para 1988. Luego de esa década, el porcentaje de educación se mantuvo en aproximadamente 4% del PIB y, entre 2001 y 2007 se ubicó alrededor del 5% del PIB. Posteriormente, dicho porcentaje se mantuvo al alza, hasta llegar a representar el 7,5% del PIB en el 2019, pero incluyendo el presupuesto del INA y de la Red de Cuido, que antes no se incluían en ese rubro (PEN, 2022). Para el 2022 el presupuesto fue de un 7,2% del PIB, pero cayó en el 2023 a la cifra más baja de los últimos 9 años con tan solo un 6% del PIB.

Conclusiones y recomendaciones: Alternativas para un nuevo pacto social

Entonces, teniendo en consideración el entorno que vive Costa Rica actualmente, es claro que los principales desafíos que enfrenta la nación se relacionan con los sentimientos de hartazgo de la población hacia:

Ahora bien, esta no es una situación particular de Costa Rica: en toda América Latina se están presentando problemáticas similares. El informe La recesión democrática de América Latina (Latinobarómetro, 2023) ilustra cómo el retroceso que se está desarrollando se refleja mayormente en el bajo apoyo que tiene la democracia, en el aumento de la indiferencia al tipo de régimen, y en la preferencia por actitudes a favor del autoritarismo.

El Latinobarómetro (2023) afirma que se ha dado un desplome en el desempeño de los gobiernos y, principalmente, un debilitamiento en la imagen de los partidos políticos. Este contexto nos lleva a que tengamos en este momento varios países con democracias en estado crítico, mientras que en otros ya del todo es inexistente. Puntualmente, los países con mayor disminución de apoyo a la democracia en los últimos tres años son: Venezuela, con un -12%; Costa Rica, con un -11%; y Guatemala y México, ambos con un -8%. Altamente preocupante es el caso de Costa Rica, que había mantenido por más de medio siglo gran estabilidad.

Asimismo, se dice que en Costa Rica la indiferencia hacia tener un régimen democrático o no tenerlo aumentó un 10% (solo debajo de Guatemala, que fue el de mayor aumento). Los datos también reflejan que la preferencia por el autoritarismo se incrementó en 5 puntos, hasta alcanzar el 16%. El 79% de las personas encuestadas plantean que los partidos políticos no funcionan bien (Latinobarómetro, 2023).

Conforme lo expuesto hasta aquí, es posible afirmar que, la principal alternativa con que debemos comprometernos como sociedad es salvaguardar, sostener y desarrollar el sistema político democrático costarricense mediante la creación de un NUEVO PACTO SOCIAL.

Ciertamente el contrato social con el que hemos vivido en el país, y que hemos desarrollado a lo largo de setenta años después del ٤٨, aunque imperfecto, ha sido muy relevante; ha sido clave para nuestro desarrollo democrático, pero ya no nos alcanza para el futuro. El contexto actual es completamente distinto, los retos que tenemos son imperiosos, la velocidad del cambio por las TIC es enorme; el cambio climático está impactando todas las actividades productivas y la sociedad, y la situación social y económica se nos puede salir de control si no respondemos con urgencia con un nuevo pacto para las presentes y las futuras generaciones. Los desafíos socioeconómicos que se han descrito antes deben ser enfrentados con valentía, sin dilación y con gran sentido ético y humanístico.

No puede ser posible que la población de un país entero no pueda soñar con superar las diferencias y las dificultades a las que se enfrenta. Más bien deberíamos aprender de nuestros ancestros, que “después de la guerra” fue el momento oportuno para un nuevo inicio, una nueva esperanza. Es necesario generar y mantener el dialogo político, con participación ciudadana amplia; exigir el respeto a las instituciones democráticas del país, a la Constitución Política y las leyes nacionales; enfatizar en la preservación del respeto a la división de poderes del Estado; impulsar un plan nacional de reactivación económica, con impacto social significativo y con enfoque de género, con proyección de corto, mediano y largo plazo. Debemos evitar la vulneración de la democracia mediante la palabra, el histrionismo, el populismo, el odio y la confrontación entre los representantes de los poderes del Estado.

Finalmente, entre las principales acciones y alternativas con las cuales se debe generar un compromiso para ese nuevo pacto social están:

Referencias

Arroyo, A. (2023). Costa Rica al filo de la violencia. UNA Comunica. https://www.unacomunica.una.ac.cr/index.php/marzo-2023/4447-costa-rica-al-filo-de-la-violencia

Banco Central de Costa Rica [BCCR] (julio, 2023). Informe mensual de coyuntura económica. División Gestión de Información. https://gee.bccr.fi.cr/indicadoreseconomicos/Documentos/Informe%20Mensual/2023/IMCE_julio_2023.pdf

Instituto Nacional de Estadística y Censos [INEC] (2023). Encuesta Nacional de Hogares 2022. https://inec.cr/estadisticas-fuentes/encuestas/encuesta-nacional-hogares

Instituto Nacional de Estadística y Censos [INEC] (2023). Encuesta Continua de Empleo II trimestre 2023. https://inec.cr/estadisticas-fuentes/encuestas/encuesta-continua-empleo?page=2

Jaitman, L. (2015). ¿Qué tan claro es el vínculo entre educación y crimen? Sin miedos. BID. https://blogs.iadb.org/seguridad-ciudadana/es/que-tan-claro-es-el-vinculo-entre-educacion-y-crimen/

Latinobarómetro (2023). Informe Latinobarómetro 2023: La recesión democrática de América Latina. https://www.latinobarometro.org/lat.jsp

Organismo de Investigación Judicial [OIJ] (2023). Estadísticas policiales OIJ. https://sitiooij.poder-judicial.go.cr/index.php/apertura/transparencia/estadisticas-policiales

Programa Estado de la Nación [PEN] (2001). La larga transición hacia la democracia en Costa Rica. Auditoria ciudadana sobre la calidad de la democracia. Repositorio CONARE. https://repositorio.conare.ac.cr/bitstream/handle/20.500.12337/880/930.%20Auditor%C3%ADa%20Ciudadana%20de%20la%20Democracia_Cap%C3%ADtulo%202_La%20larga%20transici%C3%B3n%20hacia%20la%20democracia%20en%20Costa%20Rica.pdf?sequence=5&isAllowed=y

Programa Estado de la Nación [PEN] (2021). Octavo Informe Estado de la Educación [2021]. Repositorio Institucional CONARE. https://repositorio.conare.ac.cr/handle/20.500.12337/8152

Programa Estado de la Nación [PEN] (2022). La sostenibilidad de la inversión educativa es fundamental para el desarrollo humano del país. https://estadonacion.or.cr/la-sostenibilidad-de-la-inversion-educativa-es-fundamental-para-el-desarrollo-humano-del-pais/

Redacción Multimedios (2023). Inicia curso lectivo 2023: más de un millón de estudiantes regresan a las aulas en Costa Rica. Noticias Telediario. https://www.telediario.cr/nacional/millon-estudiantes-regresan-clases-6-febrero

Solé, R. (2022). Efectos de la inflación y la devaluación en la evaluación de flujos de inversión. Revista de Ciencias Económicas. DOI: 10.15517/rce.v30i2.8051. https://www.researchgate.net/publication/365717727_EFECTOS_DE_LA_INFLACION_Y_LA_DEVALUACION_EN_LA_EVALUACION_DE_FLUJOS_DE_INVERSION

Licencia Creative Commons BY-NC-ND 3.0 Costa Rica


1 Actualmente es Director del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE) de la Universidad Nacional, Costa Rica. Economista con un Ph.D. de la Universidad de Aalborg, Dinamarca. Ex Rector de la Universidad Nacional. olman.segura.bonilla@una.ac.cr

2 Un agradecimiento a la bachiller Geannina Villalobos Arce, estudiante asistente de investigación, por el apoyo brindado en la elaboración de este documento. Cualquier error y responsabilidad generada por este artículo es responsabilidad del autor.