REVISTA

Praxis

e-ISSN: 2215-3659

Número 79, Enero-Junio 2019

http://dx.doi.org/10.15359/praxis.79.7

URL: www.revistas.una.ac.cr/index.php/praxis



Reseña del libro The Discourse of Neoliberalism. An Anatomy of a Powerful Idea, de Simon Springer (2016). London y New York: Rowman & Littefield

Jorge Daniel Vásquez

Universidad de Massachusetts-Amherst

jdvasquez@soc.umass.ec


El Discurso del Neoliberalismo. Anatomía de una idea poderosa de Simon Springer es un trabajo que logra una síntesis entre la economía política y las perspectivas postestructuralistas en el análisis de la relación entre neoliberalismo y poder. En gran parte, la fuerza del neoliberalismo proviene de nuestra activa participación en su discurso. Así, el título de este libro no se refiere al neoliberalismo desde la perspectiva metodológica de “el análisis del discurso”, sino a su “orden del discurso” en tanto forma política y económica.

Springer se refiere con detalle a las múltiples maneras en las que el término neoliberalismo ha tenido lugar en el terreno de las ciencias sociales y humanas: así, ha pasado por ser considerado una doctrina económica, un modelo de gestión o una cultura. Es posible que el término incorpore estas tres condiciones y aún varias más; sin embargo, la pregunta de Springer es acerca de las posibilidades de comprender su vitalidad y su transformación de acuerdo a los distintos contextos de debate, pero también la diferencia que implica la “neoliberalización” de diferentes contextos. No obstante, la aproximación de Springer al término “neoliberalización” es crítica, pues reconoce que, si bien sugiere multiplicidad, complejidad y especificidad contextual, a la vez tal término podría ser visto como un conjunto de ideas plurales sin proveniencia específica.

En la literatura existente la comprensión del neoliberalismo, encuentra cuatro principales formulaciones: 1) neoliberalismo como proyecto ideológico hegemónico (como aparece en los trabajos de Robert Cox, Dúmenil y Levi, David Harvey), 2) neoliberalismo como conjunto de políticas y programas (como lo tratan Nik Theodore, o Neil Brenner) 3) neoliberalismo como una forma estatal (así lo plantea especialmente Jaime Peck), 4) neoliberalismo como gubernamentalidad (que siguiendo el concepto establecido por Michel Foucault, lo trabajan en este sentido Wendy Brown, Nikolas Rose, James Ferguson o Akhil Gupta). Esta última formulación es la que sirve a Springer para formularlocomo un discurso que, en lugar de “determinar ideológicamente” las acciones de los individuos, consiste en un proceso de producción de sujetos (la constitución de una subjetividad y a la vez de formas de sujeción) a través del poder que opera discursivamente.

Para Springer, el discurso del neoliberalismo consiste precisamente en el circuito que conecta estas cuatro formulaciones desde el trabajo de las instituciones, los espacios de producción del conocimiento, y los medios de comunicación en función a un proyecto geopolítico. Tales conexiones constituyen los insumos para un sentido común que, de acuerdo a este autor, daría forma a un modelo de “ciudadanía neoliberal”, que se expresa en el rol proactivo de los actores en reenmarcar el aspecto formal de las prácticas políticas desde una utopía individualista que afecta las dinámicas y los ritmos del cambio sociocultural.

Además de plantear el discurso del neoliberalismo como articulación de estas cuatro formulaciones, Springer plantea los alcances de este en el terreno de la geopolítica, los imaginarios sobre la violencia, y el Orientalismo (en diálogo con Edward Said). Así, el discurso del neoliberalismo ha tenido lugar crucial en conflictos armados contemporáneos (el autor analiza el caso de la violencia bélica en Cambodia); sin embargo, su carácter de discurso propiamente se expresa en la exposición de presupuestos universales, la búsqueda de dominio global de tales presupuestos, y la negación de la heterogeneidad de formas de vida. No obstante, existe un punto fundamental en esta operación de violencia geopolítica: la construcción discursiva de “espacios violentos” que se extiende a los pobladores. Es en tal extensión en la que el Orientalismo encuentra su realización partiendo del supuesto que la razón y el sujeto “universal” es pues el Occidente, y construyendo una otredad amenazante que sirve de estrategia discursiva para negar la naturaleza neoliberal de la violencia bélica.

En su parte final, el libro responde a las posturas teóricas surgidas desde la segunda década de este siglo, que plantean la configuración de una coyuntura postneoliberal. Ésta surge de la implementación de políticas transicionales y regulatorias (como en el trabajo de Warwick Murray), o resulta de experiencias alternativas de desarrollo que buscan transformar el orden neoliberal (como en el trabajo de David Craig y Doug Porter). No obstante, si algo caracteriza al postneoliberalismo es precisamente que alberga, en su composición, el propio término “neoliberalismo” el cual nunca ha sido un sustantivo, sino un verbo. Así, “postneoliberalismo” no sería si no un tiempo verbal. “Postneoliberalismo” no significa la muerte del neoliberalismo sino su metamorfosis a un estado zombie.

El valor del libro de Springer se sitúa en la condensación de diferentes perspectivas teóricas en relación con el neoliberalismo con análisis de geopolítica, de la violencia económica y política, y de la representación. Sin embargo, habría que señalar que encuentra limitaciones en su espectro, pues las experiencias latinoamericanas, y la larga crítica que se ha desarrollado desde “la periferia” no pueden ser simplemente borradas de tal discusión. No se podría decir que la intención declarada del autor de hacer un texto sobre teoría, y no un análisis histórico, excusa la invisibilización de la crítica que se produce fuera de Europa y Estados Unidos.

La excepción al estrecho marco circunscrito a Europa y Estados Unidos, la representan Cambodia (para hablar sobre la violencia neoliberal) y Nueva Zelanda (para referirse a las teorías del postneoliberalismo). Aunque haya elementos de crítica a las intersecciones entre neoliberalismo y colonialismo (especialmente en el capítulo cuatro) no se explica de acuerdo a qué criterio una consideración significativa de la violencia neoliberal que tiene lugar en América Latina y en África, así como el trabajo de los intelectuales del sur global que han analizado este fenómeno en el nivel de sus lógicas y prácticas, no es integrado a su discusión. Lo mismo sucede con el análisis del postneoliberalismo que en América Latina fue parte del debate sobre los gobiernos de izquierda que tuvieron lugar en Sudamérica entre 2002 y 2017 (con excepción de Bolivia donde aún se mantiene la izquierda en el Gobierno).

Finalmente, The Discourse of Neoliberalism. An Anatomy of a Powerful Idea, presenta aportes valiosos para la construcción estratégica de argumentos, tanto en contra del sentido común neoliberal, así como de la racionalización de sus efectos específicos en contextos particulares. Tales aportes son relevantes aun cuando Springer, lamentablemente, haya considerado como interlocutores válidos únicamente a intelectuales del norte global.


Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.