R E P E R T O R I O


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A M E R I C A N O


Segunda nueva época N.° 30, Enero-Diciembre, 2020

ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143



La italianidad según las narraciones de la primera, segunda y tercera generación de ítalo-sanviteños (San Vito de Coto Brus, Costa Rica) *

Italianity according to stories from the first, the second, and the third generations of Italian-Sanviteños (San Vito of Coto Brus, Costa Rica)

Annamaria Rimolo Bariatti

Escuela de Lenguas Modernas

Universidad de Costa Rica

ANNA.RIMOLO@ucr.ac.cr

*Esta investigación forma parte de la tesis doctoral titulada “La construcción de la identidad ítalo-costarricense en San Vito de Java, Coto Brus (Costa Rica: 1952-2017) a sesenta y cinco años de su fundación” del Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura de la Universidad de Costa Rica.

Resumen

El objetivo de este artículo es indagar la posibilidad de una construcción de la italianidad en la población ítalo-sanviteña de la primera a la tercera generación mediante las propias elaboraciones discursivas. Al respecto, nos preguntamos: ¿qué significa ser italiano para la población estudiada?, ¿se consideran italianos o costarricenses (o ambos)?, y ¿cuáles son los elementos identitarios italianos? Este análisis sigue los lineamientos sobre las ideologías de Teun van Dijk (2000) y sobre la italianidad de Ernesto Galli (1998). Consideramos que detrás de cada autorrepresentación colectiva (positiva o negativa) está la necesidad de establecer vínculos de pertenencia. El trabajo se contextualiza en la ciudad de San Vito, en la zona sur de Costa Rica.

Palabras clave: italianidad, Ernesto Galli, San Vito (Costa Rica), análisis del discurso, ideologías, Teun van Dijk

Abstract

The aim of this article is to explore the construction of Italianness through the discursive elaborations of the Italian-San Vito population from the first to the third generations of Italian immigrants and their descends, in the southern region of Costa Rica. Research questions being investigated are: What it means to be Italian for the studied population? Do they consider themselves Italian, or Costa Rican (or both)? Which are the Italian elements of identity? This analysis follows the guidelines on the ideologies of Teun van Dijk (2000), and the conceptualizations about Italianness of Ernesto Galli (1998). It is considered that behind each collective self-representation (positive or negative), there is the need to establish bonds of belonging.

Key words: Italianness, Ernesto Galli, San Vito (Costa Rica), discourse analysis, ideologies, Teun van Dijk

Introducción

La construcción de las identidades pertenece al ámbito de lo imaginario. De su ensayo en 1888, Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es, Friedrich Nietzsche sostiene que la idea de “sujeto” y del “yo” son ficciones basadas en creencias. Coincidimos con dicho filósofo alemán, uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX. Es decir, nos inventamos a nosotros mismos constantemente a través de nuestra interacción social. Asimismo, el antropólogo italiano Francesco Remotti inicia el prefacio de su ensayo sobre la identidad: “Noi inventiamo noi stessi come unità in questo mondo di immagini da noi stessi creato” [nos reinventamos a nosotros mismos, entre todos como una sola unidad, en este mundo de imágenes creado, precisamente, por nosotros mismos]. Explica Remotti (2009: 5) que “l’identità dipende da un insieme di atteggiamenti e di scelte” [la identidad depende de un conjunto de actitudes y de elecciones], es decir, es una cuestión de escogencia y de decisiones, realizada por nosotros mismos, con el fin de construir nuestra propia identidad. Por consiguiente, la construcción de la identidad de la población ítalo-costarricense de San Vito de Java es una invención, imaginada y construida a través de diversos procesos de negociación.

Al ser el discurso el indicador por excelencia de las ideologías (Van Dijk: 2000, 2003a, 2003b, 2007, 2008a, 2008b), es viable analizar a través de éste la realidad social. Para efectos de esta investigación, las fuentes de información son orales, pues estarían constituidas por la recopilación de datos, obtenida de las elaboraciones discursivas de los ítalo-sanviteños participantes: la primera generación de colonos, la segunda y tercera generaciones y los sanviteños sin ascendencia italiana. El trabajo se basa en la recolección de un corpus discursivo, mediante grupos de discusión y entrevistas, a los ítalo-sanviteños que viven tanto en San Vito como fuera del pueblo (circunscrito a Costa Rica).

Marco teórico

Nuestra presente investigación se centra en las diversas narraciones manifestadas por la primera, segunda y tercera generaciones de ítalo-sanviteños relativas a su italianidad. Al ser el discurso el indicador por excelencia de las ideologías (Van Dijk: 2000, 2003ª, 2003b, 2007, 2008ª, 2008b), es viable analizar a través de éste la realidad social. Por otro lado, la construcción de la italianidad pertenece al ámbito de lo imaginario, es decir, es una cuestión de escogencias y de decisiones con el fin de construir la propia identidad. En consecuencia, nuestra aproximación teórica se divide en dos grandes apartados: a) las ideologías y el discurso y b) la invención de la italianidad.

El primer apartado se enfocará en los postulados de Teun Van Dijk (2000) y su teoría multidisciplinaria de la ideología. Muchos de los enfoques tradicionales de la ideología son de una naturaleza más filosófica que sistemática. En cambio, este autor concibe el estudio de la ideología de una manera multidisciplinaria, es decir, en términos de un triángulo: cognición (social), sociedad y discurso. Por ello, se privilegia el modelo teórico de van Dijk. Propone que las ideologías se manifiestan en las elaboraciones discursivas para construir y negociar la identidad. Su enfoque se basa en el supuesto de que las ideologías son sistemas de creencias generales, socialmente compartidas y por lo tanto, las ideologías se pueden describir como: “…representaciones mentales (básicas) compartidas por los miembros de grupos, y, por lo tanto, firmemente localizadas en las mentes de la gente. De este modo, las ideologías no están “por encima de” o “entre” las personas, los grupos o la sociedad, sino que son parte de la mente de sus miembros.” (Van Dijk, 2000,p..71).

En cuanto al segundo apartado sobre la invención de la italianidad, el historiador italiano Ernesto Galli (1998) desarrolla su análisis de la identidad italiana en torno a una serie de características; a saber, el carácter identitario de la geografía peninsular, la multietnicidad resultado de tantas invasiones, la pobreza geográfica y campesina, la belleza de la península itálica, la herencia latina y la herencia cristiana católica. Cabe acotar que utilizamos la referencia de Galli porque su obra representa un ícono en el tema de la italianidad actualmente en Italia. Las características expuestas por dicho autor las tomamos como una guía para sistematizar nuestro corpus recolectado. Continuando con la línea de pensamiento de Galli, la identidad nacional y la propia percepción de los participantes como italianos se vincula con el binomio latino jurídico Ius Sanguinis vs Ius Solis. La primera expresión significa derecho de sangre y la segunda derecho del suelo, utilizadas como criterio jurídico para determinar la nacionalidad de una persona física.

Italia le debe su nombre a los griegos de la antigüedad, quienes designaron de esta manera a toda la zona actual del sur con el nombre de los ítalos, una población localizada en la actual región de la Calabria. Para comprender la italianidad, se debe iniciar por el análisis de la geografía de la península (Galli: 1998, 7-8). En primer lugar, se caracteriza por su centralidad dentro del continente europeo y su forma alargada constituye un gran camino que, desde las regiones alpinas centro europeas, atraviesa todo el Mediterráneo y llega, a muy corta distancia, a África septentrional. Por su peculiar posición geográfica, Italia ha sido lugar de encuentro de diversas corrientes migratorias y ha estado cerca de grandes centros de irradiación como la Grecia clásica, Bizancio y el mundo árabe islámico. Italia comenzó a dividirse por su geografía en el imaginario de sus pobladores: el norte y el sur del país. De hecho, Italia nunca ha tenido un único invasor, sino más bien invasiones en el norte que se han yuxtapuesto a las del sur; por ejemplo, esferas de influencia transalpina (francesa y austríaca) que se han contrapuesto a esferas de influencia de origen transmarino (española). Según el autor, esta razón es la que hizo caer al Imperio Romano, pues mientras que la parte septentrional de la península era asediada por sucesivas poblaciones bárbaras provenientes del norte oriental, la mayor parte del sur quedaba en manos del imperio de Bizancio. Luego de su caída, en el norte vinieron los francos y luego los otomanos. En el siglo IX Sicilia fue invadida por los árabes y doscientos años después los normandos provenientes del área escandinava invadieron gran parte del sur.

Sin embargo, a pesar de esta fragmentación de invasiones diversas, en el imaginario italiano se dieron dos particularidades que unificaron a la población (op.cit.: 20-26). Estas características están también relacionadas con la geografía del país. La primera es la percepción de ser pobres. Italia carece de materias primas importantes y las condiciones para la agricultura no son las más favorables, especialmente en las costas (poca precipitación). Esta imagen de la miseria campesina es construída desde la antigüedad y contrasta con la imagen que se tiene fuera de Italia como “una terra felice” [una tierra feliz] (op.cit.; 24). La segunda característica de la italianidad relacionada estrechamente con la conformación física de la península es la belleza (op.cit.: 26). El contraste de diferentes paisajes tan bellos en un espacio tan pequeño: desde los paisajes alpinos en el norte a las aguas de los lagos a los pies de las montañas, a las largas playas en el Adriático, a las múltiples pequeñas islas en las costas del sur (op.cit.: 27).

Para Galli (op.cit.: 87-110), las dos principales características relacionadas con la herencia latina son el individualismo y la importancia de la familia. Dicho autor se pregunta ¿cuál es la experiencia histórica italiana que las ha producido? Para responder a esta pregunta recurre a la historia y la cotidianidad. Considera un extracto de Giacomo Leopardi en su Discorso sopra lo stato presente del costume degli italiani de 1824 para explicar el individualismo como rasgo identitario, donde el poeta reclama la ausencia en Italia del individuo moderno, del ciudadano moderno. Para que un individuo se convierta en ciudadano es necesaria la presencia del estado nación. En efecto, para esa época, Italia no había entrado aún en la modernidad, como sí lo había hecho el resto de Europa con los estados nación. En la península se proclamó la Italia unida hasta el 17 de marzo de 1861. En consecuencia, Italia se convirtió en tierra de individuos, a quienes se les hacía difícil convertirse en ciudadanos para conquistar esa dimensión esencial de la modernidad. Por ello, el modo de ser italiano es individualista y al mismo tiempo amante del grupo cerrado (de la familia, por ejemplo), dominado por reglas antiguas, no modernas.

Al respecto, Galli (op.cit.: 99-101) explica que el concepto de familia tiene su origen en la doble herencia romana y católica. La figura jurídica latina del pater familias fue reforzada luego en el plano cultural y del imaginario desde el simbolismo evangélico con las figuras del padre, de los hijos y de los hermanos, conllevando una obligación de amor recíproco. Asímismo, la oligarquía italiana, de esa época, estaba compuesta de un conjunto de familias, lo cual es coherente con la estructura familiar (op.cit.: 99) siendo la oligarquía la unión, natural y coherente, de varias familias detentadoras del poder.

Metodología

La modalidad de investigación que se sigue es la propia del paradigma cualitativo pues pretende describir la configuración de la italianidad ítalo-sanviteña desde el punto de vista de los propios participantes. De dicha población, encontramos doscientos veintiún personas (221), con edades comprendidas entre los quince y los noventa años. A continuación se presenta la lista actualizada de las veintidós familias (residentes en Costa Rica, pero no necesariamente en San Vito): Altamura Carriero, Barbieri Lindozzi, Bovieri, Cesare, Chiulli Copertino, Collina, Consumi, Convertino, Crotta Ambieri, D’Ambrosio Aronne, Di Pippa D’Onofrio, Gervasoni, Gilardi De Mico, Lerici Sorte, Mazzero De Broi, Papili Santilli, Perozzi D’Alessio, Pirola Rosa, Politi Casalino, Sansonetti, Saretto y Ulcigrai Dandri. De estas veintidós familias, diecisiete de ellas (con al menos un integrante) viven en San Vito. El trabajo de campo se circunscribe a los que viven en Costa Rica.

La variable utilizada para este grupo es la categoría de generación. Entendemos por generación el total de seres que forman parte de la línea de sucesión anterior o posterior de un individuo de referencia. En el caso concreto de nuestro estudio, la primera generación está constituida por los italianos llegados a San Vito a inicios de los años cincuenta; la segunda generación incluye los hijos de esos primeros colonizadores y la tercera generación comprende los nietos de los integrantes de la primera generación.

El trabajo de campo inició en el mes de junio del 2014 y finalizó en el mes de julio del 2016. Para efectos de este artículo, se efectuaron ocho giras a San Vito. Se realizaron –dentro y fuera de San Vito- seis sesiones grupales y treinta entrevistas. El corpus recopilado grabado es de once horas con cuarenta y siete minutos y diecinueve segundos (11:47:19). Participaron ochenta personas.

Para respetar el anonimato, se dispuso de una nomenclatura en la elaboración de los códigos de cada transcripción. A continuación, se presentan las nomenclaturas: SG para sesión grupal, EI para entrevista, 1° para ítalo-sanviteño de primera generación, 2° para ítalo-sanviteño de segunda generación, 3° para ítalo-sanviteño de tercera generación, H para hombre, M para mujer y MIXTA para sesión grupal compuesta por hombres y mujeres. Si son varias sesiones grupales o entrevistas, se coloca un número al final del código. Entonces el corpus recolectado total es el siguiente: de la primera generación (EI1°H1, EI1°H2, EI1°H3, EI1°H4, EI1°H5, EI1°H6, EI1°M1, EI1°M2, EI1°M3, EI1°M4, EI1°M5, EI1°M6 y EI1°M7); de la segunda generación (SG2°H1, SG2°H2, EI2°H1, EI2°H2, EI2°H3, EI2°H4, EI2°H5, SG2°M1, EI2°M1, EI2°M2, EI2°M3, EI2°M4, EI2°M5 y EI2°M6); de la tercera generación (SG3°H1, EI3°H1, EI3°H2, EI3°H3, EI3°H4, EI3°H5, SG3°M1 y EI3°M1); una sesión grupal mixta de la tercera generación (SGMIXTA3°).

El instrumento de recolección de datos consta de cinco preguntas generadoras fundamentales (primer cuadro) y otras preguntas de detalle (cuadros subsiguientes). Estas últimas solamente fueron formuladas por la investigadora cuando hacía falta profundizar en el tema si este no afloraba espontáneamente a partir de las preguntas generadoras fundamentales. A continuación, se detalla el instrumento utilizado para todas las guías de sesión de los grupos de discusión y las entrevistas de la población total estudiada:

Eje Discursivo

Preguntas generadoras fundamentales

La italianidad

Pregunta introductoria: ¿Usted se considera italiano o costarricense? ¿Puede explicarme por qué piensa así?

Preguntas clave:

a)¿Qué significa ser italiano? ¿Quiénes son los fundadores de San Vito?

b)¿Qué es lo que hace que uno sea italiano (en términos gastronómicos, de celebraciones, tradiciones, costumbres y valores)?

c)¿Considera usted que hablar italiano tiene relación con ser italiano?

Pregunta de cierre: ¿Siente un vínculo con Italia en este momento?

Preguntas introductorias:

Pregunta generadora fundamental

Preguntas de detalle

¿Usted se considera italiano o costarricense? ¿Puede explicarme por qué piensa así?

a)¿Considera usted que todos los italianos en San Vito son igualmente italianos? Explique su respuesta.

Preguntas clave:

Preguntas generadoras fundamentales

Preguntas de detalle

a)¿Qué significa ser italiano?

a)Describa a los italianos de San Vito, a los italianos del resto de Costa Rica, a los italianos en Italia y a los ticos.

b)¿Qué significa ser costarricense?

c)Describa a San Vito, a Coto Brus, a Costa Rica y a Italia.

d)Si tuviera que decidir entre vivir en San Vito o en Italia, ¿cuál escogería? Explique su respuesta.

b)¿Qué es lo que hace que uno sea italiano (en términos gastronómicos, de celebraciones, tradiciones, costumbres y valores)?

a)¿En cuáles comidas encuentra la presencia italiana?

b)¿Cuáles comidas prepara en las celebraciones?

c)¿Cuáles festividades italianas celebra usted? ¿Con quiénes?

d)¿Tiene alguna costumbre o tradición diferente a la mayoría de la población de San Vito?

e)Ustedes los colonos llegaron a San Vito con los valores tradicionales de la hospitalidad (l’ accoglienza) y la solidaridad (la solidarietà), el trabajo (la laboriosità) y el sacrificio (il sacrificio). ¿Continúan estos valores en Italia? ¿Y en Costa Rica?

c)¿Considera usted que hablar italiano tiene relación con ser italiano?

a)¿Cree que el italiano, aquí en San Vito, debería hablarse en la calle, cotidianamente?

b)¿Qué piensa de la enseñanza del italiano en la escuela y colegio aquí en San Vito?

c)¿Hay algunas palabras o expresiones italianas que los sanviteños usan en su habla cotidiana?

d)¿Cómo considera usted que habla el español? ¿Cómo considera usted que los descendientes de italianos en San Vito hablan el italiano? ¿Cómo hablan sus hijos el italiano? ¿Y sus nietos?

Preguntas de cierre:

Pregunta generadora fundamental

Preguntas de detalle

¿Siente un vínculo con Italia en este momento?

a)¿Qué tipo de vínculo ha tenido usted con Italia?

b)¿Conserva ese vínculo hoy en día?

c)¿Cree que se ha sobredimensionado la influencia italiana en San Vito? Explique su respuesta.

Análisis

Con el fin de sistematizar eficazmente los datos recopilados, seccionamos este análisis sobre la italianidad en San Vito en cuatro subapartados, en concomitancia con los diferentes narradores, a saber: los colonos italianos (primera generación), la segunda generación de ítalo-sanviteños, la tercera generación y los sanviteños sin ascendencia italiana. Además, se interpretan dos componentes ideológicos en torno a dicho eje discursivo, a saber: las ideologías respecto a su percepción como italianos y las ideologías en relación a los elementos identitarios referentes a la italianidad (comida, celebraciones, tradiciones, costumbres y valores). En torno a estos elementos, se configura la construcción y negociación identitarias pertenecientes a los ítalo-sanviteños de la primera a la tercera generaciones.

La italianidad en San Vito desde la perspectiva de los colonos italianos sobrevivientes (primera generación hombres y mujeres)

A continuación se analizarán las elaboraciones discursivas de las trece personas participantes (seis hombres y siete mujeres) de la primera generación. Se abarcó una totalidad del 86,66% de los quince ítalo-sanviteños de primera generación sobrevivientes. Se obtuvo un corpus grabado de cuatro horas con cincuenta minutos y veinticinco segundos (4:50:25).

En cuanto a las ideologías respecto a su percepción como italianos se observa, en en el corpus recopilado, las mismas características discutidas por Galli (1998). Sobre Italia, muchos añoran la belleza y la geografía de Italia. Un participante lo expuso de la siguiente manera: “Se dovessi decidere tra vivere a San Vito o in Italia…Bueno, io sceglierei l’Italia, l’Italia è bellissima! [Risas] [Si tuviera que decidir entre vivir en San Vito o en Italia…yo escogería Italia. ¡Italia es bellísima!] [EI1°H6, 242-245]. Igualmente, la importancia de la familia está siempre presente en la totalidad de los participantes. Para ellos, reunirse los domingos al almuerzo y en las festividades con la familia es esencial: “Los italianos sí acostumbramos a la costumbre de reunir a los hijos los domingos” [EI1°H5, 560-561].

Por otra parte, el individualismo se percibe en el hecho de que al inicio de La Colonia, eran muy unidos (pues estaban algo aislados y dependían uno del otro para sobrevivir), pero en el momento en que San Vito se desarrolló como pueblo, dejaron de reunirse: “[Nos reunimos]…muy poco, muy poco. Así, digamos, entre todos como italianos, unos tres, pero en grupo no…Una vez vino el embajador de Italia, nos reunimos, ¿verdad? Vino aquí, en San Vito. Otro embajador también vino, nos reunimos. Y después así, de vez en cuando, en la pizzería o ahí, en la Dante Alighieri y así…No es que tampoco hacemos la fuerza, no, no, no” (EI1°H2, 312-321]. A la pregunta ¿por qué no se reúnen más seguido?, un participante espetó: “¡Porque somos tontos! Somos independientes. Cada uno piensa lo suyo. Entonces cada uno piensa lo suyo” [EI1°H1, 1086-1087]. Una participante expresó su añoranza en aquéllos primeros tiempos de La Colonia: “Era mejor antes…En el sentido que nos visitaban más gente de Italia, había más unión entre las familias. Era como una sola familia” [EI1°M5, 495 y 497-498].

Existen en el mundo dos maneras de construir la pertenencia, el Ius Solis (fundamentado en el compartir un mismo territorio) y el Ius Sanguinis (cimentado en compartir un mismo origen étnico). En Italia, prevalece el Ius Sanguinis, es decir, no se adquiere la nacionalidad con nacer en la península, sino el tener uno de los padres con nacionalidad italiana. En cambio en Costa Rica, la nacionalidad costarricense se adquiere por el Ius Solis, es decir, que basta nacer en territorio costarricense para adquirir la nacionalidad. Teniendo como premisa este dato, los hombres y las mujeres de la primera generación se consideran italianos, por haber nacido de progenitores italianos (Jus Sanguinis).

Concretamente, en cuanto a su percepción como italianos, cinco de los seis hombres y todas las siete mujeres de primera generación que participaron en la investigación, se consideran italianos, a pesar de que algunos llevan ya cincuenta y ocho años o más de vivir en Costa Rica. La frase más mencionada entre los hombres es la siguiente: “Io sono italiano e lo continuo ad essere [Yo soy italiano y lo seguiré siendo]” [EI1°H1, 743]. Del mismo modo, reaccionaron varias mujeres. Una participante, al conversar sobre la presencia italiana en San Vito, manifestó que dicha presencia se ve en los mismos colonos sobrevivientes: “…logicamente dove ci vedono, sanno che siamo italiani tutti. […lógicamente donde nos ven, saben que somos todos italianos] [EI1°M1, 580-582]. Siguiendo la misma línea, otra participante declara con un suspiro de tristeza: “Diceva mio marito, ‘se me moro, non mi enterrà qua! Se io muoi, riportami in Italia!’ Invece è morto lui, e sta qua. Adesso quando moro io, sto qua! [Decía mi esposo, ‘si me muero, me entierran allá. Si muero, lleve mis restos a Italia’. En cambio, murió y está aquí. ¡Y ahora, cuando yo me muera, estaré aquí!] [EI1°M4, 562-568].

Sin embargo, una mujer que se había declarado italiana, conforme iba conversando, manifestó que se sentía también costarricense: “Mi corazón es italiano 100% o 100 x 1000 però [pero] también amo Costa Rica porque nos acogió y aquí realizamos muchos de nuestros sueños, tal vez más de lo que pedimos, ¿verdad? Yo repito un poco las palabras de mi esposo…antes de morir, me dijo estas palabras, me dice ‘Dios nos dio más de lo que pedimos’ o lo que soñamos ¿verdad?, porque tampoco lo pedimos y tal vez lo soñamos cada uno por su cuenta. Però ‘ahora’ me hizo así, ‘me tengo que ir’. Estas fueron las últimas palabras…yo calculo que amo mucho Costa Rica y todo. Yo nunca podría hablar mal de Costa Rica” [EI1°M5, 227-236]. Solamente un participante hombre se declaró completamente costarricense; al preguntarle sobre su percepción como italiano, mostró enojo y nos relató: “¡Si yo estuve en Florencia hasta los 17 años! ¡Yo soy tico! Le digo yo, [relata una conversación que tuvo con una mujer una vez]: ‘¿cuántos años tenés vos?’. ‘Cuarenta y cinco’. ‘Y yo sesenta, mi amooorrr’, le digo. Entonces [mirando fijamente a la investigadora], ¿quién es más tico?” [EI1°H4, 142 y 242-244].

Junto a la percepción de sí mismos como italianos, a pesar de vivir ya tantos años en San Vito, algunos hombres (mujeres no) han manifestado un cierto resentimiento por la forma como son tratados por los costarricenses: “…por eso es que yo no soy tico todavía, que todavía se oye decir “hijueputa italiano”. Eh, si fuera un peón que lo dice o un pobre ignorantón que se encuentra, que no es nada, pero usted oye gente estudiada, profesores, ¡eso duele!, ¿verdad? Creen que están ahí porque nosotros [ininteligible por ruido externo], gente que come porque nosotros hicimos parte de la mesa. Que la mesa la hayan hecho ellos después, pero dónde está sentado, la hicimos nosotros. E [Y] todavía dicen “hijueputa italiano”. E [Y] por eso, yo no soy tico todavía. Hasta que no oigo decir eso, cuando no oigo más decir eso, me hago tico…No, no, no es que me estoy quejando, nada [risas]. No, no, está bien. Yo soy lo que soy y usted es lo que es” [EI1°H1, 977-989].

Las ideologías en relación a los elementos identitarios referentes a la italianidad (comida, celebraciones, tradiciones, costumbres y valores) se revelan también en las diferentes elaboraciones discursivas. Para efectos de una lectura fluida, se enfatizan dichos elementos en su respectivo análisis. En referencia a la comida italiana, ésta influenció la costarricense pues los ingredientes autóctonos se mezclaron con los italianos : “…y había una fiesta, día de ceniza, entonces yo hice pizza y panettone [queque navideño, originario de Milán, de la region lombarda, al norte de Italia] y entonces XXX dijo, ‘¡caramba, ustedes están comiendo mejor que allá!...había mucho palmito y en Italia la alcachofa, entonces venía Padre Umberto y decía: ‘doña XXX, ¿qué comemos hoy?, un sanguchito de árboles fritos?’ [se refiere a la preparación del palmito, cortado en tiras, envueltas en huevo y lo pasaban en el pan antes de freírlo]” [EI1°M6, 314-320]. Todos hablaron de las pastas, i tortellini, la lasaña y la pizza: “Faccio di tutto, faccio lasagna, tagliatelle, faccio le pappardelle [Hago de todo, hago lasagnas, tallarines,, hago las ‘pappardelle’, especie de tallarines muy anchos, típicos de Roma] [EI1°M6, 480-482]. La pasta la hacían a mano (y aún algunos continúan con la costumbre); la frase “tutto lo facciamo qua in casa [Acá todo lo hacemos en casa] [EI1°M6, 488] se repite constantemente en las diversas manifestaciones discursivas.

En cuanto a las celebraciones y tradiciones, los italianos y costarricenses compartían las mismas festividades religiosas (bautismos y matrimonios). Entre los festejos italianos, celebran la navidad el 25 de diciembre y el domingo de Pascua. Para esas ocasiones preparan un almuerzo especial con todos los miembros de la familia: “Las navidades, que uno espera, la navidad, ¿verdad?...bueno, cuando ya tenía esposo [se refiere a cuando su esposo estaba vivo]…nos arreglaban una callecita con aserrín y, iba el aserradero a traer aserrín y hacían una para nosotros poder ir a la misa de gallo a las doce en la noche, estrenar nuestros taconcitos, nuestros zapatitos nuevo, ¿verdad? y vamos a la misa. Y después a la casa però siempre nosotros mantuvimos la costumbre italiana…La navidad es el 25…para nosotros es el 25, es la fiesta” [EI1°M5, 88-94 y 96-100].

Otra participante hizo mención de lo difícil que fue la posguerra. Recordemos que los colonos emigraron debido a la desvastación ocasionada tras la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1952, empezaron a llegar y encontraron que San Vito era un lugar lejano y solitario: “[La navidad la celebraban]…poniendo lo posible, aunque no se tenía. Haciendo comida diferente todos los días. Tortellini. Había lasagna. Había cannelloni. Había, en el sur de Italia hacen un quadrato [cuadrado] de pasta con dentro la carne. En cambio, yo no acostumbro a eso porque no me gusta mucho la carne, en sí la carne no me va. Entonce cuando hago tortellini, un poquito, un poquito, poco, poco, ¿usted lo ha visto, no?” [EI1°M6, 704-710].

Otra festividad italiana celebrada, pero por muy pocos, es la Befana, típica figura del folclore italiano, quien reparte regalos a los niños. Su nombre deriva de la palabra epifanía, a cuya festividad religiosa está unida la figura de la Befana. La distribución de regalos a los niños en nombre de la Befana fue fuertemente animada por el Fascismo, en el ámbito de la obra de “romanización” de la península italiana. Se festeja el 6 de enero. Una participante relató que la festejaba con los niños y cantó su estribillo: “…la Befana vien di notte con le scarpe tutte rotte, con il cappello alla romana, viva, viva la Befana! [la Befana viene de noche con los zapatos todos rotos, con el sombrero a la romana, ¡viva, viva la Befana!] [EI1°M6, 735-738]. De nuevo, se siente la sombra de la Guerra: “Si usaba il calzino con l’arancia, con l’uva, quello che c’era [se acostumbraba guindar una media y se recibía una naranja, un poco de uva, lo que hubiera]. Después de la guerra, la pasamos muy dura. Yo fui una que visitó le fosse ardeatine [las fossa ardeatinas]. ¿Usted no conoce? [En Roma, el 23 de marzo de 1944, la Resistencia explota una bomba matando treinta y dos soldados de las SS. En represalia, los alemanes ejecutaron diez civiles italianos por cada soldado alemán muerto. Esta ejecución se realizó en las catacumbas de la via Ardeatina. Cuando llegó la liberación en junio del mismo año, se sacaron los cadáveres para su reconocimiento y sepultura]” [EI1°M6, 747-758].

Las festividades patrias son celebradas por pocos: “Festejaba la festa dell’italiano, 2 giugno [Festa della Repubblica, es el día de fiesta nacional que se celebra en esta fecha en Italia, y conmemora el referendum constitucional de 1946, cuando por sufragio universal, los ciudadanos italianos fueron llamados a decidir qué forma de gobierno, monarquía o república, querían para su país tras la Seguna Guerra Mundial y la caída del Facismo] [EI1°M6, 694-700]. Asímismo la formación del Estado Italiano, el 17 de marzo, es celebrada de manera escasa; si la Asociación Dante Alighieri los invita a la conmemoración, algunos van. Otra celebración que se tiende a conmemorar es la fundación de San Vito: “Antes los invitaban [a la Asociación Dante Alighieri de San Vito] pero no iban. Ahora no hicieron nada, este año hicieron un festejo del cumpleaños de San Vito, pero no de cuando se fundó, sino de cuando fundaron el cantón” [EI1°H5, 1190-1192]. Acá se observa lo que Hobsbawn (1992) llama la “invención de tradiciones”, que requieren actuarse para que se mantengan vigentes.

Es necesaria una pequeña contextualización histórica: los colonos italianos provinieron de diferentes partes de Italia, desde el norte hasta el sur. Cabe destacar la mención de una participante que se trajo la celebración del día de Santa Lucía (el 13 de diciembre) a San Vito: “Entonces en la noche nosotros poníamos la media, una media, ojalá bien larguita para que entrara bastante però si nos habíamos portado bien, los chiquitos…llegaba algo, llegaba una mandarina, unas frutas secas, algo que había en esa época ¿verdad?, però [pero] si nos habíamos portado mal, llegaba el carbón. Nos ponían el carbón para que vieramos que había que portarse bien y todo. Sí, son experiencias que uno se recuerda, yo por lo menos me acuerdo desde los cuatro años y medio. Toda mi vida” [EI1°M5, 107-115].

En referencia a las costumbres, los trece participantes, tanto hombres como mujeres, conversaron sobre la jornada de trabajo, la cual es diferente a la costarricense. Sea en la finca (los hombres) o en la casa (las mujeres), trabajaban doce horas diarias; en cambio muchos costarricenses hasta las dos de la tarde. Otra costumbre que tenían era quitarse los zapatos al entrar a la casa. El motivo es lógico, pues debido al barreal que había en las primeras décadas de la Colonia, para entrar a la casa, tenían la costumbre de cambiarse y ponerse pantuflas o chancletas.

En cuanto a los valores, la totalidad de los colonos italianos sobrevivientes consideran que el elemento que los ha más caracterizado es su tesón en el trabajo: “…aquí ha habido más de uno con ganas de trabajar; entonces, ha sido de ejemplo. Por ejemplo, el vicio del licor. Ha sido un ejemplo muy bueno porque el habitante que muy dedicado al licor, al ver eso, le da un cierto, funcionó de freno. De freno, ¿cómo? Él no toma, ¿por qué voy a tomar yo? Funcionó de freno, para eso. Y ha habido alguno laborioso, también le sirvió de ejemplo al mundo que lo rodeaba, ¿verdad?” [EI1°H4, 196-200].

La italianidad en San Vito desde la perspectiva de los ítalo-sanviteños de segunda generación

Para generar diversas manifestaciones discursivas en los participantes ítalo-sanviteños de segunda generación –hombres y mujeres-, se entrevistaron veintidós personas (once hombres y once mujeres) de un total de sesenta y nueve; por consiguiente, se abarcó el 31,88% de la totalidad. Se obtuvo un corpus grabado de dos horas con diez minutos y treinta y un segundos (02:10:31). Se realizaron tres sesiones grupales (dos compuestas de hombres y una de mujeres) y once entrevistas (cinco hombres y seis mujeres). En cuanto a las características descritas supra por Galli (1998), la importancia de la familia es la que más se presenta en las diversas manifestaciones discursivas de los hombres y las mujeres de segunda generación. A continuación, se desarrollan los dos componentes ideológicos encontrados en el material recopilado.

En cuanto a las ideologías desde su percepción como italianos, cabe acotar que casi todos los participantes tienen la nacionalidad italiana. En relación a las mujeres, una mujer con nacionalidad italiana, pero no costarricense, considera: “Pues la verdad es que sería ambas, porque vea, yo a los veinte años, yo fui a Italia con todo el fin de quedarme, pero tenía el novio en San Vito y era tico [se ríe]. Así que en Italia no me gustaba nada, muy bonito, muy lindo, pero las costumbres para mí no eran para mí” [EI2°M1, 222-226]. Con esta misma percepción, otra participante manifiesta:

Yo me considero cien por ciento italiana y cien por ciento tica…No podría decirle cuál nacionalidad escogería. Yo nací aquí, vine a nacer aquí, pero yo nací aquí y amo a mi país y amo a Italia por igual. Y hablo el italiano igual que hablo el español. Y me criaron, empecé a hablar los dos idiomas desde siempre. Y yo llego a Italia, y me siento tan italiana, yo no sé, yo creo que el italiano tiene ese calor, que yo veo que los italianos de San Vito son así con sus hijos. Yo no sabría explicarle, siempre, siempre, todo el mundo se burla de mí porque yo digo no, soy cien por ciento de cada uno. O sea, esto lo digo para decirle a usted, no le puedo decir cuál de los dos. No se lo puedo decir. Vivo en Costa Rica, amo vivir aquí, no me iría a vivir a otro lado” [EI2°M4, 744-760].

En contraste a la percepción anterior, pero que comparte esa experiencia de pertenecer a más de un lugar (tercer espacio), otra participante relata:

“Io mi sento italiana e anche costaricense ma mi sento che non sono di nessuna delle due, perché qua ho ricevuto tanto, a scuola come nel liceo dei professori e maestri che mi, che ci trattavano male non solo a me, anche ai compagni italiani bambini e grandi, ci trattavano male i professori perché noi eravamo figli d’italiani e che siamo venuti qua a rubare a loro, e poi in Italia, sono stata in Italia ma non mi sentivo neanche italiana perché non ero di là, allora mi sento italiana, mi sento costaricense ma sento che non sono di nessuna delle due, perché non ci entro in nessuna delle due e allora è molto difficile. [Yo me siento italiana y también costarricense, pero también siento que no soy de ninguna de las dos partes, aunque aquí recibí tanto. En la escuela como en el colegio, unos profesores y maestros que me, que nos trataban mal, no solo a mí, también a mis compañeros italianos, niños y más grandes. Nos trataban mal los profesores porque nosotros eramos hijos de italianos, y que vinimos aquí a robarles a ellos. Y luego en Italia, estuve en Italia pero no me sentía tampoco italiana porque no era de allá, entonces me siento italiana, me siento costarricense pero siento que no soy de ninguna de las dos porque no calzo en ninguna de las dos y entonces es muy difícil] [SG2°M1, Participante 4, 928-947].

De las mujeres entrevistadas, dos se consideran costarricenses: “Yo me considero costarricense, pero me distingo de los costarricenses, ¿verdad?, por mi educación en que soy, bueno y orgullosamente, una mujer pues mucho más directa que las personas de este país… Entonces soy tica pero con características italianas que me distinguen” [EI2°M2, 85-88 y 94-95]. En la misma línea, otra declara: “Costarricense, diay, porque nací aquí, es como mi país de nacimiento, no fue Italia, pero obviamente por la fama que tiene mi papá, igual…bueno, con todo lo que él nos habla y nos cuenta…es más que todo el sentimiento por él, ¿verdad? porque él vino de ese país” [EI2°M3, 71-76].

En cuanto a los hombres, casi todos mencionan que las dos. Un participante realiza una manifestación muy sugerente: “Ambas. Tal vez es algo difícil. Se siente uno identificado con las dos culturas. Cuando uno está aquí, en cierta forma se siente italiano; y si está en Italia, y se siente tico, ¿verdad?” [EI2°H1, 53-55]. Vemos que la identidad supone el otro; se es en relación. Otro participante, en cambio, considera: “…me siento más italiano que tico, pero también debo de sentirme muy tico por el hecho de que todo lo que tengo, se lo debo a Costa Rica, y yo al país que vaya, no hablo bien de Italia, hablo bien de Costa Rica” [EI2°H2, 385-389]. En contraste, un participante, con ambos progenitores italianos, manifiesta: “Yo te voy a ser sincero, yo me considero más costarricense porque aquí nací, aquí crecí, mi esposa es también tica, pero mi corazón guarda un gran cariño por Italia” [EI2°H3, 281-283].

Otro participante expresa elocuentemente: “Yo me siento mitad y mitad, a ver, pero yo soy el contrario que él [Participante 3, SG2°H1], porque yo nací en Italia, pero ya mis papás vivían aquí. Entonces, resulta que ellos querían tener un hijo en Italia, entonces mamá se embarazó aquí, y fue a pasear, y nací yo y me trajeron de un mes. Entonces yo nací en Italia pero la madre que me crió fue Costa Rica, aquí. Mi papá y mi mamá son italianos y todo, pero yo, ¿qué le puedo decir?, todo ha sido aquí en Costa Rica. Sí, he ido a pasear un montón de veces a Italia y todo, y sufro por Italia, igual que sufro por Costa Rica [se refiere al fútbol]” [SG2°H1, Participante 2, 377-385]. El sentido de pertenencia se activa y moviliza en función de circunstancias específicas; en este caso el fútbol.

En cuanto a las ideologías en relación a los elementos identitarios referentes a la italianidad (comida, celebraciones, tradiciones, costumbres y valores)las elaboraciones discursivas son semejante a la primera generación. En referencia a la comida italiana, consideran que se arraigó fuertemente y terminó siendo un elemento identitario destacable, ya sea al casarse hombre ítalo-sanviteño con costarricense o al contrario: “…mi mamá, a pesar de ser tica, ella aprendió a cocinar italiano con mi papá…se cocina a lo italiano y no a lo tico” [EI2°M3, 81-83]. Los que conversaron más sobre la comida fueron las mujeres; los hombres mencionaron algunos platos; a saber, risotto [arroz con algo, como por ejemplo, hongos; hay muchas variantes], minestrone [sopas] y polenta [masa a base de maíz, que forma una especie de atol; inicialmente consumido por los pobres]. Una participante relata su experiencia con el gallo pinto: “No, nunca me gustó, terminó gustándome ahora porque, después de tener un hijo, ¡se me soltó un hambre!…[se ríe] que yo veía comer ese gallo pinto con natilla y me sabía delicioso, y ahí empecé yo. Después, inclusive cuando nos casamos…mi esposo…que yo no sé cocinar comida tica y me dice ‘si toda la vida he comido tico, ¿qué tiene ahora que coma italiano?’. Entonces yo hacía mis costumbres, y a los tres meses va llegando con una taza de arroz y otra de frijoles [compradas en un restaurante], ‘ya no aguanto más’ [se ríe]” [EI2°M1, 311-319].

Otro tipo de comida especial es elaborado el domingo de Pascua para el almuerzo: “Mamá faceva le cartellate [hacía un dulce tradicional de la región de la Puglia, al sur de Italia]…Es una fritura que se hace con pasta hecha de la máquina de la que se prepara la pasta de fettuccini, de espaghetti, etc. Y se fríe y después se hierve con miel, mitad miel y la mitad de agua. Es una delicia…Sopra gli metteva la cannella [Encima le esparcía canela] o confititos de colores. Pero la forma era armar una canastita redonda, era en forma, como un nido circular” [EI2°M5, 287-288; 290-293 y 299-301].

En relación a las celebraciones y tradiciones, a pesar de los matrimonio mixtos (italiano/a con costarricense), la Navidad se celebra el 25 de diciembre con un almuerzo (en Costa Rica se celebra el 24 a cena). Recuerda una participante, refiriéndose a la festividad de Año Nuevo en su juventud en San Vito: “El 31 más que todo en una casa se reunían, cada uno llevaba un plato de algo y ahí se celebraba un fiestón entre todos los italianos y algunos ticos que querían adaptarse” [EI2°M1, 339-342]. Los regalos se abren el 24 en la noche: “…porque el italiano es más de unión, de pelota, en familia, de dar en el momento y de ver la carita del niño feliz. Entonces eso se hace en la noche…ya sin regalos, es el almuerzo de navidad” [EI2°M4, 814-819].

La festividad de la Befana es poco celebrada entre los ítalo-sanviteños de segunda generación. Era costumbre quitar todo lo de navidad el 6 de enero, el día de la Befana: “…e mamma diceva che era la Befana [y mamá decía que fue la Befana quien se llevó todo lo de navidad] e c’è una canzone in italiano che diceva ‘la Befana viene di notte con le scarpe tutte rotte’, mi ricordo [y existe una canción sobre la Befana en italiano….me recuerdo bien]. En cambio, el domingo de Pascua es ampliamente celebrado con un almuerzo por todos los participantes.

En referencia a las costumbres, la mayoría de los participantes de segunda generación, tanto hombres como mujeres, recuerdan la de reunirse (inexistente actualmente) y formar grupo:

“Digamos aquí nosotros formamos un grupo [descendientes de italianos y sanviteños] y vamos a bailar aunque fuera, una vez hicimos un baile en un gallinero, pero aquí había un local que llamaban Las Vegas y entonces nos reuníamos e íbamos a bailar, se hacían fiestas, así todo muy familiar. En cambio, yo llegaba allá [Italia] e íbamos a un lugar, digamos, y ponían lo que aquí llamamos la rockola, eh, allá llamaban el yubot [léase jukebox], ponían el yubot y usted bailaba, con la pareja que uno iba, pero no, no formábamos ese ambiente que había aquí…No, no. Yo salía con la familia, siempre con primos y amigos que ya había hecho allá, pero no había ese no sé, ese calor que uno sentía aquí. Entonces digamos ‘aquí no hay nada’, pero decíamos ‘bueno, ¿el domingo dónde vamos?’. Vamos a la montaña, vamos a cacería, y nos íbamos a la montaña, o íbamos a un río a nadar y tal vez no había piscinas como ellos allá [Italia], que tenían piscinas con que la calentaban y nadábamos de piedra y hueco y agua, y ahí aprendíamos a nadar” [EI2°M1, 228-236 y 238-245].

En esas reuniones está presente la figura de Vito Sansonetti, en el sentido que fungía como un elemento simbólico: “…cuando estuvo Vito Sansonetti, él por lo menos una vez al año nos hacía reunir aquí en San Vito. Sí, entonces nos hacíamos un almuerzo, o una comida, o un picnic en alguna finca, especialmente donde ellos más que todo. Pero hacíamos un picnic de vez en cuando y todos llevábamos algo de comer y ahí se hacían fiestas, juegos y se pasaba un día bonito, pero después que se murió don Vito, la verdad que no se pudo. Creo cuando se cumplió los cincuenta años de San Vito, sí se hizo una fiesta bonita que reunió a todos y se hizo una cena ahí en la Pizzeria” [EI2°M1, 345-354].

Con respecto a las reuniones familiares, un participante expresa: “Siempre hay almuerzo los domingos en casa de mis papás. Siempre es el centro, siempre hay esa costumbre de estar en familia. A veces suelta un poco la cadena, pero usted tiene que estar siempre metido en la casa, si no…es una costumbre de toda la vida” [EI2°H1, 102-106].

Una práctica que había entre algunos participantes era el baile de la tarantella (baile popular del sur de Italia, de origen napoletano): “Incluso en la Dante, había un grupo de baile de muchachos que bailaban típico, la tarantella, viera que grupo más bonito, yo llevé el grupo a Puntarenas, llevé a San José, a la Casa Italia, viera que grupo más lindo; pero el último grupo se deshizo y no hubo manera de formar otro” [EI2°M1, 368-374]. Como se aprecia del corpus recopilado, las costumbres que los ítalo-sanviteños de primera y segunda generaciones mantenían en su juventud, se han ido perdiendo con la tercera generación.

En cuanto a los valores, igualmente resalta el valor del trabajo y de la familia. Una participante manifiesta al respecto: “…que eso [el valorar la familia] aquí no es tan fuerte pero para nosotros la familia, para mí la familia es lo primero, ¿verdad? Yo lo antepongo a lo que sea. Si tengo que dejar de percibir dinero por mi familia, dejo de percibir dinero por mi familia, ¿verdad?, para mí es lo primero. Eso creo que es una raíz italiana.” [EI2°M2, 89-94]. Otros valores son la unión, la solidaridad y la camaraderia: “…de hecho hasta hace poco se reunían en una terracilla ahí a jugar naipes en las noches y desde siempre yo me acuerdo que íbamos al Hotel El Ceibo, que tenía un lugar en donde todos llegaban en la noche a jugar, era un punto de reunión. Se mantuvo mucho esa camaradería, esa unión, esa solidaridad, se apoyaron muchísimo unos a otros” [EI2°M4, 766-772].

La italianidad en San Vito desde la perspectiva de los ítalo-sanviteños de tercera generación

Con un corpus grabado de cuarenta y dos minutos y cuarenta y siete segundos (00:42:47), participaron quince personas (nueve hombres y seis mujeres); constituyéndose el 10,94% de la totalidad El total de la población ítalo-sanviteña de tercera generación es de ciento treinta y siete. Se realizaron seis entrevistas (cinco hombres y una mujer) y tres sesiones grupales (una de hombres, una de mujeres y otra mixta conformada por dos hombres y una mujer). La tercera generación de ítalo-sanviteños participaron poco, en comparación a los porcentajes participativos de la primera y la segunda generación.

En cuanto a las ideologías desde su percepción como italianos, de las seis mujeres, cuatro dijeron sentirse italianas y dos no. Una participante manifestó: “Yo soy tica, a mí me encanta ser tica, que tengo sangre italiana, sí, sí tengo, pero yo soy tica, sí…De la parte italiana me gusta una cosa, con mi abuela. Yo llego donde mi abuela y entonces ella me habla de todos los viajes que ella hizo a Italia y todo lo que pasó…De la parte tica me gusta el chingue…es como la fiesta porque ellos, los ticos, todo es una fiesta, el día del árbol lo celebran, el día del gato lo celebran, el día del perro lo celebran. Todo lo celebran, entonces es muy divertido, a mí me encanta eso” [EI3°M1, 59-60; 65-67 y 79-84]. En la misma línea, un participante expresó también sentirse costarricense: “Porque he vivido toda mi vida aquí y he aprendido las cosas de aquí, tengo algunas costumbres que son de Italia como que, por ejemplo, comemos mucha pasta y cosas así pero…” [EI3°H5, 23-25].

Asímismo, todas las participantes de la sesión grupal de mujeres contestaron que desde su perspectiva sí se sienten italianas, y una agregó “a mí me hace ser tica el derecho de suelo y mi mamá…Ser italiano en San Vito es ser una persona muy trabajadora e inclusive un poco hermética. Lo que me hace ser italiana es mi papá, mi abuela, la sangre” [SG3°M1, Participante 1, 801-806].

En contraste, de los quince hombres participantes, todos se ven a sí mismos desde ambas perspectivas (con la excepción de uno): “…como toda la vida hemos vivido aquí, es que la costumbre es de desayunar, nosotros desayunamos pinto; no almorzamos arroz y frijoles, frijoles solo una vez por semana, si acaso. Cincuenta y cincuenta, tenemos igual costumbres italianas e igual costumbres ticas” [SGMIXTA3°, Participante 3, 80-84]. De igual manera, otro manifestó más extensamente:

“La verdad que ambos…Por ejemplo, qué sé yo, a la hora de salir del país, uno sale con pasaporte italiano. Hay ciertas tradiciones que en una familia son más marcadas que otras. Por ejemplo, nosotros los XXX [por respeto al anonimato, ciertos nombres sugerentes son sustituídos por “XXX”] somos muy deportistas, usted verá que el estereotipo como yo, no tal vez mis otros primos no, somos muy deportistas, entonces qué sé yo, hoy…la Juve [club de fútbol italiano con sede en Turín], lo que es fútbol, ¿verdad?, cuando juega Italia en el mundial, aquí estábamos con Italia…Costa Rica hacer nada. Entonces en esos aspectos de relevancia a nivel deportivo futbolístico, sí apoyamos mucho Italia y tal vez por ahí es parte del legado que ha dado el abuelo a uno, ¿verdad? Mi abuelo era juventino, entonces, bueno mi papá milanista. Pero por ahí tal vez de los dos, porque uno nunca deja de ser ni de aquí ni de allá, aparte que tener un futuro, allá es prácticamente…pienso yo que muy difícil, porque uno estudia aquí, los otros para acá, un ritmo muy diferente, totalmente, social, económico es muy difícil y a un nivel de educación también” [EI3°H1, 66-85].

En referencia a las ideologías en relación a los elementos identitarios referentes a la italianidad (comida, celebraciones, tradiciones, costumbres y valores), los participantes coincidieron con la anterior generación en cuanto a la comida italiana. Una participante manifestó: “A uno le preguntan ‘¿y usted qué come en su casa?’, digamos yo invitaba a los compañeros a almorzar a la casa, pero ‘¿qué van a dar de comer?’, idiay eso mismo que comen ustedes y como yo, arroz y frijoles y pan y pasta y todo lo demás, ‘¿qué es pasta?’ Y yo, y espaghetti, ‘aquí se llaman fideos’…Macarrones, y yo decía y ¿no es lo mismo que pasta? Llegaban a comer a la casa pasta con la salsa encima, ‘yo no sé cómo se come esto así, yo no sé, lo como así, no, como revuelto’, y decían ‘¿no tiene mayonesa o natilla?’ Y yo decía, ¿cómo se comen eso con mayonesa y natilla? ¡Por el amor a Cristo!” [SG3°M1, Participante 3, 1053-1063].

En relación a las celebraciones y tradiciones, en general, la tercera generación no ahondaron en el tema de las celebraciones y tradiciones como las generaciones anteriores; sus manifestaciones discursivas se limitaron a la celebración con un almuerzo el 25 en navidad y el domingo de Pascua. Un participante –quien vive en San José desde su niñez y pasa desde entonces todas las navidades en San Vito- compendia el significado de una navidad italiana, de una familia ítalo-sanviteña:

“…nos íbamos a San Vito en la navidad el 24 y el 25 de diciembre, lo pasábamos allá y cuando éramos más pequeños también el 31 de diciembre…Pero la navidad siempre la pasamos en San Vito, todas. La semana santa siempre la pasamos en San Vito, ahí y tal vez otras tradiciones que uno piensa que tal vez solo la familia de uno tiene, como por ejemplo, todos los 24 de diciembre, íbamos a la pizzeria como a las ocho de la noche…y teníamos una cena familiar, también con amigos del barrio…el 24 siempre había pizza de dos tipos, un par de postres, pierna de cerdo, alguna ensalada de papas, como que daban mucha comida siempre. Pero siempre era el mismo menú para el 24, y el 25 almorzábamos…Y en la noche, cuando ya nos daba hambre de nuevo, agarraban unos ravioli [es el nombre de un tipo de pasta rellena con diferentes ingredientes, generalmente replegada en forma cuadrada y se acompaña con una salsa] y nos hacían una sopa de ravioli. Y después el 31 era una gran fiesta donde la comida era importante porque ya era una parte más de festejar, iba más gente, era más abierto, amigos del pueblo” [EI3°H3, 211-214 y 221-246].

Cabe acotar el desconocimiento de un participante de la celebración italiana de la navidad: “…es que yo no he estado en Italia y nadie me explica [en la session grupal se le explica la diferencia de la celebración de la navidad entre Italia y Costa Rica. Participante 1 se percata de que celebra la navidad como en Italia]” [SG3°H1, Participante 1, 325-329].

Por otro lado, en las escuelas de primaria, donde se imparte el italiano como lengua extranjera, se realizan actos cívicos en italiano: “…en la escuela que yo estaba, también daban italiano y nunca se acostumbró a hacer un acto cívico, siempre se hacía en español. Hicieron un acto cívico simplemente en italiano, y como todos los chiquitos entienden italiano, porque a todos les dan italiano, entonces este, hicieron muchas, no sé cómo decirlo, muchas cosas diferentes…porque uno llegaba, se ponía de pie, entonces…hacían el himno de Italia, el himno de Costa Rica y el saludo a la bandera. Entonces se aprendía también el himno de Italia, y entonces son cosas diferentes que uno hace, que en las demás escuelas no se hacen [EI3°M1, 27-37].

En referencia a las costumbres, una muy común es comer juntos: “Esas costumbres fueron muy inculcadas. Por mi casa, se almuerza, se cena juntos, sea donde sea que usted esté, tiene qué…Tiene que venirse corriendo a la hora y sentarse a comer juntos, charlar y luego puede hacer lo que quiera, pero esas dos horas eran santas. O sea, así nos inculcaron” [SG3°M1, Participante 2, 653-655].

Otra costumbre es la reunión religiosa en ciertos festejos como matrimonios o semana santa: “Un bautizo, un matrimonio, eso es un fiestón, ¿verdad?, más que son al estilo romano, de gritones, que aquí que allá, con XXX [por respeto al anonimato, ciertos nombres sugerentes son sustituídos por “XXX”], la semana santa, qué Dios guarde lo encuentren a uno comiendo carne, porque le dan con la escoba [risas]. Se toman muy en serio la navidad, reunirse toda la familia. Mi abuelo antes de morir, esa fue una de sus últimas voluntades, que la familia estuviera unida. Entonces ¡Dios libre no llegue uno en navidad!” [EI3°H2, 161-168].

En cuanto a los valores, es recurrente el valor del trabajo arduo en la totalidad de los participantes: “El italiano es gente muy trabajadora, muuuy trabajadora. Y que le cuesta mucho, al igual que cualquier costarricense, ganarse lo que tiene” [SG3°M1, Participante 1, 475-477]. Un participante manifestó: “…somos más responsables, más puntuales, la puntualidad, con más seriedad, somos como más fieles y más francos al decir las cosas. También hay diversidad de pensamientos, pero es lo bonito de la cultura italiana. Son muy inteligentes para hacer negocios, no le digo yo, que soy bueno para hacer negocios, ni mucho menos, pero lo digo por mi abuela y mi abuelo, que lograron sostener un restaurante durante treinta años, algo muy difícil en estos tiempos” [EI3°H2, 86-93]. Otro participante declaró: “…porque siempre se ha dicho que los italianos son muy trabajadores en San Vito. Y también muy valientes, diay, imagínese que venían de lugares donde todo existía, ¿verdad?, y con todas las comodidades, y lo metan en un avión o llegan en barco y después lo mandan en una avioneta, y después lo montan en una carreta de bueyes, y lo traen hasta aquí a la montaña. Es duro, ¿verdad?” [EI3°H4, 21-27].

La italianidad en San Vito desde la perspectiva de los sanviteños, tanto hombres como mujeres, sin ascendencia italiana

A continuación se analizarán los dos componentes ideológicos mencionados anteriormente, tomando en consideración las elaboraciones discursivas de las treinta personas participantes (dieciséis hombres y catorce mujeres) sin ascendencia italiana. Se realizaron dieciocho entrevistas y tres sesiones grupales. Se obtuvo un corpus grabado de cuatro horas con tres minutos y treinta y seis segundos (4:03:36). Se varió el instrumento de investigación debido a que los participantes poseen una característica diferente al resto de los ítalo-sanviteños; id. est. no tienen ascendencia italiana. Por consiguiente, las dos preguntas generadoras son las siguientes: ¿cómo considera a los sanviteños con ascendencia italiana (italianos, costarricenses o ambos)? y ¿qué es lo que hace que uno sea italiano (en términos gastronómicos, de celebraciones, tradiciones, costumbres y valores?).

En cuanto a las ideologías respecto a su percepción de los ítalo-sanviteños y de sí mismos, los sanviteños sin ascendencia italiana se consideran diferentes al resto de la zona sur por elementos como “…la comida, el trato de las personas, la gente aquí es muy calidad, es muy servicial, nosotros los sanviteños nos caracterizamos por eso, somos además muy parlanchines…tenemos eso de ser muy sociables, solidarios y aparte de eso, porque uno va a otros lugares, las personas no son iguales. Usted va a Ciudad Neily, San José y no encuentra el trato que encuentra aquí. No es igual, somos como muy confianzudos, se puede decir” [EISM1, 72-74 y 78-82]. Otra participante expresó, refiriéndose a los sanviteños: “Siento que es gente muy amigable porque de hecho si usted llega a San Vito y pasa por cualquier casa y saluda, lo van a saludar y hasta lo van a tratar súper bien, aunque no lo conozcan. Digamos, yo siento que la gente de San Vito es una gente súper diferente a la gente que vive en San José por ejemplo, donde los vecinos no se hablan y eso que viven así súper cerca, y no sé, considero que la gente es calidad en realidad…Sabalito, se nota cuando la gente es como de Sabalito pero no sabría decirle porqué. El asunto es que uno lo nota, pero no sabría decirle porqué” [EISM2, 159-167 y 171-173].

Algunos consideran a los ítalo-sanviteños, costarricenses. Una participante expresó: “Sí, exacto, por el nacimiento aquí, que se adaptaron a la cultura tica. Como le digo…los italianos no llegaron a quitarnos nuestra cultura sino que, aparte de que ellos aprendían la cultura de nosotros; nosotros aprendíamos de la cultura de ellos, entonces fue como una mezcla en realidad, no fue como ¿quién quita a quién?, sino una mezcla ahí de culturas” [EISM1, 134-139]. Esta misma participante, a la pregunta ¿qué es lo que hace que los primeros colonos sean menos costarricenses?, respondió: “Mmm, tal vez como que uno piensa que fueron, como que crecieron en Italia, como que allá, no todos, porque en realidad como que algunos, como le digo, la abuela de mi amiga venía pequeñita, en realidad es más costarricense que italiana pero…yo sí la considero italiana porque primero ellos fueron de los primeros, y después que los padres de ella se criaron y nacieron en Italia. Eso me hace pensar a mí que son italianos” [EISM1, 142-148]. Sin embargo, a los colonos italianos, a pesar de vivir tantos años en SanVito, son considerados italianos: “…por ejemplo, tal vez la señora de la pizzeria…que uno sabe que es de las primeras ¿verdad?, uno sí las considera más italianas que costarricenses porque, por ejemplo ir a la pizzería es meterse…yo no conozco Italia pero se siente uno en un lugar muy, muy diferente, se hablan de manera diferente, digamos que todo, la arquitectura es diferente a todo lo que uno tal vez ve en el resto de Costa Rica. Es digamos que hablando de los primeros colonos, yo los considero italianos” [EISH2, 185-192].

Finalmente, un punto significativo de las percepciones de algunos sanviteños sin ascendencia italiana es la idea de que gracias a los italianos tienen trabajo: “Lo bueno es que gracias a ellos, la mayoría comemos, por lo mismo, por la fomentación del trabajo, y bueno no se puede decir nada malo, porque son personas muy carismáticas” [EISM1, 41-43].

Sin embargo, es importante señalar que en las manifestaciones discursivas de las dos sesiones realizadas, los participantes disintieron del discurso de la existencia de la italianidad en San Vito: “…en la parte cultural, nunca vemos actos culturales que sean propios de los italianos. Yo no conozco. Tal vez ellos dentro de sus casas, pero no se escucha música italiana, no vemos bailes italianos, no vemos teatro italiano, no leemos libros italianos. Incluso en la parte del comercio, hasta ahorita quedan un par de familias que van hacienda unos jamones ahí, otros conservas propias de Italia. Pero aquí en Coto Brus, no encontramos productos italianos, la gente se queja de que vienen a San Vito o a Coto Brus para llevarse algo italiano, y no lo encuentran…hay varias pizzerías pero solo una italiana…” [SGS1, Participante 1, 234-244].

En cuando a las ideologías en relación a los elementos identitarios referentes a la italianidad (comida, celebraciones, tradiciones, costumbres y valores), al preguntarles sobre cómo reconocen en San Vito la influencia italiana, la mayoría responde “…por la fundación. Y porque también aquí todo, usted, la mayoría de las calles, usted encuentra ahí gente italiana” [EISM1, 65-67]. Otros niegan la influencia italiana en San Vito: “Para nada” [SGS2, Participante 1, 118], tal como se palpó en las sesiones grupales SGS1 y SGS2 (de hombres y de mujeres respectivamente). En la segunda sesión grupal, cuando se preguntó si San Vito tiene influencia italiana, todas las entrevistadas se volvieron a ver y una respondió: “Es más tico que cualquier cosa [risas]” [SGS2, Participante 1, 121].

En referencia a la comida italiana, los italianos han dejado su huella en la alimentación y culinaria sanviteña: “Yo creo que nosotros disfrutamos también un poquito la comida italiana más que en otras partes” [EISH1, 274-275]. Muchos han probado las pastas, los vinos, la pizza, los ñoquis (gnocchi) y el risotto. Muchos en sus celebraciones, preparan lasaña y pizza; y no lo típico costarricense de preparar el arroz con pollo. La pizza parece ser un elemento identificador de San Vito: “…si yo llevo alguien de afuera para San Vito, este siempre uno les dice: ‘¿usted fue a San Vito?’. Y dice: ‘sí’, bueno, si comió pizza, fue a San Vito; si no comió pizza, no fue a San Vito. Esto es lo que se dice, uno dice: ‘si usted fue a San Vito y no comió pizza, no fue a San Vito’, ¿verdad? [EISH2, 314-319].

En relación con la comida, la influencia italiana se percibe entre los sanviteños sin ascendencia italiana. Un participante explica cómo la señora que lo ayuda en la casa, cocina mucho italiano:

…por ejemplo, la señora que cocina, que es una empleada doméstica. Entonces ella sabe hacer estas cosas, ¿verdad? [Muestra diferentes jarras de vidrio en la cocina con diversos contenidos]…Esto es mermelada de jengibre con limón, hace otra que es jengibre con piña, hace mermelada de carambola…¿ves?, esto es tomate deshidratado y también hace berenjenas deshidratadas. Coge los tomates deshidratados y les pone ajos y cosas así, ¿verdad? Y también hace berenjena, igual deshidratada, el aceite de oliva…[se le pregunta si la señora le ha trabajado a alguna italiana]…Yo no creo, pero entre ellas se comunican porque si no, ¿cómo van a hacer ellos tomates deshidratados? ¿Me entendés? Y lo otro es, por ejemplo, ¿qué hace ella? Ella seca cosas, por ejemplo orégano. Yo soy de Cartago y entonces yo sé que en la Meseta Central nosotros no hacemos esas cosas. Ella seca orégano en el horno y lo guarda, ¿verdad?, como empacadito o menta…Y otra cosa que ella hace riquísimo…con aceite de oliva, con natilla y con albahaca…queso ricotta…la utilización de hierbas, como en este caso la albahaca, eso no lo aprendió aquí, ¿verdad?...hace berenjena con queso al horno, y está riquísimo y ayotitos que se llaman zucchini, ¿verdad?...aquí en esta casa, nosotros comemos cordero, comer conejo es costumbre, y si ella no lo supiera preparar, probablemente ninguno de nosotros lo comería…¡Pesto!...tiene como siete años de estar con nosotros, pero antes de doña XXX, era doña YYY, y también lo mismo, no, no es así como que la escogimos específicamente porque cocinaba estas cosas, no” [EISH5CCSS, 112-122 y 127-176].

En relación a las celebraciones y tradiciones, es en las escuelas que imparten italiano, donde se festejan las tradiciones, como el baile tarantella; un participante cuenta: “Cuando era pequeño, ¡incluso lo ponían a bailar a uno!...Es que no me acuerdo muy bien el nombre del baile…yo como que lo tengo en la mente…pero sí me acuerdo que era muy chistoso el traje que usaban, por ejemplo las niñas que era como un sombrerito curioso, como un sombrero tipo pañuelo, entonces era…como triangular…Eso sí, me acuerdo un poquito del ritmo” [EISH2, 343, 347, 349-350 y 351-356]. También es gracias a la figura de la escuela, donde se canta el himno de Italia: “…como algo que le queda a uno y si uno lo escucha uno dice ‘ese es el himno de Italia’, y a veces hasta se acuerda uno de la letra. Y habían varias canciones también…un día de estos venía en el bus y pusieron una, pero era en español y yo empecé a cantarla, y digo a mi amigo, digo ‘yo, ay, esa canción era en italiano y la cantábamos en la escuela, juepucha’, me acuerdo también que ponían videos de un gusanito [Barbapapà es una serie de cartones animados, creados por Annette Tison y Talus Taylor, muy popular en Italia en los años setenta], no me acuerdo cómo se llamaba el gusanito, que salía de una manzana y hablaba en italiano también” [EISH2, 373-381].

En referencia a las costumbres, de las manifestaciones discursivas de los sanviteños sin ascendencia italiana de más de cincuenta años, sale a relucir la costumbre de quitarse los zapatos al entrar a la casa: “Todo bien ordenadito, bien acomodadito, bien bonito, incluso para entrar todo el mundo a pata pelada y le ponían unas felpillas así, para uno pararse y uno caminar en la casa…y uno con las patas todas hediondas y cómo me voy a quitar los…Ah, entonces no entre, entonces conversemos aquí afuera, muy bonito” [EISH1, 199-204].

Relacionado con la arquitectura, otra costumbre es la de tener madera dentro de las casas: “[refiriéndose a la pizzería]…por ejemplo el balconcito afuera digamos, el balconcito para uno comer pizza, no sé el tipo de madera pero sí tiene mucha madera en cuanto al diseño interno de la casa también. Casi que todas las casas, cuando uno dice que esa casa es italiana, casi todas son de madera, digamos de madera, pero casi todas tienen un balcón, cuentan con un segundo piso, entonces como que uno, como que las reconoce de esa manera” [EISH2, 195-201]. Dicha arquitectura influenció a los sanviteños sin ascendencia italiana: “…siento que muchas familias que viven en el centro tal vez, pues quisieron hacer su casa de manera que se integrara en lo que sería el pueblo digamos, la arquiectura italiana. Entonces esas familias sí hicieron casas, han hecho casas o incluso están haciendo casas que se vean un toque parecidas a las que tienen los italianos digamos” [EISH2, 238-243].

En cuanto a los valores, en general hay dos tipos de percepciones entre los sanviteños sin ascendencia italiana, los que consideran que la fundación misma de San Vito compila los valores del esfuerzo y trabajo duro, y los que sienten que la colonización italiana no ha dejado ningún valor. Siguiendo la primera corriente, un participante expresa: “…ahorita lo que es la Dante Alighieri, es como un tipo de museo de la historia de San Vito, entonces uno entra y hay fotos, hay objetos y cuestiones que tienen que ver con la organización, entonces es bonito digamos, ir ahí y uno ve más o menos cómo fue, como es el asunto en cuanto a la colonización. Y otra cosa que digamos, que también ha pegado de los italianos es la misma iglesia también, el mismo templo, porque hay una historia, hay un vitral en la iglesia de la Virgen de Lourdes que dicen que fue traída por los italianos desde Italia. Y entonces usted ve ese vitral y ve, hay una imagen de San Vito” [EISH2, 301-310].

Conclusiones

A través del análisis de las propias elaboraciones discursivas de la población italo-sanviteña de la primera a la tercera generación y de los sanviteños sin ascendencia italiana, se va dando respuesta a la pregunta general de esta investigación: ¿cómo se construye la italianidad en la población ítalo-sanviteña en los diversos discursos relativos a su configuración como comunidad? Es importante señalar que las siguientes conclusiones son válidas para el corpus recolectado en esta investigación. Se llegaron a varias, en concomitancia con los lineamientos de Teun van Dijk (2000) y Ernesto Galli (1998), expuestos en la parte teórica del presente artículo. En primer lugar, dicha construcción de la italianidad es dinámica y continua. Dinámica porque las diferentes elaboraciones discursivas son construídas por los propios participantes, Además estas “invenciones” son imaginadas y se van construyendo de manera continua.

La primera generación ítalo-sanviteña construye su pertenencia italiana a través del concepto Ius Sanguinis, es decir, no se adquiere la nacionalidad con nacer en la península, sino con tener al menos un progenitor italiano. Unida a esta ideología de sentirse italianos, está la creencia de la importancia de la familia. Todos los domingos se reúnen al almuerzo y comparten en familia. Son cuatro los elementos identitarios referentes a la italianidad presentes en la primera generación: la comida italiana, la celebración familiar de la Navidad y del domingo de Pascua, las festividades patrias del 2 de junio y del 17 de marzo, y el valor del trabajo. En referencia a la comida italiana, ésta influenció la costarricense pues los ingredientes autóctonos se mezclaron con los italianos: consumir pasta, pizza y panettone es cotidiano en San Vito. Entre los festejos italianos, celebran la navidad el 25 de diciembre y el domingo de pascua con una reunión en familia. Para esas ocasiones preparan un almuerzo especial con todos los miembros de la familia. En contraste, los costarricenses tienden a celebrar la navidad el 24 con una cena y el domingo de resurección no se festeja con un almuerzo familiar. En cuanto al valor del trabajo, la totalidad de los colonos italianos sobrevivientes consideran que el elemento que los ha más caracterizado es su tesón en el trabajo, al contrario de los hombres costarricenses, quienes trabajaban una jornada inferior, y en los cuales el consumo del licor era fuerte.

En referencia a las festividades patrias celebradas por parte de la primera generación, hay un antes y un después de la figura de Vito Sansonetti, el fundador de la colonización agrícola italiana en San Vito. Las celebraciones patrias italianas como el 17 de marzo (en conmemoración de la formación del Estado Italiano en 1861) y el 2 de junio (el referendum constitucional de 1946) ; o más localmente, la fundación de San Vito (28 de febrero de 1952 ) o del Cantón de Coto Brus (10 de diciembre de 1965), se festejaban continuamente en tiempos en que Vito Sansonetti estaba vivo. Esto concuerda con lo que Hobsbawm (1992) llamaba la “invención de tradiciones”, que requieren actuarse para mantenerse vigentes. Pero hoy en día, con su muerte (14 de mayo de 1999), ya no se celebra como antes. Dicha pérdida paulatina de este elemento identitario es un indicador de la identidad simbólica que conlleva la figura de Vito Sansonetti.

La segunda generación ítalo-sanviteña construye su pertenencia italiana (Ius Sanguinis) al mismo tiempo que la costarricense, a través del concepto del Ius Solis, por nacer en Costa Rica; poseen la doble nacionalidad. En referencia a la comida italiana, coinciden con la primera generación pues se arraigó fuertemente y terminó siendo un elemento identitario destacable, ya sea al casarse hombre ítalo-sanviteño con costarricense o al contrario. En relación a las celebraciones, a pesar de los matrimonios mixtos (italiano/a con costarricense), la Navidad se celebra el 25 de diciembre con un almuerzo familiar. Las elaboraciones discursivas de la segunda generación de ítalo-sanviteños extrañan la costumbre de la primera generación de reunirse diariamente y formar grupo. Actualmente es inexistente debido a la avanzada edad de los sobrevivientes. De nuevo aparece la figura simbólica de Vito Sansonetti, quien al menos una vez al año los hacía reunirse a todos en un almuerzo (un picnic) en alguna finca, especialmente en la de la familia Sansonetti en San Vito. Ahí se hacían fiestas, juegos y transcurrirían todos los ítalo-sanviteños y algunos sanviteños, sin ascendencia italiana invitados, un día placentero. Pero una vez que Vito Sansonetti murió, se dejaron de reunir. Sin embargo, la costumbre de almorzar la familia junta continua. El valor del trabajo es fuete también en esta generación, pero anteponiéndose siempre la familia.

La tercera generación ítalo-sanviteña construye su pertenencia italiana similar a la segunda generación: se sienten italianos por el derecho de sangre y costarricenses por el derecho de suelo. Sin embargo, el concepto identitario del Ius Solis tiende a ser mayor. Sus elaboraciones discursivas también coincidieron con la anterior en cuanto a la comida italiana y la unión familiar los domingos al almuerzo. En relación a las celebraciones y fiestas patrias, en general, la tercera generación no ahondó en el tema como las generaciones anteriores; sus manifestaciones discursivas se limitaron a la celebración con un almuerzo el 25 en navidad y el domingo de Pascua.

Los sanviteños sin ascendencia italiana construyen también su pertenencia italiana, a pesar de no tener derecho de sangre. Se consideran diferentes al resto de la zona sur por elementos como la comida italiana y su idiosincrasia, que los hace sentirse diferentes al resto de los costarricenses, tanto en la zona sur como en el resto del país. En la población sanviteña sin ascendencia italiana, es muy sugerente el hecho de que muchos incorporaron en sus cocinas elementos identitarios culinarios como los tomates y las berenjenas deshidratados, la lasaña, las pastas en general, la pizza, el pesto, el pan amarillón o Altamura, el consumo de cordero y conejo. Se caracterizan por ser sociables, conversadores, solidarios y amigables. Una parte de sus elaboraciones discursivas apunta al elemento identitario de la italianidad.

Sin embargo, es importante señalar que otros sanviteños sin ascendencia italiana disienten del discurso de la existencia de la italianidad en San Vito. Consideran que la italianidad no es palpable en San Vito, especialmente en la parte cultural, pues nunca se ven actos culturales (bailes, teatro, festividades o celebraciones) que sean propios de los italianos, ni se escucha música italiana. Además, estiman que comercialmente hablando, se ven apenas un par de negocios italianos en el centro; siendo el más representativo la pizzeria de la familia Lerici Sorte, pero nada más. Empero cabe acotar que dichos actos culturales no son vistos por los sanviteños en general porque se circunscriben a la Asociación Dante Alighieri local, a las escuelas que dan italiano dentro de San Vito y al Colegio Bilingüe Italo-Costarricense.

Como corolario la italianidad en San Vito de Coto Brus (Costa Rica) ha sido construída a través de procesos de negociación entre sus diversos habitantes (sin ascendencia italiana, los colonos, segunda y tercera generaciones). Sus diversos discursos relativos a elementos identitarios, como la idiosincracia, la comida, las celebraciones familiares, las festividades patrias y los valores; señalan todos ellos, una configuración de identitades heterogéneas. Esto concuerda con los postulados de Teun van Dijk (2000) y su teoría multidisciplinaria de la ideología, pues propone que dichas ideologías se manifiestan en las elaboraciones discursivas para construir y negociar la identidad. En efecto, la identidad ítalo-sanviteña no se erige como una sola construcción individual y monolítica sino que se alimenta del resultado de procesos de negociación en la interacción social. También consideramos que detrás de cada autorrepresentación colectiva –positiva o negativa- de ellos como comunidd, está la necesidad de establecer vínculos de pertenencia, es decir, la italianidad.

Referencias

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Recibido: 15 de febrero, 2020

Aceptado: 23 de abril, 2020

Doi: 10.15359/ra.1-30.16


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