R E P E R T O R I O


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A M E R I C A N O


Segunda nueva época N.° Especial, 2020

ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143



El Jornal das Senhoras: un proyecto periodístico femenino para la emancipación de las mujeres brasileñas

Jornal das Senhoras: A female journalistic project for the emancipation of Brazilian women

Regina Simon da Silva

Universidade Federal do Rio Grande do Norte - Brasil

Resumen

La argentina Juana Paula Manso (1819-1875) nació y vivió la mayor parte de su vida en uno de los períodos más conturbados de la historia de su país, y sus ideales, osados para la mentalidad de la época, le trajeron, entre tantos problemas, persecuciones políticas por parte de Juan Manuel de Rosas, que culminaron en el exilio de la familia, primero a Uruguay y luego a Brasil. En este país, Manso fundó y dirigió, en 1852, el Jornal das Senhoras, considerado el primer periódico feminista brasileño, con la clara intención de promover la emancipación de las mujeres. El presente artículo, dedicado a la prensa femenina, analiza el diálogo establecido entre el Jornal das Senhoras y las lectoras brasileñas, buscando identificar elementos que fomenten su ilustración y emancipación.

Palabras claves: Juana Manso, prensa femenina, Jornal das Senhoras, Brasil

Abstract

Argentinian Juana Paula Manso (1819-1875) was born and lived most of her life in one of the most troubled periods in the history of Argentina, and her ideals, daring for the mentality of the time, brought her, among many problems, political persecutions by Juan Manuel de Rosas, which culminated in the family’s exile, first to Uruguay and then to Brazil. In this country, Manso founded and directed, in 1852, Jornal das Senhoras, considered the first Brazilian feminist newspaper, with the clear intention of promoting the emancipation of women. This article, dedicated to the female press, analyzes the dialogue established between the Jornal das Senhoras and the Brazilian readers, seeking to identify elements that foster their illustration and emancipation.

Keywords: Juana Manso, women’s press, Jornal das Senhoras, Brazil


1. Unas pocas palabras sobre Juana Paula Manso

Perdone Amor tu imprudencia:

Advierte que tanta ciencia

No es propia de la beldad.

No: tu sencillez conserva,

Y esa feliz ignorancia

Que la deliciosa infancia

Te recuerdan sin cesar.

José María Heredia


Quisiera empezar mi investigación con este epígrafe porque tales versos ilustran románticamente el pensamiento masculino en relación con las mujeres, a comienzos del siglo XIX en América Latina. El paralelismo que se establece entre las imágenes “feliz ignorancia” y “deliciosa infancia” es una estrategia para embellecer lo feo, es decir, se utiliza la inocencia infantil para persuadir a la mujer de lo bueno que es permanecer lejos de la ciencia. Para Mary Louis Pratt (1993, p. 54), este poema “leído en el contexto de las luchas alrededor de género y ciudadanía en las Américas recientemente independientes, presenta una verdadera prescripción para la subordinación femenina”.

En efecto, la independencia de las colonias españolas en América no produjo cambios significativos para las mujeres. Las disputas para llegarse al poder privilegiaban las conquistas masculinas, mientras que las féminas permanecían restringidas a los espacios privados del hogar, educadas para mantener la felicidad de este, independientemente de su voluntad. Sin embargo, este estereotipo femenino sostenido por el patriarcado no se aplica a todas las mujeres en diferentes épocas, pues como afirma Lerner:

Siempre ha existido una pequeña minoría de mujeres privilegiadas, por lo general pertenecientes a la élite dirigente, que han tenido acceso al mismo tipo de educación de sus hermanos. De entre sus filas han salido las intelectuales, las pensadoras, las escritoras, las artistas (…) (1990, p. 12).

Entre ese pequeño grupo de mujeres ilustradas en el siglo XIX, en América Latina, se encuentra la argentina Juana Paula Manso de Noronha (1819-1875), escritora, traductora, poeta, profesora, periodista y precursora del feminismo en Argentina, Uruguay y Brasil. En 1840, Manso vivió la experiencia del exilio, cuando su familia se traslada a Montevideo, huyendo de la dictadura de Juan Manuel de Rosas1. Al ser sitiada esta ciudad por Manuel Oribe, en 1842, la familia se dirige hacia Brasil. En Río de Janeiro, Manso conoce al violinista portugués Francisco Saá de Noronha, con quien contrae matrimonio, en 1844. Con su esposo, viaja en tournée a los Estados Unidos, en 1846, donde nace Eulalia, su primera hija. Allí entabla amistad con Horace Mann, quien le posibilita ampliar sus conocimientos pedagógicos. Luego van a Cuba, donde nace su segunda hija, Herminia.

El vaivén de Manso por diversos países y en contacto con distintas culturas, intelectuales, personas comunes y experiencias intensas le exige constantes reajustes ideológicos que se reflejan en su aprendizaje y en su manera de ver el mundo “en una lógica de mestizaje cultural que construye identidades nacionales a partir de la idea de que la soberanía cultural no reside en rechazar lo otro sino incorporarlo” (Antelo, 2016, p. 212).

Con ese “repertorio cultural” adquirido —y de regreso a Brasil—, Manso buscó una forma de transmitir sus ideas y vio en el periodismo una oportunidad. Para ello, fundó y dirigió, en 1852, el Jornal das Senhoras: Modas, Litteratura, Bellas Artes, Theatros e Crítica, objeto de estudio del presente artículo, que pretende analizar el diálogo establecido entre el Jornal das Senhoras y sus lectoras, buscando identificar elementos que fomenten su ilustración y emancipación, y de qué forma eso influenció el comportamiento y cambio de actitudes de las brasileñas.

2. El Jornal das Senhoras: datos generales y estructurales

Considerado durante mucho tiempo como el primer periódico brasileño dirigido por mujeres2, direccionado al público femenino, empezó a circular el 1 de enero de 1852, en Río de Janeiro, y finalizó sus actividades en diciembre de 1855, un tiempo relativamente largo, si consideramos el carácter efímero de estas revistas. Durante los cuatro años de circulación, tuvo tres redactoras jefas sucesivamente: 1) Juana Paula Manso de Noronha, de enero a junio de 1852; 2) Violante Atabalipa Ximenes de Bivar e Vellasco, entre julio de 1852 y mayo de 1853, y 3) Gervasia Nunezia Pires dos Santos Neves, entre junio de 1853 y diciembre de 1855. Además, tuvo cinco direcciones tipográficas distintas. Bajo la gerencia de Manso fue impreso primeramente en la “Typographia Parisiense”, ubicada en la Calle do Ouvidor, n. 20, y a partir de la décima edición (7/3/1852) la impresión estuvo a cargo de la “Typographia de Santos e Silva Junior”, en la Calle da Carioca, n. 32. Circulaba los domingos, pero el primer número, con fecha de 1 de enero de 1852, salió el jueves (Costa, 2012, p. 213).

Compuesto de ocho páginas con dos columnas, utilizó el sistema común de la época, la numeración continuada, y empezaba un nuevo contaje cuando cambiaba de redactora. Las páginas que corresponden al período de actuación de Manso van de la 1 hasta la 215, un total de 26 números.

El programa y funcionamiento del semanario venía en la última página, así como el nombre de las casas (tiendas) donde se realizaban las suscripciones y retiradas de los figurines etc., todas en la Calle del Ouvidor. Según Barbosa (s. f.), eso demuestra la visión estratégica de la directora, pues, al establecerse en una calle muy concurrida por el público femenino —lo que le daba visibilidad entre los que accedían a estos establecimientos—, los propietarios también se beneficiaban con el nuevo atractivo y la divulgación de sus tiendas.

Su contenido, bastante diversificado, no seguía una programación fija en el orden de su presentación, lo que le daba un carácter dinámico y muestras de que la redactora estaba al día con las últimas noticias de la época. Así, el semanario solía traer: carta de la redactora o las lectoras; moda —siempre de inspiración parisiense—; artículos —en los que Manso divulgaba sus ideas de ilustración y emancipación de las mujeres—; teatro, siempre acompañado de una crítica; poesías; crónica de la semana; música —preferentemente una partitura de su esposo Noronha­—; bordados, y el folletín Misterios del Plata: romance histórico contemporáneo, finalizado (sin epílogo) en la edición del 4 de julio de 1852, cuando Manso ya se había retirado de la redacción del periódico, dejando una “nota da autora” en la que habla sobre su novela:

Comecei a esboçar este romance em Philadelphia, em 1846; foi concluido na fortaleza do Garavatá, onde morei cinco mezes, em fins de 1849 e principios de 1850. (…) O epilogo do presente romance não é possivel por ora publicar-se no Jornal das Senhoras por inconvenientes independentes da nossa vontade; mas estamos disposta, sempre que acharmos cooperação, a fazer uma edição dos Mysterios acompanhada então do epilogo (Jornal das Senhoras, Río de Janeiro, año II, n. 1, 4 de jul. de 1852, p. 8).

3. Un proyecto de ilustración para la emancipación de la mujer en Brasil

Si en el Brasil del siglo XIX la lectura en general era escasa, entre las mujeres la situación era aún peor. Pocas eran las lectoras, inclusive entre las familias más ricas, pues el patriarca creía que la ilustración era contraria al papel atribuido, tradicionalmente, a las mujeres, como señalan las investigadoras Lajolo y Zilberman (1998, p. 245):

O universo de leitura da mulher brasileira é dos mais restritos, no que, aliás, se afina bastante à sociedade em que vive. Iletrada na maioria dos casos, a mulher brasileira faz parte de um mundo para o qual o livro, a leitura e a alta cultura não parecem ter maior significado.

En ese sentido, se puede evaluar la tarea doble de Manso, pues, para lograr su propósito de emancipación de las mujeres, en primera instancia, había que ultrapasar la barrera de la propia sociedad, la cual sostenía que “feminilidade e saber se excluem. A leitura abre as portas perigosas do imaginário. Uma mulher culta não é uma mulher” (Perrot, 2017, p. 93). Ignorando este pensamiento misógino del cual Manso será víctima posteriormente3, la periodista inaugura su semanario con una carta dirigida “As nossas Asignantes”, en la que presenta el objetivo de la redactora que “senão possue talentos, pelo menos tem a vontade e o desejo de propagar a ilustração e cooperar com todas as suas forças para o melhoramento social e para a emancipação moral da mulher” (Jornal das Senhoras4, Río de Janeiro, año I, n. 1, 1 de enero de 1852, p. 1).

A continuación, Manso reflexiona acerca del prestigio y de la visibilidad que la figura del redactor despierta entre el círculo de los intelectuales, que para muchos les “faz crescer dous palmos a qualquer individuo” (JS, n. 1, 1852, p. 1); pero cree que la gente común, que no valora el oficio del intelectual, considera a los literatos como “uma casta de vadios (…) um ente inutil” (JS, n. 1, 1852, p. 1). Por si no fueran suficientes estas visiones antagónicas sobre un mismo oficio, Manso imagina un posible cuestionamiento de las lectoras sobre la presencia de una mujer ejerciendo esa función: “que bicho de sete cabeças será?” (JS, n. 1, 1852, p. 1). Como respuesta, desmitifica la cuestión, argumentando que en muchos países de Europa y en los Estados Unidos esta práctica ya es una realidad. Y para persuadir a las lectoras a formar parte de este movimiento innovador, defiende que América no puede quedar ajena al progreso, haciendo un fuerte llamado a la cooperación:

Eis-nos pois em campanha; o estandarte da ilustração ondula gracioso á briza perfumada dos Tropicos: acolhei-vos a elle, todas as que possuis uma faisca de intelligencia, vinde. Confidente discreto das vossas producções litterarias, ellas serão publicadas debaixo de anonimo; porem não temaes confiar-mo-las, nem temaes dar expansão ao vosso pensamento; se o possuis é porque é dom da Divindade, e aquillo que Deus dá, os homens não podem roubar (JS, n. 1, 1852, p. 1).

Diferentemente de las lectoras/colaboradoras, que tendrán sus identidades protegidas, Manso no teme exponer su nombre, firma orgullosamente la carta: “Joanna Paula Manso de Noronha”. Según Batticuore (2005, p. 132), este hecho es, sin dudas, “un rasgo moderno que la singulariza y la desmarca de la mayoría de sus predecesoras y también de muchas de sus contemporáneas, inaugurando a través de la prensa femenina (…) la modalidad de la autoría apropiada y exhibida” [la bastardilla es de la autora].

Dueña de un discurso crítico, irónico y jocoso, Manso deja muy en claro que los textos divulgados son suyos y se exhibe cuando procura definir lo que es una mujer según su mirada, cuestionándose —y a la vez a las lectoras—, “¿Lo que es la mujer?”. Con eso, la pensadora anticipa, en casi un siglo, la polémica pregunta hecha por Simone de Beauvoir y divulgada en la primera página de su libro El segundo sexo, en 1949. Manso critica las definiciones misóginas y machistas proferidas por los hombres y que forman parte del imaginario masculino como “a Mulher! é um demonio com saias, uma cobra, um monstro, uma furia, etc.” (JS, n. 1, 1852, p. 5), concepciones que todavía se mantienen en las sociedades modernas y que niegan a las mujeres sus derechos, perjudicando su porvenir.

Sin una respuesta definitiva a la pregunta, Manso contesta con lo obvio: “a mulher não é o homem” (JS, n. 1, 1852, p. 5). No obstante, al atribuirles a ellas las mismas características —como alma, inteligencia y derechos—, las coloca en pie de igualdad con ellos: “A mulher em fim não é em nosso entender um ser á parte na criação, e entra na partilha com o homem – do bem e do mal – da intelligencia e da estupidez” (JS, n. 1, 1852, p. 6). Reivindica una reforma en la educación moral para que los hombres dejen de considerarlas su propiedad, que la mujer “seja o que Deos a fez: ser que pensa, e não coisa que se muda de logar sem ser consultada” (JS, n. 1, 1852, p. 6). Finaliza el ensayo diciendo a qué vino, que el Jornal va a tratar de esos derechos y de esa educación, condición necesaria para que las mujeres logren su emancipación.

Pero, ¿cómo conquistar la confianza y el interés de las lectoras para convencerlas de abrir las páginas del Jornal? Al analizar este periódico, se desprende que Manso demuestra tener conciencia de que es preciso que haya un atractivo para ello y la moda surge como una salida, una vía muy eficaz para seducir a las lectoras. Este aprendizaje la escritora lo asimiló de las experiencias de la prensa francesa, pues, según Perrot (2017, p. 33), las primeras lectoras del siglo XVIII, en Francia, no demostraban interés por los periódicos de contenido político, destinados más a los hombres, pero ellas se convirtieron en fieles seguidoras de las columnas de los folletines y de las secciones de moda, lo que llevó a la prensa a especializarse en ese tipo de segmento que tendrá gran desarrollo en el siglo XIX, en razón del éxito entre la población femenina.

María Vicens (2017), en su artículo “Entretenimiento, público y autoría femenina en los periódicos de Juana Manso (1850-1860)”, subraya la mirada renovada por parte de estudiosos que han investigado este fenómeno, destacando los trabajos de Regina Root y Susan Hallstead, quienes “han revisitado gran parte de este corpus de periódicos para recortar lo que denominan fashion narratives y pensar cómo la moda dialoga con los discursos políticos de su tiempo y ocupa lugar importante en la construcción de la identidad nacional” (Vicens, 2017, p. 51), [la bastardilla es de la autora]. Igualmente, los estudios de Victor Goldgel ampliaron las discusiones sobre el tema, al analizar “el uso de lo frívolo para conquistar lectores” a los que se pretende “‘civilizar’ y ‘modernizar’” (apud Vicens, 2017, p. 51).

En vista de ello, Manso anuncia, en la última página de la primera edición, el atractivo del próximo número: “Advertimos as nossas assignantes que para o seguinte numero daremos um padrão de diversos bordados mui lindos, e o molde do – colete de emancipação – que todas as senhoras devem uzar” (JS, n. 1, 1852, p. 8). Por detrás de este anuncio banal, se observa, en la escogencia del nombre de la prenda, “chaleco de emancipación” y, en el uso del verbo “deber” —que indica una obligación, un compromiso—, la intención de la redactora de influir en el comportamiento de sus lectoras, en relación con lo que ellas deben vestir. Para seducirlas, utiliza como estrategia el interés femenino por estar en la moda. No se trata de una prenda cualquiera, el chaleco es, simbólicamente, un signo de identidad que pretende destacar a las lectoras del Jornal das Senhoras de las demás mujeres de la sociedad carioca.

Como prometido, el número siguiente empieza con la sección “Modas”, ocupando lugar de relieve. La colaboradora anónima5 dedica dos páginas para describir el chaleco de emancipación y su fama entre las parisienses, una moda capaz de “produzir uma revolução e um furor que, como a electricidade, vae tocar todos os pontos da França” (JS, n. 2, 11 de enero de 1852, p. 9). Con este argumento, se procura persuadir a las lectoras a usar una moda que, seguramente, rompe con los patrones dictados a las mujeres por la “buena sociedad”, por eso la entonación de sorpresa:

Mas um colete, um colete de homem (ora vejão que differença!) bem talhado, com sua gollinha em pé, ou de rebuço, ou de traspasse, empregado sobre o corpo esbelto e piramidal de uma menina de quinze a vinte annos, ou mesmo de uma senhora até aos seus trinta e cinco, é por certo mui bonito (JS, n. 2, 1852, p. 10).

Según Almeida (1996) y Piscitelli (1998), “a dicotomia feminino e masculino foi e é utilizada como mecanismo de diferenciação e poder dentre as relações sociais” (apud Perlin y Kistmann, 2008, p. 6). Por lo tanto, vemos que adaptar una prenda típicamente masculina para su uso entre las mujeres es una manera de romper con la supremacía masculina caracterizada por la división binaria —hombre/mujer—, una posibilidad viable que parte de la emancipación del sexo femenino, comenzando por la libertad en elegir la ropa que le conviene llevar.

Por supuesto, el proyecto de Manso no está pensando solamente en cambios vinculados con la moda, que por sí solo ya provoca discusión, sino que, primordialmente, busca una transformación en lo íntimo de las mujeres, pues la ilustración y la educación del sexo femenino son las únicas herramientas con las que es posible desarrollar la inteligencia y, consecuentemente, cambiar la realidad a la cual ella está sometida. Obviamente, en esa línea, su discurso también va dirigido a los hombres, dado que “à medida que o progresso melhora a condição moral do homem, este mesmo sente a necessidade de elevar a sua altura aquella que Deos lhe deu por companheira” (JS, n. 2, 1852, p. 12).

Con base en las palabras de Manso en el ensayo sobre la “Emancipação moral da Mulher”, que empieza con la declaración de que no es su intención “levantar o estandarte da rebelião”, surge la pregunta que ella misma se hace, ¿lo que viene a ser entonces esa tal emancipación moral de la mujer? Para la periodista, “é o conhecimento verdadeiro da missão da mulher na sociedade; é o justo gozo dos seus direitos, que o brutal egoísmo do homem lhe rouba, e dos quais a desherda” (JS, n. 2, 1852, p. 12) [la bastardilla es de la autora]. Una mujer emancipada participa del desarrollo del país y su construcción, caso contrario “de que serve ilustrar o espírito da mulher, e desampara-lo sob as bases do progresso!” (JS, n. 2, 1852, p. 12).

Su discurso penetra el interior de los hogares, la vida privada, y revela la opresión de la cual la mujer es víctima, así como ve la necesidad de cambio en esa relación: “a mulher conhece a injustiça com que é tratada e reconhece perfeitamente a tirania do homem” (JS, n. 2, 1852, p. 12). Para romper con ese círculo vicioso, Manso incita a las madres a educar a sus hijos, pues, “em quanto a educação do homem se não reformar, em quanto ele considerar a mulher como sua propriedade, nada teremos feito” (JS, n. 2, 1852, p. 12). Además, añade otros argumentos para ser más convincente: “todas as mães devem mui seriamente desarraigar esse preconceito funesto do espirito de seus filhos; essa idéa de uma superioridade injusta deve desapparecer no homem, desde menino, porque é lhe fatal a elle mesmo” (JS, n. 2, 1852, p. 13).

Al analizar el discurso de Manso en el Jornal das Senhoras, Flores (2014) sostiene que, aunque aquel haya producido una diferencia significativa en la discursividad de la época, eso no llegó a provocar una ruptura en el modo de enunciar en relación con los otros periódicos del mismo período. Como afirma dicha autora, “ao propor uma nova posição para a mulher na sociedade, ela mantém a mulher na mesma posição e formação discursiva (…) que é a da religião e da família” (2014, p. 8).

Sin embargo, entendemos que Manso, por su coraje y quizá por su experiencia personal de esposa y madre, revela en su periódico intimidades y verdades ligadas al amor conyugal, lo cual nos hace pensar que una semilla de pedido de respeto y dignidad haya sido plantada ahí. La periodista afirma que el amor no supervive en una relación de esclavitud, puesto que, “ante a superioridade de um dos sexos – o amor – se definha, desaparece, e troca o seu fagueiro riso em lagrimas silenciosas” (JS, n. 2, 1852, p. 13). Se muestra indignada y revela la tiranía insoportable que la mujer encuentra en el casamiento, al ser vista por el marido como un objeto cualquiera y se refiera a ella diciendo: “– Minha mulher – com a mesma entonação de voz com que diz – meu cavalo, minhas botas, etc., etc.” (JS, n. 2, 1852, p. 13). Asimismo, cuestiona el modelo patriarcal de comportamiento sumiso impuesto a la mujer, que le critica si mira, si habla, si sonríe: “não poderá uma senhora ser modesta senão olhando sempre para o chão, e respondendo por monosyllabos? A virtude semelha-se por ventura ao autoritarismo?” (JS, n. 2, 1852, p. 13).

Todo este diálogo entablado entre la redactora y las lectoras, que son el blanco de este discurso, nos muestra que Manso, al proponer la emancipación moral de las mujeres —y para ello reivindicaba el derecho a la educación—, enseñó, además, a esas mismas mujeres la necesidad de un cambio en su comportamiento, lo que hoy se suele llamar “empoderamiento femenino”. La educación y la ilustración sin un cambio de actitud frente al mundo que se nos impone son como un fruto que se pudre en el árbol y no es cosechado.

4. Consideraciones finales

Al pensar en el título para este estudio definimos el Jornal das Senhoras como un proyecto periodístico para la emancipación de las mujeres brasileñas, porque creemos que así Manso lo ha pensado. Lo anterior no solo por la característica de ese tipo de publicación, con páginas continuas, estilo de folletín u otras materias que tienen continuidad en los números siguientes, etc., sino también porque la periodista aporta continuamente una posición, la cual no se entiende como un “veredicto”; más bien, como un diálogo que conduce en forma progresiva a persuadir a las lectoras a aceptar su punto de vista e identificarse con la ideología del Jornal (Lukács apud Landrus, 2011, p. 719). Manso se preocupa, con el destino de sus palabras, de no estar predicando sermón en el desierto, por eso pide a sus lectoras “encadernar este Jornal, bem encadernadinho” (JS, n. 2, 11 de enero de 1852, p. 12), con el propósito de que esas palabras no se conviertan en papel para empaquetar mercancía.

Cabe añadir que el proyecto idealizado por Juana Manso y compartido con las redactoras Violante y Gervasia, quienes dieron continuidad al periódico, fue innovador, al reconocer la condición sumisa de la mujer en una sociedad patriarcal y al dar visibilidad a estas cuestiones en las páginas del Jornal, al igual que de intentar superarlas.

Como afirma Barbosa (2016, p. 7), el Jornal das Senhoras fue utilizado como objeto de diálogo, instrucción y poder; constituyó el primer paso para que otras mujeres ascendieran socialmente a la vida profesional.

Referencias

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1 Durante el segundo gobierno de Rosas (1835-1852), hubo un éxodo en masa de intelectuales y escritores de Argentina.

2 Según Zahidé Lupinacci Muzart (2003), el primer periódico fundado por una mujer en Brasil fue el Belona Irada contra os Setarios de Momo, creado por Maria Josefa Barreto (1786-1837), en Porto Alegre, circuló entre noviembre de 1833 y enero de 1834. Curiosamente, “Bellona” será un seudónimo utilizado por Manso como recurso, al escribir algunos de sus artículos en el Jornal das Senhoras.

3 Domingo Faustino Sarmiento, quien la consideraba amiga y colaboradora, así se expresa sobre su condición de mujer: “La Manso, a quien apenas conocí fue el único hombre en tres o cuatro millones de habitantes en Chile y la Argentina que comprendiese mi obra de educación (…) ¿Era una mujer?” (apud Zuccotti, 1994, p. 102).

4 En las citaciones siguientes, indicaremos el Jornal das Senhoras con las iniciales JS acompañadas del número del periódico, año y página correspondiente.

5 Que puede tratarse de la propia Juana Manso, pero no hay estudios que comprueben eso.