R E P E R T O R I O


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A M E R I C A N O


Segunda nueva época N.° 33, Enero-Diciembre, 2023

ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143



En palabras de
don Joaquín


Joaquín García Monge, plumilla, sin fecha, de Juan Manuel Sánchez (Costa Rica).

REPERTORIO AMERICANO

Mis contactos personales
con Don Quijote

Hablemos de Cervantes:

El Quijote es el personaje de Cervantes que más me interesa. No lo traté de niño ni de joven. Al menos no tengo ningún recuerdo de esa época de mi vida. Y es entonces cuando más se graban los países de los libros.

Mis contactos con Don Quijote comienzan en el año 1916. Por lo menos aquellos de que me doy cuenta. Cuando celebré en la Colección el Tercer centenario de la muerte de Cervantes. Entonces hice algo parecido a lo que ahora se intenta. Puse a pensar a los escritores sobre esa vida y ofrecí al público lector una serie de impresiones.

De Cervantes conviene hablar en todos los tiempos, porque es uno de los grandes escritores de la familia hispana. Lástima que no se le trate con más frecuencia. A veces, por años, pasa en silencio. Así es. Sin embargo, sus creaciones son de lo más vivo que hay en nuestra raza.

Don Quijote ya es un personaje más que real; es legendario, místico. Cuando se haga un mito de nuestra raza, será uno de los más fecundos creadores. Llegará a crear el Quijotismo como filosofía, como educación, como historia.

Psicológicamente, el caso de Don Quijote es extraordinario. Por eso digo que lo que más me interesa es el trato con Don Quijote. En mi cuarto de trabajo lo tengo en un relieve tallado en madera; y de las escenas inmortales del Quijote, una que tengo como símbolo de mis empeños, es la de los molinos de viento. Nada habría podido hacer si no creyera que los molinos de viento son gigantes. Con frecuencia me acuerdo de Don Quijote, de sus desventuras, de la profunda filosofía popular, española y nuestra, que hay en el Quijote.

Don Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Montalvo y tantos otros, han compuesto interesantes meditaciones del Quijote. Es un libro para leerlo, releerlo y meditarlo. A nuestro Rafael Cardona, hay que acordarse, le debemos uno de los mejores ensayos sobre el Quijote.

La contribución de Costa Rica en la creación quijotesca de América ya tiene importancia por lo que se ha escrito, como por lo que se hace. Al menos lo que yo hago como editor, invocando el nombre de nuestro Señor Don Quijote.

Muchos de los grandes creadores de nuestra Historia y nuestra Cultura fueron quijotistas. Bastaría recordar a tres: Bolívar, Sarmiento y Martí.

En Cervantes hay una magia del idioma que ha de explicarse bien. Eso tienen que hacerlo psicólogos y filósofos. Dice Cervantes una cosa. Con los años se va convirtiendo en una expresión simbólica que da lugar a interpretaciones diversas y profundas.

Las palabras adquieren otro sentido. Las cosas de Cervantes adquieren otro sentido y siguen trabajando en el espíritu. Por eso, en nombre del Quijote, se pueden hacer y decir muchas cosas, que debieron estar en la mente mágica de Cervantes.

Cervantes acuñó valores del espíritu y sigue acuñándolos para los nuevos quijotes de la Raza. Lo interesante, pues, es que lo lean. Sus Novelas Ejemplares, sus Entremeses, su Don Quijote. Que lo lean las diversas edades y que lo entiendan a su modo. Lo que hoy se entiende así, mañana se entenderá asá. Lo interesante es que Cervantes, con su genio, nos deje pensando. Pensando cosas nuevas con las que podemos servir a los intereses perdurables de nuestra raza y de su destino.

Para finalizar ya, al Quijotismo hemos de llegar como ejercicio consciente, anhelado, vivo, de filosofía, de arte, de educación, de historia.

En: Memorias Académicas. Geografía e Historia de Costa Rica, 1:30, 1948.


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