TDNA

Temas de nuestra américa

e-ISSN: 2215-3896.
(Enero-Junio, 2022). Vol 38(71)
DOI: https://doi.org/10,15359/tdna.38-71.10
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Licencia: CC BY NC SA 4.0

DOSSIER


La costa Caribe Nicaragüense: Crisol y amalgama

The Nicaraguan Caribbean Coast: Melting pot and amalgam

A costa caribenha da Nicarágua: caldeirão e amálgama

Yolanda Elizabeth Rossman Tejada

Membro de RILMAC/

Red investigación de literarura de mujeres de América Central


Resumen

Mediante este ensayo pretendo compartir una breve reflexión desde la vivencia personal a través de la poesía, sobre cómo he vivido, percibido y cómo incide la creación literaria y la multiculturalidad de la tierra que me vio nacer; navegando entre mares de diversas tonalidades pero que al final, me han demostrado que emergen de la misma fuente ancestral más allá de la piel, de la lengua, de las costumbres, las religiones y los territorios que habitamos. Son más los elementos comunes que como seres humanos nos guían hacia utopías compartidas. Como mujer escritora interpreto el mundo en el que vivimos y convivimos, nombrando las cosas, evidenciándolas y difundiéndolas para poder hacer incidencia en las transformaciones que deseamos. Para este ensayo me baso fundamentalmente en experiencias personales, además de investigaciones realizadas en fuentes documentales relacionadas al tema e información recabada de entrevistas realizadas a mi abuelo paterno y a mi padre, ambos ya fallecidos, quienes fueron de importancia vital para marcar la ruta a seguir en este proceso, que descifra los entresijos de mi genealogía; curiosidad que se profundizó al iniciar mis estudios de maestría en antropología social en el 2004, al concluir que soy crisol y amalgama.

Palabras claves: autonomía, diversidad, genealogía, identidad étnica, poesía, utopía

Abstract

Through this essay, I intend to share a brief reflection from my personal experience through poetry, on how literary creation and the multiculturalism of the land where I was born, have an impact on me, sailing among seas of diverse tonalities but that in the end, have shown me that they emerge from the same ancestral source beyond the skin, language, customs, religions and the territories we inhabit. There are more common elements that as human beings guide us towards shared utopias. As a woman writer, I interpret the world in which we live and coexist, naming things, evidencing them, and spreading them in order to influence the transformations we seek. For this essay I base my work mainly on personal experiences, in addition to research carried out in documentary sources related to the subject and information gathered from interviews with my paternal grandfather and my father, both now deceased. They were of vital importance to mark the route to follow in this process, which decodes the intricacies of my genealogy; a curiosity that deepened when I began my master's studies in social anthropology in 2004, when I concluded that I am a melting pot and an amalgam.

Keywords: autonomy, diversity, ethnic identity, genealogy, poetry, utopia,

Resumo

Através deste ensaio pretendo partilhar uma breve reflexão da minha experiência pessoal através da poesia, sobre como a criação literária e o multiculturalismo da terra onde nasci têm impacto, navegando entre mares de tonalidades diversas mas que, no final, me mostraram que emergem da mesma fonte ancestral para além da pele, da língua, dos costumes, das religiões e dos territórios que habitamos. Há elementos mais comuns que como seres humanos nos guiam para utopias partilhadas. Como mulher escritora, interpreto o mundo em que vivemos e convivemos, nomeando as coisas, destacando-as e divulgando-as para poder influenciar as transformações que desejamos. Para este ensaio baseio-me principalmente em experiências pessoais, para além da investigação realizada em fontes documentais relacionadas com o tema e informações recolhidas a partir de entrevistas com o meu avô paterno e o meu pai, ambos já falecidos. Foram de importância vital para marcar o caminho a seguir neste processo, que decifra as complexidades da minha genealogia; uma curiosidade que se aprofundou quando comecei os meus estudos de mestrado em antropologia social em 2004, quando concluí que sou um cadinho e amálgama

Palavras chave: autonomia, diversidade, genealogia, identidade étnica, poesia, utopia

En el Encuentro "Afrodescendencia en el bicentenario: Prácticas y saberes ancestrales", organizado desde la Fundación Arte y Cultura para el Desarrollo y el Instituto de Estudios Latinoamericanos, evento acogido por la Universidad Nacional de Costa Rica, en el marco del XXIII Festival Flores de la Diáspora Africana, se sostuvo un interesante conversatorio sobre la literatura afrodescendiente centroamericana de siglo XIX y XX, con mujeres escritoras representantes de cada uno de los países invitados. En este espacio abordamos como interiorizamos nuestro quehacer literario en relación con nuestra identidad étnica, con quién está comprometida nuestra escritura, para quién escribimos, cómo asumimos en nuestros textos el compromiso con o en la sociedad, así como cuál es nuestra utopía literaria.

Es en dicho contexto en el que abordo desde mi poesía, el tema de la identidad étnica, el compromiso y la utopía como escritora, desde mis vivencias en el seno de una familia tan diversa en lengua, cultura, religión y costumbres. Intentando describir cómo he interiorizado mi quehacer literario en relación con mi identidad multicultural. Esa multiculturalidad que fue y sigue siendo parte intrínseca de mi vivir cotidiano en la costa Caribe de Nicaragua, hoy denominada Región Autónoma Costa Caribe Norte y Región Autónoma Costa Caribe Sur. Ese crisol de sangre, lengua y piel siempre estuvo y ha estado presente desde mis primeras letras. En mi poesía saltan palabras en inglés, en miskitu, algunas en mayangna, puesto que, como compartí en algún momento en un recital en mi tierra natal, donde se me consultó al respecto, respondí que soy como una tinajita con una variedad de ingredientes que fui almacenando dentro de mí, heredados de mis ancestras y ancestros. Cuando tuvo la oportunidad, ese bagaje de matices se ha ido volcando, a través de las letras, intentando atrapar, entender y compartir, el entorno que ha sido parte de mi existencia desde que tengo uso de razón, tal como expongo en el siguiente poema del libro Lágrimas sobre el musgo de mi autoría, publicado en el 2008, por el Centro Nicaragüense de Escritores. En él intento describir ese crisol de culturas que me ha acompañado siempre, como yo lo he percibido y del que soy parte:

MAIRIN

Sobre el extenso lienzo de mi piel

se asoman risueños,

todos los matices de Gaia,

iridiscencia expandiendo

un murmullo insistente

de lenguas antiguas

las ancestras me hablan…

mairin, woman… yal…

Sí, Soy Mujer Multicolor…

el ritmo de cocoteros

cimbreando en su andar,

con un exquisito jadeo de olas

en el pecho amante.

En su vientre de playas infinitas,

El sol seducido

arde en su centro,

donde el placer aguarda,

anidando en el húmedo

laberinto de las caracolas.

Sí, hombre caribe

de mirada oriental,

Soy la alquimia perfecta

Para apaciguar tu hombría.

Yrt.

Mi historia personal inicia con mi tatarabuela de origen jamaiquino y, a su vez, descendiente de algún pueblo africano esclavizado trasladado a América, que llega mucho tiempo después a la Costa Caribe Sur de Nicaragua, donde cruza su destino con un negro de Cartagena, Colombia y traen al mundo a mi bisabuela Miss Lucy Cassanova, mujer fuerte, altanera y autoritaria, así la recordaba mi padre (q.e.p.d.). Miss Lucy Cassanova a su vez se une al Sr. Wilson, mi bisabuelo, descendiente de un indio esclavizado que llegó a estas tierras en el mercante de un inglés de apellido Wilson, adoptando este el apellido, al ser liberado en estas tierras caribeñas y de una indígena Rama, mis tatarabuelos. Esta inusual pareja da vida a mi abuela Miss Christell Wilson Cassanova, la matriarca de la Familia Rossman, así la recuerdo yo. Miss Christell sucumbe ante Mister Gustavo Rossman Rayo, el abuelo más tierno que he conocido, mi fuente, mi inspiración, descendiente del emigrante alemán Friedrich August Rossmann Wully y de la indígena camoapeña Dominga Rayo y llega a este mundo mi padre Gustavo Adolfo Rossmann Wilson.

De parte de mi madre, mi bisabuelo, también negro jamaiquino, que jamás habló en español, solo en inglés, se casó con la hija de mis tatarabuelos indígenas Rama, que migraron hacia el Municipio de Rosita, ubicado en el Triángulo Minero de la Costa Caribe Norte de Nicaragua, dejando atrás a la Isla de Rama, su tierra natal y nace Doña Felipa Mejela Smith quien se enamora de un mestizo originario de Chontales, el señor Máximo Tejada y llega a este mundo mi madre Cristina Tejada Smith. La información descrita hasta ahora, está basada en las narraciones orales de mi abuelo paterno, mi padre y mi madre, además de algunos documentos recabados en el transcurso de la investigación. De este conocimiento del origen de mis ancestras y ancestros surge el siguiente poema, también incluido en el poemario Lágrimas sobre el musgo, mi obra prima:

RAÍCES

Mi abuela materna

Dulce mujer RAMA de hipnótica cabellera,

El retumbar de tambores ancestrales

Aún en su pecho,

Se juntó enamorada

A robusto mestizo chontaleño

Donde los ríos son de leche

Y las piedras cuajadas.

Mi abuela paterna

Ardiente mujer KRIOL,

Con un toque de NAGA

Mágica, poderosa,

Hizo sucumbir

Con su inquietante aroma a flores,

Al ojiazul emigrante alemán,

Venido del viejo continente.

Soy crisol,

Soy amalgama,

Sangre, lengua, piel

SOY MUJER DEL CARIBE!

Yrt.

La Dra. Marcela Lagarde y de los Ríos, en una reciente conferencia sobre El buen vivir de las mujeres desde el feminismo, en la inauguracion del diplomado “El buen vivir de las mujeres desde los feminismos descoloniales y la cosmovisión maya”, abordó precisamente la importancia vital de conocer sobre nuestra genealogía: “Es el conocimiento del gen, de los orígenes, de dónde vengo, de quiénes desciendo, quiénes son nuestros antepasados. Quiénes nos anteceden, quiénes nos continúan. Lo anterior nos permite saber quiénes hemos sido, quiénes somos”.

Por ello, para mí era importante no solo saber sobre la genealogía de mis ancestros africanos, si no también la genealogía de mis ancestros europeos, ambos son parte de lo que soy hoy. Era como la necesidad de buscar una respuesta a los cuestionamientos que fui enfrentando en diferentes contextos: ¿Por qué sos blanca si sos de la costa? ¿Las mujeres costeñas son brujas?

En mi infancia, las conversaciones en español, miskitu e inglés eran comunes. Mi abuela paterna nos daba clases de inglés y nos llevaba a Sunday School (escuela dominical de la iglesia morava). Mi madre nos llevaba a misa a la iglesia católica y conversaba con sus vecinos y amigas en miskitu y en español, era mi cotidianidad. Y así crecimos mis hermanos y yo. Igual jugábamos Doña Ana no está aquí, como las rondas cantadas en inglés: There´s a Brown girl in the ring chalalalala... Esta mescolanza de lenguas y culturas era de lo más normal para mí. Puedo asegurar que fue una infancia feliz, donde todas y todos éramos iguales.

Es hasta en la adolescencia en que empiezo a sentir una marcada insistencia en mi entorno de que, no todas ni todos éramos iguales. Que el color de piel, tu lengua, tu origen, definen tu inclusion o exclusion en la pequeña sociedad costeña nuestra. En la iglesia católica cantábamos una canción que decía: De qué color es la piel de Dios, de qué color es la piel de Dios, dije negra, amarilla, roja y blanca es, todos son iguales a los ojos de Dios, pero en la escuela, en el barrio, la realidad era otra. Esta diversidad me intrigaba y desde muy joven empecé a investigar el árbol genealógico de mi familia. Pasaba mucho tiempo conversando con mi abuelo paterno, a él le debo buena parte de las respuestas a mis inquietudes y que me animara a continuar investigando sobre nuestra genealogía.

Necesitaba saber de dónde veníamos, porqué tanta diversidad en la familia, unos negros, otros morenos, otros de piel blanca y ojos azules, cabellos crespos, otros lacios con ciertos rasgos orientales y de estos cuestionamientos surge este poema publicado en el libro Nocturnidad del Trópico, publicado por el Centro Nicaragüense de Escritores en el 2010:

TORRE DE BABEL

Este planeta,

tierra, aire, fuego y agua

no es blanco y negro.

Esta piel tibia, prometedora

que me cubre y te llama,

no es blanca y negra.

Las ideas que revolotean

cual enjambre en el panal

no son blancas y negras,

imposible

sujetarlas a grilletes.

La creación sabia

explotó en colores infinitos,

pintando inquietas alboradas

en las palmas extendidas de mis manos.

DIVERSIDAD es mi nombre

Y en mi lengua…

habita la TORRE DE BABEL.

Finalmente mis investigaciones sobre mi bisabuelo alemán, dieron resultados, localicé en internet un documento de Goetz Von Houwald titulado “Los Alemanes en Nicaragua”, página 307, donde encontré una prueba concreta del paso de mi bisabuelo August Frederick Rossmann por la costa Caribe, así como documentos localizados en Alemania (Partida de nacimiento y documento de ingreso a Nueva York).

“Inolvidable en toda la Costa Atlántica es "Pappi" o "Tati", el viejo August Rossmann de Pösen, quien últimamente fue administrador del "Club Latino" en Puerto Cabezas. Rossmann fue ayudante en el comisariato de la Nicaragua Mahogany Company en 1922, mientras su familia vivía en Río Grande Bar”.

Lo claro es que tanto entre ancestras y ancestros paternos como maternos, existe un nexo indisoluble, ambos descienden de pueblos autóctonos de África occidental, que fueron violentamente extraídos de sus entornos y llevados a América, donde las migraciones de europeos contribuyeron a este mosaico actual. Con respecto al origen de los pueblos africanos esclavizados, el escritor Trinidad Tuttolomondo en el artículo Pasado y Presente en la Esclavitud Africana afirma lo siguiente: “En la costa occidental de África el tráfico trasatlántico de esclavos comenzó en el siglo XV, más concretamente en el año 1441 con el tráfico de los primeros esclavos africanos llevado a cabo por los portugueses. Los futuros esclavos eran capturados generalmente por otros africanos y transportados a la costa occidental de África”.

Makota Valdina, por su parte, lo reafirma categóricamente: “No soy descendiente de esclavos sino de seres humanos esclavizados”, donde fueron diseminados, unos a Jamaica, otros a Colombia. Una separación cruel. De acuerdo a la escritora estadounidense Gloria Jean Watkins, conocida como Bell hooks, feminista y activista social; manifiesta en el artículo Viviendo de Amor, publicado originalmente en Whity, Evein C. (2004) The Black Wome’n Health Book, Washington, Seal Press y traducido por Menchu Mozo, que:

“Testimonios de esclavos confirman que su supervivencia muchas veces, estaba determinada por su capacidad de reprimir las emociones, ya que sus ancestros vieron como sus hijos eran vendidos, sus amantes, compañeros, amigos, apresados sin razón, separados de sus familias. La esclavitud y las divisiones raciales han entorpecido en gran medida el crecimiento espiritual de los afrodescendientes, limitándole su relación con el arte y el amor, provocado por la obligada represión de sus emociones. En condiciones de esclavitud es difícil experimentar o mantener una relación de amor” .

En el caso de mis ancestros afrodescendientes, estos se vuelven a juntar en la Costa Caribe Norte de Nicaragua. Quiero pensar que fueron felices, que lograron cimentar una familia y lograron transmitir a su progenie el orgullo por sus raíces. A ellos dedico este poema publicado en el libro Nocturnidad del Trópico.

ÁFRICA ANCESTRAL

Toqué, acaricié,

engullí el paroxismo.

Ébano, miel

lengua sabia

gustando carne,

piel,

Sahara ardiente.

Simetría magistral

la de sus manos,

palpando,

buscando,

alcanzando,

en el instante álgido,

esa intersección perfecta

en que su pasado y el mío,

encuentran el punto común,

del tam tam ancestral,

que su pecho canta al mío

¡África!

El escritor afrodescendiente Quince Duncan comentó, en este conversatorio, que el término Negro nos lo impusieron los colonizadores, pero la realidad es que somos descendientes de pueblos africanos que tenían sus nombres propios. Mis ancestras y ancestros pudieron ser de los pueblos Yoruba o Bantú. Mi padre me contaba que su abuela materna fue una obeah woman respetada y él siempre estuvo obsesionado con los libros sobre alquimias y magia blanca. En el cuento Herencia Ancestral publicado en El Nuevo Diario. Suplemento Misterios y Enigmas. Octubre, 2008. Pág. 6, narro una experiencia de infancia relacionada con esta parte obsesiva de mi padre por las ciencias ocultas y la medicina natural.

Cuando inicié mis estudios de la Maestría de Antropología Social con mención en Desarrollo Humano en la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense/URACCAN, nuevamente surgieron los cuestionamientos, ¿quién soy, soy afrodescendiente, soy mestiza? En la maestría se congregó a mujeres y hombres de distintos pueblos indígenas y afrodescendientes, diversas profesiones, diversos orígenes geográficos, un lienzo multicolor. Algunas y algunos participantes de la maestría estaban muy claros de su identidad étnica: miskitu, mayangna, garífuna, kriol, los demás éramos catalogados, inicialmente, como mestizos pero con obvias raíces que nos conectaban de una manera u otra a los pueblos originarios de la costa Caribe. Este espacio nos permitió el ejercicio de cuestionar y reflexionar sobre nuestros verdaderos orígenes, traer al presente a nuestras abuelas, abuelos, a las y los bisabuelos, tatarabuelas. ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos?

En mi caso particular, nunca sentí la necesidad ni la obligación de plegarme a una identidad determinada, dado que nací y crecí en un ambiente multiétnico, multicultural, pero ya en la adultez y, en este contexto, se me desafiaba a tomar una posición. ¿Por qué debía hacerlo?, me preguntaba, cuando jamás significó una urgencia en mi vida antes. ¿Debía ser de una o de otra? ¿Por qué no, de todas? Nuestra coordinadora de la maestría, la Dra. María Dolores Arzate, nicaragüense, me resolvió esa incertidumbre: Sos afromestiza y me sentí cómoda con ello, así llevaba conmigo, sin dudas, parte de la vena de mis ancestras y ancestros paternos como maternos.

Ya en la adultez, me trasladé a Managua, la capital, para ingresar a la Universidad Centroamericana/UCA. Ya que en ese entonces la costa Caribe no contaba con universidades. Estudiaba en la tarde/noche y trabajaba por la mañana. Allí las cosas tomaron otro giro, se me cuestionaba el ser blanca pero costeña, inconcebible, de no hablar fluidamente el inglés, no bailar palo de mayo, que seguramente era bruja. Ser costeña en Nicaragua era sinónimo de ser bruja. Así que la discriminación no solo era por ser mujer, sino además por ser originaria de la costa Caribe, donde la población mayoritaria es afrodescendiente en la RACCS, Región Autónoma Costa Caribe Sur y las poblaciones indígenas autóctonas lo son en la RACCN, Región Autónoma Costa Caribe Norte.

La costa Caribe siempre ha estado presente en lo que escribo, ya sea poesía, cuentos breves o artículos, es con quien estoy comprometida y para quien escribo. Además de ser parte de mi legado, pienso que tengo el afán permanente de mostrar que somos algo más que el estereotipo folclórico del Palo de Mayo (May Pole), festividades danzarias con un toque erótico que se realizan alrededor de un árbol adornado de cintas de colores y frutas para honrar a Mayaya, la diosa de la fertilidad y la llegada de las primeras lluvias que auguran buenas cosechas.

En la constitución de nuestro país se declara que somos un país de diversidad étnica, multicultural y multilingüe, pero el resto del país tiene un gran desconocimiento de ella, de sus habitantes, de la diversidad de sus culturas y lenguas. Por ende, es escaso el conocimiento de la obra literaria costeña, ya que los principales medios de difusión cultural están en la capital, Managua. Una forma de aportar a la disminución de ese desconocimiento, ha sido trabajar en la visibilización y difusión del trabajo creativo de las mujeres poetas, narradoras y recopiladoras originarias de las regiones autónomas de la costa Caribe, desde los espacios posibles. Incentivarlas, a través de la escritura, a que relaten sus historias desde sus propias vivencias, desde sus miradas, aciertos y desaciertos. Reflexionar y dialogar sobre el pasado y presente compartido, apostando al futuro, desde sus propias potencialidades, para transformar sus realidades, mi realidad, nuestras realidades.

Un primer esfuerzo de difusión se realizó en coautoría con la escritora Marianela Corriols al publicar la antología Hermanas de Tinta. Muestra de Poesía Multiétnica de Mujeres Nicaragüenses, considerada como una de las antologías más completas del quehacer literario de las mujeres poetas de Nicaragua, ya que además se incluyó, por primera vez, a 28 poetas de la costa Caribe.

Otro esfuerzo que se suma, es el poemario Aquí la Palabra es Arcoíris, resultado de la investigación de tesis La Autonomía Multicultural desde la Poesía de Escritoras costeñas, que realicé para optar al título de Maestría en Antropología Social con mención en Desarrollo Humano en el 2006. Actualmente estoy trabajando en su actualización para su posible publicación. Al respecto y como un desafío de que sí podemos, surge este poema publicado en el poemario Nocturnidad del Trópico por el Centro Nicaragüense de Escritores en el 2010:

ÍCARO

Tu voz me alcanzó

entre la bruma del desconcierto:

“¡Go for it!

I will be rooting for you…”

Airosa, extendí las alas,

suavemente,

como la brisa en tu pelo.

Entre las nubes atisbé

un arco iris bajo mis pies,

sentí el sabor del paraíso

derramándose entre mis labios.

Ícaro celoso, impotente…

me ve crecer,

elevarme,

volar…

Éstas alas no se derriten,

Son alas de MUJER.

Ante el profundo reto que nos ha tocado vivir, tenemos el deber de asumir este compromiso con responsabilidad y mesura, por nosotros, por nuestros hijos, por nuestra nación. La escritora Ángeles Mastretta, en la novela El mundo iluminado”, publicado en 1998, pp. 219-220, escribió que: “No heredaremos a nuestros hijos ni la certeza ni la quimera de un mundo feliz, puesto que nacemos en un mundo injusto, en un mundo signado por la desigualdad y el abuso, en un mundo que a veces parece no tener remedio, pero ello no nos releva de la obligación cotidiana de intentar que sea mejor”. Enfatiza que es nuestro deber comunicarles a nuestros hijos que el mundo, por más lleno de afrenta y pesares con que lo encontremos, merece el diario afán de quienes creen que tiene remedio.

Tuttolomondo, Trinidad Tuttolomondo asimismo, en su artículo “Pasado y Presente en la Esclavitud Africana”, destaca la importancia de otras formas de resistencia por abonar a otro mundo posible: “La resistencia no se agota simplemente en rebeliones triunfantes, huidas exitosas o luchas campales, sino que también, una mirada; un "¿por qué?"; un grito; por qué no, el silencio; una canción; un relato o una poesía constituyen otras formas de resistencia que no deben ser olvidadas”.

Estoy de acuerdo con ambas aseveraciones, desde la poesía, construimos ese lugar ideal que queremos, desbordamos la imaginación para sustentarla y creer en ella. En el caso de las escritoras de las Regiones Autonómas de la Costa Caribe Norte y Sur de Nicaragua, la Autonomía es nuestra Utopía de mujeres comprometidas con nuestra realidad sociocultural. La Ley de Autonomía refleja las aspiraciones y anhelos de la costa Caribe, al reconocer y promover la multiculturalidad y multilingüismo, reafirmando, con ello, la autoestima de las y los costeños. La poeta y arpillera Nidia Taylor manifiesta al respecto lo siguiente: “Las mujeres tenemos orgullo por nuestra cultura y por nuestras diferentes expresiones culturales gracias a este proceso de autonomía”, reconociendo, además, que no fue un proceso fácil, fueron catorce años luchando para que se aprobara la Reglamentación; finalmente es un logro del pueblo costeño.

El Dr. Esteban Krotz que fue docente nuestro en la Maestría de Antropología Social, en la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense/URACCAN, manifestó lo siguiente en uno de sus escritos publicados en el Boletín Antropológico N.° 49, 2000, acerca de la utopía:

“La antropología volvería a encontrarse con la utopía, aquella tradición de pensamiento y acción que parte de la insatisfacción con el presente, porque está convencida de que debe haber una posibilidad de organizar la convivencia de los seres humanos de tal modo que todos puedan ser libres y tener un lugar respetado”.

Como mujeres escritoras intentamos interpretar el mundo en el que vivimos y convivimos, nombrando las cosas, evidenciándolas y difundiéndolas para poder hacer incidencia en las transformaciones que deseamos. Angela Davis nos dice al respecto: “You have to act as if it were possible to radically transform the world. And you have to do it all the time. “Radical” simply means grasping things at the root”. En el siguiente poema aún inédito, intento externar ese sentir:

STAND BY ME

Stand by me

Stand by me

Madiba,

Y continuaré la lucha

por alcanzar el arcoíris de tus ojos

Stand by me

Just stand by me,

¡Escucha!

¡Los tambores están sonando!

And my bare feet,

Walking over the path

That you told me about,

To reach Ngaje Ngai*,

At the summit of Kilimanjaro.

We have the chance to change,

Stand by me.

Yrt.

*Ngàje Ngài ("Casa de Dios") en maasai.

La escritora Marcela Lagarde y de los Ríos, en el artículo “De la igualdad formal a la diversidad. Una perspectiva étnica latinoamericana”, 2003, pp. 72, 73, nos comparte su visión de la diversidad desde la mujer:

“Las latinoamericanas conformamos un mosaico diverso y plural, multiétnico y plurilingüe. Pero nuestra diversidad es mayor: abarca rangos entre la riqueza y la pobreza extrema, vidas en bonanza y tierras arrasadas, creciente expectativa de ida de algunas frente a la enfermedad cotidiana y problemas corporales y subjetivos ligados a sexualidades precarias, creencias e ideologías extremas, ignorancia, conocimientos y formación, participación política y anhelos encontrados”. “...la diversidad tiene otro nivel más profundo definido por la complejidad de la condición genérica”.

Referencias

Hooks, B.(2004). “Viviendo de Amor”, pp. 1-8. http://www.concienciasinfronteras.com/páginas/conciencia/deamor.html

Krotz, E. (2000). Boletín Antropológico N.° 49, mayo-agosto, Centro de Investigaciones Etnológicas -Museo Arqueológico- Universidad de los Andes-Mérida.

Lagarde, M. (2003). “De la igualdad formal a la diversidad. Una perspectiva étnica latinoamericana”, 2003, pp. 72, 73.

________. (2021). Conferencia El buen vivir de las mujeres desde el feminismo, octubre 2021, en inauguración del diplomado “El buen vivir de las mujeres desde los feminismos decoloniales y la cosmovisión maya” de la Fundación Guatemala, Ciudad Guatemala.

Mastretta, Á. (1998). “El mundo iluminado”. Editorial Planeta Colombiana S. A., Bogotá, Colombia. Pp. 219-220.

Rossman, Y. (2006). La Autonomía Multicultural desde la Poesía de Escritoras costeñas. Tesis de Maestría en Antropología Social con mención en Desarrollo Humano. Nicaragua. Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense-URACCAN.

Taylor, N. (2004). “Participación activa. Las Mujeres y el Proceso Autonómico”, Memoria del IV Simposio Internacional de Autonomía, Managua, Nicaragua. Septiembre, 2004, pp. 1-7.

Tuttolomondo, T. (2002). “Pasado y Presente en la Esclavitud Africana”, Observatorio de Conflictos, Universidad de Rosario, Argentina, p. 5.

Von Houwald titulado Goetz, (S. F.). “Los Alemanes en Nicaragua”, Cáp. IV, p. 307. http://www.enriquebolanos.org/data/media/file/CCBA_-_SERIE_HISTORICA_-_02_-_Los_Alemanes_en_Nicaragua_2_de_3. CapIV, pag. 307.pdf

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