TDNA

Temas de nuestra américa

e-ISSN: 2215-3896.
(Enero-Junio, 2022). Vol 38(71)
DOI: https://doi.org/10,15359/tdna.38-71.13
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RESEÑA


Las playas imaginadas. Turismo, imaginarios y discurso colonial en Guanacaste, de Esteban Barboza Núñez, (2020, Ed. Arlequín)

“Imaginary Beaches: the necessary Sin of an Intellectual”. A review of the book by Esteban Barboza Núñez, Imagined beaches, tourism, imaginaries and colonial discourse in Guanacaste

As praias imaginadas: o pecado necessário de um intelectual. Uma resenha do livro Praias Imaginadas, Turismo, Imaginários e Discurso Colonial em Guanacaste, do autor Esteban Barboza Núñez

Antonio Néstor Álvarez Pitaluga

Sede Chorotega

Universidad Nacional

Costa Rica


Las relaciones sociales -y, por ende, de poder- articulan las diferentes facetas y aspectos de nuestra vida pública y privada. Su totalidad da vida a las distintas representaciones de la nación donde habitan. En consecuencia, la identidad, la patria, las nacionalidades, las idiosincrasias y el pasado son intencionadas construcciones ideológicas desde el poder, asumidas por cada sujeto según su rol social. En el mundo académico y sus campus culturales se producen y reproducen, con códigos propios y a distintas escalas, las dinámicas de tales relaciones. Sus intelectuales, generación tras generación, renuevan esas y otras representaciones nacionales.

Con mayor o menor intensidad, los acuerdos, las afinidades y las disensiones públicas o silenciosas (grupales e individuales), por hacer valer voluntades y criterios desde las centralidades hasta convertirlas en normas para el colectivo, dan sentido a dichos esquemas relacionales. Pero cuando de esas lógicas y necesarias diversidades surge una voz que desde posiciones no centrales propone imaginar viejas y nuevas realidades sociales, establecidas por el foco hegemónico, la tentación por conocer tal osadía se hace irresistible. Y la curiosidad se hace mucho mayor si intuimos en los inicios que el sujeto imaginado por el poder, ha creado y recreado por sí mismo una visión, otra de la realidad social impuesta. Pensar el mundo desde la periferia imaginada por otros, es entonces, una aventura intelectual que merece conocerse sin demoras.

Este es el punto de partida principal, aunque no el único, del doctor Esteban Barboza Núñez en su obra más reciente, Las playas imaginadas. Turismo, imaginarios y discurso colonial en Guanacaste. Costa Rica (2020), Costa Rica, Editorial Arlekín. Su corpus teórico-metodológico y fáctico-interpretativo, ordenado en una introducción, cinco capítulos y las referencias consultadas, sienta sus bases en una excelente tesis doctoral defendida recientemente de manera brillante en la Universidad de Costa Rica.

En las 384 páginas del libro se resume, por una parte, la participación e intensos debates intelectuales como egresado del prestigioso Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura de dicha casa de altos estudios; y por la otra, se evidencia, a todas luces, un intenso y profuso trabajo de investigación del tema seleccionado como objeto de estudio; es decir, la actividad turística en la provincia costarricense de Guanacaste a través de sus distintas representaciones y discursos socioculturales.

Lo anterior de por sí solo es muy meritorio para el autor y su obra, sin embargo, no constituye en su totalidad el valor total del libro. A mi juicio, el tratamiento teórico y el muy alto vuelo interpretativo del análisis que nos propone el joven doctor Barboza Núñez, constituyen las otras claves que aquilatan la completa percepción científica del texto. Pero otro hecho, poco común en las dinámicas de las realidades sociales y científicas nacionales, termina por colocar a esta obra en su magnífica dimensión intelectual: la proyección contrahegemónica del entramado teórico-interpretativo contra la norma de una centralidad dominante, que reproduce a escala doméstica un molde hegemónico internacional. Es doble pecado; esto es, pensar en y desde una supuesta periferia, es la expresión discursiva que consagra la obra y su tema para los estudios culturales y las ciencias sociales del país.

En tiempos que a los científicos sociales se les induce a ser “imparciales” y solo ocuparse de describir, caracterizar o reconstruir fenómenos y procesos e incluso, a “investigar” sin presupuestos demostrativos, la asunción interpretativa del profesor catedrático de la Universidad Nacional, Esteban Barboza Núñez, coloca el dedo en la llaga en una vieja disputa entre el centro y la periferia. Es decir, la primera piensa, la segunda asume. Los aferrados a tal binomio suelen soslayar que, tanto en la dotada centralidad como en la abandonada periferia, la modorra intelectual pulula a sus anchas. La obra de Barboza Núñez nos vuelve a demostrar que el intelecto no es una cuestión de origen ni de geografía, sino de tesón, empeño y vuelo interpretativo, capacidades que mayormente no guardan relación con determinados recursos bibliográficos o tecnológicos.

La ruptura frontal con ese idealizado esquema comienza con el propio título de la obra, al utilizar dos conjugaciones de la palabra imaginar. Hoy la imaginación sigue siendo una necesidad permanente de todo intelectual, ya que construye y alimenta su subjetividad para conocer y comprender la realidad. Sin ella es un mero reproductor de pensamientos ajenos.

El tema escogido es de por sí polémico y con plena vigencia, al situarlo en el contexto social al cual pertenece mediante tres puntos de partida diseñados por Barboza Núñez: el turismo como concepto histórico-cultural, su dimensión teórica-interpretativa, y por último, como actividad socioeconómica global, nacional y regional. El autor sintetiza esta trilogía con el térmico, la cuestión turística, de amplio uso a lo largo de las páginas del libro. De manera habitual encontramos en la producción escrita nacional decenas de estudios desde la última de las tres perspectivas. Tales acercamientos al turismo se enfocan, de mayor forma en los antecedes, las prácticas económicas y ambientales y sus perfiles de rentabilidad. Pero el profesor Esteban no se acomodó a dicha tradición. La ruptura y novedad investigativa que nos propone estriba en la articulación de la novedosa triada analítica mencionada y su diseminación a lo largo de los cinco capítulos.

En el primero nos plantea el carácter historicista de sus análisis. Desde el comienzo nos ubica en los enfoques socioculturales del turismo en la literatura internacional. Estos le permitieron al unísono y, de manera original, ir construyendo el suyo propio, desde la realidad guanacasteca. No se trata de un relato histórico, para nada, ya que la historicidad supone aquí la ubicación y el entendimiento del turismo y sus actividades dentro de un sistema de relaciones sociales universales, visualizados a partir de los estudios teóricos de la modernidad, el poder y los discursos coloniales y poscoloniales. De esa manera, el prisma transdiciplinar cobra vida desde los primeros instantes de este importante estudio.

El segundo capítulo propone la mayor plenitud teórica y metodológica requerida para la investigación. La otredad, el poder, los discursos ideológicos y los imaginarios turísticos y geográficos, junto a otros conceptos analizados, articulan aquí el mayor porcentaje del entramado teórico. Este organizado laberinto interpretativo, dota al libro de uno de sus mayores logros, proponer un instrumento metodológico de análisis para la realidad turística de Guanacaste, que, a su vez, pudiera servir como modelo para el estudio de otras similares realidades nacionales y latinoamericanas en general.

La comprensión turística desde la dimensión regional a partir de la teoría social, se desarrolla de manera in crescendo en el resto de los demás apartados. La espiral se hace encomiable cuando avanzamos en la lectura y pensamos a un mismo tiempo en no pocos estudios del turismo en la región y el continente, que, desde buenas intenciones, no escapan a la racionalidad instrumental de carácter económico que uniforma, cada vez más, a estas propuestas. Despojar a los estudios sobre la actividad turística del enfoque sociocultural, unicidad que Barboza Núñez logra articular de modo indudable, equivale a mantener y reducir la actividad turística a su versión más instrumental, o sea, una voraz y creciente fuente de consumo y deterioro ambiental en busca de capitales.

Los capítulos tres y cuatro están transversalizados por la impronta de los Estudios Culturales del siglo XX; que a su vez, son deudores del pensamiento crítico del marxismo original y de su recuperación grasmciana. Y en efecto, Antonio Gramsci es un referente de varios de los reconocidos autores de los estudios poscoloniales aquí consultados. Los contextos de sus pesquisas se ubican en Latinoamérica, África y Asia, los cuales le permiten desarrollar una mayor veracidad histórica e interpretativa de su objeto de análisis desde nuestras periferias poscoloniales. Las diversas comprensiones de la concepción de hegemonía cultural, también encuentran en ambos acápites un armonioso acople teórico e interpretativo en conceptualizaciones tan valiosas como: los imaginarios, el paisaje, las representaciones y los discursos coloniales en la actividad turística internacional y guanacasteca.

En este punto, Núñez acude a uno de sus mejores recursos intelectuales de formación: las analogías y los análisis socio-literarios. Desde estos son trenzados, con magnífica sinergia al instrumental teórico del libro, sus visiones teóricas y el quehacer turístico de la provincia, con las lecturas ideológicas de personajes de la literatura universal como Viernes y Calibán. Se parte de diferentes asunciones discursivas, ambos encarnan las representaciones hegemónicas del sujeto dominado en el mundo colonial, cuyas asunciones permiten al catedrático costarricense proyectarlas en sus realidades de estudios, a través de sus actores locales. La rebelión intelectual de Calibán recorre buena parte del libro con no pocas simpatías.

El capítulo final, el quinto, nos confirma la total validez de la investigación al exponer y explicar la conflictividad local, generada por el desarrollo turístico en Guanacaste, a partir del instrumental teórico-metodológico articulado en los capítulos precedentes.

De manera global, Las playas imaginadas…, es un libro contestatario. Sus enfoques y resultados interpretativos lo hacen oponerse a la vetusta tradición intelectual de que en las periferias colonizadas los intelectuales son meros reproductores. Sus contenidos demuestran lo contrario. Su abundancia teórica señala, además, otro importante logro: un amplio dominio referencial y temático del autor. Dicho instrumental permite que cualquier lector pueda reflexionar desde posiciones socioculturales sobre el complejo fenómeno del turismo en Guanacaste y en Costa Rica, que, de forma contraria es asumido por sus actores sociales y algunos colegas de profesión, como mera actividad mercantil. Esta última realidad es una alerta en aras de aumentar la reflexión contextual para los estudios nacionales sobre el tema.

Las playas imaginadas. Turismo, imaginarios y discurso colonial en Guanacaste, cierra una agitada y fructífera etapa de estudios e investigación doctoral de Esteban Barboza Núñez. Quedan atrás extensas lecturas, acercamientos teóricos, discusiones y debates aportadores y sobre todo, una lúcida defensa de tesis. A un mismo tiempo, le permitirá al autor el inicio de otras inquietudes y caminos investigativos conducentes a nuevas búsquedas científicas. Y es probable que Calibán, mítico insurrecto letrado que, en el libro se nos presenta como álter ego del doctor Esteban Barboza Núñez, lo siga acompañando en sus próximas travesías intelectuales para continuar imaginando el mundo de modo distinto y contra las propias armas del colonizador.

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