TDNA

Temas de nuestra américa

e-ISSN: 2215-3896.
(Edición Extraordinaria, 2022). Vol 38
DOI: https://doi.org/10.15359/tdna.38-e4
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VOCES SOBRE SU LEGADO


Un encuentro con
José Martí en las letras de
Mario Oliva Medina1

Daliana Vargas-Ramos

Ministerio de Educación Pública

Costa Rica


Mario Oliva Medina es profesor universitario, y prolífico escritor chileno que reside en Costa Rica desde 1976 cuya pasión ha sido los estudios sobre América Latina. De espíritu martiano, se destaca dentro de su producción gran cantidad de artículos tales como La Musa Proletaria en Costa Rica 1900-1948, Revista Repertorio Americano: algunos alcances sobre su trayectoria 1919-1958, Las ideas socialistas 1880-1930, La Revista Renovación 1911-1914: de la política a la literatura y Gabriela Mistral en Costa Rica, publicados en diversas revistas especializadas nacionales e internacionales. También ha dedicado tiempo importante a la escritura de libros sobre nuestras realidades entre ellos: Artesanos y obreros costarricenses 1880-1914, Como alas de mariposa, Cien años de poesía popular en Costa Rica 1850-1950, Los intelectuales y las letras centroamericanas sobre la Guerra Civil Española, (editado también como España desde lejos) y José Martí en la historia y la cultura costarricenses.

Este último libro permite dar una mirada retrospectiva a la historia costarricense desde su vínculo con Martí, Hombre Solar, que dejó su huella permanente en Nuestra América. La obra inicia con el prólogo de Luis Ferrero el cual retomo por su espíritu martiano y por el reconocimiento que hace a Oliva al expresar:

El silencio tiene un precio infinito.

Escribo graves remembranzas martianas.

Recuerdos mentales más excelentes que los vocales.

Estas palabras ya no son mías: las prometí a un amigo dilecto

“que anda con alas”-al decir de Martí-.

Y si hay algún alarido, alarido es del alma.

L.F (Oliva, 2011, p. 13).

Desde este marco, Ferrero plantea que compartió con Oliva espacios de diálogo sobre el prócer cubano y que entre ellos se ha dado una identificación guiada por el espíritu martiano. Ferrero recuerda que su mentor martiano fue García Monge y hace un interesante recorrido rescatando frases inmemorables que marcan significativamente a quienes tienen el privilegio de encontrarse con ellas, por su sentido progresista y de avanzada, materializándose en el tiempo como consignas redentoras del ideario martiano, tales como: “Hay que poner a andar las ideas. Si andan, las ideas crecen, triunfan (Oliva, 2011, 13); “Creer, crear y crecer” (p.14).

Con igual sabiduría recuerda la forma metafórica en que García Monge le explicó porque Martí es un hombre solar: un sol que des demoniza a América, que lleva luz, que no tiene época, porque después de desaparecer revive (p. 14). Ferrero concluye indicando que el abordaje de Mario Oliva Medina, permite conocer a Martí pensador, escritor, poeta, hombre de acción que influye en nuestra cultura costarricense.

En su texto, Oliva propone como tesis central mostrar la presencia de Martí, su vida y obra en Costa Rica y relacionar cómo su presencia física se tradujo en presencia espiritual de larga data. A partir de esta postura, el autor intenta llenar un vacío historiográfico, dando cuenta de la existencia solamente de un estudio previo en el tema, de Carlos Jinesta, en los años 30.

Desde estas especificaciones, Oliva se trazó como objetivo captar el ideario martiano develando en cuáles costarricenses influyó el prócer cubano, quien generó admiración y devoción para sí. Para ello utilizó diferentes fuentes, como las existentes en los archivos nacionales relacionadas con la presencia cubana en el país, documentación literaria, la Revista Repertorio Americano, poesía inspirada en la guerra cubana y testimonios orales.

El tratamiento metodológico que brindó a estas fuentes lo hace no solamente desde las herramientas teórico-metodológicas de su disciplina de historiador, sino que logra un acercamiento a partir de la teoría de la literatura. De tal forma, ambas aproximaciones le concedieron un diálogo con las fuentes que le permitió un mayor nivel de comprensión, a partir del análisis de la circulación, la recepción, las formas de trasmisión del ideario martiano y los tipos de consumo, así como la producción escrita e iconográfica que se gestó sobre el Apóstol. Con este trabajo complejo, el autor construye su libro cuya particular característica es ser un ensayo abierto, donde se muestran documentos ricos en su esencia que develan la presencia y el sentir martiano, aunadas a interpretaciones y comentarios que le favorecen al autor para fundamentar su tesis central.

El hilo conductor de su argumentación lo inicia con un apartado denominado como advertencia que ubica al lector en la indagatoria realizada. Luego, continúa su exposición con apartados con títulos muy sugerentes que permiten ir desarrollando un interés en sus letras, al ser estas provocativas, inspiradoras y sugestivas. De tal manera, va gestando la construcción de su tesis aportando elementos que la fundamentan y, desde esta lógica, contextualiza la presencia de Martí en Costa Rica no solo por su presencia física, sino por su influencia a nivel de pensamiento que permea los diferentes ámbitos de la política, el arte y la educación por mencionar algunos de ellos.

La organización de la información en diez apartados tiene un sentido lógico armónico y desencadenante, en la cual incursionaré en forma breve.

La inmigración cubana
y las visitas de José Martí
a Costa
Rica

Oliva plantea que como consecuencia de la Guerra de los diez años (1868-1878) y de la Guerra Chiquita (1879-1880), los cubanos se enfrentaron por su independencia al imperio español (p.31). Esta situación provocó migraciones y la petición de exilio político en Costa Rica, la cual abrió sus fronteras a un número importante de cubanos. Se destacó la presencia del General Antonio Maceo, quien estableció una colonia agrícola en La Mansión de Nicoya, Guanacaste, y un club político que generó incertidumbre y molestia a españoles radicados en Costa Rica.

En 1893 y 1894, Martí visitó Costa Rica y provocó motivación en un grupo de cubanos quienes junto a Maceo y Flor Crombert, se unieron a la guerra de la liberación. Así, se gestó en nuestro país un fenómeno interesante, se hicieron convocatorias a reuniones para discutir sobre el problema cubano a las que asistían costarricenses y personas de otras nacionalidades que simpatizaban con la causa cubana.

El autor indica que en la visita de Martí a Costa Rica los diarios cubrieron la noticia en forma amplia y se generó una variedad de crónicas que visibilizaron la familiaridad del pueblo con Martí y la guerra necesaria. Otro elemento importante es la donación del gobierno costarricense de un arsenal para la causa cubana y la apertura de espacios para el activismo cubano.

De igual forma, Martí expresa su ca- riño a Costa Rica situación evidenciada en una carta que el prócer es- cribe a Pío Víquez, donde se muestra también su pensamiento de avanzada al anticipar el surgimiento del imperio norteamericano, Martí fundamenta la existencia de dos Américas: la Hispanoamérica, y frente a ella y contra ella, la sajona (p.40).

El autor cierra este apartado con dos crónicas que el Hombre Solar escribió en su paso por Costa Rica que son recuperadas de trabajos de Lila Ramos, en 1965.

Considero que el autor logra en este apartado mostrar el vínculo de Martí con Costa Rica y se evidencia la presencia del Hombre Solar en la realidad costarricense.

Clubes, prensa y poetas de la Guerra

De forma diacrónica Mario Oliva evidencia que Martí en su lucha por fortalecer su Partido Revolucionario Cubano provocó la conformación de clubes cubanos los cuales asumen un papel central en la difusión del ideario martiano. El autor indica que estos se convierten en movimientos sociales en la historia de Costa Rica, situación que no ha sido abordada por la historiografía, ni siguiera por la martiana. Así, para 1897 existían 17 clubes distribuidos en todas las provincias del país, fenómeno que trascendió fronteras, y se reprodujo en otros países de América Central, con el apoyo de representantes costarricenses.

Otras formas heterogéneas de trans- misión del ideario, pero ricas en su impacto popular, fueron: la banda militar que ejecutaba la marcha Patria y Libertad, dedicada a Martí, esta era una composición del costarricense Manuel García. De igual forma, el periódico El Pabellón, que ilustraba la lucha cubana, publicó escritos del prócer develándose como medio multiplicador de su ideario. Asimismo, realizaba acciones para recaudar fondos para ayudar en la guerra necesaria. Para la segunda mitad de la década del siglo XX en la Biblioteca Nacional se encontraba ya una versión de las obras completas de José Martí (Oliva, 2008, p.49), situación que evidencia la recepción del pensamiento de Martí en el ámbito intelectual de la época.

El autor permite al lector a través de la presentación de 15 poemas escritos entre 1895-1896, conocer el impacto del ideario martiano en Costa Rica y las movilizaciones sociales que se tornan alrededor de la liberación de Cuba. Estos poemas muestran el imaginario colectivo de la época. Algunos de los poetas rescatados por Oliva eran reconocidos en Costa Rica como Emilio Pacheco y Leonidas Briceño; otros se mantuvieron en el anonimato. Es importante anotar que el mensaje simbólico de los estos transmite sentimientos y energías propios de las identificaciones sociales y colectivas con la causa que convocaban. Veamos, por ejemplo, las letras de Pacheco (1895):

“¡Libertad! Libertad: Ese es el grito lastimero y profundo

que aún sube de la tierra al infinito conmoviendo los ámbitos del mundo…”

(Citado en Oliva, 2008, p.52).

Recepción del ideario martiano en el siglo XX

De acuerdo con Oliva (2008), Martí fue reconocido desde el siglo XIX como un revolucionario, sin embargo, en el siglo XX grupos de intelectuales brindaron una mirada diferente al ideario martiano y reconocieron en el Hombre Solar diferentes facetas, entre ellas, la de pensador, escritor y poeta, sin descuidar la de hombre de acción principalmente por el aporte a la cultura latinoamericana.

En Costa Rica, uno de los multiplicadores del ideario martiano fue Joaquín García Monge, así como Roberto Brenes Mesén, Carmen Lira, Carlos Luis Sáenz, Octavio Jiménez y Vicente Sáenz. En 1914 García Monge publica en la Colección Ariel una sección de los versos sencillos de versos libres del Ismaelillo. La edición se inicia con el prólogo de Roberto Brenes Mesén (Oliva, 2011, p.72) donde expone su espíritu martiano, lo cual queda ilustrado en el siguiente párrafo: “Poeta venga a mí porque así lo amo; porque cada poesía suya es palmera en flor y árbol de sándalo para los bosques de mi alma…” (Oliva, 2008, p.72). El autor logra con esto demostrar cómo se daba la recepción del ideario de Martí, que se manifiesta no solo en las plumas de los costarricenses que se dedicaban a las letras, sino en personas de la comunidad costarricense que se mantienen en el anonimato.

Otro centro donde se extendió el pensamiento del prócer cubano fue la Escuela Normal. Principalmente de 1915 a 1940, como parte de la formación de las maestras se trabajaba con literatura martiana. Para 1921, García Monge edita la Edad de Oro. Esta fue leída por estudiantes de la época, lo cual queda de manifiesto en el siguiente aporte de Oliva:

la maestra Adela Salazar reportaba su lectura entre los alumnos de primer año; fueron esos niños quienes pusieron esas epístolas que reproduzco integras por su belleza y porque se alzan como testimonio imperecedero, de con- sumo y apropiación de los ideales de Martí…(2008, p.72).

Las cartas enviadas a García Monge por los estudiantes, escritas por cada alumno, son un ejemplo de la fuerte impresión que dejaba en ellos Martí. Por ejemplo: “…ojalá que usted recuerde siempre este grupo de alumnos humildes que sigue el ejemplo de aquel hombre que fue modelo de los niños cubanos…” (citado por Oliva, 2008, p.80).

La difusión de la obra martiana se expande con el paso del siglo y para el decenio de mil novecientos noventa las universidades de Costa Rica y Nacional construyen las cátedras martianas. En este contexto, se observa la presencia espiritual y de pensamiento en la literatura y en la educación costarricense concatenada al quehacer político presente en Martí.

José Martí en la Revista Repertorio Americano

Oliva reconoce la labor que realizó García Monge como editor del Repertorio Americano, donde se refleja el lugar que este da a los grandes hombres de América. En su ideario, García Monge resalta la figura de los padres americanos, rescata al prócer en su valor de pensador, que se entrega a sus valores y al servicio de la edificación de la cultura americanista.

Autores, producción y tendencias

En este apartado, Oliva muestra la frecuencia con que se presenta el pensamiento martiano en la Revista Repertorio Americano (1919-1958) y evidencia el aporte de escritores costarricenses como Octavio Jiménez sobre la temática, así como una producción de más de noventa artículos de autores Hispanoaméricanos que abordan el pensamiento del prócer. Oliva indica que los artículos muestran en Martí a escritor reflexivo sobre Nuestra América. Rescata los aportes de Miguel Unamuno y Rubén Darío, seguidos en su intencionalidad por Gabriela Mistral y Félix Lizano, de dar un lugar al Hombre Solar, como hombre de acción. Para Oliva, el Repertorio Americano fue esencial para la circulación y consumo del ideario martiano, por lo que no se puede dejar de reconocer la labor de García Monge en la difusión de este pensamiento en el ámbito continental.

Oliva muestra, en el trascurso de su texto, cómo Martí ha estado presente en la historia de Costa Rica, cómo se apropió de un espacio y un lugar en nuestra cultura donde se estableció y se mantiene hasta la fecha.

Conclusiones

Oliva concluye su texto indicando que José Martí en Costa Rica provoca dos movimientos. El primero hace referencia a la presencia de Martí en Costa Rica, que estimuló la construcción de movimientos sociales heterogéneos, y que generó en nuestro país centros neurálgicos que influyen en el ámbito centroamericano a expandir el ideario del prócer. El segundo movimiento tiene que ver con la influencia del pensamiento de Martí. Es así como la intelectualidad costarricense del siglo XX se construye asimilando el ideario de Martí, y señala que dos de las áreas mayormente influenciadas son la educación y la política. Para terminar Oliva enuncia:

…no he querido hacer otra cosa que mostrar los muchos caminos de Martí en la cultura costarricense, así como sus bifurcaciones por el mundo hispanoamericano que se originaron desde la “Pequeña como una Esmeralda”, como calificó un día el cubano José Martí a Costa Rica. (2008, p.116).

El autor incorpora como apartados finales los siguientes elementos:

Una cronología mínima de las visitas de José Martí a Costa Rica, donde nombra las actividades en que participó el prócer.

La bibliografía martiana en el Repertorio Americano, de 1919 a 1955.

La bibliografía general usada por Oliva en su indagatoria.

Una sección de Apéndices, compuesta por 10 anexos que permiten acercarse a Martí en su faceta de hombre de acción.

Después de reflexionar sobre las explicaciones anteriores, observo la coherencia del autor Mario Oliva con respecto a su tesis central, en la cual logra hilar los hechos y datos para afianzar su postura inicial.

Deseo señalar que este trabajo de Oliva tiene como principales logros, evidenciar las manifestaciones culturales costarricenses que se plasmaron en el material literario, tales como poesías inspiradas en la guerra de la liberación y en el prócer cubano; manifiestos, música, cuentos infantiles y movimientos sociales, que son testimonio de la mentalidad colectiva que se gestó a partir del conocimiento del ideario martiano. Desde esta lógica, miro también como laguna en la obra, por las aristas que genera, el tema un vacío sobre la influencia del pensamiento martiano en el campo político costarricense.

Dentro de los aportes que brinda esta obra están el inicio de un trabajo ante el vacío historiográfico que existe sobre la vida y obra de Martí en Costa Rica que devela el impacto del ideario martiano en la cultura costarricense; facilita iconografías y documentos, como los apéndices, de difícil acceso a las personas; además, deja entrever la poca presencia de la historia en los estudios sobre el pensamiento, espacio donde han incursionado otras disciplinas.

En este marco, la producción de Mario Oliva, que en su esencia es un ensayo abierto y por ende un libro inacabado, permite la construcción de investigaciones y análisis sobre el material aportado, que muestra facetas que pueden ser abordadas por diferentes áreas como la filosofía, la literatura y la política. En un plano personal, dentro de las posibles investigaciones que me convocan a partir de esta obra, señalo las siguientes:

La presencia de Antonio Maceo en Costa Rica.

Los movimientos martianos como movimientos sociales en Costa Rica y Centroamérica.

El aporte del ideario martiano en la construcción de la visión de niñez en la educación costarricense.

El análisis de revistas culturales de inicios y mediados del siglo XX para evidenciar la influencia martiana.

El impacto de pensamiento martiano en la política costarricense del siglo XX.

Martí como precursor del pensamiento decolonial.

Por todo lo anterior, considero importante la lectura de esta obra, además porque ella tiene un sentido de historicidad dado que permite mi- rar cómo se ha construido Nuestra América y desde este pensamiento que tiene una gran vigencia, mirarnos en el ahora de nuestros pueblos, así como la posibilidad de repensarnos desde el pensamiento ético-moral de Martí en nuestra cultura.

Referencias bibliográficas

Oliva, Mario. (2011). José Martí en la Historia y la cultura costarricenses. Costa Rica: EUNA.


1 Publicado originalmente en: Vargas, D. (2012). Un encuentro con José Martí en las letras de Mario Oliva Medina. Temas De Nuestra América Revista De Estudios Latinoaméricanos, 28(51-52), 27-35

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