Revista Electrónica Educare (Educare Electronic Journal) EISSN: 1409-4258 Vol. 20(1) ENERO-ABRIL, 2016: 1-16

doi: http://dx.doi.org/10.15359/ree.20-1.17

URL: http://www.una.ac.cr/educare

CORREO: educare@una.cr

[Número publicado el 01 de enero del 2016]


Percepciones del estudiantado sobre la política, los partidos políticos y las personas dedicadas a la política al finalizar la educación secundaria en Chile1

Perceptions of Students about Politics, Political Parties and Individuals Devoted to Politics when Ending High School Education in Chile2

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Carlos Muñoz-Labraña3

Universidad de Concepción

Concepción, Chile

carlosem@udec.cl

Rosendo Martínez-Rodríguez4

Universidad Andrés Bello

Santiago, Chile

rosendo.martinez@unab.cl

Carlos Muñoz-Grandón5

Universidad de Concepción

Concepción, Chile

carlosmunoz@udec.cl

Recibido 27 de mayo de 2015 • Corregido 22 de octubre de 2015 • Aceptado 17 de noviembre de 2015

Resumen. El artículo da cuenta de una investigación cualitativa que se propuso identificar las percepciones que posee el estudiantado que está próximo a egresar de la educación media acerca de las personas dedicadas a la política y los partidos políticos, así como la procedencia y razones de sus percepciones. La muestra estuvo constituida por estudiantes de cuarto año medio pertenecientes a doce establecimientos educacionales municipales ubicados en las comunas del Gran Concepción-Chile. Para recoger la información se realizaron entrevistas a profundidad y focus group, cautelando la paridad de género. Los resultados obtenidos sugieren que el estudiantado de la muestra, si bien valora la existencia de políticos y políticas en la sociedad, poseen una visión negativa y muy crítica de su actuación, así como de los partidos que representan. Culpan a los propios políticos y políticas de sus percepciones, les enrostran falta de compromiso, coherencia, transparencia y sintonía con una ciudadanía que reacciona ante sus actuaciones. A la vez que sienten que los partidos defienden intereses corporativos más que los de una ciudadanía que clama por mayor preocupación de sus problemas.

Palabras claves. Formación ciudadana, políticos y políticas, partidos políticos, Chile.

Abstract. The article accounts for qualitative research proposed to identify the perceptions of students who are close to graduating from middle school about politicians and political parties, as well as the origin and reasons for their perceptions. The sample included fourth year middle students belonging to twelve educational institutions located in the communes of Concepción metropolitan area, Chile. In-depth interviews and focus groups, protecting gender parity, were conducted to collect information. These results suggest that sample students, while appreciating the existence of politicians in society, have a negative and critical view of their performance, as well as the parties they represent. Students blame the politicians themselves and the policies of their perceptions; they reproach them lack of commitment, consistency, transparency and harmony. In addition, students blame the performance of politicians for their reactions against them. They also argue that political parties protect corporate interests rather than those from the citizenship, who cries out for greater concern regarding their problems.

Keywords. Citizenship education, politicians, political parties, Chile.

Luego del retorno a la democracia, Chile ha realizado enormes esfuerzos por superar la visión negativa que líderes de la dictadura militar se esmeraron en promover sobre los políticos, políticas y los partidos políticos. Especialmente importantes han sido las acciones desplegadas hacia el sistema escolar a través de una renovación sustantiva del currículo, que tuvo la pretensión de incorporar temáticas ausentes hasta ese momento en los planes y programas de estudio. Se modificaron las orientaciones del currículo escolar, los programas de estudio, la evaluación y la mediación pedagógica, reforzándose una serie de contenidos relacionados con la democracia y los derechos humanos, la importancia de la actividad política y de los partidos. Con el objetivo, además, de desarrollar algunas importantes habilidades y actitudes en el estudiantado, destinadas a favorecer y fortalecer aquellos principios y valores fundamentales asociados a la democracia (MINEDUC, 2004b).

La decisión del Ministerio de Educación (MINEDUC) fue incorporar dichas temáticas vinculándolas con algunos problemas actuales que afectaban, y por desgracia siguen afectando, a nuestra sociedad, en coherencia con el enfoque maximalista descrito por la bibliografía especializada (Kerr, 2002).

A pesar de los esfuerzos desplegados, existe una nutrida bibliografía que demuestra una y otra vez la desafección de la juventud con la cosa pública, especialmente crítica su visión de los políticos, las políticas y sus partidos (Muñoz, Vásquez y Reyes, 2010). Los hallazgos encontrados en el sistema escolar –por desgracia– son coherentes con los resultados obtenidos en numerosas encuestas de opinión aplicadas a escolares, jóvenes y a la comunidad en general. Es el caso de los estudios realizados por el Centro de Estudios Públicos, en donde es posible constatar el bajo nivel mayoritario de aprobación que existente hacia figuras políticas y sus partidos (CEP, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012).

La investigación ha pretendido auscultar el fenómeno más allá de las encuestas y de las opiniones a priori entregadas por el estudiantado. Específicamente nos interesó: conocer en profundidad la percepción que posee el estudiantado de las figuras políticas y los partidos políticos, describir la procedencia y razones de sus percepciones y, por último, identificar las posibilidades que entregan para solucionar algunas percepciones negativas que pudieran surgir.

Marco teórico

Si bien la escuela posee una gran responsabilidad en la formación de la ciudadanía, no es la única institución que tiene como misión contribuir a esta formación. Ni tampoco el profesorado el único actor involucrado en esta tarea. En este proceso influyen otros agentes como la familia, las organizaciones formales e intermedias y los medios de comunicación, entre otros (Bolívar, 2007).

A pesar de lo anterior, a la escuela le corresponden algunas responsabilidades. Fundamentalmente porque, como plantea Kymlicka (2003, p. 15); “las personas no aprenden automáticamente en la familia o en las asociaciones de la sociedad civil a ser ciudadanos”. De tal manera que, como señala Carbonell (2008, p. 35)

[Es con] educación, con una buena educación, donde se pueden adquirir las competencias necesarias para vivir con dignidad y participar más eficazmente en la sociedad… la educación brinda la oportunidad de pensar, de disfrutar de los bienes culturales, de mejorar las relaciones con los demás, de comprender en qué mundo vivimos, de protegerse de abusos y manipulaciones y de tomar decisiones con más criterio y eso es, formación ciudadana.

Como ya se ha señalado, en Chile, tras la recuperación de la democracia, se ha hecho un gran esfuerzo para promover la formación ciudadana del estudiantado, procurando superar las graves omisiones curriculares heredadas del gobierno militar. Con este objetivo, en las últimas décadas se han reforzado e incorporado una serie de contenidos, habilidades y actitudes vinculadas a la democracia, que han tenido como objetivo dar cobertura curricular a aquellos principios y valores fundamentales vinculados a la vida en sociedad (MINEDUC, 2004a). Dicha decisión del MINEDUC es coherente con el enfoque maximalista descrito por la bibliografía especializada (Kerr, 1999, 2002). Y tal como ha sido la experiencia de otros países que han asumido esta opción, el objetivo fue “abrir una brecha epistemológica en los sistemas educativos, orientados tradicionalmente a las estructuras curriculares basadas en lógicas disciplinares creadas en una tradición cultural de hace siglos” (Imbernón, 2002, p. 8).

En Chile existe una preocupación, a nivel institucional, por la participación política de la juventud. Esto queda reflejado en las propias orientaciones pedagógicas para fortalecer la formación ciudadana, donde, tras señalar su escasa participación en el sistema político, se advierte que han surgido nuevas formas de participación juvenil y que estas, necesariamente, debieran compaginarse con el sistema tradicional de partidos (MINEDUC, 2013). En este sentido, también cabe destacar la reciente propuesta aprobada unánimemente en el Senado para la reincorporación de la asignatura de Educación Cívica. Entre las razones que se dan en el texto para justificar dicha iniciativa destaca decididamente “la crisis de representación y desconfianza que manifiestan las personas en instituciones como el Parlamento o en los partidos políticos” (Senado de Chile, 2014, párr. 2). De manera que no es aventurado decir que el problema de la participación política de jóvenes existe y que seguimos en vías de alcanzar propuestas educativas al respecto. Esto, a pesar de que, como ya se ha señalado, el currículo chileno ha vivido una positiva evolución en su concepción teórica de la formación ciudadana.

¿Dónde está, entonces, el origen de este problema de desafección? Investigaciones precedentes han demostrado la desconfianza de jóvenes en los partidos políticos desde la educación básica, vinculando la ciudadanía más con acciones sociales que políticas (Muñoz et al., 2010). Esto no significa que el estudiantado no valore la democracia. Por el contrario, se ha señalado que ve en el sistema democrático oportunidades como la libertad de expresión o el sufragio, lo que, sin embargo, no parece repercutir en los índices de participación electoral (Vásquez, 2014). Falta, por lo tanto, profundizar en las razones que han llevado a la actual situación, considerando el discurso de los propios estudiantes, como formula previa para la adopción de medidas educativas.

Por todo ello, cobra especial relevancia el estudio de las percepciones de los jóvenes y las jóvenes sobre la política y las personas dedicadas a la política, con el objetivo de analizar sus razonamientos y el origen de estas ideas y determinar, si existen vías de solución en el contexto actual.

Metodología

La metodología empleada fue de carácter cualitativa (Stake, 2010). La muestra fue intencional y estuvo compuesta por un total de 24 estudiantes de cuarto año medio pertenecientes a doce establecimientos educacionales municipales ubicados en el Gran Concepción, cuyas edades fluctúan entre los 17 y los 19 años. Los datos fueron recolectados durante el primer semestre del 2014, en forma de entrevistas semiestructuradas y focus group. El material que se tuvo a disposición fue grabado y transcrito; el corpus estuvo compuesto por una masa textual de 93.112 palabras. El análisis del material empírico disponible se realizó a través del “análisis de contenido por categorías”, con una orientación hermenéutica o interpretativa. Para un óptimo análisis de contenido, se siguieron los pasos aconsejados por Bardin (1996). Estos inician con un preanálisis de la información, correspondiente a la fase de organización propiamente dicha y corresponde al período de intuiciones (Bardin 1996); continúan con una etapa de codificación de la información, en tanto “proceso por el que los datos brutos son transformados sistemáticamente y agregados en unidades que permiten una descripción precisa de las características pertinentes del contenido” (Bardin 1996, p. 78); y finalizan con una “categorización de la información”, consistente en clasificar los “elementos constitutivos de un conjunto por diferenciación, tras la agrupación por analogía …, a partir de criterios previamente definidos (Bardin 1996, p. 90). Para facilitar esta importante tarea se utilizó el programa Atlas.ti.

Resultados obtenidos

El análisis del material empírico disponible nos permite organizar los resultados en torno a cinco ejes fundamentales, la percepción que poseen el estudiantado de la política, de los partidos políticos, de los políticos y políticas, el origen de estas percepciones y las alternativas que ofrece el propio estudiantado para superar aquellas percepciones que en calidad de problemas se desprenden de sus opiniones.

Percepción del estudiantado sobre la política. Los grupos de estudiantes entrevistados poseen una visión positiva de la política vinculándola preferentemente al ejercicio del poder y a la capacidad de una sociedad para resolver los problemas que emergen como producto de su convivencia. Cuestión que reconocen no es una tarea fácil porque en cada sociedad existen personas que creen tener la verdad, de allí la alta valoración que poseen de ella.

La política en si… yo también la respeto, como dicen mis compañeros, porque es una manera de ordenar a los que tienen el poder para que no cometan abusos y puedan solucionar la cantidad de problemas que se presentan en el momento de tratar de que una sociedad pueda vivir en paz. Ojo que esto que aparece tan bonito no es automático ni muy fácil porque hay personas que siempre creen tener la razón y la verdad. (E4, p. 3)

Además de lo anterior, los estudiantes y las estudiantes perciben que la actividad a que da origen la política es necesaria. Especialmente en la actualidad, que existe cada vez más conciencia de la necesidad de respetar la diversidad y a las personas por el solo hecho de ser seres humanos y no por los recursos económicos o el sector social al que pertenece su familia. Proceso en el cual los estudiantes reconocen que ha habido un cambio positivo del cual se apropian y consideran importante.

A mi parecer es un tema muy importante porque ahora no es como antes donde había reyes o gente rica que por el solo hecho de tener plata tenían poder y se imponían al resto. Eso es un cambio bueno porque hoy nosotros tenemos claro que la cosa cambió y que cada uno es importante, no importa si tiene plata o no, a diferencia de antes que los que estaban cerca de los reyes o los ricos tenían el poder. Por eso creo que la actividad política es importante, porque pone las cosas más claras para todos. (E12, p. 2)

Esta valoración positiva de la política no es menor, y conviene destacarla como punto de partida de los resultados obtenidos. Las concepciones que se exponen a continuación pueden llevar a pensar en un desapego que supera el sistema democrático, o que se sustenta en un desconocimiento de sus mecanismos, cuando, en realidad, a tenor de la información recopilada, los estudiantes y las estudiantes apuntan a problemas concretos y delimitados sobre el funcionamiento de las instituciones y el quehacer de representantes públicos, pero no sobre el modelo democrático.

Percepción del estudiantado estudiado acerca de los partidos políticos. A diferencia de las percepciones positivas que posee de la política y de la actividad a la que da origen, al momento de interpelarle acerca de sus percepciones sobre los partidos políticos, estas cambian sustantivamente. En especial porque, si bien reconocen a los partidos como un espacio legítimo de reunión de políticos, a renglón seguido, ponen en duda la actividad que realizan, siendo lapidarios al momento de bajar a la realidad que vivencian diariamente. Esto, porque señalan que los partidos tiene intereses que no siempre coinciden con aquellos que interesan a la gente, produciéndose un divorcio entre los intereses de los partidos y los de la ciudadanía. De ahí que sea categórico en señalar que no sirven tal como están.

Es donde se reúnen los políticos naturalmente y planifican, o mejor digo, debieran planificar lo que deberían hacer. Pero lo que sucede en Chile es que como que ellos tienen intereses que parten como muy cercanos a la gente, pero cuando tienen que apoyar lo que la gente quiere como que le dan la espalda a la gente, por eso es que como que van para otro lado y por eso es que no sirven tal como están. (E2, p. 3)

Un aspecto importante y llamativo, tratándose de jóvenes que no han tenido una experiencia continuada en el tiempo con los partidos, es la de que estos están desfasados y debieran cambiar y actualizarse. Aquí se pone en juego un conocimiento histórico para responder a un problema del presente. Se mira a los partidos como organizaciones obsoletas, no por su sentido o función democrática, sino por su propia coyuntura en un entramado que solo buscaría perpetuarse en el poder; tal como puede advertirse con claridad en el siguiente relato:

Los partidos han existido siempre desde los bandos políticos, pero como que siempre son los mismos partidos y la sociedad ha cambiado. Me gustaría que hubieran otros partidos, porque la sociedad actual no es la misma de hace 100 años y hace 40 años, pero los partidos no se renuevan y como que siguen en lo mismo. Los problemas actuales no son los de antes y eso como que los partidos no lo saben… Quieren llegar al gobierno para poner a su gente, luego llega otro gobierno y pone a los suyos y como que se reparten la torta entre ellos y la gente solo tiene que ir a votar. (E18, p. 3)

Esta crítica a las organizaciones políticas, no debe identificarse superficialmente con un desconocimiento de los grupos jóvenes sobre los problemas políticos, o como una falta de interés de estos por la política. El Chile democrático ha vivido varios momentos de renovación ciudadana a través de vías de participación alternativas, aun cuando los niveles de participación electora sean bajos. Se ha señalado que, si bien el sistema de partidos políticos no es la forma de participación mejor valorada por la juventud, otras instancias, sobre todo las de participación comunitaria a nivel local, despiertan de manera creciente su interés (MINEDUC, 2013). De manera que, podría decirse, no estamos ante un problema de desinterés, sino de mala canalización política de los problemas que despiertan su interés. Así, el reciente movimiento estudiantil en Chile se observa como vía de participación cercana a la gente, con un sentido anclado a la realidad, y, sin embargo, la respuesta política subsiguiente como una reacción tardía y oportunista.

Yo creo que el problema con los partidos es que no responden a lo que la gente quiere… están en una burbuja y no salen de allí. Cuando empezó el movimiento estudiantil ni se metieron, y ahora que los estudiantes hicieron oír su voz, todos tienen soluciones. Y yo me pregunto, ¿por qué no las dieron antes de que se produjera el problema? La única respuesta es porque no tienen idea de lo que pasa y sólo reaccionan tardíamente ante los problemas de la gente. (E7, p. 3)

Percepción del estudiantado acerca de las figuras políticas. Al examinar las respuestas entregadas al consultarle sus percepciones acerca de los políticos y las políticas, una de las primeras que llama la atención es la de que los políticos no defienden los intereses de la ciudadanía. Según esta idea, la lógica de los políticos y sus partidos no es la de responder a las necesidades de la sociedad, sino que perciben una lejanía en el quehacer político.

Yo diría que ellos están en otra y que no representan a las personas ni a la ciudadanía en general… Sólo interpretan sus intereses y los de los partidos a que representan, los que a su vez responden a sus propias preocupaciones e intereses. (E21, p. 3).

Esto no significa, como ya se ha advertido, que los alumnos y las alumnas desconfíen del sistema o consideren que los sectores políticos no son necesarios en la sociedad. La desconfianza viene de su trabajo en sí, de la forma de actuar y de hacer política. Perciben a la persona dedicada a la política como un actor que, lejos de solucionar los problemas de la sociedad que le ha elegido, se preocupa más de sus propios intereses o de los intereses de una minoría con poder.

No es que pensemos que no son necesarios en una sociedad. Lo que ocurre es que tal como actúan no sirven para solucionar los problemas de la gente, porque no son fiables y defienden intereses que no son como de las personas comunes y corrientes, sino que de los más importantes, y eso es lo que no nos gusta… que piden el voto y después no se hacen cargo de lo que prometen a la gente. (E5, p. 1)

Nótese que el estudiante pone en relación directa el voto con la responsabilidad que implica hacia el votado. El estudiantado sabe de la importancia del pacto que se genera al momento de votar entre el político o política y su programa y el pueblo que le otorga su confianza. La percepción de que este pacto se rompe con asiduidad supone un problema crucial que hace tambalearse todo el sistema y que bien puede ser fuente fundamental del desapego político en Chile, señalado durante el marco teórico.

Esta imagen de la figura política alejada de la sociedad y dedicada a sus propios intereses, bien puede identificarse con una idea asentada socialmente sobre las representaciones políticas. Pero no es menor el que esta percepción se exprese con tanta precisión y coherencia por los grupos jóvenes. Aquí se observa un distanciamiento importante, producto del descontento con el trabajo político, pero también reflejo de una distancia en las formas, en el lenguaje y las acciones de este, que genera también barreras y desconocimiento.

A mí me parece que los políticos son necesarios, pero ellos no se dan cuanta que como que están en cualquier cosa… O sea, que no son cercanos a la gente… como que no representan a quienes debieran representar y hablan y hablan y no pasa nada en concreto. La gente confía y confía pero ellos son como sordos ante lo que la gente quiere y pide. (E9, p. 1)

Procedencia de las percepciones. Al consultarle al estudiantado acerca del origen de sus percepciones, especialmente de aquellas que cuestionan la actuación de los partidos y los políticos, la idea más extendida es la de que esta situación se ha generado por la propia y continuada mala actuación de estos grupos, desligados de toda responsabilidad.

Yo diría que no somos nosotros los que generamos esta mala onda… Son ellos mismos. Yo creo que la gente sólo reacciona ante cosas que hacen ellos. (E17, p. 1)

Yo agregaría que estoy de acuerdo que… no somos nosotros los que generamos el problema de la falta de confianza… Son ellos mismos…los que hacen… como dice mi compañero… o dejan de hacer las cosas a las que se comprometen y pierden credibilidad. A mí que me registren. (E15, p. 1)

Sin duda, se trata de una reflexión lógica. Pero sería muy limitado pensar que esta mala opinión se ha generado de manera espontánea e individual en cada joven. No podemos pasar por alto el hecho de que, en los últimos años, Chile ha atravesado un periodo de crispación ciudadana, de manifestaciones y reacciones, y que las opiniones contrarias a la actuación política no solo han estado a nivel de calle, sino también extendidas a través de los más diversos medios de comunicación.

En este sentido, las declaraciones están cargadas de contenido negativo, a veces impreciso, pero con un convencimiento rotundo y empleando duros términos, como se puede apreciar en al siguiente relato.

A cualquier persona que le mientan reacciona en contra del mentiroso, y si usted le pregunta a cualquier persona si cree en los políticos le dice que no porque mienten siempre…Entonces como que una dice no soy yo, son ellos… por lo que pienso que si no somos nosotros son ellos los propios causantes de eso que les pasa… Que no nos echen la culpa a nosotros, nosotros les tenemos desconfianza pero son ellos la que la han sembrado. (E13, p. 4)

Al inquirir más detalles acerca de esta desconfianza, emergen una serie de percepciones lapidariamente contrarias a la relación que debería existir entre la ciudadanía, de la que forma parte el estudiantado entrevistado, y la clase política que aspira representarlo. Esto abre un tremendo desafío a nivel social, mellando el valor de la percepción positiva que, como señalábamos al comienzo, poseen los grupos jóvenes sobre la política y la importancia que tiene esta en la construcción de una sociedad más justa, democrática y participativa.

Si, como venimos señalando, para los jóvenes y las jóvenes el origen de la percepción negativa está en la propia actuación de los sectores políticos, entre las razones esgrimidas destacan: la falta de compromiso y coherencia, la transparencia y la empatía. La falta de compromiso de los políticos y políticas -según estudiantes- se achaca principalmente a las promesas electorales durante las campañas. El sector joven percibe claramente esa distancia entre los compromisos adquiridos en ellas y lo que finalmente terminan por hacer una vez electos por la ciudadanía. Una vez más, el valor y el sentido del voto, como pacto ciudadano con sus representantes, queda manifiesto en la comprensión que las generaciones jóvenes tienen del sistema democrático.

Yo creo que también hay falta de compromiso de parte de ellos con las cosas que prometen especialmente en las campañas. Porque como que ellos hablan durante las campañas pero no se comprometen con lo que dicen después y la gente se aburre porque termina pensando que no tienen un compromiso con lo que prometen. (E1, p. 3)

La falta de compromiso genera una incoherencia entre el decir y el hacer. La incoherencia es mencionada y ejemplificada por el estudiantado cuando alude a temáticas que han estado en la agenda pública este último tiempo, como el sueldo mínimo o la educación pública, en las cuales -a su juicio- las figuras políticas no sintonizan con la ciudadanía

A mi parecer, acá lo que es más importante es la falta de coherencia en lo que dicen y hacen… Porque, por ejemplo, hablan y hablan sobre un sueldo mínimo que ellos no ganan, hablan de la educación pública, pero ellos tienen a sus hijos en colegio particulares, hablan que hay que apretarse el cinturón y ellos ganan sueldos millonarios, entonces una se aburre con esas cosas porque dice, qué onda… (E20, p. 2)

En esta misma línea, la segunda razón que apuntábamos, la falta de transparencia es evidenciada por estudiantes en la defensa que harían los sectores políticos de ciertos intereses personales o de personas vinculadas a ellos, con las cuales poseen ciertos compromisos. Esta defensa de intereses personales, a la larga les distancia, en su opinión, de la gente común y de la ciudadanía que concurre con su voto para su elección.

Yo tengo claro que los políticos son poco transparentes. Quiero decir que… reciben plata para defender intereses de otros y no de los votantes. Entonces ellos hablan y juegan con los que no tienen y votan para su elección. Incluso a mí me parece que se agachan con el que tiene plata… porque les entregan plata para financiar sus campañas cuando hay elección y esas cosas. (E5, p. 4)

El financiamiento de las campañas es uno de los ejemplos más utilizados por los estudiantes a la hora de opinar de la falta de transparencia. De hecho, apoyándose en la información que obtienen desde los medios de comunicación, hay quienes se cuestionan los procedimientos empleados para conseguir los cuantiosos recursos que se gastan en las campañas, dudando de su procedencia e intencionalidad.

La otra vez salió en la tele lo que gastan los políticos en las campañas, y una dice de dónde sale esa plata, cómo tienen tanta plata para gastar esos dinerales que son muchos, y claro la respuesta es que ellos a veces no la tienen y se la pasan los ricos que a cambio de la plata le piden favores, y una no se da ni cuenta y ellos están de acuerdo. (E7, p. 3)

Se dieron casos de algunos estudiantes que incluso iban más allá, haciendo alusiones directas y familiares a casos de políticos que habrían obtenido un beneficio económico después de ocupar un cargo de representación popular. Aquí sirve también la reflexión expuesta anteriormente acerca del peso que el ámbito social y familiar tiene en las percepciones del estudiantado entrevistado, donde el desapego político, lejos de ser contrarrestado, se reafirma y fortalece.

Mi abuelo decía que no hay político pobre, y que eso no era casualidad, porque había conocido a uno que vivía cerca donde vivía él, y no era gente y familia con dinero, pero después que fue diputado resulta que tenía más plata que todos y se cambió de barrio, y él decía que había hecho eso porque le tiraban plata los más ricos, para que los defendieran e hicieran las leyes para ellos. (E8, p. 3)

Finalmente, existe una última razón esgrimida por el estudiantado para justificar el origen de la desconfianza en los políticos: la falta de empatía. Esto es, que a su juicio, los políticos no son capaces de ponerse en el lugar de la ciudadanía. Se les achaca la desconsideración de problemas sociales urgentes como la falta de vivienda, trabajo y seguridad. Advirtiéndose una postergación de asuntos que debieran ocupar la agenda política.

Lo que más me da rabia de los políticos es cómo ellos no se ponen en el lugar de la gente….Dicen que están con la gente, pero en la realidad no lo hacen… porque van por ellos no más. Imagínese, saben que hay gente que no tiene casa y ellos hacen poco o nada, ven por la tele que la gente no tiene trabajo y ellos nada de nada. (E8, p. 4)

También se informan de que hay delincuencia y prometen terminarla, van a puro salir en la tele como que están preocupados. Pero… como ellos no viven esa realidad, lo ven super lejano y siguen haciendo lo suyo ¿Y quién se pone en el lugar de la gente…? Nadie. (E22, p. 3)

Posibles soluciones aportadas por el estudiantado. Ante el discurso tan negativo y categórico, se optó por preguntarle si había alguna salida a este escenario. Las respuestas no se hicieron esperar y, si bien hubo quienes se manifestaron de manera pesimista, otros ofrecieron algunas alternativas interesantes, precisamente porque, de alguna manera, han estado en el debate ciudadano de los últimos tiempos.

Por lo que respecta a los primeros, no advierten ninguna salida y más bien se resignan, dando cuenta que los políticos son los que tienen el poder y, mientras eso sea así, no habrá ninguna posibilidad de revertir la situación.

Yo creo que la cosa no tiene vuelta, ellos están en el poder y mandan… No veo que se pueda hacer algo… La cosa está así y no va a cambiar. Es muy difícil que algo cambie porque ellos están en el poder y nosotros no y tampoco ellos quieren dejarlo. (E5, p. 4)

Para otros, como decimos, existirían algunas medidas que sí se podrían adoptar. Cabe destacar, entre estas, la posibilidad de un cambio generacional, la prohibición de la reelección, la posibilidad de tener un mayor control y la de generar un cambio en las leyes.

Los estudiantes y las estudiantes que optan por el ingreso a la política de nuevas generaciones justifican su aspiración señalando que el mecanismo podría ayudar a superar los vicios de la política tradicional y a renovar los rostros de quienes participan en política.

Yo creo que lo que debe ocurrir es que deben ingresar a la política otras personas más jóvenes que superen los vicios y prácticas de la política tradicional y que no estén acostumbradas a lo que hacen los que tienen más años…, o sea los viejos tan tradicionales, con ideas nuevas, nuevas caras, rostros distintos. A mi apesta ver en la tele a los de siempre. (E3, p. 3)

En segundo lugar, aquellos y aquellas que optan por recomendar la prohibición de la reelección apelan a que este mecanismo ayudaría a que los políticos viviesen como lo hace la “gente común”, evitándose la perpetuación en el poder y facilitándose así las opciones de cambio. Esto ayudaría a que durante el ejercicio del cargo se pusiera más empeño y empatía en las necesidades de la ciudadanía, porque sabrían que volverían a vivir como cualquier otro ciudadano o ciudadana.

Esto yo lo he pensado muchas veces… que se prohíba la reelección. Entonces están un período y para la casa a vivir como todos viven, y no que se perpetúen en el poder y estén años de años en él olvidándose como vive la gente común. Si no hay reelección la cosa se facilitaría porque desde que parten en el cargo sabrían que no van a morir en él y sería mejor para todos… Porque como ellos volverían a ser normales, se preocuparían a los menos de cambiar la realidad para cuando vuelvan a vivir en ella. (E24, p. 4)

El grupo de estudiantes que recomienda la posibilidad de tener un mayor control sobre los entes políticos, se refieren concretamente a los sueldos y los horarios de trabajo. Justifican su opinión alegando que sería una manera de evitar el enriquecimiento y que también sería justo un mejor cumplimiento de los horarios, como cualquier trabajador. De tal manera que, si no se cumplen estas condiciones, tengan que dejar los cargos.

En mi opinión lo único que se puede hacer es tratar de tener mayor control de lo que hacen… tanto de las platas para que no se enriquezcan como de los horarios que cumplen. Por ejemplo, mi mamá dice que les pongan un reloj control, como en la pesquera donde ella trabaja, o que si no van a esas reuniones en el Congreso se les descuenten como a cualquier trabajador. (E4, p. 3)

Bastaría con que los que no somos de ellos los controlemos más… controlemos sus sueldos, las platas que les llegan y que a veces no saben de quien, según ellos… También que no aparezcan millonarios de la noche a la mañana, que si no cumplen se vayan para la casa los que no cumplen y que la gente no los deje hacer lo que quieran. (E5, p. 4)

Finalmente, hubo jóvenes que optaron por la opción de cambiar las leyes. Específicamente que existan leyes que permitan una mayor participación de la ciudadanía, de forma que los partidos y sus políticos deban tomar conciencia, conocer las inquietudes reales y responder a las necesidades que en materia política posee la ciudadanía.

Yo pienso que deben cambiar las leyes, y que den más participación para que la gente tenga injerencia en las nuevas leyes. A lo mejor, en una de esas, si cambian las leyes los políticos se adaptan y cambian y los partidos toman conciencia que están mal, y que deben escuchar a la gente y a las necesidades que tiene… Con eso podríamos, a lo mejor, volver a confiar… Si no lo hacen seguiremos en la misma. (E6, p. 3)

Conclusiones

Si nuestro objetivo de investigación ha sido el de conocer las percepciones del estudiantado sobre la política, las figuras políticas y los partidos políticos, y la procedencia de dichas percepciones, podemos afirmar que el estudio nos ha ofrecido información valiosa con la que completar nuestra meta.

Sobre el primer objetivo, referido a las percepciones que posee el estudiantado entrevistado sobre la política, cabe destacar que este no tienen una opinión negativa de la política en sí, que la valoran como necesaria para el funcionamiento de un sistema democrático, sino que sus quejas van dirigidas de manera muy concreta a la clase política.

En este sentido, el problema de la desafección política en Chile, del que nos hacíamos eco en el marco teórico, no debiera ser confundido con un rechazo de la juventud al régimen democrático, ni se han encontrado discursos que hagan temer en este sentido. La desafección, que sin duda también se comprueba en la presente investigación, y a veces el desánimo, está íntimamente relacionada con la opinión que el estudiantado tiene de las figuras políticas y los partidos políticos.

En este mismo objetivo, ahora vinculado a la opinión del estudiantado sobre los políticos y sus partidos, destacan discursos muy seguros y concretos. Se considera a la figura política un personaje distante a la realidad que los jóvenes y las jóvenes viven día con día. Existe claridad en cuanto a la responsabilidad que el político debiera tener con la ciudadanía, que aparece referenciada repetidas veces como “gente común”, remarcándose esta distancia con la clase política. No se entiende cómo las actuaciones de políticos y partidos políticos puedan no atender los problemas de sus votantes (problemas que ven representados en temas sociales como la educación, el trabajo o la delincuencia) y en esta línea surge una desconfianza feroz sobre la palabra y capacidad de compromiso de los políticos, que lleva a dudar también de su empatía. A todo esto se suma, además, una opinión muy negativa sobre la falta de transparencia y la corrupción en el ámbito político.

En relación con el segundo objetivo de la investigación destinado a identificar el origen de estas percepciones, creemos que no debemos obviar para el análisis de estas, el peso que pueda tener el contexto chileno de los últimos años, especialmente luego de cumplirse los primeros 40 años del golpe cívico militar de 1973, que dio origen a una exhaustiva revisión de parte de especialistas y medios de comunicación del rol que correspondió a los políticos, políticas y sus partidos en el quiebre de la democracia, que a dos años de iniciada aún no termina. En la argumentación de los grupos de estudiantes está presente la influencia de los medios de comunicación, así como la discusión social presente y las referencias al ámbito familiar, de donde surgen ideas y reflexiones sobre la política y la clase política.

Por último, en relación con el tercer objetivo de la investigación destinado a pesquisar en los discursos de estudiantes algunas acciones encaminadas a superar los problemas detectados, los resultados nos dieron también una importante información sobre el estado actual de esta desafección política. Es en esta parte del estudio en la que se percibe una doble situación. Por un lado, a la desafección se une el desánimo, la idea de que nada puede cambiar, generándose un escenario ciertamente preocupante. Por otro lado, el estudiantado aportó algunas ideas interesantes, fórmulas que desde lo concreto buscan limitar el poder de la clase política y acercar los intereses de la ciudadanía a las esferas de decisión política.

Referencias

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1 La investigación ha sido posible gracias al aporte realizado por la Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción, Proyecto VRID Nº 212.161.007-1.0.

2 Research has been possible thanks to the contribution made by the Office of Research of the University of Concepción, project VRID Nº 212.161.007-1.0.

3 Licenciado en Educación, Magister en Historia y Doctor en Educación por la Universidad de Concepción y Posdoctorado en Formación Ciudadana por la Universidad de Valladolid. Desde 1990 se desempeña como profesor de la Universidad de Concepción-Chile e investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación conformado por las Universidades de Chile, Concepción y Católica de Valparaíso. Posee publicaciones en revistas nacionales e internacionales (en Europa y América Latina) como principal y también en coautoría, derivados de investigaciones que ha dirigido y en otras en las cuales ha participado. En los últimos 5 años ha publicado cuatro artículos en revistas Scielo, tres en revistas Scopus y tres libros en coautoría: Enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales (2009), El desafío de la formación ciudadana (2010) y Los nudos críticos en educación (2013).

4 Licenciado en Historia, Magister en Educación y Doctor en Didáctica de las Ciencias Sociales por la Universidad de Valladolid (España). Ha sido profesor de la Universidad de Valladolid y actualmente se desempeña como docente-investigador en la Universidad Nacional Andrés Bello (Chile). Investigador del Proyecto I+D HISREDUC (La historia reciente en la educación. Diseño y evaluación de entornos digitales de aprendizaje en la enseñanza secundaria de España y Chile), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad español. En los últimos años ha publicado en diversas revistas nacionales e internacionales, así como capítulos de libros dedicados a la enseñanza de la historia y la formación ciudadana.

5 Licenciado en Administración Pública por la Universidad de Concepción y Magister en Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales. Ha sido colaborador en numerosas investigaciones vinculadas a su especialidad en el ámbito educativo.


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