Revista Electrónica Educare (Educare Electronic Journal) EISSN: 1409-4258 Vol. 20(1) ENERO-ABRIL, 2016: 1-23

doi: http://dx.doi.org/10.15359/ree.20-1.7

URL: http://www.una.ac.cr/educare

CORREO: educare@una.cr

[Número publicado el 01 de enero del 2016]


Organizaciones educativas, el poder en el aula. Estudio de caso en el Instituto Tecnológico Metropolitano y en la Institución Universitaria Salazar y Herrera1

Educational Organizations: Power in the Classroom. Metropolitan Technological Institute and University Institution Salazar y Herrera Case Study2

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Jorge Ariel Franco-López3

Institución Tecnológica Metropolitana

Medellín, Colombia

jorgeafranco@yahoo.es

Recibido 4 de agosto de 2014 • Corregido 5 de agosto de 2015 • Aceptado 17 de noviembre de 2015

Resumen. Adquirir conocimiento debe ser el mayor incentivo para aprendices en cualquier área. Sin embargo, su obtención puede ser un asunto complejo y a veces tortuoso, porque en lo más evidente o sutil del aula se sumergen relaciones de poder. EL objetivo de esta investigación es el análisis del poder y su implicación en el aula de clase, tomando como referente autores teóricos (Maquiavelo, Parker, Weber, Foucault, Redorta, Mintzberg y Morgan) aplicados a dos instituciones de educación superior de la ciudad de Medellín, Colombia: Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM) de orden público y la Institución Universitaria Salazar y Herrera (IUSH) privada y católica. Se seleccionaron estas instituciones por tener características sociales diferentes. Fue una investigación de tipo cualitativa; posteriormente, siguiendo las recomendaciones metodológicas de Galeano (2009) para investigaciones de este tipo, se seleccionó un sistema categorial, y el resultado fueron 9 categorías de análisis. Para el trabajo de campo se seleccionó la entrevista estructurada como instrumento metodológico, la cual se aplicó a 10 docentes y diez estudiantes en cada una las instituciones citadas. Para las entrevistas a docentes se hizo un formato de 29 preguntas abiertas y para el estudiantado 14 preguntas de igual manera. Los datos se analizaron en forma descriptiva, tomando cada una de las nueve categorías conceptuales: aprendizaje, autoridad, institución, entorno, situaciones de la clase, formas de poder al interior de la clase, conocimiento, reconocimiento de los agentes en clase, intereses. Se constató que en ambas instituciones hay un deseo latente de aprendizaje por parte del estudiantado. En el ITM hay niveles de exigencia mayores, en la IUSH el estudiantado tiene un mayor poder de decisión, lo que hace que el docente y la docente en algunos casos ceda a la presión, con ello, el nivel académico sea menos exigente. La autoridad en el aula en ambos lugares inicialmente la tiene cada docente, quien debe corroborarla con el conocimiento y pedagogía que tenga frente a sus dicentes. El entorno para el estudiantado del ITM es más hostil debido a la problemática social en que viven (población más vulnerable). El aula de ambos lugares sigue siendo un escenario político, enmarcado por intereses diferentes. Del conocimiento, en ambas instituciones la calificación tiene el poder por encima del saber; el estudiantado, en su gran mayoría, manifiesta una visión corto placista en el proceso de aprendizaje, se conforman con un número alto en la nota, así su nivel de aprendizaje en el conocimiento sea mínimo o nulo.

Palabras claves. Conocimiento, docente, estudiante, entorno, instituciones, poder.

Abstract. Acquiring knowledge must be the most motivating feature for learners in any field of study. However, this can be a complex issue and sometimes tortuous, because power relations are immersed inside the most evident or subtlest aspects of the classroom. The objective of this research is the analysis of power and its involvement in the classroom, using multiple theoretical approaches (Machiavelli, Parker, Weber, Foucault, Redorta, Mintzberg and Morgan) to see the incidence of power on two colleges in the City of Medellín, Colombia: Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM), a public educational institution and the Institución Universitaria Salazar y Herrera (lUSH), a private Catholic university institute. Both institutions were selected for having non similar social characteristics. The research had a qualitative approach; subsequently, following the methodological recommendations of Galeano (2009) for this type of studies, a categorical system was created resulting in 9 categories of analysis. As a methodological tool in the field work, a structured interview was chosen and applied to 10 teachers and 10 students in both institutions selected. Twenty nine open-ended questions were used for interviews with teachers, and fourteen open-ended questions as well for students. The data were analyzed descriptively, taking each one of the nine conceptual categories: learning, authority, institution, environment, classroom situations, forms of power inside the classroom, knowledge, recognition of agents in the class, interests. It was found that in both institutions there was a latent desire for learning by students. Also, students considered that ITM had higher academic demands than IUSH. However, IUSH had a greater influence in the process of decision making, which makes the teacher sometimes feel they should give up to pressure to lower the level of academic demands. Initially, teachers exert authority in the classroom in both places, but they should corroborate it by demonstrating their knowledge and pedagogy in front of students. ITM students feel they are living in a more hostile environment as a result of the social problems in which they live (more vulnerable population). The classroom of both places remains as a political stage, framed by different interests. Researchers have observed that in both institutions power has a bigger role than knowledge; students, in their vast majority, expressed a short-term vision in the learning process, they are happy with having higher grades, but their knowledge learning level is minimal or non-existent.

Keywords. Knowledge, teacher, student, environment, institutions, power.

Doy como primera inclinación natural de toda la humanidad un perpetuo e incansable deseo de conseguir poder tras poder, que sólo cesa con la muerte…

Hobbes (1994, citado en Arango, 2006, p. 6 )

Analizar una categoría conceptual como el ejercicio del poder y sus implicaciones en un contexto de aprendizaje específico, el aula de clase, no es tarea fácil. Cierto es que el poder vive en el alma de cada ser humano, pero se materializa en cada práctica que realiza. Puede ser muy evidente o sutil, dependerá de su manifestación, y del contexto histórico en que se presente. El momento actual nos dice que el poder es invisible, menos identificable; que se ha desplazado de unos actores a otros; desde unos conglomerados anónimos que no tienen localización; que manipula y dobla la aparente firmeza del ser humano racional. La invisibilidad hace que el entramado del poder sea más asfixiante y menos tolerable, más sutil y mortífero. El poder no es un asunto exclusivo de lo político como antes se pensaba, está en todas partes, permea la vida, a todos los seres humanos y sus prácticas cotidianas.

Sobre el poder como concepto se tiene un amplio y variado análisis. Sin embargo, una de las interpretaciones sobresalientes es la interpretación al sistema carcelario francés “A los que roban se los encarcela; a los que violan se los encarcela; a los que matan, también. ¿De dónde viene esta extraña práctica y el curioso proyecto de encerrar para corregir, que traen consigo los Códigos penales de la época moderna?” (Foucault, 2002, párr. 2). La reflexión que se busca aquí, es el poder en el entorno de las aulas de clase. Es el salón de clases un espacio de intereses, se da el poder desde el punto de vista académico o del aprendizaje; es además, un entramado que en forma sutil o real visibiliza el poder. El objetivo de la investigación fue interpretar el concepto poder y sus manifestaciones en el aula de clases en la Institución Universitaria Salazar y Herrera (IUSH) Escuela de Administración, y en el Instituto Tecnológico Metropolitano, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas del programa en Gestión Administrativa (ITM). La investigación fue desarrollada aplicando un modelo de investigación cualitativa, donde, a partir del marco teórico, se extrae un sistema de nueve categorías conceptuales que fueron la base para el desarrollo del trabajo de campo. La investigación tuvo una duración de un año y sirvió para la presentación del trabajo de grado en la Maestría de Administración (MBA) en la Universidad de Medellín.

Perspectiva teórica

Se hizo una interpretación teórica sobre el concepto poder; algunas consideraciones importantes al respecto:

El poder es el dominio, imperio, facultad y jurisdicción para mandar o ejecutar; capacidad de imponer la propia voluntad sobre las otras personas. Todas las relaciones humanas están mediadas por una relación de poder, es decir, está en todas partes, es algo innato a la propia existencia humana y aún tiene consideraciones celestiales. El poder hizo su aparición con el ser humano; la diferencia es la forma de dominación que se establece a través de los distintos estadios históricos. “El poder es la capacidad de dirigir o impedir las acciones actuales o futuras de otros grupos de individuos” (Naím, 2013, Pero ¿Qué es el poder?, párr. 4).

Existen múltiples explicaciones (culturales, económicas, religiosas, políticas, etc.) que indican por qué la estructura social maneja diferencias que hacen que una persona sea distinta a otra. Una de ellas es la teoría sociológica, la cual indica que existen roles que sumergen a cada persona. Hay roles adscritos (que se heredan) o adquiridos (los que se obtienen al ascender dentro de la estructura social por efectos de ingresos, educación, u otra movilidad social). Independiente de la explicación en cuanto a la diferenciación social, es claro que el poder es un eje transversal que servirá a unos individuos y a otros, y hace su aparición dependiendo de la correlación de fuerzas que se establezca en cada relación. Cualquier circunstancia siempre irá estableciendo una relación de dominio, de sujeción, de sometimiento.

Tipos de poder (Robbins y Coulter, 2007)

Poder legítimo: aquel que se obtiene por estar en cierta posición dentro de la estructura social, también se le conoce como autoridad. Tiene un grado de reconocimiento social, y tiene una gran influencia.

Poder coercitivo: se ejerce a través de la violencia, amenaza, sanción, temor. Ejercido a través de la intimidación física o verbal. El no cumplimiento de las instrucciones u órdenes somete a quien infringe a un castigo.

Poder de recompensa: se le entrega a alguien algo que considere valioso o importante, es un beneficio positivo. Es entregar algo por reforzar una acción deseada, es un premio no un soborno.

Poder del experto: es la influencia que alguien tiene por ciertos atributos adquiridos, habilidades, experiencia, conocimiento desarrollado. Al experto se le reconoce y subordina por la acción ejercida en su materia.

Poder referente: surge de la identificación con una persona que tenga algún recurso importante o rasgos personales agradables. Guarda relación directa con factores como el prestigio o admiración.

El poder reúne las siguientes características (Batallán, 2003)

Es microfísico: en cuanto toda interacción genera poder especifico; en este aspecto es muy reiterativo Foucault, porque el poder es inherente a toda relación o práctica.

Se origina en un acuerdo asumido: en cualquier manifestación del poder (coercitivo, legítimo, recompensa, etc.).

Se transforma de acuerdo con las interacciones: es dialéctico, se modifica o muta en unas formas muy particulares, haciéndolo único en cada momento histórico. La gran movilidad de interacción modifica la forma misma como se comporta en cada momento, es un juego de luchas incesantes.

El poder en las organizaciones

El poder es una intención necesaria para objetivizar la realidad, y son las relaciones de control e influencia las que se manifiestan cuando hay autoridad, subordinación, dominación, sumisión. Todo esto a cualquier agente social: directivos y directivas, dirigidos y dirigidas, gobernados y gobernadas, gobernantes. El poder se enfatiza en la medida en que los recursos escasean, la mayor dependencia de dominación se adquiere en momentos de escasez, cuando las necesidades se evidencian, y para satisfacerlas se adopta cualquier postura hasta llegar a niveles altos de sumisión. El poder se perpetúa en las personas subordinadas porque son las que garantizan la permanencia del dominante “Cabría incluso señalar que el poder procede de los subordinados y subordinadas, no de los jefes o jefas; lo confieren quienes les siguen, con sus acciones, más que los individuos líderes con sus palabras” (Stein, 2006, p. 47).

El poder se adquiere, pero también se pierde por ciertas situaciones: dejar de lado detalles inadvertidos, que para la persona dominada pueden ser importantes (palabras, gestos, comportamientos etc.); cambios en el entorno que desactualizan a la persona dominante, convirtiendo sus capacidades en anticuadas e inoperantes para los requerimientos; cuando se quiere ascender rápidamente y ostentar demasiado poder “La soberbia, el arrogarse privilegios y la falta de paciencia, se alían para derribar a los poderosos. En cualquier caso… ‘el poder fácilmente también se puede perder’ ” (Stein, 2006, p. 47).

Las organizaciones son gobiernos, sin el poder no se podría gobernar. Allí hay interdependencias y la escala más alta del organigrama mayor es la interdependencia. De esta realidad nace la exigencia de desarrollar poder que puede ser evidente o sutil, pero donde el fin último es alcanzar el objetivo: dominar.

Al analizar una microfísica del poder en las organizaciones a la manera de Foucault, aplicado a la cultura organizacional, se puede detallar el siguiente ejemplo:

El testimonio de una joven ejecutiva recién vinculada a una gran compañía colombiana reporta una práctica empresarial, avalada en la susodicha metáfora, consistente en la obligatoriedad de comer en el restaurante de la empresa (“juntos porque somos una familia”) y la rotunda prohibición de comer en otro lugar y con otras personas incluyendo a aquellos que el trabajador considere su verdadera familia (en días laborales). El testimonio señala la inutilidad de manifestar a las directivas sus razones particulares para no comer en la empresa, y señala también la necesidad de atentar contra su propia dignidad, al verse obligada fingir comer con su “familia empresarial” antes de ingerir (la comida que lleva a su trabajo) furtivamente y rápidamente, encerrada en el cuarto sanitario. A esta altura, alguno de los no pocos renegados de la institución familiar podría arriesgar la siguiente analogía: “esa organización es tan enferma y alienante como una familia (López, 2004, p. 15).

El cuerpo físico de los empleados también es intervenido bajo justificación de imagen corporativa: en una importante firma consultora con oficina en Colombia, los asesores y asesoras tienen la obligación de caminar a cierto ritmo y velocidad (para lo cual reciben riguroso adiestramiento) cuando se desplacen dentro de una empresa a la que estén prestando sus servicios, ello con el “único fin” de proyectar dinamismo y disposición a la acción. (López, 2004, p. 17)

Sobre las instituciones de educación

Las instituciones de educación no se desligan del concepto poder y de las relaciones establecidas. Cada momento histórico genera relaciones particulares, al igual cada institución marca características que la hacen única o particular. La institución educativa cumple un papel de transformación social bastante importante; es el puente entre el Estado y la sociedad civil. El resultado que pueda obtener la estructura social se debe en gran parte a lo ejercido desde las instituciones de educación. De hecho, la educación genera verdaderas revoluciones y, en los países que han tenido un fortalecimiento educativo, su tejido social es de gran armonía y la economía de amplio crecimiento y desarrollo social. Efectuando un rastreo histórico sobre las relaciones de poder (docente-dicente) que se han desarrollado en Colombia, son evidentes los cambios. Por mucho tiempo, el dicho, “la letra con sangre entra”, fue aplicado en las instituciones de educación: “La enseñanza se asimilaba a golpes de férula o de otros castigos corporales que hacían entrar en razón a los más recalcitrantes. Como se decía entonces: ‘La letra con sangre entra’ y, según nuestros entrevistados el método daba resultados” (Helg, 2001, p. 58). Para este período 1918-1957, el cual estudia el autor, existía extrema dominación y subordinación no solo en el conocimiento sino además en la formación del ser. La educación estuvo regida por instituciones religiosas (el gran problema del siglo XIX en Colombia entre los partidos políticos era definir quién debía impartir la educación, si el Estado con una formación laica o la iglesia católica bajo principios religiosos). Para las últimas décadas del siglo pasado y en el actual, las condiciones cambian; las nuevas realidades sociales, económicas, tecnológicas, políticas, e ideológicas evidenciaron transformaciones educativas con lo cual los actores del proceso enseñanza-aprendizaje modifican la relaciones de poder que se establecen en las aulas de clase.

Referentes conceptuales sobre el poder

Nicolás Maquiavelo (Gramsci, 1980)

Encarna Maquiavelo una gran reflexión sobre el Estado; indica que toda comunidad tiene dos espíritus antagónicos: el pueblo y sus gobernantes. En su principal obra “El Príncipe”, da las pautas del cómo se debe comportar un gobernante (le escribe a Lorenzo de Medicis), convirtiéndose la propuesta en un baluarte de los monarquías absolutistas. El poder ha seducido a todos los hombres, y Maquiavelo devela en sus reflexiones la naturaleza del poder; es todo un manual para saber gobernar, porque se debe tener virtud (según él) para manejar el poder. Para lograr una unidad nacional (República), se requiere de un monarca con poder absoluto, que utilice todos los medios en aras de mantener la unidad (fuerza y astucia). Sus planteamientos parten de una naturaleza humana egoísta, el poder y las posesiones siempre serán ilimitados. Ese afán individualista debe ser regulado por el Estado, esto para proteger la seguridad de toda la población. Al observar la coyuntura política vivida por Maquiavelo en “El Príncipe”, se muestran allí grandes conflictos e inestabilidad, frases como: “el fin justifica los medios”, “si no puedes con el enemigo únete a él”, “los amigos de mi enemigo son también mis enemigos”, “divide y reinarás”, etc., son, entre muchas, frases de sentido vivencial aplicadas por doquier en el mundo actual.

Mary Parker Follett

Es importante mencionar la reflexión de Mary Parker Follett. El poder se sustenta nuevamente en cualquier práctica mediada por una relación, desalojando de esta forma cualquier consideración ética, moral y religiosa: “No conozco otro concepto que requiera actualmente un análisis más acucioso” (Parker, 1997, p. 98). Sobre el poder que se ejerce en las empresas. Parker (1977) indica que lo importante es el “poder con la gente, contra el poder sobre la gente” (Parker, 1997, p 104), donde el poder es inherente a las prácticas –que en este caso serían comerciales, empresariales, laborales–. La mejor manera de tener poder es ganándolo, no imponiéndolo.

Las empresas (como son las instituciones de educación superior) son un verdadero laboratorio donde el poder está presente en todo momento. Indicó Parker (1997) que para ser más llevadero, en cualquier decisión en una empresa deben existir concertaciones, no imposiciones; lo confirma en una entrevista hecha a un trabajador: “En esta fábrica no sólo tratan de persuadirnos, tratan de convencernos –un enunciado muy discriminatorio por parte de este hombre y un atributo a la dirección de la empresa” (Parker, 1997, p. 104).

Los planteamientos son acertados desde una perspectiva de la sana convivencia, de la cooperación entre sujetos que buscan intereses muy afines, una organización con criterios colectivos, poderes legítimos, apoyados quizás por la recompensa, guiados por el conocimiento, experiencia y habilidades. Para bajar las tensiones es necesaria la integración y el reconocimiento para que la organización sea realmente funcional.

Max Weber

Hay una visión que no se puede dejar de mencionar y son los trabajos que desarrolló Weber (1992) con respecto al poder (categoría analítica de orden sociológica y estatal). Definió lo siguiente:

Poder… es la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad…

Dominación… probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas dadas…

Disciplina obediencia para un mandato por parte de un conjunto de personas que, en virtud de actitudes arraigadas, sea pronta, simple y automática. … (Weber, 1992, p. 43)

Sociedad relación social… que … se inspira en una compensación de intereses … racionales [o motivacionales]. …

Comunidad relación social… [que] se inspira en el sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional). (Weber, 1992, p. 33)

Argumentó que existen tres tipos ideales de dominación (Franco, 2014, citando a Weber, 1992):

Dominación tradicional: el orden es sagrado, existen verdades absolutas. Quien ostenta el poder tiene un ropaje de divinidad. El poder es guardado en una esfera de categorías inmodificables.

Dominación carismática: el individuo o institución que ostenta el poder tiene características que lo hacen ser único, sinónimo de imitar, donde el constructo colectivo ha provocado admiración, apasionamiento, gratitud, respeto y otras virtudes.

Dominación racional: tiene un consenso de universalidad, otorgado por un orden legal existente en un contexto social, en el cual la ley es la base impersonal, abstracta y universal sobre la cual el burócrata logra deslindar su interés personal en aras de una sana administración, que plasma la sana convivencia del colectivo.

La dominación racional es la forma como las sociedades y la administración moderna se impone. Tiene las siguientes características: se fundamenta en un pacto u otorgamiento estatuido de modo racional (orden impersonal); reglas abstractas que son hechas intencionalmente; a quien se le otorgó el poder para el manejo, descansa en la impersonalidad de las reglas estatuidas; quien obedece es porque pertenece a la asociación, y lo hace en términos del pacto y no del individuo quien ejerce la dominación (Weber, 1992).

Weber (1992) indicó que el poder o dominación es la probabilidad de tomar decisiones que afectan la vida de otros, pese a la resistencia de estos; es un concepto de orden sociológico, aplicado a todas las estructuras de orden político, económico, ideológico, por ello considera que no es una “categoría sociológicamente amorfa” de las ciencias sociales (Franco, 2014, p. 72, citando a Múnera, 2005). El poder debe entenderse no solo desde la dominación, sino también desde el consenso. Se puede apelar a utilizar desde la intimidación, sanción, agresión, pero también desde la manipulación, la persuasión, el compromiso. Es decir, hay dos facetas: una desde la aplicación de medios violentos y agresivos y otra desde una forma sutil, maquillada, pero en ambos casos buscan por medios distintos igual respuesta: el sometimiento (Batallán, 2003).

Toda dominación que se ejecute en un contexto social requiere siempre de una persona dirigente: presidente o presidenta, rey o reina, gerente, sacerdote, padre o madre de familia, docente, etc. Esta persona dirige lo puede hacer desde cualquier forma de dominación: tradicional, carismática o racional; y eventualmente de un cuadro administrativo (Weber, 1992). La carencia de esto último genera la diferenciación entre una relación social y una asociación, la transcendencia de la temporalidad posibilita la creación de lazos fuertes hasta llegar a conformar comunidad. No toda relación social llega a ser una asociación, pero para adquirir este nivel deberá existir normas por las cuales las conductas de sus miembros se puedan regir.

Para Weber (1992), la dominación es en esencia la posibilidad que tiene una minoría dominante de crear y dirigir una acción a través de mecanismos claros o imaginables que permitan la sumisión y obediencia, “Todo acto de dominio que persiga una acción de obediencia prolongada en el tiempo, transforma los comportamientos manifiestos de todos y cada uno de los subordinados; el acto de dominio busca que las conductas de los dominados tienden a la obediencia” (Franco, 2014, p. 72, citando a Múnera, 2009) o se entiende por dominación, como la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación aún en contra de toda resistencia, y cualquiera sea el fundamento de esa probabilidad (Weber, 1992).

En toda organización es necesario que se tenga dirigencia (cuadro administrativo), porque es quien regula la acción, es quien da significado al espacio colectivo y personifica la autoridad o dominación. Es necesario que la autoridad esté en un orden legítimo para que se obedezcan sus mandatos: orden afectivo, tradicional, racional (figura del personal docente o administrativo), legal (gobierno, empresa) “Estas relaciones sociales repercuten sobre la conducta de los individuos de un modo inconsciente, subjetivo, de manera que generan determinadas formas de comportamiento en cada uno de ellos” (Cruz, 2006, pp. 66-67).

Michael Foucault

Define el poder como una situación estratégica compleja al interior de cualquier entramado social, de cualquier práctica social; compuesto en todo ese juego de técnicas, estrategias, disciplinas, que se manifiestan en el universo de los sentidos, en cualquier práctica discursiva, es decir, en cualquier relación, independiente de la temporalidad y espacialidad.

El ejercicio del poder no es violencia ni tampoco un consentimiento que, implícitamente, sea renovable. Es una estructura social de acciones posibles, incita, induce, seduce, vuelve más fácil o más difícil: en el límite constriñe o prohíbe absolutamente; sin embargo es siempre una manera de actuar sobre un sujeto o unos sujetos actuantes en virtud de su actuación o su capacidad de acción. Un juego de acciones sobre otras acciones. En tales términos, el poder no supone de antemano ni la obediencia voluntaria, ni la servidumbre obligatoria; pues sólo puede ser ejercido sobre sujetos libres que son a la vez constituidos y constituyentes de las relaciones sociales, ni totalmente determinantes, como en el consenso, ni totalmente determinados, como en la violencia. (Múnera 2005, citando a Foucault, 1991, p. 39)

El poder se encuentra en todos los lugares (hogares moleculares del poder) (Ávila-Fuenmayor, 2007) y nadie está por fuera del poder, va desde lo más trivial hasta lo más complejo, por esto Foucault señala la complejidad del poder en cualquier entramado social.

El poder en Foucault (2002) está desligado de consideraciones sociales, no es un asunto de clases dominantes. No es una propiedad, sino una estrategia. Lo importante en él fue determinar los mecanismos, las consideraciones invisibles que contiene el poder cuando se manifiesta, por eso incursionó en el tejido molecular carcelario (vigilar y castigar), pero, además, en todas las representaciones que suceden entre los seres humanos, en sus opiniones, sus errores, en distintos campos del saber: literatura, arte, ciencias humanas (Las palabras y las cosas); en la sexualidad (historia de la sexualidad); en las instituciones psiquiátricas (historia de la locura en la época clásica).

Foucault (2002) mantuvo una postura sobre el poder desligada de la economía, de la política y de la ideología. Se considera que este se puede ejercer en cualquier situación, y en cualquier forma. Es represivo, por esto estudiar la dominación es estudiar el poder. Dependiendo del espacio donde se ejerza, se visibiliza de formas distintas; así, por ejemplo, en el sistema carcelario se representa amenazador, en tanto que en una relación entre padres e hijos existe un poder de recompensa.

Josep Redorta

El poder se presenta por una situación de desequilibrio de fuerzas, que hace metafóricamente que la balanza se incline para cualquiera de los lados. En algunos casos, la disparidad puede ser más amplia. En todas las relaciones sociales el poder tiene formas comportamentales diferentes: cuando el policía aborda al ciudadano o ciudadana a exigirle una requisa; el padre o la madre le dice a su hijo o hija la hora de llegada a casa; el profesor indica a su estudiantes las condiciones del trabajo o evaluación; cuando es necesario hacer la entrega de un pedido solicitado por un cliente, etc.

Existen varias manifestaciones de ese desequilibrio de poder, se citan las siguientes:

Fuerza bruta: es la forma más impositiva de ejercer el poder, pero a su vez la manera menos impropia de sometimiento por la fragilidad que presenta. Cuando no quedan más argumentos para manejar una situación se acudirá a la violencia como forma de dominación. Es una manifestación clara, los animales ejercen dominio en su territorio acudiendo a su fortaleza física. Todo gobierno debe tener el monopolio de la fuerza a través del ejército y, a su vez, el poder de este estará representado en la manifestación de su poder bélico.

Engaño: dar a lo falso apariencia de veracidad o provocar que alguien tenga por cierto lo que no es, y el resultado último es mentir. El poder se manifiesta como una categoría conceptual con alta reprobación moral. Presenta dos formas de manifestación: la ocultación y el falseamiento.

Manipulación: la parte dominante se impone a otras en virtud de que estas carecen de control, conciencia y conocimiento sobre las condiciones de la situación en que se encuentran. Cuando la manipulación es exitosa, se vuelve una variante eficaz del maquiavelismo, se impone el dominio en una relación de poder eminentemente desequilibrada. El manipulador apela a todo tipo de instintivos, a deseos insatisfechos, a emociones, pasiones, conductas, todo ello con el fin de manejar la situación favorable a sus propios intereses.

Persuasión: tipo de influencia social, presenta en gran parte sutileza para obtener un resultado favorable. Parte de la disposición que tenga el receptor o receptora para recibir el mansaje que modificará sus perspectivas. No hay explicaciones científicas que detallen la forma como actúa la persuasión. Se conoce sus incidencias sobre las motivaciones, necesidades, valores, roles e imágenes, entre otras.

Negociación: define una nueva relación de poder, donde se presenta equilibrio en tanto sean acuerdos en los que las partes tengan libertad de elegir, donde lo ideal es la negociación. Sin embargo, cuando las partes no tienen la misma capacidad de negociación, la relación de poder que se establece es desequilibrada (Redorda, 2005).

Henry Mintzberg

Aborda la relación entre la política y las organizaciones. Toda organización en mayor o menor medida está determinada por la política. Es la política, el juego de poder que está explicito o implícito en todas las relaciones al interior de todas las organizaciones. Hay varios sistemas de influencia: autoridad, ideología, experiencia y política. La autoridad es un poder legalmente constituido, legítimo; la ideología es un sistema de creencias aceptadas dentro de un contexto socio cultural; la experiencia es un poder certificado oficialmente, como es el poder del experto; la política en la organización es un poder técnicamente ilegítimo debido a los medios que puede utilizar y los fines que promueve, genera divisiones y enfrentamientos.

La política es sistema legítimo que permite corregir diferencias de otros sistemas dando formas de flexibilidad a la organización, por esto, la propuesta es hacia la defensa de una organización que tenga como formas de expresión la política como utilidad en la toma de decisiones, sin caer en una politización o un juego absurdo del poder. La política organizacional puede llegar a molestar, pero, asimismo es de gran utilidad (Mintzberg, 2005). El propósito de la organización es producir bienes o servicios y no enfrentamiento de poder; sin embargo, en algunos momentos la política puede desempeñar un papel funcional, que permite construir un escenario favorable al cumplimiento del objeto social de la organización.

Es claro que Mintzberg (2005) analiza la organización como un campo de intereses. La política organizacional se evidencia en cuatro aspectos: los miembros más fuertes de la organización conducidos a puestos de liderazgo, válido para los cargos por méritos que deben tener las personas que estén en la organización; la política en la organización permite que las discusiones lleguen a resultados más deseados por los consensos que se den desde lo grupal, a diferencia del sistema de expertos que son de tipo unilateral y muchas veces depende de asuntos subjetivos; para promover el cambio en la organización y poderse ajustar a nuevos aconteceres históricos, los diferentes sistemas organizacionales tienen falencias (el sistema de autoridad concentra el poder en las alturas de la jerarquía, manteniendo el status quo). El sistema de expertos concentra el poder en manos de los expertos y expertas, así también ocurre con el sistema de ideología quienes se fundamentan en tradiciones y formas pasadas que no permiten permear cambios. Por lo anterior, el sistema legítimo de organización política permite el cambio desde la concertación, llegando a ser más benéfico para el grupo.

Gareth Morgan

Las organizaciones vistas como sistemas políticos varían de acuerdo con los formas de gobierno que logran establecer. En algunas prevalece el autoritarismo, y en otras los modelos democráticos. Sin embargo, en la realidad, dar estas características a las organizaciones sobre el manejo en lo político no es nada fácil, pero en cierta forma las organizaciones son escenarios que de manera explícita o implícita contienen un sistema político: “Los empresarios frecuentemente hablan de autoridad, poder y relaciones entre superiores y subordinados. A nuestra imaginación le cuesta un poco reconocer éstas como organizaciones políticas implicando actividades de dominadores y dominados” (Morgan, 1993, p. 122).

La forma de dirección política dentro de la organización va encaminada según el modelo determinado por las personas propietarias o administradoras. En las burocracias, el dominio es asociado al uso.

Se da la palabra escrita que ejerce el ente burócrata detrás del escritorio, sustentado con el uso de la norma o de la ley. En organizaciones tecnocráticas, el control o poder se establece a través del conocimiento y capacidades tecnológicas, y las relaciones de poder en este tipo de estructura cambia más rápido que las anteriores. En las democracias, en las cuales el proceso de dirección es compartido o de representaciones, el poder se ejerce a través de elecciones (representatividad), donde las personas elegidas representan a los electores y electoras para tomar decisiones (la democracia es un asunto numérico, decía el escritor Jorge Luis Borges).

Podemos analizar la política organizativa de manera sistemática [enfocándola a] las relaciones entre intereses, conflicto y poder. La política [organizativa se eleva] cuando la gente piensa de formas distintas y quiere actuar de maneras diferentes. Esta diversidad crea una tensión que debe ser resuelta a través de medios políticos… puede hacerse de muchas maneras: autocráticamente, (“lo hacemos así”), burocráticamente (“se supone que se debe hacer así”); tecnocráticamente (“lo mejor es hacerlo así”), o democráticamente (“¿cómo lo hacemos?”). (Morgan, 1993, p. 128)

Otra categoría conceptual importante para el autor es el interés, el cual es lo que le permite a una persona direccionarse por cierto rumbo. Los intereses abarcan las ambiciones, deseos, expectativa, orientaciones que le permiten a un individuo obtener un resultado. Existen tres tipos de intereses relacionados dentro de la labor organizacional: intereses de función, que tienen que ver con la función laboral que cada quien desempeña; intereses de carrera, que serían las aspiraciones que tiene cada empleado o empleada; e interés de extramuros, que combinan los dos anteriores (trabajo y personal). Cuando los intereses de la organización y los personales no son compatibles, se genera una tensión que depende de la situación y con esto un comportamiento: “esta manera de entender diferentes tipos de intereses nos proporcionan así medios para descifrar las agendas personales subyacentes a acciones y actividades específicas” (Morgan, 1993, p. 131).

La variedad de intereses divergentes que hay al interior de cada organización modifica la visión de esta como entidad de orden racional con intereses comunes; las coaliciones prosperan en grupos con intereses comunes, valores o ideologías. “Los conflictos surgen siempre que los intereses chocan” (Morgan, 1993, p. 135); sin embargo, el conflicto siempre estará presente en todo tipo de organización, porque hay una competencia, aunque se busquen los mismos intereses. Es el poder que permite solucionar los conflictos. “El poder es el medio a través del cual los conflictos son resueltos en última instancia. En el poder influye quién lo ejerce, qué, cuándo y cómo” (Morgan, 1993, p. 139).

Metodología

La investigación desarrollada fue de tipo cualitativa, para la se cual utilizó un esquema de análisis indicado por Galeano (2009), quien manifiesta que para estos casos es recomendable sacar un sistema categorial resultante del problema y del marco teórico. Para el trabajo se abordaron nueve categorías de estudio: aprendizaje, autoridad, institución, entorno, situación de clase, formas de poder en clase, conocimiento, reconocimiento e intereses. A partir de allí se elaboró el instrumento adecuado para obtener información, se hicieron entrevistas estructuradas en forma aleatoria, a docentes y estudiantado de las instituciones analizadas, en dos formatos, una para docentes con 29 preguntas y para estudiantes con 14 preguntas. En el ITM se abordó a 10 docentes y 10 estudiantes, en la IUSH 10 docentes y 12 estudiantes. Los resultados arrojados en el trabajo de campo junto con el marco teórico permitieron darle salida analizando cada una de las variables.

Resultados

Tratando de ligar las teorías encontradas sobre diferentes autores, respecto al concepto poder y los hallazgos encontrados en el trabajo de campo, para darle respuesta al sistema categorial en los casos ITM e IUSH, se tienen las siguientes situaciones:

Aprendizaje

El fin último del proceso de enseñanza es el aprendizaje significativo. ¿Cuán competente es el aprendiz para afrontar las distintas tareas asignadas durante el proyecto de vida? Un buen ambiente de aprendizaje está enmarcado por “un buen ambiente físico, tecnológico, pedagógico, soporte curricular, docente calificado, disposición de los estudiantes” (entrevista 6 docente ITM)4 Para el estudiantado el aprendizaje está relacionado con los espacios físicos de la institución y el número de estudiantes que haya en el grupo “Adecuado, iluminado y confortable, pero en ocasiones es pequeño, cuando el número de estudiantes es mucho” (entrevista 1 estudiante IUSH). El poder que está presente en todos los espacios, incluyendo el aula de clase, debe tener un manejo especial para generar aprendizaje significativo.

Autoridad

El poder en un aula de clase lo ostenta el conocimiento, sumado a pautas de comportamiento para la sana convivencia. Siendo el personal docente encargado de llevar información para construir el conocimiento en forma mancomunada, tendrá que ir adelante en el proceso. Hay aspectos que deslegitiman el mandato docente en el aula, “Cuando el docente no conoce la asignatura; cuando el docente subvalora al estudiante; cuando el docente no prepara los contenidos (improvisa); cuando el docente cree que es el dueño absoluto del conocimiento; cuando el docente se impone al estudiante manipulándolo con la nota” (entrevista 10 docente ITM). Para el estudiantado es claro que la autoridad es “monopolio” docente: “Lo ostenta el profesor porque finalmente al aula de clase se asiste a aprender algo, de alguien que está en capacidad de impartir conocimiento” (entrevista 1 estudiante IUSH). Toda organización está sujeta a normas y líneas de autoridad, y en el aula de clase se reproduce el mismo esquema. Lo diferente entre un lugar y otro son los distintos instrumentos que se utilicen como reglas de autoridad: premio o castigo, amenaza, afecto, respeto, amistad; creencias, y sumisión. Y en cada aula de clase se viven distintas situaciones, pero lo recomendable es lograr que los distintos agentes entren en un clima de empatía y hasta de “camaradería” dentro de unas pautas de respeto.

Institución

Tanto la IUSH como el ITM son instituciones que se legitiman con fines racionales, los mandatos están supeditados a un aparato normativo, y la autoridad tiene un orden impersonal. Los datos obtenidos indican que en ambos lugares se ofrece una formación integral “Si, porque no solo se queda en el manejo de saberes científicos, va más allá en lo relacionado con el ser, su formación, comportamiento en diferentes escenarios” (entrevista 7 docente ITM). “Sí lo considero, con asuntos a mejorar” (entrevista 3 docente IUSH).

Las instituciones, como toda organización, representan ideologías de grupos sociales y de acuerdo con esta situación imponen sus características de formación. La IUSH busca un modelo de estudiantado egresado formado desde una visión cristiana católica, mediante el modelo integrador (ser, saber y hacer) entregará a la sociedad profesionales en condiciones de idoneidad. El ITM lleva formación a sectores de Medellín que carecen de oportunidades educativas, viene creciendo y mejorando, y se ha posicionado por tener procesos de calidad. La característica de ambas instituciones, tanto en sus estudiantes como en sus docentes, es el respeto. La IUSH busca desde su modelo pedagógico una formación integral “Si creo que es una formación basada en el ser, el saber y el hacer, además con valores humanos y sociales, bajo un pensamiento lógico y profesional” (entrevista 2 estudiante IUSH). Por su parte el ITM trabaja más la formación desde el saber, y avanza más en términos de acreditaciones en sus programas, según el Ministerio de Educación Nacional en Colombia.

Entorno

Son muchas las dificultades por las que pasa la ciudad de Medellín: descomposición familiar, problemas de desempleo y de oportunidades, visión facilista y de corto plazo, irrespeto a valores ante la vida y sanas costumbres han penetrado todos los grupos y actividades de la sociedad y el aula, y los agentes del aprendizaje son permeables al entorno.

Los aspectos socio económico de la población estudiantil del ITM y de la IUSH son diferentes. En el ITM, “El entorno familiar de los estudiantes es complicado. Así mismo el entorno social es muy conflictivo” (entrevista 6 docente ITM). “En algunos casos, entornos sociales, familiares con dificultades económicas y afectivas” (entrevista 7 docente ITM). “Es un entorno difícil ya que el estudiante tiene múltiples situaciones como la económica, la motivacional, el conflicto armado etc., que no le permiten concentrarse de lleno en las actividades académicas” (entrevista 5 docente ITM). Hace ya algunos años hubo una riña de dos estudiantes al inicio de la clase, parecía como si el escenario de las comunas marginadas de la ciudad se hubiera trasladado al aula de clase. En la IUSH la población estudiantil está ubicada en estratos 2, 3 y 4, con dificultades, pero no tan marcadas “Un entorno que lo invita a crecer como persona y como profesional; a sensibilizarse con las necesidades, intereses y problemas del medio y contribuir con las respectivas soluciones” (entrevista 3 docente IUSH).

Cada docente y cada estudiante reúne una historia particular, por esto generalizar es peligroso. Lo que se puede reconocer es lo decisivo que representa el entorno para cualquier proceso de aprendizaje, “Cada estudiante es un caso diferente y cada uno trae consigo problemas de todo tipo, una reacción violenta está dentro de las probabilidades que suceda con frecuencia, lo importante es buscar la forma de controlarla lo más pronto posible sin que alcance a generar muchos problemas” (entrevista 4 docente IUSH). Por esto el personal docente no solo debe saber la lógica de la ciencia a impartir, sino además, debe manejar una pedagogía particular pertinente al entorno donde la clase se realiza.

El entorno o realidad social modifica las instituciones de educación y viceversa, les imprime un sello particular, y como expresiones de grupos sociales hace que el estudiantado o personas egresadas de esa institución tenga comportamientos particulares. Frente a la pregunta, ¿qué opina cuando alguien, dentro del salón de clase, actúa en forma violenta? “Violencia no solo es grosería, es también no respetar al profesor ni a los compañeros con la actitud, este tipo de persona antes de agredir a otros se agrede a si misma por no está aprovechando el momento en que esta, ni el lugar donde se encuentra” (entrevista 1 estudiante IUSH). La pregunta corresponde a un asunto muy marcado en el momento. Colombia es un país donde hay una alta tasa de mortalidad de docentes, todo porque la enseñanza se convirtió en una actividad de alto riesgo. No son ajenas las universidades ni los agentes del aprendizaje frente a la situación que vive el entorno.

Situaciones de la clase

La clase es un espacio de aprendizaje significativo guiado por la propuesta docente hacia unos dicentes que se esfuerzan para adquirir competencias.

Durante una clase existen varios tipos de poderes: amenazador, que castiga violentamente, lo descarto como situación general en el ITM y en la IUSH, aunque se puede presentar en situaciones particulares; compensatorio, que premia o castiga especialmente con la evaluación, esto representa los sistemas educativos en cualquier nivel de formación; integrador, que suscita a relaciones de afectividad y respecto, condiciones necesarias para un aprendizaje en el aula de clase. En tanto no existan relaciones de empatía el estudiantado no logra aprender.

La amplia información que todos podemos tener a través de los distintos medios debe ser bien utilizada en el proceso de aprendizaje, muchas veces se presenta que un estudiante tiene más información que el docente, por esto la pregunta: ¿qué actitud asume usted cuando su estudiante está más y mejor informado que usted? Decimos que los cambios en la educación hoy son evidentes, y el potencial que se puede tener con el estudiantado se debe administrar bien, “de ser así, genero un ambiente para que el alumno explique el tema, en efecto cuando tengo apartes de una clase y encuentro alumnos a quienes no les queda clara la información, me apoyo en quienes puedan llegar de mejor manera a sus compañeros y hacerse entender” (entrevista 8 docente ITM). “Le sugiero que sea el monitor de la clase” (entrevista 1 docente ITM).

Es de considerar que el proceso de aprendizaje guarda una relación con los procesos de socialización que tenga el individuo desde la familia, amigos, escuela, trabajo, etc. Al revisar la pregunta sobre la actitud que adopta el estudiante en clase cuando no se está entendiendo el contenido, una de las respuestas fue: “Guardo silencio y consulto por fuera” (entrevista 1 estudiante IUSH). Sin embargo otra respuesta fue: “Solicito nuevamente explicación, manifestando que no entiendo” (entrevista 3 estudiante IUSH). Lo anterior conjuga múltiples respuestas y se puede llegar a una respuesta clara, y es que el entorno genera modificaciones en unos sujetos más que otros, pero tiene un impacto en todos, y es que la cultura como sistema de normas, modelos o patrones que se adoptan en el diario vivir del individuo, moldean cualquier práctica social.

Formas de poder al interior de la clase

Considerando las apreciaciones de Redorta (2005) sobre el poder, como desequilibrio de fuerzas, y el conocimiento como estrategia de dominación. Tendremos en cuenta estos conceptos para establecer hasta qué punto podemos definir el aula de clase como espacio de dominación racional, que se entreteje entre los distintos agentes del aprendizaje desde formas históricas particulares, y donde se utilizan instrumentos coercitivos, de ocultación y manipulación. Actualmente prevalece más la persuasión desde valores, roles, imágenes o referentes; además, la negociación donde los agentes del salón de clase estén en condiciones más de igualdad en el conocimiento, por el derecho que se tiene sobre la información.

¿Quién ostenta el poder en el aula de clase?, dependerá de muchas situaciones que particularizan cada contexto. Del personal docente: condiciones y formación desde el conocimiento, experiencia de vida, manejo pedagógico, entorno, aspiraciones, etc. Desde el estudiantado: proyecto de vida, aspiraciones, conocimiento, entorno, etc.

Del trabajo de campo: “En el aula de clase, el poder es una actitud que influye en los demás a favor de una intención de manipulación. Generalmente en el aula, es el maestro quien la evidencia, pero en ocasiones muy particulares, es el estudiante quien la ostenta” (entrevista 3 docente IUSH). “El poder es la capacidad de incidir en la actuación del otro. Este puede ser ostentando por el docente o por los estudiantes, si el docente no tiene la capacidad de direccionar el grupo de manera efectiva” (entrevista 3 docente IUSH).

Conocimiento

El poder se presenta en las organizaciones actuales de una manera compleja. La sutileza e impersonalidad con que aparece hacen que el poder sea toda una semiótica que, hasta en lo más simple, como es una práctica discursiva, esté presente. La frase que indica “quien ostente la información tiene el poder”, ha sido revaluada. Sería más pertinente decir, “quien ostenta el conocimiento tiene el poder”, porque se convirtió no en propiedad de selectos grupos como lo fue el modelo inglés lancasteriano en la educación. La sociedad de la información hace posible que la gran mayoría esté medianamente informada. El conocimiento es, entonces, una estrategia de dominación por excelencia.

La noción de cambio es hoy más evidente que antes; la historia de la humanidad en los últimos cuarenta años ha estado marcada por modificaciones en todas las estructuras. En cuanto al conocimiento, han existido cambios de paradigmas, no es propiedad de unos pocos, pero tiene un proceso de construcción colectiva (no se quiere decir que es democrático). Lo enseñado en el aula es diferente a décadas anteriores, “desde luego, el estudiante de antes era sólo receptor del conocimiento, hoy, en cambio, el estudiante es un miembro activo de la construcción del conocimiento” (entrevista 1 docente ITM).

Queda para la reflexión que, sin ser asunto de información, el conocimiento es un constructo colectivo. Cabe la pregunta, ¿hay algo más qué se entreteje en el aula de clase como instrumento de poder? Por el trabajo de campo y desde la experiencia, es la nota o valor numérico lo que permite promover a un estudiante al siguiente curso, y es una evidencia aparente en la adquisición de la competencia, lástima que en nuestras aulas el estudiante anteponga a la apropiación del conocimiento. “Debería ser el conocimiento, pero creo que el estudiante valora más la nota” (entrevista 7 docente ITM). “Por la reglamentación existente, ganar la asignatura” (entrevista 1 docente ITM). En cualquier modelo educativa el momento más complejo es la evaluación.

Reconocimiento de los agentes en clase

El estudiantado, al ingresar a cualquier institución educativa, muestra voluntad frente al mandato de autoridad señalado desde la organización, para dejarse dirigir en el aula de clase a través del personal docente. El personal docente en cualquier institución será un referente, tiene un poder de dominación no solo desde el punto de vista racional, también cuando ejerce un liderazgo carismático, aunque este último se ha venido perdiendo, especialmente en las sociedades del conocimiento.

El personal docente debe reunir de manera integral conocimiento, experiencia, actitudes, aptitudes, intencionalidades, comportamientos, ser ejemplo, etc. De esta manera se legitima frente al grupo. Dentro de los hallazgos encontrados, es fuente de conocimiento y guía que apoya, porque conoce (ciencia impartida, pedagogía, didáctica) y tiene experiencia. Se ve como autoridad, sin embargo, el estudiantado lo percibe dentro de unas condiciones de igualdad, factor importante para el aprendizaje, porque esto genera mayor empatía.

Por su parte, el personal docente reconoce en el estudiantado la razón de ser de su profesión, el eje sobre el cual se articula el proceso de aprendizaje, con una historia y expectativas particulares, un ser humano con múltiples complejidades e inquietudes. Se observa que ambas partes (docentes y dicentes) tienen un reconocimiento claro el uno del otro, e incuestionable como pareja indisoluble, la permanencia de uno es por la existencia del otro. Reconoce que las dinámicas que adquiere cada grupo son diferentes e irrepetibles.

Intereses

Mintzberg (2005) y Morgan (1993) rescatan el juego del poder en toda organización, la política allí se hace presente. El aula de clase no es ajena a esta propuesta: hay autoridad que ostenta el docente constituida legalmente por sistemas ideológicos y culturales, experiencia (poder del experto), tecnicismo, etc. Desde lo político se pueden reconocer tres grupos de presión: una minoría en contra del discurso oficial del personal docente (juego de insurgencia), una minoría a favor del discurso oficial del personal docente (juego de contrainsurgencia), y una gran mayoría que está expectante a la correlación de fuerzas de los anteriores grupos. Al final quedará un solo grupo dominante. Podríamos suponer que la propuesta oficial que lidera el docente es la que se impone. Es de aclarar que en el aula de clase, en condiciones normales, el principal objetivo es el conocimiento; sin embargo, en momentos de tensión el elemento político hace su aparición como propuesta para corregir diferencias. En la actualidad, el ITM y la IUSH no arrojan modelos políticos autoritarios en las aulas de clase. El ITM como organización educativa es democrático y la IUSH es tecnocrática desde lo político, corroborado en los hallazgos y en la propuesta teórica de Morgan (1993).

Los intereses que existen en cada organización arrojan, en ambos casos, “intereses de carrera” para el estudiantado. El proceso de aprendizaje busca que el estudiantado aprenda, aplique, amplié para contribuir al proyecto de vida, especialmente desde lo laboral. Los cuerpos docentes buscan, desde sus conocimientos, el aprendizaje, orientación, motivación, sensibilización, etc. En algunos casos se observa más que una profesión, una vocación y, desde lo social, la enseñanza contribuye a construir un mejor país.

Conclusión

La educación es uno de los grandes activos que tienen las sociedades. Esta práctica social es significativa cuando se hace con criterios de calidad. Para garantizar esto último se hace necesario tener a favor un sin número de variables, que determinarán un producto de calidad, unas personas bien formadas, respetuosas del entorno social, cultural, del medio ambiente, con competencias en el saber, hacer y el ser. Esa persona debe apropiarse de la formación, “más aún, es deseable que la escuela le inculque más el gusto y el placer de aprender, la capacidad de aprender a aprender, la curiosidad del intelecto. Imaginémonos incluso una sociedad en que cada uno sería alternativamente educador y educando” (Delors, 1996, p. 15).

El poder en el aula de clase es una de las tantas variables que determinan la calidad en el proceso formativo, pero por la sutileza de su manifestación pasa desapersivida para la gran mayoría de personas. Es claro que las relaciones de poder establecidas deben ser encaminadas hacia la adquisición de conocimiento, solo allí se podrá indicar que hay una educación de calidad. De los tipos de poder establecidos: legítimo, coercitivo, recompensa, experto, referente (Robbins y Coulter, 2007), tanto en el ITM como en la IUSH, hay una combinación de todos. Hay un discurso legitimado desde la ciencia por parte de cada docente, al aplicar con cierto rigor un discurso cientifico en todos los campos del saber. Es condición inicial que el personal docente maneje la lógica de la ciencia que irá a impartir en las aulas.

En cuanto a lo coercitivo, no podemos decir que se presenten amanezas o temor, porque estas ya fueron superadas por los esquemas formativos de modelos fundamentados en una educación conocida como “la letra con sangre entra”, por parte de las organizaciones educativas (modelo lancasteriano); sin embargo, todavía hay un fantasma intimidatorio que no se ha saldado, sigue siendo la evaluación y la nota el mayor instrumento de poder que se utliza en las aulas. Se enfatiza en este aspecto porque parece ser, a la manera de Maquivelo, que el fin justica los medios y que una buena nota no es solo el resultado del aprendizaje óptimo, sino de cualquier práctica que, en algunos casos sería violatoria frente a la normatividad. Lo anterior también irá unido al poder de recompensa: la evaluación. Pero será que, ¿una calificación de cinco en una escala de cero a cinco indicará conocimiento, apropiación de la competencia?, o por el contrario, ¿una calificación de uno es un resultado nefasto en el saber por parte del estudiante? Son cuestionamientos que se hacen las instituciones, a docentes y hasta a estudiantes.

El poder de la persona experta, en el trabajo de campo realizado, constata que el personal docente es quien obstenta el poder durante la clase, ahora. Mencionando a Naim (2013) en “El fin del poder” , cuando indicó que hoy el poder se obtiene más rápido, pero al igual se pierde con más rapidez, podríamos aplicarlo al poder de cada docente como personal experto en el aula. El poder experto lo mantendrá en el aula siempre y cuando le demuestre a sus dicentes conocimiento, pedagógía y didáctica; además, deberá reconocer en sus estudiantes personas inmersas en problematicas de vida que suelen ser muy complejas, mucho más en instituciones como el ITM. Hay que tener un reconocimiento de las otras personas en este complejo entramado de prácticas cotidianas que se viven en el aula.

A manera weberiana, se encontró, tanto en el ITM como en la IUSH, una dominación racional del personal docente en el aula de clase, es lo lógico, porque es la persona llamada a direccionar el proceso; sin embargo, si consideramos el aula como un escenario políco, en esta debe existir amplia participación en temas que ofrecen discusión y análisis (Mintzberg, 2005); pero, en última instancia, el debate o discusión nunca llegan y la clase se vuelve un simple monólogo. En esto, el poder se vuelve carismático y, en algunos casos, tradicional.

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